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Un lobo con piel de hombre por wen 2min

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Notas del fanfic:

La historia no me pertenece.
Su autora original es Dakota Rebel.

Notas del capitulo: Espero que les guste.
Es una pequeña historia de unos 3 o 4 capítulos.
En retrospectiva, enamorarme de un cazador no podría haber sido la cosa más inteligente que pudiera haber hecho. Pero supongo que realmente no se pueden elegir ese tipo de cosas, el amor, quiero decir, por lo general, te elige a ti y me eligió. Lo hizo. Justo en el pecho. Literalmente.

Espera, me estoy adelantando. Si voy a contar la historia, debo empezar por el principio.

Erase una vez...

¿Qué? ¿Demasiado trillado? Bueno.

Nací siendo un chico guapo, un bebé feliz de brillantes ojos almendrados, la cabeza llena de pelo negro azabache... ¿Y ahora qué? ¿Eso fue de hace mucho tiempo? ¿Qué comience más adelante?, Maldita sea, no estamos siendo un poquito exigentes.

El mes pasado... ¿Feliz? No tiene el mismo toque de erase una vez y no es exactamente el principio, pero, como sea. No es como si esto es mi historia o algo así.

El mes pasado, dos días después de la luna llena, me encontré con Lee Taemin. …l estaba caminando alrededor de un automóvil totalmente jodido, manteniendo su teléfono celular por encima de su cabeza como si con ello pudiera obligarlo a detectar alguna señal. Desafortunadamente, su auto se había descompuesto en la temida r13;zona muerta que queda en Haean-dong, en la isla de Jeju. Y lo peor, era que había quedado justo a las afueras del parque nacional Hallasan, la tierra que yo llamo hogar, a millas de distancia de ninguna parte, un sitio que estaba completamente despoblado.

Sin embargo, allí estaba él. Nosotros dos, seis pies, dos de él, con su pelo rubio que caía sobre su frente, apenas visible debajo de la sudadera con capucha de color rojo que llevaba puesta, pómulos afilados y brillantes ojos cafés llenos de frustración. Esto me tomó más control del que me gustaría admitir, para no haberlo abordarlo de inmediato, agarrar a ese cachorro y continuar mi camino junto a él.

— ¿Necesitas ayuda? —Le pregunté.

Se volvió hacia mí mientras salía del bosque hacia él. Noté que su mano tembló e hizo un ademán como si fuera a salir corriendo y me quedé congelado, no queriendo asustarlo más de lo que ya lo había hecho.

—Amigo, ¿de dónde demonios has salido? —Preguntó.

—De ahí. —Lo dije de forma poco convincente, apuntando en dirección a los árboles.

— ¿Trabajas para el sector forestal?

—No exactamente. —Maldita sea, era curioso. Y a juzgar por su reacción ante mi presencia, estaba armado. Fantástico. Lo bueno es, que la mayoría de las personas que portan armas no las cargan con balas de plata, o yo habría tenido que ser aún más cauteloso.

Oh sí, soy un hombre lobo. ¿Si ves lo que sucede cuando insistes acerca de dónde la gente debe empezar sus historias? Se omiten cosas.

De todos modos, me mantuve en la parte trasera del coche, pensando que podría acercarse más a mí si él así lo quisiera. Yo estaba muy feliz con el solo hecho de estar allí y poder quedarme a observarlo todo el día. …l era magnífico y yo no tenía nada mejor que hacer por un buen tiempo.

— ¿Hay algún teléfono público por aquí?-. Me preguntó al fin, después de mirarme de arriba abajo con tanta fuerza que sentí que mi polla se contraía en respuesta.

— ¿Teléfono público? —Yo me reí. —No he visto un teléfono público por aquí en años. Tengo un teléfono fijo en mi cabaña si deseas utilizarlo. Está aproximadamente a media milla, por ahí. —Señalé hacia los árboles.

— ¿Usted vive en el bosque? Pensaba que esto era un parque estatal-.

— Lo es. Pero mi familia ha sido propietaria de la cabaña desde mucho antes de que todo esto se constituyera en un parque estatal.

— ¿Y usted tiene un teléfono? —Parecía escéptico.

—Bueno, la cabaña se ha venido remodelando desde la década de 1700. No soy un montañero por el amor de Dios. Hay fontanería, electricidad y de todo. Todas las ventajas que tienen ustedes, la gente de la ciudad. —Hice rodar mis ojos. …l era ardiente, pero no pude dejar de sentir que él podría ser un poquito tonto. Perfecto.

— ¿Cómo te llamas? —Caminó hacia mí con la mano extendida.

—Choi Minho. —Le dije, estrechándole la mano.

— Yo soy Lee Taemin. Lo siento si le parecí grosero. No esperaba que alguien saliera del bosque a rescatarme. Debí haber sabido que este pedazo de mierda no haría el camino hasta Yongjingak.

Pateó el guardabarros del coche antes de empezar a caminar. Me detuve, esperando a que él caminara a mi lado. Mis fosas nasales llamearon con el olor del aceite para armas. …l había tocado su arma recientemente. Probablemente la mantenía dentro de una funda en el vehículo y cuando había salido de él, la había llevado consigo. No estaba demasiado preocupado por el arma. Estaba más preocupado por cómo lo iba a convencer para que se desnudara cuando llegáramos a mi cabaña.

Caminamos en silencio por un rato, escuchando el crujido de las agujas bajo nuestros pies. Era otoño y el clima se volvía cada vez más frío. Siendo un hombre lobo, mi sangre tiende a ser más caliente, así que estaba muy bien con sólo la camisa térmica de cuello alto que llevaba puesta, pero cuando miré hacia Taemin, me di cuenta de que sus hombros estaban encorvados y hundía las manos en los bolsillos delanteros de su sudadera.

—Bueno. —Le dije, teniendo en mente que retomaría la conversación sobre el tema de la baja temperatura. — ¿Para qué vas a ir a Yongjingak?

—Es el cumpleaños ochenta y cinco de mi abuela y yo quería llegar hasta allí para celebrarlo con ella-.

—Eso suena muy agradable. —Le dije-. — ¿Ustedes dos son muy unidos?

—Bastante unidos. No puedo ir a verla con mucha frecuencia, pero hablamos mucho por teléfono. Ella es una señora mayor muy buena honda. —…l sonrió en ese instante y vi que tenía hoyuelos en las mejillas.

Me quedé mirándolo tan fijamente que tropecé con mis propios pies. Taemin trató de agarrarme, pero ambos perdimos el equilibrio y caímos. De alguna manera terminé en el suelo con él extendido sobre mí. Piñas y restos de rocas me puyaban en la espalda, pero creo que jamás me había sentido tan cómodo, como lo estaba en ese momento.

No pude dejar de notar dos cosas, uno, la creciente dureza que empezó a presionarse contra mí y dos, que a Taemin la situación no parecía importarle demasiado.

—Pero qué par de grandes... manos tienes allí. —Lo dijo suavemente, mientras que un rubor subía por sus mejillas con hoyuelos.

—Son para sentirte mejor. —Gruñí, pasando mis manos por encima de sus muslos.

—Sólo quiero que sepas que nunca actúo así con extraños.

—Dijo Taemin, con su voz entrecortada con cada palabra que pronunciaba.

— ¿Actuar cómo?

—Así. —…l me dio un beso con fuerza, obligándome con su lengua a separar mis labios, antes de que me diera cuenta de lo que realmente estaba haciendo. Pero yo lo capté rápidamente y envolví mis brazos alrededor de su cintura, lo que confirmó mi sospecha de que llevaba un arma.

No le hice caso al metal que llevaba en la parte baja de su espalda y deslicé las manos hasta sus hombros, sosteniéndolo y estrechándolo aún más contra mí, nos exploramos mutuamente nuestras bocas con los dientes y la lengua. Después de un minuto, se apartó, apoyándose a sí mismo sobre mí.

— ¿No dijiste que había una cabaña por aquí?
Asentí con la cabeza, no estaba seguro si podía hablar en ese momento. Sólo me había estado engañando un poco a mí mismo cuando pensé que lo tendría desnudo cuando llegáramos a la cabaña. Pero tal vez mi suerte cambió para mejor, mucho más de lo que esperaba.

Taemin se puso en pie, sosteniéndome con una mano para ayudarme a levantar. Yo no lo necesitaba, pero yo no iba a dejar pasar ninguna oportunidad para poder tocarlo. Le di un beso rápido en los labios y mantuvo su mano en la mía mientras lo conducía el resto del camino por entre el bosque hasta mi cabaña.

Ahora bien, no soy un mojigato, pero a medida que nos acercábamos a la casa, me empecé a preocupar cada vez más, acerca de que las cosas se estaban moviendo por sí solas un poquito rápido. No en vano había sobrevivido por los últimos veintinueve años como hombre lobo, no fue exactamente por no prestar atención a los signos de advertencia. Una gran bandera roja ondeaba detrás de mis ojos.

Sabía que él tenía un arma y que se enojaba con fuerza. Eso era de lo único que podía dar fe sobre él. No había visto cuando el coche se estropeó. No sabía a ciencia cierta si realmente estaba de camino hacia la casa de su abuela. No sabía nada sobre él realmente. …l tampoco sabía nada sobre mí, pero al instante parecía estar dispuesto a seguirme hasta mi casa, en medio del bosque.

Quería creer que el arma le daba una sensación de seguridad, por lo que tal vez él sintió que no tenía nada de qué temer. Pero él no tenía ni idea si yo no tenía a doce hombres en mi casa esperando por él, para tenderle una emboscada. O si yo era algún loco montañés que se aprovechaba de personas inocentes que se tropezaban conmigo por los bosques.

— ¿Eres estúpido o qué? —Le pregunté cuando no pude soportarlo más. Me di vuelta para mirarlo y sentí que mis ojos se estrecharon por la cólera.

— ¿Perdón? —Me soltó la mano y me miró. — ¿Qué demonios se supone que significa eso?

— Tú no me conoces, no sabes absolutamente nada sobre mí. Podría ser un asesino, o un violador, o un hippie... por el amor de Dios. ¿En qué clase de mundo simplemente vagarías por el bosque con un hombre al cual no conoces? ¿Tu abuela sabe que eres tan imprudente?

Una vez que mi boca se abrió, parecía que no podía hacer que se cerrara. Su cara se desplegó en una sonrisa, apareciendo aquellos hoyuelos otra vez y aún así, seguía reprendiéndolo por deambular por el bosque con extraños.

— ¿Ya terminaste? —Preguntó cuando me detuve para tomar aire.

—No. —Le contesté, preparándome para empezar de nuevo, pero él me agarró y me empujó con fuerza contra un árbol. Normalmente, un ser humano no habría sido capaz de hacerme eso, pero me cogió con la guardia baja. Sus labios golpearon contra los míos parando cualquier otra cosa que yo pudiera haberle dicho.

Llegué alrededor de su cuello y tiré hacia abajo su capucha para pasar mis dedos por su suave cabello rubio. Se agarró de mi cintura como si quisiese tenerme inmóvil contra el árbol. Por suerte para él, no sentía la necesidad inmediata de moverme.

…l rompió el beso y se echó a reír. No era exactamente la reacción que había estado esperando, incluso si se hubiera estado burlando de mi diatriba anterior.

—Minho, yo soy un chico grande. Soy capaz de manejarme por mí mismo. —Se alejó de mí y tuve que luchar para no quejarme por la falta del calor de su cuerpo contra mi pecho.

—Estoy seguro de que ya te diste cuenta de que estoy armado... cuando tropezamos. Soy un cazador profesional de caza mayor, así que soy bastante hábil con un arma. No me hubieras podido ni si quiera tocar, no sin antes dispararte al menos dos veces en el pecho. Así que para responder a tu anterior pregunta, no, yo no soy estúpido. Y sí, mi abuela sabe que puedo ser muy imprudente. Ella dice que lo heredé de ella-.

Un cazador de caza mayor. Perfecto. Mis pensamientos se remontaron a lo que él había estado haciendo a un lado de mi camino. ¿Por qué había querido ir a mi casa tan rápido? ¿Sabía lo que era? ¿Había ideado lo del daño en el auto para lograr sacarme de los bosques? Tal vez él tenía la pistola cargada con balas de plata. Tal vez estaba en el bosque para cazar.

—No te estás moviendo. —Dijo él después de un minuto. — ¿Quieres que vuelva al auto? Estoy seguro de que alguien en algún momento pasará por allí. No hace falta que me dejes entrar en tu casa, si no estás muy seguro de hacerlo. No pasa nada... de verdad.

Si yo hubiera sido un hombre inteligente, yo le habría enviado de vuelta a su auto. Si yo no pensara más con el pito que con mi cabeza, yo me habría devuelto con él y lo hubiera dejado donde me lo había encontrado. Si él no me hubiera mostrado de forma intermitente esos adorables hoyuelos, podría haber hecho eso mismo. Pero no, no lo hice. No pude. Tenía que tenerlo. Incluso si esto era una trampa y en realidad planeaba matarme, si conseguía joderlo primero, yo podría estar de acuerdo con eso.

—Vamos. —Gruñí. —Ya casi llegamos-.

No tomé de nuevo su mano, solamente me giré y emprendí el viaje de regreso sobre el sendero. Era un camino muy desgastado y no era realmente tan difícil de encontrar. Traté de convencerme de que si él hubiera sabido lo que yo era, sabría dónde vivía y habría podido encontrar la cabaña en cualquier momento. No me estaba escondiendo en el bosque. Lo que sucede es que vivo aquí.

—Wow. —Susurró a mi espalda cuando dimos vuelta en una curva y la cabaña quedó a la vista.

—Te había dicho que ha sido modernizada desde la época del oscurantismo. No me volteé a ver su rostro. No tenía que hacerlo. El asombro en su voz con sólo una pequeña palabra me hizo sonreír.

Mi padre y yo habíamos trabajado duro para lograr que la cabaña estuviera en su condición actual. Para ser honesto, eran más o menos unos tablones podridos de madera cuando empezamos. Nadie había vivido en ella durante siglos, a pesar de que el acre donde estaba la casa construida había sido nuestro siempre, nosotros tuvimos que presentar una solicitud ante los tribunales para que nos dejaran reconstruir la cabaña en el bosque y ellos estuvieron de acuerdo. Legalmente, ellos no lo hubieran podido evitar de todas modos, pero siempre es bueno preguntar antes de construir una casa de 2.300 metros cuadrados en el centro de un parque estatal.

— ¿Tú construiste esto? —Taemin preguntó mientras caminaba a mi alrededor para ver mas de cerca la casa.

—Sí, mi papá y yo. Nos tomó cerca de dos años para terminarla, pero la amo. No mucha gente puede vivir así y me esfuerzo para no darlo por sentado.

—Minho, esto es increíble. ¿Te importaría darme un tour?

—No, en absoluto. Entra.

Lo seguí a la casa y comenzó por la cocina. Caminamos por la sala de estar, la sala de juegos y la biblioteca antes de que se dirigiera hasta el segundo piso.

— ¿Dónde está tu habitación? — Preguntó Taemin. Su voz fue casual, pero cuando volteé a mirarlo, sus ojos estaban llenos de calor.

Llegué hasta él, envolviendo mi brazo alrededor de su cintura y tirando de él con fuerza para acercarlo aún más contra mí. Le di un beso duro y rápido, mi lengua obligó a su boca a abrirse mientras lo sostenía con una mano. La otra mano buscaba a tientas el pomo de la puerta de mi habitación. Lo solté en cuanto abrí la puerta para que no nos cayéramos al piso.

Taemin me agarró de la mano y me empujó para que entrara a mi habitación. Se dirigió directamente a la cama y se sentó, desabrochó su sudadera con capucha, para luego quitársela y tirarla al piso. Sus manos se movieron de nuevo a mi cuerpo y él las deslizó por encima de mi estómago y mis costillas, se puso de pie para quitarme la camisa por encima de mi cabeza.

Me sentía un poco perdido y estaba más que feliz de dejar que él se hiciera cargo por un minuto, mientras que mi cerebro se ocupaba de levantar mi polla, que por cierto ya estaba dura como una roca y dolorida a la espera de ser tocada. Taemin, que sólo se había quitado su propia camisa, puso su pistola en la mesilla de noche y me observó con atención.

Finalmente, lo empujé sobre el colchón, me subí sobre él y comenzó de nuevo en mi interior la lucha contra el impulso de castigarlo. No había manera de que pudiera llegar a su arma antes que yo. El estúpido mariquita iba lograr que algún día lo mataran. Pero en todo lo que podía pensar en ese momento era en que gracias a Dios hoy no sería ese día.

— ¿Minho? —Los ojos de Taemin estaban muy abiertos y su respiración era superficial y caliente cuando exhaló en mi cara.

— ¿Mmm? —Murmuré mientras le besaba por encima de su clavícula. Pasé la lengua por su garganta y le chupé el lóbulo de la oreja con mi boca.

—Jódeme, Minho. Te quiero. Ahora mismo.

— ¿Ahora? —Le pregunté en voz baja al oído. —Pero si acabamos de empezar.

—Creo que jamás he deseado a alguien tanto, como te quiero a ti. ¿Por favor?

Sus palabras hicieron que mi polla saltara y sentí como el líquido pre-eyaculatorio ya se había extendido por todo el frente de mi bóxer. Yo le quería, también.

Deslicé mi mano entre nosotros, tirando del botón de sus vaqueros para abrirlos antes de deslizar el cierre de la cremallera hacia abajo. …l arqueó las caderas, pero no había manera de que le pudiera quitar su pantalón mientras yo estuviera encima de él. Me di la vuelta sobre el colchón y luché para no reírme de la rapidez con la que él se desvistió. Me quedé observando y cualquier mal humor que pude haber sentido antes se había ido.

Era hermoso. Me daba cuenta de que ésta no era una palabra que la mayoría de hombres agradecería que se les dijera, pero él lo era. Más que bello, era perfecto, era absolutamente hermoso. Me apresuré a quitarme mi propia ropa y metí mi mano en el cajón de la mesita de noche para buscar un preservativo y una botella de lubricante.

— ¿Cómo quieres hacer esto? —Le pregunté, mi voz era más suave de lo que esperaba que fuera.

—Te quiero dentro de mí. —Lo dijo antes de rodar sobre su estómago.

Me quedé mirando su perfectamente redondeado culo con incredulidad. Nunca hubiera podido imaginar cuando me desperté en la mañana que me iba a encontrar con el hombre más hermoso que jamás haya visto y que además me ofrecería hasta el culo, sobre mi propia cama, en la tarde.

Rasgué el paquete de aluminio con los dientes y deslicé el condón hacia abajo sobre mi dolorida polla. Tenía la esperanza de que se quedara el tiempo suficiente para que yo pudiera explorar a fondo su cuerpo, pero el hombre me quería en su interior y yo siempre trato de complacer.
Notas finales: Les gusto?....debería continuar? *w*
Lo dejé en la mejor parte muajaja >:D . Detesto cuando las autoras hacen eso, pero cuando uno lo hace es divertido jejjeje

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