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Cuernicienta por dark kirito

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Notas del fanfic:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama.


Escrito en el móvil, errores son sin querer.


Muchas gracias a Yayoi y todos los que leen!!!!!!

Notas del capitulo:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama.


Escrito en el móvil, errores son sin querer.


Muchas gracias a Yayoi y todos los que leen!!!!!!

La vida del pequeño Alibaba era solo felicidad, días tan alegres que eran capaces de hacerle llorar de emoción, pero como si se tratara de un sueño, un día sin más este terminó.

Su madre enfermo de gravedad y les dejo solos a su padre y a el, Rashid intentó buscarle madre varias veces, pero le era imposible reemplazar el vacío que Anise había dejado en su corazón.

Sin embargo tenía responsabilidades que le obligaban a viajar constantemente y no era bueno para el pequeño que le llevara con el.

Tenía que encontrar una solución y pronto, esta le llegó de la nada en forma de un socio comercial y a la vez buen amigo Ren Kouen, le pidió a ese hombre que cuidara de su pequeño tesoro en lo que volvía, se supone solo eran unos meses, pero estos se convirtieron en años y ahora nuestro niño tiene diecisiete.

-¡Alibaba!-le grita cierto pelirrojo desde su habitación.

El chico corre como desesperado, lo que menos quiere es hacerlo enojar, y no porque sea un mal hombre, pero da miedo con esa cara.

-¿Qué sucede?-preguntó intentando llenar de aire sus pulmones.

-¿No has visto las traducciones que puse en el buró? Llevo un buen rato buscando y no se en donde están.

-Creo que las deje en tu escritorio ayer.

-Ya veo.

-¿Es todo?

-Por ahora si, gracias-como siempre sus amables palabras no combinan ni un poco con el terror que inspira su rostro.

El rubio bajo para preparar el desayuno cuando otro de los chicos le llamo.

-¡Cuernicienta!!!!

-¡Que no me digas así!!!!!-se acercó a un joven con apariencia femenina de cabello rosado-¡¿Por qué siempre me dices de esa manera?!!!!

-Es obvio estas mugriento por la chimenea y tienes un cuerno en la cabeza, Cuernicienta te queda bien.

-¡Ah pues perdóname por ser friolento!!!

-Ni que me importe lo que ocurra contigo, pero no quiero que molestes a En-nii, siempre corta los troncos para el fuego, te conciente demasiado.

-¿Eso era lo que querías decirme?

-No, pero aproveché, en realidad quería decirte que no le pongas tanta azúcar al té, sabe feo.

-Si tanto te molesta ¿por qué no lo preparas tu?

-¿Ya se te olvido que la última vez que lo hice te dio diarrea?

-¡No es cierto!!!!

-Pues no dejabas de hacer ruidos raros en el baño.

-¡Por dios Kouha! ¡¿Tienes que andar ventilando mi vida?!!!!

-¿Qué querías? Es mi pasatiempo.

El rubio se dio la media vuelta y fue a preparar el desayuno, como venganza puso media cucharada mas de azúcar en la tasa del oji fiusha, uy que malo.

-¡El desayuno esta listo!!!!!

  Los dos chicos bajaron y se sentaron a la mesa.

  -¿Y Koumei?-preguntó el menor.

  -Mei-nii esta durmiendo-como siempre-no lo molestes.

  -Creo que tiene serios problemas.

-¡Oye no me metas con Mei-nii!!!!

Ambos agarraron una baguet amenazandose de muerte con ella, mientras el pelirrojo probaba alimentos sin ponerles atención, escenas así eran comunes en ese hogar, el duelo estuvo bastante reñido, ambos poseían habilidades inigualables en esgrima, pero cuando el peli rosa se vio en peligro inminente decidió darle una gran mordida al arma homicida.

-¡Oye!-dijo el oji miel.

-¡Gané!

El menor se sentó derrotado, había perdido una batalla, pero no la guerra.

En eso tocan a la puerta y Kouen se levanta para atender a la visita viendo a un chico albino.

-Buenos días, me llamo Jafar.

-Se quien eres.

-Eso hace más fácil las cosas, el rey Baldor ofrece una fiesta para celebrar el cumpleaños del príncipe Sinbad, y ha invitado a todas las chicas en edad casadera...

-Aquí no hay chicas.

-O chicos, en realidad da igual, el pobre rey esta desesperado, como decía les ha invitado a la fiesta que se dará el día de hoy.

-¿Qué no es demasiado pronto?

-¿Mencioné que esta desesperado?

-Ya veo-frunció el ceño.

-Les dejo la invitación.

-Gracias-dijo de manera seca y cerro la puerta cuando el hombre se retiro.

Les dio a conocer las situación a los jóvenes incluido Mei que ya había bajado a desayunar y les pidió se prepararan para el baile.

Continuaron el desayuno de manera cotidiana, y finalizado este los pelirrojos fueron a trabajar en su empresa mientras Alibaba se quedaba haciendo la limpieza como siempre, en realidad no tenía mucho que hacer pues Kouen le ayudaba siempre con algunas cosas, y aunque los otro dos no hacían un gran esfuerzo también.

Terminó en menos de una hora, bueno, en realidad solo le faltaba el piso, tomo la escoba en sus manos y decidió bailar con ella pensando en lo linda que sería esa noche, por fin podría conocer a Sinbad, siempre le ha admirado, nadie en el pueblo es inmune a sus aventuras.

Se quedó estático unos segundos, no podría ir...olvidó decirle a Kouen que se había gastado todo el dinero que le envió su padre en algunos caprichos para Kouha, y olvido pedirle más, no tenía dinero, no tenía nada que ponerse, sus sueños se verían frustrados, no pudo evitar tirarse al piso y llorar amargamente.

-¿Estas bien?-le preguntó alguien a su espalda.

-¡¿Q-quién eres?!!!!-se asustó.

-Oh, mucho gusto, soy tu magi-padrino.

  -¿Mi qué?

-Magi-padrino, en otras palabras estoy aquí para hacer tu deseo realidad Cuernicienta-kun.

  -¡Me llamo Alibaba!!!!

-¡Oh lo siento seguro Titus-kun traspapelo algunos documentos, pero como te decía estoy aquí para hacer tu deseo realidad Alibaba-kun ¿Qué deseas?

  -Quiero ir al baile de esta noche, pero no tengo ropa linda que ponerme.

  -Eso no es problema-el peli azul movió su bastón y realizó un hechizo apareciendo un hermoso traje azul con bellas botas blancas.

-¡Es genial!!!!!

-¿Necesitas algo más?

-No, podré ir en el carruaje de Kouen.

-Que simple eres de contentar.

-Si, creo que me lo han dicho muy seguido.

-Por cierto debes volver antes de la media noche.

-¿Y eso?

-Es la hora en que el rey Solomon, el guardián de la magia se va a dormir y todos los conjuros se disuelven.

-Waa suena como un irresponsable.

-¡Claro que no es muy complicado hacer su trabajo! ¡¿tienes idea de cuantas personas piden deseos?!!!

-Lo siento.

El menor se ruborizó.

-No, fue mi culpa, soy un poco sensible con ese tema.

-Pero no debí expresarme de esa manera, me has ayudado, sino fuera por ti no tendría la oportunidad de hacer mi sueño realidad.

-¿Tanto así quieres ir?

-Si.

-¿Tan divertido es un baile?

-Eso es lo de menos, solo quiero verle.

-¿A quién?

-Al príncipe Sinbad, es mi héroe y le admiro...también me gusta, pero es imposible que un plebeyo pueda acercarse a el, a menos que pida una audiencia, pero no tenía ningún asunto que tratar que me llevara a solicitarla, es mi única oportunidad.

-Entonces espero que la aproveches Alibaba-kun-sonrió.

Platicaron durante horas de asuntos sin importancia, pero que les hacia pasar el tiempo de manera agradable.

El sonido de la puerta se escuchó por lo que el magi-padrino se dio a la fuga, entraron pronto los tres pelirrojos.

-Bienvenidos-dijo el rubio.

-Gracias-dijo el mayor.

Y los otros dos no prestaron atención, uno porque estaba más dormido que despierto como ya es costumbre, y el otro tenía una rara expresión ¿acaso estaba molesto?

-¿De dónde sacaste ese traje?-le interrogó el peli rosa.

-¡Me lo dio mi magi-padrino!-mencionó con sinceridad.

El mayor frunció el ceño.

-¿Estas borracho Alibaba?-le cuestionó el más grande.

-¡Solo pasó una vez! ¡No es para tanto!

-Pues yo recuerdo que tu elefante rosa golpeó a alguien-interrumpió molesto el oji fiusha.

-¡Claro que no!

  -Estabas ebrio ¿cómo sabes que no?-buen punto.

-A todo esto ¿por qué estas tan molesto?

  -Porque tienes un traje para el baile.

-¿Y qué? ¿Me vas a decir que no querías que fuera? ¿A qué le tienes miedo que te opaque? ¿Qué te avergüence?

-Que tonterías, nada puede opacar mi belleza, bueno solo En-nii y Mei-nii, y en cuanto a que me de vergüenza, siempre puedo fingir que no te conozco.

-¿Y entonces?

-Se que gastaste todo tu dinero en los antojos que tuve, y suponiendo que no podrías comprar uno te traje esto-le lanzó una caja al rostro.

-Kouha...tu...

-Ni te emociones, solo era para que no te quedaras sentado un tu rincón emo llorando.

-¡Jamás he hecho algo así!

-Y por eso no quiero ser el culpable de que sea la primera vez.

-Gracias.

El mayor se dio la media vuelta y se retiro, el oji miel como siempre no sabía que pensar con respecto al chico, a veces era extremadamente frío y en ocasiones tenía lindos detalles como esos.

Pasó algo así como media hora y los chicos se dirigieron la baile.

....................

El peli morado veía a todos los asistentes con una sonrisa, aunque en realidad nadie llamaba su atención, y no es que fuera exigente o un patán, solo quería a alguien sincero, alguien que con solo mirarlo pensaras que era puro ¿acaso demasiado? Tal vez si.

Los Ren entraron en el lugar, ellos si llamaron su atención, el pelirrojo con cara de asesino según el, el pecoso que se veía enfermo, eso o tenía mucho sueño, el peli rosa que donde quiera que se pare llama la atención y...casi le dio un infarto al contemplar a un bello joven rubio, se veía asustado, es probable que no acostumbrara ese tipo de lugares, casi parecía que quería esconderse en algún lugar, sus pies se movieron por si solos, y le hizo mucha gracia que el menor parecía querer meterse debajo de una mesa cuando interrumpió el momento.

-Buenas noches-le saludo el mayor.

-Ah...-volteó el rubio para mirarlo con una expresión tonta.

El chico se ruborizó, no podría creer la suerte que tenía, justo cuando sentía que no pertenecía a un sitio así e iba a esconderse debajo de la mesa, llega a saludarle la persona que tanto admira y quiere. No pudo emitir comentario alguno, su mente estaba en blanco, le pareció que el príncipe le tomaba de la mano y depositaba un dulce beso en ella.

-¿Me permite esta pieza?

-¿Eh? ¡¿Eh?!!

Sin que el joven pudiera objetar fue tomado por la cintura con una mano mientras la otra no se apartaba de la suya, ni cuenta se había dado de que la música había dado inicio.

Pero después de un rato pudo disfrutar del momento, ahora que lo pensaba jamás en su vida había bailado, pero dirigido por el mayor era sencillo hacerlo, bueno en realidad no, piso al pobre príncipe incontable cantidad de veces, y con tremendos pisotones que era increíble pensar que solo bailaba, pero como todo un caballero aguanto el dolor, eso o no se había dado cuenta, sonreía de lado a lado perdido en los hermosos ojos del menor.

Pasaron bastante tiempo unidos en la bella y delicada danza, pero una campanada que anunciaba la media noche alertó al menor, que se soltó del agarre para correr, siendo seguido de cerca por el peli morado.

  -¿Por qué se fue así?-preguntó el pelirrojo.

  -Tal vez diarrea-dijo el oji fiusha.

Mientras por su lado el rubio corría como si no hubiera un mañana, iba por las escaleras dejando su bota, a saber como se salió de su pie siendo que esta llegaba hasta centímetros antes de su rodilla.

El príncipe ya no llegó para verlo, solo encontró el calzado que tomo entre sus manos con nostalgia, no tenía ni idea de si volvería a verle, pero esperaba con todo el corazón que así fuera.

..........................

Los Ren se quedaron solo un par de minutos más en el sitio, para no ser groseros, pero estaban preocupados por el chico y se retiraron para ir a buscarle, le encontraron sin mucho esfuerzo.

-¿Por qué te fuiste así?-le preguntó el mayor.

-Ah...tenía que ir al baño.

-¡Lo sabía!-interrumpió Kouha.

-Ya veo-el oji escarlata le miró con ceño fruncido-¿Por qué estas casi desnudo? ¿Y el traje que tenías?

-Ah...¿me caí?

-Me dices ¿o me preguntas?

-¡Me caí!

-Tan torpe como siempre.

El rubio hizo berrinche pero nadie le tomo en cuenta, subieron al carruaje y fueron a casa, estaban cansados así que decidieron irse a dormir.

Por la mañana alguien tocó a su puerta, el peli rosa abrió porque Alibaba continuaba dormido debido a la gripa que pescó por andar medio encuerado.

-¿Quién eres?-inicio el oji fiusha.

-Me llamo Jafar, vengo acompañando a mi príncipe para buscar al dueño de esta bota, la estamos probando en todos los jóvenes del reino.

El menor le miró serio un momento.

-¿Y no sería más fácil preguntar a quién pertenece?

-Supongo, pero no sabemos a quién.

-Pudieron pegar carteles.

-Uh no se me ocurrió.

-Nah, da igual, el dueño es el idiota que esta arriba.

El menor se fue sin prestar atención permitiendo la entrada del par en su casa, estos entraron de manera tímida, pues se sentían invasores.

Pronto llegaron a la habitación del rubio y fue el mayor quien tomo el picaporte y decidió entrar, miro al joven recostado en la cama, ni falta hacia que probara el calzado, reconocía el pequeño cuerno en su cabeza, sonrió y se acercó a el, su peso en la cama logró despertar al muchacho.

-¿Sinbad?

-No debiste escapar así, pudiste matarme de tristeza, tal vez sea un poco extraño, pero me enamoré de ti, entenderé si no quieres nada conmigo.

-En realidad...yo siempre te he admirado...hace mucho que me enamoré de ti.

  -Eso me hace muy feliz.

Tomo al menor entre sus brazos y le beso con ternura.

-Quiero que te cases conmigo, quiero pasar mi vida a tu lado.

-Nada me haría más feliz.

El peli rosa que estaba en el lugar solo de paso escucho la conversación y decidió entrar.

-Es bueno saber que serás feliz- el otro solo sonrió-solo te hace falta comprar un traje adecuado.

-Ya lo tengo, el que me regalaste para la fiesta.

-Ya veo.

Todos se quedaron mirando con una sonrisa, para que el mayor tomara el rostro del chico y besara sus labios, para dejarlo descansar, cuando estuviera recuperado hablarían de la boda.

.....................

Pasó un mes y la boda se llevaba a cabo, en realidad se tardaron un poco para hacerla porque estaban esperando que el padre de la novia, digo Alibaba volviera, el príncipe pidió su mano, y no encontrando objeciones, le fue concedida, hoy su hijo esta parado frente al altar con su novio.

-Y los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.

Palabras más, palabras menos, pero al rubio le da igual si es considerada la novia, siempre y cuando no le separen de su amado.

Mientras Rashid se pregunta seriamente ¿de qué se perdió?

Pero bueno, si su hijo es tan feliz es lo que menos importa, sabe que Sinbad le cuidara por siempre, le dará todo su amor y sabrá tratarlo como se debe, como merece, lo sabe al ver la sonrisa de ambos que se convierte en una promesa eterna.

 

 

Notas finales:

Nos vemos la próxima y muchas gracias en verdad por leer¡¡¡¡¡¡¡¡ >////<

 


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