Más allá del amor
Se movió por décima octava vez desde que se había acostado (Hacia no más de 45 segundos) y cerró los ojos muy fuerte, sin desear abrirlos al saber lo que les esperaba en esa nueva posición.
Si los abría, volvería a llorar…
Si los habría…él estaría allí. Dormido…y abrazándole…aún así recordándole lo lejos que estaba de ser correspondido…
Inconcientemente sus ojos se abrieron y se concentraron en las marca…El nombre.
Estaba tan cerca que podía percibir lo remotamente posible que era el que fuera sólo para si…
“Beloved”Lo amaba, pero este sentimiento significaba tanto, tantas cosas que no podía comprender, que…simplemente…
Cosas en las que no concordaban. Punto.
Para Soubi, amar era una orden, un pedido de la persona a la que había amado. Porque por mucho que su hermano, Seimei, le hubiera lastimado, lo amaba y seguramente lo seguía amando.
Mientras él, Ritsuka, que era demasiado pequeño, demasiado inocente, para comprender ese amor, lo notaba en la mirada de “su” luchador al nombrar al antiguo sacrificio.
Lo notaba en la forma en que Soubi se aferraba a la imagen de Seimei, al recuerdo de este, que el menor despertaba.
Ritsuka tenía perfectamente no podía ser el reemplazo de Seimei, esto porque eran completamente diferentes. Él no podía convertirse en su hermano mayor por mucho que desease tener lo que Seimei siempre tuvo (La fortaleza, el carácter, el amor…la calidez extraña que, ahora sabía, era una mentira más).
Su vista se nubló por las lágrimas que trataba contener y creyó necesitar que Soubi lo soltara.
Si, eso necesitaba, que se fuera, que le dejara en paz, que dejara de torturarle con mirándolo como si fuera lo que no era.
No lo amaba...
Sólo...sólo estaba allí por Seimei...
Seimei, Seimei, Seimei...¿Por qué no estaba allí? ¿Cuál era la razón por la que su amado hermano mayor lo sometía a aquello? ¿Una prueba, una forma erronea de cuidarlo? ¿Qué era?
Era tan absurdo que la única persona que lo había protegido y cuidado fuese ahora la razón de sus celos, de su sufrimiento y aquel sentimiento de incomprensión que lo ahogaba...
Lo extrañaba...
¿Si el se hubiera quedado...habría amado o siquiera conocido a Soubi? No, lo más seguro era que no.
Y quizá hubiese sido mejor.
Quería pensar que todo estaría bien, que ese sentimiento se iría con el tiempo, pero no era así. No lo pensaba. Estaba seguro de que no sería así.
Soubi era Beloved, quien es amado. Por él y por muchas otras personas que se le habían cruzado...
Él no era especial, no era el primero ni sería el último...
Y, entre los brazos de su luchador, deseó desaparecer, como había hecho tantas veces en el pasado. En los brazos de su luchador sentía que le faltaba respirar...
Se deshizo del abrazo y le dio la espalda al otro que, despierto por la agresiva liberación de Loveless, lo miraba resignado.
La libertad que no tenía al estar con Soubi era precisamente el sentirse él mismo.
Era Loveless. Sin amor.
Nunca habría amor para él. Nunca le corresponderían de la manera en que quería.
...Seimei...
Lo seguía queriendo...Era su hermano. Y sin embargo, tenía algo contra él...porque el amor por Soubi era más grande que cualquier otra cosa.
Estaba seguro. Amar no era para él. Dolía demasiado...
------------------------------------------------------------
Tres días después Soubi lo había elegido sobre Seimei. Eso significando que traicionaba a su Sacrificio para proteger ¿a quién?
...A alguien que acababa de encontrar su nombre grabado la espalda, de lado derecho.
A alguien de quien estaba destinado a separarse cuando Loveless llegará, porque el que estaba ahora a su lado era simplemente Ritsuka.
-¿Por qué lo hiciste entonces?- Preguntó el más joven después de darle a él lo que estaba indispuesto a darle a su verdadero luchador.
Se volvió no comprendiendo muy bien la pregunta.
El chico entre sus brazos ya no trataba de alejarse, se mantenía muy cerca, muy calmado, lleno todo aquello que una vez pensó que nunca podría tener.
-¿Qué?-
-Amabas a Seimei-
-Aún lo amo-
-No entiendo- Confiaba en Soubi y no se movió aunque sufría infinitamente por esas palabras.
-Porque lo que yo siento no puedo llamarlo amor...Lo que sentía por Seimei lo llamaba amor. Lo que siento por ti va más allá de eso., Ritsuka...-
-Ya somos dos- Lo cortó, acomodándose aún más cerca del luchador.