Muchas naciones siguieron el ejemplo de japón, comenzaron a reunirse y a hacer intercambios culturales. Holanda por lo general serio, se sentía incomodo por sus constantes visitantes. En especial la ocasión que Francia fue a visitarlo, ese francés siempre insistía en descuentos. Pero Holanda era fiel a sus ideas " El dinero lo es todo"
Cuando termino el intercambio cultural entre países europeos, comenzó a relacionarse con las antiguas colonias de España. Algunos guardaban muchas similitudes entre ellos. Demasiado alegres a su parecer, pero una nación en particular logro tener un lazo muy fuerte con él.
La república Colombiana, claro que esta no fue la primera nación hispanoamericana con la que socializo. Si hacia memoria esa había sido México, ¡AY!...México, era un tipo agradable pero no comprendía porque hacia dulces que picaban tanto.
Colombia tenia un par de hermanos, aun recordaba la vez que se acerco a saludar al que creía Colombia y resulto ser Venezuela...aunque esta era mujer. A si que confundirlos fue algo tonto.
Aun recordaba la visita de Colombia, habían ido a caminar al muelle compraron algunas cosas. Y rió al recordar como ese moreno trataba de regatear con los vendedores.
Ahora el se encontraba en la casa de Colombia. No estaban en la capital, recordó que su amigo le había dicho que en el lugar en el que se encontraban llovía constantemente y que por eso se le llamo cielo roto...Aquel dato le pareció curioso, al parecer en ese lugar todos los nombres se daban por algo.
El sonido de la lluvia tocando el techo lo saco de sus pensamientos.
-Pensaba que aquí siempre tenían buen clima- comento el rubio, esperando que el otro lo escuchara.
-Lo tenemos, la lluvia no es mal clima, la tierra necesita equilibrio para prosperar- respondió desde la cocina.
-Ya veo...pero son afortunados. Las cosas crecen rápido aquí- observo al hombre que llegaba, recibió la taza que le ofreció y tomo un sorbo de café, o "tinto", como lo llamaba Colombia.
-Pues...a veces hace mucho sol y los cultivos se queman- destapo un paquete de galletas- o llueve mucho y las flores se ahogan. Nosotros solo tratamos de sacar lo mejor de cada día.
Holanda sonrió, el también intentaba lo mismo siempre dar lo mejor de si. Eso era lo que le agradaba de aquellos países. Aunque tenían problemas trataban constantemente de mejor, siempre dando una sonrisa a sus visitantes.
Aun recordaba su llegada al país, Colombia caminaba a su lado con una sonrisa, y todos lo que pasaban al lado suyo le sonreían o lo saludaban.
-Me gusta mucho el sonido de la lluvia.
-A mi también...aunque me resulta mas relajante verla caer.
-En mi recamara ahí una ventana grande, el marco es ancho y cómodo, si gustas podemos verla desde ahí.
-Seria estupendo.
Terminaron su café. Y se dirigieron a la recamara de Colombia. Se acomodaron en la ventana, quedaron uno frente al otro. Cada uno tenia una manta.
-Lo malo es que hace un poco de frió- sonrió, la sonrisa de aquella nación era tan cálida, de vez en cuando lo hacia dejar su actitud seria para acompañarlo.
-El frió no me molesta- Se quedo mirándolo, eran tan diferentes...pero eso no evitaba que le gustara.
-¡Casi lo olvido!- el Colombiano se levanto de repente, se acerco a un cajón tomo una bolsa y se la entrego al rubio.
-¿ Que es?- pregunto el Holandés.
-Ábrelo- respondió el de cabellos oscuros.
Al abrirlo Holanda se encontró con un simpático conejito de peluche. El animal tenia una bufanda como la suya, incluso tenia una pipa.
-Yo...quería disculparme por lo de las vez pasada- se sentó de nuevo, esperando que aquel presente no fuera mal visto a los ojos del otro.
-Te lo agradezco- ningún hombre le había regalado algo así. Pero Colombia tendía a ser mas afectuoso que otros- Y no te preocupes por aquel incidente. No lo hiciste apropósito.
Tomo al otro del brazo, uniendo sus cuerpos en un abrazo. Nunca hacia eso, pero su interacción con las naciones latinas le había enseñado que, en ocasiones ese tipo de acciones eran necesarias.
-Holanda...- poso sus manos en el pecho del joven que lo rodeaba. En verdad lamentaba lo que había pasado...
Cuando comenzaron su amistad Colombia, quiso tener un gesto amable con Holanda, pero por una confucionismo sucedió lo que sucedió:
-No tenias que molestarte-el holandés probaba la comida que le habían preparado.
-No es molestia, somos amigos...
-Esta delicioso, aunque no se que es, sabe a pollo pero tiene algo diferente.
-No es pollo, es conejo se que te gustan mucho.
El rostro estupefacto de Holanda borro la sonrisa de Colombia.
Seguían mirándose, el mas bajo paso su dedo por la cicatriz del otro, nunca le había preguntado como se la había echo. Supuso que fue en alguna pelea con España...el también tenia una cerca de su corazón.
-Es extraño sabes- tomo la mano que lo acariciaba- siempre me gustaron las mujeres jóvenes.
-Mi hermana no es muy vieja- no tenia ningún motivo para mencionar a su querida Vene, solo que no se le ocurrió nada mas.
-La mía tampoco...pero este no es momento de hablar sobre hermanas- tomo el rostro del moreno- creo que me gustas...Camilo.
-Sera mejor que estés seguro. No soy agradable de mal humor- el de cabellos claros se acerco a él, se besaron, mientras la lluvia seguía cayendo al exterior de la casa.
-Eso quiere decir que tomaste tu decisión, ¿ Que harás ahora, Vincent?
-No mucho-Acaricio los cabellos castaños- Voy a cocinarte un oso de anteojos, ¡como te gustan tanto!
-¡Oye! Yo no te prepare un animal que esta en vía de extinción.
-Lo se- beso nuevamente a esa extraña nación. De repente pensó en conejos... y en como Colombia se vería disfrazado como uno. No se lo mencionaría al moreno, al igual que muchos de sus planes maquiavelicos lo guardaría en secreto.