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Lo Que Mas Deseo por Pucca

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Una camioneta negra y con los vidrios polarizados se estacionaba enfrente de un hermoso restaurante con pilares enfrente estilo griego y con hermosas plantas adornando la gran puerta de madera dándole un toque espectacular.

El chofer bajo del copiloto con su limpio e impecable uniforme apresurándose para llegar y abrir la puerta del lado derecho de la parte trasera de la camioneta.

Un atractivo varón de cabellera color granate, con ojos heterocromaticos de un hermoso color rojo y un destellante color dorado, su mirada aparentaba frialdad, arrogancia y soberbia, los cuales eran dirigidos a todos aquellos seres que se oponían a sus órdenes.

Bajo del auto con su impecable traje diseñado a la medida color café, su corbata era color negra y llevaba una camisa blanca de abotonar debajo del saco, todo combinado con sus zapatos de marca color negro y su cabello perfectamente arreglado hacia atrás.

Era un hombre que llamaba la atención a todo lugar a donde fuera, su estatura no era ni muy baja ni muy alta, media 1.78 la estatura perfecta según mujeres y donceles que lo vieran, su cuerpo tonificado lo cual podías confirmar al ver esos anchos y fuertes hombros junto con su formada espalda, su piel era blanca como la nieve la cual contrastaba muy bien con su color de cabello y el color de sus ojos, desprendía un aroma varonil que excitaba a toda mujer o doncel que se le acercara.

Todo un adonis que no parecía de este mundo.

El varón estiro su mano derecha donde deslumbraba un hermoso anillo de casado hecho completamente de oro puro, estiro su mano  hacia el mismo lugar de donde salió segundos antes, su mirada cambio, ya no desprendía frialdad o arrogancia, su mirada cambio a un amorosa y dulce que destellaba amor puro dirigida a la persona que salía del auto.

Una delicada y pequeña mano se colocó en las grandes y fuertes del varón, en su dedo anular brillaba un bellísimo anillo con diamantes incrustados de color rojo, en la base del anillo que era hecho de oro blanco se podían distinguir si lo mirabas de cerca, una frase grabada junto con las iniciales de unos nombres.

S & k

Te amo

 

De la camioneta bajo un hermoso doncel  de cabellera color castaña, el cual ara el mismo color que sus bonitos ojos, los cuales al contrario de su esposo desprendían un brillo muy lindo junto con pureza, bondad y amor puro, este último dirigido totalmente a la persona que le ayudaba a bajar del auto, pero lo que más llamaba la atención de esos bonitos ojos color chocolate era la esperanza que desprendían, esperanza a que esa persona que le consiguió su amigo kazunari y a la cual habían citado en ese lujoso restaurante, acepte la oferta de convertirlo en la persona más feliz del mundo.

Cualquiera que lo viera pasar por la calle diría que es un doncel bonito pero muy común que  no tiene nada de interesante, para su esposo era todo lo contrario, para él, su doncel era la persona más hermosa del mundo y no lo decía simplemente por su físico, el cual siempre que le preguntaba si le parecía lindo el varón le respondía siempre que lo sencillo era lo más bello y puro, estaba en lo cierto, lo que te enamoraba de ese castaño era su forma de ser y su forma de ver al mundo, su bondad junto con su corazón puro y gentil lograron que su frio y duro corazón callera rendido a sus pies.

Todo un ángel.

Aunque los demás no lo vieran, el doncel tenia buen cuerpo, su estatura de apenas 1.65 hacían de su  cuerpo menudo y frágil, lo cual te daban ganas de protegerlo de todo y de todos, su estrecha cintura junto con sus no tan anchas caderas acentuaban a un más sus delicados y pequeños hombros al igual que ese hermoso y perfecto trasero al cual su esposo se daba el privilegio de apretar y tocar cuantas veces lo desee, obteniendo claro un jalón de oreja o mejilla por el doncel, sus piernas torneadas y suaves a las cuales su esposo acariciaba cada mañana cuando despertaba y su pareja le subía las piernas  a la cadera.

Al igual que todo su cuerpo, su cara era delicada y bella, sus labios color cereza natural los cuales terminaban rojos e hinchados después de hacer el amor con su esposo todas las noches…y de vez en cuando en la mañana y tardes., su nariz respingada y pequeña, sus mejillas color rosas que eren adornadas con unas adorables pecas que bajaban por su cuello y espalda terminado en el glúteo derecho, el cual era el favorito del pelirrojo, y por ultimo sus bellos ojos adornados por unas finas cejas y unas espesas y largas pestañas.

Hermoso y puro eran las palabras exactas para describirlo.

El doncel traía un bello kimono de mangas amplias y largas que cubrían sus delicados brazos, su cuello era en corte v descubriendo sus clavículas con unas cuantas pequitas decorándolas, la cinta que iba en la cintura era de un color rojo que combinaba muy bien con el azul cielo del kimono, bordes dorados en forma de pequeñas rosas adornaban las orillas de las mangas dándole un toque más bello, el kimono le llegaba hasta el piso cubriendo sus pies. A pesar de que su esposo y el eran ricos, el castaño no estaba acostumbrado a usar ese tipo de atuendos, pero el pelirrojo se lo había pedio y no pudo negarse.

El kimono acentuaba aún más sus curvas, la estrecha y pequeña cintura, sus bonitas caderas, los estrechos hombros junto con su espalda y ese bien parado trasero que cuando caminaba se contoneaba junto con la tela del atuendo.

Salió completamente del auto agradeciéndole a su esposo con la mirada y una dulce sonrisa, el chofer se retiró con una reverencia para después subir a la camioneta y emprender camino a la mansión, su jefe le enviara un mensaje para cuando los venga a recoger.

-tal vez hubiera sido mejor que organizáramos la cita en un pequeño restaurante o en una cafetería…-

-yo no le veo el problema-

El doncel volteo a ver a su esposo con un lindo puchero.

-¿y que tal si se asusta y se va?-

-entonces conseguiremos a alguien más-

El castaño suspiro, tenía que tener fe en que esta persona aceptara.

-¿vamos?- dijo extendiéndole el brazo a su esposo.

-¡sí!- tomo su brazo e inhalo con fuerza cerrando los ojos para luego abrirlos y mostrar una hermosa sonrisa.

 

 

Fueron guiados al interior del restaurante por el mesero principal, el lugar era hermoso, tenía varios candelabros  que destellaban un color dorado y llamativo, las paredes de un color blanco con una que otra pintura de artistas reconocidos metidos en marcos plateados con bordes decorados, las mesas eren grandes con un mantel blanco que tenían en medio un bello florero de cristal con rosas rojas y amarillas, alado de estas platos de porcelana en cada asiento con su asignada servilleta al lado.

Se sentaron en un mesa con cuatro asientos asignados, ya que así lo había pedido el pelirrojo, tomaron lugar uno al lado del otro dejando los dos haciendo enfrente de ellos.

-me pregunto a qué hora llegara…-

-no tardara, mande al chofer por ella-

-¿Qué? Seijuro ¿Por qué no me dijiste? Hubiéramos pasado por ella en el camino y así no tendríamos que esperar-

-calma kouki, yakuta me envió en mensaje diciéndome que llegaran en cinco minutos- dijo dándole un beso en la frente para quitar ese adorable ceño fruncido de su pareja.

-está bien…-

-¿Qué te parece si ordenamos ya? Tengo algo de hambre-

-nada de comer hasta que estemos todos seijuro-

-¿enserio me privaras de comer kouki?- el pelirrojo miro de forma seria a su esposo.

-mantendré tu boca ocupada amor- dicho esto, el doncel se acercó a su esposo y unió sus labios en un dulce beso mientras le acariciaba la mejilla.

-eh… cof cof disculpen la tardanza, ryota anda muy sentimental estos últimos días- dijo un guapo varón un poco avergonzado por la escena, de cabellera negra y de ojos azules recordando lo insoportable que había estado su hermoso esposo este tiempo con el embarazo.

-¡kasamatsu-san! Di-disculpe por lo que vio…-dijo separándose del pelirrojo, el cual gruño un poco por ser interrumpido.

-n-no hay problema…-

-¿Yukio trajiste todo lo necesario?- pregunto mientras tomaba con suavidad la mano de su doncel y miraba cerio al varón.

-sí, traje los documentos para que ella solo firme y listo- contesto serio el abogado.

-bien entonces…- pero lo interrumpieron antes de terminar.

-disculpe Akashi-sama, pero esta persona lo busca- el mesero se quitó de enfrente de la vista del pelirrojo para mostrar a una chica, muy linda, de cabello castaño hasta la cintura y bonitos ojos cafés.

Kouki se emocionó pero seijuro y yukio se pusieron serios al verla. Kazunari había escogido una persona que tenía la misma fisionomía que su esposo. Hablaría con Shintaro seriamente sobre esto.

-si, por favor tome asiento- el mesero dio una reverencia y se retiró dejando a la mujer hay.

-usted debe ser Katori Hanami-

Ella asintió sonrojándose en el proceso, ese hombre era muy atractivo y su vos era tan varonil. La mujer estaba tan ensimismada con el pelirrojo que ni siquiera presto atención a las otras dos personas que se encontraban en la misma mesa.

-Hanami-san le agradezco mucho que allá aceptado esto por mi esposo y por mí- dijo el pelirrojo.

La chica frunció el ceño ¿esposo? ¡Ah sí! Ahora lo recordaba, se supone que estaba vendiendo su vientre para cargar con el hijo de una pareja de casados ya que el esposo doncel no podía tenerlos porque su matriz era muy débil.

Fue ahí que se dio cuenta de que habían otras personas en la misma mesa, giro su bonito rostro a la derecha del guapo pelirrojo, sus ojos color café claro vieron la menuda figura de un doncel “corriente” en su opinión, era lindo tenía que admitirlo, pero demasiado sencillo para ese adonis que tenía como esposo.

Kouki le sonrió tan lindamente que la chica se sintió algo incomoda, el de baja estatura la miraba con ojos que destellaban esperanza pura, quería que firmara el contrato para que les pudiera dar un hijo.

Decidió solo saludar con la cabeza a los dos individuos y posar nuevamente sus ojos en el atractivo varón.

Kouki estaba tan entretenido mirando a la mujer que tenía el mismo color de pelo y ojos que él, no le molestaba al contrario, si la mujer tenía una que otra cosa parecida con él puede que él bebe salga con el cabello castaño o con ojos castaños y así por lo menos será una combinación de seijuro y el. 

Enserio ya quería empezar con todo esto y poder tener a su bebe en brazos, mimándolo y dándole todo el amor que pueda.

-sí, yo estoy feliz de poder darle a una pareja lo que más desea- dijo sin apartar la mirada del pelirrojo.

-bien si todo ya está arreglado, le pido que por favor firme los papeles y empecemos con la cita para la inseminación artificial- Yukio le paso una carpeta color amarilla la cual contenía varios documentos.

La mujer firmo sin basilar, le daría un hijo a ese hombre costara lo que costara, le daría algo que su inútil esposo no podía darle.

Un hijo.

Y quien sabe, tal vez se proponga a quitarle el varón al doncel… después de todo ella no estaba defectuosa.

Hanami frunció el ceño cuando vio como el doncel empezó a llorar de la felicidad abrazando al varón, el cual le limpiaba las lágrimas con dulzura y amor.

-di-disculpa por esto hanami-san… es solo que estoy tan feliz- dijo mirando a la mujer con una radiante sonrisa.

Los varones sonrieron al ver al castaño tan feliz, pero su sonrisa desapareció al oír como la chica le respondía al doncel.

-no importa- dijo de manera seca virando su vista al pelirrojo.

-¿a qué se dedica Akashi-san?- dijo de manera dulce.

-Sei es empresario y es jefe y dueño de la corporación AKSHIS CORP ¿no es genial?- kouki respondió por su esposo muy feliz y orgulloso de este.

-Así es- dijo con una sonrisa arrogante pasando el brazo por la cintura  de su castaño.

-¡Sip! Estoy muy orgulloso de este maravilloso hombre- dijo besándole la mejilla con amor, haciendo sonreír al pelirrojo y al pelinegro,  pero haciendo enojar a la castaña que volteo los ojos en blanco, le fastidiaba la vos del doncel, no le dejaba escuchar al varonil personaje que tenía enfrente.

-bueno si esto es todo prosigamos con la cena- el pelirrojo levanto su brazo y enseguida un mesero se le acercó para tomar las órdenes, vente minutos después en que yukio y kouki hicieron a hanami leer los documentos y acuerdos para que todo se encuentre bien, no querían arriesgarse a que al final la mujer les dijera que se quedaría con él bebe.

-y dime hanami-san ¿a qué te dedicas?- kouki pregunto mientras comía de su sopa de cangrejo acompañado de pan con mantequilla.

-soy chef de un restaurante- dijo sin ni siquiera voltearlo a ver.

-¡oh! ¿Enserio? Eso es genial, nosotros tenemos un amigo muy cercano que también es chef, de echo hasta tiene varios restaurantes en Japón y en otras partes del mundo, tal vez lo conozcas su nombre es Aomine Ryo- dijo sin parar de sonreír.

Hanami abrió los ojos en grandes, Aomine Ryo era su jefe y ahora se sentía honrada de que entre tantos chef la hubiera escogido a ella para ser cocinera en uno de los restaurantes que inauguro no hace mucho.

-eh… si, en realidad es mi jefe-

-¡ah! Eso es genial, le hablare a Ryo-kun de ti, de seguro eres una gran cocinera-

-¿enserio? ¡Se lo agradecería mucho kouki-san!- tal vez podría sacar provecho de esto.

 

Después de una emana cena en donde el único que hablaba era el castaño y una que otra cosa por parte del pelinegro la cena cabo.

-bueno yo me retiro, ryota me acaba de enviar un mensaje diciéndome que quiere pastel de chocolate, ha estado con antojos últimamente-

-¿quiere que lo llevemos kasamatsu-san?-

-no te preocupes por eso kouki-kun, traje mi auto. Nos vemos- el pelinegro se despidió con una sonrisa de la pareja y con una mirada seria de la mujer, que lo ignoro por estar viendo al pelirrojo.

-bien entonces vamos hanami-san, te llevaremos a casa- dijo con una sonrisa.

Un auto color negro con los vidrios polarizados se estaciono justo enfrente de ellos, la mujer sonrió y justo cuando estaba a punto de subir el varón la detuvo.

-nos dio mucho gusto conocerla hanami-san, la esperamos mañana a las seis en punto en el hospital Midorima para la inseminación artificial y le agradecería que no llegara tarde, detesto la impuntualidad- seijuro vio a la mujer con ojos fríos que hicieron estremecer el cuerpo de hanami, la cual no sabía si era por miedo o excitación.

-no se preocupe Akashi-san ahí estaré- dijo sonriéndole e ignorando al castaño.

-bien, vamos amor ya es tarde y no quiero que te desveles- tomo a su esposo de la cintura y caminaron hasta una limosina color blanca que se situaba justo detrás del auto negro.

-u-ustedes ¿no se subirán?- dijo inquieta, tenía la esperanza de seguir viendo a ese bello hombre aun sabiendo que lo vería mañana. Y también porque le daban celos el hecho que se valla con el doncel.

-no, mi chofer la llevara a su casa. Que pase buenas noches- Akashi ni siquiera  volteo a mirarla, estaba demasiado entretenido viendo los adorables pucheros de su esposo.

La mujer chasqueo la lengua con molestia y se subió al auto de mala gana. Tenía que esforzarse si quería a ese adonis con ella.

-¡sei! Ya no soy un niño puedo dormirme a la hora que quiera y quería acompañarla a su casa, tenía ganas de preguntarle más cosas- kouki se subió al auto con las mejillas infladas y el ceño fruncido.

Adorable.

-vamos amor no te enfades, sabes muy bien que mañana puedes preguntarle todo lo que quieras- se subió al auto y le dio señales a su chofer para que arrancara.

-lo se…pero ¿Por qué no la fuimos a dejar? Su casa no queda tan lejos y así te hubieras evitado traer la limosina- dijo mientras levantaba su mirada para posarla en esos bellos ojos de diferente color.

-sabes que no es problema para mí, además quería estar a solas contigo-

El pelirrojo atrajo a su doncel del brazo y lo sentó con suavidad sobre sus piernas, kouki puso su cabeza en el hombro de su esposo y aspiro la varonil colonia que desprendía de su cuerpo.

-kouki-

-¿sí?…-estaba empezando a dormitar.

-te amo- dijo mientras abrazaba el delicado cuerpo.

-y yo te amo más- el castaño beso con ternura el cuello y mejilla de su pareja para después acurrucarse en su hombro.

 

 

-¡oh! qué bueno que ya llegaron, empecemos ¿sí?- dijo en hermoso doncel de caballera negra y ojos azules.

Eran las seis con diez de la mañana y ya todos se encontraban en el consultorio de Midorima Kazunari, esposo de Midorima Shintauro.

Kouki bostezaba de vez en cuando, no estaba acostumbrado a levantarse tan temprano, llevaba puesto una sudadera con gorrito de oso que le quedaba grande y unos pantalones de mezclillas sencillos junto con sus tenis negros, cualquiera que lo viera no pensaría que era esposo de un multimillonario, en cambio seijuro solo llevaba puesto unos pantalones de mezclilla negros, tenis rojos y una camiseta blanca, todo con su cabello color granate alborotado, aun con ropas simples el pelirrojo se veía extremadamente guapo.

Hanami no dejaba de ver al varón, joder con esa ropa y el porte serio daba un aire de rebeldía total, la mujer se estaba babeando ahí mismo.

Ella en cambio solo traía puesto un vestido floreado color verde y blanco, con unos zapatitos color blanco, traía poco maquillaje solo algo de rimen, perfilacion de cejas y labial color rosa, quería llamar la atención del pelirrojo, pero este se encontraba muy ocupado poniéndole el gorrito de osito a su esposo y tomándole una que otra foto con su celular mega moderno. Kouki estaba avergonzado y tenía sus mejillas rojas.

La mujer frunció el ceño, si ella fuera esposa de ese hombre no dudaría en comprar y ponerse toda la ropa cara y de marca que pueda junto con todas las joyas, collares, pendientes, brazaletes, anillos, etc. Acentuando a todas la personas que la vieran que estaba casada con un hombre importante.

Maldecía a ese doncel por su suerte.

-bien para empezar necesito que Akashi-chan ponga su esperma aquí y que hanami-chan me acompañe a ginecología-

Kazunari le dio a seijuro un pequeño frasco de plástico con tapa roja que tenía su nombre escrito con plumón negro.

-recuerda Akashi-chan la muestra tiene que ser puesta directamente en el frasco, no la toques con tus manos ni con ninguna otra cosa, en el pasillo a la derecha hay un pequeño cuarto con puerta color café, hay  revistas por si necesitas apoyo- el pelinegro le guiño el ojo y se fue de ahí empujando a la mujer, la cual parecía no se quería alejar de la pareja.

Seijuro se quedó viendo el frasco con seriedad mientras kouki lo guiaba a la habitación donde kazunari les había dicho.

-parece que es este- abrió la puerta de madera encontrando en el interior un pequeño cuarto que parecía baño, una silla que se veía incomoda y un montón de revistas pornográficas apiladas en frente de la esta.

-joder esto no puede ser más patético- el pelirrojo frunció el ceño cuando  entro al lugar, olía asqueroso., miro las revistas apiladas en el rincón y frunció aún más el ceño, claro que no se calentaría con unas simples revistas de mujeres y donceles mostrándolo todo en pose sugestivas, solo podría tener una erección si sacaba su celular y se metía a la carpeta especial que contenía fotos de su esposo durmiendo después de hacer el amor. 

Fotos en donde su hermoso castaño se encontraba durmiendo en su enorme cama matrimonial enredado entre las sabanas de seda de color rojas y otras en donde se encontraba durmiendo pero esta vez solo trayendo puesta una de sus camisetas junto con uno de sus bóxer. Mierda de solo acordarse de esas escenas su miembro se estaba empezando a poner duro.

-sei…- kouki jalo la manga de su playera para llamar su atención.

-¿si?-

-quieres que… te ayude- dijo mirándolo con ojitos de cachorro y revoloteando sus espesas pestañas.

-sabes que a ti nunca podría decirte que no amor- seijuro sonrió con lujuria y atrajo el cuerpo de su esposo al suyo metiéndose en la estrecha habitación y serrando la puerta con seguro.

El pelirrojo beso con ferocidad a su doncel mientras paseaba sus manos por todo el cuerpo parando justo en el firme trasero masajeándolo suavemente, kouki soltaba suspirón de excitación sintiendo las grandes manos de su hombre en sus nalgas, poso sus pequeñas manos en el tonificado pecho bajando lentamente pasando el sixpacs llegando hasta la cadera donde empezó a desabotonar al pantalón, bajando el cierre dejando expuesto el ajustable bóxer negro.

Soltó un gemido cuando su esposo metió sus manos dentro de la sudadera  para pellizcar los rosados pezones. Kouki se separó del demandante beso para arrodillarse y quedar de enfrente al miembro del pelirrojo, bajo un poco los bóxer dejando expuesto en prominente pene que se alzaba en todo su esplendor.

El doncel se relamió los labios y sin perder tiempo engullo completamente el enorme pene chupándolo con gula, seijuro hiso su cabeza hacia atrás disfrutando de la exquisita felación que le estaba otorgando su pareja. Amaba cuando kouki se la chupaba.

-mmm vamos kouki sigue mamando-

El castaño subió la intensidad de la chupada otorgándole placer a su esposo.

-ben aquí-

Seijuro tomo a su esposo del brazo poniéndolo de cara a la pared y bajándole los pantalones junto con la ropa interior, kouki entendió y alzo su trasero lo más que pudo para su amor.

-¿lo quieres kouki?- el pelirrojo restregaba la punta de su pene sobre la rosada entrada y entre las nalgas.

-si…- dijo en un susurro.

-¿Qué quieres? Dímelo bien claro- el pelirrojo le dio una nalgada al glúteo derecho excitándose a un más al ver como se empezaba a poner rojo.

-qui-quiero que e-entres…-

-no, no, no kouki, esas no son las palabras- metió solo la cabeza de su pene esperando las palabras que deseaba.

-¡ah! ¡Quiero que me cojas seijuro!-

-bien dicho amor-

El varón entro de una sola embestida al cuerpo de kouki comenzando a penetrarlo sin compasión, sabía que no le dolía ya que la lubricación natural del doncel lo ayudaba.

-¡ah! ¡Ah! ¡Oh!  Mmm que rico sei…-

-mmm ¿te gusta?- lo tomo de la cadera haciendo que el doncel se inclinara más sobre la pared, sosteniéndose solo de sus manos.

-¡si! ¡Oh! ¡Si! ¡No pares! ¡Tan rico!-

-carajo kouki…-

-¡sigue! ¡Sigue! ¡No te detengas amor! ¡Ah! ¡Ah!-

Justo cuando estaba a punto de venirse salió del cuerpo de su esposo con rapidez, tomo el pequeño frasco de plástico y se masturbo un poco para poder terminar en él.

Kouki se tuvo que masturbar para poder terminar, se colocó su bóxer color crema ajustado y se subió sus pantalones, espero a que su esposo terminara de cerrar el frasco para meter su miembro de vuelta a su bóxer para después subirse la cremallera y abrochar el pantalón.

Cuando terminaron de arreglarse en doncel se acercó al de ojos dispares para pararse de puntitas y darle un beso de piquito con cariño.

-te amo- dijo el castaño.

-y yo te amo más- le contesto su esposo. Se volvieron  a besar demostrando lo mucho que se amaban para después salir del estrecho lugar.

Las horas pasaron rápido en todo el ajetreo del hospital, la inseminación había sido un éxito  ahora solo faltaba esperar unas semanas a los resultados.

La pareja no se salvó de una que otra broma del doncel pelinegro haciendo sonrojar al castaño y provocando una sonrisa arrogante en el varón, el cual abrazaba posesivamente de la cintura a su adorado esposo.

Hanami veía todo con el ceño fruncido, no era estúpida, sabía que en todo el tiempo que esos dos estuvieron solos hicieron más que solo darse un beso y lo afirmaba por las mejillas rojas de kouki y su cabello alborotado junto con sus ropas no tan arregladas.

Tenía que empezar a moverse y pronto.

 

 

Había pasado ya un mes desde entonces y para alegría del castaño los resultados fueron positivos ¡estaban esperando un bebe!

Desde que se enteraron kouki no ha parado de llevar a hanami a tiendas de bebes comprando esto y aquello, el doncel realmente se veía feliz.

Hoy no era la excepción, kouki le pasó a buscar en un auto con los vidrios poralizado, custodiado por guardias claro está, a seijuro no le gustaba dejar que su castaño saliera sin protección.

A hanami no le gustaba salir con el castaño, sobre todo si no era acompañado del pelirrojo, el doncel le parecía desesperante con su vos dulce y amable y esa cara de yo no mato ni una mosca, de daban nauseas de solo verlo, al parecer hoy irían con compañía ya que cuando se subió al auto distinguió varia cabelleras.

Dos pelinegros de nombre kazunari y reo, al primero ya lo conocía pero al otro no, pero de algo estaba segura era de que ese doncel era hermoso, otro era una cabellera color azul y otra rubia, tetsuya y ryota, al segundo lo conocía por que lo había visto en revistas de moda, era un modelo, pero tal parece estaba esperando ya que su pequeña barriguita lo delataba.

-¡mucho gusto hanamicchi!- la mujer arrugo los ojos por la vos tan chillona.

-hola…-

-hola hanami-chan- dijo kazunari.

-hola midorima-san-

-mucho gusto hanami-san- dijo el doncel peli celeste.

-hola-

-¡ah! Tu debes ser hanami es un gusto conocerte sei-chan me hablo un poco de ti-

-¿Akashi-san le hablo de mí?-para reo y tetsuya no pasó desapercibido el brillo que surgió de los ojos de la muchacha al decir el nombre del pelirrojo.

-sí, lo hiso-

-espero que no te moleste, pero ellos son mis mejores amigos iba a venir ryo-kun también pero le surgió un inconveniente.

Hanami solo asintió sin prestarle atención haciendo enojar a las personas de  cabellera color azul y negra.

El día paso rápido entre compras y pláticas, todos se divertían, decidieron descansar en un parque comiendo algo de helado y viendo a los niños jugar.

-Mibuchi-san podría acompañarme a comprar una botella de agua por favor- el pelinegro asintió y siguió al peli celeste.

-¡esperen! Yo quiero otro helado- el rubio se paró de su lugar con cuidado y siguió a los donceles.

-¡yo también!- dijo kazunari.

-¿Qué pretendes tet-chan?- kuroko los llevo a unos arbustos que se encontrabas justo detrás de la banca en donde hace poco se encontraban sentados, viendo la espalda de kouki y hanami.

-supongo que ya debe saberlo mibuchi-san-

-¿Qué hacemos aquí kurokocchi?-

-guarda silencio kise-kun-

-tienes razón tet-chan, no me gusta como esa mujer mira a kou-chan-

-¿de qué hablan? Hanami-chan es una buena chica- dijo el de ojos azules confundidos.

-guarden silencio- dijo el peli celeste.

-los chicos son algo imperativos- dijo kouki mirando a la mujer.

-si…- tsk tenía que hacer algo ahora que lo tenía  solo.

-kouki-san…-

-¿si hanami-san?-

-debe ser duro… no poder darle una familia su esposo-

Kouki se tensó, no le gustaba hablar de eso, no le gustaba hablar del hecho de que su cuerpo fura… defectuoso.

-s-sí, mira esas flores son muy…- pero fue interrumpido.

-debe ser difícil el hecho de recurrir a alguien más para poder conseguir una familia, ya que usted no puede hacerlo-

Kouki bajo la mirada aguantando las lágrimas ¡claro que fue difícil! Cuando fue al hospital para saber porque aún no había quedado en estado, le dieron la desagradable noticia de que su matriz era demasiado débil como para poder sostener un hijo, podría causarle abortos o incluso cáncer, recuerda que seijuro le dijo que si le extirpaban la matriz con una operación no habría riesgo de que le diera cáncer.

Después de varias suplicas del pelirrojo y de kazunari acepto hacerse la operación, fueron meses de recuperación y noches de dolor llorando por ser un doncel defectuoso, kouki llego al grado de pedirle el divorcio a seijuro para que este se buscara una esposa que pudiera darle una familia y un heredero para la empresa. Por supuesto el varón se negó rotundamente explicándole que no necesitaba una familia por que kouki ya era su familia y mientras estuvieran los dos juntos sería feliz de por vida.

Fue entonces que kazunari les hablo de la inseminación artificial diciéndole que podía conseguir a alguien que les diera el hijo que desean.

Al pelirrojo realmente no le parecía tan agradable la idea, pero kouki realmente quería un bebe a quien amar y cuidar, por supuesto seijuro acepto, si kouki quería un bebe entonces tendría un bebe.

-dígame kouki-san, ¿no ha pensado en su esposo? En el hecho de que estuviera no sé, decepcionado- la mujer sonrió para sus adentros cuando vio al castaño temblar y bajar la mirada, estaba haciéndolo sentir mal al recordarle lo que no podía hacer.

-y-yo…- ya no pudo retener las lágrimas.

-Akashi-kun ama demasiado a kouki-kun como para pensar en tonterías como estar decepcionado-  kuroko tenía el ceño fruncido, estaba enfadado y no solo el, los otros tres personajes estaban entre asombrados, decepcionados y enojados con esa mujer.

-tetsuya… solo estamos platicando de nada importante, no te preocupes ¿sí?- el castaño trato de sonreír, pero no podía.

-¡estaba humillándote kou-chan!-

-mibuchi-san no es verdad, hanami-san solo tenía curiosidad-

-eso no fue lo que escuche koukicchi- dijo el rubio con mirada seria.

- ya les dije que no es lo que piensan, hanami-san solo tenía curiosidad y es todo,  será mejor que nos vallamos se está haciendo tarde- kouki se para de la banca tomando en el proceso la mano de la castaña para dirigirse a auto donde los esperaba su chofer.

Los otros los seguían un poco lejos.

-¿lo tienes tet-chan?-

-sí, Akashi-kun se enterara de esto- los otros dos asintieron y kuroko guardo su celular apagando en el proceso la grabadora de vos.

 

 

Después de dejar a todos en su casa kouki le pidió al chofer que lo llevara al edificio en donde trabajaba su esposo, necesitaba a seijuro.

Llegaron al enorme edificio de ventanales polarizados y hermosas plantas decorando la entrada. Se podía apreciar en letras grandes AC.

Kouki bajo del auto y le pidió a su chofer que se fuera a casa porque se iría con su esposo.

Entro al edificio pasando el recibidor y subiendo al elevador, todos los trabajadores de la empresa lo conocían ya que venía a visitar a su parea a menudo a su trabajo y también porque hace un año una trabajadora que al parecer era nueva, me metió con el diciéndole que “los pordioseros no deben entrar a este lugar” kouki se había enfadado tanto porque la mujer aparte de gritarle tales palabras, lo saco a patadas del edificio arrojándole un vaso con agua en el proceso. Los demás trabajadores se quedaron en silencio temerosos de lo que pudiera hacerle el jefe a su compañera, por eso nadie se acercó a ayudar a kouki por miedo de entrometerse.

Todos temblaron cuando vieron a su jefe aparecer bajando de su auto, apresurándose a su esposo que se encontraba mojado y tirado en el piso.

El pelirrojo miro a la mujer que aún se encontraba con el vaso de agua en sus manos y le dijo de una forma tan fría y escalofriante que la esperaba en su oficina, nadie sabe lo que ocurrió después, solo recuerdan salir a la mujer de la oficina  de su jefe con la cara toda blanca y temblando un poco, desde entonces todos saben que kouki era como su segundo jefe.

El castaño bajo del elevador que paro en el último piso de arriba en donde se encontraba la enorme oficina de su esposo, paso a la secretaria que lo saludo cordialmente y entro sin tocar empujando la enorme puerta de madera doble del lugar.

Seijuro se encontraba sentado detrás de su escritorio de caoba en color negro hablando por teléfono en un perfecto francés.

-je serais ravi d'organiser un conseil d'administration (bien me encantaría que organizáramos una junta directiva)-

El pelirrojo paro de hablar cuando vio a su esposo entrar a su oficina con la cabeza gacha y temblando un poco.

-je vous contacterai après M. alet (me comunicare con usted después seños alet)-

-kouki ¿Qué sucede amor?- se paró de su silla y se encamino a su castaño abrazándolo contra su pecho.

-sei tu… ¿me amas?- el castaño no aguanto más y se puso a llorar.

-por supuesto, más que a mi propia vida- el pelirrojo frunció el ceño al sentir mojada su camisa.

-¿aunque este defectuoso?-

El varón apretó los dientes molesto y separo a su esposo con brusquedad de su pecho.

-deja de decir tonterías kouki, tu no estas defectuoso eres perfecto tal y como estas-

Kouki no paro de llorar en el pecho del varón hasta que se quedó dormido y seijuro lo llevo a la mansión para que descansara.

El pelirrojo salió de la habitación que compartía con su pareja y se encamino a su despacho, su celular sonó, era un mensaje de tetsuya aparecer le había enviado una grabación.

Apretó el botón de reproducir y su cara se deformo a una de molestia total, sus ojos se ensombrecieron, apretó sus puños hasta enterrarse las uñas en las palmas y en su cuello sobre salió una vena.

Tomaría cartas en el asunto.

Seijuro sabía que desde la primera vez que se vieron la mujer había caído enamorada de él, no era estúpido, podía notar como hanami miraba a su esposo con fastidio y también se daba cuenta de que la castaña no le apartaba la mirada de encima y cada que podía le preguntaba cosas que no eran de su incumbencia. Se había mantenido de la vista gorda por el simple hecho de que su esposo se veía tan feliz de que la chica hubiera aceptado que no tenía la fortaleza como para borrarle esa hermosa sonrisa de felicidad, pero esto era demasiado, no dejaría que ninguna persona hiciera sentir mal a su  castaño, si no dejo a su padre hacerlo, mucho menos dejaría a una estúpida chica que creía poder meterse en su matrimonio.

 

 

Se sentí feliz, el hombre del que estaba enamorada le había invitado a comer en un restaurante de nombre, se puso la ropa más formable que tenía la cual era un vestido largo de color verde limón con escote en la espalda, el vestido fue comprado por kouki cuando la mujer le pidió que se lo regalara, después de todo tenía que sacar provecho de lo amable que era el doncel.

Traía maquillaje un poco excesivo y su cabello estaba amarado en un chongo en forma de cebolla. Quería impresionar y seducir al varón.

La limosina que la fue a buscar le dejo enfrente de un restaurante italiano cinco estrellas, bajo alzando un poco su reluciente vestido dejando a la vista una hermosas zapatillas de color plateado, el camarero principal la guio a una mesa que se encontraba en el fondo a lado de la ventana en donde se podía apreciar un bello jardín con sus jazmines reluciendo en los arbustos. El pelirrojo ya se encontraba ahí.

Se sentó en su lugar el cual estaba justo enfrente del varón, estaba vestido con un traje color gris y una corbata negra, con su cabello revuelto.

Tan atractivo.

-h-hola Akashi-san- trato de aparentar timidez y le hablo con la vos más dulce que pudo.

El pelirrojo sentía que se vomitaba ahí mismo de tan solo escuchar la vos falsa de esa mujer. Suspiro y tomo un sorbo de su wiski con hielo, había citado a la mujer para dejarle las cosas claras, le diría que no tenía ninguna oportunidad con él, que seguirían con lo del embarazo solo que ahora kouki dejaría de visitarla y que enviarían a su casa todo lo necesario para su cuidado, no habría visitas, kazunari sería el único en verla para poder cuidar del embarazo y se verían solo hasta el noveno mes en donde ella esté lista para dar a luz.

Mantendría a kouki lejos de todo esto, en todo lo que dura el embarazo se llevaría al castaño a uno de los ranchos de la familia, en donde tenían sus ganados de vacas y otros animales, donde el doncel se pueda relajar cuidando de los caballos y el bello jardín lleno de flores, frutas y verduras plantadas.

Kouki amaba todo eso.

Levanto la mira para ver a la mujer frunciendo un poco el ceño, terminaría rápido con esto y se iría a su mansión para estar con su castaño.

-hanami-san buenas noches. Le pedí que nos juntáramos a cenar esta noche porque me gustaría aclarar algunas cosas con usted- se terminó el wiski de un trago y miro a la mujer con ojos escalofriantes que la hicieron temblar un poco de miedo.

-usted no es nada importante en la vida de mi esposo y yo, usted solo es el contenedor al cual le pagamos una generosa suma de dinero para albergar a nuestro hijo. Usted solo es una persona más en este asqueroso mundo que hace lo que sea por dinero y por las ropas que usa dudo que sea mentira- el pelirrojo sonrió con arrogancia al ver el rostro indignado y enojado de la mujer.

-como se atreve… ¡no voy a dejar que me insulte!- la chica lo miro con ojos fieros.-si este es el trato que me darán entonces olvídese del contrato y de su hijo-

La mujer sonrió para sus adentros, si no podía tener a ese hombre entonces  conseguiría algo más dinero y beneficios chantajeándolo con su hijo.

El de ojos dispares sonrió con egocentrismo, esa mujer realmente tenia aire en el cerebro.

-le recuerdo señorita hanami que usted firmo un contrato en donde aceptaba claramente alquilar su vientre y darnos un hijo. De no ser que cumpla con el contrato se le cobrara todo el dinero que pagamos por usted y cualquier otro beneficio que allá tenido de parte de nosotros… y déjeme decirle que con todo el trabajo que haga en su vida no creo que pueda pagarnos.- dijo mirándola de arriba abajo, de seguro ese vestido se lo compro con el dinero que le pagaron y por la facha no se veía para nada barato.

La mujer se quedó paralizada, había olvidado el contrato que firmó en la cena de presentación y lo peor de todo es que ya se había gastado gran cantidad de dinero que le pagaron en comprar una casa en otro país, en ropa de marca y joyas.

Estaba jodida.

-u-usted no puede…-dijo espantada.

-oh claro que puedo, después de todo el contrato lo estipula. Hanami-san le recomiendo que medite sus palabra antes de soltarlas ya que le puede salir el tiro por la culata- dijo sonriendo- ah y por cierto aunque se niegue tendrá que darnos a mi esposo y a mí un hijo ya que justo ahora se encuentra embarazada y no le darán el permiso de tener un aborto, también que desde ahora se encargara del embarazo usted sola, claro que supervisado por personas contratadas por mí, nos veremos hasta el día del parto. Conpermiso que pase buenas noches-  dicho esto salió del lugar para esperar a su chofer dejando a la mujer sola en la mesa con lágrimas en los ojos y el maquillaje todo escurrido.

 

 

Llego a su hogar media hora después, se sentía estresado y sus hombros estaban tensos, había adelantado gran parte de trabajo de la empresa para poder estar estos meses restantes con su pareja. Suspiro y subió los grandes escalones de su mansión para llegar a la habitación principal, entro con sigilo para no despertar a su esposo que por la hora y debería estar acostado.

Vio el delicado cuerpo de su pareja acostado de lado con las sabanas hasta las caderas, el pelirrojo noto que la camisa que llevaba puesta el castaño era suya ya que se le resbalaba por los hombros.

Sonrió, se acercó a su ángel y beso su frente para después quitarse el traje  y meterse al baño. Necesitaba una ducha.

Salió del baño solo en bóxer, se acercó a la cama y se posiciono detrás del doncel para abrasarlo de la cintura y quedar acurrucado. Ya tenía todo listo para viajar mañana a la hacienda de la familia, había mandado ya sus maletas con todo lo necesario para quedarse ahí por ocho meses. Sonrió, ya quería estas  haya y montar a caballo junto a su esposo.

Siete meses después

un castaño y un pelirrojo se encontraban en un arroyo perteneciente a la hacienda, las grandes piedras se reflejaban en el agua clara y limpia las cuales se movían por los movimientos rítmicos de cierto doncel que se encontraba sentado con las piernas abiertas sobre su pareja auto penetrándose.

-¡ah! Mmm ¡ah! Sei ya no puedo…-

-bien déjamelo a mí- el varón beso la frente de su esposo para tomarlo de las nalgas y salir del arroyo, lo cargo hasta llegar a uno de los árboles del lugar para estamparlo ahí y penetrarlo con velocidad.

-ah… ¿así kouki?-

-¡ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Esto se siente tan bien! ¡Ah! ¡Joder sei no pares!- el cuerpo de kouki se mecía de arriba abajo con las deliciosas penetraciones.

-mmm me gusta cuando usas palabras vulgares- lo sujeto de la cintura y lo bajo del árbol para darle la vuelta y que se sostuviera del tronco, alzo sus caderas y volvió a entrar con brusquedad.

-¡seijuro!-

-mierda… mueve más ese bonito culo cariño- dijo dándole un nalgada.

-mmm sei… amo tu pene- le contesto relamiéndose los labios por las ricas embestida.

-y yo amo follarte-

Las penetraciones siguieron hasta que el castaño se corrió manchando el tronco del árbol y el pelirrojo en su interior.

Una vez recuperados del delicioso orgasmo se dispusieron a vestirse, kouki se puso su ropa que consistía en un short corto de mezclilla y una camisa de abotonar blanca manga tres cuartos junto con sus tenis blancos, seijuro se colocó su pantalón gris de mezclilla, una camisa de abotonar manga larga color roja con cuadros negros y sus botas negras.

Subieron a su caballo color blanco que se encontraba un poco alejado del lugar, el doncel se subió con ayuda de su esposo y se sujetó de las cuerdas, seijuro se subió detrás de él pasando los brazos por la cintura del castaño tomando las riendas para empezar a nadar a la hacienda.

Iban tan distraídos dándose uno que otro mimo que ni siquiera se dieron cuenta cuando llegaron al rancho, el pelirrojo le iba acariciando las desnudas piernas al doncel mientras este le metía uno que otro manotazo haciendo un adorable puchero.

Uno de los mayordomos llego corriendo hacia ello.

-A-Akashi-sama- esta agitado.

La pareja volteo a verlo confundidos.

-¿Qué pasa ayuka?-

-llamaron del hospital Midorima, se solicita su presencia enseguida-

-s-sei tú crees que ya…-

-hay que averiguarlo. Ayuka dile al chofer que esté listo todo con nuestras maletas en veinte minutos partimos-

-si Akashi-sama-

 

 

Después de dos horas de viaje llegaron directamente al hospital, preguntaron a la secretaria en donde se encontraba la habitación de katori hanami, subieron el elevador y entraron en la habitación numero 325 encontrando a la castaña anestesiada, con el cabello alborotado y sudor en toda su cara. Kazunari se encontraba justo alado de la cama checando que todo se encuentre bien.

-kazunari…-

-¡oh! ya llegaron, aunque un poco tarde debo decir, dio a luz hace una hora y desde entonces no ha despertado-

-kazunari-kun…-

-entiendo, acompáñame kou-chan-

El castaño lo siguió con paso vacilante al pelinegro, por fin vería a su bebe.

Entraron a la sección de los cuneros, kouki pudo apreciar a muchos bebes durmiendo y otros chupando sus deditos o simplemente mirando todo con curiosidad, el castaño sonrió con ternura al verlos.

Kazunari le pidió que cerrara los ojos, kouki lo hiso sin chistar y enseguida escucho al pelinegro decirle que extendiera los brazos.

El doncel estiro sus delicados brazos los cuales temblaban un poco, sintió sus lágrimas recorrer sus mejillas al momento que un bultito fue colocado en sus brazos.

-¡felicidades kou-chan es un hermoso varón!-

Kouki abrió sus ojos lentamente bajando la mirada a sus brazos y sus lágrimas se intensificaron, su bebe era una réplica de seijuro.

Su cuerpecito regordete con la piel blanca como la nieve hacia un bello contraste con la pelusita y cejas color granate, sus mejillas regordetas y rosadas que se encontraban infladas por el pucherito que él bebe hacia y por ultimo esos hermosos ojos color dorado que lo miraban con curiosidad iguales los de su esposo los cuales estaban cubiertos de unas pestañas color rojizas.

Su bebe era una preciosura.

-¿Cómo se llamara kou-chan?-

El castaño limpio un poco sus lágrimas sin apartar la vista de SU bebe.

-Seiji… Akashi Seiji-

-el nombre es muy lindo-

Kouki volteo a ver a su esposo con una hermosa sonrisa.

-¡sei! Mira es idéntico a ti, es un mini tu jaja-

El pelirrojo se acercó a su esposo asombrándose al ver el pequeño bultito, era una réplica suya.

-es perfecto amor- dijo abrasando a al castaño.

-lose… nuestro pequeño seiji es perfecto-

Él bebe solo los veía con curiosidad en sus inocentes ojos.

 

 

 

 

Cinco años después

Un pequeño pelirrojo de tiernos cuatro años corría por la mansión siendo perseguido por los mayordomos que tenían miedo de que su joven amo se lastimara. El niño corrió subiendo las escaleras y corriendo justo al despacho de su padre.

-¡PAPA!- el pequeño entro al despacho de su padre azotando la puerta en el proceso.

Seijuro levanto la mirada de los papeles que firmaba para mirar a su hijo con una sonrisa, se paró de su escritorio y se acercó a  su hijo cargándolo y besando su mofletes.

-Akashi-sama lo sentimos, no pudimos detenerlo-

-no te preocupes tanaka, dile a la cocinera que prepare pastelillos de frambuesa para mi esposo y mi hijo-

-si Akashi-sama-

Los sirvientes se retiraron.

-¿Dónde está tu madre seiji?-

-mama está en el jardín leyendo un libro- contesto jugando con la corbata de su padre.

-bien vamos a verlo-

-¡si!-

Salieron de la oficina y bajaron los hermosos y grandes escalones, salieron de la mansión al jardín y caminaron hasta distinguir un grande y hermoso árbol donde se encontraba sentado un hermoso castaño con el cabello un  más largo llegándole hasta la cintura.

Se encontraba sentado en el mueble columpio que su esposo había mandado a poner para él, estaba tan entretenido leyendo su libro que dio un brinquito cuando su hijo grito para llamarlo.

-¡mama!-

-¡bebe!- kouki cargo a su hijo besándole toda su carita haciendo reír al niño.

-mama, papa mando a hacer pastelillos de frambuesa-

-¡oh! ya quiero probarlos cariño- beso su pequeña frente y lo apretó contra su pecho.

-kouki-

-¡sei! ¿Ya acabaste tu trabajo?- le pregunto mientras se paraba de puntitas y besaba sus labios con cariño.

-si… tenemos mucho tiempo junto- dijo pasando sus brazos por la cadera de su doncel posándolas en el firme trasero masajeándolo.

-sei, seiji está aquí- le reclamo haciendo un puchero.

-papi no toques a mami- dijo el niño con su ceñito fruncido.

-ya deberías saber seiji que mama es mío-

-¡no! Mami es mío-

Padre e hijo se veían con ojos retadores mientras kouki solo sonreía por los celos de sus pelirrojos.

Se acercó a cada uno dándoles un beso en la mejilla y sonriéndoles encantadoramente.

-¡los amo a los dos!-

Los varones se miraron y después sonrieron.

-nosotros también te amamos amor/mami-

 

 

FIN

 

Notas finales:

este es el fanfic mas largo que e escrito asta ahora 

espero que les alla gustado 

adios

;3


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