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Nunca estarás solo por dark kirito

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Notas del fanfic:

Yugi-oh! Pertenece a Kazuki Takahashi-sensei.

Escrito en el móvil, errores son sin querer.

Muchas gracias a todos los que leen!!!!!!!!! >/////<

 

Notas del capitulo:

Yugi-oh! Pertenece a Kazuki Takahashi-sensei.

Escrito en el móvil, errores son sin querer.

Muchas gracias a todos los que leen!!!!!!!!! >/////<

La brisa matutina hería la piel expuesta de sus brazos, debe admitir que salir corriendo de su casa a las cinco de la mañana no fue la mejor idea de su vida, y menos cuando ni siquiera tuvo la delicadeza de ponerse un suéter, un frío que congela el alma, y él con una muy delgada playera, si, lo peor que pudo hacer.


Aunque tampoco es que sea un desconsiderado con su salud, pero le fue imposible dormir cuando se dio cuenta de que estaba completamente solo.


Después de todos los problemas que tuvo con su padre decidió vivir por su cuenta, fue difícil pero lo consiguió, aún así siempre tuvo la compañía de sus amigos y hermana, pero ahora...


Mai continuó con su vida como duelista, recorriendo el mundo para encontrar rivales dignos de alguien de su calibre, como siempre nada sencilla la chica.


Shizuka, su querida hermana viajó a Alemania para continuar el tratamiento de sus ojos, su vista por fortuna no corría ningún riesgo, solo era para prevenir que algo así pudiera ocurrir en el futuro, no tendría que soportar más operaciones, estaría bien.


A ella se unió Honda que como buen amigo solidario, y el que quiera con la hermana del rubio no tiene nada que ver, decidió acompañarla, a saber cómo consiguió los fondos para un viaje como ese, lo que hace un hombre enamorado.


Tal como lo dijo Anzu decidió ir a Estados Unidos para estudiar danza, siempre fue su sueño y trabajo muy duro por ello, Yugi decidió seguirla, siempre estuvo enamorado de su querida amiga, pero jamás lo confesó porque estaba enterado de los sentimientos de la oji celeste por Atem.


El abuelo de Yugi decidió cerrar la tienda un tiempo para continuar con su vida arqueológica.


Y Bakura...bueno el recibió una beca para estudiar en otro país, la verdad no hablaba tanto con él, después de todo lo ocurrido era un poco extraño dirigirle la palabra, y pensar que antes eran tan buenos amigos.


Los juegos de las sombras, los artículos del milenio, el faraón antes sin nombre y su eterna lucha contra Darkness cambiaron muchas cosas, su vida misma, le hicieron   enfrentar aventuras que no pasaron ni por sus ideas más locas, pero una vez terminado el viaje ¿qué le quedaba? ¿Por qué tenía la idea de que era el único que se había estancado sin saber qué hacer? ¿Por qué se sentía como basura?


La amargura de antaño inundaba su pecho, un sentimiento que creía olvidado y ahora estaba tan fresco que no hacía más que provocarle náuseas, camino por un callejón estrecho recargado de la pared para golpear un costado con su puño cerrado en clara muestra de frustración.


-¡Maldición!


Grito con toda la fuerza de su voz, como si de alguna manera le brindara alivio a su tan penosa soledad, no pudo evitar sonreír con ironía, el tercer mejor duelista de la historia y no le servía para nada.


-Oh, miren a quien tenemos aquí-escucho una voz desconocida a su espalda.


Se giro para ver quién era, pero tal como lo suponía no conocía al sujeto, y no estaba solo, venía acompañado de otros seis, todos le miraban con burla, mientras el solo ponía la expresión más hostil con la que cuenta, era evidente por su actitud que lo último que tenían eran buenas intenciones.


-¿Qué quieren?-dijo con un tono intimidante. 


-Que frío eres-el que parecía ser el líder respondió-y nosotros que somos los fans del gran Jonouchi Katsuya.


  -Si claro, al diablo con mis fans, como si hiciera falta que lo fueran para saber quién soy, prácticamente hay carteles de Yugi, Kaiba y yo por toda la ciudad.


  -Supongo que ser famoso tiene sus inconvenientes-se burló.


-No me vengas con estupideces y dime ¿qué rayos quieres?


-Deberías saberlo ¿por qué más se acercaría alguien a ti? Quiero a tu ojos rojos.


-¡Ja! Debes de ser muy idiota si crees que me ganarás en un duelo.


-¿Y quién dijo que te estaba retando? No, yo consigo las cosas de una u otra manera, y sé que de forma justa va a ser complicado, prefiero el modo sencillo.


-Oh-le miro con ironía-así que me lo quitaras por la fuerza, pues suerte con el intento, no sería la primera vez que me enfrento a un grupo de mequetrefes, y solo seis ¡no me hagas reír!  Cuando estaba con Honda nos enfrentamos a muchos más.


-Eso lo sé ¿por quién me tomas? Pero hay dos cosas que pareces no entender, la primera, estas solo, por más que implores ayuda nadie va a venir en tu rescate, y segundo ¿qué te hace suponer que somos todos?


La expresión del rubio cambio de la seguridad al miedo, de la nada había más de veinte sujetos, le tenían completamente rodeado y sin ruta de escape visible, incluso del otro lado del callejón había gente esperando, si quería salir de ahí iba a tener que luchar por ello.


-Bueno, si me das a ojos rojos y te arrodillas ante mí, puede que te deje ir-sonrió grotescamente.


-Jum, en primera nunca traicionaría a mi compañero, Red Eyes es muy importarme para mi, y el gran Jonouchi Katsuya no se arrodillada ante nadie.


-Eso ya lo suponía, cuando te estés muriendo en el hospital no quiero quejas.


Dio la orden y todos se abalanzaron contra el rubio, con sus años de práctica en peleas callejeras no fue difícil enfrentar a los primeros.


Uno intentó golpear su rostro, pero él le esquivó y dio un fuerte puñetazo a su estómago, dos más le atacaron a la vez, uno con una patada que desvío y con un giro dio otra que le dejó inconsciente, al otro le detuvo un golpe en la cara, esta vez tres le atacaron, a dos de ellos les tiro con una barrida golpeando su cabeza al caer, al otro un golpe que le dio en el pecho, aunque este último no logró esquivarlo por completo y recibió un fuerte golpe en la cabeza que le dejó aturdido.


El combate continuó por ambos bandos, pero mientras más de sus enemigos caían al suelo inconscientes, más herido estaba el, ya había vencido como a la mitad pero al parecer tenían refuerzos, comenzó a desesperarse, no podía perder, si lo hacía ¿Qué sería de su querido dragón?


Al perder la fuerza en su cuerpo se dejó caer en la inconsciencia, ya no había nada que pudiera hacer.


El jefe se acercó al chico con la intención de tomar la carta, mientras algunos de sus lacayos festejaban la victoria.


-¡Conseguimos a Red Eyes!


Oh bendita falta de sutileza, la sola mención de ese nombre llamó la atención de cierto hombre que iba pasando por ahí, y decidió ver lo que ocurría, con su ya notoria inteligencia ni falta hizo que le explicaran la situación para entenderla, enfureció cuando vio herido al rubio en el suelo y al asqueroso sujeto que se acercaba a él.


-No lo toques.-dijo de manera intimidante, como si de un faraón se tratara. 


-¿Y qué piensas hacer Kaiba? ¿Vas a pedir a tus hombres que nos detengan? Cuando logren venir estaremos muy lejos.


  El castaño se acercó a él con paso decidido, ah como se nota que no le conocen, saber quién es Kaiba Seto no es suficiente para estar enterado de todo cuanto puede hacer.


Lo siguiente fue demasiado rápido para mentes tan obtusas como las de ellos, lo único que supieron es que habían sido derrotados de manera brutal y el oji celeste se retiraba sin un solo rasguño y su traje blanco tan pulcro como llegó, tomo en sus brazos al rubio y le perdieron de vista, o al menos el líder que a duras penas se mantenía despierto, es claro que en su vida se vuelve a meter con él, ese hombre es mucho más de lo que aparenta.


  ........................


En casa de Kaiba.


El rubio tiene una pesadilla, una que se ha vuelto recurrente, está solo, todas las personas importantes para él le dejan atrás...no tiene nada porque vivir.


Se despierta de golpe al sentir una punzada en su estómago, intenta moverse pero no lo consigue, las lágrimas empiezan a salir de sus ojos y se cubre con un brazo para no verse patético, seguro le han robado a su compañero.


El sonido de alguien escribiendo en la computadora le trae de vuelta a la realidad.


Ahora que lo nota esta vendado y recostado en una cama, no hay que ser muy sabio para darse cuenta de que lo han salvado, quiere ponerse de pie, pero el dolor en su pecho se lo impide provocando un ligero gemido.


-No seas idiota, te rompiste una costilla, deberías ser más cuidadoso o te vas a terminar lastimando de verdad.


Como si esa voz no le fuera familiar.


-¡¿Kaiba?!


-¿Y quién sino idiota? Eres patético, no puedo creer que un grupejo te diera semejante paliza, si no fuera por mí...


-¡No pedí tu ayuda! ¡Me largo!


El castaño dejó lo que estaba haciendo y le miro serio.


-¿Ni siquiera me vas a dar las gracias?


-¡Métete el agradecimiento por el trasero!


A base de orgullo se puso en pie y salió del lugar, mientras el oji celeste se levanto de su asiento y miro por la ventana con una linda sonrisa, no importa lo que está sintiendo por el rubio, es más divertido molestarle.


El oji miel camina adolorido por un pasillo de tan suntuosa mansión, en su condición no fue inteligente marcharse pero no quería escuchar más los insultos de ese hombre.


Volver a casa iba a ser complicado, el dolor le recorrió el cuerpo entero, mucho.


Salió del lugar y se sorprendió al ver una limusina y al pequeño hermano de Seto a un lado.


-¿Mokuba?


-Nii-sama me ha pedido que te lleve a casa.


-No quiero ser grosero contigo, pero no quiero nada de él.


-¿Crees poder llegar caminando?-le sonrió con burla-no sé si lo has notado, pero la que traes no es tu ropa.


-Ahora que lo mencionas es verdad ¿de quién es? 


-De mi hermano.


En ese momento el rubio se hubiera arrancado la ropa valiéndole un pepino el quedarse desnudo, pero su lastimado cuerpo no le permitía tal acción, sentía que esas prendas le quemaban como el peor ácido del mundo, pero un ligero aroma le llegó de pronto, era de Kaiba, no quería admitirlo, pero era agradable, se sonrojo ligeramente siendo notado por el menor.


  -¿Estas pensando en mi hermano?-le cuestionó de forma pícara.


-¡¿C-claro que no?!!


-Si tú dices ¿entonces dejaras que te lleve a casa?


-Mejor devuélveme mi cartera.


-¿Que cartera? No traías nada, ni tus llaves.


  El mayor se hubiera dado un golpe en la frente de no ser porque una vez más su cuerpo se negaba, pero así mejor ¿para que infringirse más dolor?


Había sido lo suficientemente estúpido para salir de casa sin nada, NADA ¿Y ahora cómo le iba a hacer para entrar?


-¿Vas a venir o me dejaras esperando todo el día?


-El punto es...que aún si aceptara tu oferta no tengo manera de ingresar a mi hogar, podría intentar romper una ventana, pero así no creo lograrlo.


-Por eso no te preocupes, nii-sama se esperaba algo así, por eso voy contigo.


-¿Me ayudaras a entrar?


-Sí.


-¿No vas a lastimarte cierto?


-Claro que no, no se te olvide que soy Kaiba Mokuba-sonrió de manera perversa.


Uy esa sonrisa le recuerda tanto al otro, no por nada son hermanos, sigue sin querer la ayuda de Seto, pero tampoco es que el mundo rebose en opciones para él en este momento, suspiró.


-Aceptaré tu ayuda gracias.


-¿Ves? Así es más fácil.


Se subió al vehículo y se sentó en el con trabajo, el pequeño lo hizo a un lado suyo e indicó la dirección al chófer, el dándoselas de muy autosuficiente y el que conduce es otro, aunque pensándolo bien es obvio que un niño no conducirá semejante vehículo, aunque siendo él quien sabe, los Kaiba son cajas de sorpresas, aunque no siempre agradables, guardo silencio unos minutos cuando la duda le asaltó.


-Ahora que lo pienso-articulo el mayor-¿Cómo sabes en donde vivo?


-Mi hermano hackeo el...bueno no necesitas saberlo, solo digamos que consiguió tu información buscando un poco-sonrió inocentemente.


Un escalofrío recorrió su espalda, suerte que no tuviera que convivir con ellos todos los días, porque lo admita o no Seto da miedo, en una de esas lo coloca en la lista de criminales más buscados y...si, entre más lejos de ellos mejor.


Llegaron al hogar del joven, y como ya era evidente no pudieron entrar, pero fue cuestión de que el azabache sacara un fierro de su bolsillo lo metiera en el cerrojo y ¡vualá! No más inconvenientes, no pudo evitar mirar con desconfianza al niño.


-¿Sueles entrar a casas ajenas?-su falta de tacto haciendo acto de presencia.


  -Ja ja ja claro que no, es solo por diversión.


  -¡¿Por diversión?! ¡¿En serio?! ¡Vaya gustos más excéntricos! Pero si Kaiba le envió...¡él lo sabe! Entre más pasa el tiempo más se convence de que alejado de ellos está mejor.


-Muchas gracias Mokuba.


-No tienes porque darlas, mi hermano fue quien hizo todo, ¿sabes? En verdad estaba preocupado por ti.


-¿Enserio?


  -Sí, deberías hablar más con él, creo que le haría feliz.


-No creo, siempre terminamos peleando.


-Eres un niño Jonouchi.


-¡¿Y me lo dices tú?!


-Ja ja ja ja  buen punto, nos vemos.


  Se despidieron y el joven entró a su hogar, subió como pudo a su alcoba y se tiro en la cama, había sido un día muy pesado...


.........................


No supo cuanto tiempo durmió, pero por primera vez en mucho tiempo pudo descansar como se debe, hasta que el sonido de alguien escribiendo en la computadora le despertó, le pareció tan familiar, ah si Kaiba estaba escribiendo en...¡momentito que esta es SU casa!


Se sentó con algo de trabajo en la cama y le miro, justo como lo pensaba ese hombre estaba ahí.


-¿Qué rayos haces...?


-Hasta que te despiertas ¿cuánto tiempo me vas a hacer cuidarte? Tengo una vida.


-Pegado a la computadora no creo que mucha.


-No seas idiota, estoy trabajando en las acciones y negocios de Kaiba Corp.


-¿Eso haces?


-¿Y qué creías?


-Que veías pornografía.


La respuesta del chico fue tan directamente tonta que provocó una sonora carcajada en el mayor, era extraño verle reír así, pero no le desagradaba.


-Eres un idiota Jonouchi ja ja ja ja eres tu el que ha de ver esas cosas.


-¡Claro que no!


Se puso rojo sin saber la razón, no quería que pensara así de él ¿por qué de buenas a primeras le interesaba la opinión de ese sujeto?


-Bueno, ahora que despertaste y pude comprobar que lo único dañado es tu cerebro, en cuyo caso no importa, me retiro, tengo cosas que hacer y mi tiempo es muy valioso como para desperdiciarlo contigo.


-¡Óyeme!


-Si te da hambre hay comida en el refrigerador solo caliéntala.


-¡Tu no me dices que hacer!...¿Hay comida? ¿Acaso tu?...


-Ya quisieras, no tienes tanta suerte.


-¡Ya largarte!!


-Como te dije era lo que tenía planeado, más suerte para la próxima, tal vez te tomé en consideración algún día.


  Salió del lugar con una sonrisa que el rubio no pudo ver, se sentía tranquilo, si tenía tanta energía era obvio que estaba bien, temía que no despertara, aún cuando el médico que contrato y curo sus heridas dijo que no corría peligro, sin embargo la incertidumbre en su pecho no se iba, no hasta que pudiera constatar que no hubiera problemas, es bueno saber que todo parecía ir por buen camino.


  ..........................


El joven pasó varios días en casa, recibiendo una llamada diaria de Kaiba para molestarle e insultarle por teléfono, al parecer el empresario le ha cogido manía a provocarle coraje tras coraje, aunque tampoco puede entender por qué sigue contestando sus llamadas ¿acaso le hace feliz escuchar su voz?


Lo que el rubio no entiende es que si Seto le llama todos los días es para verificar que está bien, mientras no mejore al punto de poder quitarse los vendajes no va a estar tranquilo del todo.


  ........................


Y así pasó todo un mes con la misma convivencia, de vez en cuando el castaño iba a verle a casa, pero como siempre terminaban discutiendo, o más bien el oji miel enojándose solo, hace mucho que sus heridas habían sanado, pero a pesar de su manera tan extraña de relacionarse parecía que en verdad disfrutaban el tiempo juntos.


  ........................


Pasaron otros seis meses en el que su convivencia se hizo más estrecha, incluso comenzaron a salir a restaurantes, al cine, exposiciones de arte y muchos lugares más, y aunque siempre discutan, el rubio se dio cuenta de algo.


En determinado momento se enamoró del bastardo ese, quiso golpear su cabeza con el retrete cuando se dio cuenta de ello, a ver si con eso le daba un repentino ataque de amnesia, pero sabía que era poco probable que le sucediera algo así, y no porque los hechos demostraran que no se podía, más bien...no tenía tanta suerte.


Después de aceptar en contra de su voluntad claro está que se había enamorado del castaño decidió que tenía que aclarar las cosas con él, daba igual que le rechazará y terminara golpeando, como si no se fuera él a defender, si, le dice porque le dice, Jonouchi Katsuya es un hombre que enfrenta sus problemas.


Se pone lo primero que encontró en su armario, si como no, si bien que busco durante una hora la mejor combinación, en su vida ha sido tan cuidadoso para vestir, pero de que tiene buen gusto lo tiene, se dirige a Kaiba Corp sin un plan en mente, ya se le ocurrirá algo para entrar, pero es imperativo que hable con el hoy.


Al llegar a la empresa la recepcionista le recibe con una sonrisa y le deja pasar como si nada, le pareció extraño ¿una fan acaso? Sonrió de manera tonta, es muy probable, incluso se sabía su nombre.


Pero fanática o no, no tiene nada que ver, su jefe ha dado la orden hace meses de que si Jonouchi Katsuya va de visita le dejen pasar y hacer lo que quiera, claro, no se tomo la molestia de informarlo al rubio.


-Disculpe-le habla a uno de los empleados.


-¿Qué se le ofrece señor?-se dirigió a el de manera respetuosa, muy raro.


-¿Sabes en dónde está lo oficina de Kaiba?


-Claro, está en el último piso, ocupa todo el sitio.


-Gracias-sonrió y se retiro.


¿En serio todo un piso solo para una oficina? El oji azul y su exhibicionismo.


Llegó sin esfuerzo al lugar, pero se quedó parado en la puerta asustado sin saber que decir, hasta que escucho una conversación.


-¿Crees que sea mucho un viaje por Europa?-preguntaba el mayor a su hermano.


  -No lo creo, después de todo será por tu luna de miel, espero que seas muy feliz hermano, por fin te vas a casar.


El oji miel sintió nula fuerza en las piernas, estuvo a punto de caer pero se aferró con fuerza al picaporte, haciendo muy poco ruido por lo que el par no se percató de su presencia.


¿Es enserio? El con toda la intención de declarar sus sentimientos y este se va a casar, siente un terrible dolor en su pecho, de alguna manera había logrado superar el que sus amigos le dejaran solo, y todo porque él estaba a su lado, y ahora el también le deja atrás.


-¿Crees que le guste este anillo?


  -Yo pienso que sí, es tan simple como esa persona.


El rubio sintió que la furia le dominaba, el con el corazón destrozado y el muy bastardo presumiendo la alhaja, ah no, esta si se la paga.


Abre de golpe la puerta asustando al más pequeño, mientras el castaño le mira con su característica seriedad.


-Es extraño que vengas a verme.


  -No te hagas el interesante desgraciado, ¿así que te vas a casar?


-Así que lo escuchaste.


-¿Y cuándo planeabas decírmelo?


-Hoy.


-Oh así que te ibas a reír en mi cara.


-¿De qué rayos estás hablando?


-¡Me enamoré de ti! ¡¿De acuerdo?! ¡No sé por qué ni cómo pero así fue!


-Ya lo sé.


-¿Lo sabías y aún así te vas a casar con otra! ¡¿Es que no te importa lo que siento?!


El mayor frunció el ceño.


-¿Y quién dijo que me iba a casar con otra? Me voy a unir contigo en matrimonio.


-¡¿Que qué?! ¡Ni siquiera somos novios!! ¡No voy a aceptar ese anillo!


El oji celeste suspiró fastidiado.


-Sabía que eras idiota, pero no pensé que tanto.


-¡Óyeme desgraciado a mi no me insultas!


-¿Como no hacerlo si lo eres?  ¿Qué te piensas que estuvimos haciendo los últimos seis meses?


-Paseando.


-Eran citas con mi novio.


-¿Y cómo se supone que lo sepa si jamás me lo dijiste?


-Por una vez en la vida pensé que podrías llegar a ser más inteligente, pero bueno lo hecho, hecho esta, y ya lo dijiste que también te gusto, está claro que vas a aceptar la sortija, así tenga que romperte la mano para conseguirlo.


-Quiero ver que lo intentes-le desafío.


El castaño se puso de pie y tomo la joya, se acercó al rubio y para su sorpresa le tomo con suavidad de la mano colocando el anillo en su dedo anular, el rubio tampoco intento resistirse, era evidente que las palabras de ambos no demostraban su verdadero sentir, el mayor le tomo por la cintura acercando sus cuerpos para terminar el contacto con un beso en los labios, sonrió perversamente.


-Espero que con esto te quede claro que eres mi prometido-dijo el mayor.


  -Eres un idiota-se sonrojo-aún así no sé como...pero te amo Kaiba.


-Mejor dime por mi nombre.


El oji dorado se removió entre sus brazos visiblemente incómodo y bastante ruborizado, todo su cuerpo temblaba, ni él se sentía capaz de decir lo que sentía otra vez, sin embargo decidió armarse de valor.


-Te amo Seto.


-Yo también te amo Katsuya.


Y unieron sus labios nuevamente, ante la alegría del pequeño Mokuba que siempre fue consciente de lo que ambos sentían, pero tienen un carácter tan difícil que el algún punto creyó que sería imposible que terminaran juntos, se alegra de haberse equivocado.


-¿Cuándo será la boda?-preguntó el rubio.


-En una semana.


-¡Eres un...!!


  El pequeño decidió salir para dejarlos pelear a gusto, sin duda son difíciles de entender, se pelean e insultan, pero sabe que después de un rato se les baja el mal humor, porque después de todo el amor que se tienen es de lo más real.

Notas finales:

Muchas gracias a todos los que leen!!!!!!!! >/////<


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