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Prohibido por cristinita9509

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Akira Toriyama. Esta historia esta hecha sin fines de lucro.

Notas del capitulo:

Estoy viva!!!!!!!

Por fin llegaron las vacaciones xD aunque desde hace una semana que salí. Lamento tanto la ausencia.

:v Abajo doy más aclaraciones, por el momento disfruten de esto.


-¡Papá!- Esa vocecilla llegaba a sus oídos con claridad, hasta ahora había estado tomando una pequeña siesta, relajándose del `trabajo´ que hacía.


El pequeño volaba, acercándose mientras que sus manos no soltaban aquello que parecía el almuerzo de su padre.


-Hola Goten.- el mayor se estiraba mientras su hijo dejaba las cosas a los pies del de cabellera alborotada.- Que bueno que viniste, ya comenzaba a tener apetito.


Goku abrió aquel almuerzo, el olor se dispersó en el aire en ese mismo instante, la carne condimentada, el arroz cocido, los fideos en salsa y más, dejaban escapar su aroma llegando a las fosas nasales de ambos pelinegros.


El mayor se disponía a comer, pero un ligero gruñido fue captado por sus oídos. Al mirar al frente, vio como el menor, con ambas manos tocaba su barriga. Esa imagen era demasiado para Goku, quien al instante sonrió y le ofreció al pequeño comer de sus alimentos.


Aparentemente el menor no había comido el almuerzo aun, y a pesar de no ser una gran cantidad lo que le mandaron al de cabellos alborotados, Goku no dudo ni un segundo en compartirlo con su hijo.


No hablaban mucho mientras comían, sin embargo el silencio no era para nada parecido a la incomodidad, al contrario, era algo acogedor.


Ahora sólo eran él, Milk y Goten, ya que Gohan se había hecho cargo de comenzar a formar su propia familia. No es que no lo extrañase en casa, claro que lo hacía de vez en cuando, pero no es como si no estuviese acostumbrado a su ausencia, después de todo pasó muchos años muerto y por lo tanto se mantuvo alejado de sus seres queridos.


Continuaban comiendo tales platillos deliciosos que la mujer había preparado. Se parecían mucho, comiendo de forma desesperada por el hambre e incluso dejando algo de arroz alrededor de la comisura de sus labios.


Por inercia, el mayor limpio con su mano los granos de arroz en el rostro del pequeño, llevándoselos a la boca. Un acto inocente a parecer del menor, sin nada más que la intención de limpiarlo.


-Bueno Goten, debes regresar con tu madre. Yo iré más tarde, terminaré aquí y entrenaré un poco.


-Esta bien. Entonces nos vemos papá. - el pequeño le obedecía sin rechistar, pues le queria mucho, un cariño que no había experimentado por los años de ausencia que se habían acumulado a lo largo de su corta vida.


Al desaparecer de ahí el menor, Goku pensó en retomar sus tareas, sin embargo miraba con extrañeza su mano, aquella la cual había tomado esos granos de arroz del rostro del pequeño, un cosquilleo persistía en ella.


Quiso dejar de lado eso, pensaba en la posibilidad de que la mano estaba entumecida y que eso causaba el cosquilleo, pero eso no explicaría la extraña aura de exagerada ternura que noto en su hijo al verlo con hambre. Ladeaba la cabeza, debía ser normal verlo así, era un pequeño con hambre, era obvio que eso le pareciera tierno.


Pero... ¿Alguna vez algo le había parecido tierno? Ni siquiera recordar de pequeña a quien ahora era su mujer le causaba tal ternura. Y lo que sintió por Gohan siendo pequeño tampoco se comparaba, quizá era por el hecho de que a su hijo mayor lo tuvo entre sus brazos desde el momento que nació hasta una etapa donde el joven ya podía recordar. 


Dio una gran bocanada de aire dejándolo salir con pesadez, no le daría más vueltas al asunto. Asi que se dedico a terminar el trabajo para después poder regresar a su hogar.


El cielo comenzaba a tornarse rojizo, pues el sol estaba ocultándose. Goku volaba tranquilo dejando que la brisa fresca chocara con su cuerpo.


Llegando a su hogar, fue directo a la cocina ya que olía lo que sería la cena.


-Me alegra que llegues Goku. Ya casi está la cena pero antes, por favor date una ducha y díselo también a Goten.- la pelinegra estaba revolviendo algo en una de las tantas ollas que se encontraban en el fuego.


-De acuerdo. ¿Dónde está Goten?


-Debe estar en su cuarto.


El de cabellera alborotada caminó por la casa hasta llegar al cuarto del pequeño, tocó pero no hubo contestación, así que decidió abrir la puerta.


Aquella imagen caló en lo más profundo de su ser. Goten dormía plácidamente en el suelo, se había quitado la mayor parte de su ropa quedando con una camisa ligera y su ropa interior mientras se encontraba en posición fetal abrazando una almohada. Se notaba su respirar calmado y sus facciones relajadas; hermoso, esa era la palabra que sin querer le pasó por la cabeza al mayor.


Inhaló hondo y se acercó, zarandeando un poco al pequeño.


-Goten, despierta. - le hablaba con suavidad, el pequeño fruncía el ceño para después parpadear repetidas veces hasta despertar. Dio un largo bostezo y miró a su padre.


-¿Qué sucede papá?- frotaba su mano en sus ojos. El mayor lo cargó, pues lo veía medio dormido todavía.


-Vamos a tomar un baño antes de cenar.


El pequeño no objetó nada, Goku por su parte con un brazo buscaba ropa para el menor, mientras su otra mano estaba ocupada por seguir cargándolo.


-¿Nos bañaremos afuera?


-No, será mejor que lo hagamos adentro, así será más rápido.


Después de haber buscado algunas prendas de vestir de su hijo, fue a su habitación y recogió las suyas para después ir directo al baño.


Bajó a Goten y comenzó a desvestirse, su hijo lo imitaba. La diferencia de musculatura en sus cuerpos era demasiado evidente pues Goku era un adulto que llevaba años entrenando su cuerpo.


El ambiente era normal entre ellos, al menos hasta el momento de meterse a la tina.  El pequeño era muy juguetón y se le pegaba mucho a su padre, ese pequeño cuerpo se movía de un lado al otro. Goku le hacía cosquillas como de costumbre pero, esta vez, su piel se erizaba con cada roce que sus dedos daban al cuerpo del menor.


Una sensación bastante interesante. Su cuerpo no reaccionaba por completo, pero si sentía algo, algo que el mayor no comprendía. ¿Es normal sentirse así con su hijo? No lo sentía normal, pero tampoco lo veía tan extraño.


Salieron de la tina, inmediatamente secaron sus cuerpos y se vistieron para poder ir a cenar.


No es que las charlas con la pelinegra no le interesaran, pero Goku no estaba realmente haciéndole tanto caso, sólo comía mientras pensaba en aquel cosquilleo que su cuerpo le brindó en la tina. 


La noche pasó sin más, la mente del mayor se relajó con el sueño, sentía los delgados brazos de su esposa rodeándolo. No la rechazaba pero tampoco le brindaba algún gesto que correspondiera a aquellas muestras de afecto. 


Al despertar, estiró su cuerpo y se dio cuenta de que no era el único fuera de la cama.


-¿A donde vas Goten? - el pequeño dio un pequeño salto al escuchar la voz de su padre tras él. Tragó fuerte y se dio media vuelta para mirarlo.


-Ahhh...yo voy a ver a Trunks.- Agachó su cabeza fijando la mirada al suelo, sentía pena por ser atrapado escabulléndose.


Goku sintió una extraña sensación en su ser, no es que estuviese enojado, era una pequeña escapada que su hijo hacía, pero escuchar que era para ver al peli lila, de algún modo logró hacer que su cuerpo temblara y sudara frío por un enojo del cual no sabía por que se producía.


Se forzó a sonreír, no tenía intenciones de regañar a su hijo, por lo que tuvo una idea mejor.


-Ya veo. Me parece buena idea. ¿Qué te parece si te acompaño? Así si tu madre se da cuenta de que no estas, puedo asumir la culpa.


-¿De verdad?- el pequeño sonrió al ver como su padre asentía.


Goku emprendió vuelo junto a su hijo sin siquiera haber tomado algo para desayunar. Su actuar era extraño hasta para él, Goten iba alegre, pensaba en lo mucho que se divertiría con el peli lila.


No tardaron en llegar a la Corporación Cápsula; Trunks esperaba a su amigo en el jardín, según él había sido discreto, pero Vegeta ya lo había visto desde lejos.


-Me alegra que hayas llegado Goten. - el pequeño fue a saludar a su amigo, Goku se posicionó frente a ellos.


-¿Qué es lo que piensan hacer tan temprano?- la pregunta salió casi de inmediato de sus labios y sin querer las palabras habían salido con algo de brusquedad.


-Veremos a una familia de dragones. - Goten hablaba entusiasta, con aquella sonrisa risueña que de nuevo movió algo en el interior del mayor.


Otra vez, esa sensación de calidez y extraña alegría llegaba a él. Su corazón había estado bombeando rápidamente, sentía como su respiración se agitaba y como sus manos sudaban un poco.


Lo primero que le llegó a la cabeza era no dejarlos solos, no es que no confiara en que no podían cuidarse, pero sentía que dejarlos solos le provocaría una gran preocupación.


-Kakaroto.- esa voz llena de seguridad lo regresó a la realidad, volteando para ver parado a Vegeta.


-Vegeta, hola. - su voz temblaba, estaba nervioso, no por la presencia del príncipe, más bien por el hecho de que sentía como los menores comenzaban a elevarse tratando de salir de ahí.


-¿Qué haces aquí?


-Yo...pensaba acompañar a los chicos y...- muy tarde, Trunks tomó de la muñeca al joven pelinegro y se fueron volando lejos de ahí. Dejando en el mayor una sensación de vacío y un extraño ardor en el estómago.


-Por lo que veo, ellos no querían tu compañía.  Si no tienes nada mejor que hacer, acompáñame.


Vegeta caminaba a paso seguro, el de cabellera alborotada lo siguió después de unos segundos. 


-Es temprano, así que supongo no tienes inconvenientes para entrenar conmigo. - iban directo a la cámara de gravedad.  No es que Goku no sintiera entusiasmo por entrenar con Vegeta, pero, saber que su hijo estaba asolas con el peli lila, le causaba una ebullición de sentimientos.


-Sólo por un rato Vegeta, debo regresar con Milk. - hablaba con desgano, cosa que no pasó ir alto el príncipe quien de inmediato lo miró inspeccionándolo.


-¿Qué demonios te sucede Kakaroto?- su ceño a pesar de estar fruncido se notaba un poco más relajado de lo normal. No queria admitirlo pero sentía una pequeña, pero para nada insignificante, pizca de preocupación por el de cabellera alborotada.


-No es nada. Sólo que no he desayunado.- trataba de regalarle una sonrisa pero ésta de veía algo forzada.


-¿Qué tratas de ocultar? - era obvio que Vegeta no le creía, el saltarse el desayuno no era razón de un comportamiento como ese.


Caminó acercándose al menor, lo tomó de la muñeca y lo metió a la cámara de gravedad, cerrando de inmediato la puerta.


Recordó que su esposa había instalado cámaras ahí dentro por lo que se encargó de destruirlas todas junto con los pequeños y casi para nada visibles micrófonos.


-Kakaroto, te ves patético, triste y depresivo. Me encanta esa vista pero necesito entrenar, así que de una buena vez dime que te sucede. - su hablar era serio y firme. Goku lo miró sorprendido, no esperaba que el príncipe actuara así.


-Ya te dije, es que no he desayunado.


-¿Acaso me crees idiota? A ti te pasa algo así que deja de mentir y dímelo ya. - se comenzaba a impacientar, entre más rápido supiese el problema más rápido se daría una solución y podrían entrenar.


-Yo no pensaría eso de ti Vegeta.- el más joven dio un suspiro y se sentó en aquel piso frío. Agachó la mirada, estaba realmente confundido. ¿Qué sucedía con él? Se estaba dando cuenta de lo extraño que era mirar a su hijo de forma extremadamente radiante. Dio un suspiro pesado sin dejar de mirar el suelo. - Lo que me sucede es que...¡Ahhh! No se como explicarlo. Es extraño, ni siquiera yo me entiendo.


Vegeta arqueó una ceja ante tal comportamiento del menor. ¿Qué rayos le sucedía para que se comportase así? Sin embargo no lo interrumpió, esperando que acomodara las palabras.


-Vegeta ¿Qué significa que el corazón se acelere cuando miras a alguien? ¿Es normal ver a una persona de forma radiante?


El mayor lo miraba fijamente, cada palabra que pronunciaba Goku la soltaba con preocupación, con temor a saber las respuestas.


-" Se que significa Kakaroto. Con un demonio, me siento así cuando estas frente a mi. Maldita sea. ¿Quien te provoca eso? ¿Acaso esa estupida terrícola?"


Lo miraba entre enojado y triste, cosa de la cual Goku no se dio cuenta. Quedándose callado, esperando que el príncipe le dijera algo.


-A mi no me interesa como te sientas al ver a tu esposa. Te dejas llevar por esos sentimientos de los humanos, es normal si sientes algo por ella. - el príncipe en todo momento asumió que hablaba de aquella pelinegra, escupiendo las palabras con algo de odio en ellas.


-Es que...no pasa cuando estoy con Milk.- Goku comenzaba a entender. No era algo normal, para nada. No era la primera vez que sucedía que al ver a su hijo lo notase risueño, incluso podría decir brillante. Pero siempre pensó que eso era normal. Las cosas habían empeorado desde el dia anterior, pues el cosquilleo al sentir la nívea piel de su hijo era agradable.


Por su parte, Vegeta al escuchar eso abrió hasta más no poder los ojos. ¿Acaso Goku sentía algo por otra persona? ¿Podía tener alguna esperanza?


-Kakaroto...- se acercó al susodicho, quedando parado frente a él provocando que Goku levantase la vista.- ¿Quién te hace sentir así?


Ni siquiera él sabia porque soltó esa pregunta; curiosidad, una muy peligrosa. Goku quedó en silencio, temiendo decir el nombre de su hijo, recalcando en su mente eso, era su hijo.


-Ahh...yo...- sus labios temblaban, los apretó para no dejar escapar aquel nombre. Se levantó quedando parado viendo a Vegeta y regalándole una pequeña pero triste sonrisa. - Gracias por escucharme Vegeta.  Me tengo que ir, entrenaremos después. - el de cabellera alborotada colocó sus dedos en la frente, y desapareciendo de ahí antes de que el príncipe pudiese decir algo.


Se encontraba en su habitación, había seguido la presencia de su esposa. Ella continuaba durmiendo, removiéndose entre las sábanas buscando algo del calor de Goku.


Él la miró con tristeza, lleno de culpa. Se acercó para acariciar aquella cabellera que se mostraba suelta.


No derramaba lágrimas, pero eso no significa que no lo deseara. Querer a su hijo de tal forma estaba mal, ahora entendía que no era algo que él debería sentir. Para colmo sentía que traicionaba a aquella mujer que lo había apoyado en cada situación en la que se metía.


-Perdón...- esa palabra se dispersó en el aire junto con sus sentimientos, aquellos que decidió guardar y procurar no dejarlos salir para no lastimar a nadie.

Notas finales:

Espero les haya gustado. Creo que es la primera vez que hago un one shot sin lemon :v pero me pareció conveniente.

 

Me sentí mal por dejar a Vegeta con la duda de saber si tenía posibilidades. Y respecto a Goku pienso que esa reacción puede ser lógica, sabe que Goten es su hijo y que no es algo en lo que un padre pueda meterse :v algo como querer tocarlo o casas así.

Si tienen algún comentario se los agradecería. Decidi subir esto antes porque es mi forma de pedir disculpas por la tardanza xD

Hoy es viernes aquí, el domingo traeré dos actualizaciones.

Un amor que florece y Bizarro.

Lo más probable es que el lunes tenga el de mi postre favorito.

Ya cuento con más tiempo. Y bueno xD espero el otro fandom no me absorba tanto. (¿A alguien le gusta el Cherik? :'v digan que si)

Bueno, me despido mis amores.

Nos leemos.


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