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~El precio del amor~ por Syo Kurusu Love Love kokoro

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Notas del fanfic:

Gomene. Está raro lo último, pero lo dividiré en dos partes. Gomene.

Notas del capitulo:

Espero les guste y sea de su agrado. Gracias por leer.

El destino es cruel. A veces juega de maneras misteriosas y de maneras injustas. Y este fue el caso de Atsushi (un demonio) y Seijūrō (un ángel)...
Atsushi se sentía completamente sólo, como si algo importante le faltase, pero no sabía que era. Aburrido, decidió ir en búsqueda de una “aventura" con una humana, pero mientras iba en camino, esa idea se disipó rápidamente al ver a un joven de cabellos rojizos, descansando a la sombra de un árbol de cerezos, a la orilla de un río, con una toga blanca. Él se acercó al joven, que despertó tras sentir la mirada del más alto.
—Hola.
El pelirrojo se sobresaltó al ver a Atsushi y se levantó, poniéndose a la defensiva.
—¿Qué haces aquí, demonio?
—Ah. No es necesario que te pongas a la defensiva. Prometo que vengo en paz.
—¿Qué quieres?
El pelirrojo se relajó un poco, y esperó a la respuesta de Atsushi.
—Yo sólo quería conocerte. Mi nombre es Atsushi.
—Bueno... Atsushi. Mi nombre es Akashi Seijūrō.
Atsushi se exaltó al escuchar eso y retrocedió un poco, pues Akashi Seijūrō era un ángel bien conocido por haber exterminado a varios demonios, sin esfuerzo alguno.
—No te haré daño. Sólo promete no causar problemas.
—E-Está bien. Lo haré a cambio de que t-tú me permitas volver a encontrarme contigo.
—Lo prometo.
El tiempo transcurrió (ya eran más de siete meses) y Atsushi se encontraba de vez en cuando con Seijūrō, quien parecía ceder poco a poco a su amistad con él.
Seijūrō y Atsushi se encontraban en el bosque, a la orilla de un río, sentados bajo el árbol de cerezos.
—Atsushi. Lo siento... Se han... Enterado de que me estoy encontrando contigo y quieren que este sea nuestro último encuentro.
Atsushi miró desconcertado a “su Akacchin". Y no era de extrañar, pues su pequeño comenzó a llorar, tratando de esconder sus lágrimas. Atsushi se las arregló para tomar el valor y abrazarlo. Sin embargo había una opresión en su pecho, al no poder decirle que a él también se le había prohibido encontrarse con su amado ángel.
—No. Por favor... Yo ya no puedo estar sin ti.
Atsushi dejó que se le escapasen por primera vez unas lágrimas, mientras abrazaba a Seijūrō con sus manos temblorosas.
—Akacchin. Te lo ruego.
—Atsushi... Ya nos las... arreglaremos. Incluso si eso significa que... Me destierren.
Ninguno sabía porque, pero sus corazones latía a mil y se estrujaban fuertemente ante la idea de no poder verse nuevamente. Sin embargo, lo único que Seijūrō no sabía era que Atsushi lo comenzaba a ver con ojos románticos y no sólo como un amigo.
—Akacchin. ¿En verdad estás dispuesto a correr tal riesgo?
—Claro. No permitiré que me separen de ti.
El agarre de Seijūrō se volvió más fuerte y sus gemidos más claros. Después de un rato, ambos se tranquilizaron y siguieron con su encuentro, intentando olvidar lo ocurrido.
—Atsushi. Ten cuidado en que no te descubran.
—Lo tendré.
Atsushi besó tiernamente la frente de Seijūrō y al darse cuenta de que él se había quedado pasmado y sonrojado, Atsushi se separó rápidamente.
—L-Lo siento.
—¿Atsushi? Está... Bien.
—Pero-
—Ve con cuidado.
Atsushi se retiró apenado y Seijūrō se dejó caer totalmente cansado. Ambos dejaron de verse durante una semana, para disipar sospechas. Cuando creyeron que por fin podrían verse de nuevo, fueron en su encuentro.
—Akacchin. Te extrañé demasiado.
Ambos sintieron una gran dicha al verse y corrieron a abrazarse. Finalmente sentían paz de nuevo. Lo que Seijūrō no esperaba es que mientras platicaban, Atsushi lo besara, por lo cual él sólo respondió de manera ingenua a tal beso.
—Akacchin... Perdón, pero yo... Te amo.
Atsushi tomó la mano de Seijūrō con suma delicadeza, mientras la llevaba a su pecho, mostrándole la velocidad de sus latidos, los cuales incrementaban más y más.
—Atsushi...
Seijūrō levantó su mirada cristalina, acompañada de un gran sonrojo.
—Yo... Yo también te amo.
Se abalanzó sobre Atsushi y ambos cayeron.
—Akacchin... Sé que esto es un gran riesgo para ambos, sólo quisiera...
Atsushi besó la mano de Seijūrō y después lo miró con gran ternura en sus ojos.
—Mi más grande deseo es estar a tu lado. Sé que no soy digno de ti, puesto que tú eres una criatura llena de luz y esplendor y en cambio... Yo soy un ser de la oscuridad. Un desterrado eterno. Y el veneno siempre correrá por mis venas, por lo tanto... No quiero que este maldito veneno cueste las alas de un ángel de gran corazón, porque sería algo que nunca me podría perdonar.
Seijūrō estaba pasmado y con voz temblorosa susurró un...
—No me importa... Yo me sacrificaré para estar a tu lado, incluso si eso significa desprenderme de mis alas para toda la eternidad.
Seijūrō besó con temor a Atsushi, percatándose de la frialdad, y asperosidad de los labios de un demonio, sin embargo eso no le importó y de un momento a otro, Atsushi profundizó ese dulce y cálido beso, saboreando el dulzor de su pequeño ángel. Ambos se separaron y se mantuvieron unidos en un cálido abrazo.
Días después Seijūrō comenzó a preocuparse, debido a que Atsushi no aparecía en su lugar de siempre, así que con temor y nerviosismo, se escabulló al infierno, para encontrar a su amado y así fue... Sin embargo, Atsushi estaba lleno de evidentes marcas de latigazos.
—Atsushi...
Seijūrō corrió a su lado y lo abrazó.
—¿A-Akacchin?
Atsushi lo miraba desconcertado e intentó tranquilizar a su amado, sin embargo, cuando Seijūrō estuvo más calmado, comenzó a sentir que un calor más fuerte que el del mismo infierno, invadía su ser y sin darse cuenta, comenzó a incitar a Atsushi, quien lo recostó en la cama, colocándose sobre él y besando su cuello con delicadeza.
—Akacchin... Lo siento, ya no puedo soportarlo más.
Atsushi se desvistió y después hizo lo mismo con Seijūrō, cuando ambos estuvieron en las mismas condiciones, Atsushi lamió los pezones de Seijūrō, haciéndole soltar sus dulces gemidos.
—A-Atsushi... B-Bastaaaahhh.
Atsushi comenzó a masajear el ya erecto pene de Seijūrō y cuando logró que ambos se corrieran, tomó el semen y preparó la entrada del menor, con cuidado de no herirlo. Y sin demora alguna, introdujo en una sola estocada su pene dentro del pequeño pelirrojo, que dejó escapar un gemido de placer y dolor.
—A-Atsushi. N-No lo hagas tan rápido. Por... Ahhhh.
—Te acostumbraras dentro de poco, sólo soportalo.
Atsushi embistió con mayor fuerza a Seijūrō, quien soltaba gemidos cada vez más llenos de placer. Ese momento le pertenecía sólo a ellos, era un momento lleno de un amor tan puro, que parecía imposible que Atsushi fuese un demonio.
Seijūrō volvió al cielo, pero fue retenido por el Dios Midorima.
—Akashi-kun. Tenemos que hablar.
Era evidente que él estaba molesto y así era...
—¡¿Qué demonios crees que haces?!¡Se te vio salir del infierno!
—Lo siento... Es sólo que-
—¿Qué demo-?¡¿Te acostaste con ese demonio?!
—Yo no-
—¡No intentes negarlo, nanodayo!¡Su aroma está impregnado en ti!
—¡Entiende. Él es diferente!
—¡Es un maldito demonio!
—Pero...
Seijūrō comenzó a llorar y Midorima se calmó un poco.
—Lo pondré a prueba. Eso es todo.
Y sin decir más, se retiró. Pasó un mes y Seijūrō no había visto a Atsushi, quien ya había sido castigado varias veces por intentar entrar al cielo a ver a Seijūrō. Una semana después Atsushi fue llamado por Midorima (Dios) y Takao (el diablo).
—Atsushi. ¿Qué significa eso?
—¡Te atreviste a tocar a un ángel! ¡Esto merece la muerte!
—Pero-
—Atsushi.
Takao miró represiva mente a Atsushi y dejó hablar a Midorima más calmado.
—No puedo darte la pena de muerte, debido a que tú haz osado... Embarazar a un ángel.
—¡¿Q-Qué?!
—Por lo tanto, probaré si eres digno de tener a Seijūrō.
—¿Eh?
—Hace unas horas me han robado unos documentos y ya hay ángeles encargados de encontrarlos, sin embargo, si tú los buscas y los traes sin examinarlos, consideraré el entregarte unas alas. Son unos documentos dorados, amarrados con un listón azul rey y que tienen secretos muy importantes.
—¿Porqué ustedes-?
—Shin-chan y yo, henos notado que tu amor por Akashi Seijūrō, va más allá de un amor físico. Es un amor espiritual. Un amor... Casi tan puro como el de un ángel, es por eso que se te está dando esta oportunidad.
—¿Y si me niego?
—Si te niegas, tu existencia será borrada y Akashi-kun será condenado a llevar una vida llena de dolor, por ir en contra de un Dios y haber procreado un hijo con un demonio. ¡Ah! Sólo tienes una semana... Y si no te das prisa en buscar los documentos, Seijūrō sufrirá aún peor de lo que ya está.
Atsushi al escuchar eso, sin titubear se dirigió a buscar esos “documentos". Y Takao intentó ayudarlo a escondidas, pero Midorima se enteró.

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—¿En verdad es necesario que busque algo que no existe?
—¡No te entrometas en esto, nanodayo!
—Aghhhh. Que aburrido eres. Yo creí que tal vez caerías ante esta situación.
Takao se acercó a Midorima de forma seductora y lo besó en los labios, por lo cual Midorima lo empujó.
—¡¿Qué crees que-?!
Midorima se sorprendió, y se quedó cayado al ver que...

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Atsushi luchó y buscó desesperadamente esos documentos, pero desgraciadamente no los halló y sólo consiguió llegar con diversos golpes y heridas graves. Siendo la burla del asteroide Hanamiya Makoto, quien le burló de la manera más cruel posible.
Midorima al ver esto, se conmovió y se arrepintió de haber hecho a Atsushi pasar por todo ese tipo de cosas. Con remordimiento le explicó la verdadera situación y tras curar todas sus heridas, permitió a Atsushi encontrarse con Seijūrō, quien realmente estaba sano y sin daño alguno.
—¡Akacchin!
Atsushi corrió hacia Seijūrō y...

Notas finales:

Gracias por leer. Espero y les haya gustado. Intentaré subir el último capítulo de este fic para el 15.

Esperen mi próximo trabajo para el 15 de este mes.

Gracias.


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