Sin misericordia alguna miró al chico que delante de él, impotente, le suplicaba que no le dejara, que intentaría dejar de temblar a su lado y ser más valiente. Minseok, con su fría mirada inexpresiva, le miró fijamente. El chico delante de él era su ahora ex novio, apenas desde hacía unos minutos, y es que Minseok le acababa de dejar. Detrás de Minseok estaban sus amigos de siempre, Luhan, Chanyeol y Yixing.
-Lo prometo, por favor, Minseok –Dijo el chico arrodillado, Minseok sonrió de lado.
-¿Esperas que te acepte otra vez teniendo en cuanta el aspecto lamentable que presentas ahora? –Dijo de manera cruel. No quería serlo, pero estaba frustrado.
¿Cuándo encontraría a la persona ideal? ¿Cuándo podría llegar esa persona que no le tendría miedo nunca, esa persona con la cual podría pelear sin importar las consecuencias y después se disculparían con besos y una buena sesión de sexo, sin miedo alguno en los ojos del otro?
Minseok estaba cansado de que sus novios le temieran siempre que se enfadaba.
-Eres patético. –Dijo -¿Cuántas veces has temblado y suplicado para que no me enfade porque me tenías miedo? ¿Cuántas veces me he visto obligado a callarme cosas y rebajar mi personalidad por ti?
-Mu-muchas –Y ahí estaba de nuevo, temblaba ante la mirada fría de Minseok.
-Ya no más, estoy cansado. –Siguió hablando –Para mí eres hermoso, tienes una personalidad divertida e increíble, eres mi tipo físicamente, pero has resultado ser débil y cobarde. La persona con la que quiero pasar el resto de mis días no puede ser un cobarde como tú.
Sin decir nada más se dio media vuelta y caminó hacia la entrada de la universidad donde estudiaba junto a sus compañeros, ignorando las miradas que les daban todos, algunas de miedo absoluto, otras tantas de admiración y unas pocas de odio. El grupo liderado por Minseok, un grupo de cuatro chicos amantes de los tatuajes, las fiestas y grupos de música que hoy en día muchos no escuchaban en Corea del sur, eran conocidos por ser temibles. No aceptaban en su círculo a cualquiera, debían de tener sus gustos como mínimo y ser fuertes, los débiles no tenían cabida ahí. Además, todos sabían que no cualquiera podía llamarles la atención, menos a Minseok.
Siendo homosexual y admitiéndolo abiertamente, recibió muchos insultos y críticas. Minseok tuvo una vida muy dura que le llevó a ser lo que era hoy en día, y queriendo a una persona a su lado específica, alguien que no temiera su yo actual.
Ni sus amigos cumplían con eso; siempre que se enfadaba alguno temblaba de pies a cabeza.
-¿No crees que has sido demasiado cruel? –Cuestionó Luhan a su lado tocando con su dedo el nuevo tatuaje que se había hecho en el brazo apenas hacía tres días.
-He sido justo –Dijo él –Estoy cansado, Luhan. No puedo estar con nadie porque me temen, estoy furioso.
-Lo veo, se te ve en la mirada. –Bromeó –Ahora mismo si las miradas mataran estaría bajo tierra seguro.
-Luhan, no tientes tu suerte –Rió Chanyeol, el más alto del grupo y con un carácter divertido siempre y cuando le cayeras bien.
Luhan rió, sabía lo que hacía.
-Bueno, piensa que tu fama es temible –Habló Yixing –Se dicen muchas cosas de nosotros y no ayuda que seas tan frío algunas veces, otras amable y unas pocas veces cariñoso. La mayor parte del tiempo estás con tu rostro frío o inexpresivo.
-Soy así, no voy a cambiar… Tampoco es como si pudiera hacerlo.
-Y pensar que llevas así dos años… -Susurró Chanyeol.
Minseok llevaba dos años buscando a esa persona que le hiciera sentir especial, esa persona que le enamorara, que fuera fuerte, independiente y peligroso como él; que no le temiera y con quien pudiera pelear a golpes si hiciera falta, pero que después lo que pasaba en la pelea se quedara en la pelea y pudieran besarse y tener sexo, una persona que le entretuviera.
Pero si bien encontró a muchos así, siempre había un problema: Le tenían miedo o no llegaban a enamorarle del todo y se cansaba de ellos, cortando entonces la relación, siendo siempre sincero, y buscaba a otra persona.
Aunque no lo pareciera, para Minseok era difícil aquella situación.
-A mí me encanta cuando rumorean que somos parte de una banda callejera que vende droga –Rió Luhan –Solo somos chicos normales que nos encantan los tatuajes, los piercings y salir todos los sábados de fiesta al pub de ZiTao para beber, emborracharnos y hacer tonterías y si encontramos a alguien que nos gusta, ligar.
-Eso me recuerda ¿Has llamado a ese chico que encontraste la otra noche en el bar? Se… ¿Cómo era? –Preguntó Yixing
-Sehun –Dijo Luhan. –Sí, le llamé ayer. Le dije de quedar mañana por la tarde.
-Ese chico realmente te gustó –Comentó Minseok –No está nada mal, pero parece menor de edad.
-Es menor de edad –Confesó Luhan –Es lo único que me hecha hacia atrás, va al instituto y aun así sale a beber, dijo que era la primera vez y que fue arrastrado por sus compañeros. –Rió –Me lo dijo sonrojado y muy tímido, simplemente adorable.
-Siempre te han encantado las personas adorables –Rió Chanyeol.
-Es por eso que tuve un pequeño enamoramiento hacia Minseok –Dijo Luhan –hasta que descubrí su personalidad y que ambos éramos demasiado orgullosos para querer ser pasivos.
-Siento decirte Luhan, no eres mi tipo. –Habló Minseok –Soy gay y tu pareces una niña con pene.
-¡Qué te jodan, idiota!
Todos rieron, hasta el propio Luhan que ya estaba acostumbrado a esos comentarios. Los aceptaba con risas si venían de alguno de sus amigos, pero de otras personas le ponían furioso y perdía el control fácilmente de sus acciones. Luhan parecía un chico educado y tímido, perra pasiva dijo Yixing una vez, pero era todo lo contrario.
No se debía juzgar un libro por su portada, ya se decía.
-Pero en todo caso, sí, ese chico me gusta –Reveló Luhan –Quiero algo serio con él, hace meses que no tengo una relación seria desde que corté con Zhoumi.
-No me recuerdes ese idiota… -Murmuró Minseok entre dientes, cambiando su expresión a una de odio absoluto. Luhan sonrió y acarició el brazo de su amigo.
-Soy yo quien debe guardarle rencor, Minseok.
-No perdono a quienes me traicionan y a quienes hacen daño a mis amigos –Dijo este –Traicionaros es traicionarme a mí.
-Que conmovedor –Rió Chanyeol –Voy a llorar.
Todos volvieron a reír y entraron al salón de clases sentándose en sus respectivos asientos, todos juntos, y siguieron hablando sobre ese chico que consiguió llamar la atención de Luhan quien desde la ruptura con Zhoumi no se animó a tener nada serio, solo algunas relaciones de una sola noche, dos como máximo y después ni se acordaba del nombre de esos chicos.
Extrañamente, si se acordó del nombre de Sehun con el cual no se había acostado, solo se besaron y fin de la historia.
-Chicos –habló la profesora de dibujo y tutora del grupo –Ya sé que no es normal esto, han pasado ya unos meses desde que empezó el curso, pero tenemos un alumno nuevo en la universidad e irá a vuestra clase.
-¿Por qué diablos se une ahora? –Preguntó una chica, Hyuna, una de las más populares por su carisma.
-Bueno… -La profesora dudó –No puedo decirlo pero digamos que le expulsaron de la anterior.
Eso llamó la atención de Minseok y sus amigos ¿Se iba a unir un chico malo? Minseok tenía ganas de saber cuánto tardaría en querer pelea con ellos, puesto que ese tipo de chicos siempre celaban de su popularidad – aunque era mala – y peleaban con ellos para después terminar con huesos rotos y en el hospital.
¿Por qué ellos no eran expulsados? Fácil, aunque no les gustaba abusar de ese poder, el tío de Chanyeol –y tutor hasta que fue mayor de edad – era el dueño y director de la universidad.
-¿Cuándo llegará? –Preguntó un chico que se sentaba en los asientos traseros.
-Ahora está hablando con el director, vendrá a mitad de clase supongo.
La clase comenzó sin problemas, con la propuesta de un trabajo novedoso. Debían hacer el retrato de cuerpo entero de una persona, su mayor inspiración, y tenía que ser con poca ropa, pero no desnudo. Se les dio el tiempo de clases para pensar a quien dibujar y hacer pequeños bocetos, cuando de repente la puerta se abrió revelando al tío de Chanyeol y detrás un chico que suponían era el nuevo.
Minseok alzó una ceja.
Algo le decía que ese chico sería interesante.
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Jongdae suspiró con fastidio pensando que debía tomarse aquello con optimismo e intentar que no le volvieran a expulsar, su padre se volvería a poner furioso, pero vamos, no fue su culpa; él solo se defendió. Claro que pegó al chico equivocado, que a pesar de meterse con él todos los días y pelear verbalmente, se atrevió a cruzar la línea.
Si no fuera porque ese chico se follaba a la directora de aquella universidad –que a ojos de Jongdae era toda una perra por acostarse con un alumno y ser infiel a su marido sin remordimientos – él no estaría expulsado.
Bueno, no se arrepentía de haber mandado a ese idiota al hospital, se lo merecía.
-Y espero que no de problemas, joven Jongdae –Le dijo el director.
-Eso intentaré, pero no prometo nada –Dijo con una sonrisa –Si se meten conmigo me defenderé, no es como si fuera a ser un matón a sueldo.
El directo no pudo evitar reír y negar lentamente con la cabeza, había escuchado la historia detrás de la expulsión y quiso saber el punto de vista de Jongdae. Bueno, ahora entendía como por defenderse le expulsaban.
-Bueno, espero que puedas tener una buena vida aquí –Dijo –Tus notas eran buenas y como te has unido a mitad de curso estas se contarán para que no tengas problemas aunque deberás pedir apuntes, son diferentes universidades por lo que el ritmo y las clases pueden ser diferentes.
-Lo entiendo, trataré de adaptarme.
-Bueno pues sígueme.
El director se levantó de su asiento y comenzó a caminar tranquilamente por los pasillos de la enorme universidad, subieron a la tercera planta y giraron a la derecha. Se paró delante de una gran puerta con el nombre de ‘’ aula de dibujo 1 ‘’ encima.
Vaya, así que ahora tocaba dibujo.
Tenía los libros necesarios, pero sabía que debía adaptarse igual y aprenderse el horario. Jongdae iba a estudiar para ser dibujante, le encantaba el dibujo, era su pasión.
Entraron interrumpiendo la clase. Jongdae observó a todos los presentes; había un grupito de chicas que se veían hermosas, seguro populares; atrás un grupo de chicos con apariencia normal y en medio cuatro chicos cuyos aspectos podría espantar al diablo, que pena que a él no le daban miedo alguno; delante habían los típicos nerds.
-Este es Kim Jongdae, el nuevo alumno que se une a vosotros a mitad de año.
-Hola –Saludó con una sonrisa de oreja a oreja, aunque no tenía ganas de ser amable, debía serlo.
-Siéntate al lado de Baekhyun, el chico de cabellos negros. –Señaló la profesora.
Jongdae asintió y caminó con sus cosas hacia el asiento, situado detrás del todo, pasando por al lado de los chicos con tatuajes. Sin pudor o miedo se los quedó mirando unos segundos, puso una mueca y siguió caminando.
El chico que le insultó y por el cual estaba ahí tenía un estilo parecido al de ellos solo que más exagerado.
Jongdae solo esperaba que fuera un buen día.