Forbidden Love por Hentai Hikari

Un nuevo año escolar daba comienzo en el colegio de varones Yukimi, ubicado en el centro de Kyoto. Era uno de los mejor colegios de todo Japón, que contaba con la matricula de 150 estudiantes varones pertenecientes a familias altamente adineradas. En este nuevo año, nuevos estudiantes habían sido ingresados.

Muchos estudiantes se encontraban alrededor del colegio, algunos llegando otros tan solo hablando. A pesar de que era un colegio de mayor estima y representabilidad, ocurrían cosas extrañas cuando las clases daban comienzo en un nuevo año.

Siempre reportaban casos de desaparecidos, mayormente con chicos de primer año, los cuales nunca volvían a aparecer por los alrededores del colegio. Unos decían que estaba maldito, otros que los de segundo y tercer año lo hacían. Nadie estaba seguro de lo que sucedía en realidad, pero cuando desaparecía alguien, a los padres le era dicho de que sus hijos habían escapado del colegio.

El sonido de la campana daba a entender que las clases daban comienzo y todos los estudiantes ingresaron a sus respectivas aulas. Un hombre de unos 26 años de edad, de cabello color castaño y de ojos violetas, parecidos a dos hermosos amatistas, daba comienzo a su clase de primer año, presentándose ante los nuevos estudiantes.

-Muy Buenos Días! Mi nombre es Asato Tsuzuki. Me pueden decir Mr. Tsuzuki o como más fácil se les haga. No me molesta. Seré su maestro de Historia y su salón hogar – les regalo la hermosa sonrisa que tanto lo caracterizaba mientras tomaba asiento frente a su escritorio y  comenzaba a pasar lista, tratando de aprenderse los nombres de los nuevos estudiantes.

-Kurosaki Hisoka – llamo el maestro, observando por todo el salón en busca del chico, el cual no se encontraba en este. Volvió a repetir el nombre, sin recibir ninguna contesta. Le estuvo bastante extraño. Todo estudiante el primer día por obligación debía presentarse.

Siguió pasando lista hasta terminar. El número de estudiantes en su aula eran de 34 estudiantes, faltándole solamente uno. Comenzó la clase rápidamente, sin perder el tiempo. En su hora de capacitación buscaría al chico que se ausento. Lo mas seguro no entro al salón y por obligación tenia que notificarlo a la dirección, lo cual el no haría. No le gustaba darle problemas a sus estudiantes, aunque el que se buscara los problemas luego fuera el.

La campana avisaba que el tiempo había terminado en esa clase. Los estudiantes recogieron sus cosas, saliendo del aula rápidamente.

-Ese maestro es muy raro – le comentaba uno de los chicos a su otro compañero el cual le asentía como si de un pecado se tratara.

-Uffff detesto los primeros días de clase – comento Tsuzuki con voz cansina, apenas siendo esta la primera hora. Daba gracias al Director por permitirle su segunda hora libre.

-Ahora a buscar a este chico. ¿Cómo se llamaba? Hisota….nop – abrió la libreta de asistencia buscando el nombre del chico – Ah! Hisoka. Mmm–  busco la tarjeta acumulativa del chico, sacando una foto para poder reconocerlo. Al ver la foto se quedo sorprendido por la belleza del chico – Wow, eres hermoso para ser un niño -  salio del aula, caminando ligero para que la tercera hora no lo agarrara, además tenia mucha hambre, tenia que encontrarlo lo mas rápido posible.

Cuando estudiantes no entraban a su aula, mayormente los encontraba en el área del patio…Pero no podía ser que estuviera ahí, en el primer día no les he permitido a los estudiantes entrar a esa área del colegio. Decidió buscarlo en el área de la biblioteca. Al entrar, sintió una alegría enorme al encontrarlo.

-Por fin podré comer!!! – dijo de lo mas emocionado, mientras se acercaba al chico el cual estaba leyendo un libro, sentado en una mesa bastante alejada de la puerta. Al llegar Tsuzuki, se sentó a su lado, captando la atención rápidamente de este.

Cuando el chico alzo su mirada, se encontró con una mirada violeta, la cual lo observaba atentamente. El chico se sonrojo un poco, mientras volvía a depositar su mirada en el montón de letras que tenia frente.

-¿Por qué no entraste a tu respectivo aula en el día de hoy? – pregunto el profesor, con tono de voz un tanto severo.

-No encontré el salón y nadie me quiso explicar, además ¿Quién eres tu? - El chico no levanto la mirada del libro, preguntándole sin importancia.

-Mi nombre es Tsuzuki. Soy tu profesor. Además si no encontrabas el aula podrías haber ido a la dirección y pedir ayuda – contesto un poco molesto el profesor, la actitud de ese chico le estaba fastidiando.

-Lo siento, no volverá a suceder – Paso con calma la pagina del libro, dándole a entender al de ojos violetas que la conversación había terminado.

-Confiare en tu palabra, si no estas mañana en el aula a primera hora, te denunciare en la dirección – el chico solo miro al profesor con mirada desafiante para luego marcar con sus labios una sonrisa de medio lado.

-No se preocupes, que tampoco me interesa. Ahora, ¿me puede dejar leer tranquilamente?

Tsuzuki apretó sus puños con fuerza, ese chico si que había logrado sacarle de quicio. Mira que su paciencia era enorme. Se levanto de la silla, dejando solo al chico. Salio no con muy buena cara de la biblioteca, balbuceando entre dientes cosas como: “Jóvenes de hoy día” o “Si uno les permite, golpean a uno” y siguió balbuceando cosas por todo el camino, llamando la atención de su compañero de trabajo.

-Tsuzuki, ¿Qué te sucede? – le pregunto un hermoso rubio de ojos anaranjados.

-Watari!, no nada, no me sucede nada – dijo esto utilizando un tono sarcástico, el cual solo hizo reír al otro.

-Bueno, si tu lo dices y … - cuando se dio cuenta ya estaba hablando solo. Sonrió grandemente al percatarse de que su compañero no estaba pasándola muy bien el primer día de clases.

Las horas pasaron rápidamente, mientras que ya la campana sonaba por última vez. Por fin había terminado el primer día de clases y se sentía completamente aliviado. En todos los años de trabajo que llevaba en ese colegio, era la primera vez que le tocaba trabajar con un estudiante tan arrogante. Después del encuentro de ellos en la biblioteca, el profesor estuvo pensando en eso todo el día. No sabia el porque pero a ese chico le sucedía algo extraño y el como “buen” maestro que era averiguaría lo que era.

La noche había caído y todos los estudiantes se encontraban ya en sus respectivas habitaciones. Los edificios estaban divididos en tres partes: en el edificio de la derecha iban los dormitorios de los estudiantes de primer año, en el edificio del medio iban los de los estudiantes de segundo año y en el edificio de lado izquierdo iban los de tercer año. Estos edificios se encontraban un poco lejos del edificio en donde se encontraban las aulas.

Un chico de primer año caminaba por el patio de la escuela, observando a todos lados para no ser encontrado. No podía dormir, así que decidió dar una pequeña caminata para cansar al cuerpo y así poder descansar bien. Mientras caminaba sentía que era observado atentamente. Por más que miraba a todos lados no podía ver a nadie, además de que la oscuridad no le permitía ver bien. Su corazón comenzó a latir rápidamente cuando escucho unas ramas crujirse, trayendole con esto un terrible pánico. Sus piernas actuaron por si solas y comenzaron a correr rápidamente. Sentía que alguien le seguía, pero ¿Quién? Logro llegar al edificio de los de primer año. Entro rápidamente, subiendo las escaleras a toda prisa. Cerró la puerta de la habitación que compartía con otro chico.

Observo todo el cuarto percatándose de que su compañero no se encontraba. Encendió la luz, la cual se apago nuevamente. Tocaron a la puerta. Sintió un gran alivio al pensar que podía ser su compañero de cuarto, pero al abrirla lo que vio lo aterro completamente. Sintió como una sombra se abalanzaba encima de el, los gritos no salían de su garganta, el terror lo paralizo. Sintió un dolor fuerte en su estomago al ver como le era traspasado un cuchillo varias veces. Luego sintio nuevamente el cuchillo ser pasado por su garganta, abriéndosela en dos como si de un fruto se tratara. Poco a poco cerró los ojos. Una vida más pérdida en ese colegio.

 Hisoka se encontraba dandose una ducha de agua fría. Detestaba ese colegio, apenas las clases habían comenzado y ya deseaba marcharse. Total, en su casa era peor. Sin querer, su mente recordó cuando el profesor fue en su búsqueda a la Biblioteca. Sonrió. Si ese maestro le estaba declarando la guerra, el la aceptaría. Ningún maestro había podido con el. Todos siempre renunciaban o pedían transferencia de colegio. Si ese profesor pensaba que podía ganarle, estaba muy equivocado. Un fuerte golpe de una puerta cerrarse hizo que saliera de sus pensamientos.

Apago la regadera, secando su cuerpo y amarrando la toalla alrededor de su cintura. “Lo mas seguro es Andy” pensó el chico, mientras abría la puerta del baño. Sus ojos adoptaron una mueca de terror, al ver sangre dispersada en el suelo de su habitación. Un grito se escapo de su garganta, haciendo que Tsuzuki, que pasaba averiguando que los estudiantes estuvieran en sus habitaciones, entrara rápidamente al cuarto.

 Adoptando al instante la misma mueca de terror del chico. En la pared se encontraba escrito con la sangre del compañero de Hisoka, en una letra difícil de leer, pero que al ellos acercarse, pudieron leer lo que allí yacía escrito “Volveré por todos ustedes”…