La primera vez que había notado su presencia, fue un sábado por la mañana cuando se dirigía tranquilamente al conocido café revancha -que se encontraba dentro de la zona sobrevivir- lo vislumbro de pie al lado de la puerta del café -aparentemente- sin la mas mínima intención de entrar a dicho lugar, en cambio, parecía observar casi paranóicamente de un lado a otro como si se encontrase apurado por encontrar o verse con alguien en especifico. Decidió dejarlo pasar y entrar al establecimiento, mirando de reojo la curiosa forma en picos del rubio muchacho que vigilaba la entrada del lugar sin prestarle atención a el -y suponía- así como tampoco a los que debieron de arribar antes -no faltaba decir que en el mediodía cuando se retiro, dicha persona ya no se encontraba en el lugar-
Tres días después -cuando regreso al café- noto nuevamente la presencia del muchacho, de pie en el mismo lugar y mirando su muñeca casi cada segundo mientras su pie derecho parecía golpear desesperadamente el suelo donde se encontraba pisando -como si este tuviese la culpa por tener que esperar- y aun cuando sabia que no le incumbía, ni mucho menos debía prestarle intención, no logro evitar que su curiosidad terminase ganando.
-¿El muchacho de afuera?- pregunto el hombre de bigote que atendía el lugar cuando se acerco a entregarle su pedido- No, no lo conozco personalmente y tampoco entra al establecimiento -dicha persona intento hacer memoria, aprovechando que no tenia mas clientes como para distraerse y no responder- Creo que antes del mediodía viene alguien con el para entrenar, pero no sabría decirte mas... Tal vez la campeona Hikari podria responderte, de vez en cuando los oigo hablar afuera, el suele estar de pie allí casi toda la semana esperando por alguien, aunque como siempre estoy adentro ni idea de quien sea.
El entrenador de la isla de hierro asintió a la vez que agradecía amablemente ante la respuesta que se le había entregado -así como el pedido que había hecho- para posteriormente girarse y prestar atención a la televisión que tenia frente a su persona, allí donde le había gustado sentarse desde la primera vez que llego a aquel agradable lugar.
Unas horas mas tarde se rió de si mismo cuando se descubrió mirando el reloj cada cinco minutos, una parte de sus neuronas le decían que debía quedarse sentado y continuar mirando el programa, la otra parte -mucho mas insistente- le decía que aquello debía de ser una oportunidad de uno en un millón y que si no salia justo ahora tal vez nunca se iba a armar del valor para hacerlo y mucho menos podria saciar su curiosidad por el rubio vigilante.
-Buenas días- se anuncio nervioso a la vez que tomaba lugar en el otro lado de la puerta pero mirando en dirección al rubio, quien salto del susto al notar a un extraño dirigirle la palabra- Disculpa el susto, no sabia como presentarme.- Volvió a hablar mientras cruzaba los brazos, ocultando la gota de sudor que se deslizaba por un lado de su rostro cuando noto que el rubio busco a su alrededor como si no entendiera que le estaba hablando.
-¿Yo?- pregunto el mas joven a la vez que se señalaba a si mismo, sin saber que mas agregar a su propia oración.
El de cabellos negros asintió un poco más enérgico que a como debería de haberlo hecho, aun así, dicha emoción paso -aparentemente- desapercibido por el mas joven.
-Me llamo Riley- se presento una vez noto que la conversación no iba a llegar muy lejos si se quedaba en silencio por mucho tiempo. Para su buena suerte, el de cabellos rubios le sonrió amablemente y se dispuso a contestarle.
-Mi nombre es Jun, es un placer conocerte- el de verde bufando señalo al de azul antes de continuar hablando- Vienes seguido ¿Verdad? De vez en cuando te veo llegar por la mañana, aunque en las tardes no te veo salir.
-Así es- afirmo curioso cuando se dio cuenta que no era el único que había notado la presencia del otro- Vengo en la mañana y me voy en distintos horarios, mi casa queda demasiado lejos como para quedarme todo el día.
-Yo estoy aquí casi toda la mañana esperando a que venga mi papa o algún entrenador para retarlo y los sábados espero a una amiga...-comenzó a relatar Jun a la vez que volvía a dirigir su mirada a su muñeca donde mantenía su poké-reloj naranja- Aunque suelen ser muy lentos y papa casi siempre esta ocupado por lo que suelo quedarme hasta medio día para luego irme a entrenar solo...
En silencio Riley dejo pasar la siguiente hora, prestando atención a la -según su criterio- melódica voz de su acompañante que al parecer tenia mucho que hablar y nadie que lo escuchara, y siendo el una persona tan silenciosa y tranquila no pudo evitar quejarse ante la especie de platica en la que se supone se encontraba participando.
-... Y actualmente mi Roserade...-
-¡Jun!- una voz femenina interrumpió la ya historia que el rubio se había encargado de derramar encima de Riley, quien simplemente había estado respondiendo con monosílabos o moviendo su cabeza en señal de que le prestaba atención- Oh Riley, espero que mi amigo no te haya mareado con su discurso.
El maestro del aura negó amablemente a la vez que saludaba a la recién llegada campeona de la región Sinnoh.
-No tienes nada de que disculparte, solamente estábamos platicando- respondió el de vestimenta azul mientras se movía del lugar donde se había encontrado de pie por mas de una hora, tiempo que ni siquiera había sentido pasar.
La nueva campeona se le quedo observando por un momento, su mirada se encargaba de hacer la silenciosa pregunta del típico "¿Hablas en serio?" después de todo y a ojos de la mayor parte del mundo, aquello había parecido mas como si Jun simplemente hubiese soltado la lengua y en ningún momento le había dado oportunidad alguna a la otra persona de decir palabra alguna. Como siempre solía pasar cuando uno hablaba con un Jun que tenia mas de una hora de no platicar con alguien. El siempre -Siempre- tenia algo que contar.
Claro que el rubio se hizo el ofendido cuando su amiga de la infancia interrumpió su "interesante" platica con el amable ¿Riley? -Así le dijo que se llamaba, ¿no?- aparte, el se había acercado amablemente a hacerle compañía y en ningún momento escucho queja alguna sobre que estaba hablando de mas ni lo había interrumpido -como lo solía hacer la mayor parte del mundo- es mas, todo el tiempo fue capaz de sentir los ojos del mayor mirándolo atentamente -algo que únicamente su padre solía hacer- por lo que en ningún momento supuso que debía detenerse o dejar de hablar.
-De todas formas, lo siento si te eh hecho esperar Jun- se disculpo la de abrigo rosa mientras se dirigía a su amigo de la infancia-
-No importa Hikari- le resto importancia el rubio- Riley no es mala compañía después de todo.
Y aun cuando el de cabellos negros intento encontrar animo alguna en la declaración llevada a cabo por el rubio, no logro pasar por alto el suspiro cansado dado por la campeona de Sinnoh.
-Bueno, nosotros nos retiramos ahora... -declaro Hikari con una sonrisa mientras se dirigía al maestro del aura- De todas formas, también se agradece que hayas pasado un rato con el.
El rubio solo bufo mientras se movía finalmente del lugar donde parecía que se había quedado plantado, y tras una mirada de la joven muchacha Jun comprendió que no se iban a ir de ahí hasta que agradeciera como debía.
-Si... Muchas gracias por venir a platicar conmigo- sonrió lo mas amablemente al reciente "amigo" que había realizado aquella mañana, y continuo hablando cuando se dio cuenta que Hikari no dejaba de verlo con los brazos cruzados, como si esperara algo mas- Y me disculpo enormemente si mi conversación te aburrió, lo siento mucho por haberte tenido mas de una hora parado aquí afuera teniendo que oír mi voz...
-En verdad, no fue ninguna molestia... -volvió a repetir Riley mientras escuchaba ahora un discurso sobre "lo siento..." que incluso parecía ensayado con anterioridad o dicho muchas veces y de forma repetitiva.
Al final todo termino con un Jun y Hikari despidiéndose a la distancia -el rubio prometiendo le que la próxima vez tendrían una batalla mientras la campeona, aun a la distancia, se encargaba de reñir a su amigo- una vez los vio desaparecer de su vista abrió de nuevo la puerta del café revancha.
Lo cual no fue la mejor idea del mundo, ya que cuando lo hizo termino por descubrir que todos los lideres de gimnasio -junto a algunos residentes de la zona revivir- pegados a la puerta y a las ventanas del lugar.
-¿Que tal tu platica?- pregunto Mananti el destructor mientras sonreía amablemente desde una de las ventanas.
Riley, obviamente, no contesto.