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Jugando con el destino por ami4alice

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Notas del capitulo:

Kyo kara maou no me pertenece le pertenece a su creador  Tomo Takabayashi. 

Yo solo disfruto usando sus hermoso personajes. 

Espero que les guste.

 

No está en nuestra potestad el decidir en qué familia naceremos o quienes serán nuestros padres. Ese hecho es algo que siempre será al azar. Aunque a veces algunas personas pensaran que ese azar ha sido cruel con ellos al no darle la familia que querían, pero es aún más cruel si la persona que has decidido amar por la eternidad termina siendo parte de tu familia. Al fin y al cabo la familia es un lazo demasiado grande para romper.

Hermanos, primos, tíos, padres. Lazos grandes que tienen relación sanguínea, pero si supieras que uno de ellos es la persona que juraste amar ¿Qué harías? …

¿Decidirías ir más allá rompiendo cualquier lazo aun a sabiendas que lastimaras la otra parte? O simplemente guardarías muy en el fondo de tu corazón aquel amor que sabes es imposible.

 

Todos esos pensamientos cruzaban por la cabeza de un joven rubio de unos 15 años de edad. En plena edad adolescente donde la gente siempre suele culpar a las hormonas o a la experimentación que con desesperación buscan en esa etapa los jóvenes. ¿Es correcto? O ¿Es incorrecto? En ese momento todos tienen dudas sobre toda clase de cosas, pero para su mala suerte o quizás su buena suerte ese no era su caso. A corta edad él había tenido muy en claro que era lo que quería y a quien quería. Lo había sabido siempre desde que tenía ocho años.

-Wolfram. –Una voz conocida pronunció su nombre, nombre que le había dado su padre. Giró su vista de la ventana para poder observar a quien le estaba llamando. No era nadie más que su amigo de la infancia Murata o como él le llamaba Gran sabio.

-Gran sabio… -Soltó sin muchas ganas mientras cambiaba de brazo para reposar su mentón.

-Me has vuelto a llamar de esa forma. –Soltó entre leves risas mientras se acomodaba sus lentes –Recuerda Wolfram… Mu-ra-ta. –Continuó poco después finalizando con la pronunciación de su nombre.

-Ah… Cierto. –No podía perder la costumbre de llamarlo así, después de todo esa era la forma en que lo llamaba en la otra vida… La otra vida, la vida donde él y la persona que amaba eran abiertamente amantes.

-Bueno, dejando eso de lado ¿Qué estabas haciendo? –Pregunto con su típica sonrisa.

-Solo estaba pensando… ¿Por qué?

-Ah…No tengo una razón, yo solo he venido como intermediario de todas las chicas de la clase. –Comento señalando a un lado. El rubio por su parte miró en esa dirección viendo como un grupo de chicas miraban en otra dirección al darse cuenta de que él las observaba.

-No entiendo porque deben de mandarte como mensajero, si quieren algo que vengan ellas a pedirlo. –Dijo con algo de enojo, siempre pasaba lo mismo, usaban a Murata de intermedio para hablar con él.

-Vamos, vamos, no te enojes Wolfram, entiéndelas un poco. Para ellas estas fuera de su liga después de todo eres como el príncipe del salón… o quizás de la escuela. –Comento el moreno un tanto pensativo al final.

-¿Príncipe? –Soltó recordando que en una vida pasada lo era. Al tener ese pensamiento no pudo evitar soltar una risa. Al momento de su risa se pudo escuchar unos cuantos gritos de chica.

-Realmente… -Soltó el moreno llevando su mano a su rostro, hasta alguien como él que tenía también alguien que le gustaba no podía evitar sonrojarse levemente cuando veía al rubio reír. Era inevitable pues era como un ángel…o así le llamaban las chicas.

-Sí que se inventan cada cosa. –Dijo después de reír para mirar al moreno, ahora se sentía un poco mejor.

-¡Cierto! Ahora que recuerdo Shinou me había mandado a decirte que tienes tiempo sin ir a quedarte a nuestra casa.

-¿De verdad? –Dijo con evidente sorpresa a lo que el moreno asintió con la cabeza -¿No molestaré? –Pregunto después con una leve sonrisa pícara.

-¡No! –Soltó algo exaltado el moreno –Por favor no digas ese tipo de cosas, sabes muy bien que las cosas no son así. Solo somos hermanos. –Comento en un suspiro.

-Y yo soy solo su hijo ¿Eh? –Dijo sin mucho ánimo Wolfram -¿No crees que es triste? Que nosotros si recordemos todo pero ellos no.

-No hablemos del asunto o también me deprimiré, debería conseguirme una novia para poder olvidarme de todo esto.

-Novia… -Soltó junto a un suspiro el rubio.

-¿Wolfram? ¿Qué sucede? Ahora que recuerdo no te veías muy bien en la mañana. ¿Sucedió algo?

-La pregunta es ¿Qué no sucedió?

Wolfram podía recordarlo perfectamente, el porqué de su mal estado, después de todo había sucedido en esa misma mañana antes de venir al colegio. Desde los ocho años Wolfram había podido recordar una vida pasada que la soñaba siempre que dormía. Era una vida donde él era un príncipe con muchos años encima, no solo eso, también era un demonio y tenía dos hermanos mayores, una madre que andaba siempre en busca del amor y una pequeña hermosa hija, pero entre todo eso estaba el que era el rey de todo aquel lugar y su amor.

Desde que recordó todo aquello no se había molestado en ocultarlo demostrándole a la persona que amaba cada día su amor, pero este siempre lo vivía rechazando y regañando, después de todo eran padre e hijo, no era normal que un hijo quisiera tratar a su padre como amante. Esas eran las típicas peleas que tenía con su padre, con él siempre insistiéndole que era su padre y no su amante. Y aquella mañana no comenzaba a ser diferente. Siempre había tenido la costumbre de levantarse temprano para ir a meterse a la cama de su padre, después de todo nunca nadie había dormido al lado del mayor.

No recordaba mucho sobre su madre y era inevitable después de todo había muerto cuando había dado a luz y su padre no la mencionaba mucho que se dijera. En toda esa casa solo había una foto de aquella mujer, era hermosa no se lo quitaba, pero aun así no la podía perdonar por haber estado con el que era su amante y prometido. Su rutina siempre era levantarse de su cama y a hurtadillas entran en la cama ajena, había veces en donde no despertaba el mayor otras veces si lo hacía. Como lo era ese caso.

-¿Wolfram?

-Buenos días Yuuri.

-Wolf, ya hemos hablado sobre el asunto, soy papá. –Soltó un moreno en sus treinta años. Yuuri Shibuya se había enamorado de la madre de Wolfram siendo este bastante joven. Los dos eran bastante jóvenes en aquel entonces, pero él se había prometido criar aquel niño producto de su gran amor. El rubio por su parte solo bufó con molestia ante aquella reacción.

-Yo no te veo como padre. –Comente sin ningún remordimiento en sus palabras, no se cansaría nunca de decir que ellos dos eran en realidad amantes.

-Por favor no volvamos a ese tema Wolf. –Soltó Yuuri llevándose sus dedos a su entrecejo con molestia.

-¡Pero es la verdad! –Casi grita al ver la negatividad del moreno.

-Wolf. –Pronunció su nombre en un suspiro cuando notó la molestia en el rostro ajeno. Sin dudar llevo una de sus manos hasta la mejilla del rubio para pasarla con suavidad –Yo…

Pero antes de continuar con su frase fue interrumpido por el sonido de su celular. De inmediato fue a contestarlo a lo que Wolfram sin dudar se tiró en la cama mientras abrazaba con fuerza una de las tantas almohadas.

-Henakochi… -Murmuro con molestia. A los minutos se exaspero y lanzó aquella almohada que antes tenía entre sus brazos ¿Por qué seguía sin querer aceptar su amor?

Al ver que no iba a regresar pronto pues esa llamada era más importante que él decidió levantarse para comenzar a prepararse para ir al colegio. Mientras estaba en su tarea de arreglarse de vez en cuando llevaba su mirada al moreno para ver si continuaba hablando por teléfono, para su mala suerte todas las veces que lo miró seguía pegado a ese aparato.

-Yuuri…tengo hambre. –Soltó varias veces en diferentes momentos, pero en todas esas veces fue completamente ignorado. Wolfram podía dejarlo pasar, aunque le doliera en el corazón podía hacerlo, pero no resistió mucho cuando al verlo pudo observar como reía risueñamente.

Eso fue la gota que rebaso el vaso.

Sin dudarlo fue hasta donde se encontraba el rubio con el celular y sin preguntar ni nada lo tomo entre sus manos para que bruscamente cortar la llamada. Estaba molesto, muy molesto con aquella situación. Creyó que de nuevo sería regañado por su padre por ese arrebato que había tenido, pero en vez de eso lo único que escucho fue un suspiro… Al parecer el mayor se estaba acostumbrando a sus arrebatos. El saber algo como eso le enojo aún más.

-¡¡Henakochi!! –Grito para lanzarle el celular que aún tenía en la mano directo al rostro del moreno -¡Deja de ignorarme!

-No sé de qué estás hablando. –Contesto de inmediato el mayor para tomar del suelo su celular. Ver aquella actitud relajada de parte del moreno hizo que se sintiera aun peor.

-¡Me largo! –Volvió a soltar en su enojo a lo que se giró para ir a la puerta, pero antes de hacerlo fue detenido por el agarre del otro.

-Wolf aun no has desayunado, por lo menos espera, no puedo dejar irte sin comer. –Comento Yuuri sosteniendo su brazo. Ahí estaba de nuevo, la estúpida preocupación que tenía hacía él por ser su hijo.

-¡No lo quiero! –Soltó aun enojado para de un solo golpe soltarse de aquel agarre, sin más tomo sus cosas para ir en dirección la entrada de la casa, siendo seguido por su padre.

-¡Wolfram! ¡Wolfram he dicho que esperes! –Soltaba insistente el moreno.

-¡Por qué tendría que hacerte caso! –Grito mientras comenzaba a abrir la puerta.

-¡Wolfram Shibuya! –Gritó el mayor con evidente enojo. Solo lo llamaba así cuando estaba verdaderamente molesto. Darse cuenta de aquello hizo que se enojara un más así que sin dudar abrió la puerta de golpe, no iba a escuchar nada que dijera, si él jamás lo hacía ¿Por qué lo tenía que hacer él?

Lo que no se espero era que hubiese alguien del otro lado de la puerta. Y no se dio cuenta sino hasta que se escuchó un grito.

-¡Gahhh! –Se escuchó a lo que Wolfram miro en la dirección que había provenido el grito viendo a una hermosa mujer. La mujer estaría en casi sus treinta años, era de contextura delgada y su cabello era castaño, pero sus ojos eran los que más llamaban su atención, eran como el color de la miel.

-¡Hana! –Y no solo bastaba con ver aquella mujer, sino que se volvió a quedar en shock cuando se percató de que el moreno había pronunciado el que parecía ser su nombre.

-Yuuri…

-¿Te encuentras bien? –Dijo preocupado el moreno ayudándola a pararse.

-Sí, estoy bien, me preocupe cuando de repente la llamada se cortó. –Y en ese momento Wolfram cayó en cuenta de lo que podría estar pasando.

-Oh, lo lamento, pero es bueno que hallas llegado, ahora podré al fin presentarlos correctamente.

¿Correctamente? ¿Presentarlos? ¿De qué demonios estaba hablando Yuuri? Wolfram en ese momento se tuvo miedo de que fuese lo que estaba pensando. Quería huir sin escuchar lo que seguro le dolería, pero su cuerpo no reaccionaba.

-Así que este es Wolfram… -Indico la mujer mirando fijamente al rubio.

-Sí, es él. Bien ahora los presentaré formalmente, Wolfram ella es Hana mi novia, Hana él es Wolfram mi hijo.

Y pudo sentir perfectamente como su corazón comenzaba a punzar con insistencia. Era lo que se había imaginado. Yuuri le estaba presentando a su novia ¿Por qué? ¿Por qué tenía que hacer esa clase de cosas? Pero lo que más le dolía era ver aquella sonrisa en su rostro luego que termino de presentarlos. Era su sonrisa risueña, la sonrisa de alguien enamorado.

-Un gusto Wolfram. –Hana estiro su mano en dirección a él. Wolfram pensó en corresponder el gesto, pero su tristeza cambio por enojo. Sin dudar con brusquedad golpeo la mano de la chica.

-¡Wol…

-¡¡Te odio!! –Grito Wolfram con enojo antes de sin más irse corriendo del lugar. No quería hacerse amigo de aquella mujer, no quería escuchar el regaño de su padre, no quería seguir con aquel dolor que le producía verlo.

No supo ni en qué dirección corrió ni hasta donde había llegado, solo se había detenido cuando su cuerpo no dio más, el cansancio le había ganado. Le echaba la culpa al no poder respirar bien por la agonía que tenía en ese momento. Tenía su mano en un poste de luz mientras miraba al suelo respirando con dificultad, a los minutos no pudo evitar dejarse caer al suelo, ya no podía más.

“¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?” Pensaba sin para en su mente mientras se mordía levemente el labio. Quería llorar, en ese momento quería llorar por haberse enterado de esa noticia. Y cualquiera que lo viera podría pensar que lo estaba haciendo, pero su orgullo no le dejaba, el no lloraría por algo así, después de todo no era la primera vez que pasaba algo como eso. Wolfram siempre se había encargado de ahuyentar a cualquier posible pareja.

Aun así, aunque se hubiese encargado de eso no significaba que no le doliera. Salió de sus propios pensamientos cuando notó que había alguien más agachado a su lado. Cuando miro en esa dirección se encontró con una pequeña niña de siete años.

-Greta. –Soltó su nombre al verla a su lado.

-Hola Wolf ¿Qué sucedió? –Pregunto ella mientras sostenía con sus dos manos el bolso que llevaba en su espalda.

-Nada… -Soltó sin muchos ánimos mirando en otra dirección. La niña inflo las mejillas para levantarse y mirar un momento al cielo, llevo sus manos a su boca un momento antes de gritar:

-¡Señores extraterrestres, por favor regresen a Wolfram! –Grito la pequeña niña para luego mirar a un sorprendido rubio -¿Te regresaron?

Wolfram no pudo evitar soltar una risa por el comportamiento de la menor. Greta era su vecina desde hace unos tres años y desde la primera vez que la vio supo que ella era la pequeña hija que tenía con Yuuri en la otra vida, por eso no había podido evitar hablar con ella a pesar que no le gustaban los niños, pero era su hija después de todo.

-No, aun no me han regresado ¿Qué harás ahora? –Soltó luego de reír. La pequeña de nuevo inflo las mejillas.

-¡Por supuesto que te iré a buscar! –Dijo con completa seguridad. Hablar con Greta siempre le animaba, no importaba en que situación siempre daba el mismo resultado.

-¡Greta! Es hora de irnos. –Otra voz se escuchó a lo lejos a lo que ambos miraron en esa dirección viendo a otra niña de la misma edad que Greta.

-Será mejor que vayas. –Le dijo, por lo menos le había hecho sentir mejor. Greta miro en dirección a la niña que le hacía señas y luego regreso su vista al rubio, sin dudarlo llevo su mano hasta la cabeza ajena acariciándola un poco.

-Todo estará bien Wolfram, Greta siempre será tu aliada. –Comento la pequeña con una leve sonrisa. A veces se preguntaba si Greta recordaba aquella vida que habían tenido juntos.

-Gracias. –Susurro levemente antes de ver a la pequeña irse, volviendo a quedar completamente solo. Respiró hondo para volverse a levantar.

-¡Ahg! –Soltó fuertemente -¡No me desanimaré! ¡Yuuri es solo mío! ¡Será mejor que te prepares banana o como sea que te llames! –Grito levemente algo enojado. No se iba a rendir tan fácil.

De esa forma había sido su mañana. Ya eran las diez de la mañana y se encontraban libres en su salón de clase pues la profesora de esa hora no iba a poder llegar así que tenían libre. Y tener tanto tiempo libre le había hecho recordar lo de la mañana, aun a esas alturas le seguía molestando todo lo que había pasado ¿Por qué Yuuri tenía que ser de esa manera?

-Entonces volviste a pelear con Yuuri. –Soltó el moreno siendo ahora él quien miraba en dirección a la ventana.

-Supongo… -Dijo sin muchas ganas, tenía que pensar una forma de ahuyentar a esa mujer. Lo raro era que no se le ocurría nada. ¿Por qué? Era una pregunta que a la que no tenía respuesta.

-Wolfram. ¿Nunca has pensado hace lo contrario? –Dijo el gran sabio con una leve sonrisa.

-¿Lo contrario? ¿De qué hablas?

-Bueno, siempre has hecho lo mismo, yendo tras de Shibuya sin importar que, pero, ¿Qué tal si haces lo contrario? –Comento Murata sin dejar de ver al contrario.

-Contrario ¿Quieres decir dejar de celar a Yuuri? –Pregunto a lo cual tuvo como respuesta un asentimiento de la cabeza –Me lo pensaré.

-Debes buscar otras maneras de obtener resultados. Vayamos hoy a mi casa e ideemos un plan Wolfram. –Comento como sugerencia el moreno.

-Está bien. Iré y se agradecido que yo Wolfram se quedara también a dormir.

-Tu solo quieres huir de tu padre. –Soltó Murata entre risas a lo que solo obtuvo un gruñido como respuesta.

A los pocos minutos escucharon la campana indicando el inicio de las clases a lo que el moreno se levantó y fue hasta su asiento, después de todo no se sentaban cerca desde el año pasado.  De esa manera paso el resto de la mañana, solo viendo clases normales y teniendo una que otra declaración, así siempre eran las mañanas de Wolfram. Como habían acordado el rubio espero a que el otro terminara con sus deberes para poder irse de la escuela.

-Por cierto. ¿Le has avisado a Shibuya sobre quedarte en mi casa? –Pregunto con cierta curiosidad, aunque no tuvo una respuesta a su pregunta. Suspiro levemente para cerrar el libro donde estaba escribiendo –Listo. La asistencia está acabada.

-Eres demasiado lento para esas cosas. –Indico cerrando el libro que había estado leyendo mientras esperaba a que el otro terminara.

-Fuese más rápido si tuviera a una hermosa chica acompañándome. Pero a la final solo tengo al príncipe con corazón de hielo ¿O debería decir de fuego?

-Eres molesto, siempre lo has sido. –Soltó mientras fruncía levemente el ceño.

El moreno solo río mientras se levantaba con su bolso en su espalda siendo acompañado por el rubio hasta la sala de profesores donde debía dejar la asistencia. Mientras el moreno se encontraba adentro hablando con el profesor Wolfram había preferido quedarse afuera viendo por la ventana. Desde esta mañana que se había enterado de que su padre tenía novia tenía un sentimiento de nostalgia. Llevo su mano hasta el vidrió para mirar el cielo, había amanecido con un cielo tan azul y ahora estaba siendo cubierta por grises nubes.

Cerro sus ojos mientras pegaba su frente a aquel vidrió. Y ahí fue cuando le llego. Un recuerdo de su vida pasada. A pesar de que recordaba su vida pasada no recordaba el final, no recordaba que había pasado para que ahora se encontraran en esa vida.

Lo empezaba a recordar. El cielo estaba igual que en ese momento, era gris indicando que venían los días de lluvia. De nuevo esa mañana había celado a Yuuri por ayudar a una chica y de nuevo este se había enojado por sus celos. Era la típica escena de todos los días. No se había vuelto a hablar con Yuuri por esa misma razón.

-Wolfram, ¿De nuevo has peleado con Yuuri? –La voz de su hermano mayor le hizo girarse viendo a este con su típico ceño fruncido.

-¿Y? Igual no es como si fuese a dejar su trabajo. Si lo deja de hacer siempre es por ir a ayudar a otras personas, yo solo estoy en segundo plano para él. –Comento siendo como sus propias palabras le causaban dolor.

-Wolfram…

No supo que más dijo su hermano mayor pues la escena de repente comenzó a cambiar. Todo se puso oscuro, no podía ver bien y no entendía por qué, pero pronto la escena comenzó. Como si estuviese viendo una película la cinta dio inicio a una nueva escena. Ahora se encontraba tirado en el suelo, quiso levantarse pero con ese movimiento se dio cuenta de algo. Estaba sangrando. Al parecer tenía algo filoso atravesando su pecho ¿Cómo había pasado?

Llevo su vista por todo el salón, había llamas por todas partes ¿Por qué? No entendía nada, nada de nada, no entendía hasta que a lo lejos pudo divisar algo conocido. Se arrastró como pudo sintiendo como el horror y asco recorría todo su cuerpo. Y ahí pudo ver la escena que menos había deseado ver.

-Yuur… -Y no termino la pronunciación cuando escucho una risa no muy lejos de ahí.

-Esto lo buscaste tu solo excelencia. Sino hubieses interrumpido nada de esto habría pasado. –Una voz, una voz que desconocía ¿De quién era? ¿Por qué estaba pasando todo eso? No lo entendía.

-¿Por- …

-Wolfram. –El nombre siendo pronunciado por la persona que había jurado amar y proteger con su vida –Wolfram.

-Yuu…

 

-¡¡Wolfram!! –Y de golpe reacciono ante su nombre girando su vista encontrándose con el moreno.

-M-murata. –Tartamudeo su nombre. ¿En qué momento se había agachado? Lo desconocía, pero lo que si podía sentir perfectamente era aquel dolor en su pecho. Así que eso había pasado para que terminaran en esa vida, pero aun rondaban preguntas en la cabeza del rubio.

-¿Qué sucede? Tengo rato llamándote.

-¿De verdad? –Comento aun agachado, sentía que si levantaba sus piernas le iban a traicionar. Wolfram recordaba el inicio de su vida pasada, más no el final de esta.

-Si ¿De verdad estas bien? –Pregunto preocupado a lo que el rubio solo asintió con la cabeza levantándose al fin luego de respirar un poco.

-Murata ¿Recuerdas cuál fue el final de la otra vida? –Tenía curiosidad de saber.

-Uhm, ¿El final? Bueno, quisiera decir que si pero tristemente no es así. No se los detalles de cómo término la vida pasada Wolfram.

Había rezado porque el moreno supiera la respuesta. Aunque sus esperanzas murieron cuando obtuvo esa respuesta, supongo que era demasiado traumático y por eso no lo recordaba. Llevo un momento su mano a su pecho. ¿Por qué había tenido aquella clase de alucinación en ese momento? Su cabeza se estaba volviendo todo un desastre.

La nueva novia de su padre, sus repentinos recuerdos de la nada, ¿Por qué estaba pasando? Sentía que era una clase de señal que le estaba gritando que notara algo, pero parecía que aún seguía sin comprender lo que pasaba a su alrededor.

-¿De verdad estas bien? –Pregunto verdaderamente preocupado Murata –Ahora que recuerdo ¿No fue hace unas semanas que dijiste que habías tenido un sueño del pasado?

-¿Semana pasada? –Y se pensó un poco el asunto. Murata tenía razón, hace unas semanas atrás le había contado sobre un sueño que había tenido sobre el pasado. Tal vez no era una simple casualidad.

-Esto se está poniendo cada vez más difícil ¿No? –Soltó Murata comenzando a caminar siendo seguido por el rubio.

-Ni que lo digas. –Fue lo último que dijo sobre el tema, después de eso comenzaron a conversar sobre cosas sin sentido en todo el camino hasta la casa del moreno.

En todo ese rato que había durado en la casa del moreno podía sentir su celular sonar, pero a ningún mensaje que vio que le llego ni ninguna llamada que entraba contesto. No quería hablar con el mayor aun, tenía primero que saber cómo enfrentarse al asunto, además que jamás vería a Yuuri siendo feliz con alguien más que no fuera él. Suspiro levemente mientras miraba su celular, había perdido que numero de llamada era esa de parte de Yuuri. Al final decidió apagar su celular.

-¡Estoy en casa! –Se escuchó en la parte baja de la casa a lo que giro su vista al moreno quien se encontraba a su lado.

-¿Shinou?

-Sí, es Shinou, debe haber vuelto de su clase de la tarde. Aunque esta algo temprano hoy. –Dijo poco después mientras tomaba un pequeño reloj que tenía en una mesa de noche. El rubio solo río un momento

-¿Te sabes todos sus horarios, no? –Comento entre leves risas de burla. Su risa acabo cuando tuvo que esquivar un pequeño reloj que le fue lanzado.

-¡No es así!  Ese tipo es un idiota y si no se sus horarios seguro se le olvidan y no asiste a clases. –Se excusó levemente sonrojado Murata.

-Sí, sí. Entiendo. –Comento poco después. Iba a decir algo más pero fue interrumpido cuando la puerta de la habitación fue abierta.

-Murata nece… ¡Wolfram! –Soltó con alegría para ir hasta donde el nombrado se encontraba sentado y abrazarlo. Por su parte el moreno golpeo la cabeza de Shinou luego de eso.

-¡Por lo menos toca la puerta! –Soltó evidentemente enojado.

-Ah… No tienes que ser tan duro Murata. ¿No crees que eres cruel con tu genial hermano mayor?

-¡Entonces compórtate como tal! –Soltó aun enojado.

-Vamos, vamos, no empiecen una pelea aquí o su madre se enojara con ambos. –Soltó el rubio menor mientras intentaba calmar a los otros dos.

-Todo es su culpa. –Comento cruzándose de brazos el moreno.

-Sí, sí yo también te amo Murata. –Soltó con una sonrisa Shinou a lo que simplemente recibió otro golpe antes de ser echado por el moreno de la habitación. Por su parte Murata solo respiro hondo intentando calmarse, aquello dicho por el mayor había producido que no pudiera evitar sonrojarse.

-¿Te encuentras bien? –Ahora era él quien hacía esa pregunta. El moreno se giró en su dirección suspirando un momento.

-Son esas cosas molestas que hace que sea imposible tratarlo normal. –Comento acercándose de nuevo a Wolfram.

-Por lo menos él te demuestra algo de cariño.

-Pero es el mismo cariño familiar que te muestran a ti Wolfram. Supongo que a la final no somos más que dos desgraciados. –Soltó en un leve suspiro.

-Desgraciado serás tú. Yo estoy en proceso. –Comento con orgullo el rubio. Esa acción solo hizo que el moreno riera levemente.

-Tu orgullo es demasiado grande Wolfram.

-¿De verdad vas a regresar? –Pregunto el moreno mirándolo fijamente.

-Sí. –Contesto sin muchas ganas mirando un instante al suelo –No importa que pase, no huiré.

-A veces me asusta tu determinación Wolfram.

-Eso es lo que te falta a ti gran sabio. –Y al soltar aquello recibió una mala mirada de parte del otro. Por su parte Wolfram solo lo ignoro mirando un instante al cielo.

Ya era de noche y podía decir que bastante tarde, alrededor de las once eran en ese momento. Toda la tarde se la había pasado en la casa de Murata, se había divertido y toda su familia le había invitado a quedarse a dormir, pero a pesar de que se había propuesto a ignorar a su padre aun sentía el malestar en su pecho, así como siempre, decidió regresar.

-Eres grosero. Tú muy bien sabes mis razones. –Dijo el moreno mientras se acomodaba las gafas.

-Ah cierto. Aquí se piensa es la siguiente generación. –Soltó como si no fuese importante el asunto –Aun así, no dejas de estar huyendo.

-Y tú no dejas de seguir insistiendo. –Y al escucharse ambos soltaron un unísono suspiro. Ambos tenían sus propios lamentos.

-Bueno, me retiro antes de que se haga más tarde.

-Sí, buenas noches. –Comento antes de ver comenzar a caminar a su amigo. Giro un instante su vista a su propia casa soltando un suspiro –Tal vez era mejor que no recordáramos nada.

 

El rubio caminaba a paso lento mientras pensaba en que podría decir como excusa, después de todo había ignorado a su padre en todo el día luego de esa pelea, seguro que estaría molesto. Mientras caminaba se acordó que había apagado su celular así que lo saco de su bolsillo para encenderlo. Al momento de prenderlo de inmediato calló en una llama por la sorpresa término contestando por error. Era una llamada de su padre.

-¡Wolfram! ¡Al fin contestas! He estado intentando contactarte todo el día.

-Ah… Tenía mala señal. –Fue lo único que se le ocurrió decir. Por el otro lado solo se escuchó un silencio.

-Wolf, no me mientas ¿Todavía sigues molesto?

-N…

-¿De nuevo me mentiras? ¿Crees que no conozco a mi propio hijo? –Y aquello dicho por el moreno le dolió.

“No… Si me conocieras sabrías que tus palabras duelen.” Pensó para el mismo cerrando un momento los ojos. Todo eso se estaba volviendo cada vez más difícil mientras más tiempo pasaba.

-¿Y? ¿Qué es lo que quieres? –Pregunto sin contestar la respuesta anterior.

-Quiero que nos sentemos a hablar Wolf. –Y abrió los ojos en sorpresa cuando la voz a través del celular se escuchó aún más. Se giró para encontrarse con su padre a unos pasos. El mayor colgó la llamada y guardo su celular en el bolsillo –Hablemos Wolf.

-¿Necesitamos hablar más? –Soltó haciendo la misma acción del moreno de guardar su celular.

-Wolfram. –Soltó mientras caminaba hasta el rubio. Este por su parte pensó en retroceder pero se detuvo cuando la palabra cobarde pasó por su mente.

-No diré nada. Ya debes de imaginarte que es lo que pienso, después de todo eres mi padre. –Soltó con evidente enojo. Como cuando Yuuri estaba molesto lo llamaba por su nombre, Wolfram lo llamaba padre solo cuando estaba molesto y lo decía en un tono que causaba más dolor al contrario.

-Wolf. –Soltó en un suspiro -¿No podemos llevar esta situación en paz? –Pregunto sin dejar de mirar al menor.

-La llevaré en paz el día que me dejes de mirar como tu hijo. –Dijo sin ninguna duda.

-Wolf… No digas algo como eso. Ya hemos hablado del tema, realmente quiero llevar las cosas bien contigo pero no pones de tu parte.

-¿Y? ¿Cómo quieres que lo haga si arbitrariamente ignoras mis sentimientos? –Y como en la mañana el enojo le estaba aumentando mientras más hablaba con el moreno.

-Ya hemos hablado de eso y concluimos que es solo un capricho tuyo porque soy la persona más cercana a ti. Tal vez el que no te hayas criado con tu madre haya causado todo esto.

-¡No es eso! –Grito enojado.

-No me levantes tu voz Wolfram. –Contesto a su grito el moreno de lo más tranquilo –Por eso mismo es que he decidido casarme, para que tengas un buen ejemplo de madre.

-¿Ejemplo? ¿Nueva madre? ¡No acepto nada de eso! –Y oír sus palabras lo exaltaron aún más ¿Quería casarse para darle una nueva madre? El no necesitaba nada de eso.

-No digas eso, además he hablado con tus tíos y ellos opinan lo mismo. –Comento. Ahí Wolfram aumento el odio que tenía a sus tíos, aun sabiendo que eran sus dos hermanos mayores en su vida pasada.

-¡Yo no quiero una nueva madre! ¡Estoy bien como estamos!

-No digas eso. También lo hago por mí, cuando seas grande y te cases entonces me quedaré completamente solo, también lo hago por mí.

-¡Yo no quiero a nadie más que a ti!

-No digas eso, lastimarías los sentimientos de tu madre. –Dijo con completa seriedad Yuuri, mirando fijamente al rubio.

-¿Mi madre? –Soltó para mirar un instante al suelo. Todo eso estaba siendo demasiado molesto –Si tengo… ¡Si tengo que pasar por todo esto hubiese preferido ser el que murió aquel día!

Grito. Ese era un sentimiento que tenía desde hace tiempo pero que jamás lo había dicho, después de todo sabía que lastimaría al moreno grandemente, al fin y al cabo su madre había muerto dándolo a luz. Creyó que recibiría un regaño pero en vez de eso lo que recibió fue una cachetada en su mejilla izquierda.

Miro directamente a los ojos al mayor viendo al dolor que mostraban sus ojos por las palabras que acaba de soltar. No sabía que era lo que le dolía más, si el golpe en su mejilla o la mirada del moreno. Llevo una de sus manos a su mejilla sin dejar de ver al moreno.

“Ah… me golpeaste en la misma mejilla.” Pensó sin dejar de verlo “Lo lamento mucho. De verdad espero que donde estés me perdones.” Continuó con su pensamiento mientras cerraba los ojos. No había conocido a su madre, pero no la odiaba, después de todo gracias a ella se encontraba en ese mundo.

-Discúlpate con tu difunta madre, ella se esforzó mucho para que tú nacieras. –Al fin dijo el moreno.

-No. Si lo tengo que hacer lo haré frente a ella, no frente a ti. –Dijo con determinación, no se iba a doblegar frente al moreno en esa situación.

-Wol…

-Si no tienes más nada que decir entonces me iré directo a casa. –Interrumpió sin remordimiento al mayor sin dejar de verlo fijamente.

-Sí. Será mejor irnos a casa. –Fue lo único que dijo el moreno luego de un suspiro, jamás podría ganarle al rubio.

El regreso hasta su casa fue silencioso. Ninguno de los dos dijo algo más luego de esa conversación, cada quien tenía su propio lio en la cabeza. Al llegar de inmediato Wolfram se fue a su habitación y de ahí no volvió a salir. Por su parte el mayor se encontraba en la sala mientras sostenía en sus manos un pequeño portarretrato.

-¿Qué haré con él? –Soltó sin dejar de ver aquella foto. Era de sus días de juventud cuando estaba de novio de la madre de Wolfram.

Volvió a suspirar sin dejar de ver aquella foto, pensando en que Wolfram no le había perdido pie a su madre, era como ver la copia de la mujer que amo en su juventud. Sus expresiones, sus gestos y su terquedad, todas esas las había sacado de ella. Sin más miro en dirección de la habitación del menor mirándola un momento antes de dejar el portarretrato en la mesa y caminar en esa dirección.

Dudo. Dudo en si abrir aquella puerta pues si la abría lo que le esperaba era un grito por parte del otro, después de todo aún no habían resuelto todo. Suspiró de nuevo para decidirse en abrir la puerta, cerró los ojos esperando el grito, pero nada de eso llego. Abrió sus ojos mirando la habitación encontrándose a un Wolfram durmiendo en su escritorio.

No sabía si eran ideas suya pero verlo durmiendo ahí le hizo pensar que sea veía realmente hermoso. Quizás la ventana abierta y la luz de la noche ayudaban a que la escena fuese aún más hermosa de lo que ya la hacía la presencia del menor. Camino hasta donde estaba durmiendo y llevo su mano hasta su rostro moviendo un poco su dorado cabello.

-Yuuri… -Soltó entre sueños el menor. No supo que fue lo que le impulso a hacer lo siguiente que hizo, pero cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde.

Lo besó, a su propio hijo. No pudo controlar el impulso de haber realizado aquella acción. El moreno se daba cuenta de sus propias acciones por esa razón era que insistía en buscarse una esposa, no por lo que le dijeran lo demás sino más bien por sus propios sentimientos. Desde hace años que el mayor se había percatado de que comenzaba a ver a su propio hijo con otros ojos.

-Lo siento, lo siento. –Se disculpaba sin parar al encontrarse en su habitación. No supo que hizo para salir de la habitación del rubio, pero cuando notó de nuevo su alrededor se encontraba en su cuarto.

Yuuri Shibuya se odiaba a si mismo por haberse dado cuenta de lo que estaba realizando y no solo por eso, sino que en el fondo sentía que le estaba siendo de cierta forma infiel a la madre de Wolfram. Se odiaba y ese odio era el causante de que no aceptara el amor de su hijo, después de todo eso jamás sería bien visto por la sociedad, él mejor que nadie lo sabía.

Pero algo en él no le dejaba detener esos sentimientos.

Algo en él gritaba el nombre de su propio hijo.

Notas finales:

Bueno, originalmente iba a ser un one... pero se llevo 53 hojitas así que termine en dividirlo, además de que me falta la verdadera segunda parte. ;9 

Espero les guste.

Agradezco principalmente a mi amado Yuuri -Rol- <3 gracias por tu gran apoyo, te dedico este fic~ <3


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