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INDECISO por alliaries

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Notas del fanfic:

Esta historia no tienes mayores pretenciones mas que netretener, el fic quedo algo extraño y los personajes (algunos) un tanto occ

Notas del capitulo:

Saint seiya no me pertenece es propiedad de Masami kurumada.

 

Atena siempre gusto de cosas extrañas, o bueno extrañas a ojos de los demás, pero no se avergonzaba de eso. Estaba orgullosa especialmente por su última adquisición. Un producto algo diferente, lo encontró en una de esas tiendas de esencias y pócimas. Consistía en sumergir una flor en una infusión para saber quién era la pareja de la persona  sobre la que se tenía curiosidad.

-Listo-Atena incluía a la pócima los cabellos del León dorado-con esto Marín no podrá seguir negándolo-La joven leyó una vez más las instrucciones.

-Correcto-sumergió la flor, se levantó acercándose  a la pócima, cerró los ojos concentrándose en  lo que deseaba saber- “Deseo, que la persona  que me regrese esta flor, sea la última a la  que Aioria de Leo se acercó de manera romántica”-soltó la flor, y regreso a su cama a esperar la tan ansiada visita.

Mientras tanto los caballeros dorados, daban una vuelta al coliseo para finalizar con el entrenamiento.

-¿Qué es eso? Deathmask-El caballero de Capricornio veía con curiosidad como su compañero, sostenía una flor.

-Una flor, es extraño, no parece que este sea un lugar para  ella-respondió el Canceriano.

-Tienes razón-Milo se acercaba a los guerreros-deberías dársela a Atena, a si no se está quejando de que nunca le damos nada.

-¿Quieres que valla y le diga que entre doce hombres le enviamos una flor?

-Trece-corrigió el escorpión-No te olvides de Kanon.

El italiano suspiro-está bien, sabes es extraño, pero creo que esta flor debe estar con ella.

La impaciencia se hacía cada vez más insoportable.

-Cinco…solo cinco minutos-Atena leía el tiempo estipulado en las instrucciones.

De repente alguien llamo a la puerta.

-No puede ser… ¡Funciono!-La diosa se levantó con alegría-Escucha Marín puede que estés confundida-La diosa se detuvo antes de girar el picaporte- ¡Marín!, qué alegría amiga. No, solo deja que fluya-suspiro, abrió la puerta esperando encontrarse con una  melena pelirroja.

-¡DeathMask!-Ninguna melena  pelirroja la esperaba, solo una infinitamente azul-¿Qué haces aquí?

El Canceriano le entrego la flor a la joven-encontramos esto, pensamos que te gustaría.

-A…gracias-cuando la diosa noto que el italiano se marchaba lo detuvo-Deathmask-el del cuarto templo se detuvo-no, olvídalo.

Cáncer asintió y comenzó a descender los templos. Se encontraba muy cerca del suyo solo le faltaba cruzar Leo.

-¿A dónde vas? morena-el caballero de leo llamo la atención del mayor.

-A donde no te importa-Cáncer se propuso a seguir su descenso. 

-¿Por qué estás tan molesto?-Leo se acercaba con agilidad felina-¿No me darás un besito?

-No-Cáncer cerro los ojos forcejeando un poco pues Aioria  lo estaba abrazando-No tengo ganas.

Leo beso  a Cáncer-Esta bien, ¿Fue por lo de morena?

-Que perceptivo eres Aioria-Cáncer se alejó. Dispuesto a retomar su camino.

-¿Estás en tu ciclo lunar?

Esa bromita hizo que el cuarto custodio se girara, esperando a que Aioria dejara esa sonrisa burlona, pero como este no lo hizo corrió hacia él golpeándolo en el estómago con la cabeza. El griego recibió el golpe perdió un poco de aire, pero pudo responder, agarro de la cabeza a cáncer y lo tiro al suelo. Colocándose encima de él.

-Pero si aún estas llenito de energía.

-¡Suéltame Aioria!

-¿Por qué estás enojado?, no fue por lo de morena, ni lo del ciclo lunar ¿Qué te pasa ahora?

-Nada.                        

-Sabes, ya me estoy cansando, me preocupo por ti y tu nunca me dices lo que te pasa.

-No me pasa nada.

Aioria se inclinó acercándose a los labios del italiano, pero este giro su rostro.

-entiendo-dijo leo con resignación-no te molestare más.

Se levantó, el cangrejo se quedó un tiempo en el piso, se levantó con resignación y se encerró en su templo, no podría hablar de eso con Airoria, no podría arriesgarse a quedar en un estado vulnerable, reconocer que Aioria tenía mucho poder sobre él  más del que deseaba.

-Ese idiota-El italiano se encontraba recostado en su cama-¿Qué te pasa?-se rio de lo que anteriormente le había preguntado el griego-como si no lo supiera.

Escucho que alguien llamaba a la puerta.

-¡Lárgate Aioria!-expreso con enojo.

Pero el griego no lo obedeció.

-Necesito que me digas que sucede-El león se acercaba al mayor.

-tú lo sabes, no  finjas.-cerro los ojos con fuerza, como si de este modo pudiera desvanecer al otro.

-No, no lo sé, si lo supiera ¿Crees que te dejaría sufriendo con eso?

-Depende.

-¿Depende?, ¿De qué estás hablando?

-Depende de la persona que me lastimo.

-¿Y quién lo hizo?-el griego se acercó lo suficiente para  poder acariciar los cabellos del otro.

-Tu-retiro la mano que lo acariciaba.

Aioria abrió los ojos con sorpresa-yo…pero.

-¿pero?-se levantó, para ver  al león, rio-eres increíble.

-No entiendo, yo me preocupo por ti, soy el único que se preocupa por ti.

-Claro-respondió con ironía-se lo dejaste muy claro a tus amigos, ¿No?, ¿Que podría ser peor que compartir misión con Cáncer?

Nuevamente los ojos de león se abrieron-No, no era posible que se refiriera a eso, ¿verdad?- pensó.

-Haber gatico-tomo las mejillas del griego y las pellizco, -¿Qué fue lo que dijiste?

Aioria bajo la cabeza-No, no quería decir eso.

-¿Que dijiste?, ¡vamos quiero escucharlo!

Suspiro-Es porque no lo han besado-tomo las manos que aún se posaban en su rostro.

-Y dime, si tu no quieres nada serio con migo. ¿Porque te expusiste de esa forma?

-No se lo tomaron en serio-Leo poso su mano sobre la cabeza del italiano-y puede que ahora desea algo más privado.

 -¿Después de un beso?, que no te gusto para nada.

-No, ahora que se mucho más de ti.

-Y, ¿Qué sabes de mí?-el italiano tomo la mano sobre su cabeza.

-Sé que eres alérgico a la manzanilla, que no te gustan los insectos, que prefieres salir de noche cuando hay luna…y ,que cuando estás de acuerdo con algo pones tu índice derecho debajo de la nariz, pero cuando no lo estas es el izquierdo.

-Hablaste con Afrodita, ¿cierto?

-No, he estado vigilándote.

-No sabía que eras un acosador.

-No lo soy, solo quería saber más de ti, más de lo que me has contado en este tiempo.

-Aioria…yo sé lo que deseas hacer, pero no creo poder…

-Olvida de una vez lo del beso, si me lo permites yo llevaré el ritmo en esta primera ocasión, y así tu tendrás una guía para futuros encuentros. Claro que estos solo serán conmigo.

Cáncer rio-¿Que tienes en mente? minino-Cáncer giro su rostro mirando a los ojos del griego.

Leo sonrió, tomo el rostro del italiano y lo beso-Vez, si me dejas a mi todo es mejor-Una pequeña risa se dejó escapar de los labios del mayor. A sí que leo lo beso de nuevo.

Como si el tiempo pudiera desvanecerse el griego tomo todo lo que DeathMask tenía para darle, el tacto de sus manos, el aroma de su cabello, su amor…

-Death Mask, en verdad esto que compartimos es magnífico-el león acariciaba cariñosamente  los cabellos del canceriano que reposaba en su pecho.

-sí, Aioria-el griego miro a su acompañante-yo…no olvídalo.

-Está bien, ¿Escuchaste eso?

 Un ruido ligero se escuchó fuera de la habitación.

-Esa voz… es-El león se levantó de golpe, soltando con brusquedad a Deathmask, se vistió y salió al encuentro del visitante, sin importarle que pareciera extraña su aparición en el cuarto templo.

-Lyfia- Death Mask sabía perfectamente quien había entrado en su templo. Se giró un poco, posando su mano en el lugar que había sido ocupado hace instantes por Aioria, apretó  el cubrecama y su mirada se llenó de tristeza.

 

Todos se preparaban para le celebración, Atena convoco a Hilda y a algunos de sus guerreros Asgardianos. Para disfrutar de  los momentos de paz. Pero Cáncer no deseaba asistir, principalmente porque en un principio planeaba ir con Aioria, pero ahora este pasaría la velada con Lyfia, y no quería verse a sí mismo mirándolos toda la noche. Caminaba por los alrededores del santuario, hasta que escucho un golpe seco, se dirigió al lugar del que provenía el sonido  y vio que la persona  que ocasiono aquel estruendo fue la guerrera del Águila.

-¿No deberías estar en la celebración?-pregunto la japonesa.

-Sí, igual que tú-El italiano se acercó.

-¿Ir sola?-rio levemente-No gracias.

-¿Si quieres, podemos ir juntos?, como para hacer algo.

-¡Vaya!, ustedes los caballeros dorados disfrutan bastante cortejando. ¿Cierto?

-¿Cortejarte? , en absoluto. No eres mí…tipo- y Cáncer tuvo que reír por su propio comentario.

-OH, qué bueno saberlo, está bien, no quiero quedarme dándole puñetazos a este muro, nos veremos en la entrada de Aries en diez minutos-comenzó a dirigirse a su hogar.

-Como ordene mi capitán-le respondió cáncer.

Tal y como lo acordaron en diez minutos se reencontraron.

La guerrera tenía un vestido azul, un poco ancho al final, y llevaba el cabello todo junto sobre su hombro derecho.

-Bueno, movámonos. Si no, llegaremos y se habrá acabado la fiesta-Cáncer llevaba un  esmoquin clásico-extendió su mano y Marín la tomo.

Cuando llegaron al lugar en el que se llevaba  acaba el festejo, vieron que todos hablaban con alegría. Marín busco a su discípulo, y lo encontró hablando con Shaina.

-¡Pero mira!, Pegaso, no se va con vueltas ¿he?-con su codo golpeo levemente el brazo de la guerrera.

-jm, ¿Quiénes son?-Señalo a un grupo de hombres, que ella claramente no había visto.

-Los espectros-DeathMask se asombró, no espera ver también  a los guerreros de Hades.

La noche avanzaba, Marín se separó un tiempo del guerrero de Cáncer, para hablar con su alumno, se dio un espacio para bailar, Deathmask salió al balcón. Desde hay  pudo ver a Aioria bailando con Lyfia, frunció el entrecejo cuando vio que este aferro la cadera de la joven.

-Imbécil-Se cruzó de brazos y cerró los ojos.

-¿A quién veías con tanto desdén?-Uno de los espectros acompañaba al italiano.

-No te importa-respondió.

-Claro que me importa, pensaba que te enojabas por todo, el que te enojes por algo que afecte tus “emociones” es sumamente interesante.

-No te diré nada, Radamanthys.

-Está bien no me digas-el espectro se dirijo a una mesa que estaba en el balcón.

Iban y venían con algo para beber, sumergiéndose en una grata charla.

-¿Cuánto más podrán seguir festejando?-el espectro acercó nuevamente la bebida a su boca.

-Creo que la pregunta apropiada seria-miro al juez, acto seguido guiño su ojo-¿Cuánto más seguirán sobrios?

-Sí, creo que no falta mucho para que pierdan su lucidez- El caballero asintió.

Hablaron otro poco, hasta que nuevamente dirigieron su atención a la fiesta.

-Bailaran de nuevo-indico el italiano, mientras golpeaba con sus dedos la mesa, llevando el ritmo de la canción.

-Sí, sabes me estoy aburriendo un poco aquí sentado-se levantó tambaleándose un poco por el alcohol.

-¿Qué haces?-el joven de cabellos azulados, vio como Radamanthys se acercaba a él.

-¿Bailamos?-extendió su mano, a unos asombrados ojos azules.

-Pues, yo…bailar no es lo mío.

-No sabes bailar y viniste a un baile, que simpático-hizo que el hombre se levantara.

-No vine porque quisiera bailar, solo-levanto sus hombros-era algo que hacer.

-Ya veo-tomo las manos del italiano y las paso sobre su cuello para luego posar las suyas en las caderas de su acompañante-entonces aparte de “hacer algo”, aprenderás a bailar.

-Como usted diga maestro.

El inglés se movía de manera sutil, procurando que cáncer siguiera sus pasos-Nada mal-hizo que el italiano se girara-aprendes rápido.

La escena era algo cómica, partiendo del hecho que Radamanthys era bastante alto, en ocasiones DeathMask debía pararse en puntitas, para no caer cuando el juez giraba.

El de cabellos rubios acercó aún más al italiano a su cuerpo, tanto que parecía que estaban abrazados, en parte también se debía a que Cáncer bajo sus brazos del cuello del juez, para no tener que estirarse tanto.  

-Todas las almas lloraran sin el misterio de tu amor-Después de cantar un pequeño verso de aquella nostálgica canción, DeathMask froto su mejilla en el pecho del juez. Y en ese momento se dio cuenta del extraño aroma que desprendía aquel hombre. Olía a tristeza, como margaritas que cresen en medio del hielo-Con sapuri te vez más alto.

-Tu armadura te hace ver más ancho-respondió, ante el extraño comentario anterior.

-¿Me estás diciendo gordo?-pregunto de manera burlona.

-No, solo que no pensé que fueras tan, “Abrasable”-no sabía cómo describir la extraña figura de Cáncer, no era frágil, pero tampoco era ruda.

-Jamás me habían dicho abrasable-rio.

El juez, que seguía meciéndose compartió su sonrisa, se detuvo en seco, esto hizo que Deth Mask, levantara su vista, para ver que sucedía.

-Linda velada, ¿cierto?- Con fastidio el de ojos miel recibió a los recién llegaos.

Cáncer  se giró, encontrándose con la mirada sonriente de Lyfia, y la estupefacta de Aioria.

-Aioria…-iba a alejarse del juez, pero este  no lo dejo, abrazo a Cáncer colocándolo enfrente de él, con sus manos abrazando las caderas del italiano y el mentón suavemente apoyado en la cabellera azul.

-Buenas noches-saludo la joven Asgardiana-la señorita Atena dijo  que la fiesta ya iba a   finalizar, así que convoco a sus santos dorados, para que ellos cierren la velada-la joven dejo su sonrisa, para decir lo siguiente-pero debes bailar con la persona que invitaste, lo lamento.

-Oh, no importa- el Juez soltó al italiano-después podre desquitarme-pero si tu señora dijo que debe finalizar, lo mejor será no hacerla esperar.

 

 

El salón recibió a los dorados, y en el baile, Cáncer sostuvo una plática con la guerrera.

-¿arreglaste lo que debías arreglar?-la guerra levanto la mirada.

-Aun…no, pero lo…lo hare pronto-su voz entrecortada le indico a Cáncer, que la joven estaba algo ebria, el italiano esperaba que esa mujer no cometiera alguna  locura, siempre era divertido ver espectáculos en la fiesta, pero aquella chica era simpática, y él no quería que hiciera el ridículo.

-Solo no hagas una locura, ¿Ok?

-Que gracioso…casi, creo que te…preocupas-respondió de manera sarcástica-no te importa…no te importa…es mentira…mientes igual que Leo.

-¿Leo?, que sucede con ese griego, que andaba de aquí para haya causado problemas.

-Sucede…que es un… ¿Cómo se dice?

-No sé,  ¿Que te hizo?

-Hizo que me enamorara de él, con esa sonrisa cálida, y las caricias dulces.

El italiano sonrió, no porque le generara gracia, sino porque por primea vez, sentía  empatía, lo que Marín experimentaba era lo mismo que le sucedía a él-Es bastante atractivo-Cáncer esperaba que con ese comentario el águila comprendiera que estaban en igualdad de condiciones.

-También te engatuso-Comprendió lo que el otro le dijo, aunque no se lo esperaba.

-Su estambre es bastante largo, creo que por eso más de uno cae ante él.

-Es un gatico bueno…en el fondo.

-En el fondo y en el exterior, Aioria es  un buen chico, solo…

-Esta confuso.

-Iba a decir enamoradizo, pero confuso también aplica.

Rieron y poco después de eso la velada termino. El canceriano, se encontraba en su habitación, retirando la corbata del traje, cuando escuchó que alguien entro.

-Aioria, ¿Cómo estuvo tu noche?

-¿y Wyvern?-respondió de manera tosca

-¡Excelente, Deathmask! ¿y la tuya?-termino de retirar el traje, mientras se respondía así mismo la pregunta.

-¿No está aquí’ los vi bastante amigables en la fiesta.

-No te preocupes, no tardara en venir, le falto enseñarme un par de cosas, hablando de amigables ¿Y Lyfia?

-¡O, por favor!, no me digas que te pondrás igual que esta tarde.

-Igual que esta, he igual que todas. Al menos hasta que aclares tus ideas.

-¿Qué quieres decir con eso?

Death Mask se giró, se acercó al griego, poso sus manos en las mejillas y le dijo-Que no volveré a estar contigo hasta que decidas que quieres.

-Pero yo-poso sus manos sobre las el italiano-yo te quiero.

-¿Y a Lifya? ¿Y a Marin?

Aioria bajo la vista-Yo…estás enojado, lo entiendo, querías que esta noche fuéramos juntos.

Cáncer asintió-Lo quería mucho.

-Es que yo, sé que es absurdo sentirme así, teniendo en cuenta el gran paso que dimos juntos hoy, pero…fue tan extraño, escuchar la voz de Lifya, tenerla hoy entre mis brazos, fue diferente muy diferente a tenerte a ti.

-No te gusto, ¿Cierto?

-No, claro que no, tú me fascinas, solo que, es diferente, la sensación es…no puedo explicarlo.

-No te fuerces, solo medítalo-Se alejó del castaño-buenas noches Aioria-se despidió del Leon. Este se marchó, esperando a que la noche, lo ayudara a pensar en todo aquello que había pasado.

No comprendía que sucedía, la tarde que compartió con Deathmask fue  sorprendente, disfrutar de la vulnerabilidad que aquel nunca mostraba, aquel amor que nadie conocía, Lifya por otro lado poseía una personalidad  constante, siempre dulce. Era agradable, pero era más divertido enfrentarse a la personalidad menguante de Cáncer.

Pero Cáncer se escondía demasiado, era muy difícil ver entre tantas máscaras, Lifya era más abierta.

-Que lio-Aioria no sabía que hacer-Podríamos hacer un trio. No DeathMask no aceptaría- suspiro.

La noche no fue muy reconfortante para el león, que aún no  aclaraba sus ideas, bajo al coliseo esperando que el entrenamiento lo ayudara a despeja su mente.

-Disculpa, no vi por donde iba-el griego se disculpó, pues había chocado con alguien.

-No hay problema Aioria, ¿oye al final tu amigo y ese sujeto extraño pudieron bailar?

-No lo sé, ¿Por qué?

-Hay por favor no lo dirás en serio-Lyfia rio- Pude ver cierta chispa entre los dos.

-¿Chispa? ¿Cuál chispa?-pensó el león-No no lo note.

-Bueno, supongo que era de esperar, pero Atena sí que la vio así que…

-¡Atena!-interrumpió el de ojos verdes-¿Atena los vio?

-Si, como te decía estuve pensado que talvez tú y yo podríamos darles un empujoncito. Después de todo nosotros arruinamos su momento.

-No estoy seguro.

-¿Por qué?

-Porque Death Mask es mio-porque en el santuario están prohibidas esas relaciones.

-Ya estudie eso sabes, las reglas dicen que los guerreros no pueden mantener relaciones entre ellos, pero no dice nada  de diferentes ejércitos.

-Lyfia, ¿En verdad crees que eso funcione?

La joven asintió-Todos necesitamos amor Aioria, y anoche cuando los vi bailar, supe que si alguien podía atravesar la coraza de Cáncer era  ese hombre.

-¿Qué tienes en mente?

-¡Qué bien!-tomo de gancho al castaño claro-bueno no tengo todo planeado, pero supongo que comenzaremos con lo básico.

Lyfia era lista y rápida, Aioria se sentía muy incómodo, estaba alejando a Death Mask, lanzándolo a los brazos de Radamanthys, podía ver como se iluminaba la mirada de Cáncer al acercarse al espectro, lo estaba perdiendo. Y era su culpa no solo por seguir el plan de Lyfia, lo estaba perdiendo por, por esa noche que estuvo con la Asgardiana.

El león estaba recostado en su cama reprochándose por su actitud. Escucho unos pasos que se acercaban a su habitación, la puerta se abrió dejando ver al caballero de Cáncer. Este sin  decir palabra ingreso al cuarto y se echó sobre el Griego.

-Death Mask-el león lo tomo de los hombros para acomodarlo, este solto un leve quejido, como si el tacto de Aioria lo lastimara.

-Te quiero, te quiero mucho, Aioria-La voz del italiano destilaba tristeza.

El menor lo abrazo acercándolo a su pecho, al hacerlo noto que Cáncer no solo olía a alcohol, había algo mas como sangre y…-¿Dónde estuviste?

-No…no quiero hablar de eso, solo-levanto su cabeza para ver a su adorado león-quiero que estemos juntos, Aioria te necesito-Se aferró con más fuerza  al menor.

Aioria imito el gesto, pero al hacerlo un nuevo quejido se apoderó del italiano, extrañado se posiciono sobre Cáncer despojándolo de su ropa, mientras lo hacía vio que en el cuerpo de este, habían marcas de mordidas y arañazos. Busco la mirada azulina, dispuesto a reprocharle, pero no pudo hablar, pues la voz de Death Mask salió con más rapidez.

-Quería que me doliera, quería sufrir para recordar…para  recordar que no eras tú el que me tocaba.

El menor se sorprendió, queriendo poner fin a las sospechas desnudo totalmente al cuarto guardián,  se coló entre sus piernas, y las tocó con suavidad, pasando los dedos por las heridas en estas.

-Death Mask-se inclinó uniendo sus labios con los del moreno, acaricio suavemente una de las piernas que ahora rodeaba su cadera- perdóname,  perdona por lo de Lyifa, yo-fue callado por los labios de Cáncer.

-Ahora estamos a mano-comenzó a desapuntar la camisa que llevaba el León- preocupémonos por nuestra reconciliación.

El león sonrió y beso nuevamente a su cangrejo, entre besos y suspiros comenzaron a volver sus caricias más íntimas, más que la primera vez. Las manos del griego acariciaban el cuerpo de Cáncer y este recorría la espalda del León 

-Aioria…no…no-el griego se detuvo, estaba preparando a Death Mask para penetrarlo, pero al parecer, su amante seguía algo adolorido por el encuentro que había tenido con  otro hombre, que el suponía era Wyvern.

-Cielos, ese espectro es toda una fiera-rato de sacarle una sonrisa al mayor.

- yo se lo pedí, no quería que fuera tierno, no quería que me recordara a ti.

-¿En verdad te gusto tanto?

-SI, Se siente bien, muy bien. Eres muy dulce Aioria, siento que te preocupas por mí, por lo que siento.

-Claro que me importa, Death Mask estoy seguro. Te Amo, es contigo con quien quiero estar. Perdóname, perdóname por todo, por lo del baile, por alejarte.

-Lo hare, pero…quiero que hagas algo por mí.

-Lo que sea.

-Quiero que hagas oficial nuestra relación.

-¿Qué?, no podemos hacer eso, nos expulsaran del santuario

-¿Y?, Aioria, piénsalo, será algo fantástico-se acurruco en el pecho del griego-solo tú y yo.

Aioria no  dijo más, haría lo mejor, lo mejor para los dos.

El sol se alzaba firme, para despedir a los guerreros que partirían a sus respectivas tierras. Los guerreros de hades se habían marchado el día anteriorrtieron el día anterior.

-Fue un placer Atena-Hilda se despedía de la Diosa.

-Igualmente Hilda-La joven se despedía, los Asgardianos se dieron la vuelta .En ese momento Aioria hablo.

-¡esperen!-eso sorprendió al cangrejo, no se esperaba que Ai7oria confesara su relación enfrente de  tantas personas-Atena quiero pedirle algo-el León dio un paso al frente-si me lo permite, quiero que Lyfia se quede-miro a la joven de cabellos azules- Te amo.

-Aioria- La voz de Cáncer corto el lugar, negó con la cabeza y se marchó.

Minutos después, el león fue en busca del cangrejo.

-No digas nada, Aioria-el italiano, se recostaba  contra un pilar.

-Lo lamento, yo no podía…

-¿Qué, confesar que eres homosexual? ¡O no! , espera. ¿Soy yo?

-No, no es eso, yo-el griego bajo la cabeza, tiempo después sintió que le tocaban el rostro.

Cáncer beso al griego-si sigues escondiéndote y  reprimiendo lo que sientes, por el temor a lo que dirán de ti. Nunca serás feliz-beso nuevamente  a su…no aquel ya no era su gatito-eres muy bueno Aioria-acaricio el cabello del griego-un gatico bueno.

Aioria no volvió a ver al Cangrejo.

Cáncer veía la entrada al inframundo, si Aioria se había dado la oportunidad de amar a alguien gracias al   baile de Atena, él podía ir en busca del espectro. Comenzó a caer por el agujero de yomotsu, su armadura se teñía. De colores oscuros, esperaba  recibir de lleno el golpe al caer en el infierno, mientras caía recordó la última noche en la que los guerreros de hades estuvieron en Atenas.

 

-Radamanthys – Cáncer  se aferraba  al espectro-no…hagas eso-un poco ebrio Deathmask se dejaba acariciar por el inglés.

-¿Por qué?-dejo de besar al hombre debajo de él.

-No quiero que seas tierno.

-Yo no quiero lastimarte-beso suavemente la frente del italiano.

-Lo necesito, Radamanthys -hundió sus uñas en los brazos del juez-¡No quiero pensar en Aioria!

-Pero después de esto iras a buscarlo. ¿Cierto?

Death Mask giro su rostro. Radamanthys sonrió, se inclinó y paso sus dientes por el cuello del de cabellos azulados, lo mordió y le dijo-Entonces hare que sientas cosas que no has sentido. Mordió y acaricio con fuerza al guerrero del cuarto templo, disfrutando de la rudeza del espectro.

-Radamanthys…que-dejo escucha un gemido-¿Qué haces ahora?

-Solo quiero disfrutar de ti, prolongar este encuentro-El de cabellos amarillos se friccionaba contra el moreno de manera rítmica y profunda.

-Muérdeme….-La petición de Cáncer salió con dificultad.

-¿Dónde?-se acercó al cuellos y lo mordió-¿Aquí?-después de eso tomo un de los brazos y realizo la misma acción- ¿O aquí?

-En todas partes-enrolló sus piernas en las caderas del juez.

End flash back

El golpe seco no llego, Death Mask abrió sus ojos encontrándose con la firme mirada del inglés.

-Mira quien está de regreso-pronuncio de manera burlona Wyvern. Cáncer sonrió, el espectro se acercó y lo beso.

-Mi interior Naufraga en la humedad de tus palabras-Dijo Cáncer al finalizar el beso.

Radamanthys paso su lengua por el cuello del de menor estatura, rio al escuchar nuevamente un verso de la canción que los unió-Sabes creo que me falto enseñarte un par de cosas-Wyvern permitió que Cáncer tocara el suelo.

-Yo aprenderé todo lo que me enseñes-unió su mano con la del juez.

Aquel acto, le recordó al espectro la última interacción que había tenido con Death Mask-No volveré a lastimarte-beso la mano del italiano.

-No te preocupes, nunca te lo pediré-Abrazo al espectro este le correspondió.

Extraña fue la ocasión, tanto dolorosa como placentero fue su primer encuentro, pero ahora entre el misticismo y el olvido que llena al averno ,el amor entre el  dragón y el cangrejo.Perdurara.

Notas finales:

Las estrofas que se mencionan son d ela cancion hojas secas de Anabantha.Yo concidero que la musica tiene sierto factor de influencia, que pueden ser conductores de emociones, de igual forma podemos recurrir a ella para recordar algo.

Gracias por leer.


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