Un pelirrojo iba caminando distraído por la calle, desde hace más de un año tiene un pequeño problema, bueno, tal vez no tan pequeño.
Siempre ha sido un hombre muy curioso que gusta de adquirír conocimientos y antigüedades para conocer las verdades que encierra este mundo, y esa ha sido su perdición, su hermano Koumei le había llevado a un pequeño bazar en donde vendían distintas curiosidades, estuvo admirando un buen rato sin que nada llamara su atención, hasta que la encontró, una sortija identica al contenedor de Zepar, pero lo malo no fue comprarla, el desastre vino a el cuando decidió colocarla en su dedo.
El pecoso le había perdido de vista por lo que decidió buscarlo, pero desesperado por no hayarlo decidió preguntar a un hombre que estaba muy cerca de el, alguien de cabello morado y hermosos ojos dorados.
-¿Disculpe de casualidad no ha visto a un hombre pelirrojo de ceño fruncido?
-Lo siento, no creo, pero si llego a verlo le aviso que le estas buscando.
-Gracias.
-Un placer.
El joven se marchó dejandolo solo, a pesar de que el peli morado había sido amable en realidad estaba confundido.
<<-Que extraño, ¿qué hago aquí? Se supone que yo ya...>>
Se quedó un momento admirando sus manos, para ser un espíritu estaba tan nitido, además alguien ya le dirigió la palabra, casi podía jurar que estaba vivo.
El chico de las eternas ojeras volvió a pasar por ahí, esta vez encontró a su hermano admirando sus manos confundido, se acercó a el.
-¿En dónde te habías metido?
-No se.
-¿Como que no sabes? No sueles hacer bromas.
-Pero es enserio, me puse esta sortija y luego...no recuerdo nada, me da un mal presentimiento, me la voy a quitar-intento zafarla de su dedo con delicadeza pero al notar que no obtenía resultados decidió poner cada vez más fuerza hasta el punto en que casi se arranca el dedo, pero por más empeño que puso esta no salió, se quedó mirando con recelo el objeto metálico en su anular.
-¿Que pasó? ¿Se atoró?
-No, ni siquiera me aprieta.
-No tiene sentido, si ese fuera el caso debería salir.
-Tampoco se lo que esta pasando.
-Creo que deberías hablar con la persona que te lo vendió.
-Estaba pensando lo mismo, vamos.
Y así fueron a donde había adquirido el objeto y como era de suponer ya no había nadie ahí, ambos sintieron un escalofrío no tenía ni cinco minutos y ya se habían ido, y era un puesto muy grande, sin duda un suceso paranormal, sin tener una solución a sus problemas, decidieron volver a casa, total, lo único que pasa es que no pueda quitarse el anillo, nada más ¿o no?
El mayor se la paso un buen rato en su despacho para buscar en varios libros alguna solución, pero esta no llegaba, fue cuando el peli rosa le dijo que bajara a comer.
-Enseguida voy Kouha, gracias.
-Es un placer En-nii.
De esa manera el oji rubí se dirigió al comedor, pero todos se sorprendieron al ver llegar a un hombre de cabello morado que lucía igual o más confundido que ellos.
-¿Y tú quien eres?-preguntaba hostil el oji rosa.
-Me llamo Sinbad.
-¿Eres amigo de En-nii?
-¿De quién?
Para la sorpresa de todos el oji miel se transformó en su familiar, de nueva cuenta este se veía confundido.
-¿Qué pasó? Otra vez no recuerdo nada.
Pero no hubo respuesta todos estaban pasmados, el más joven fue el que logró recuperar la compostura primero, después de todo es un poco extravagante.
-En-nii, creo que estas poseído por un espíritu.
-¿Un espíritu? ¿Por qué lo dices?
-Lo acabamos de ver, dijo que su nombre es Sinbad.
-A si que posesiono mi cuerpo a propósito.
-Sobre eso-interviene Mei-no lo creo, parece igual de confundido que tu.
-¿Enserio?
Frunció el ceño y decidió sentarse a la mesa, todos comieron en silencio a excepción de Kouha que no paraba de molestarle una y otra vez con el asunto, suerte que el pelirrojo le quiera tanto o ya le habría dado cuando menos un zape.
Los días pasaron lentamente y no encontraban solución al problema, Sinbad les había comentado que era un rey que vivió hace miles de años, por lo que naturalmente ya había fallecido, de lo que no tenía ni idea era del por qué su alma estaba en esa sortija, quizá de alguna manera había quedado atrapado ahí en el ritual de entierro, después de todo ese tipo de errores no eran extraños, ojalá hubiera cambiado el sistema antes de que algo así le pasara a el, solía contarle sus historias a los hermanos del pelirrojo y con el paso de los días, se tomaron mutuo afecto, así que también fue considerado uno de ello, un miembro de la familia Ren, incluso Kouen había desistido con eso de buscar una solución, después de todo no es que odiara la presencia del monarca, lo único malo, es que así como estaba jamás iba a encontrar pareja, pero era lo de menos, tampoco es que estuviera muy interesado...
O eso fue lo que pensó cuando pasado poco más de un año había tenido un par de citas y las chicas huían despavoridas al enterarse de su problema.
El oji miel decidió echarle una mano pues se había enterado de la situación por el siempre confiable Kouha, así que a la primera oportunidad que tuvo tomo el control de su cuerpo y salió a buscar una novia para ambos, como era de suponer no era fácil y no consiguió nada en esa ocasión, con una chica incluso tuvo que correr porque llamo a la policía diciendo que era un loco.
Pero si hay alguien terco en el mundo, es sin duda ese hombre, por lo que continuó con su búsqueda que nada más no iba a ningún lado, con el pasar de los días comenzó a sentir frustración, se sentó en un parque a descansar, cuando lo vio ahí vendiendo helados, un joven rubio de hermosos e hipnotizantes ojos del mismo color que los suyos, seguro es obra del destino, no esta muy seguro de si el dueño del cuerpo que habita es gay, pero por la época en la que le tocó vivir el no tiene ningún problema, así que se acerca a ese chico.
-Buenas tardes ¿de que quiere su helado?-le dijo con la más radiante sonrisa, si, definitivamente tiene que lograr que ese ángel sea novio de los dos.
-Lo dejare a tu elección.
El rubio le miro confundido, pero decidió hacer lo que le pidiera, hacia demasiado calor y el mayor se veía entre fastidiado y acalorado por lo que decidió darle una nieve de limón.
El peli morado se sorprendió al ver lo atento que era ese joven, sin duda quería que fuera su novio, cuando tomo su helado no pudo evitar rozar la mano del menor y notar lo suave que era su piel, este por su parte se ruborizó, pagó el helado y se quedó tomando las manos del muchacho de manera galante, este estaba apenado pues jamás le había ocurrido algo similar, pero la sensación de protección que le inspiraba ese hombre le hacia sentir muy bien.
El mayor se retiraba no sin antes pedir el número de ese chico pues quería tener una cita, sin saber ni como ni porque el menor accedió a darle su móvil, no, en realidad sabía porque, su intuición le decía que era un hombre diferente y el ya estaba cansado de la gente que miente y engaña, por eso quiere intentar algo con el.
El peli morado dejó pasar una semana pues no quería verse muy desesperado, pero cuando tuvo la oportunidad citó al joven, fueron a varios lugares como al cine, al parque de diversiones, a comer entre otras cosas, ha sido tan dulce y detallista con el, que el joven no ha podido evitar caer enamorado, lo ama con toda su alma, hoy llevan tres meses de haber comenzado una relación, y el rey le ha dicho que tiene algo muy importante que contarle, pudo ver miedo en su mirada lo que provocó que se sintiera inquieto.
Le citó en un acuario, todo se veía tan hermoso en compañía del ser amado que el menor sintió que podía morir de felicidad, poco a poco se fueron apartando hasta quedar en completa soledad, de la nada el mayor le miro con seriedad.
-Tengo que decirte algo muy importante Alibaba.
El menor trago duro, estaba tenso.
-Te amo-dijo si más, el chico casi se lanza a sus brazos, era la primera vez que se lo decía, pero esa seriedad en su rostro le impidió hacerlo-te amo pero...
-¿Pero?
-No se por donde comenzar, veras, este no es mi cuerpo, se que es algo difícil de creer, solía ser un rey de la antigüedad, pero mi alma fue atrapada en esta sortija-señalandola-y he terminado por posesionar el cuerpo de un inocente, me gustaría que le conocieras, y si te gusta, fueras el novio de los dos.
Para su sorpresa el rubio le miraba decepcionado y las lágrimas comenzaban a resbalar por sus mejillas.
-¿Qué sucede?-preguntó el mayor consternado.
-Me han mentido y herido muchas veces, pero esto...¡No tenías que burlarte así de mi!-se toma del pecho con desesperación-¡¿Sabes lo mucho que duele?!!! ¡Yo de verdad te amo! ¡Si no querías nada conmigo simplemente lo hubieras dicho! Lo hubiera entendido tarde o temprano...pero esto...
-¡No te mentí!
-¡Ya deja de hacerme daño!! Por favor...
Parecía que el rubio caería al suelo en cualquier momento, por lo que el peli morado le tomo entre sus brazos.
-Déjame ir...
-¡No hasta que entiendas que te amo y que lo que dije es verdad!!
-Pero yo no...
Sin más el mayor unió sus labios en un dulce beso, el joven no entendió su proceder, si ya no lo amaba ¿por qué hacia algo como eso? Cerró los ojos para disfrutar el momento, aún sentía que lo había herido y se burlaba de el, pero lo amaba tanto, con ese tipo de pensamientos en su mente notó que su amado dejaba de besarle por lo que abrió los ojos, pero la verdad impactó en su cara al encontrar a un pelirrojo en lugar de su amado, y para variar este inspiraba terror.
-¡¿Eeeeeeeeeeeeeeeehhhhh?!!!
Debido al fuerte grito el mayor no pudo evitar soltarle, por lo que cayó de lleno al piso, el pelirrojo se acercó y le tendió la mano para ayudarle a pararse.
-¿Estas bien?-preguntó con seriedad.
-Si, es solo que me sorprendí, estaba con Sinbad y...
-Oh ¿así que tu eres su famoso novio?
-¿Eh?
-Se supone que el es un gran rey, no se que te vio.
El menor enfureció, un tipo que le es por completo desconocido le ha insultado, pero peor aún a su amado.
-¡No sabes nada de el! ¡No lo insultes!
-Claro que se de el, le conozco por medio de mis hermanos desde hace más de un año.
-¡Pero jamás has hablado directamente con el!! ¡No te atrevas a jugarlo sin más!!!
El mayor no pudo evitar reír, por lo que dejó en shock al menor.
-Claro que se que es una buena persona, y también me han hablado de ti Alibaba, me dijeron que eras interesante y quería probarlo por mi mismo, tenían razón, eres un idiota.
-¡Oye!
-Bueno, creo que quiere hablar contigo, los dejo solos, algún día volveré para reírme de ti.
-¡Patán!!!
Pero el oji rubí se había ido y el insulto le tocó al monarca.
-¿Tanto te hizo enojar la verdad?
-Ah no...es que...¡ese pelirrojo!
-Oh, se llama Kouen, es la persona dueña de este cuerpo, ¿sabes? Así como lo vez, ha tenido una vida muy difícil a causa mía, pero no me culpa, se más que nadie que tiene el deseo de entregar su corazón, pero como habrás notado nuestra situación no es muy sencilla, todas las mujeres huyen de el al enterarse de la verdad, trate durante mucho tiempo conseguirle una novia, y fue cuando te conocí, entiendo que no eres una chica y que estoy mezclando mis gustos personales, pero en verdad te amo, y nada me haría más feliz que fueras el novio de los dos, solo alguien como tu puede entendernos y brindarnos su amor.
El joven se lanzó a los brazos de su amado y este le tomo con fuerza.
-Te amo Sinbad, y haría cualquier cosa por ti, pero amarlo a el es diferente, siento que me odia y no creo que podamos entendernos.
-No te odia.
-¿Eh?
-Si reaccionó así, es porque llamaste su atención.
-¿Eh?
-Casi puedo asegurarte que le pasa lo mismo que a mi la primera vez que te vi, eres irresistible.
-Jamás he tenido suerte para el amor.
-Eso es extraño, nunca había visto a alguien como tu, te pareces tanto al sol que eres hipnotizante.
El menor se sonrojo.
-Lo intentaré...pero que quede claro que lo hago por ti.
-Gracias mi amor.
Volvieron a besarse con ternura para separar sus rostros y mirarse un momento.
-Nos vemos muy pronto Alibaba.
-¿Eh?
Cuando se dio cuenta su amado había vuelto a ser el fastidioso pelirrojo, le había prometido al monarca intentarlo, pero solo ver esa cara que le miraba con burla fue suficiente para darse la media vuelta y huir del lugar, pero para su mala suerte ese hombre le seguía.
-¿Qué quieres? ¡Deja de seguirme!
-Eres un idiota.
-¡¿Quieres dejar de insultarme?!
-Solo si dejar de hacer idioteces, si estamos en el lugar que creo llegaste en auto, si te vas así ¿cómo piensas regresar si aquí no pasan autobuses ni taxis por ser propiedad privada?
-Puedo caminar.
-Solo si quieres llegar mañana.
-Uh.
El menor detuvo su loca carrera para quedarse parado sin más, no quería ver el rostro del otro porque seguramente se estaba riendo, pero cuando logró verlo de reojo, se dio cuenta de que no era así, por lo que decidió aceptar su propuesta de llevarle a casa, ya en ella el rubio se dio un baño y se tiro en la cama, tenía mucho en que pensar.
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Pasaron seis meses de extraña convivencia entre los tres, los momentos que pasaba con Sinbad, eran inolvidables, y cada día le amaba más, pero Kouen era otra historia, se la pasaban peleando todo el tiempo, y aún así el pelirrojo le pidió ser su novio, lo peor de todo, estúpidamente había aceptado y todo por la promesa que le hizo al mayor, ahora es el novio de los dos, y si bien es cierto que ama como loco al oji miel, el pelirrojo ha sabido meterse poco a poco en su corazón.
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Vaya que la actitud del insolente chivo ha cambiado mucho en estos dos meses que llevan de novios, si bien continúa molestandolo, al menos le trata mejor, mucho mejor, ha terminado por enamorarse de el, pues es un hombre inteligente y muy interesante, mientras que al rey lo admira por su fortaleza y perseverancia, cuando el amor se burlaba todo el tiempo de el, no imaginaba que le mandaría a dos seres tan maravillosos para compartir su vida, pero no recuerda otro momento en el que haya sido más feliz.
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Han pasado dos años desde que se hiciera novio de ambos, y vaya que la vida ha sido maravillosa desde entonces, aunque sigue llevándose mejor con el peli morado, ama con intensidad al oji rubí, no puede dejar de pensar en ellos, y ellos en el, más aún cuando en este momento se encuentra en la cama con Sinbad, será la primera vez que lo hagan, y no puede evitar gozar cada una de las caricias que este da por todo su cuerpo, voltea a mirarlo para decirle cuanto le ama y se sorprende al ver al pelirrojo.
-¡¿Kouen?!!
-Si el puede, yo también-dijo con seriedad.
El rubio solo sentía las caricias de su otro amado y aunque era extraño este tipo de vida, podría terminar por acostumbrarse, pues les ama a ambos con todo su ser, en ese momento sintió una mano en un lugar incómodo, sin duda Kouen es más directo.
-¡Aaaaaaaaaaaaa!!!!-grito por el miedo que aún le inspira el mayor.
-No seas dramático Alibaba.
Sin duda iba a ser difícil acostumbrarse, esa mano continuaba haciendo movimientos cada vez más rudos...¡Muy difícil!