Introducción
y
Capitulo uno
Gabriel, había sido creado por un brujo llamado Alejandro, para ayudar a una joven bruja, viajo con ella, conoció universos, se enamoró y comenzó a desarrollar sus sentimientos, creando su propia alma para al final terminar muriendo por esa bruja, cumpliendo su deber. Ahora estando en el inframundo junto a la Grimm Reaper se encontraba mirando con profunda tristeza como su pareja (la cual había renacido) estaba disfrutando su nueva vida junto a otra persona.
- Dime Grimm ¿Por qué duele tanto? - - pregunto mirando por un espejo enorme
Se encontraba en una habitación oscura Grimm había interrumpido, mirando en el espejo como un joven besaba a una chica.
- Creaste un alma, y con ella sentimientos, es muy normal - - se acercó más a él.
- No me agrada haber creado esta alma, preferiría haber muerto he ir a la nada - - se mordió el labio al ver a su pareja cargar a su hijo
- Hay una forma en la que puedes olvidar - - eso llamo la atención de Gabriel, levantándose y colocándose frente a él.
- ¿Cómo? - - pregunto seriamente, Grimm comenzó a caminar hacia la salida.
- Sígueme - - dijo simplemente
Gabriel comenzó a caminar, siguiendo a Grimm por diferentes pasillos, todos oscuros con pocas antorchas prendidas, las cuales apenas dejaban ver el camino. Fueron caminando saliendo del castillo, dejando ver el paisaje muerto común en el hogar de Grimm. Se acercaban a un pequeño portal, que al cruzarlo dejó a la vista muchas almas caminando a una puerta iluminada.
- ¿Qué es este lugar? - - pregunto viendo interesado las almas que cruzaban el portal.
- Es la puerta que resucita a los a muertos de todos los universos existentes - - Gabriel sonrió, no era tonto.
- De esa manera no recordare a Neville - - comenzó a caminar hacia la puerta
- ¿Qué le diré a Acalia cuando venga a visitarte? - - pregunto
- Solo la verdad, no creo que me encuentre entre todas esas dimensiones - - lo dijo decidido
Grimm sonrió, solo miro como Gabriel comenzaba a caminar hacia la puerta.
- ¡Oye! Gabriel - - escucho que lo llamaban, volteando hacia un fantasma que volaba alado de Grimm, era Clockwork --- a dónde vas te encontraras con Astel - - eso lo dejo sorprendido, y sonrió.
- ¿Lograre vengar la muerte de mi amado? - - pregunto hacia el amo del tiempo.
- eso solo el tiempo lo dirá - - no le gustaba que lo dejaran sin respuestas, asintió dándose la vuelta para continuar con su camino --- una cosa mas, le avisare a Acalia, al cumplir tus catorce años de edad - - solo suspiro, cruzando de una el portal.
Los dos sores suspiraron, los pequeños acontecimientos que se acercaban iban a hacer un fuerte golpe para los dos involucrados, solo esperaban que el tiempo no fueran cambiado y que la decisión que tomaron fuera la correcta.
- ¿crees que Acalia se moleste con nosotros? - - pregunto Clockwork hacia Grimm que aún seguía mirando las almas cruzar el portal
- La que más me preocupa es Alía, las dos son peligrosas - - se dio la vuelta retirándose de allí.
Clockwork suspiro para después crear un portal y cruzarlo.
*****
Una joven mujer miraba el atardecer arriba de una colina, estaba tranquila mirando maravillada como el sol poco a poco se ocultaba sobre un paisaje verde. La joven tenía el cabello largo y plateado, llevaba puesto un vestido floreado y unas zapatillas blancas. Toda tranquilidad que en ese momento sentía fue disipada con la llegada de una persona.
Miro con un poco de molestia al llegado, siempre que el apareció significaba malos problemas.
- ¿Qué haces aquí Clockwork? - - pregunto sin quitar la vista del atardecer.
- Acalia, Gabriel ha desaparecido del inframundo - - eso le cayó como un balde de agua fría, se levantó.
- Pero, eso es imposible - - se le miraba angustiada.
- El, ha renacido como otro ser, lamentablemente solo sé a qué universo llego, si quieres localizarlo tendrás que ir a buscarlo - - Acalia asintió ansiosa.
- Por favor, solo espero que este bien - - Clockwork miraba la preocupación que expresaba
Acalia, él lo sabía, sabia como la chica era sobreprotectora con el alma de Gabriel desde que había sucedido la desgracia.
Le dio los datos que necesitaba, para después desaparecer no quería enfrentarse a los berrinches de Acalia cuando descubriera que Gabriel estaba en su mundo, en el cual tenía más control. Acalia teniendo todos los datos que necesitaba, también se desapareció de allí, tenía que encontrar a Gabriel.
Llego a un pueblo llamado Amity Park, sintiendo de inmediato la presencia de ese ser que la había acompañado durante siglos. Sonrió con nostalgia al sentirlo de nuevo, ya que cuando murió lo había dejado de sentir.
- Gabriel, te encontrare - - moviendo sus manos desapareció.
Tenía que encontrarlo, mirar que estaba bien.
*****
Dash Baxter era el mariscal de campo del equipo de futbol de la escuela Casper, fuerte, popular, atlético, y muy inteligente, aun eso último se lo mantenía muy reservado, quería de cierta manera la popularidad que le daba el ser el capitán y el chico más popular de la escuela, le agrava el sentir como era observado con admiración, y con envidia.
Pero lo que tenía allí, era solo un sustento de lo que sucedía en su casa, para no volverse loco, su madre los había abandonado a él y a su padre, no la culpaba, desde que tuvo razonamiento, se daba cuenta de que confundía mucho sus sueños con la realidad, decía cosas que a sus padres sorprendía o asustaban, yendo de Psiquiatra en Psiquiatra tratando de ayudarlo, pero nadie pudo. A los siete comenzó a mirar que los objetos desprender energías, jugaba con ellas, con el tiempo supo controlar las energías a su favor, moviendo cosas con solo mover sus manos. Pero dejo de hacerlo cuando su madre una vez lo sorprendió, diciendo que era malo. Al cumplir los diez, tuvo una pesadilla que lo llevo a sentir dolor y miedo, mirando como un hombre atravesaba su pecho con una espada, ese sueño al contarlo a sus padres hizo que pelearan. Su madre se fue de la casa días después de lo sucedido.
Su padre miro con optimismo la gran energía que expresaba su hijo, pero poco a poco noto que nada de lo que sucedía era normal sin darse cuenta comenzó a meterse con la bebida, llegando a ignorar a su hijo y sin proponérselo a golpearlo. Cuando su esposa lo abandono dejándolo con él, recibió la peor paliza de su vida, dejando aislado en su cuarto los días que tardo en recupere, pero las golpizas jamás pararon, cubriendo su cuerpo para no mostrar al mundo lo que en verdad pasaba.
Ahora con catorce años, sobrellevaba las cosas como podía, entre la escuela y su casa, haciendo todo lo posible por que su padre no lo golpeara.
*****
Acalia se hallaba volando sobre Amity park, estaba con unos lentes especiales, la ayudarían a detectar a Gabriel. Y fue cuando lo miro, alto, fuerte se miraba igual excepto su cabello, que en vez de negro lo tenía rubio. Sonrió y no pudo evitar derramas barias lágrimas al verlo con otro cuerpo.
Miro como comenzó a caminar hacia su casa, sonrió, tenía un plan para acercarse a él y mostrarle lo que era.
*****
Dash salió de la escuela un poco tarde, estaba preocupado pues su padre no le gustaba que saliera de noche, tenía su vida bien controlada. Mientras caminaba a su casa, por uno de los callejones escucho un maullido, su cuerpo se paralizo, ese maullido lo había escuchado antes, pero no sabía en dónde, fue que lo escucho de nuevo, empezó a ingresar lentamente al callejo, no quería encontrarse con un ladrón o fantasma. Miro arriba de un cartón a una gatita blanca, este sonrió, pues le recordaba a uno de sus sueños, la tomo en brazos.
- Hola bonita, ¿Cómo estás? - - comenzó a acariciarla, lo que causo que maullara y ronroneara --- tú te vienes con migo, espero que me consideres tu nuevo amigo, yo cuidare muy bien de ti - - comenzó a caminar hacia la salida del callejón
No sabía por qué la había cogido, pero algo le decía que no podía dejarla allí, era una gatita hermosa de color blanco además de que era muy pequeña para que estuviera sola y sin protección.
Acalia sonrió ronroneando, su plan de convertirse en gato había funcionado, ahora estaba entre los brazos de Gabriel, ella se aseguraría de que todo estuviera bien.
Si, Dash había sido en la vida pasada un objeto, que a lo largo del tiempo, los siglos pasados junto Acalia había formado un alma, la cual se había ganado el derecho de renacer como cualquier otra. Allí estaba con su nueva vida, una vida que Acalia protegería a toda costa.
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