Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AMOR Y DEUDAS por Yali

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, pues es mi primera vez escribiendo en esta categoria, me refiero a harry potter, de hecho habia decidido ya no escribir mas, pero no me pude resistir cuando esto empezo a formarse por ahi en algun rinconcito de mi y tuve que escribirlo, espero que les guste.

esta es la cancion en la que se basa el fic 

https://www.youtube.com/watch?v=NMAoYhJykK4&list=RDd3vwOTrnJts&index=9

Notas del capitulo:

a leer

AMOR Y DEUDAS

 

Era guapo, joven,  tenía dinero, fama y un encanto natural e innegable, ese era el ¿quién podía negarlo? Por eso no había razón para creer que alguien se negara a su coqueteo, así que apuro el último trago de su bebida y sintiendo crecer su libido se dirigió hasta donde se encontraba ese rubio que no le había quitado los ojos de encima desde que llegara a la  fiesta de su amiga.

-hola, ¿cómo vas?- pregunto muy casualmente al tiempo que apoyaba sus brazos en la mesa frente al chico

  -pues, no me quejo, buena música, buenas bebidas y buenas… personas- respondió el chico sonriendo pícaramente al pronunciar la última palabra

-así es, soy Harry- le dijo correspondiendo a la sonrisa que le fue ofrecida

-Draco- dijo el rubio aceptando la mano que el hombre frente a el extendía

-Draco, es un buen nombre- le dijo mirándolo fijamente, definitivamente le gusto, esa mirada, esa voz, ese porte, ese hombre era interesantemente atractivo, de los pies a la cabeza y seguro lo sabía por lo que le contesto.

-como todo en mí-dijo sugerentemente, el también sabia jugar y de hecho ese chico aprendería una importante lección para su vida esa noche.

 

Tenía todo lo que le gustaba, tanto así que sin darse cuenta la noche fue pasando muy rápido mientras charlaban de cosas sin importancia, dejando caer intermitentemente entre tragos y bailes  y como un anzuelo frases que sutilmente   iban haciendo hincapié en sus intenciones, anzuelo que por cierto el  rubio no desaprovechaba y mordisqueaba con disimulo, desgraciadamente no con la suficiente fuerza como a él le hubiese gustado y después de algunos roces intencionados mientras bailaban, de chocar sus alientos si llegar  tocarse, y de ver que lo único que conseguía de ese hombre tan escurridizo era rosar su mejilla y su cuello con sus labios entendió que ese pez no caería tan fácil, pero al contrario de lo que cabría pensar, eso no lo desalentó, como era costumbre, pues a él no le gustaba que se hicieran los difíciles, si no querían pues simplemente lo dejaba pasar y seguía con su vida, pero este tipo era muy diferente, sabia mantenerlo interesado y él se  dejaba seducir por más que sabía que esa noche no probaría ni un solo besito de ese chico, y por supuesto lamentablemente tuvo toda la razón, lo más extraño de todo es que incluso hasta el final, cuando lo vio  despedirse de él agitando un poco su mano en señal de adiós tenía la esperanza de que se volviera un poco y le dejara robarle el aliento con un beso, pero el rubio simplemente salió del salón donde algunos aun bebían y bailaban y despareció.

Al llegar ya muy entrada la madrugada a su casa, se palmeo la frente fuertemente por su estupidez, -maldición- dijo enojado consigo mismo por su descuido, ni siquiera le pidió su número, no le pregunto su apellido, nada, solo sabía su nombre, tan embelesado lo tenia que no recordó esas cosas tan importantes, porque eran importantes si quería seguir frecuentándolo y el definitivamente quería. Soltó un suspiro ya buscaría la forma de encontrarlo, por lo pronto quería descansar, así que se dirigió a su cuarto se tiro en su cama y antes de cerrar los ojos y entregarse al mundo de Morfeo dejo salir de sus labios en un susurro ese nombre que tanto le había gustado.

-Draco-

Dos semanas habían pasado desde que encontró a su nuevo juguete, porque eso eran para el esos hombres y mujeres que tenían la dicha o desgracia dependiendo del punto de vista de cruzarse en su camino y caer en sus redes, él era un vividor, sabia lo guapo y simpático que era y lo utilizaba para su beneficio, pues de algo tiene que vivir la gente ¿no? Por ejemplo, gracias a su ultima conquista tenía esa elegante casa con vista al lago y aunque hubiese querido también un auto ya no se aguantaba a ese idiota y con todo y costándole lo suyo por fin se lo había quitado de encima, pues lo último que supo de él fue que se había casado y de eso hacia como tres meses, ese día había planeado ir a pescar un poco en el lago eso le encantaba de verdad, pero el día que había empezado muy radiante y despejado ya se tornaba oscuro y sin duda alguna llovería pronto por lo que deshecho  su idea y prefirió quedarse en casa a ejercitarse  y luego leería un rato, el chico que había conocido dos semanas atrás no tardaría en encontrarle y eso le emocionaba quería un maldito auto de una vez, le gustaba su moto pero eso era algo más bien personal.

 Cuando por fin tuvo en sus manos ese pedazo de papel con unos números escritos en el no pudo frenar la emoción que sintió y con una gran sonrisa en su cara le dio un abrazo de agradecimiento a su amiga Hermione que con tanto esfuerzo logro conseguirle el número del chico que había conocido en su fiesta y que por alguna razón no podía sacar de su cabeza,

-hay Harry parece que te salve la vida, solo ándate con cuidado ¿sí? Mira que ni yo lo conozco vino a la fiesta porque es conocido de un amigo de Ron, incluso le pregunte y me dijo que su amigo se lo presento esa noche, no sabemos nada de él- le dijo su amiga un poco preocupada por ver cuánto se había interesado  su amigo e insistido incluso fastidiado por localizar a ese chico

-tranquila, ya sabes que no soy ningún ingenuo niño que se deja convencer tan fácil ¿he? además que es lo peor que podría hacerme ¿morderme? Pensándolo bien seria genial que hiciera eso- dijo divertido al ver la cara de su amiga

-Harry es enserio, y no lo digo porque crea que eres ingenuo ni da de eso, es que… no se… como que no me da buena espina, además mírate pareces quinceañera  enamorada, no dejaste de fastidiarme por que ayudara a conseguir su número incluso estabas  un poco obsesionado con eso- le dijo ella al ver que el pelinegro no le tomaba enserio, por alguna razón ese chico no le daba un buen presentimiento, y por eso se había hecho la loca con su amigo cuando este le pidió que le ayudara conseguir su número, claro que lo había visto esa noche y podía entender por qué le gustaba tanto a Harry, era muy guapo y elegante, pero aun así había algo que no la convencía y ver como su amigo no tenía cabeza para otra cosa que no fuera ese rubio la preocupo más, nunca lo había visto tan interesado en alguien.

-está bien tendré cuidado- le dijo para tranquilizarla, no entendía la preocupación de su amiga, en serio ¿qué era lo peor que podría hacerle ese rubio aparate de darle momentos inolvidables?

 

Cuando estuvo por fin en su casa luego de unos cuantos consejos más de pare de su amiga, tomo su teléfono y si notar lo temblorosas que tenía las manos marco.

-¿hola?- con solo escuchar supo cuánto quería verlo  

-hola, hombre escurridizo ¿cómo vas?

Sonrió al escuchar la voz que le hablaba desde la otra línea, se había tardado en conseguir su número, pero bueno hora de iniciar el juego.

 

 

Por fin, después de tantas citas, regalos nada baratos, de hecho las cosas más costosas que había comprado para alguien en toda su vida y de tanta paciencia y tiempo porque 8 meses saliendo con ese rubio que lo tenía embobado no eran cualquier cosa tomando en cuenta que él nunca había durado más de unas semanas  con nadie, por fin, lo tenía en sus brazos como lo quería, como lo había querido desde la primera noche que le conoció.

Su piel le quemaba, como pudo en medio de besos apasionados y de caricias por demás atrevidas logro llevarlo a la cama, era hora de que Harry perdiera la cabeza por él y esa noche le iba a demostrar cuan dulce puede ser el dolor.

No podía pensar en nada, solo en lo feliz que era, quería besarle hasta la sombra, hasta los pensamientos a ese rubio que se deshacía en sus brazos, en sus labios, muy torpemente y temblando de deseo por fin pudo desnudarlo y desnudarse el, nunca se había sentido así, tan embriagado por alguien, tan deseoso de fundirse con alguien, porque no solo quería probar su cuerpo, quería meterse en el alma de ese chico y nunca salir de ahí, ya no podía de excitación así que después de muchas caricias y besos con el rubio sentado a horcajadas encima suyo  se dejó perder por completo al hundirse dentro de su adorado Draco, lo hizo suyo mientras lo penetraba suave y profundamente, mientras le besaba y acariciaba, por primera vez en su vida hizo el amor, por primera vez en su vida estaba amando a alguien con tanta locura y con tanta entrega, no quería guardarse lo que sentía, era tan abrumador que Draco tenía que saberlo, así que se lo dijo, se lo susurro dulcemente al oído, mientras se hundía en el una y otra vez, se lo repitió hasta que sintió que dejaba de ahogarse, y hasta pudo notar como las lágrimas se le escapaban del alma y se perdían en sus mejillas,  cuando sus ojos se encontraron y no pudo ni quiso detenerse, lo amaba tanto, amaba tanto a Draco que sin dudarlo le daría hasta su alma si el chico se la pedía un día que estuviese aburrido, le beso dulcemente sin apartar su mirada y pudo ver el cielo antes de tocarlo, aunque ese no era un cielo despejado y azul era un cielo nebuloso que presagiaba tormentas, un cielo gris y despiadado, aun así se le hizo el cielo más bellos que jamás hubiese visto.

No podía negar que esa vez era diferente nunca alguien lo había hecho sentir tanto y cuando escucho ese te amo tan desesperado, tan sincero, sintió en su pecho ese calor que lo consumía, Harry no dejaba de repetírselo, parecía como si le estuviese  entregando tolo lo que era en esas palabras y cuando le miro supo que era así, el pelinegro lloraba mientras gemía de placer y le decía que le amaba, el no pudo responderle solo no dejo de mirarlo a los ojos, ¡ho! Esos ojos, tan cristalinos y verdes, tan hermosos, llego al clímax gimiendo su nombre y perdiéndose en su mirada.

 

¿Cuánto tiempo había pasado desde esa única noche juntos? Tres largos meses, el rubio no le daba tregua y él ya estaba desesperado, ya no sabía que más hacer para convencer a ese chico de lo mucho que lo amaba, era como un cachorro esperando ser recompensado con una galleta después de haber demostrado lo bueno que era, una galleta tan deliciosa, tan exquisita que le hacía perder la razón, ese hombre lo volvía loco, si bien no habían vuelto a hacer el amor, el rubio le sorprendía de vez en cuando con caricias tan certeras y despiadadas que el simplemente se dejaba convencer que para la próxima si no se le escapaba,  cuando esa boquita, ¡hay por todos los infiernos! esa boquita tan dulce y maldita le hacía maravillas, simplemente maravillas habidas y por haber, el ya no concebía su vida sin Draco, él vivía para complacer a ese rubio caprichos y hermoso, dulce y cruel, tanto así que no le importaba gastar en sus caprichitos fuertes sumas de dinero, su rubio se merecía lo mejor de lo mejor, ¡Draco era lo mejor de lo mejor!.

 

Ya no sabía que hacer consigo mismo, tenía a Harry en sus manos, ese hombre solo veía por sus ojos y él lo sabía, lo que le tenía tan perturbado era lo que sentía, tanto así que no se permitía de nuevo tener intimidad con él, tanto así que dando mil excusas le había negado al pelinegro volver  tenerlo, y es que él sabía perfectamente que no podía arriesgarse, ese chico le enloquecía, no era necesario que el pidiese directamente lo que quería, con solo una insinuación, solo eso era necesario y el moreno corría a hacer realidad sus deseos y eso era lo malo, lo aterrador, que el ya no deseaba nada, de hecho lo que le gustaba no era lo que conseguía, como el yate  con el que le sorprendió Harry una mañana sino el tranquilo paseo por el lago y su risa, su mirada, cuando le repetía que él se merecía lo mejor porque era lo mejor del mundo,  los besos tan tiernos que le brindaba cuando tenían que despedirse, y lo mucho que le extrañaba. Había conseguido tantas cosas caras y lujosas de Harry que empezaba a creer que lo llevaría a la ruina.

 

 

 

-estas en la ruina- lo dijo enojada, furiosa, porque se lo dijo tantas veces, tantas, ese rubio solo estaba con él para exprimirlo y ahora lo sabía, estaba segura.

-no sé cómo paso, en que momento perdí todo, estoy sin nada, en la calle, ni siquiera tengo para pagar un hotel esta noche, me siento tan mal, ¿cómo podre darle a Draco lo que se merece ahora?- enserio eso le preocupaba pero estaba seguro que el entendería, lo bueno era que a pesar de las cosas que no podía recuperar como las costosas vacaciones, cenas, viajes, ropa, joyas, entre otras, también estaban las propiedades que le había regalado a  su rubio, si bien ya no sería millonario, podría vivir tranquilamente con esas cosas, solo tenía que ir a contarle todo a su novio y el vendería las cosas que no necesitaba como los tres apartamentos, el yate, los cuatro coches de lujo, y  una que otra cosilla, y podrían vivir juntos en su casa del lago, el recuperaría un poco las finanzas y en un par de años las cosas volverían a ser como antes

-hay Harry lamento decirte esto pero yo no creo que a ese vividor que tienes de novio le vaya a hacer gracia que ya no tengas dinero, porque no despiertas, ese hombre te arruino, me apuesto la cabeza a que cuando vayas con el cuento te va cerrar la puerta en las narices y se olvidara de ti- le contesto ella adivinado los pensamientos de Harry de ir a buscar a Draco-además como puedes pensar en ese tipo cuando el que está en problemas eres tú, como que ya no podrás darle a ese idiota lo que se merece, lo que se merece ya se lo voy a dar yo cuando llegue el momento ya verás-le soltó ella mirándolo como si hubiese cometido una falta muy grave

-oye eres mi amiga y te quiero pero no te permitiré que hables así de él, tu no lo conoces, él es un hombre maravilloso y sé que saldremos de esta, porque ¿sabes qué? hay personas que no solo piensan en mi como una billetera, aunque tú no lo creas, el me ama y estaría dispuesto a darlo todo por mí, mejor dejo de perder mi tiempo contigo que solo saber criticar y me voy a buscar a quien si me va a ayudar, a quien si se preocupa por mí-le dijo lleno de rabia a su amiga

-¿ha  si? ¡Pues  buena suerte con eso idiota!-le grito ofendida por la insinuación de su amigo de que ella era la interesada para   después de azotarle la puerta en la cara.

 

 

No era cierto, no podía serlo, tenía que haber un error, claro eso era, el inepto que estaba parado con el pomo de la puerta aun en la mano y con mirada desconfiada solo podía ser un error,  porque él no haría eso, él no se iría y lo dejaría solo, él lo amaba, no lo abandonaría, su teléfono seguramente se dañó y por eso no contestaba así que  fue a buscarlo hasta la casa en el lago que era en la que vivía y entonces escucho todas esas sandeces que por supuesto no creería, ¿Draco vender la casa y el yate sin decirle nada? ¿Draco irse del país a quien sabe dónde? ¿Draco abandonarlo sin compasión? no era posible, su dulce Draco no haría eso ¿cierto? pero nadie puedo contestar esas preguntas  porque el que sabía las respuestas no estaba por ninguna parte, y luego de semanas en las que había tenido que dormir en el mueble de la casa de Ron porque Hermione ni siquiera le hablaba y ninguna de las cosas que le había dado a Draco le seguían perteneciendo a este,  tuvo que reconocerlo, era curioso, el engañado y olvidado con tan solo un frio intenso que nacía en su pecho y   se diseminaba por todo su cuerpo hasta hacerle tiritar de rabia, de dolor, de impotencia, de vergüenza y ya no pudo retenerlo más, ya no podía seguirlo negando, Draco se había ido, Draco nunca le amo.

Comenzó con un sollozo triste, que se fue volviendo más fuerte y termino gritando más que cualquier otra cosa, como dolía, dolía hasta la muerte y así lo encontró Ron quien asustado de ver a su amigo tirado en el suelo llorando a gritos y dando zapatazos y puños a  la nada como si fuera un berrinche de lo más normal en un adulto, porque esas cosas lo hacían los niños, pero no pudo culparlo, el sabia cuanto amaba Harry a ese maldito mentiroso y la verdad se le hacía extraño que no le hubiese visto ni siquiera llorar un poco desde que se enteró que el rubio al que amaba se había ido del país no sin antes vender todo lo tenía y sin dejar ni una sola pista de su paradero.

Las siguientes semanas por más enojada que estuviese Hermione con Harry por ser tan  idiota, se la pasaba todo el tiempo que podía en casa de Ron intentando que su destruido amigo probara bocado al menos una vez por día, y se levantara a darse al menos una ducha, pero todo era en vano, Harry simplemente ya no quería nada, ni siquiera morir, eso le había dicho cuando ella le insinuó que temía que con la depresión que se cargaba y sin querer recibir ayuda algún día le diera por terminar con todo, el solo le dijo que no tenía ganas de nada, ni de matarse, así que no lo jodiera con la vida porque eso era lo que menos quería, vivir. Su situación era cada vez peor, pues no solo le había dado todo lo que tenía al rubio, también lo que no, después de algunos meses en los que Harry había logrado no morir de inanición y de ir recuperando un poco las fuerzas empezó lo feo, tenía deudas hasta las orejas y  lo peor era que con el trabajo que tenía no le alcanzaba para pagar todo lo que debía aun cuando sus amigos le ayudaban en lo que podían,  Ron trabajaba horas extras y Hermione también  de esa forma contribuían a que los cobradores le dejaran a su amigo algo que comer, pero  siempre estaba alcanzado, su nuevo hogar o sea el sofá de ron era lo único que aunque no le pertenecía le esperaba todas las noches para que pudiese desahogar su tristeza, ya ni sabía de donde le salían tantas lágrimas y lo peor, lo más jodido, lo más miserable del asunto,  era que todos los días se levantaba de ese sofá con la esperanza de que Draco volvería y con su maldita boquita le diría que todo estaba bien, que todo no era más que una maldita broma y podrían seguir felices comiendo todas las putas perdices que se les antojaran.

-MALDITO HIJO DE TU PERRA MADRE, COMO PUDISTE, OJALA TE PUDRAS EN EL INFIERNO DESGRACIADO, ME LAS VAS A PAGAR, CUANDO TE ENCUNTRE NI TUS MEJORES SUPLICAS TE AYUDARAN-gritaba llorando mientras le daba puños a su hogar, dulce hogar –COMO PUDISTE HACERME ESTO-ya si fuerzas se recostó con la cabeza palpitándole y con el maldito dolor en el pecho aun taladrando, pero si Draco se dejaba agarrar, hay, que se cuelgue de algún santo porque no le alcanzaría la vida para hacerle pagar todo lo que él estaba sufriendo.

 

-¡ha!...- un gemido se escapó de sus labios, esta vez sí, el hombre encima de él le besaba con tantas ganas que era seguro que esta vez sí lo lograría, o  eso creía, hasta que el hombre hablo.

-Draco me encantas- le dijo mientras le miraba un instante para enseguida volver a besar su cuello.

-¡cállate no hables!, solo sigue- ya estaba arruinándolo otra vez, ¿porque tenían que ir abriendo la bocota? Solo tenían que cogérselo, no entendía esa necesidad tan irritante de andarle diciendo lo que sentían, al diablo lo que sentían, al diablo lo que el sentía, eso era precisamente lo que pretendía, dejar de sentir, pero el idiota ese encima suyo tenía que andar hablando y  arruinando todo, como quería que el disfrutara si cuando hablaba le desconcentraba y le hacía caer en cuenta de que el hombre encima suyo no era el?, su voz no era la suya, la que esa noche tiempo atrás le había dicho tan dulcemente cuanto le amaba, y aunque ese hombre se parecía mucho a él, no era el, no tenía el mismo tono de verde en sus ojos y aunque su cabello era negro era un poco rizado, nada que ver con Harry pensó,

-quítate- le dijo con una voz fría, pues el pequeño instante en que sintió un poco de calorcillo ya se había esfumado por completo y de nuevo le invadía ese maldito frio en el pecho

-como dices… ha! Draco te deseo  tanto-le dijo el hombre sin prestarle atención a sus palabras para seguir besándolo.

-te dije que te quitaras- le dijo empujándolo con fuerza para hacerlo a un lado

-oye que te pasa, no me salgas ahora con que ya te arrepentiste porque ya es muy tarde, no me voy de aquí hasta hacerte gritar mi nombre de la cogida que voy a darte- le dijo el hombre volviendo a acercarse.

-lo que te vas a coger es una buena golpiza Albert si no te largas inmediatamente y me dejas en paz-le dijo volviendo a empujarlo esta vez se levantaron los de la cama

-que te pasa Draco, hasta hace un momento todo iba bien, no te me vengas con cuentos, hasta cuando piensas que te voy a esperar, ni que fueras una doncella pura y casta para que me salgas con que después de un mes de estar saliendo no quieras-le dijo ya perdiendo un poco los estribos, ese rubio lo había calentado y no se iría de ahí hasta hacerlo gemir debajo de el

-Albert te lo estoy diciendo por las buenas, lárgate de mi casa si no quieres que te demuestre lo poco que tengo de doncella desvalida, ¿y sabes qué? ya no te molestes en buscarme otra vez, esto se acabó, es más, nunca debió pasar- por toda respuesta Albert se le tiro encima haciéndolo tropezar hacia atrás y cayendo de espaldas, por supuesto sabía lo que pasaría, así que cuando el pelinegro intento desabrocharle el pantalón con una mano mientras que con la otra intentaba inmovilizarlo el tomo un poco de impulso y estrello con toda su puño en la cara de Albert, este  muy aturdido por el golpe, se llevó una mano al pómulo pues fue donde recibió el puño de Draco, inmediatamente le regreso el favor y se paró por más que le calentara el rubio no iba dejar que este lo rebajara tanto

-púdrete- le dijo tomando su chaqueta y saliendo  de la casa del rubio.

¿Cuantas veces iban? Con esta dos que te golpean se dijo a sí mismo, ya estaba harto, harto de no poder seguir con su vida, harto de pensar en todo lo que había hecho, harto de arrepentirse, de castigarse por eso, y sobretodo harto de intentar olvidarle enredándose con otros hombres. Era sencillamente imposible siempre había algo, alguna estupidez que le impedía seguir, que le impedía entregarse  a otro por mas diferentes o parecidos que fueran a él, suspiro derrotado, toda su maldita vida se había convertido en una larga derrota, pues si bien había logrado con éxito huir cobardemente asustado ante sus propios sentimientos los   demonios  y fantasmas  lo seguían a donde quiera que fuera, una y otra vez se repetía que había hecho lo correcto, que ese chico representaba un peligro, que lo que le había hecho sentir era peligroso, pero también estaba esa otra parte de su ser que le gritaba ¿peligro de que? ¿Peligro de sentirte amado? ¿De ser feliz? ¿De amar?, era un circulo vicioso que lo atormentaba todo el tiempo, es lo correcto, no lo es, es lo mejor, no lo es, es lo que quiero, no lo es, a quien quieres es a Harry se dijo pero eso ya lo sabía, incluso cuando lo tenía,  pero por imbécil estaba así.

 

 -bueno Draco no hay peor diligencia que la que no se hace, ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué te golpee? ¿Qué te mande al diablo?- no, en el fondo lo que le daba terror, lo que le impedía volver, lo que lo paralizaba de miedo era la posibilidad nada descabellada de  que una vez volviera y lo buscara Harry le dijera que ya no importaba, que el ya no le  importaba, y eso no lo odia soportar, eso lo destruiría.

 

 

  -Harry hasta cuando piensas seguir así?- le preguntaba su amigo Ron- mira viejo yo no te estoy diciendo que salgas y te revuelques con el primero que encuentres, pero de verdad tienes que rehacer tu vida, acéptalo amigo ese tipo ya no va a volver y tú tienes que seguir, yo sé que es difícil y que tus problemas financieros van cada vez peor, pero eso de alguna forma no importa, ahí la llevamos con eso ¿cierto Herm?- pregunto a su novia buscando un poco de apoyo pero cuál fue su sorpresa al ver que esta lo fulminaba con la mirada- ¡que!, haber chicos, el hecho de que no hablemos de estas cosas no quiere decir que no estén ahí, y tu mejor que yo lo sabes mi amor, yo solo quiero ayudar a Harry, Harry, amigo, date una oportunidad de olvidar a ese desgraciado, Hans es un buen chico yo lo conozco de casi toda la vida  y sé que le gustas, que realmente le gustas, acepta salir con él aunque sea una vez y veras que no vas a arrepentirte-seguía tratando de convencer a su amigo

-está bien- dijo ya exasperado por la insistencia de su amigo que al parecer no tenía la suficiente inteligencia como para entender que lo que menos quería era enredarse con alguien otra vez, ni aunque fuera con el mismísimo príncipe de gales, obviamente no les iba a decir que aun amaba a Draco, se había encargado de convencer a sus amigos de que él ya era tema olvidado.

Pero hay que si dolía ese condenado rubio caprichoso y mentiroso, sobretodo maldito mentiroso 

 

Obviamente la dichosa cita con el tal Hans no había salido bien y ahí estaba el con su tercera botella de la noche y cantando a todo pulmón en ese barsucho de mala muerte en el que afortunadamente él era el único, aunque bueno, el hecho de que solo hubiese tres mesas en ese diminuto lugar contribuía a   eso

-si tú supieras lo maldita que es tu boca- cantaba por catorceava vez la misma canción, era raro como había canciones que parecían hechas para uno, pues esa era la suya

-como me rompe el corazón, si tú supieras esos ojos como dañan, como destrozan mi ilusión, si tú supieras que tu aroma me envenena me sube al cielo y me deja caer, si tú supieras todo el daño que me has hecho, te entregarías a prisión, te fuiste y solo me dejaste amor y deudas hayyyy te fuiste te marchaste y me dejaste amor y deudas,  dime que hare con todo el amor que era para ti y no te di… otra vez- le dijo al encargado del lugarsucho que con un gesto de fastidio repitió la canción

 

Cuando se despertó, todo le daba vueltas y el dolor de cabeza era terrible, lo más extraño de todo era que estaba en su hogar, dulce hogar, pues él ni recordaba haber salido del bar y ni que decir de cómo había llegado, cuando volteo la vista al frente se encontró con sus dos amigos con cara de pocos amigos, hay,  fue lo que alcanzo a pensar

-HARRY JAMES POTTER ¿TE VOLVISTE  LOCO?-el grito de Hermione quedo resonando en algún rincón de su cabeza varios segundos después de haber salido de ella.

-creo que sí, ese es mi nombre, gracias Herm por recordármelo tan amablemente, me asuste por un segundo, creí que no me lo dirías-respondió el sin ganas

-HAY NO,  YA NO SE QUE HACER CONTIGO, QUE TAL SI TE PASA ALGO, HA CLARO, NO TE IMPORTA QUE A MI ME DE UN INFARTO DE PREOCUPACION SIEMPRE Y CUANDO TU PUEDAS HACER TUS ESTUPIDECES VERDAD?- siguio

-por favor no grites me mata la cabeza- le pidió mientras se llevaba las manos a los oídos e intentaba hacer desaparecer el mundo que esa mañana le había dado por  amanecer tan escandaloso.

-ya mi amor, cálmate un poco, él no lo hizo con la intención de infartarte- decía el pelirrojo tratando de tranquilizar a su novia- además ya está aquí y no le paso nada, está bien, bueno, al menos esta entero no?-dijo medio en broma

-Por supuesto, ya se me hacía extraño que no lo defendieras, ¿saben qué? Váyanse al diablo, ya me tienen harta y tu Harry si te haces llamar hombre supera tu despecho de una vez por todas, estas peor que mi prima cuando se enamoró de su profesor en primaria y luego supo que era casado- y después de eso solo se escuchó el portazo que desgraciadamente no cumplió con el objetivo de la furiosa chica que era dejar a ese par de idiotas si puerta.

-Siento causarte problemas con Hermione, Ron de verdad lo siento- se disculpó el pelinegro con su amigo

-no te preocupes ya se le pasara, nos quiere mucho como para dejarnos vivir sin sus regaños-le contesto su amigo entre una sonrisa- pero enserio Harry esta vez te pasaste, parecías medio muerto cuando el taxista te trajo- le conto- por cierto ¿cómo le hiciste para recordar donde vives si no estabas consiente cuando llegaste?- le pregunto de verdad interesado

-no lo sé, lo último que recuerdo es estar en un lugar horrible repitiendo una canción un y otra vez-le respondió haciendo un poco de memoria

-No me digas,  amor y deudas- le dijo su amigo con una mirada que claramente le gritaba hiciste un ridículo enorme-su amigo se rio a costillas suyas de muy buena gana mientras le recitaba alguno que otro pedacito de la dichosa canción-en serio Harry te hubieras visto y escuchado, de donde sacaste esa canción, cantabas a todo pulmón y no podíamos callarte y aunque Herm estaba enojada también se rio mucho- seguía su amigo claramente divertido con los recuerdos del show que había armado la noche anterior, pero cuando las risas se hubieron acabado Ron le dirigió una mirada que no le gusto para nada-creí que eso era cuento acabado Harry-

-Ron no quiero hablar de eso en serio amigo-le dijo notablemente afectado

-te entiendo, pero la verdad Hermione tiene razón, ya es tiempo de que superes eso y continúes con tu vida amigo- le dijo comprensivo

-¿y crees que yo no lo sé? ¿O que no le intento todos los días? Es solo que… ha!! No es tan fácil-

-lo sé, de verdad lo amabas ¿no?- le dijo el pelirrojo con tristeza

-no Ron, yo no lo amaba, lo amo, ¿entiendes?-le dijo aceptando por fin ante su amigo que esa guerra por olvidar  a su tormento estaba más que perdida-pero él se fue y solo me dejo amor y deudas-canturreo  soltando una risotada que contagio de nuevo a Ron.

 

El corazón le golpeteaba  con fuerza, no se lo imagino jamás, por alguna razón ver con sus propios ojos lo que le había hecho al moreno, en lo que lo había convertido, fue más difícil de lo que imagino, de hecho no se imaginó verlo así.

La noche anterior

El tono de su móvil lo saco de su sueño, y lo contesto sin mirar siquiera, pero se quedó de piedra al reconocer la voz que le hablaba desde el otro lado, no, no hablaba, parecía que cantaba, cosa que le hizo un poco de gracia hasta que escucho lo que intentaba cantarle el moreno, se le rompió el corazón y el remordimiento puedo más que la prudencia, después de mucho insistir por fin pudo saber dónde estaba, cuando llego no lo podía creer, Harry a duras penas se podía mantener sentado en la silla con 5 botellas de lo que fuera que estaba tomando, mientras cantaba una y otra vez esa canción, no se atrevió a tocarlo, porque entonces al que tendrían que sacar de ahí a rastras hubiese sido a él, le pidió al encargado que le llamara un taxi y luego de que Harry balbuceara que vivía con Ron le dijo la dirección al taxista quien también tuvo que meter a Harry dentro del taxi, el pago la cuenta, al taxista y con mucha preocupación, vergüenza y remordimiento vio como el taxi se alejaba  de ese lugar.

Su pregunta ahora era ¿Harry recordaría que fue a verlo? Si era así ¿cómo reaccionaría? Tenía que averiguar si Harry lo recordaba, pero no sabía cómo, solo sabía que estaba viviendo en casa de su amigo Ron, cosa que otra vez le hizo sentirse miserable, ¿tanto lo había exprimido que lo dejo hasta sin casa? ¿O por que otra razón Harry vivía ahí? Ya no sabía que pensar, ni que hacer, había sido muy valiente al haber regresado, pero ya estando ahí no sabía que seguía, mentira si sabía, lo primero era regresarle a Harry todo lo que le había quitado.

-¿está seguro?- volvió a preguntar como por millonésima vez al encargado que lo atendía

-si señor, como su  asesor financiero le quiero recomendar un seguro de vida además de recomendarle el manejo de una tarjeta para que le sea más fácil mover su dinero cuando lo requiera- le dijo el hombre mirándolo con una sonrisa amable pero con una expresión que dejaba notar la exasperación de atender al parecer a un hombre medio retrasado que ni sabía que tenía dinero en su banco, mucho dinero se recordó, así que volvió a sonreírle.

-pero, es que… debe haber un error, mire yo entiendo lo que me dice, pero lo que no entiendo es de donde salió ese dinero si yo estoy en bancarrota, ¿podría por favor investigar eso? me preocupa, lo último que me falta es que resulte involucrado en alguna estafa y termine preso- le dijo totalmente impactado por la información que ese hombre le daba.

-Está bien señor, cuando tengamos toda la información que usted requiere le informare, ha sido un gusto, hasta luego-   se despidió el hombre

Tarde o temprano tenía que darle la cara y eso era innegable, se dejó caer en su pequeña cama exhausto, no trabajaba desde… pues desde nunca, aunque termino su carrera universitaria, ya desde ese entonces se sabía sus mañas y no tuvo que trabajar nunca,  ya había dado el primer paso para… para que exactamente? ¿Para ser perdonado? ¿Para perdonarse él? Lo único que sabía era que a pesar de vivir en un pequeñísimo departamento, y de ganar un sueldo miserable se sentía un poco mejor al menos  consigo mismo, después de todo no se podía costear más nada y la verdad le preocupaba un poco el  crédito bancario que había solicitado para poder empezar su vida desde cero, pues del dinero de Harry no se había quedado ara si ni una centavo, sonrió socarronamente

-amor y deudas verdad mi vida- le dijo a la nada

-eso solo significa una cosa Harry- le decía su amiga que después de quedar en silencio un rato luego de oír lo que le estaba contando- regreso, y por lo visto intenta enmendar lo que te hizo-le decía más sorprendida y preocupada que nunca-ya no caigas más Harry, si él te regreso tu dinero pues hizo muy bien, después de todo era tuyo y era lo correcto se lo debo aceptar, pero eso no significa que haya cambiado o que no este planeado hacerte algo peor-

-en primera, ese dinero ya  no era  mío, le di estas cosas voluntariamente Hermione, yo se las di porque lo amaba y quería que tuviese lo mejor, ahora no sé qué carajos está pensando al devolverlo, creerá que todo está olvidado y puedo volver a confiar en él… o que se yo, pero no soy estúpido ¿bueno? Sé que algo quiere y no le voy a dar el gusto de jugar conmigo otra vez, así como yo se lo di todo una vez él ha decidido darme esto, pues bien, no tengo nada que agradecer y no le devolveré nada, ni siquiera el salido si lo vuelvo a ver - dijo sintiendo crecer la ira dentro de él, tantos días y noches había perdido en llorar a ese bastardo hijo de perra, para que ahora se crea un buen samaritano y le hiciera perder la cabeza otra vez, pues no, ya no iba a caer como le decía su amiga. Esta vez era el quien se burlaría de ese maldito, si, sería el quien le devolvería el favor, eso era, eso era lo que necesitaba para seguir con su vida, vengarse de ese malnacido que le rompió el corazón.

 

Cuando corto la llamada se dejó caer en su pequeña cama, todo estaba pasando muy rápido, tanto que se le pusieron los pelos de punta, Harry quería verlo, hablar con él,  eso era lo que le había dicho, que se encontraran, de hecho lo invito a cenar.

Cuando entro al lugar, se sintió un poco intranquilo, era sin duda un lugar tan fino que seguro hasta un vaso de agua debía costar lo que él se ganaba en una semana, bueno pensó, ya no me preocupare por eso, ahora tengo dinero otra vez, pero sobretodo tenía otra razón, entro y pidió una mesa para dos dispuesto a esperar por ese plato tan exquisito que había oído a más de uno probar, ha, cierto sabía que se servía  en frio, así que hizo acopio de toda su entereza y trato de calmarse después de todo y dejando de lado sus intenciones vería a Draco, al maldito de Draco, al imbécil al que seguía amando, y al que había extrañado tanto, ¿cómo estaría?, seguramente igual de guapo y elegante que siempre, lo que le llevo a pensar, ¿a cuantos otros ingenuos e idiotas engatusaría después de el? ¿Cuantos mas le abran tenido después de el? No quería pensar en eso, era lo que más le dolía, pensar que no era el único ni el ultimo que le amaba, seguro tenia a unos cuantos idiotizados por ahí,  igual que a él.

No había entrado a un lugar de esos hacía ya algún tiempo y era obvio que no iba lo suficientemente arreglado para  eso, pero suspiro por milésima vez en esa tarde y reuniendo todo el valor que por supuesto no tenía entro.  

Contuvo la respiración sin ser consciente de ello cuando lo vi entrar, ¿ese era Draco?, ¿pues que le paso?, seguramente se vestía así para dar más lastima y así lograr que el corazón de pollo de Harry se ablandara más rápido y lo perdonara, pero no, eso no iba a suceder, Draco, llego el momento de que te agarres de santo,  se dijo fingiendo una alegría que no sentía.

-hola ¿Cómo vas?- se aventuró a saludar luego de tomar asiento  frente al moreno que lo miraba con una mirada indescifrable

  -pues, no me quejo, buen lugar, buena comida,  aunque no puedo decir lo mismo de las…personas- contesto con más rabia de la que quería dejar notar- lo siento estoy siendo grosero-se disculpo

- no tienes por qué,  sé que lo merezco y…-

-No te preocupes, no hablemos con el estómago vacío- le dijo dando a entender que primero cenaran

Luego de una exquisita cena y unas cuantas copas de un finísimo vino Harry clavo su mirada en Draco con tanta rabia que este lo noto, de hecho tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder comer y no vomitar.

-¿sabes? Te invite aquí esta noche para darte algo, ya sabes esa costumbre mi de irte dando de todo lo que tengo- le dijo mirándolo fría mente, a Draco le recorrió la espalda un escalofrió muy incómodo pero no interrumpió a Harry, si quería maldecirlo que lo hiciera, si quería golpearlo que lo hiciera, él no se lo iba impedir. Pero el moreno hizo algo que él no se espera ni en sus más locas fantasías.

Harry se levantó, camino hasta estar junto a él, le tomo de la barbilla y le dio una beso tan arrebatador que le dejo sin aliento, la gente del lugar por supuesto se escandalizo, pero aun así Harry lo volvió a besar, esta vez mas dulcemente, y cuando se separó de él, Draco pudo ver en su mirada tanto dolor que el mismo quiso llorar.

-después de ver que me devolviste lo que yo con tanto amor te había dado decidí hacer lo mismo, Draco yo vine a darte lo que me dejaste al irte- le dijo aun sosteniéndolo por la barbilla y susurrando contra sus labios enrojecidos por el beso- amor y deudas- y diciendo esto se marchó dejando a un rubio más que atónito, en shock, ¿qué había dicho? Después de unos segundos lo entendió, Claro, él no tenía dinero y Harry se fue sin pagar la cuenta y encima de todo el muy malnacido lo beso tan dulcemente que inevitablemente su pecho ser encendió en esperanzas, sonrió amargamente

-pensándolo bien, te la dejo barata- se dijo así mismo mientras se preparaba mental y psicológicamente para lo que venía, se levantó de la mesa y se dirigió a uno de los meseros   

 

 

 Cuando después de tres horas sin ver salir al rubio vio llegar un coche de la policía,  entonces se planteó que carajos era lo que había hecho, ¿cómo pudo ser tan infantil? ¿Y tan idiota? ¿y tan carbón? ¿Y tan él? en su defensa podía decir algunas cosas, una, ese bastardo de Draco lo tenía trastornado, dos, cuando planeaba su venganza todo parecía más digno y malvado y tres no contaba con que llegaría la policía, ha, la cerecita sobre el pastel, si, ese pastel que unas horas antes creía iba a disfrutar hasta el último y frio trozo, después de todo el maldito pastel se suponía le sabría a gloria, ¿quién fue el pendejo que se inventó eso de que la venganza es dulce y placentera? Necesitaba  a ese pendejo en ese momento para que le explicara un par de detallitos, como el hecho de por qué la puñetera  venganza no tenía nada de placentero y en  lugar de un dulce pastel parecía una copa de pura hiel, además de por qué en lugar de sentir alegría por haber cumplido su objetivo se sentía tan miserable y angustiado, se estaban llevando a Draco ante sus propias narices esposado y todo, muy bien Harry, así se hace, sigue así, pronto ganaras el premio al más imbécil de los imbéciles.

¿Amor y deudas? ¡Ja! que se metiera su puñetero dolor por donde no le daba el sol, cuando saliera de esa celda, lo iba a masacrar con sus propias manos, había llegado a pensar que era lo justo, que se lo merecía por carbón,  por jugar con él,  con sus sentimientos, ¿sentimientos? Sentimiento lo que tenía en el trasero de estar sentado el frio suelo de esa celda. Lo que tenía Harry Potter en la cabeza era pura paja y en el corazón algunas gominolas  de colores, porque lo que había hecho era tan infantil que literalmente aplicaba eso del niño que llevamos dentro, que le dolía haber caído en eso, porque si, más que el trasero lo que le dolía era haber caído redondito en una trampa tan pendeja e infantil como esa,   pero aun así ahí estaba, encerrado en esa maldita celda hasta que se le diera  la gana a la justicia de dejarlo en libertad,  cosa que el calculaba seria en unas semanas, teniendo en cuenta el valor de la maldita cuenta en el restaurante.

-cálmate Harry que no te entiendo nada- le decía una Hermione ya un poco irritada

-es que no entiendes, soy un idiota, un grandísimo idiota, como pude hacer eso- decía un alteradísimo Harry caminando de un lado a otro con grandes zancadas y agitando las manos y pasándoselas fuertemente por el cabello,  ante unos aturdidos Ron y Hermione que solo atinaban a mirarlo.

-pero es que el me descontrola, el me desquicia por completo, todo esto es su culpa, mira que yo de verdad no quería llegar hasta  estos extremos, pero si lo hubieras visto frente a mi, dispuesto a que yo me desquitara, seguro que él no opondría resistencia- seguía hablando más para sí mismo

-Harry ¿estás hablando de Draco?- Le pregunto su amigo

-hay no!! Harry que hiciste, no me digas que tu… Harry ¿lo mataste?- los dos chicos se quedaron tiesos al escuchar las palabras de Hermione, la miraron por unos segundos sin poder creerse lo que oían-¡que! Pues eso parece por cómo te comportas- dijo ella para defenderse de sus miradas

-como se te ocurre Herm, no lo mate, solo lo hice encarcelar- le contesto Harry muy ofendido de que su amiga pensara por siquiera un segundo esa atrocidad.

-¡¡¡¿QUE TU QUE?!!!- le preguntaron los dos al unísono

-si por una estupidez que hice se llevaron a Draco a la cárcel, chicos tienen que ayudarme no sé qué hacer ¿cómo lo saco de ahí?- les dijo claramente desesperado

-no lo puedo creer y ahora en qué diablos te metiste por ese cretino Harry- le reprocho su amiga

-es que ese es el punto chicos, él no me hizo nada, yo fui quien le tendió una trampa, una estúpida e infantil trampa, y pues las cosas se salieron un poquito de control y ahora él está en la cárcel-intento explicarles mientras hacía gestos exagerados

-maldita sea la hora en la que se te  ocurrió fijarte en ese engreído, paliducho de Draco Malfoy- le dijo su amigo muy cabreado por toda esa absurda situación, Harry había caído muy bajo esta vez

-¡YA LO SE!- les grito- ahora si no van a ayudarme a sacarlo de donde lo metí entonces mejor me voy-le dijo claramente ofendido por la reacción de sus amigo    

-pues desafortunadamente hoy ya no podemos hacer nada, es muy tarde, tendremos que esperar a ver qué pasa mañana y tu aplasta tu testarudo e inmaduro trasero aquí y explícame detalladamente que idiotez hiciste para que encarcelaran a Draco-le espeto una Hermione aparentemente dolida por la situación de Draco, aunque a ojos de Harry era muy mala actriz y a leguas pudo notar que la desgracia del rubio le alegra el alma

 

 

Haber estado en ese lugar por dos días le sirvió, le sirvió para dejar de auto castigarse, para dejar de sentirse culpable, de todas formas era cierto que engatuso a Harry para sacarle alguno que otro provechito, pero bien que al idiota ese le gusto, así que por ese lado Harry no era ninguna víctima, estaba también la cuestión de los regalos costosos que el moreno le dio, pues bien, él le había devuelto hasta el último miserable centavo y con eso su deuda estaba pagada, estaban a mano, que si el moreno había sufrido, por el pues el también, o que creía ese, ¿qué no poder coger con otros aunque estuviera más buenos que ese cuatro ojos era divertido y fácil para él? Pues no, así que por ese lado también estaban a mano, lo que dejaba sin resolver el asunto de s encierro, eso también debía pagárselo, lo que menos quería era deberle algo a ese descerebrado, por eso cuando el oficial lo saco de la celda y lo dejo irse tras firmar una acta de compromiso y de ser sentenciado a unas horas de servicio a la comunidad, no pudo evitar el impulso, Harry estaba ahí, esperándolo, talvez el pago la fianza para que lo dejaran salir ¿eso lo detuvo? NO.

Draco salía por fin, lo estaba esperando afuera de la estación de policía, Ron y Hermione estaban a unos cuantos metros más atrás que él, apenas llegaban, por eso no pudieron hacer nada cuando Draco estampo limpiamente un puño en la cara de Harry que lo tiro al suelo, tampoco pudieron impedir que se le  tirara encima, y la acción comenzó, Harry le propino a Draco uno como el que él había recibido pero en la nariz, de la cual inmediatamente comenzó a brotar sangre, siguieron golpeándose, rodaron un poco y se volvieron a golpear, Harry no pensaba en nada, como esa vez en la que le hizo el amor, solo tenía tantos sentimientos  que necesitaba sacar que sentía que la única manera de hacerlo era desfigurando con sus puños ese rostro tan amado y odiado, cuando al fin un par de policías y Ron lograron separarlos los dos sangraban por varias partes del rostro, Brazos, e incluso Draco tenía algo entre un mordisco y un chupetón  en el cuello, cosa que sorprendió a todos, claro que eso no fue impedimento para que los encerraran a los dos por idiotas, por pelearse justo frente a la estación, lo bueno fue que no necesitaron patrullas ni esposas para eso, al menos Draco ya conocía el camino y solito entro otra vez a la celda de la que acaba de salir, como era de esperarse por la suerte que se cargaban los dos, los pusieron en celdas contiguas, así que sentados espalda contra espalda separados por los barrotes, con los golpes enfriándose, dejando relucir moretones he hinchazones y aunque Harry no lo sabía aun, también tenía algo entre un chupetón y un mordisco en el pecho, se dispusieron a hacer lo que debieron hacer desde el inicio Hablar, sinceramente y sin idioteces.

-pegas como Marica-le dijo Harry a un Draco que aún se apretaba la nariz conteniendo la hemorragia, por eso le causo gracia a Harry cuando le contesto 

-porque eso soy idiota-su voz salió gangosa-además tú también lo eres y bien que te gusta- dijo socarronamente

 -también eres un maldito mentiroso hijo de perra,  ¿ya te lo habían dicho?- le dijo este, sin siquiera un rastro de desprecio o algo que se le pareciera en la voz, ya no tenía rabia, eso era lo mejor de haberse ido a los puños con Draco, eso y que desde esa única vez en que habían hecho el amor no lo había sentido tan cerca, así que se sentía tranquilo

-haber dime cuando te mentí- le pregunto sin lograr sentirse ofendido por lo que el moreno le soltó, por alguna extraña razón eso de haberse dado sus tramacasos había sido lo correcto, eran hombres y cuando a los hombres no les funcionan las palabras, lo mejor era irse a los trompazos, al menos  eso creía el- además si yo soy un maldito mentiroso hijo de perra, tu eres un bastardo malnacido, haber,  de donde aprendiste esas mañas de andar poniendo trampas ¿de la novela de las ocho?-los dos rieron con ganas ante esa ocurrencia del rubio

-sí, ni yo me explico cómo se me ocurrió-dijo muy divertido-pero es que tú me tienes trastornado Draco- le dijo ya sin rastro de diversión en su voz

-por supuesto, ¿qué esperabas? Soy lo mejor de los mejor después de todo- le contesto recordando las palabras que el pelinegro solía decirle con tanta frecuencia

-pues tienes razón, ahora que lo pienso, tu nunca me mentiste, nunca me dijiste que me amabas o que estarías conmigo para siempre o alguna cursilería de las que yo solía soltarte-le dijo un poco nostálgico

-por eso te lo digo, yo no te mentí, omití algunas verdades  pero eso es diferente-le contesto este muy tranquilamente 

-¿omitir? ¿Qué omitiste?-

-que estaba asustado por ejemplo, de hecho esa fue la razón por la que me fui, ¿no creerás que me fui para dejarte en la cochina calle no?

-puff!! ¿Que? no como crees, yo nunca pensé eso de ti- le dijo con sarcasmo-tu nuca me diste razones para pensar tan feo de ti-

-bien, ya entendí, no debí vender todo e irme- admitió

-¿de que estabas asustado? ¿De que un día se me ocurriera regalarte la luna?- se rio de sí mismo

-oye-

-vale, vale, lo siento- pero es que no te entiendo Draco, yo estaba dispuesto a todo por ti, a dártelo todo a ti, y tú te fuiste así tan de repente, ¿asustado? asustado mis bolas-

-vaya este lado de camionero que te cargas no me lo mostraste- se rio

-no te mostré muchas cosas, porque tú no me diste la oportunidad- 

-lo sé, pero veras, la cosa es, que asustado no es la palabra, aterrado si, así me sentía, talvez lo que te voy a decir no sea suficiente razón para ti, pero para mí es muy importante-

-Ya déjate de rodeos Draco, dilo de una vez se me congela el trasero-le interrumpió al ver que el rubio se iba de nuevo por las ramas

-me enamore de ti- le soltó 

-ya, te enamoraste de tu novio, novio que por cierto te amaba y te aterraste ante esa inconcebible situación, por eso te largaste y me rompiste el corazón, tienes razón no es suficiente- le espeto disimulando muy bien  él cumulo de emociones que le bailoteaban en el estómago ante la confesión- ¿aunque sabes? Tiene su lógica, eres tu después de todo, mira que pasar por todo esto para decirme que me correspondías, si, solo de ti se podía esperar algo así, por cierto las celdas son lugares muy románticos y privados para…-

-Ya, ya entendí, pero es la verdad- lo interrumpió- nunca en mi vida me había pasado algo así, que quieres que te diga, yo era el que siempre ganaba en este juego así que verme atrapado por primera vez en mi vida no me gusto ¿sí? te dije que tal vez para ti no era suficiente razón, pero para mí es importante, tú me hiciste replantearme muchas cosas, ¿entiendes? No era solo  el hecho de enamorarme, si no, mi vida entera, empecé a ver que mi filosofía de vida, mi forma de hacer las cosas, de pensar y sentir ya no era la misma, que tú me cambiaste por completo sin que yo lo notara y sobre todo sin que opusiera ninguna resistencia porque me gustaba quien era cuando estaba contigo, eso fue lo que me aterro, que tu tuvieras tanto poder sobre mí-un silencio fue todo lo que siguió por algunos minutos

-Draco-lo llamo

-mmm-

-eres un imbécil- le dijo con un tono tan dulce que el rubio sintió el deseo de abrazarlo-¿crees que yo no cambie por completo cuando estaba contigo? Mejor dicho tú me cambiaste la vida, ¿acaso crees que fui el títere de todos lo que me gustaban? Claro que no, de hecho me parecía un poco a ti, era un carbón de lo peor-le dijo-pero a diferencia de ti yo no corrí, ahora entiendo, tú no eres un maldito mentiroso hijo de perra, lo que eres es un cobarde de primera-le soltó, Draco ya no contesto, la verdad duele dicen por ahí, y sí que dolía.

-bien, aclarado el asunto, vete al diablo hijo de perra- le dijo para luego levantarse e irse al otro lado de la celda dando por terminada a charla.

No sabía en qué momento se quedó dormido, lo único que sabía  era que le dolía hasta el pensamiento,    se levantó fijando su vista en la celda de al lado pero no se sorprendió de verla vacía, unos minutos después lo dejaron salir a él, esta vez nadie lo esperaba fuera de la estación.

-tu también vete al diablo maldito carbón- le dijo a la nada

 

 

Lo había aceptado por fin, había pasado por fin esa página tan tormentosa de su vida y estaba dispuesto a iniciar otra,  ese día en la estación tres meses atrás por fin dejaba ir su pasado, todo eso estaba tan claro como el agua ahora, todos esos sentimientos se apaciguaron desde ese día ya no le atormentaban y se sentí feliz por eso, entonces, sintió esa venita palpitar en su sien.

-espera-le dijo algo agitado

-¿qué cariño-pasa algo? Le respondió el atractivo hombre de mirada dulce

-sí, pasa que soy un completo imbécil y no aprendo- le dijo con mucho pesar, luego el chico recogió su camisa y se volvió a vestir, ante su impotente mirada, cuando el moreno de ojos miel se dio la vuelta para irse, él se llevó el puño a la boca y se mordió, no podía creer que lo estaba dejando ir, el chico se detuvo unos pasos antes de salir

-no puedo creer que me estés dejando ir- le dijo cuándo se volteo y vio a Harry con el puño en la boca en un claro gesto de   angustia, no reprimió la risa divertida que se le escapo

-créeme que yo tampoco- le respondió ya sin el puño en la boca, pero aun con la mirada de ternero degollado

-Debes amar mucho a esa Persona- le dijo el chico junto a la puerta

-así parece-le dijo cerrando los ojos con resignación- es un hijo de perra, pero parece ser que mi corazón no entiende eso y todavía lo amo- le contesto sonriendo

-es que tienes corazón de pollo Harry- le dijo el moreno y despidiéndose con la mano salió de ese lugar

-hay Draco, eres una maldición-

 

 

Tres meses y el aún vivía en el infierno, teniendo en cuenta que no podía cogerse a nadie ya ni pensar en volver a las andadas, así que tuvo que seguir, con el trabajo que aunque le gustaba, ganaba una miseria, lo justo para vivir, si, en el cuartucho que parecía una caja de fósforos, lo que el amor nos hace, se dijo suspirando, a unos libera a otros ilumina y a otros arruina como a él, pero ya que, solo esperaba que alguna especie de justicia divina se encargara de que el nuevo noviecito de su tormento le saliera impotente, con hemorroides o alguna cosa así, así le ganaría a la viada un poco de lo sentía había perdido por andar de idiota enamorándose del pendejo cuatro ojos, cuatro ojos que lo miraba desde la esquina antes de llegar a su “casa”

-no inventes-le dijo a penas se acercó

-si, a mi también e alegra verte- le dijo e pelinegro con una sonrisita

-no me malinterpretes no es que no me alegre verte pero, la verdad ya no tengo ganas de seguir aclarándote porque me fui- le dijo

-no, si no vengo a eso-

-ha, ¿no? ¿Entonces?- le pregunto extrañado

-¿puedo pasar?- le pregunto tranquilamente

-ha, sí, claro, pasa disculpa que este todo tirado apenas llego del trabajo-le dijo abriendo la puerta dejando que Harry entrara  Primero para luego entrar el  

-¿y bien? Le dijo cuándo el moreno se instaló lo más de confianzudo en su cama que era el único mueble en el cuartucho en el que vivía

-Draco, no puedo vivir sin ti y en vista de que no puedo rehacer mi vida con nadie y por supuesto eso implica que no puedo coger con nadie, pues vengo a que coger contigo- le soltó mirándolo como si le hablara de lo bonito que esta el día

-tu estas más chiflado que una cabra- le contesto el rubio aunque no pudo reprimir esa sonrisita que se instaló en su rostro- y yo que rogaba que al tipo con el que estuvieras cogiendo le salieran hemorroides- le dijo sentándose junto a Harry, rieron los dos

-es enserio, Draco, yo no sé cómo te las arreglas para estar siempre en mi corazón, sencillamente no puedo dejar de sentir esto que siento por ti- le dijo mirándolo a los ojos con toda la sinceridad de la que era capaz

-lo sé, lo mismo me pasa a mí,  Somos un par de pendejos- le dijo para después abrazarlo- te extrañe tanto -le susurró al oído, se separó un poco y tomado el rostro de Harry en sus manos le beso, un beso lleno de ternura- te amo tanto- le susurro en los labios

-mira que eres único Draco, tuvimos que  pasar por tanto, tuvimos que irnos a los golpes para que por fin dejaras de correr y pudieras decirme lo que sientes mirándome a los ojos- le dijo el también sobre los labios- mis amigos van a querer asesinarme cuando se enteren- dijo con lo que volvieron a reír los dos

-si preocupémonos por tus amigos después de coger una par de veces ¿vale?-le dijo para después besarlo sin una pizca de ternura, el calor se volvió a instalar entre ellos, como aquella vez

-Draco, sabes que no puedo coger contigo ¿no?-le dijo mientas le quitaba la chaqueta

-si lo sé, tú y tus cursilerías- le respondió el rubio desprendiendo la camisa del moreno- hazme el amor-le dijo y volvió a besarlo.

 

Eso era el cielo, pensó mientras se desperezaba,  por fin tenía la vida que se merecía, esta vez no lo iba a tirar todo por la borda como había hecho antes, porque esta vez sabía que lo importante no era lo que tenía, sino a quien tenía, y él tenía por novio a un maldito calenturiento que no podía esperar a que el despertara para andarlo manoseando, después de algunos besos y caricias por demás atrevidas el rubio se encontraba dándole mucho placer a su novio, quien sin poderlo evitar recordó esa canción que tiempo atrás había cantado,

-si tú supieras lo maldita que es tu boca- le canturreo al rubio mientras este movía su rubia cabellera de arriba abajo en su entrepierna, Draco al escuchar eso dejo lo que estaba haciendo  y se incorporó en la cama a la altura del pelinegro y con un arrebatador beso le sonrió después

-como me rompe el corazón, si tú supieras esos ojos como dañan como destrozan  mi ilusión- le contesto el también recordando la dichosa cancioncita,  luego de eso ya no hubo espacio para otra cosa que no fueran jadeos, besos húmedos y te amos entrecortados.

  

   

Fin 

Notas finales:

Bueno eso ha sido todo, espero que les aya gustado, espero sus rws que son el alimento de las musas ya saben, puede que algunas ya anden famelicas.

nos leemos en otra ocasion  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).