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Jugando con el destino por ami4alice

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí venimos con la segunda parte. 

Como siempre: Kyo kara maou no me pertenece, le pertenece a su creador Tomo Takabayashi

Yo sigo disfrutando de hacer sufrir a sus personajes <3

Espero les guste.

Gracias a Jade Pincay,  juana reyna y  Ivonne Gpe. Agradezco muchos sus reviews.

También el tuyo pachi-sensei <3

Era un cielo azul. Tan azul que se sentía levemente impresionado de que fuese un cielo tan colorido, como si le estuviera indicando la calma antes de la tormenta. Sintió una brisa pegar en su rostro a lo que por reflejo cerro los ojos llevando su mano a su rostro intentando evitar que el viento le fuese a provocar irritación en sus ojos. A los pocos minutos los volvió a abrir mirando que frente a él se encontraba una mujer. Castaña, de contextura delgada y con ojos de un color particular.

Aquella mujer le regalo una sonrisa mientras se acercaba a él, que estaba parado en las escaleras. Camino con soltura hasta que se detuvo en el inicio de las escaleras. Ambos cruzaron miradas un instante. En ese instante Wolfram se preguntaba que le querían decir aquellos ojos extraños para él.

-¿Qué decidirías Wolfram von Bielefeld? –Soltó de repente la mujer sin dejar de verlo.

-¿Por qué tendría que decidir? –Le respondió con firmeza, aunque no entendía aquella pregunta.

-De verdad que eres divertido. Pero, para tu mala suerte tienes que decidir. –Soltó ella entre leves risas –En este mundo debes de decidir. Siempre es de esa forma.

-No sé de qué estás hablando, pero no es estrictamente necesario que decida.

-De verdad que eres divertido. –Volvió a reír girándose para darle la espalda al rubio –Pero me pregunto… ¿Qué decidirás al final? ¿Tu amor o la persona que amas?

-¿Eh? ¿De qué estás hablando?

-En su momento lo sabrás…

-De qué ha…

-¡Wolfram! –Y no termino de preguntar al ser interrumpido, llevo su vista a donde le llamaban encontrándose con Greta. Regreso su vista al lugar donde estaba la chica descubriendo que no había nadie.

Desde ese momento se preguntó quién era aquella chica, pero lo que más le inquietaba era saber porque no reacciono agresivamente con ella, después de todo había entrado al castillo sin que nadie se diera cuenta. Al final Wolfram había preguntado por ella, pero parecía que nadie la había visto, dejo el asunto de lado cuando no obtuvo respuesta. Lo que jamás se espero fue que el golpe de decidir olvidar lo golpeara años más tarde.

Empezó a abrir sus ojos cuando el sol comenzaba a molestarle en la cara, después de todo había dejado la ventana abierta. Se acomodó estirándose un poco, sintiendo el dolor en su espalda por dormir en aquel lugar. Miró un instante a la ventana viendo como el día estaba comenzando ya. Se preguntó la razón de ser de aquel sueño, desde hace un tiempo hasta ese instante sus sueños sobre el pasado se habían aumentado y aun buscaba una respuesta a todo eso.

Se levantó de aquella silla para caminar hasta su cama donde se lanzó en ella sin dudar, no quería ir a clases, él solo deseaba quedarse encerrado en su habitación hasta que sus preocupaciones desaparecieran, pero sabía que eso jamás se daría. Mientras estaba en su cama se giró para quedar boca arriba mirando el techo de aquella habitación que había visto durando quince años.

Apretó su puño con frustración para sin más levantarse de la cama en un salto y rápidamente cambiarse de ropa por una más casual, faltaría a clases para ir al mismo lugar donde iba cada vez que se sentía impotente. Salió de la habitación sintiendo que se encontraría con el mayor, pero para su suerte no se encontraba por ningún lado, en compensación solo encontró una nota que indicaba que se había marchado temprano.

Le enojo lo cobarde que era Yuuri a lo que arrugo el papel y lo lanzó a un lado para salir de aquella casa que había compartido con el mayor. Y sin ninguna duda fue a aquel lugar que siempre había ido desde que era niño. Como aquellas veces repitió las mismas acciones, tomo el autobús hasta donde era su última parada, de ahí caminaba hasta el lugar. Siempre se detenía en la misma floristería a comprar flores. Al tener las flores continuaba su camino hasta aquel lugar, subía las escaleras y caminaba hasta llegar a aquel lugar. La tumba de su madre.

-Ha pasado un tiempo. –Soltó con una leve sonrisa. Se terminó de acercar para dejar las flores que traía consigo. Duró un tiempo en silencio pensando en que sería lo que iba a decir.

>> Seguro que me odiaras por todo lo que he hecho, no hago más nada que lastimar a Yuuri con estos sentimientos ¿Debería detenerme? ¿Los tendría si todavía estuvieras aquí? ¿Qué es lo que debo hacer? –Se preguntaba sin parar mientras apretaba sus manos con fuerza -¿Qué es lo que debería hacer? ¿Rendirme es una opción realmente?

Toda su situación le frustraba, le frustraba a tal punto que a veces le daban ganas de solo dejar todo y rendirse, pero entonces no tendría cara para mirar al Yuuri de sus recuerdos. Aunque si se lo pensaba aquel tampoco le demostraba su amor. Suspiró mientras se inclinaba para pegar su frente en la lápida de la tumba de su madre.

-Quisiera respuestas… ¿Qué crees que sea mejor? –Y luego de soltar aquello había un largo silencio. Se silenciaba como si con eso su madre pudiera contestarle, aunque sabía que era imposible -¿Sabes? Yuuri no ha dejado de ser un Henakochi, me pregunto si cuando le conociste también era así. Seguro que tartamudeaba en su primera cita.

Seguro que Yuuri planeo la primera cita y fue un completo desastre. Debiste de reírte por todo eso y él debió avergonzarse por la rara situación. –Y sin más separo al fin su frente de aquella lápida –Tienes razón. No puedo simplemente tirar estos sentimientos sin más. Si lo hiciera no podría ni mirarte a la cara en el otro mundo, claro está si es que voy a ese mundo.

Y río levemente por su propio pensamiento. De nuevo como cuando era niño se encontraba en ese cementerio hablando con una fría lápida que no le contestaba nada, pero siempre que hacía ese extraño ritual recuperaba las ganas de continuar adelante con todo aquello que se proponía. Se levantó pues estaba agachado para decidirse al fin a irse de aquel lugar. No necesitaba despedidas después de todo sabía que regresaría. Regresaría para seguir hablando con su madre.

-¡Kyaa! –Un grito detuvo su partida. Sin dudar fue al lugar del grito encontrándose con una persona inesperada.

-¿Hahaume? –Soltó para taparse la boca cuando le mujer le miró.

-Ah… Lo siento mucho, es que de la nada salió un insecto. –Soltó entre una leve risa la mujer mientras se sacudía un poco su ropa. Ni en esa vida dejaba de ser tan excéntrica con la vestimenta.

-No…no se preocupe. –Comento al fin luego de salir de la sorpresa. Nunca espero encontrarse con su verdadera madre en tan raro lugar. La mujer por su parte solo fue hasta una banca que quedaba cerca del lugar donde antes estaba rezando y con su mano indico al muchacho que se sentara también, por reflejo Wolfram realizo la acción.

-Parece que ambos tenemos caras de lamento. Ese tipo de cara no nos pega para nada, después de todo tenemos este hermoso rostro. –Soltó a lo que Wolfram solo la miró suspirando, su madre no cambiaba.

-Realmente… -Soltó el rubio mientras pateaba un poco el suelo.

-Tenemos que ver el lado positivo de las cosas. Si no se lo vemos no nos quedaría nada para recordar. –Comento en un suspiro –Eso era lo que siempre decía mi esposo. A veces extraño sus frases fuera de lugar. –Comento llevando una de sus manos a su mejilla soltando un leve suspiro.

-¿Fuera de lugar?

-Sí, sí. Siempre decía cosas que no debía. Una vez le dijo a nuestra hija que su novio era demasiado feo para ella. –Comento volviendo a suspirar por aquel recuerdo –Ella se enojó mucho con él.

-Me imagino, ha debido de ser bastante grosero. –Comento Wolfram entre una leve risa –Seguro que no le perdono luego de eso.

-Sí, sí, no lo hizo. Aunque ya no podrán perdonarse mutuamente. –Dijo poco después quitando la sonrisa que había tenido. Wolfram miró hacía enfrente para leer el nombre de aquella tumba descubriendo que no había solo uno.

-Lo lamento mucho. –Dijo sintiéndose avergonzado de no haberse dado cuenta.

-No tienes que disculparte. –Comento dándole un leve golpe en la espalda al menor para levantarse de la banca –No debemos lamentarnos solo debemos vivir también por esas personas.

-¿Vivir por ellas?

-¡Claro! Si esas personas ya no se encuentran a nuestro lado solo debemos vivir por ellas, así ellas también estarán viviendo. –Dijo con completa seguridad y una espléndida sonrisa.

-Realmente que no has dejado de ser excéntrica. –Susurro más para él mismo el rubio.

-Disculpa ¿Has dicho algo?

-No… -Dijo levantándose de la banca –Realmente le agradezco mucho, me ha animado de cierta forma.

-Ha sido todo un honor, también me he sentido bien hablar contigo jovencito. Es un extraño sentimiento… -Comento mientras comenzaba a caminar a las afueras de ese cementerio siendo seguido por Wolfram.

-¿Un extraño sentimiento?

-Ah, no lo sabría explicar bien. ¿Cómo tratando de cumplir el papel de madre? Supongo que se podría decir algo así. –Dijo la mujer, lo cual sorprendió bastante a Wolfram.

-Eso realmente no tiene mucho sentido. –Dijo entre risas que fueron seguidas por la mayor.

-¿Verdad que sí?

Y ambos rieron un poco antes de llegar al fin a la entrada de aquel lugar. Se miraron un instante antes de que las palabras de despedida fueran dichas. El primero que abrió la boca para decir algo iba a ser Wolfram pero fue interrumpido cuando la mujer llevo su mano hasta su cabello y lo acarició con suavidad.

-Buena suerte Honey. –Soltó de la nada mientras hacía aquella acción. Wolfram se encontró sorprendido pero ese sentimiento cambio por otro diferente.

Pronto la mujer se despidió de él con una sonrisa. Al quedarse completamente solo llevo su mano hasta su cabello avergonzándose levemente.

-Realmente el papel de buena madre no te pega para nada. –Soltó avergonzado, muy rara era la vez que podía ver a su madre actuando como una verdadera madre, pero en ese momento le agradeció de todo corazón que hiciera aquel gesto.

Sonrió satisfecho antes de girarse para irse a la misma parada de la que había llegado, ya su propósito se había cumplido de cierta manera. No tardo tanto en regresar pues no hubo nada que lo desviara de su camino, aunque cuando estuvo en la ciudad que conocía desde pequeño le entro el hambre, al fin y al cabo no había desayunado.

Camino a un mini mercado para comprar algo de comer, era algo bueno que hubiese llevado dinero consigo. Al entrar fue directo a lo que buscaba y salió de inmediato pues no le gustaban mucho ese tipo de lugares, sobre todo porque parecía que las empleadas no dejaban de verlo.  Al salir de aquel lugar se encontró con la pequeña Greta que parecía estar volviendo de clases, al parecer ya era esa hora.

-¿Wolfram? ¿Qué haces por aquí? –Pregunto la pequeña luego de haberse despedido de su amiga y acercado al rubio.

-Ah bueno, no me sentía bien por eso no fui a clases, pero que esto quede entre nosotros dos ¿Bien? –La pequeña primero dudo en lo que le decía pero después sonrió levemente.

-No debes faltar a clases Wolfran, te castigaran después. –Comento. Ambos comenzaron a caminar luego de eso -¿De verdad sucedió algo?

-Quisiera decir que sí, pero es todo lo contrario.

-Los adultos la tienen difícil ¿No? –Soltó la pequeña en un suspiro.

-Suenas como si fueses ajena a todo eso Greta.

-¡Lo soy! Soy apenas una niña y realmente deseo quedarme así mucho tiempo.

-Pero algún día te tocara crecer.

-¿Cuándo lo haga me puedo casar con Wolfram? Eso solucionaría muchas cosas.

-Greta no me uses como palanca, además muy bien tu sabes que ya me gusta alguien.

-Lo sé, solo quería molestarte. –Soltó con una pequeña sonrisa. La sonrisa encantadora que él recordaba le daba su pequeña hija.

Caminaron de regreso hablando sobre cosas sin sentido hasta que llegaron primero a la casa de la pequeña Greta, esta se despidió dándole un pequeño beso en la mejilla antes de entrar en su casa. Wolfram creía que se encontraría con su padre en ese momento pero su sorpresa fue que solo se encontró con uno de sus tíos o mejor dicho su segundo hermano mayor.

-Conrad. –Soltó su nombre cuando lo tuvo enfrente. Al escuchar su nombre el mayor lo miró fijamente.

-¿Wolfram? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases? –Pregunto el mayor, después de todo en su conversación con Greta había descubierto que aún era temprano, ella solo había salido antes.

-¿Acaso realmente importa? –Soltó con evidente enojo.

-Vamos Wolfram, no me trates de esa forma.

-Te trataré de la manera que pidas ser tratado. ¡Dejen de ser molestos interviniendo en nuestra vida! –Soltó para enfrentar la mirada del castaño, este solo sonrió luego de unos minutos.

-Wolfram, ¿Aún no has entendido? Lo que tu sientes es solo un capricho, además que no es bien visto, después de todo Yuuri es tu padre. –Dijo sin quitar aquella sonrisa que le empezaba a molestar al rubio.

-¿Y qué me debe de importar las personas? ¡Al único que quiero es a Yuuri! –Dijo abriendo al fin la puerta de su casa con un golpe.

-Ya hemos hablado de eso. Aunque tu pienses de esa manera las cosas no son tan fácil, después de todo eres solo un niño. –Comento poco después el castaño produciendo irritación en el rubio.

-¡Niño, niño, niño! ¡Eso es lo único que oigo de sus estúpidas bocas! ¡¡Podrían solo callarse!! ¡¡No soy ya un niño!! –Grito con enojo al castaño. Si Wolfram hubiese tenido el valor de golpear a su hermano estaba seguro que en ese momento lo fuese hecho.

-Wolfram…

-Podrían solo dejar de tratarme como un niño. –Dijo lleno de frustración.

-Un niño seguirá siendo un niño. –Dijo el castaño poco después aumentando la irritación en el rubio. Todos y cada uno era molesto ¿Por qué insistían en intervenir?

-¡¿Lo dice el tonto que no lucho por quién amaba?! –Soltó en su enojo. De nuevo, de nuevo estaba soltando cosas hirientes hacía los demás.

-Supongo que a la final lo soy. –Dijo en un suspiro Conrad, luego de un largo silencio que tuvo.

-Yo…

-Aunque no te guste, debes de aceptar la realidad Wolfram. Eso es todo lo que voy a decir. –Comento el castaño para sin más darle la espalda al rubio y marcharse de la entrada de su casa.

Chasqueó levemente ante todo lo que estaba pasando, ¿Realmente las cosas no se podían poner peor? Cuando creía que las cosas iban a mejorar siempre llegaba algo para darle un fuerte golpe regresándolo a su propia realidad. Duró un rato ahí parado sin hacer nada, solo mirando la puerta de entrada. Sin tan solo pudiera regresar a su vida pasada abriendo esa puerta. Levanto su mano decidido al fin a abrir la puerta cuando escucho una voz.

-Wolfram. –Su nombre, pero la voz que lo pronunció no le agradaba.

-Eres… ¿Hana? –Soltó para girarse encontrándose con la mujer que le miraba sonriente.

-¡Es bueno encontrarte! –Soltó la mujer uniendo sus manos en alegría.

-¿Sí? –Dijo mirándola de mala manera, pero parecía producir el efecto contrario. La mujer se le acercó para tomarlo del brazo iba a decir algo pero al momento de que se dio el contacto algo paso.

-¿Wolfram? –Su nombre siendo pronunciado por aquella mujer fue lo último que escucho antes de caer en la inconsciencia. El tacto de aquella mujer había producido algo en él, pero para su mala suerte… Su cuerpo no resistió para averiguarlo.

No supo cuánto tiempo duró en la inconsciencia, lo único que sabía era que al abrir los ojos no reconoció aquel techo encima de él. Se movió un poco dándose cuenta que en su brazo estaba conectada una vía. Miró mejor su alrededor descubriendo al fin el lugar donde estaba, un hospital. Se sentó con algo de dificultad pues se sentía levemente mareado ¿Qué hacía en esa clase de lugar? Volvió a darle una ojeada al lugar certificando que si era una habitación de hospital, pero, la pregunta era ¿Qué hacía él ahí?

Escucho voces a lo lejos que se acercaban a lo que con dificultad se volvió a acostar para fingir que seguía dormido. No supo la razón de su reacción pero aun así no parecía querer cambiar de idea. Cuando la puerta fue abierta pudo saber de quienes eran las voces. No eran nada más que su padre y aquella mujer de nombre Hana.

-No puedo creer lo que dijo el doctor. –Escucho decirle a Yuuri.

-Vamos Yuuri no debes de preocuparte, seguro es lo más normal para los adolescentes. –La molesta voz de aquella mujer le siguió.

-Aun así. Wolfram jamás presento algo como eso. Yo… -Soltaba el moreno en un suspiro –Quizás le he dado demasiadas preocupaciones.

-Quizás es así. Al fin y al cabo se ha desmayado por estrés, tal vez ya es momento de enfrentar esos problemas Yuuri. –Comento la mujer acercándose a Yuuri y colocando su mano en el hombro ajeno.

-Siempre… -Hizo una pausa soltando otro suspiro –Siempre he pensado que Wolfram era fuerte, nunca se quejó de nada, nunca se molestó verdaderamente por algo, por eso siempre pensé que estaba cómodo como estábamos

-Tal vez lo mejor no era eso. –Soltó la mujer con una leve sonrisa, sonrisa que fue contagiosa provocando que el moreno sonriera levemente –Será mejor que vayas a hablar con tus cuñados.

El moreno sin dudar asintió con la cabeza para ir a la puerta dando una última mirada a la persona acostada antes de pasar el umbral e irse de aquella habitación. La mujer solo sonrió levemente un momento, poco después se silenció y desde el lugar que se encontraba fue que decidió hablar.

-Es grosero escuchar a la gente a escondidas Wolfram. –Soltó ella, con eso Wolfram se dio cuenta que sabía que estaba despierto.

-No estoy escuchando a escondidas. –Soltó sin más el rubio para volver a intentar sentarse en la cama y mirar fijamente a aquella mujer –Ustedes fueron los que se vinieron a mi habitación a hablar.

-No has cambiado ese comportamiento. –Murmuro la mujer a lo que Wolfram le miró levemente molesto pues no había escuchado con claridad sus palabras.

-¿Qué has dicho?

-La verdad. –Soltó la mujer sin quitar aquella molesta sonrisa que tenía.

-¿Verdad? No vengas con esa ¿Qué clase de verdad estás hablando? –Soltó ya no teniendo paciencia Wolfram. Hana se acercó a Wolfram llevando uno de sus dedos a su frente.

-Tu verdad. –Dijo primeramente, Wolfram iba a alejar aquella desagradable mano pero en ese instante se dio cuenta que no podía mover su cuerpo para nada.

-¿Qué? ¿Qué es lo que está pasando? –Soltó entrando en la desesperación, aunque lo intentara mil veces no podía mover ninguna parte de sus cuerpo, ¿Por qué?

-Si quitas el Majutsu ¿Qué es lo que queda? Solo un estúpido orgullo completamente inútil. –Soltó la mujer pero a Wolfram le era difícil entender sus palabras pues de nuevo caía en la inconsciencia. ¿Qué era lo que había dicho? ¿Majutsu? ¿Cómo sabía de algo como eso? No lo sabía y caer en un largo sueño no lo ayudaba a comprender.

 

 

-¡Wolfram! –Soltó Murata algo fuerte cuando se encontró en su habitación viendo al fin al rubio luego de varias semanas.

-Murata. –Soltó su nombre sin muchas ganas.

Desde que se había desmayado la primera vez habían ocurridos otras más. Aunque le habían dado de alta por la insistencia de su tío sus desmayos seguían continuando. A pesar de haberle realizado varios exámenes no encontraron ninguna anormalidad en su cuerpo así que todos habían llegado a la misma conclusión: Estrés. Según todos Wolfram parecía estar bajo demasiado estrés así que lo mandaron a su hogar a descansar, pero parecía que el descansado en vez de mejorarlo lo empeoraba o eso eran pensamientos que cruzaban la mente del moreno.

-¿Estas bien? –Pregunto luego de un rato el moreno acomodándose sus lentes. El estado del otro no era para nada agradable a la vista.

-Yo… no lo sé. Realmente no lo sé. –Y Murata se quedó sin palabras, esa persona que tenía enfrente ya no era el Wolfram von Bielefeld que él conocía.

-Ah… -Iba a decir algo pero de inmediato fue interrumpido cuando la puerta de la habitación fue abierta.

-Buenas tardes. Tú debes de ser el compañero de Wolfram, yo soy Hana, te he traído algo para merendar. –La mujer sonreía mientras dejaba en una pequeña mesa lo que traía consigo.

-Ah, sí. Un gusto conocerla señora. –Dijo Murata llevando su mano a ella en forma de saludo. Hana correspondió el saludo, pero al momento de hacerlo algo extraño paso o así lo había sentido el moreno.

-El gusto es mío. –Dijo antes de soltar sus manos y dirigir su vista al rubio –Wolfram tu padre quiere que comas algo, no has tocado para nada la comida.

-Ah…sí. –Fue lo único que dijo. Murata seguía pensando que aquella persona se había perdido por completo. La persona llamada Wolfram se había separado de su cuerpo y lo que él veía ahora era solo una cascara vacía.

-Creo que es hora de irme. –Comento Murata inmediatamente.

-Oh ¿De verdad? –Soltó la mujer con sorpresa.

-Sí, tenía algunos planes más tarde y no puedo llegar tarde. –Comento el moreno con su típica sonrisa antes de salir de aquella habitación siendo despedido solamente por aquella mujer “De verdad que Shibuya no aprende.” Pensó mientras iba caminando por la calle.

Tenía que hacer algo. Tenía que ayudar a su amigo, sabía perfectamente que dentro de ese cuerpo vacío el verdadero Wolfram gritaba por ayuda, aunque no se lo imaginaba, pues Wolfram era demasiado orgulloso. Con cada paso que daba se preguntaba que podría hacer por el otro, pero no importaba cuantas veces se lo pensara no llegaba a una solución. En ese instante fue cuando Murata se sintió impotente y por primera vez odio ser un humano común y corriente. Si tan solo tuviera los poderes o habilidades de la persona llamada gran sabio seguro podría hacer algo, pero no era nada más que Murata Ken, una persona completamente normal.

-¡Murata Ken! –Oír su nombre tan cerca le hizo salir de sus pensamiento encontrándose con su hermano mayor –Che, te he estado llamando desde hace largo rato. –Soltó junto a un suspiro Shinou.

-Ah… Lo siento, estaba pensando.

-Lo sé, solo cuando piensas demasiado es cuando me ignoras hasta a mí. –Soltó con una leve risa a lo que el moreno se sonrojo levemente.

-¡No es así! –Casi grito para luego respirar hondo e intentar calmar sus nervios, finalizando con una mala mirada para el mayor.

-No me mires así, solo dije la verdad. –Dijo entre risas para luego quedarse unos minutos en silencio –Por cierto ¿Cómo esta Wolfram? He escuchado que no ha ido mucho a clases.

-Sí, al parecer se encuentra en un estado de estrés según su padre. –Soltó el moreno en un suspiro.

-¿Estado de estrés? ¿Wolfram? ¡Eso es imposible! –Soltó no creyendo las palabras ajenas, pero al mirarlo fijamente entendió que no era una broma -¿De verdad?

-Eso es lo que dicen ellos, pero… yo no siento que sea de esa forma. Puede que si tuviera un poco de estrés, pero él jamás actuaría de esa forma.

-¿De esa forma?

-Como si fuese una mera muñeca. Si no fuese porque me contesta pensaría que es una muy buena muñeca de él. –Dijo sintiendo un dolor por sus palabras, no le gustaba ver al rubio de esa forma.

-Una muñeca ¿Eh? –Soltó llevando una de sus manos a su boca –Esto está yendo por un mal camino. –Murmuro Shinou mirando en otra dirección.

-¿Eh? –Soltó Murata al no entender que había dicho. Por su parte Shinou solo sonrió dándole leves golpes en la espalda.

-Todo estará bien, todo estará bien. Verás cómo pronto Wolfram regresara a la normalidad. –Decía mientras le pegaba en la espalda. Luego de unos minutos dejo de hacer aquello para darle la espalda y comenzar a caminar.

-¿Eh? ¿No vas a casa? –Pregunto mientras se sobaba un poco donde había sido golpeado.

-Tu hermano mayor tiene cosas que hacer. –Soltó con una sonrisa.

-¡No te llames a ti mismo hermano mayor! –Grito antes de ver desaparecer la espalda de Shinou ante sus ojos.

 

 

-¡Shibuya! –Escucho su nombre a lo que giró en esa dirección encontrándose con un joven rubio.

-Si no me equivoco ¿Eres el hermano de Murata? –Pregunto algo dudoso. Había salido de su trabajo y se dirigía a su casa a ver el estado de Wolfram, desde que habían dejado el hospital no había mejorado nada y él continuaba echándose toda la culpa de esa rara situación.

-¡Correcto! –Soltó con entusiasmo al inicio, pero luego su semblante cambio completamente -¿Tiene algo de tiempo? Deseo hablar con usted un momento si me lo permite.

-Ah, no, lo siento, estoy algo apurado.

-¿Para ver el horrible estado de su hijo? –Y las palabras del otro las sintió como un fuerte puñal –Él estará bien por los momentos, no creo que cambie si llega unos minutos tarde.

Dudó. Yuuri por unos minutos dudo en esa situación. Primero creía que lo mejor era negarse pero al ver fijamente a aquel chico sintió como era incorrecto tomar esa decisión. Miró fijamente con más determinación a Shinou para asentir con la cabeza. El rubio sonrió levemente para indicarle con la mano que le siguiera.

-¿Usted quiere mucho a su hijo? –Ante su primera pregunta asintió sin ninguna duda -¿Quiere lo mejor para él? –De nuevo contesto con una asentida de cabeza.

-¿Qué tiene que ver todo esto con Wolfram? –Pregunto Yuuri un tanto confundido.

-Todo. Todo tiene que ver con él. –Soltó con una leve sonrisa que no denotaba para nada felicidad, era más como nostálgica.

-Sigo sin entender todo este asunto. –Comento poco después el moreno. Shinou por su parte detuvo su andar para girarse en dirección a Yuuri.

-Si le dijera en este instante que quiero cuidar de Wolfram a partir de ahora ¿Qué haría? ¿Lo aceptaría o se negaría?

-¿Cuidar? ¿De qué estás hablando?

-Hablo del cuidar de amantes. Si ahora mismo le dijera que amo a Wolfram y que quiero que venga a vivir conmigo ¿Qué haría? ¿Cuál sería su respuesta?

Y no pudo procesarla. Por primera vez no supo que responder a unas simples preguntas que le estaban diciendo. Yuuri miró fijamente a Shinou abriendo por un momento la boca para contestar pero inmediatamente la cerró cuando sus palabras se atoraron en su garganta. ¿Qué era lo que estaba por decir en ese momento? Miró en otra dirección evitando la mirada de Shinou. Por primera vez no podía mirar fijamente a alguien varios años menor que él.

-Entonces ¿Qué harías Shibuya? ¿Te opondrías o lo aceptarías?

-Eso… -Inició al fin –Decir algo como eso. El que dos hombres se amen no está bien visto por la sociedad… -Fue la única cosas que se le ocurrió como excusa al moreno.

-En estos instantes la sociedad no importa, lo que importa son los sentimientos de tu hijo. Si dijera que hemos estado teniendo una relación por un tiempo ¿Qué dirías?

-¿Relación? ¡Eso es imposible! –Casi grito en ese momento pero logro controlarse. Miró fijamente al rubio, para Yuuri era imposible que Wolfram estuviera saliendo con alguien más.

-¿Por qué es imposible? Que tenga entendido ahora tienes una prometida, significa que Wolfram es libre de escoger a alguien más ¿Qué derecho tienes tú sobre él? Al final solo eres su padre.

Y las palabras dichas por Shinou era algo que muy bien sabía Yuuri pero que no quería aceptarlas. Él mismo sabía que no podía evitar si Wolfram se enamoraba de alguien más, pero no le agradaba para nada la idea. En la mente de Yuuri siempre estuvo por sentado que Wolfram le amaría solo a él, pero ¿Por qué creía por sentado algo como eso?

-A-aun así. –Tartamudeo nervioso no pudiendo encontrar una excusa para decirle. A pesar de ser un adulto se estaba comportando como un crío.

-¿Qué? ¿Encerraras a Wolfram para que solo te diga que te ama a ti? Eso es bastante cruel de tu parte Shibuya. –Comento con una leve sonrisa Shinou sin quitarle la vista de encima al moreno.

-¡Esta conversación acabo! No tengo porque hablar con un mocoso como tú sobre asuntos de mi familia. –Finalizó al fin el mayor para sin esperar respuestas girarse y comenzar a caminar rápidamente hasta su hogar.

Shinou se quedó en el lugar mirando la espalda del mayor. Estaba contraída como cuando te atrapan en algo evidente. Había logrado su objetivo, había logrado que el moreno se diera cuenta del asunto. Se diera cuenta que no podía dar por sentado que una persona le iba a amar eternamente sin recibir nada a cambio.

-Bien. Ahora tengo que arreglar a mi pequeño descendiente. –Comento mirando un instante su mano, soltando un pesado suspiro. Luego de unos minutos de silencio miro un instante a su alrededor -¿Eh? ¿Qué hago aquí? ¿De nuevo me abre perdido? Supongo que llamare a Murata, aunque seguro se enojara conmigo.

Recordar a medias. Recordar de momentos. Todo eso era lo que en realidad le pasaba a Shinou. Una parte de él recordaba lo que estaba pasando, pero otra no lo hacía y para su mala suerte la que dominaba en aquella nueva vida no era nada más que la parte que no recordaba. Aunque quisiera ayudar lo que más podía hacer era solo controlar su propio cuerpo por cortos periodos y solo funcionaba si estaba lejos de las personas que recordaban completamente. Shinou quería ayudar, pero tenía las manos atadas.

Notas finales:

Espero les halla gustado. 

El próximo capitulo pasa algo... bueno, ya lo verán mañana. Solo diré que preparen los pañuelos XD


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