Sol y luna enigmáticos y encantadores a partes iguales, diferentes y semejantes. Astros protectores. Regentes del cielo tan entretenidos como problemáticos y en esta ocasión problemáticos sobre todo.
El festival del sol y la luna estaba por comenzar, los guardianes del cuarto y quinto templo fueron enviados para supervisar y asegurarse que la finalidad de aquel evento se llevara a cabo .Mediante aquel festejo se sellaba el alma de dos deidades. Que compartían el domino de los astros con Apolo y Artemisa.
-Hace mucho que no enviaban a personas como ustedes, creía que era un mito-El encargado de organizar el evento estaba asombrado de ver a los dos guerreros-¡esperen! , eso quiere decir, que ellos en realidad existen, vaya.
-Sí, pero no podemos dejar que despierten-El león cortaba la emoción del otro hombre.
-No podemos correr riesgos-DeathMask apoyaba al cabalero de leo.
-Está bien.
La noche llego apacible, el pueblo se reunió alrededor de una fuente, que resaltaba por dos figuras, la de una mujer que sostenía la luna y a su espalda un hombre que sostenía al sol. En el extremo superior de esta se desprendían tiras de colores; azul y amarillo.
Al lado de la luna se encontraban las jóvenes del pueblo con un extremo de la cinta azul y el caballero de cáncer acompañándolas. Del lado del sol estaban los hombres con cintas amarillas y el caballero de leo a la cabeza.
Una danza tranquila y suave comenzó a tomar lugar, con pasos firmes. Cálidos y sombrías. Las almas eran selladas a la par que las cintas se entrelazaban. Cuando no se pudo distinguir entre amarillo y azul los jóvenes procedieron a unirse en una danza con su pareja.
-Es extraño, no ensayamos, jamás habíamos visto esto y aun así, sabemos cómo movernos-Cierta extrañeza despertó en el león, pues este creía sentir suavidad en las manos de Cáncer.
-Siempre envían a los caballeros de nuestro signo a hacer esto, tal vez está dentro de nosotros respondió el italiano.
-Pensé que habría un eclipse- comento leo.
-No, no escuchaste bien lo que dijo Atena, además no es como si fuera la gran cosa.
-Yo creo que si lo es, solo imagina, dos astros tan diferentes juntos, es verdaderamente hermoso.
-No lo creo.
-Tal vez necesitas otra perspectiva.
-Lo he visto Aioria, al sol y la luna junta y separado, no es algo del otro mundo.
Aioria abrazo a su acompañante-quizás has estado viendo al sol equivocado-acaricio los cabellos azulados con la mano izquierda y dejo que esta se deslizara por la mejilla del italiano .Gracias a que este no portaba la careta, Aioria pudo darse cuenta de una vez por todas que la piel de Cáncer era en realidad suave, bueno hasta ahora había encontrado esa suavidad en las manos y en el rostro.
Cáncer retuvo la mano del griego en su rostro. Siempre sentía frio, la soledad gritaba a témpanos. Y Aioria, Aioria siempre se veía cálido-El sol rehúye de la luna-contesto, separándose un poco para poder ver los hipnóticos ojos del León.
-¿Por qué lo haría?-siguió con el juego que él había iniciado.
-Porque la luna reconoce lo desagradable que es.
-Pues… esa luna es muy tontica-aprovechando que DeathMask se había separado de él, busco sus labios para unirlos en un beso.
-Aioria…
El león le sonreía como si quisiera devorarlo. Estaba a punto de besarlo nuevamente, pero fue sorprendido por un empujón de parte del italiano. Pero al caer se dio cuenta que su compañero evito que un rayo azulino lo golpeara.
-¡DeathMask!
El baile aunque de manera abrupta tuvo un buen final, las deidades fueron selladas, pero Cáncer parecía no mejor, cada día estaba más frio. El león ingreso a la habitación, poniendo sobre su camarada de la cuarta casa otro par de cobijas.
-¿Cómo te sientes?-pasó su mano por el rostro del italiano, a pesar de la cantidad de frazadas que lo cubrían aquel seguía increíblemente frio.
-Mejor…supongo-miro al león y cuando noto que este se apartaba aferro su mano-No te vayas.
El griego sonrió- Está bien no me iré-levanto levemente las cejas, cuando vio que Cáncer le cedía un lugar en el lecho. Lo acepto y el asombro fue en asenso cuando cáncer se aferró con fuerza a su pecho correspondió al abrazo y comenzó a acariciar la espalda del cangrejo.
-Me gusta mucho tu aroma, además siempre estas cálido.
-tu piel sigue siendo suave, me gusta mucho.
-¿Podrías quedarte?-pregunto el mayor.
-¿Disculpa?
-quiero que te quedes conmigo, me gustas mucho Ria.
Aioria aferro con más fuerza a cáncer, deseando alejar el frio de él. Que aquella energía gélida no se llevara su suavidad, su aroma y el brillo de su cabello.
-Me quedare.
El santuario fue notificado de la desaparición de una parte de la estatua que llevaban en su interior a las deidades del sol y la luna.
-¿Metimos la pata?-pregunto el cangrejo, al escuchar las palabras de su camarada.
-No lo sé, dicen que jamás había pasado-el león pasaba sus días junto al cangrejo, que parecía más feliz cuando él estaba a su lado.
-Sabes, a veces tengo mucho sueño…demasiado.
-Deberías dormir, quizás eso te ayude a mejorar.
-No, no quiero.
-¿Por qué?
-Porque temo no volver a verte-tomo la mano del griego y la poso en su mejilla-No soy estúpido Aioria, sé que mi corazón se está congelando y que moriré irremediablemente.
-¡No digas eso!, no puedes irte ahora que sé que te amo-Como en aquel baile ,beso nuevamente al cangrejo, posándose lentamente sobre él-te llenare de calor nuevamente.
Las caricias no se hicieron esperar, Aioria pasaba su mano por debajo del pijama de Cáncer. Este acariciaba el cabello del León. El griego besaba y acariciaba el pecho del mayor, acariciando las piernas de este retirando el pantalón poco a poco.
-Aioria…-hizo que el griego levantara el rostro, lo beso introduciendo su lengua en la del menor-¿Te gustaría ser mi dueño? Gatico.
-Hace mucho que lo soy-dejo el pecho, para lamer y morder el cuello.
Aquella acción provocó risas en el cangrejo. Las caricias poco a poco se hicieron más íntimas.
-¡ah!,Ria…-el león se friccionaba poderosamente contra el italiano, que solo lo llamaba entre suspiros .El león descendió nuevamente por el mayor, llevando su cabeza a la parte baja llenando con su saliva la estreches del cangrejo-Aioria…
Tomo las piernas del cangrejo y las poso en su cadera, comenzando a introducirse en el interior de ese cuerpo, que poco a poco se llenaba de calor.
-¡Auch!-exclamo el cangrejo, al sentir las potentes envestidas de Leo.
-Death Mask-abrazo al cangrejo-lo lamento, ¿Estas bien?
-Si… no pensé…no pensé que fueras un gatico rudo.
Leo sonrió-¿Quieres que siga?-El canceriano asintió, y nuevamente la habitación se llenó de gemidos, el griego termino en el interior de Cáncer. Se desplomo y este le acaricio los cabellos. Aioria se levantó levemente se acomodó abrazando a Cáncer.
-¿Te sientes mejor?
-Un poco-Death Mask se acurruco en el pecho del griego.
Se quedaron juntos el resto del día, ese y muchos más. Pero el tiempo consumía a la alegría y lentamente el corazón del cangrejo se transformó en fino cristal.
Al leer sobre la historia de las deidades de la estatua, todo parecía aclararse. La relación entre Cáncer y Leo siempre fue de amistad. El sol y la luna eran hermanos, pero el amor entre Aioria y Death Mask era muy diferente, por esto el sello no funciono.
Pasaban los días, y el griego comenzó a enfermar. Muchos pensaron que era por lo acontecido con Death Mask pero nuevamente las suposiciones estaban muy equivocadas.
El cuerpo del León estaba ardiendo, el griego sufría de fiebre muy elevada. Y como si de un presagio se tratara, el pueblo al que él y el italiano fueron llamaron nuevamente .La estatua del sol había desaparecido.
Dos templos estaban vacíos, el imponente sol, y la fría luna. El enérgico león y su temperamental cangrejo. Porque el sol no era nada si su luna. El fuego que cubría al León solo podía ser apaciguado por la luna y el cangrejo solo podía ser calentado por la amabilidad de un sol eterno.
Un corazón congelado, un corazón derretido. De Leo a Cáncer, Un amor que comenzó con luchas , superando guerras, disfrutando resurrecciones. La eternidad los cobija y ahora el sol y la luna brillaban con más fervor.