Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Soñar con el mañana. por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

      Hola que tal, un gusto estar de nuevo saludándoles mis estimados lectores. Hoy les traigo este fic relativamente corto, pero esperando de corazón que les guste. La inspiración me vino luego de que tuve que aguantarme un video de reggueton o como se escriba, que estaba viendo mi hermanito y como no había nada que hacer tampoco, lo tuve que ver. Y la verdad tiene una buena trama y ¡tada da! Aquí el resultado de mi tormento jeje.

Notas del capitulo:

      Como ya saben, Saint Seiya y sus sexys personajes no me pertenecen, la historia es un 50/50 entre el video ese y mi imaginación y no gano ningún lucro con esto más el de hacerles pasar un interesante momento de lectura. Lo cual es muy valioso para mí.

      Disfruten la lectura.

     

 

 

 

      Las personas dicen que tomar conciencia de nuestros actos es lo que nos llevara a buenos resultados al final de lo que hacemos. Actuar, en lugar de solo decir, lo que nos diferenciará de la mayoría y lo que nos ayudara a dejar una marca...

 

      Un error... eso es lo que actualmente he obtenido en consecuencia de lo que sembré desde mi niñez, en toda mi adolescencia y hoy con 23 años estoy pagando. Un brazo fuerte aprisiona mi garganta para mantenerme inmóvil en una sola posición, la de un prisionero. Mientras que en mi cabeza, una pistola apunta amenazante de volarme los sesos y terminar con mi vida. Otras más alrededor, apuntan a mi captor. Es cruel para mí, pensar que esa mano que me apunta; es la misma de la que me aferré tantas veces en buenos y malos momentos... La mano de un amigo.

 

      Estamos en un sitio lejano, no lo reconozco, solo diviso árboles y matorrales, lo único que sé perfectamente es que no quiero morir aquí. Hemos llegado en un auto lujoso, muy diferente de aquel donde en muchos viajes cantábamos las canciones que sintonizaban en la radio y nos reíamos como locos. Con mi cabeza cerca de su pecho, siento los latidos acelerados de su corazón, su agarre es más brusco y la mano que sostiene el arma, tiembla. No estoy seguro si es miedo o pánico, pero sé que su intención no es la de lastimarme. Es simplemente porque es un acto egoísta, no quiere compartirme con nadie.

 

      Frente a nosotros esta nuestro amigo. Los tres nos conocíamos desde niños y juntos crecimos, vimos cosas y aprendimos mucho como un equipo. Yo siempre fui el más pequeño del trio y ellos: Milo y Aioria, me cuidaban mucho.

 

      Al crecer, cambiaron algunas cosas, como esa vez en que Milo me dio mi primer beso...

 

 

Π+Π+Π+Π+Π+Π

 

      -Quisiera saber que se sentirá tocar las nubes...

 

      -Yo también me lo he preguntado Camus. Me imagino que ha de ser suave.

 

      -No estoy muy seguro Milo, según lo que leí en un libro. Las nubes están formadas de vapor de agua, lo que significa que si se pudieran tocar, sentirías una sensación vacía, como si tocaras humo.

 

      -Mmmm, no estoy de acuerdo.

 

      -¿Porque?

 

      -Porque si se pueden tocar las nubes.

 

      -¿Así? Entonces, demuéstrame como.

 

      -Con todo gusto.

 

      Nunca espere eso. Cuando pude ser consciente, supe que me estaba besando, un beso inocente y suave, solo uniendo ambos pares de labios. Fue algo que marcó mi vida, considerando que yo en ese entonces tenía 11 años, y él, en dos semanas cumplía 14.

 

 

Π+Π+Π+Π+Π

 

      Esa tarde en particular, Aioria no estaba con nosotros por cuestiones del trabajo de su madre. Nunca le dijimos de aquello que sin notarlo, surgía entre Milo y yo.

 

      Ahora, Milo estaba frente a nosotros con las manos en alto tratando inútilmente de acercarse. Había mostrado su arma para luego dejarla caer lejos de él, pero Aioria le apuntaba cada vez que le veía intenciones de aproximarse. No quería que ninguno sufriera, los quería a ambos, son mis amigos y sin embargo, yo los dividía porque los dos decían amarme pero yo estoy comprometido con Milo. Lo que era peor en estas circunstancias ya que él era un agente de la policía especializada contra el narcotráfico.

 

      Aioria nunca me habló de sus sentimientos por mí y nunca me trato de un modo diferente al de una amistad de años.

 

      Cuatro años atrás, Milo le dio la noticia de nuestro noviazgo, esa noche, que habíamos ido a un bar a despedir el viernes, Aioria dejó el dinero de su trago en la mesa y se marchó de manera simple. Nos extrañamos de esa actitud, pensé que le alegraría saber de nuestra relación pero nos equivocamos. Luego de eso, tratamos en vano de contactarlo, y de él ni el rastro. Milo dijo que era por el estrés de su trabajo, pero estaba seguro que eso era falso.

 

      Paso un año más de eso, y supe de nuevo de Aioria porque Milo me dijo que nuestro amigo de antaño, se había convertido en uno de los mafiosos más peligrosos y buscados de la lista; no podía creer aquello, me dolía saber que mi amigo termino de esa manera pero no podía hacer nada por intentar ayudarle, ya que Milo corría peligro, porque era su caso, y su deber era detener a Aioria costase lo que costase.

 

      Pasaron los días y los meses, y finalmente, algunos años en los que Milo me pidió matrimonio, yo acepte más que feliz y de nuevo, el tiempo voló hasta que llego el tan esperado día de la boda. Todos nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo estaban ahí apoyándonos. Pero en el momento en que yo iba a firmar el acta, una voz sonó en todo el jardín que habíamos elegido para consumar nuestra unión.

 

      -¡Me apongo a dejarte con Milo, Camus!

 

      Fue el grito que conmociono a todos nuestros invitados quienes se pusieron de pie de inmediato ante esa intromisión. Milo en respuesta, tomó mi mano y con su otro brazo rodeó mi cintura acercándome a su cuerpo. Su expresión era molesta y sus ojos miraban fríamente a Aioria cuya pose era de prepotencia.

 

      Tal parecía que no quería que me acercara a nuestro amigo. Y lo comprendía, Aioria era una persona peligrosa, había cambiado notablemente su físico; los años le habían caído bien a pesar del retorcido camino que escogió llevar y yo me sentía preocupado y a la vez feliz de ver que estaba bien después de no volverle a ver luego de tanto tiempo desde que se fuera del bar aquella noche.

 

      Recuerdo... Recuerdo que logreé convencer a Milo de que me soltara para hablar con Aioria.

 

      -¡Aioria! Qué bueno que estés bien.

 

      Me acerqué  a él sin prever el peligro, me sonreía dulcemente como siempre lo hacía. Las personas a nuestro alrededor se fiaron de su expresión y más relajadas volvieron a sentarse. Aioria me abrazó con sinceridad, y antes de soltarme, me susurró algo que no pude analizar antes.

 

      -Perdóname por esto, pero te amo demasiado.

 

      Luego de esas palabras, un fuerte y veloz puño impactó en mi vientre, mandándome a la inconsciencia, por lo que mi cuerpo caía inerte en sus brazos.

 

      No supe que paso después un escándalo, un bullicio y luego la nada. Cuando desperté, pude ver todo pasar rápidamente ante mis cansados ojos, estaba en un auto. Pensé que había estado soñando, vi a mi izquierda a quien conducía, encontrándome con Aioria quien manejaba como un piloto de NASCAR.

 

      Por el retrovisor vi que nos seguía igual de rápido el auto negro de Milo, y tras él, varias camionetas negras, fue entonces que entre en pánico. ¿Qué hacía yo ahí? ¿No tendría que estarme casando? ¿Porque Milo nos perseguía? Y más preguntas que me hacían sentir más y más miedo y que nadie me respondería. Vueltas aquí, y otras por allá y Milo nos seguía un poco más lejos.

 

      Aioria entró en una extraña región de bosque y más adelante estacionó el auto azul real en el sentido contrario de cómo había entrado, una nube de polvo se levantó por la pirueta de giro, y el auto negro apareció estacionándose en medio de la entrada a diez metros de distancia, de frente con el auto de Aioria.

 

      Al ver a Milo salir del vehículo hecho una furia, quise salir a tranquilizarlo pero note hasta entonces que mis manos estaban atadas con una soga y para colmo, Aioria me impidió abandonar el asiento. Abrió la puerta y me arrastró sin delicadeza fuera del auto por la puerta del conductor, sacó un arma de atrás de su pantalón y la dirigió a mi cabeza. Llegando justo a donde estamos ahora.

 

      Lágrimas salen de mis ojos al pensar que Milo pueda salir herido, y Aioria termine en una sucia cárcel o al revés. Y todo por culpa mía.

 

      -¡Si te acercas Milo, Camus lo pagara! ¿Has entendido?

 

      -Aioria ¿Porque haces esto? ¿¡Que ganaras!?

 

      -Camus ¿Que no lo entiendes? Te amo, nunca te lo dije y ese infeliz se aprovechó de eso para quitarme tu corazón. Cuando supe que se casarían hoy, vine desde Grecia hasta aquí para impedirlo.

 

      -Déjalo ir Aioria, Camus no tiene la culpa. Llévame a mí si quieres pero a él no lo lastimes.

 

      -¡No! ¡Milo! ¡No permitiré que hagas eso!

 

      -Quiero a Camus y es a quien me llevare ¡Para que sientas lo mismo que yo sentí al ver que otro te quite lo que más quieres!

 

      Camionetas con agentes compañeros de Milo llegan veloces a donde nos encontramos. Aioria respira agitadamente, sabe que la justicia no será benevolente si lo atrapan por secuestro o intento de homicidio, y mucho menos sabiendo lo que era ahora: el cerebro tras una organización internacional ilegal bien estructurada... No quiero que ninguno de los dos sufra.

      Agentes especializados se posesionan estratégicamente alrededor de nosotros. Arma en mano, están listos a disparar a matar ante cualquier indicación o intención que perciban,  

 

      -La policía esta aquí Aioria, no tendrás escapatoria ¡Deja ir a Camus!

 

      -Esa bien, lo dejare ¡Pero tú no lo tendrás! ¡Si Camus no es mío, no será de nadie!

 

      ¡Me ha soltado! Corro hasta donde Milo se encuentra, pero algo me desconcierta. Milo ha gritado.

 

      -¡Camus! ¡Noooo!

 

      Un metro antes de llegar a su lado y un dolor profundo invade una parte en mi espalda además de una sensación de humedad mojar mis ropas... Milo llora, mientras el eco del sonido hueco de un disparo estremece la calma de aquel lejano lugar. Caigo de rodillas sintiendo como los sonidos se apagan, los motores y neumáticos rechinantes sobre la tierra, voces lejanas de quienes supongo agentes policiales. Siento los brazos de mi amado rodeándome y sus lágrimas mojan mi cara, la oscuridad nubla mi razón y la vida se escurre de mi ser como agua entre los dedos...

 

 

Π+Π+Π+Π+Π

 

      -Camus...

 

      -Camus...

 

      -No despierta, échale más del roció de la flor.

 

      -Está bien.

 

      -¿Camus? Está abriendo los ojos Aioria, deja de mojarlo ya.

 

      Abro mis ojos desconcertado ¿Dónde estoy? Refriego mis ojos para aclarar mi visión y al ver frente mío, diviso a mis dos mejores amigos con una bella flor color blanco en las manos de cada uno.

 

      Parpadeo incrédulo por lo que veo: a Milo y a Aioria de 16 años mirándome con preocupación. Siento mi cara mojada, y desconozco la razón.

 

      -¿Q-que paso?

 

      Ambos me miran extrañados. Y Aioria me responde.

 

      -Te quedaste dormido, salimos a buscar las flores para la tarea de botánica del profesor Afrodita al jardín de mi mamá y al entrar estabas profundamente dormido en mi sofá.

 

      -No queríamos despertarte, pero recuerda que la tarea es en grupo y los tres debemos trabajar.

 

      -Sí, tratamos de ser sutiles, te movimos un poco, pero nada, luego Milo te picaba la espalda con un lápiz, pero tampoco reaccionaste.

 

      -Solo hasta que te mojamos un poco la cara con el rocío de las flores que pudimos despertarte. Vaya que tienes el sueño pesado amigo.

 

      -Déjalo Milo, seguramente estaba soñando algo interesante. Vamos Camus, hay que trabajar, esto es para mañana.

 

      ¿Estaba soñando? No podía creerlo, todo fue tan real.

 

      Por un instante, me sentí feliz de que ninguno de los tres estuviera en peligro, pero sentí miedo de que ese sueño fuera una premonición de un destino inevitable. Solo espero que se quede en mis pesadillas internas, esas que la mente bloquea y que nadie salga herido en el futuro. Que no haya miedo a lo que viene, pero tampoco que lo haya al soñar con el mañana.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

       Gracias a los que leyeron este despilfarro de mi mente que en todo lo que ve, crea una historia jeje 7w7 espero les haya gustado y ya saben, cualquier crítica, aporte o sugerencia será respondido y agradecido en un review. Bien, nos vemos en otro fic.

Sigan bellos. ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).