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Haz realidad nuestros sueños por Paz

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Notas del capitulo:

Aquí tenéis la continuación de Haz realidad los sueños de los que te rodean...

Haz realidad nuestros sueños


By Paz


Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen


 
Capítulo 1: Una revelación inesperada e increíble


 

Hanamichi y Kaede permanecieron encerrados en ese cuarto demasiado tiempo, más a ninguno de los dos les pareció excesivo, encontraban comida y bebida junto a la puerta y cuando la necesidad les llevaba a salir, no se encontraban con nadie. Era como si les hubieran dejado la casa para ellos solos y solo acudían allí para alimentarlos.


Finalmente, Hana una mañana se desperezó y comentó regresando al mundo real.


-Dentro de unas semanas tenemos exámenes, espero que Yohei se acordara de traerme los apuntes.


-Y los míos, qué? Tendré que esforzarme el doble.


-Tu eres muy inteligente... saldrás adelante.


-Gracias...


-Escuche voces... y oí a mi madre decir que seguíamos encerrados.


-Cuándo fue eso?


-No estoy seguro... creo que anoche o esta mañana... no estoy seguro –sus ojos melados tenían un brillo divertido.


-Quieres que nos duchemos juntos? –le propuso Kaede- Después podemos salir a dar un paseo.


-De acuerdo... –se tiró de la cama muy dispuesto- voy a fijarme si estamos solos.


Kaede asintió sin moverse del lecho. Allí se estaba muy a gusto y aunque la propuesta salió de él no le apetecía mucho levantarse.


Sorprendentemente encontró la puerta del pasillo cerrada, podían ir al aseo sin ser vistos. Acercó el oído para escuchar. Todo estaba en completo silencio.


-Vamos Kaede levántate. No se oye nada. –se puso su yukata y le lanzó otro a Kaede- Aprovechemos ahora que estamos solos.


Su aseo se prolongó durante bastante tiempo y solo entonces renovados volvieron al dormitorio que habían compartido, el olor a sexo era notorio, Hanamichi abrió las dos hojas de la ventana para ventilar el ambiente.


-Creo que mi ropa puede servirte, -la suya aparecía tirada en el suelo, arrugada y sucia. Deshizo su cama, formando un lío con la ropa, dejándola junto a la de Kaede- Pondré la lavadora y tendrás el pantalón y la camisa secos para esta tarde.


Algunos minutos después, ya vestidos, se dispusieron a salir del dormitorio, Hana recogió la ropa para lavar y Kaede cariñoso le abrazó por detrás.


-Ya te estoy extrañando –murmuró junto a su oído.


Hanamichi que estaba abriendo la puerta del pasillo se detuvo frenado por la impresión que recibió, al ver que no estaban solos.


Kaede sorprendido por la falta de respuesta de su Do’aho y por la brusca parada levantó la mirada por encima de su hombro para encontrarse con cuatro pares de ojos fijos en ellos, en todos ellos había más que diversión, de seguro que habían gozado escuchándoles mientras se duchaban.


-Quienes son? –Susurró Hanamichi con evidente sobresalto.


-Mi hermano mayor y sus guardaespaldas.


-Hiroshi...


-Le recuerdas?


-Vagamente. –Avanzó unos pasos- Buenos días.... –no estaba seguro que lo fueran, al oír la risita del chico supo que era más tarde- vuelvo enseguida. Hola mamá –la saludo animado. –salió raudo, dejando solo a su zorrito para que se enfrentara a esa insólita situación, después de todo era Kaede el ruidoso.


Cuando volvió de poner la lavadora, pensó que les había dado tiempo a todos para asimilar él que estuvieran tanto tiempo encerradas.


Nadie hablaba y Kaede permanecía de pie, apoyado contra la pared. Fue a su lado, para mantenerse apoyados el uno en el otro.


Hiroshi les miraba divertido.


Hana esperaba bromas, pero aquella no.


-Qué, ya le has embarazado? –preguntó riendo Hiroshi.


-¡Mamá!! –exclamó mirando hacia su madre que se encogió de hombros. Sakuragi había enrojecido y no se distinguía diferencia de color entre su rostro y su cabello.


 Kaede miró a su hermano con frialdad, sin advertir el sobresalto de su novio.


-Me aburría sola... –se justificó- Hiroshi y Kae fueron muy gentiles al hacerme compañía.


-Ya la has escuchado –respondió a su vez Hiroshi- Estábamos haciendo apuestas –rió al informarle de ese hecho.


-Apuestas?


-Aha... Por vuestras efusivas expresiones, -sonrió al ver el rubor en ambos rostros- Sato e Iseo decían que no aguantaríais más de veinticuatro horas, yo aposté por cuarenta y ocho, en cambio Kae te tiene más confianza y subió la apuesta a setenta y dos –miró sus rostros riendo al ver el rubor que les cubría- Pero quien nos sorprendió ha sido la señora Sakuragi, afirmó que podíais pasaros ahí una semana.


-¡Kuso! –exclamó Kaede sin saber donde posar la mirada.


-Gano mi madre –afirmó Hanamichi cuando pudo pronunciar palabra- Mi padre era igual, es decir, tengo sus genes y... bueno, eso.


-Lo que así ha sido. Además, nos ha contado unas historias muy entretenidas –rió mirando divertido a su hermanito.


-Y esa tontería que dijiste antes? –Kaede la había estado procesando desde entonces y todavía no había terminado de comprender porque dijo aquella bobada.


-Cuál? –no recordaba haber dicho alguna.


-Lo que le preguntaste a Hanamichi.


-¡Ah eso! Jajajajaja... –no pudo evitar soltar la carcajada- Eso... también apostamos acerca de ello... solo que tenemos que esperar más tiempo, y al parecer no es ninguna tontería. Seguro que te ves muy guapo embarazado.


-¡Baka... los hombres no se embarazan! –miró a Hanamichi que se había quedado muy callado- verdad? –hasta le hacían dudar de esa verdad incuestionable – Hanamichi? –le miraba un tanto sorprendido por su silencio.


-No se....


-Cómo que no sabes? –una gotita de sudor apareció en su sien.


-Según las crónicas de la familia hace más de ocho generaciones que no ocurre. –murmuró Hanamichi pensando que durante esos días había expresado mentalmente el deseo de tener un hijo con Kaede, un hermoso bebe que les perteneciera. Un bebe al que cuidar y amar. Cabía la posibilidad que no ocurriera, porque ambas partes debían tener el mismo deseo.


-Crónicas? Generaciones? –le miró alucinado- Es una broma... Hanamichi? –miró al muchacho que le contemplaba con la expresión muy seria- Os habéis puesto de acuerdo... pues no tiene ninguna gracia –expresó deseando que Hanamichi le confirmara que todo era broma.


-Tranquilo... no pasará nada... si tú no lo has deseado...  –dijo Hanamichi.


-Desear qué? –preguntó asustado.


-Tener un hijo de los dos.


-Lo pensé... –confirmó Kaede.


-Yo también –dijo Hanamichi.


-¡Felicidades chicos! –exclamó contenta la futura abuela.
Kaede se desmayo de la impresión.


-¡¡Kaede... Kaede...!! –gritó Hanamichi levantándole en sus brazos y llevándole hacia un sofá.- Traer un vaso de agua –pidió asustado por la palidez su pareja.


 
**********************


 
Dos meses más tarde.

 -HANAAAAAMMMMIIIICHIIIIIII........ –su grito estentóreo resonó en toda casa.
 
Hasta el próximo capítulo....

Paz

Lo embarazó. Pobre zorro. En el siguiente capítulo comienzan a explicarse algunas cosas para el fic original que va incluido en este fic.

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