Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A la luz de la luna por Driadel Rumsfeld

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hace eones que no escribía de esta pareja. Yo sé que la gente que conozca más o menos mi forma de relatar va a saber qué otras historias he escrito (con otros pseudos 3c3c(?)). Pero bueno, lo importante es que espero que disfruten del fanfic, que realmente no tengo idea si va a tener más de un capítulo, pero eso ya se verá. 

Por otro lado, recuerdo que ni Beyblade ni sus bellos personajes me pertenecen, ellos son propiedad del maestro Takao Aoki.

 

Notas del capitulo:

Realmente no tengo mucho para añadir, solo que me ha gustado volver a escribir de estos dos y seguramente más adelante escriba de alguna otra ship de la serie que tenga que ver con mi bae <3 (Kai, babu, me encantas~).

Espero que disfruten la lectura :3

Saludos~

La noche se había mostrado fresca así que el chico de cabellos platinados había decidido cubrirse hasta la altura de los hombros con las mantas. Mañana viajarían de vuelta a Japón y todo volvería a ser como antes una vez más. En eso la cabeza de Kai Hiwatari comenzó a repasar la sucesión de eventos ocurridos desde que había decidido unirse al equipo de Takao. Primero recordó el momento en que se había topado con Takao, pasando por aquella vez en que se había unido al equipo de la abadía, hasta que finalmente recordó el último enfrentamiento que había presenciado. Habían sido buenos momentos, pero estaba seguro de que aquello no terminaría, no cuando ese necio estaba involucrado en todo aquello y seguramente, no faltaría una próxima vez en la que pudiera enfrentarse una vez más a él. En eso sonrió ligeramente, acomodándose de lado hacia donde se podía ver el fugaz brillo de la luna colándose a través de una de las ventanas.

Todos dormían en aquél hotel, sin embargo, sintió un minúsculo ruido viniendo de la cama de al lado. El único con el que compartía cuarto para entonces era Rai, así que se preguntó si estaría bien, aunque decidió no girarse a verlo y por el contrario tomó la resolución de que lo mejor era dormirse.

 

Quizá esa fue la más acertada decisión. Cerró nuevamente los ojos y esperó a que el sueño viniese hasta él, pero cuando creía que por fin su mente navegaría entre sueños o al menos una oscuridad reconfortante, unos dedos le atraparon por la espalda, haciéndose de a poco espacio contra su cuerpo, hasta que sintió el peso ajeno sobre la cama y los cabellos largos del muchacho chino contra su cuello. Esta vez sí se decidió a mirar hacia atrás. —¿Rai? —Preguntó en lo que sentía como el contrario se abrazaba contra su cuerpo, dejando reposar sus manos sobre el pecho del muchacho con cabellos platinados, impidiéndole así también que pudiera girarse a verle mejor.

 

—No te muevas. Solo quiero charlar un momento. —Fue todo lo que respondió el azabache en medio de un murmullo.

 

—Para eso no hace falta que te metas a mi cama. —Pero aun así desvió la vista hacia el frente una vez más, decidiendo que si prestaba demasiada atención a esas manos en su pecho, ya no podría sentirse tan tranquilo como hasta entonces. Y tal vez era, porque aceptándolo o no, desde que se conocieron, con Rai siempre había existido una atracción distinta que con el resto, incluso distinta hacia la que sentía Kai hacia Takao, y es que aquella solo se reflejaba en la competitividad que el campeón mundial siempre sabía provocar en él.

 

Rai pareció guardar silencio por un momento, dejando que lo único que Kai pudiera sentir fuese su débil respiración aunque pronto aquél mutismo entre ambos volvió a ser roto por el azabache. —No lo vuelvas a hacer, Kai. —Terminó por mencionar, esta vez apegando la frente contra el cuello ajeno. Sus manos temblaban ligeramente sobre el pecho contrario.

 

—No sé a qué te refieres, Rai. —Y era verdad, no tenía idea a qué se estaba refiriendo.

 

—¡Lo sabes! —Interrumpió el azabache antes que de Kai pudiera pensar en algo más que añadir. —...Lo sabes, tu cuerpo es la prueba.

 

Esta vez Kai no pudo evitar abrir los ojos un tanto sorprendido, porque creía que había escondido todos esos arañazos a la perfección de los demás, aunque claro, eso mismo le había costado el tener que desaparecerse la mayor parte del tiempo que habían pasado en la playa con los otros durante esos últimos días.

 

—No es algo que te interese, Rai. —El muchacho entrecerró levemente los ojos antes de terminar por cerrarlos una vez más, como si esperara que realmente el tema se detuviese allí para volver a dormir, por eso quizá no pudo reaccionar a tiempo cuando el contrario se abalanzó sobre su cuerpo, tirando de las mantas hacia atrás, quedando sentado sobre las caderas de Kai y con sus manos sobre cada uno de sus hombros.

 

Desde aquella posición podía ver sin problema el brillo amarillo de los ocelos de Rai, así como aquella expresión apenada, triste...no quería ver aquello, no le gustaba enfrentarse a ese tipo de miradas por riesgo a perder el control sobre sí mismo, a perder aquella actitud lejana que la mayoría del tiempo tenía con aquellos, contando a Rai entre ellos.

 

—Has dicho lo mismo desde que nos conocimos, pero lo cierto es, que no puedes esconder de mí tus verdaderos sentimientos, Kai. —Le pareció tan extraño escuchar aquello de Rai, porque nunca hablaban sobre él, siempre la temática era distinta y realmente no esperaba que llegase el momento en el que se convirtiera en el tema de conversación ¿Qué tanto le conocía? ¿Cómo podía saber lo que verdaderamente sucedía dentro de él?

Solo para calmarlo decidió relajar un poco su mirada, añadiendo unas simples palabras que esperaba que terminasen con el tema en ese mismo momento. —Estoy bien, en verdad. —Las heridas ya habían comenzado a cicatrizar sobre su pecho y brazos, aunque las que habían quedado en su rostro tomarían su tiempo en desaparecer.

 

Una de las manos del azabache se vio atraída hacia el rostro ajeno, dejando que sus dedos rondaran por sobre los cabellos antes de que corrieran las mismas para ver las marcas que Brooklyn había dejado sobre aquella piel.

La expresión del muchacho azabache se volvió aun más apagada en presencia de aquellas marcas que terminó por delinear, pero ese mismo movimiento, de a poco terminó por llevarle a recorrer las mejillas ajenas, hasta que finalmente sus dedos se detuvieron sobre los labios foráneos.

 

Kai lo miró con curiosidad, pero también con la incomprensión de quien no puede saber en el momento lo que el otro está pensando. Pero al ver a Rai romper la distancia entre ellos, inevitablemente se tensó, porque el primer pensamiento que llegó a su cabeza, fue que iba a ser besado y el solo pensar en eso le hizo avergonzarse de sí mismo ¿Cómo podía pensar en eso en este momento? Rai no lo besaría, quizá lo único que quería hacer era comprobar que realmente estaba bien aunque...

 

El muchacho de cabellos platinados hizo un leve ruidito con la boca en el momento en que sus labios se rozaron con los ajenos y finalmente, terminó por sentir aquella suave presión sobre la piel, misma que luego se expandió a sus mejillas, lugar sobre el que ahora se encontraban ambas manos ajenas, atrayéndole con delicadeza.

 

El beso le obligó a cerrar los ojos, Rai necesitaba sentir ese contacto y es que odiaba la sola idea de saber que se separarían una vez más sin siquiera poder dar a conocer sus verdaderos sentimientos por Kai. A él le gustaba el contrario, siempre había disfrutado de sus entrenamientos, de hacer equipo con él, de estar a su lado, incluso si Kai le hacía preocupar sin importar nada. Incluso si aquél siempre terminaba dejándose tentar para enfrentar a Takao.

Fue ese pensamiento el que hizo que el azabache abriera un poco más sus labios sobre los contrarios, proyectando un beso más largo y profundo, dejando que su lengua lentamente rozara la piel ajena, demandando porque se le permitiera la entrada. Aquello provocó un leve jadeo en el contrario y pronto tuvo las manos de Kai sobre sus hombros, indecisas -por como las sentía- entre la idea de detenerlo y el dejarlo seguir. Rai había tenido celos de Takao en muchas ocasiones, aunque nunca hubiera dejado que aquello se interpusiera en la amistad del equipo. Los sentimientos estaban aunque fuesen invisibles.

 

Kai sabía que no estaba siendo la persona más decidida en su modo de actuar y sus labios terminaron por entreabrirse para permitir el paso de la lengua contraria. Era un tonto. Había estado pensando en que su tipo de atracción por Rai no era más que una tontería, pero ahí estaba, siendo besado por el contrario, dejando que aquél despertara en él todo lo que había intentado dormir en su cuerpo.

 

La sensación de su lengua siendo acariciada por la ajena, los labios amables de Rai...inevitablemente sus mejillas habían enrojecido, todo porque el chico con rasgos de gato había decidido dejar la conversación para pasar a la acción.

 

Pero incluso si lo estaban disfrutando, el azabache tuvo que separarse para buscar algo de aire y en verdad, pensó que fue una buena decisión porque en todo ese tiempo, jamás había visto ese tipo de expresión en el rostro de Kai y de hecho, mil veces se la había imaginado, pero nunca había llegado a pensar que en verdad podría gustarle tanto el verle así, sonrojado, excitado, completamente a su merced.

 

Aquello pareció encender un interruptor en el azabache, quien terminó por lamer sus propios labios, recogiendo el sabor que la boca ajena había dejado sobre ese mismo lugar. No podría detenerse, ya llevaba tanto tiempo esperando por aquello, por hacer conocidos sus sentimientos y al ver que Kai no los evitaba, podía decir que eran compartidos ¿no? que ambos sentían lo mismo.

 

El muchacho platinado por su parte dio un leve respingo al ver al contrario descender sobre su cuerpo. Las manos de Rai también viajaron por la figura contraria, llegando hasta la zona donde la remera que Kai traía puesta dejaba ver una mínima porción de pálida piel. El primer contacto de las manos del moreno sobre aquél lugar hicieron que se estremeciera levemente. Jamás había sido tocado en aquél lugar por alguien más y el sentir las manos de Rai abrirse paso bajo su ropa en dirección hacia su torso, simplemente le estaba volviendo loco, sacándole por completo de la seriedad que siempre portaba en sus acciones.

 

—R-Rai... —Murmuró Kai, intentando llamar la atención del contrario para que dejara de tocarle, de provocar aquellas sacudidas en su cuerpo, sin embargo el azabache solo le dedicó una mirada antes de que fuese su lengua la que tomara control sobre la piel del platinado. Se sentía tan húmedo, tan...bien, aquella pequeña extensión de piel que se abría camino sobre la propia, dejando un hilo mojado que esquivaba las vendas que aun permanecían en el lugar, aunque pronto encontró lugar sobre el que detenerse, claro que el que se detuviera allí también hizo que Kai se encorvara por el nuevo contacto. Uno de sus pezones siendo sorbido por Rai ¿en qué momento se habría imaginado aquello? Tuvo que cubrirse la boca para que un nuevo jadeo no escapara por su boca de forma tan visible.

 

—Déjalo. —Murmuró Rai tras soltar por un momento la pequeña porción de piel. —Quiero escuchar todo lo que tengas para decir. —Esta vez era él quien parecía completamente seguro de lo que hacía, aunque  por su lado Kai estaba seguro de que probablemente nunca hubiese hecho aquello con alguien más...¿o sí? No no, eso era imposible y tampoco debía ser de su interés.

 

El platinado volvió a encorvarse al sentir los dientes foráneos mordiendo suavemente sobre la piel, hasta que Rai decidió cambiar aquello una vez más por sus labios, sorbiendo sobre el pezón, dejando que el mismo tomara una apariencia erecta bajo su tacto, se veía delicioso frente a sus ojos. Aquello deseaba ser reproducido por el azabache en el pezón restante, aunque no lo dejaría solo ahí.

 

Una de las manos de Rai buscó moverse con lentitud y deseo hacia abajo sobre la piel foránea, marcando trayecto hasta los boxers que Kai llevaba puestos y que ya parecían apretarle bastante.

 

—No, no...espera un...no toques... —Murmuró Kai, aunque tras un nuevo y suave mordisco sobre su pezón, tuvo que detener sus palabras para reemplazarlas por un gemido que no había podido retener. —N-Nnh...

 

Los ojos vidriosos de Kai -producto del deseo- observaban esta vez con atención al contrario, aunque no podía mantener la mirada sobre Rai, no cuando parecía disfrutar tanto cada lamida y mordida sobre su piel.

Y cuando casi creyó que no ocurriría, su rostro se movió hacia atrás tras la sacudida provocada por los dedos de Rai alrededor de su hombría.

 

—Te has puesto así solo por un par de lamidas, Kai. —Mencionó el azabache tras separarle del pecho ajeno para poner atención esta vez a la erección del contrario, misma que liberó sin tardarse de las ropas que la contenían.

 

Por primera vez se sentía realmente avergonzado delante del contrario. Allí no tenía donde esconderse de la vista de Rai y definitivamente no podía aceptar sin más que era su compañero de equipo quien sostenía su erección con aquella mirada de lascivia clavada en su rostro.

 

—Voy a liberarte, esta vez...seré yo quien haga algo por ti. —Escuchó Kai que decía Rai antes de que volviera a avanzar sobre sus labios. Aunque en esta oportunidad, además de tener al azabache besándole, podía sentir el movimiento de aquella mano contra su erección, obligándole a desear más, a abrir las piernas y pedir por mayor contacto. ¿Cómo era que su compañero podía provocar todo aquello en él?

 

Rai se acomodó sobre él, dejando que su propia erección chocara contra la de Kai, haciéndole saber que no era el único en ese estado y que realmente estaba disfrutando del momento, sin embargo, entonces volvió a hablar hacia el contrario. —No vuelvas a arriesgarte así...por favor...te lo pediré cuantas veces haga falta si es necesario. —Pensaba en agregar algo más, pero terminó moviéndose para atrapar la mano libre de Kai, dirigiéndola hacia su propia erección con la obvia finalidad de ser tocado por la persona que tanto le atraía.

 

Kai apenas era consciente de lo que escuchaba, pero no pudo no poner atención a la suplica en la voz ajena, así como en aquella porción caliente de piel que se apretaba diligente contra su mano. Se sentía tan avergonzado y aun así también quería que Rai disfrutara de aquello. No podía dejarle hacer todo y por lo mismo, se decidió entre jadeos a tomar del falo del azabache, dejando que sus dedos recorrieran lentamente aquella porción de piel antes de que se decidiera a tomarlo con más fuerza para comenzar a masturbarlo.

 

Pronto el platinado escuchó los primeros gemidos ajenos sobre su boca.

 

—Mierda, Kai...en verdad yo... —Las palabras de Rai parecieron atorarse en su garganta y en lugar de volver a probar en terminar lo que había empezado, decidió moverse contra los dedos ajenos, robándole entre medio un nuevo beso a la persona bajo su cuerpo, aquella con la que tantas noches había soñado.

 

Kai podía sentir como su piel se iba humedeciendo cerca de su miembro, así como su propia mano también comenzaba a ser cubierta por los líquidos del contrario. Nunca se hubiese imaginado que llegarían a masturbarse entre ellos, pero ahora, más que pensar en ello, todo lo que quería hacer era escuchar más de Rai y hacerlo venir al fin, un pensamiento sucio pero que iba a la perfección con cómo debía estarse viendo delante de los ojos ajenos.

 

—R-Rai...yo... —Las piernas de Kai temblaron. Lo sabía, que estaba por terminar, pero no quería hacerlo aun, no quería venirse solo. El extraño pensamiento de terminar junto con el azabache llenó su cabeza y le obligó a echar la cabeza hacia atrás en lo que esperaba poder aguantar.

 

La mano desocupada de Rai acarició las mejillas ajenas antes de que volviese a hablarle, porque sabía lo que ocurría. Kai estaba siendo tan claro como el agua en ese momento y en verdad le hubiese gustado que fuese así todo el tiempo, aunque sabía que esa forma de ser era una de las tantas cosas que le atraían de Kai.

—No te reprimas... —Rai gruño levemente en lo que intentaba hablar de nuevo. —Yo también estoy por acabar...juntos...hagámoslo juntos, Kai.

 

La voz de Rai pareció tan pervertida a los oídos del platinado, que no pudo sino hacerle caso en silencio, lloriqueando levemente por la intensa sensación que se agolpaba en sus huevos. No tardaría mucho más en acabar.

 

—A-Ah...ya...ya no puedo retenerlo... —Kai se mordió los labios intentando refrenar su propia voz, aunque fue al final la boca de Rai lo que cubrió sus gemidos en el momento en que encontró liberación, terminando por atraer a aquél desde el cuello con una de sus manos, sintiendo como el caliente líquido propio y el ajeno terminaban por manchar su cuerpo y el del azabache.

 

—Kai...Kai... —El platinado escuchó la voz de Rai, aun si no podía enfocarle bien en ese mismo momento. —En verdad me gustas, Kai.

 

 

 

No supo realmente qué ocurrió luego de aquello, pero cuando se despertó a la mañana, Rai seguía a su lado, acostado en la misma posición de un principio: pegado a su espalda con aquellas manos entrecruzadas contra su pecho, justo en la zona donde los vendajes aun permanecían sobre el cuerpo de Kai.

 

Aquello...¿aquello realmente había ocurrido?

 

Kai apenas movió sus manos para ver si algo había quedado de la noche anterior. Una de sus manos rebuscó entre sus ropas por alguna prueba, pero a pesar de la humedad sobre su miembro, decidió creer en la leve hinchazón sobre sus labios, así como en la familiaridad del toque de las manos ajenas sobre su cuerpo. Realmente había ocurrido y él...él solo deseaba dormir por unos momentos más en esa misma posición. Abrazado a quien parecía estar realmente cómodo contra su cuerpo. 

Notas finales:

Y espero que les haya gustado xD

No daré fechas de cuando escribiré algo nuevo, pero si les diré que en cualquier momento puede que suba algo nuevo de cualquiera de las ships sobre las que estoy escribiendo. Incluso puede que escriba algo sobre alguna nueva, pero solo el tiempo lo dirá. 

Saludos y que tengan una increíble semana~.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).