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Una Nueva Oportunidad por Arizt Knith

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Capitulo 13

Dia XX, Mes XX, Año 20XX

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En alguna parte de Holanda

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Mientras tanto, cuatro caballeros dorados se dirigían a lo que sería el lugar donde el pequeño se encontraba. No sabían porque pero, desde hacía un buen rato habían notado una extraña anomalía por los alrededores. Era como si una extraña aura rodeara el lugar.

-- Estén alertas... -Habían sido las palabras de El Cid, quien observaba hacia todos lados en busca de algún posible enemigo--

-- "Estén alerta" –Le imito Kardia en forma de burla a lo que el español mayor ignoro--

 La sonrisa del rey escorpión se ensancho ante la posible idea de que existiera algún enemigo cerca pero, justo cuando estaba a punto de salir con algún comentario sardónico sintieron un enorme choque de poder a unos cuantos kilómetros de ahí. Los cuatro caballeros de oro salieron corriendo lo más rápido posible al lugar previsto. No sabían porque pero, podían sentir un enorme poder, era algo que nunca antes en sus vidas habían podido sentir o siquiera imaginar. A medida que los caballeros de oro avanzaban hacia aquel lugar, la ventisca junto con los copos de nieve que caían desde el cielo, se habían encargado de cubrir casi por completo el cuerpo inmóvil de un pequeño pelirrojo, para su suerte aquel sitio a las afueras de lo que antes era su hogar, no sería su tumba, puesto que en la distancia cuatro hombres portadores de armaduras doradas habían divisado la corta batalla y sin dudar ni un solo instante corrieron al encuentro con el menor, a quien socorrieron rápidamente.

Ni los de Escorpio o Capricornio daban crédito a lo que habían presenciado en esos instantes, aquello había sido sin duda una enorme explosión de poder y todo provenía de aquel pequeño ser que ahora yacía sobre la nieve, con sus ropas sucias con sangre.

--- Así que, ¿es el? -La expresión de Kardia se llenó de asombro al ver a aquel pequeño de cabellos rojizos sobre el manto invernal, al cual tomo con mucho cuidado e hizo uso de su cosmos para curar la mayoría de sus heridas-- Nunca imagine que la misión acabara así de pronto-Tanto El Cid como Shura hicieron una mueca de desagrado ante las palabras del peli azul mayor quien, acuno al menor entre sus brazos y dejo que su corazón ardiente y cuerpo aliviara el frio que sentía el pequeño, pues a pesar de quedar inconsciente el menor titiritaba de frio--

-- Lo mejor será regresar cuanto antes al Santuario, deberemos de curar las demás heridas de este pequeño y escribir un reporte completo de lo que hemos presenciado

-- Sin duda llenara de orgullo la casa de Escorio... -Por un momento el español mayor sintió un terrible tic en su ojo izquierdo. Uno, después de haber presenciado aquel poder provenir del pequeño, sabía que sería un honorable portador de la armadura de Capricornio y de Excalibur.Dos, jamás dejarían a un pequeño en las manos del imprudente de Kardia. Y justamente eso mismo pensaba Shura, quien ni loco se imaginaba a ese pequeño siendo criado por el orgulloso de Milo--

-- Como sea... lo mejor será irnos de aquí... -Ninguno de los mayores decidió decir más, tal vez porque seguían impresionados por lo que ahí había pasado además de que aquella explosión de poder había arrasado con gran parte de aquel bosque invernal; o por no generar alguna discusión que despertara a aquella pobre criatura que seguía sumergido en el mundo de los sueños, mientras era acunado por el peli azul mayor. 

La luz de luna brillaba como nunca por aquellos lares, no dejando que ninguna sombra cubriese las tierras heladas pero aun así, en una pequeña fortaleza, justamente aquel lugar donde hacia momentos antes el pequeño había escapado con ayuda de su progenitor. Dos hombres portaban armaduras, cuyos colores eran oscuros además de tener forma demoniaca mientras miraban a los pobladores yaciendo sobre charcos de sangre y sus pequeñas viviendas siendo consumidas por las llamas. A su parecer, la misión de ellos había sido todo un éxito y ahora solo les quedaba deshacerse de una molestia más pero, ya habría tiempo de exterminarle.

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Mientras tanto los caballeros de oro tomaron rumbo fijo a un pequeño pueblo no tan lejos de ahí, donde buscarían algún hotel o posada donde quedarse además de curar al pequeño y buscar alguna que otra respuesta por lo que habían presenciado. Pero ni con todo el esfuerzo de los mayores y sus atenciones, ni con el paso de los días lograron que la situación con el pelirrojo mejorara. El pequeño seguía inmerso en sus sueños, deseando inconscientemente nunca despertar- ¿Porque no despertara? -Las orbes zafirinas de Milo observaban aquel tranquilo rostro infantil dormir. Desde hacía una semana que le habían encontrado y a pesar de haber curado sus heridas el menor. Lo que ellos no sabían era que, el pequeño pelirrojo al haber usado una gran cantidad de cosmos-energía había dejado completamente debilitado su cuerpo, además de que su psique seguía dañado por todo lo que había pasado, pero eso ya sería algo de descubrirían con el tiempo.

Mientras tanto en un lugar no muy lejano de ahí o para ser más exactos, en aquella fortaleza de la cual el pequeño y misterioso pelirrojo había escapado; se encontraba bajo los dominios de unos extraños guerreros. Aquellos mismos que se habían encargado de destruir cada casa y cada habitante de esta hasta reducirles a simples cenizas.

-- ¿Waar is hij? (¿Dónde está?) –Preguntaba un hombre robusto de al parecer veintitrés años, media un metro ochenta. Tenía cabellos cortos y cenizosos, su piel era ligeramente morena y sus ojos eran de un opaco color violeta. Pero lo que más le hacía destacar era su altura y su masa corporal, además de tener una frívola mirada que hacía temblar a más de uno de sus subordinados--

-- Toch zijn we niet gevonden. Alleen de lichamen van zijn ouders, maar we hebben nog wat spoor van hem. (Aun no lo encontramos. Tan solo los cuerpos de sus padres pero seguimos sin tener algún rastro de él. ) –El de cabellos cenizos no dijo nada, tan solo soltó un gutural sonido y se alejó de ahí, provocando que sus movimientos bruscos hicieran ondear su larga capa negra. Aborrecía encontrarse en aquellas tierras asquerosas con todo ese atajo de inútiles buenos para nada, pero renegar no era una opción pues aquella había sido una orden su regente--

-- Verdomd brat. –Mascullo entre dientes. Nunca antes imagino que aquella rata pudiera ingeniárselas para escapar de la matanza que se había realizado horas antes, lo peor de todo es que el muy ingrato había logrado despertar parte de aquel poder y de seguir así los planes de su amo no lograrían completarse a tiempo--

-- Deberías calmarte Xenos... -El mayor detuvo su andar al escuchar su nombre provenir de los labios de aquel hombre que se encontraba apoyado sobre la corteza de un árbol. Sus iris ónix se encontraron con los suyos, una mueca de desagrado se formó en los labios de Xenos al notar que "su camarada" le miraba con superioridad--

-- ¿Cómo mierdas quieres que me calme, cuando el maldito Thaiën ha escapado?! –El joven tan solo rio burlesco provocando más enojo en Xenos quien cruzo los brazos sobre su pecho y se encamino hacia donde el otro. Los orbes ónix del más joven miraban detalladamente el cuerpo de su "camarada". Había una gran diferencia entre ellos. Mientras que Xenos era de gran porte, él era unos diez centímetros más bajo, su piel era lechosa y tersa, sus cabellos eran de un pálido rosa, largos y le llegaban hasta la cintura además de que su voz y forma de actuar, le hacía ver más delicado--

-- ¿Acaso te estas burlando de mí, Gero? –Los labios rosas del joven formaron una pequeña sonrisa al tener al otro a pocos pasos. Sus brazos rodearon el cuello del otro hasta hacer que sus cuerpos se juntaran, al estar debajo de aquel frondoso árbol nadie podía verles y solo así Xenos se dio el lujo de apresar la estrecha cintura de su amante.

El menor sonrió coqueto y movió su pelvis contra la del otro, sintiéndose agradecido porque ninguno de los dos llevaba sus armaduras y podían darse el lujo de estar así. El mayor arrastro al otro hasta arrinconarlo contra el enorme árbol, mientras sus labios se encargaban de devorar con ansias los labios del austriaco quien, acepto gustoso el beso de su amante. Si, tal vez tenían una misión que cumplir pero, ¿Quién les impedía tener un momento a solas y disfrutar de un buen sexo? Nadie.

-- Ahem... perdón que les interrumpa –Se escuchó decir a otro hombre con voz burlesca. Xenos emitió un gruñido al verse interrumpido así pero decidió no decir nada al respecto y voltear a ver a su otro compañero--

-- ¿Qué demonios quieres? –El recién llegado tan solo soltó una risotada al notar la molestia en su camarada y en el rostro del más joven de los tres. Tanto el holandés como el austriaco vieron con malos ojos al ruso; aquel hombre de hebras rubias y hasta los hombros, piel blanca, y ojos azules y fríos como los mismísimos glaciares de Siberia- ¡Ya dime que quieres, maldición! –Gruño, se encontraba de pésimo humor y no estaba para soportar las estupideces de ninguno, peor aún, de aquel que había interrumpido el ínfimo minuto junto al peli-rosa, quien era el único que lograba calmarle--

-- Nada, nada... -Chisto- Tan solo que hemos encontrado un rastro del Thaiën,que escapo –Aquellas simples palabras bastaron para que Xenos prestara más atención; inclusive Gero quien solo observaba y escuchaba con mucho cuidado lo que aquel hombre venía a comentarles, aunque se le hacía algo difícil de entender por culpa de su tosco acento ruso. Según el rubio, el último de los Thaiën se las había ingeniado para escapar hasta el centro del bosque, donde fue interceptado y atacado por unos soldados aunque de alguna forma también se las ingenió para acabar con ellos puesto que, gran parte de aquel bosque invernal quedo reducido a cenizas.

Aquello termino enfadando más a Xenos, preocupándole que el mocoso aquel lograra despertar aquel enorme poder que llevaba dentro de él y de ser así, su amo y señor terminaría enojándose con ellos.

-- Xenos, ¿Qué deberemos hacer? –El de cabellos cenizos guardo silencio por un rato, por lo que Alexandr le había dicho, aquellos soldados habían herido de gravedad al bastardo además de que habían rastros de sangre y de ser así habían escasas posibilidades de que sobreviviera, así que no habría nada de qué preocuparse--

-- Nada –Respondio- No importa cuánto poder tenga, aun es un mocoso y es obvio que jamás lograría soportar esa enorme carga. Ahora solo nos queda encontrarla a ella –Las orbes violáceas de Xenos ardieron con deguste, daba por hecho que el último de los Thaiën, aquellos seres de raza inferior se encontraba extinto. Lo último que les quedaba era deshacerse de aquella persona con la que formaba un vínculo muy fuerte.

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Dia XX, Mes XX, Anoo 20XX

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Santuario de Athena, Grecia

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Las cosas en el Santuario de la diosa de la Sabiduría seguían completamente su curso. Mientras que el santo pontífice se encargaba de mantener el Santuario estable, los caballeros cumplían con sus tareas de educar y entrenar a aquellos niños, a excepción de Nikolas que apenas era un niño de cuatro años y era obvio que aún no calificaba para los entrenamientos. Por eso no significaba que los caballeros de Leo la tenían fácil, no claro que no... Ambos, Aioria y Regulus la tenían un tanto difícil, más a la hora del baño.

-- Vamos Niko, es hora de que te bañes... -Decía el más alto de los dos, pero el pequeño leoncito se encontraba debajo de su cama, negándose a salir de aquel escondite--

Por otro lado, Regulus se mantenía al margen de la situación dejando que su sucesor hiciera todo el trabajo. Rio por lo bajo al ver que el gran león dorado se estaba dejando ganar por un pequeño cachorrito. Sus orbes azules viajaron por toda la habitación del menor. Tanto el cómo Aioria se habían encargado de decorar aquel lugar; las paredes estaban pintadas de un azul cielo con los bordes inferiores y superiores en blanco, las cortinas de la ventana eran de seda blanca. El suelo a marmolado se encontraba mayormente cubierto por una mullida alfombra beige, y los únicos muebles que adoraban la estancia eran la cama del menor, una mesita de noche a cada lado, un ropero, un estante lleno de libros de cuentos, una silla mecedora en la cual Aioria solía sentarse para contarle algún asombroso cuento al menor y, un baúl lleno de juguetes que el pequeño Nikolas había escogido en su ida al pueblo- Vamos Niko, tienes que tomar un baño

-- Déjamelo a mí –Ambos dorados voltearon a ver al marco de la puerta, donde se encontraba una joven de cabellos cortos y anaranjados que además, tenía una máscara de metal cubriendo su rostro--

-- ¡Marín! –Chillo esperanzado al ver a la amazona de Águila ahí en su auxilio. La joven tan solo sonrió tenuemente al notar que el gran y orgulloso león se encontraba en apuros, por otro lado, cuando el pequeño Nikolas escucho la voz de aquella dama, salió de su escondite como si nada. Corrió hacia ella y salto a sus brazos riendo alegremente, para sorpresa de los demás que miraban aquella escena donde el pequeño Nikolas se dejaba abrazar por los brazos de la peli naranja--

-- Jajaja hola pequeño, veo que le has estado dando problemas a Aioria –El pequeño tan solo rio, sabiendo que la joven tenía razón.

-- ¡Madin!, ¡madin! –La joven amazona se adentró a la habitación, aun con el pequeño entre sus brazos y tomo las cosas necesarias para un buen baño; dejando a los dorados estupefactos por el buen control que la amazona tenía con el pequeño--

-- ¡Oye! ¿C-como... Como es que hiciste eso? –Marín quien ahora se encontraba bajo el umbral de la puerta del baño, volteo a ver por medio de su máscara al joven Regulus, quien se encontraba con los mofletes inflados al igual que el otro dorado. La amazona tan solo soltó una suave risa y negó con la cabeza diciendo--

-- Es un secreto~ -Para luego adentrarse al baño y cerrar la puerta tras de sí. Al verse solos en la habitación, Aioria opto por derrumbarse sobre la cama y apreciar los estampados de leoncitos que tenía el cubre camas. Lo que ninguno sabia era que el pequeño Nikolas le había agarrado un enorme cariño a la peli naranja. El mismo día en el que él, y su hermano llegaron al Santuario él tuvo la suerte de conocerle.

Marín se encariño rápidamente al ver a aquel pequeñín en los brazos de Aioria, Nikolas lucia pálido y un poco desnutrido; quizás fue eso lo que causó estragos en el corazón de la amazona y le llevo a querer cuidar a aquel leoncito. Mientras que Nikolas, el pequeño sintió aquello que el siempre había querido sentir cariño. Aquella voz, aquella forma de tratarle, los dulces que le daba y las comidas que preparaba; la amazona jugaba con él, le daba cariño y le decía palabras lindas como "Eres un lindo leoncito" Para los ojos del pequeño ella era como una madre, justo como la que nunca tuvo, como la que nunca conoció pero que siempre le amo. Por eso mismo él era feliz, y también lo era con Aioria al que miraba como una figura paterna y a Regulus, como a otro hermano. El corazón de aquel pequeño león dorado iba creciendo y llenándose de hermosos sueños, anhelos y recuerdos en ese lugar. Pero él no era el único, su hermano también se sentía feliz con la compañía de Sísifo y Aioros, quienes día a día le educaban, le enseñaban más de aquel idioma y otras materias en sí. Porque no solo iban a prepararle para ser un guerrero, también debían de llenarlo con conocimientos y cariño.

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Templo de Sagitario

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Cada día vas mejorando –La voz llena de Aioros le alentó a sonreír ampliamente. En todos esos días que llevaba ahí, había logrado a sonreír con sinceridad y sin ningún tapujo de miedo al día de mañana. Ese día como cualquier otro se había levantado temprano, se había bañado y alistado con las ropas de entrenamiento además de desayunar junto con los arqueros mayores. Por las mañanas y después del desayuno entrenaban un poco en el coliseo, luego regresaban al templo para continuar con sus lecciones de griego, matemáticas, ciencias, inclusive algo de literatura e historia. Cualquier otro niño moriría de aburrimiento por ver tantas letras, números y extraños garabatos como lo era el griego pero, Azarias se sentía tan feliz por llenarse de conocimiento. En su país, el siempre había querido ir a la escuela y así también poder ensenarle más a su hermanito pero jamás tuvo la oportunidad. Y ahora, aquellos dos hombres le ensenaban todo lo que podían- Estoy orgulloso de ti, has mejorado mucho tu escritura así como tu lectura y ni se diga del griego

-- Gracias maestro Aioros –El mayor sonrió al ver un tenue sonrojo en las mejillas del trigueño, además de notar como aquel brillo que creía perdido en esos posos azules volvía a aparecer- 

-- Esto habrá que celebrarlo –Tanto Aioros como Azarias voltearon a ver a Sísifo quien venía entrando al templo y cargando varias bolsas, al menos unas cuatro en cada brazo-- Ah... ¡Déjame ayudarte! –Exclamo Aioros quien ni tardo ni perezoso salió a ayudar al otro, cosa que Sísifo agradeció enormemente pues ya sentía sus manos entumecidas. Irónico, ¿no creen?

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Templo de Libra

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-- Jian, Jian, ¿Dónde estás? –Preguntaba un preocupado castaño mientras buscaba por todos lados a su joven aprendiz. Desde que habían terminado con las clases y los ejercicios del día no había visto al pequeño y lo preocupante es que ya se iba siendo hora del almuerzo--

-- Uhmmm, que extraño... -Ya se había encargado de revisar cada habitación del templo así como el coliseo, pero seguía sin encontrar rastro del pequeño; no fue hasta unos minutos después que sintió aquel singular cosmos provenir de unas casas más abajo. Sin perder tiempo el mayor tomo rumbo escaleras abajo, encontrándose con los hindúes en posición de flor de loto; quienes dejaron su meditación por un rato y saludar al castaño quien les respondió el saludo con una sonrisa. En Leo las cosas lucían normales y quiso no importunar a los leones quienes se debatían con el pequeño, puesto que Nikolas quería seguir en los brazos de la joven amazona.

El templo de Cáncer estaba vacío puesto que ambos italianos seguían en su odisea de encontrar al pequeño retoño, mientras cruzaba el cuarto templo se detuvo a observar con detenimiento cada pared y pilar. Agradeció mentalmente de que Mascara de Muerte se había desecho de aquellos putrefactos rostros.

-- Menos mal que Mascara recibió una reprimenda por Manigoldo y se deshizo de esas cosas... -Murmuro para sí mismo, sintiendo como un terrible y frio escalofrió recorría su espina dorsal de solo recordar aquellos horribles rostros en cada maldita pared o pilar del templo.

Dio un suspiro al verse a las afueras de aquel lugar aunque la tranquilidad no le duro mucho pues, a unos cuantos metros del templo de Géminis logro escuchar las inconfundibles voces de aquel par de gemelos. Y no, esta vez no se trataba de Aspros y Defteros peleando, o de Saga tratando de ahorcar a Kanon porque había dejado su ropa tirada por toda la sala.

-- ¡Dámelo! –Chillaba un pequeño de hebras ébano y ojos esmeraldinos, mientras que otro con la misma descripción física se encontraba encima de su hermano y con cada pierna a los lados aprisionando al menor--

-- ¡No! ¡Esto es mío! –Chillaba Lean mientras trataba por todos los medios de arrebatarle algo--

-- ¿Qué sucede aquí? –Pregunto el castaño, pero ni aun así los menores dejaron de pelear--

-- Se están peleando por la ultima barra de chocolate –Murmuro Saga en todo cansino, el antiguo maestro solo le vio sin entender a lo que el peli azul continuo-- Hace unas horas Kanon salió al pueblo cercano a hacer unas compras, y trajo algunas golosinas para ellos –El mayor asintió comprendiendo lo que el otro decía, pero a la vez no podía dejar de ver de reojo a aquellos hermanos que seguían rodando por toda la estancia.

-- El problema es que Klaus se comió los suyos y ahora quiere comerse los de Lean –Termino de explicar Aspros, quien se encontraba apoyado sobre un pilar mientras miraba a los hermanos rodar de un lado hacia otro y maldecir--

-- ¿Y porque no comparten? –Tanto Saga como Aspros se vieron entre sí para luego ver al castaño, quien creía que aquello podía ser la mejor solución al tema--

-- No creo que sea lo correcto puesto que Klaus tiende a ponerse muy hiperactivo cuando come mucho azúcar, y es eso mismo lo que Lean quiere evitar -Ah, conque ahí estaba el problema. Ahora entendía porque el menor de los peli negros se debatía en un duelo con el menor pero sin llegar a ser pesado. El tan solo controlaba que su hermano no se pasara con el consumo de azúcar. Agradeció mentalmente porque este no fuera algún intento de homicidio contra el menor, porque de ser así el mismo se encargaría de darle un escarmiento tanto a Aspros como a Saga--

-- ¿Acaso pensaste que se estaban matando en nuestra presencia? –Pregunto el peli azul mayor con una ceja alzada y el rostro serio. Dohko tan solo entrecerró los ojos y le vio fijo, mientras que Saga decidió mantenerse callado y correr a ayudar a los menores que ya habían durado mucho en aquella contienda.

-- Tan solo espero que les tengan cuidado –Aspros bufo molesto pero asintió. Ni el, ni Saga podían negar aquella duda que aun seguía latente en los demás pero por eso mismo día a día se las apañaban para demostrar que habían cambiado y que en sus corazones ya no había rastro de maldad--

-- Así será maestro, por cierto... ¿piensa salir del Santuario? –El castaño negó ante la pregunta echa por Saga, quien ahora sostenía en sus brazos al peli negro menor--

-- No, tan solo ando buscando a Jian ¿lo han visto? –Los griegos mayores negaron, inclusive Klaus quien ya se encontraba más calmado, quizás por tanto ajetreo había logrado ayudarle a quemar todos esos azucares en su cuerpo- Yo lo vi –Cuatro pares de ojos se enfocaron en Lean quien les miraba con extrañes--

-- Se encuentra en el templo de Tauro –Aquello es extraño, pensó el chino--

-- ¿Estás seguro? –Pregunto de vuelta, a lo que el menor asintió seguro de su respuesta- Bueno, de ser así gracias... -Y acto seguido hizo una leve reverencia para despedirse de los demás y partir al Templo del Toro Dorado, como solían llamarle. A medida que se acercaba a segundo templo podía empezar a distinguir los cosmos de los que se encontraban ahí. Se sorprendió al sentir el cosmos de Mu, Kanon, Defteros, así como el de los brasileños, también se encontraba el pequeño Kiki y, aquel inconfundible cosmos del pequeño asiático.

Continuara...

 

Notas finales:

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Ƹr0;y7;r0;Ʒ

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Comentarios de la Autora: Ok, mis queridos rayitos de sol~ Este ha sido el capítulo de hoy~ uvu/ Ahora solo unas cuantas preguntitas~ Solo quedan Tauro, Cáncer, Virgo, Capricornio, Acuario y Piscis y en esta historia solo habrá una niña que lograra ser aprendiz para caballero dorado. Según Yuni Nero, la pequeña será Piscis, pero que me dicen ustedes? Lograran adivinar el signo zodiacal de ella? Dejen sus respuestas en un review además del porque creen que será de ese signo.

Otra cosa, al parecer la pareja sera Shura&Aioros xD amo esa pareja, pero aún quedan otras personitas que deberán de comentar si el arquero deberá quedarse con la cabra o con el bipolar de Saga. Oh si el leoncito de Aioria se quedara con Marín o con la cabrita, uh, quien sabe.

Otra preguntita más, ¿Quién ha logrado ver el álbum que cree con las imágenes de los pequeños aprendices? Deje el link del álbum en mi perfil pero si no les sirve, bien pueden buscarme en FB! Pueden encontrarme el link de mi FB en mi perfil de FF, o si no pueden buscarme con el nombre de Minos de Griffon (Usser Arizt Knight) y ahí encontraran el álbum en el cual podrán ver como lucen más o menos los pequeños, además de que ahí iré agregando más imágenes para que vayan conociendo a todos los aprendices, desde cuando son pequeños hasta cuando crecen. Además de que también pondré imágenes de otras cositas, como por ejemplo: Nuevos personajes, y... *CHAN CHAN CHAN*


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