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STRANGE DOGS. por LaGataenelTejado

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Notas del fanfic:

Hi hi! Vuelve la loca del fandom de DN. Ya se que dije que no publicaria mas historias de este universo pero ayer, ordenando las próximas actualizaciones de los fics que tengo aqui publicados... me encontré con esta idea empezada en mi ordenador. 

Los pjs de Death Note me resultan muy motivadores a la hora de escribir, aparte de que el diseño y el físico de cada pj me vuelve loca, creo que lo han debido de notar si son seguidores de mis fanfics sobre DN  >___

Notas del capitulo:

Espero que disfruten esta loca idea que surgió un dia que aburrida, veia una serie en la televisión y le daba vueltas en la cabeza a varias historias nuevas. Que al final derivaron en otro fic de mis queridos pjs de DN.

ACTUALIZACIÓN CON DOBLE CAPÍTULO. Para que se metan un poco más en la historia :)

CAPITULO 1. STRANGE DOGS.

 

El dormitorio estaba tan caldeado que aun siendo invierno Elle Lawliet se había quitado la camiseta hacia un buen rato. Tecleaba sin descanso frente a la pantalla de su ordenador buscando archivos y hackeando un sistema nuevo que le habían encargado. De vez en cuando le daba una calada al cigarrillo que tenia en el cenicero del escritorio, y después un buen trago a la lata energética que tenia a su derecha. Así pasaba gran parte de los días, burlando sistemas informáticos y ganando dinero a costa de aquello. Tenia clientes importantes y él era un chico muy bueno en su trabajo por lo cual siempre tenia algo que hacer.

 

Parpadeó seguidamente un par de veces hasta dejar de sentir el malestar de la falta de sueño en los ojos, notando así que parecía haberse inmunizado ante los efectos de las bebidas energéticas. Buena prueba de aquello estaba en las profundas ojeras negras que enmarcaban su rostro. Aunque a Elle no le importaba eso, no era un muchacho que se preocupase demasiado por su imagen pues tampoco lo necesitaba. Su aspecto extraño y desgarbado llamaba la atención de muchos hombres con los que pasaba buenas noches de sexo sin compromiso, ya que las mujeres no eran precisamente su fuerte. Demasiado complicadas para él.

 

Miró el reloj y estiró los brazos, recogiéndose de nuevo el cabello malamente con una gomita para el pelo que llevaba en la muñeca. Desvió la mirada hacia su cama con las sábanas revueltas y el cuerpo de un chico desnudo durmiendo plácidamente entre ellas. Normalmente no permitía que sus amantes durmiesen junto a él toda la noche pero el albino era diferente. Además, lo había echado de menos durante los dos meses que Near había pasado en Irlanda junto a su padre. Se acercó a la cama y le apartó el cabello del rostro para observarlo mejor. Realmente, le gustaban mucho sus facciones y no pudo evitar acariciar con la yema de los dedos las mejillas y parte de los labios, sonriendo de medio lado al acordarse de donde había estado esa boquita hacia unas horas atrás.

 

-Nnghh... - Near se revolvió en la cama dándole la espalda al moreno y metiendo los brazos bajo la almohada, hundiendo su rostro vagamente sobre ella.

 

Lawliet se sentó junto a él, acariciando su costado con la mano mientras subía y bajaba por la piel pálida del albino:

 

-Hey. Despierta.

 

-No... déjame...

 

Sonrió y le dio un pellizco en la espalda, algo que hizo que Near saltase un poco sobre la cama y le mirase enfadado. Sus ojos se dirigieron al reloj de pared que el moreno tenia en el dormitorio y un gruñido frustrado salió de su garganta:

 

-Mierda. Tengo que irme.

 

-Lo sé, por eso te he despertado. ¿Tienes clase, no?

 

Near asintió mientras se ponía en pie buscando su ropa, sin molestarse en tapar su desnudez delante del moreno, de todas formas tenían bastante confianza y no era la primera vez que terminaban follando juntos.

 

-Si ves a Beyond por la facultad dile que venga directo a casa. Últimamente no le veo el pelo por aquí.

 

El albino asintió y terminó de vestirse, mirándose al espejo y peinándose con los dedos el cabello. Tenia suerte de ser vecino de Lawliet y poder ducharse en su propio baño para ir directo a la universidad. Se acercó a su amigo y le dio un escueto beso en los labios:

 

-Se lo diré. Supongo. - se encogió de hombros y con un gesto de la mano salió del dormitorio con rapidez.

 

Lawliet se mordió el pulgar un poco, mirando aún la puerta del dormitorio antes de ponerse en pie y mandarle un mensaje de texto a su compañero Matt, el cual había desaparecido el día anterior y no daba señales de vida. Se preocuparía si no fuese porque no era la primera vez que ocurría, aún así le molestaba tener que encargarse de los hackeos el solo cuando se suponía que trabajaban a la par.

 

Matt, mueve tu culo de chucho hasta el apartamento.”

 

No tardó en recibir una respuesta que le hizo gruñir un poco antes de sonreír levemente.

 

Si, mamá ¬_¬ pffss... ya voy.”

 

De nuevo frente a su ordenador Lawliet cotilleó algunas páginas de descargas ilegales, esperando que Matt no tardase mucho en llegar. Al menos se hacia su propio plan nocturno para aquel día.

 

---o0o---

  

-No, mamá... no, espera mujer, si yo no quería decir eso. Pues claro que le tengo aprecio a los tíos...

 

Matt fumaba nervioso mientras charlaba con su madre camino a su apartamento. Había intentado ignorar las cinco llamadas perdidas de su familia, pero su madre no era una mujer que se rindiese fácilmente y llevaba diez minutos intentando convencer a su hijo de que fuese a cenar a casa:

 

-Matt, no seas cabezota. Tu prima Misa ha llegado de sus vacaciones en Italia y tiene muchas ganas de verte.

 

Matt hizo un puchero infantil con los labios a la vez que sacaba las llaves de casa, plantado frente al edificio donde compartía piso con Lawliet y Beyond. Subió pesadamente las escaleras escuchando el discurso de su madre sobre lo bueno que era pasar tiempo en familia. Al final suspiró vencido:

 

-Está bien. Iré, pero solo si puedo llevarme a Lawliet conmigo.

 

-Claro hijo, sabes que siempre es bienvenido, así nos contáis como os va.

 

-Si... bueno, nos vemos esta noche en casa.

 

Colgó antes de que su madre pudiese de nuevo entretenerlo más de la cuenta y entró en el apartamento dejando las llaves en el recibidor. Se fue directo a la cocina buscando una lata de refresco y después mientras bebía, se dirigió al cuarto de Lawliet observando al moreno desde la puerta:

 

-Ya estoy aquí, esposa. - dijo con recochineo, riendo un poco.

 

-Ya era hora, ¿Donde cojones te habías metido?.

 

Lawliet apoyó la espalda contra la silla giratoria, mirando de forma vaga a su amigo. El maldito estaba guapo hasta cuando se pasaba días enteros sin pasar por casa.

 

-Por ahí, nada interesante. - se sentó en la cama de Lawliet olfateando un poco el aire. - Aquí huele a sexo.

 

-Near estuvo por aquí anoche.

 

Matt arqueó las cejas, sonriendo con algo de malicia mientras le daba otro trago al refresco:

 

-Me regañas pero tú tampoco perdiste el tiempo.

 

Lawliet sonrió, girando la silla distraído y dando un par de vueltas sobre si mismo.

 

-Me gusta aprovechar mi tiempo, además ya sabes que con Near las cosas son sencillas, ninguno buscamos otra cosa que no sea echar un par de polvos cuando nos apetece.

 

Matt guardó silencio unos segundos. Envidiaba aquella relación que Lawliet mantenía con el albino, a él le habría gustado tener la misma confianza con cierto rubio alocado que desaparecía constantemente sin dar señales de vida. Pero no, había terminado colgado de Mello hasta las trancas y sufriendo como un adolescente enamorado su ausencia.

 

-Ya, son tan sencillas que parecéis perros en celo. - se rió de su amigo a la vez que se dejó caer sobre la cama boca arriba.

 

-Perros extraños mejor dicho. Ya sabes que no somos precisamente normales.

 

Matt se mantuvo en silencio pensando en eso. De cara a la gente podían parecer un grupo de amigos común y corriente pero si se ponía a pensar... Lawliet y él eran hackers ilegales, Beyond un niño extraño que quería ser forense y se obsesionaba con el gore y la sangre, Near un albino que apenas hablaba y con unos gustos peculiares en la intimidad y Mello... bueno, un rubio alocado que se pasaba el día desaparecido y vendiendo su cuerpo sin reparos por algo de dinero. No, definitivamente, eran unos perros extraños.


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