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Criaturas sobrenaturales (Xiuhan) por exolove1

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Notas del fanfic:

XIUMIN DEMONIO Y ACTIVO

Caminó por las oscuras calles de Seúl a pasos rápidos, siendo de noche y las calles nada seguras. No es que fuera un cobarde, pero le gustaba vivir en lo seguro y no era de experimentar cosas peligrosas, él en su comodidad estaba perfecto. Luhan miró a ambos lados de la silenciosa calle, teniendo un mal presentimiento. Maldita seas la universidad, maldito sea el profesor y malditos los trabajos por los cuales se tuvo que quedar hasta tan tarde en la biblioteca con un compañero de clase.


-Y es por esto que dijo que podríamos haber terminado el trabajo otro día –Murmuró Luhan de mal humor. –Con lo que odio pasearme por estas calles a oscuras.


No sería la primera vez que le atracaban. Luhan parecía ser una fuente de problemas de por sí, si contaba las veces que había sido atracado, una vez amenazado de muerte – un ex novio loco que no aceptaba la ruptura – y a saber que otras tantas cosas más. Luhan pensaba si tenía algún tipo de imán que atraía esa clase de problemas en su vida, porque si era así, tendría que buscar la manera de quitárselo o desactivarlo.


Bastantes problemas tenía él con la universidad, las chicas acosadoras dentro de esta al ser popular y los malditos trabajos.


-Vamos, un poco más rápido –Se dijo a sí mismo.


Presintiendo de nuevo algo malo, cambió de calle, decidiendo hacer un rodeo para llegar a casa, aunque tardara un poco más, mientras el mal presentimiento se fuera. Pasó por un oscuro parque, solitario salvo por unos lejanos adolescentes que reían como locos, seguramente de fiesta y es que esas calles no eran lo mejor de Seúl.


Siguiente cosa que hacer, mudarse a una casa que no estuviera cerca de las calles más bajas de la ciudad.


Escuchó, de pronto, un gemido. Un gemido de dolor, mejor dicho. Casi por instinto y algo asustado, paró el camino y miró a su alrededor, buscando de donde podría provenir ese quejido. A pesar de estar a oscuras, las luces de las farolas iluminaban lo suficiente como para que Luhan viera, a unos pasos a la derecha, entre los matorrales, el cuerpo de una persona. Normalmente uno se alejaría, pero como en las películas de terror, Luhan se acercó lentamente hacia el cuerpo de la persona, guiado por la curiosidad.


La curiosidad mató al gato, se recordó, pero se hizo oídos sordos a sí mismo.


-Es un...


Era un niño. Bueno, niño no, pero sí adolescente, quizás unos quince años. Preocupado, se arrodilló frente al chico, inconsciente, que estaba en el suelo sangrando. Sabía que estaba vivo por el color de sus labios, así por la suave respiración de este, aun así, presionó sus dedos en el cuello, comprobando que su corazón latía. Sí, vivo. Miró su rostro, con facciones aniñadas, de chico lindo, mejillas regordetas que daban ganas de morderlas y a Luhan le recordaban a los Baozis, unos bollos al vapor que le encantaban de China y su madre le traía siempre que venía de visita a Corea.


Luhan pensó, lo correcto sería llamar a la policía y quizás a una ambulancia, pero teniendo en cuenta que estaban en los barrios bajos de Seúl, que los que hicieron aquello le descubrieran sería mala idea. Luhan no era la personificación de la valentía, pero tampoco lo era de la insensibilidad y ese chico le daba pena.


Suspirando, miró a su alrededor, observando el grupo de adolescentes a lo lejos. ¿Habrían sido ellos?


-Supongo que haré una estupidez por primera vez en mucho tiempo –Se dijo a sí mismo.


Cogió al chico en brazos y lo llevó al estilo novia, sabiendo que su casa estaba cerca. Caminó con el chico en brazos unos cuantos minutos más e hizo maniobras para abrir la puerta con el chico inconsciente en brazos. Una vez en casa, encendió la luz haciendo de nuevo maniobras y fue a la habitación de invitados, donde posó al chico en la cama contemplándolo mejor con la luz. El chico tenía cabellos anaranjados, era bastante lindo.


-¿Qué hago yo contigo? Alguien te estará buscando, supongo.


Lo divertido de todo era que estaba hablando con alguien inconsciente, como si le fuera a contestar. Suspiró, ese chico sin nombre al cual apodaría en su mente Baozi – por algún nombre tenía que llamarlo – debía de ser tratado, esas heridas corrían el riesgo de infectarse y eso no podía ser, además, estaba sucio – Olía mal, para que suavizarlo – y tendría que darse una ducha.


-Ale, me toca a mí todo el trabajo.


Fue al baño donde sacó un botiquín con cosas necesarias para tratar a una persona y volvió a aquella habitación. Sentándose en la cama con cuidado, cogió la cabeza del chico adolescente y puso el algodón con agua oxigenada en la herida, agradeciendo mentalmente que el chico estuviera inconsciente y no sintiera el dolor. Trató las heridas del rostro y revisó, desnudando al chico hasta dejarlo en ropa interior, si tenía otras heridas, descubriendo algunas en sus brazos y piernas que trató.


Cubrió las heridas y vistió al chico con ropa de él, que le quedaba algo grande, y lo tapó, apagando la luz de la habitación antes de irse pero dejando la puerta abierta, dirigiéndose a la cocina para hacerse algo de cenar e irse él a la cama, mañana también tenía universidad.


.


.


.


Luhan despertó por el sonido del despertador, apagándolo rápidamente y maldiciendo en chino, estando poco despierto como para no saber en qué idioma hablaba. Solía pasarle a menudo y su mejor amigo, Jongdae, se burlaba por eso a menudo también. Recordó, entonces, lo sucedido el día de ayer. Trajo a un adolescente a su casa porque estaba herido y lo dejó en la habitación de invitados.


Alarmado por si estaría despierto o no, se levantó de la cama, se puso un pantalón al haber dormido en bóxers y caminó hasta la habitación donde dejó al chico, encontrándolo sentado en la cama mirando todo con impresión.


-Eh –Le llamó la atención, el chico se le quedó mirando fijamente, con seriedad –Veo que has despertado. Ayer te vi herido.


El chico guardó silencio y movió la cabeza asintiendo. Luhan se preguntó si el chico era mudo, o no era de hablar demasiado.


-¿Entiendes cuando te hablo? –Quiso asegurarse. Baozi asintió rápidamente con la cabeza, Luhan se relajó -¿Puedes hablarme? – Y Baozi negó haciendo un pequeño puchero.


Qué lindo, pensó.


-Bueno, pues soy Luhan –Se presentó –Te encontré ayer herido en un parque y te atraje a mi casa para desinfectar las heridas, estaba preocupado porque no sabía qué diablos podría haber pasado para que alguien como tú acabara de esa manera.


Baozi le miró con ojos curiosos, algo extraño en esa mirada también había, y le sonrió, quizás como modo de agradecimiento. Luhan pensó, sería difícil mantener una conversación con él si no hablaba.


-Bien, algo tengo que hacer contigo... -Murmuró -¿Quieres que llame a la policía y te lleve con tu familia?


De repente, Minseok negó con rapidez, incluso movió las manos para hacerlo asustando a Luhan, el cual corriendo lo tranquilizó diciendo que no, que no iba a llamar a la policía ni a sus padres. Eso preocupó al universitario ¿Y si sus padres tenían algo que ver por su estado? ¿Y si escapó de casa de sus padres? ¿Le maltrataban? Podría preguntar, pero consideraba que no era el momento.


-Bueno, tengo que vestirme e irme estudiar.


Al ver la mirada de pánico de Baozi, añadió.


-Pero volveré en unas horas, no te preocupes. No te muevas de por aquí.


Luhan le sonrió y salió de la habitación para ir a la ducha, asearse y después de regreso a su habitación envuelto en una toalla para vestirse. Seguidamente salió a la cocina, se hizo el desayuno y recordó, Baozi podría tener hambre. Con eso en mente, fue a su habitación encontrándolo en el mismo rincón de la cama.


-¿Tienes hambre?


Baozi negó.


-Bueno, si te entra hambre la cocina está todo recto por el pasillo y giras a la derecha, allí podrás comer algo antes de que llegue y te cocine.


Baozi asintió y Luhan salió de allí para desayunar, debía irse rápidamente a la universidad.


.


.


.


En el primer descanso que tuvo, Luhan corrió al asiento de Jongdae, el cual estaba ocupado mirando la ventana con una sonrisa en su rostro, y lo cogió de los hombros. El otro se asustó, intentando golpear a Luhan por interrumpirle.


-Deja de mirar al profesor que te follas y escúchame –Dijo Luhan –Es importante.


-¿Qué puede haber más importante que Junmyeon?


-Lo que me pasó ayer.


Jongdae se apoyó en el respaldo de la silla, con sus cejas alzadas, y con una pequeña sonrisa ladeada, esperando que lo que le contara Luhan valiera lo suficiente como para que él dejara de observar a su profesor de inglés.


-Ayer me quedé hasta tarde en la biblioteca, y pasé por otro camino porque tenía un mal presentimiento.


-Tenías miedo, vamos.-Jongdae rió –Cobarde.


-¡Ese no es el caso! Lo importante es que me encontré a un chico de unos quince años tirado en el suelo herido. –Dijo, captando la atención de Jongdae –Quise llamar a la policía y una ambulancia, pero el barrio es problemático y podría meterme en problemas si ayudo, por lo que me lo llevé a casa de manera silenciosa.


-¡Has metido a un desconocido en tu casa!


-¡Sí, pero es un niño! –Se defendió –Además, no sabe hablar.


-Será mudo.


-Pero me escucha y me entiende.


-Pues... Puede que se quedara mudo en un accidente, o por un cáncer o algo así. –Explicó –Esas cosas pasan.


-Pero no ha tratado de hablarme en lenguaje de signos, solo asiente o niega con la cabeza.


-¡Ah! ¡Esto es difícil! ¡¿A mí que me cuentas?! –Gritó –Lo importante es que has metido a un desconocido en casa sin saber su nombre, su edad real, si siquiera es coreano y porque lo han herido! ¿No has pensado que podría ser un chico de alguna banda enemiga de los que lo atacaron? ¡Eso lo convierte en un mini delincuente!


-¡Ese chico es demasiado adorable como para herir a una mosca! –Defendió Luhan.


-Mira, porque hoy no puedo ir a tu casa porque he quedado con Junmyeon, pero si mañana aun tienes al chico en casa te juro que me paso por ahí para sacarle la información sea como sea.


-No es para ponerse así...


-Luhan ¿Y si te roba? ¿Y si intenta matarte? No sabes quién es, entiendo tu buena fe, pero a veces eres demasiado bueno.


Luhan puchereó, en eso tenía razón Jongdae.


-Por lo menos yo no me follo a mi profesor de inglés...


-Ni quieras.


.


.


.


Cuando Luhan regresó a casa, se encontró a Baozi en la misma posición con la que lo dejó, sentado en la esquina de la cama de la habitación de invitados. Sin poder evitarlo, rió. ¿No se había movido? Algo le decía que se tomó demasiado literal sus palabras.


-Puedes moverte, cuando dije que no te fueras de aquí era que no te fueras de la casa.


El niño sonrió, quizás viendo su propio error, y se encogió de hombros, como diciendo que lo hecho, hecho estaba.


-En fin ¿Seguro que no tienes hambre? Algo me dice que no te has movido ni para eso.


Baozi asintió.


-¿Tienes mucha hambre?


Baozi volvió a asentir, escuchándose seguidamente sus tripas sonar, quizás por la mención de la comida. Luhan rió y con el dedo le indicó que le siguiera. Observó como Baozi se levantaba y caminaba detrás de él en completo silencio, con las ropas que le puso ayer que le venían grandes. Entraron a la cocina y Luhan miró que podía darle de comer.


-¿Quieres verdura?


Baozi hizo una adorable mueca de asco y negó rápidamente.


-Te entiendo, a nadie le gusta la verdura –Admitió riendo –Pues a ver... ¿Quieres que te haga un sándwich?


Baozi le miró, inclinando la cabeza levemente cual animal, sin entender seguramente.


-¿No sabes lo que es?


El niño negó y Luhan suspiró ¿De dónde había salido ese niño que no sabía que era un maldito sándwich?


-Es pan, en medio hay un contenido, a veces embutido, algunos meten queso o jamón... No sé, depende de la persona. ¿Te gusta la idea?


Baozi volvió a negar y Luhan comenzaba a desesperarse. Optó, entonces, por abrir la nevera y hacerle mirar, a ver si veía algo que le gustaba.


-Tienes pescado ¿Quieres pescado?


Baozi cogió el pescado con sus manos y lo olió, haciendo una mueca de asco y negó rápidamente mientras tapaba su nariz. Era gracioso, Luhan quiso reír, sino fuera porque él no olía el pescado, al menos no consideraba que el olor fuera tan grande como para ser insoportable. Sacó carne y se la dio, Minseok asintió.


-Te gusta la carne, eso es bueno, aunque deberías comer... Espera ¿Qué haces? Oh dios... ¡Mierda!


Baozi había cogido la carne, había abierto el envoltorio y se la estaba comiendo así, cruda, con unas caras de felicidad que Luhan no entendía.


-¡¿Qué gustos culinarios te enseñaron a ti?!


Luhan no podía creérselo. Había escuchado de personas que les encantaba la carne así un poco cruda, pero no totalmente cruda y recién salida de la nevera.


-Oh por dios... Creo que vomitaré...


Baozi le miró cuando terminó y con una adorable sonrisa le enseñó las sucias manos, seguramente indicando que quería lavarse.


-Oye ¿Cómo puedes ser tan asqueroso y tan limpio a la vez?


El niño le miró fijamente, aun con las manos alzadas las cuales movió un poco como insistiendo, y Luhan suspiró. No podía esperar respuesta de alguien que ni siquiera hablaba. Encendió el agua del grifo y cogió las manos de Baozi, lavándoselas con jabón hasta que quedaron limpias. Después, se fue a la sala de estar con Baozi siguiéndole, poniéndose la tele, concretamente un dorama, sorprendiéndose cuando Minseok se quedó con la boca abierta al ver la televisión.


-¿Qué pasa?


El niño señaló con emoción el aparato.


-Se llama televisión. –Dijo -¿Nunca viste una?


Baozi negó mientras miraba con emoción el programa. ¿Dónde había estado viviendo aquel chico que no sabía hablar o no podía, comía carne cruda y no sabía de la tecnología? Comenzó a preocuparse, recordando cómo reaccionó cuando tocó el tema de llamar a la policía para contactar con sus padres.


¿Ellos fueron los responsables?


De repente, Luhan cambió de canal a una de música para ver la reacción del niño, el cual se quedó con la boca más abierta, hasta que escuchó la música, entonces, sentado aun en el sofá se puso a bailar de manera muy infantil, moviendo las manos en pequeños círculos y el cuerpo hacia la derecha y después hacia la izquierda.


-Qué lindo –Dijo Luhan riendo.


Queriendo divertirse, le quitó la música bajando el volumen, haciendo que Baozi parara y le mirara con un puchero y el ceño fruncido. Baozi señaló la televisión, se señaló a sí mismo y bailó un poco. Luhan entendió eso como un '' vuelve a poner la música que quiero seguir bailando '' y lo hizo, viendo como inmediatamente bailaba.


Muy lindo pero... ¿Quién era ese chico tan extraño?


No lo sabía, pero un instinto de protección se instaló en su pecho.


No iba a dejar que ese chico estuviera solo.


 

Notas finales:

Espero que os haya gustado! Subire cada... 4 o 5 dias cap!


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