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A private paradise. por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Contenido sexual explícito.

 

Los personajes de Viewfinder pertenecen a su creadora Ayano Yamane.

A private paradise.

 

Un viaje en yate por tres horas, de esa forma llegaron a una isla que por quince días sería su hogar, la vista al mar, la suave brisa y la arena acariciando sus pies, no extrañaría la ciudad de eso estaba seguro un rubio junto a sus hijos.

 

- No voy a preguntar cómo hiciste para tener todo esto, lo que si haré es decirte bien pensando. 

 

- Tomaré eso como un " me agrada el lugar " ahora vamos derecho por este camino está la casa. Con pequeños pasos se fueron acercando a lo que parecía una mini  mansión de dos pisos con balcón en la planta de arriba, unas diez habitaciónes, el baño familiar, un amplio comedor/recibidor y la sala sumamente acogedora, un niño en un parque de atracciones así se sentía Akihito en ese lugar, inspeccionando cada rincón por unos instantes se olvido de sus hijos.

 

- Saben pequeños su mami se fue de viaje al país de las maravillas, vayan también a jugar. Soltando sus manitas los dejo que dieran pasitos para recorrer y conocer lo que sería su hogar.

 

Bajo corriendo por las escaleras e ir por sus niños. - No dejes que salgan solos,  se pueden lastimar o meterse al océano y ...

 

- Hay guardias por los alrededores no te preocupes, te traje aquí para relajarte por lo cual, ve a cambiarte y disfrutemos de las vacaciones.

 

 

No espero a que le repitiesen la orden, más rápido que un rayó se cambió para ir a tomar el sol viendo a sus gemelos jugar con la arena, incluso les hizo un castillo para que se entretengan con el, recostado sobre un camastro el empresario veía como su esposo e hijos se divertían con la arena y las hojas de una palmera.

 

- Esta es una buena oportunidad para tomar fotografías o pintar el entorno, que pena no traje nada para ello. Hablaba en voz alta consigo sobresaltandose al sentir un objeto frío recorrer su espalda. - Que haces? Me da escalofríos y ... para que es la llave.

 

- Sólo entraste a la habitación para cambiarte y no viste lo que había dentro del armario, ve a abrirlo yo los vigilo. Entregándole la pequeña llave, lo vio correr hasta entrar a la casa, el cuarto principal siendo más grande que las otras alcobas, tampoco se percató de ese detalle, abrió el dichoso mueble llenándose de felicidad, un equipo completo de fotografía y otro de pintura, sacó la cámara regresando igual de rápido que como entro, tirandosele encima besandole apasionadamente rodeándole el cuello profundizando el contacto.

 

- Te gusto la sorpresa, pensé que tal vez las ocuparías...

 

- Me encantan, muchas gracias.

 

Beso tras beso demostraba cuán feliz y amado se sentía, los guardias observaban todo a lo lejos entendido el porque sus camaradas les advirtieron que su tarea no consistía en resguardar al mayor sino a las personas que le brindan calma, su pareja e hijos, vieran por donde lo vieran era extraño que su jefe sonriese tan despreocupado, jugase y se divirtiese como una persona normal. Así fue como pasaron la primera semana, dormían los cuatro en la misma cama bien abrazaditos,  comían,  se bañaban, jugaban, pintaban y tomaban fotos como lo que son una familia unida.

 

El domingo por la mañana se habían enterado que el pronóstico del clima cambiaría drásticamente provocando lluvias torrenciales. - Al parecer nuestros últimos días de vacaciones los pasaremos en casa, se te ocurre que hacer.

 

- Tengo varias ideas Aki pero primero quiero dormir un poco.

 

- Bueno me llevo a los niños para que descanses. Le dio beso de poquito en los labios tomando a sus hijos de las manitas llevándolos dentro del hogar, con cautela preparaba algo para comer, durante su estancia el cocinaba para todos incluyendo los guardaespaldas, un pequeño travieso se escabulló de la " vigilancia " gateando llegó a la puerta abierta, andaba con un plumin en mano, los hombres fuera de la casa observaban como el pequeño tenía la astucia de acercarse a su padre y pintar su rostro sin despertarlo.

 

- Una pregunta han visto a un bebé de ojos verdes y cabello negro pasar por aquí. Los hombres señalaron el lugar donde se ubicaba el pequeño, Akihito fue corriendo hacia el notando por que se veía feliz, tomó una foto cargando al niño para meterlo. - Ryuhei serás el próximo Da Vinci, Miguel Ángel o no mejor Picasso, vamos a bañarte y dormirte tu hermanito ya a de estar en su segundo sueño. 

 

Despertó por un relámpago señal que estaba apunto de llover, levantándose de la arena no se había percatado de su rostro pintado, como se fue acercando sus hombres intentaban no reírse de el, fue hasta que vio su reflejo por la ventana que se dio cuenta del por qué las sonrisas. - Les preguntaré quien fue y tal vez no lo asesine.

 

- Le daré su descripción Asami-sama, ojos verdes, cabello oscuro, aproximadamente ochenta centímetros de estatura.

 

La sonrisa en su rostro desubico a más de uno y la contestación lo hizo aún más. - Y de casualidad no tuvo de cómplice a un rubio de ojos verdes. No espero respuesta apenas puso un pie dentro de su hogar, grito buscando a los causantes de usar su rostro como lienzo. - Ryuhei ven aquí en este preciso instante.

 

Desde la cocina se escuchó un gritito y un bebé salió corriendo con su mami detrás. - Corre Ryuhei salva tu vida . El pequeño caminaba agarrándose de lo que tuviese cerca.

 

- Ese es un buen consejo pero adivina que, ya te atrape. Levantando al bebé en brazos, camino con cuidado hasta su pareja, susurrando en su oído. - Tu vas a pagar por las travesuras de ellos.

 

- Me lo supuse, dame a mi futuro pintor lo llevaré a dormir tu ve a la ducha ya está lista. 

 

- Eso no te va a salvar. Atrayéndolo por la cadera besando y mordiendo su labio inferior, se fue directo al baño mientras tanto Akihito acastaba al niño arropando a ambos  bebés, ese día dormirían en habitaciones separadas.

 

- Sabes algo te veías tan dulce con esos garabatos en tu rostro. Metiendose a la tina cerca de su amante.

 

- Ja ja buen chiste, yo se de algo que es más dulce y es solo mio. 

 

- Es muy sugerente esa propuesta. Restregando su cuerpo al del yakuza dejando que sus miembros rozasen entre sí, besaba su cuello dejando pequeñas marcas sobre el, hundiendo el rostro por debajo del agua tomó el miembro del empresario succionandolo, mientras jugaba con los testículos, por ratos tomaba aire volviendo a su labor separándose al notar que estaba por correrse,  salio de la tina poniendose la toalla alrededor de la cintura excusandose antes de salir. - Sin embargo hoy quiero dormir temprano, nos vemos mañana, dulces sueños.

 

- Akihito ven acá, ni creas que esto se va a quedar así. Ni estaba molesto sino frustrado, nunca antes lo habian dejado con las ganas, siempre era el quien provocaba y luego se iba de esa forma obtenía lo que quería de sus amantes. - Una razón más para no dejar de acecharlo. No entendía como pero lograba mantener vivos sus sentidos de cazador apesar de estar casados teniendo hijos aunque con ello, seguía siendo rebelde.

 

Termino de bañarse, al entrar a su cuarto vio que efectivamente su lindo gatito se encontraba durmiendo su respiración profunda y calmada hizo que lo dejase  descansar, durante la madrugada el clima  empeoró, el viento soplando fuerte, la lluvia golpeando las ventanas y los truenos resonaban por todo la isla, al amanecer seguía nublado y lluvioso, los hombres que custodiaban la casa por el clima se refugiaban dentro de ella, como era costumbre los primeros en despertar fueron Akihito junto con los gemelos Ryuhei y Ryuho, con esos tres la cocina se convirtió en un campo de batalla, en lo que el rubio preparaba algo caliente con un toque dulce los pequeños jugaban con sus vasos entrenadores quedando ambos bañados en leche. 

 

- Ya sabía que era buena para la piel, pero no en el cabello menos en la ropa, eso significa que debo darles otro baño, pero primero llevaré esto para que coman nuestros amigos allá afuera. Con la ayuda de un carrito llevó seis tarros con cocoa caliente decorada de crema batida y un malvavisco derretido además de unas crepas rellenas de fruta con miel. - Buen provecho chicos.

 

- Gracias Akihito-san pero y ustedes.

 

- Lo haremos más tarde, debo acear a dos pequeños y despertar a un oso invernando, que lo disfruten. Dejándolos solos en la sala, llevó a sus hijos por las escaleras al baño, volvió a llenar la tina con agua caliente, metiendo a los gemelos.

 

- No les parece extraño es casi imposible pero se siente diferente el aire.

 

- Es porque el chico cambio todo, nada es como antes.

 

- Por esa razón nos dijeron que no fuésemos a perder el objetivo.

 

- Todos y cada uno de nosotros sólo vemos al jefe en la oficina, los clubes, hoteles y gimnasios, esta es la primera vez que vemos su lado como decirlo 

 

- Sensible y familiar, te hace entender muchas cosas que al escucharlas de los demás se te hace poco creíble.

 

- Pero requiere valor llamar al jefe oso invernando es casi suicidio.

 

- Para ustedes seis si, al contrario la persona que me llamó así tendrá su castigo. Asami ingreso a la sala con una bata en azul marino y descalzo, asombrandolos. - Sigan comiendo solo vine por algo de beber.

 

- No tomes alcohol en ayunas, te va hacer daño. El tono de voz que uso dejó de piedra a los ahí presentes, notando el aspecto que tenían se disculpó por ello. - Lo siento no quise asustarlos, es solo que no me gusta que haga eso, niños vayan con papá corran. 

 

- Se puede saber porque no hay nada que tomar, hola destructor y transformador. Cada niño se aferró a una pierna provocando que su caminar fuese lento.

 

- No les digas así, son curiosos a esa edad además si quieres que aprendan algo de lo que haces empieza a enseñarles, mientras más rápido es mejor. Caminando a la cocina haría algo menos dulce para ellos y la papilla de sus hijos.

 

- No es cierto verdad, aún están pequeños para que aprendan algo. 

 

- Peta, num, Peta, num. Palabras que los bebés no dejaban de repetir y señalar algo en las paredes.

 

- Toma eso y come. Dejando el plato con rollos de salmón junto al  café, oír a sus bebés hablar señalando los cuadros en la pared, los abrazo. - Son tan lindos y crecen muy rápido.

 

- Lo dices por que entendiste lo que dicen o te entró la nostalgia.

 

- No eres muy observador, mira los cuadros que están atras de ti, son una escopeta y una mágnum o no. Un sonido de asombro salió de boca de los hombres en la sala. - Te dije que aprenden rápido.

 

- Tu les enseñaste eso además de otras cosas.

 

- Puede ser, quiero que sean autosuficientes que no dependan de nadie. Llevándose a sus hijos para una lección más de cultura y arte.

 

- En pocas palabras, quieres que los encierre y nunca puedan salir. Siguió a su pareja dejando al resto con una duda en sus cabezas, esos bebés heredaron mucho de su "mami" además de la belleza, la inteligencia, de algo podían estar seguros esos pequeños serían excelentes jefes de la mafia. - Aki, estas molesto por algo, no luces como otros días además no has comido nada.

 

- Estoy bien, sólo tengo un pequeño malestar estomacal eso es todo, en cuanto se me pase comeré, por el momento les daré la enseñanza de hoy y será historia.

 

- En verdad eres increíble, por eso solo te daré un castigo. Beso fugazmente sus labios cambiando de habitación, mejor dicho fue a preparar la tortura para su niño.

 

Luego de comer, jugar poco con ellos los dejo dormir en su cuna encendiendoles la lámpara que al girar muestras animales con una canción de cuna, de pronto sus ojos fueron cubiertos por una tela oscura, sus manos fueron esposadas, sabía lo que significaba, sería torturado hasta el amanecer o tal vez, muy en su interior desaba que fuese así. - Si digo que lo siento sinceramente reduciría el castigo.

 

- No, todo lo contrario aumentaría, pero puedes intertarlo. Lo guió por los cuartos hasta llegar al indicado. - Esta habitación es igual a la del departamento, puedes gritar todo lo que quieras nadie te escuchará. Con la ayuda de navaja, lo fue despojado de la ropa dejándole desnudo, cubrió su cuerpo con un líquido viscoso de aroma fresco antes de ponerle las cuerdas de bondage, cubriéndole el pene con un parche de cuero, evitando que derrarse su semen antes de tiempo. - Listo para jugar toda la noche. 

 

- No, no, por favor no seas cruel. Ante sus súplicas comenzó con el castigo, torturando su cuerpo con una pluma que da diminutas descargas pero placenteras, centrándose más en las partes que el sabía lo harían gritar y retocerse como son los pezones, su miembro, los testículos hasta el ano, el crujir del arnés que lo sostenía indicaba que tanto disfrutaba con la dichosa pluma, cambiándola por el vibrador su cuerpo se sentía caliente su pulso se aceleraba súbitamente fue con eso que comprendió lo que le había untado era un afrodisíaco. - Aaaah ngh basta mng aah.

 

- Dije toda la noche, esperabas que fuese mentira, además también funciona en mi. Ahora que lo tenía cerca, notaba que se encontraba igual que el sin nada de ropa, entre sus gemidos y las descargas no se dio cuenta del momento en el que su amante se despojaba de su ropa. - Grita para mi, quieres. Lo penetraba con el juguete, al mismo tiempo que se entretenía lamiendo y mordiendo sus pezones rojos, endurecidos por tanto estímulo, sus muslos también eran devorados con frenesí. 

 

El rubio gozaba con tantas atenciones, gemía, gritaba, quería hablar pero no podía pronunciar ni tres palabras, todo lo que salía de su boca insitaba al yakuza a seguir torturándolo. - Ryuichi ya ngh agh más mgh aaah te quiero den agh . 

 

- Aún no, quiero jugar más contigo. Aúnque el estuviese igual de ansioso que su gatito, no lo complacería, primero lo obligaría a terminar lo que inició la noche anterior durante el baño, para ello lo desató dejando las esposas y antifaz, poniéndolo encima de él hablándole con un tono seductor - Aki termina lo que estabas haciendo. Libre como se hallaba, pudo darse una idea de lo que seguiría y al sentir el duro miembro de su amante supo que era cierto, lamiendo desde el prepucio hasta los testículos antes de engullirlo chupando como si fuese el más rico dulce, por su parte el yakuza hacia lo mismo además de hundir su lengua en la entrada rosadita del rubio quien gemía entre la felacion, aumentando la velocidad de las succiones ambos se corrieron bebiendo la esencia del otro.

 

- Ryuichi quiero más. Recostándose del otro lado separando sus piernas permitiendole el acceso. - No me dirás qué estás cansado o si. Con una sola embestida lo penetró, una y otra vez, elevó sus piernas llegando más profundo en el rozando su próstata haciéndole gritar, si estuviesen en la ciudad seguramente los vecinos se quejarían por el escándalo. - Quitamelas aaah ngh agh, quiero tocar aaah.

 

- Si te dijera perdí la llave entre las prendas. Besando sus labios, jugando con la lengua, hablándole al oído, su voz cargada de lujuria y deseo. -Descuida, buscaré el repuesto por la mañana, entre tanto te haré gozar hasta la inconsciencia. Las estocadas certeras en su punto de placer para aumentar la satisfacción puso su mano en el cuello del ojiverde apretándolo de a poco, lo bueno era que ese cuarto era aprueba de sonido, nadie fuera de ahí los podía escuchar, pero adentro la resonancia era perfecta, todo su cuerpo podía sentir el vibrar del contrario llenando su cabeza con los gemidos exigiendo ser penetrado.

 

Cambiándo la pose, ahora era Akihito quien llevaba el ritmo, movia su trasera de forma oscilante dándole a ambos una sensación de gozo, Asami acariciaba su trasero una de las muchas partes de su cuerpo que lo atraían, moviéndose más rápido llegaron al climax, entre besos recuperaban la respiración, calmando los latidos acelerados. - Vamos por otras rondas, todavía no amanece. Sentándose aún con el rubio sobre el.

 

- Es que no estás cansado. Sintiendo como su miembro se iba poniendo duro. - Ya vi, no mejor dicho ya sentí que todavía no. Elevando su cuerpo hasta tener la punta del pene en su interior para después dejarse caer, con los sentones que daba provocaba que el yakuza gruñiera de placer, su cuello, hombro, pecho y hasta sus pezones eran besados y mordidos, ambos tendrían huellas de esa noche de extremo gozó. 

 

- Volteate, quiero marcarte por todos lados. Colocándole de cara al colchón, tomó su miembro con una mano masturbandole mientras lo embestía salvajemente, cubriendo la espalda de Akihito con mordidas y besos, terminaron eyaculando casi al mismo tiempo. Lo hicieron una última vez, sus cuerpos bañados en sudor, el cabello alborotado así lucían después de tantas horas de placer, las últimas penetraciones sucedieron ya entrada la madrugada, el rubio retorciendose debajo del yakuza quien sostenía sus piernas en los hombros, la cama rechinando en cada movimiento, los labios hinchados por todos los besos dados, el orgasmo más placentero llegó dando así por terminada la actividad sexual de ese día, rodando para dejar que el ojiverde quedase sobre el, jugando con sus cabellos dorados.

 

- Podemos dormir de esta forma, ya no quiero moverme es más tu cuidaras de los gemelos, no creo ser capaz de levantarme.

 

- No me molesta en lo absoluto, descansa mi lindo Akihito. Rodeándolo con sus brazos, manteniéndolo cerca de su cuerpo.

 

- Dulces sueños Ryuichi.

 

Los siguientes días disfrutaban de su mutua compañía, abrazados en la sala leyendo un libro con sus hijos sobre sus piernas, jugando en la tina de baño rodeados de patitos de hule, corriendo por toda la casa disparando dardos de juguete, llegando el día que debían regresar a Japón lo harían con su lazo más fuerte y unos niños súper despiertos.

Notas finales:

 Muy buenas noches tengan todas y todos los lectores de este fandom, primero una disculpa por subirlo el especial hasta el día de hoy, en mi defensa les diré que no vallan a fiestas si al siguiente día deben trabajar 😂😉.

 

Sus comentarios son bien recibidos y serán contestados a la brevedad posible. Excelente inicio de semana 😘😘.


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