Era una noche de lunes, y dos personas se encontraban durmiendo en una habitación. El chico chino estaba abrazado protectoramente al coreano, mientras que este último sólo se quedaba allí, gustoso de su calidez. De pronto, se empezó a escuchar un sollozo infantil y el chico coreano se movió incómodo.
- Jackson... Yo ya he ido antes, te toca a ti...- Dijo más bien en sueños que despierto.
- Seguro que prefiere que vaya su mamá antes que su papá, te adora. - Se excusó pero entonces sintió un pequeño ronquido por parte de su gatito y supo que iba a ser él quien tuviera que ir a mirar al bebé.
Llegó hasta el y simplemente sonrió mientras le cambiaba el pañal. Era un precioso niño y Jackson cada vez que lo miraba no podía evitar ver a JaeBum en el, puesto a que era igual excepto en el cabello, el cual había heredado de su padre. Jackson sonrió cuando le vio dormir.
- Y pensar que todo empezó gracias a ti...-
JaeBum no podía creerlo. Había sido tan de golpe, de un momento a otro estaba con su compañero tranquilamente hablando y en el otro estaba en la cama de su habitación, con sus piernas en los hombros de su amigo, mientras sentía como preparaba, una y otra vez, su pequeña entrada. Gritó y su acompañante sonrió, sabiendo que había encontrado su punto dulce.
- Jack-Jackson...- Murmuró, completamente avergonzado. No es que a JaeBum no le gustara estar en esa posición, de hecho estaba ocultando su rostro sonrojado, pero Jackson era demasiado dominante para él, y antes de darse cuenta, estaba en esta situación.
- Jae... Voy a entrar... - Le advirtió, y justo en ese momento, el chico sonrojado observó cómo se iba a colocar un preservativo, pero le frenó.
- Quiero sentirte dentro de mí, Jackson. Quiero que te corras en mí. - Se sinceró, avergonzado. Por supuesto, él llevaba mucho tiempo enamorado del gato seductor, pero sabía que para Jackson sólo era una conquista más. Era por esa razón que quería sentirlo en su interior, al menos una vez.
Jackson se sorprendió cuando le escuchó pero después le besó.
- ¿Estás seguro?
- No debería pasar nada extraño, ¿verdad? - Preguntó él, algo preocupado. Jackson se quedó callado por un minuto. - ¿Jack-Jackson? -
- No debería. Y si sucede, entonces yo cuidaré de ti. - JaeBum se sonrojó un poco más y no tardó en notar como el gran miembro de Jackson entraba en él y comenzaba a moverlo de manera lenta, y aunque al principio se lo agradeció, luego le instigó por más. Comenzó a embestirle una y otra vez, haciendo que JaeBum gritara su nombre una y otra vez. Cuando Jackson sintió el cuerpo de Jae contraerse, sonrió y se acercó a él, besándole mientras apretaba uno de sus pezones, haciendo que JaeBum se descargara sobre sus estómagos con un -según Jackson- lindo gemido. El gato siguió un poco más hasta que se corrió dentro de Jae, tal como había querido su amante de una noche.
Jackson tapó a los dos y abrazó de manera protectora a su amante. Estaba nervioso, al día siguiente sabría si sus locas acciones sobre JaeBum tendrían algún resultado, lo que le asustaba y a la vez le esperanzaba. Si ocurría eso, tendría la posibilidad de convertir a JaeBum en algo más íntimo de lo que ya eran.
Al día siguiente, sintió que alguien le hacía cosquillas en su cuello y se despertó. Al principio se extrañó. ¿Por qué había un hombre con orejas de gato y cola en su cama? Luego, miró bien. No era un hombre cualquiera. Era... JaeBum. Jackson palideció. ¡Realmente sus acciones habían tenido resultado! ¿Cómo se lo iba a explicar a Jae? Se quedó mirando al chico durmiendo y Jackson pensó en que si antes ya era adorable, ahora ya rozaba la infinita ternura. Así que, Jackson frunció el ceño. Sabía cuanta gente había interesada en JaeBum y no estaba dispuesto a entregarlo, y menos ahora.
La siguiente hora, no fue muy divertida. Explicarle a JaeBum la transformación que había sufrido no era lo más divertido, sobre todo cuando esté paraba cada dos minutos, preguntándole que por qué no le avisó. Bueno, había sido irresponsable, pero muy en el fondo de su mente, quería que sucediera, así que, cuando el mismo JaeBum le dio la libertad de hacerlo, no dudó. Jackson suspiró, ahora tenía que explicar lo que era más extraño.
- Jae, tus orejas y cola no están en ti por nada. Todo tiene explicación.
- Sí, claro que lo tiene. ¡La explicación de que me folló un león y ahora todo el mundo lo sabrá! - Gritó indignado, cruzándose de brazos. Sin embargo, Jackson no tardó en tomar sus brazos y mirarle a los ojos.
- Jae... Esas orejas y colas... Son las que llevan las mujeres de la manada. - Explicó, haciendo a JaeBum sonrojar.
- ¡Q-Qué dejará que te corrieras en mí no significa que sea una mujer! - Se apresuró a decir, con un gran sonrojo.
- No, no han aparecido en ti por eso. Han aparecido en ti porque vas a ser madre. - Se sinceró y su compañero abrió los ojos demasiado sorprendido. Instintivamente, y sin darse cuenta, una mano bajó a su abdomen y Jackson también colocó una mano. - JaeBum, estás embarazado de mí.
- ¿Es broma?
- No. Por eso dije que si algo llegara a suceder cuidaría de ti.
Jackson le miró fijamente, pensando que JaeBum le golpearía, le recriminaría y le gritaría, sin embargo, nada de eso pasó. Sólo se quedó en silencio hasta que empezó a hablar, con voz agrietada.
- No-No puedo hacer esto, Jackson... Apenas tengo diecinueve años, no puedo tener un bebé, yo...- Explicó, de manera amarga mientras lágrimas comenzaban a caer por su rostro. Jackson se sorprendió, pero después besó al chico.
- Todo saldrá bien, Jae. No te preocupes. Tendremos ese bebé y aunque sólo tengas diecinueve años serás una madre increíble y perfecta. - Le dijo con sinceridad y por un momento, JaeBum se sonrojó. Madre. Iba a ser madre de un bebé. Eso le quedaba demasiado grande desde su punto de vista, pero a la vez sonaba increíble. La conclusión de todo esto era que estaba sonrojado mientras lloraba y a la vez sonreía mientras era abrazado por su amante.
Jackson suspiró mientras intentaba calmar a su gatito. Sabía que ahora JaeBum tenía características femeninas, tanto por su embarazo como por sus "nuevos añadidos", así que no le extrañaba que Jae se viera más sensible o sonrojado de lo normal, algo que no le acababa de disgustar, sino más bien al contrario.
Cuando por fin se calmó, Jackson no dudó en comenzar a darle besos por todo su cuerpo aún desnudo, mientras le hacía caricias, haciendo que el chico bajo su tacto se retorciera una y otra vez. Podía ser un gatito embarazado, pero eso no le iba a salvar de sexo salvaje con el león.
Cuando acabaron, -esta vez teniendo las precauciones necesarias-, Jackson abrazó a JaeBum de manera protectora y éste le miró directamente a los ojos.
- Jackson ... Nosotros... ¿Qué somos? - Preguntó con un tierno sonrojo, sintiendo su corazón contraerse. Jackson sonrió, aun a pesar de todo, el chico seguía teniendo dudas.
- Somos una pareja. - Dijo convencido, mientras besaba a su chico. - Una pareja. - Repitió.
Después de recordar el momento en el cual se enteraron que iban a ser padres, volvió a su cama, con una sonrisa orgullosa en su rostro. Volvió a abrazar a su pequeño gatito.
- ¿Ves como no necesitaba ir yo? También te adora a ti, Jackson... - Susurró, más bien en sueños. Jackson no pudo evitar reír. Que cosita tan adorable.
- Te puedo asegurar que ambos amamos y adoramos más a su madre. - Dijo sonriendo de manera orgullosa mientras le besaba en su frente.
Y con eso, durmieron los tres pacíficamente.