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Sonata de Invierno por Riona_Sagita

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Notas del fanfic:

Este es un fic regalo por el aniversario de los 5 años a Crystalwall por ser una de mi autora favoritas, una gran persona y por esforzarce a ser eso bellos fic que ella solo puede hacer (y enamorarme del HadesxSeiya) 

 

Este fic será de publicación quincenal y en sonotas y melodias estan resaltadad en hipervinculo por si quieren oirla cuando se haga referencias a ellas.

 

La Portada del Fic es esta "Porta"

 

P.D: Este fic tambiens erá publicado en Wattpad ya que encontrado muchos lectores de Amor-yaoi que prefieren Wattpad y viceverse.

Notas del capitulo:

Felicitaciones a Crystalwall por sus 5 años como autora, gracias a QueenCrystal por ser mi victa al hacer un fic tan sentimental y hacerla llorar y a guapa Elsy por ser la beta de este regalo y empezar a leer mi locas ocurrencias.

 

 

 

Sin nada mas que decir, pasen y lean.

"Las lágrimas no son un castigo sino un aprendizaje"

 

Anónimo

 

 

Tokio, 2004

 

-Vamos Seika, sé que te puede ser difícil, pero solo debes practicar un poco más, ¿No eras tú la que me dijo animadamente "Mamá enséñame a tocar"?- Le dijo divertida atractiva mujer de cabello castaño de hermosos ojos negros y tez blanca, quien vestía sweater algo holgado de color azul bebé y a juego una la falda lisa hasta las rodillas.

 

 

 

-Si lo hice, pero tú lo haces parecer muy fácil- Se quejó una niña de apariencia muy parecida a la castaña de sweater, su rostro era muy y el tono de sus cabellos eran rasgo que compartían. Solo en el tono de sus iris de distinguía de la hermosa mujer que era su madre.

 

-Vamos Seika, Roma no se hizo en un día- Le animo.

 

-Pero a mí me gusta "Para Elisa", ¿Por qué quieres que aprenda "Estrellita"?

 

-Seika, tienes apenas una semana de estar aprendiendo a tocar, "Para Elisa" es muy complicada para una niña como tú que no sabe diferenciar aún de las doce octavas que tiene este piano- La mujer le enfatizó al señalar con sus manos el teclado del piano de cola que había sido su compañero desde hace muchos años cuando estudiaba música en la Universidad y conservatorio de Música.

 

-Pero "Estrellita" es aburrida- Se volvió a quejar la niña de 7 años.

 

-A mí me gusta- La infantil voz de un niño hizo que ambas castañas fijaran su atención en un lindo castaño de 5 años de edad que vestía su ropa de dormir de dinosaurios. Su cabello algo largo para un niño de su edad era de un tono mucho más oscuro el de su madre y su iris al igual que los de su hermana era un hermoso color chocolate.

 

-¡Seiya!, ¿Qué haces levantado aún?- La castaña mayor le tomó entre sus brazos para comprobar el estado de su niño. Seiya había sido dado de alta luego de una operación a las amígdalas, por lo que el reposo era absolutamente necesario para el pequeño castaño, pero al ser un niño tan enérgico el mantener al pequeño en cama era una tarea casi imposible.

 

-Me duele la lalanta- Se quejó el pequeño al ser tomado en brazos.

 

-¿Quieres algo de helado?- Seiya negó con la cabeza enérgicamente – Pero el doctor dijo que podías comer todo el helado del mundo ahora que te operamos de los amígdalas – Cargando al pequeño Seiya se sentó junto a Seika, dejando descansar el pequeño en su regazo.

 

-Pero me duela comerlo- Se quejó para presionar una de la teclas del piano

 

-Es duele – Le corrigió Seika – Mamá ya no quiero seguir, el piano es aburrido- Dijo cansada y dando por terminado las clases del día, prefería ir a jugar con sus muñecas que seguir sentada enfrente al piano intentando aprender algo que no le gustaba.

 

-Bien a ninguno de mis hijos le gusta la música- Se quejó con un poco al ver la negativa corporal de hija a seguir intentando aprender a tocar piano.

 

-A mí me gusta mami- Dijo Seiya feliz – Yo si quiero oír estrellita – Feliz de ver que uno de sus hijos gustaba de su música, empezó a la suave melodía.

 

Disfrutando la música el castaño empezó a mover la cabeza y veía con asombro la velocidad con que la manos de su madre se movía sus manos creando esa animada melodía que le gusta oír sobre todo en la época navideña, especialmente en la noche de Nochebuena, cuando él y su padre encendían la estrella del árbol. Cuando la última nota se oyó Seiya no pudo evitar agitarse en las piernas de su madre y pedir animadamente que la tocara otra vez.

 

-No, es hora de que regreses a la cama, vamos- Tomando al pequeño entre sus brazos lo cargó para llevarlo entre protestas

 

-No quiero mami- Acostado en la cama, seguía luchando para no regresar a la cama.

 

-¿Te gusta tanto el piano?- Le preguntó buscando distraerlo un poco para que se quedara quieto en la cama.

 

-¡Si! – Le respondió animadamente.

 

-Si eres buen niño, te enseñare a tocar, así cuando yo no éste, tú puedas hacerlo

 

-¿Yo puedo aprender?- Le preguntó animado por la noticia.

 

-Sí, no veo la razón para no enseñarte, Seika y tú puedan aprender a hacerlo, aunque tú hermana no le guste mucho.

 

-Si quiero, si quiero

 

-Muy bien, pero primero debes descansar y recuperarte, cuando estés mejor empezaré a

 

Cumpliendo su promesa la madre de los dos niños empezó a enseñarle a tocar el piano, si bien Seika poco a poco iba aprendiendo, la niña prefería jugar con sus muñecas y bailar que tocar, por su parte Seiya poco a poco iba mejorando para orgullo de su madre, como maestra de música en la universidad que uno de sus hijo heredara su amor por el piano le llenaba de orgullo.

 

Con el paso de los años y en la víspera de la llegada de Navidad, los niños estaban emocionados, el frío del otoño era cada vez más fuerte por lo que la llegada del invierno les emocionaba, las calles se iluminarán con luces navideñas, comerían las galletas de jengibre con chocolate caliente y en la mañana de navidad abrirán los regalos (1). Pero lo que más les gustaba en esa época del año pasar tiempo con su padre, ya que el patriarca de la familia era un fiscal del distrito muy reconocido por ser un defensor de la justicia y el poder pasar más tiempo con él para poder ver películas o ir patinar al parque de nieve y hielo del centro de la ciudad eran actividades que disfrutaban.

 

-No me gusta esa melodía, es... triste- Comentó Seiya al llegar con un balón de fútbol en sus manos, hasta poco estaba jugando en el parque con algunos niños del vecindario.

 

-¿No te gusta?- Le preguntó sin dejar de tocar Moonligth(2).

 

-No- Dejó el balón y se acercó rápidamente al ver como el ritmo lento y algo melancólico era sustituido rápidamente por uno más rápido y animado, fascinado por eso observo las manos de su madre moverse no queriendo perderse nada.

 

En los últimos años la madre de Seiya había observado y detallado que el menor de sus hijo tenía un oído musical excepcional, con solo de oír la melodía y obsérvala tocar el pequeño castaño iba aprendiendo a tocar poco a poco.

 

Al llegar al clímax de la sonata se sorprendió de oír aplausos a su espalda, no esperaba mayor espectador que el pequeño castaño, ya que Seika estaba en casa de una amiga, grata fue su sorpresa al ver a su marido vestido con uno de sus trajes de saco y corbata que usaba para ir a trabajar.

 

-Llegas temprano- Le saludó a su esposo.

 

-¡Papi!- El pequeño de ahora 8 años corrió a abrazar al recién llegado.

 

A primera vista se podía parecía que Seiya era una réplica de su padre, sus rasgo eran casi los mismos, lo único que Seiya había heredado de su madre eran los rizos castaño de cabello y el amor a la música. La mirada achocolatada que tanto Seika como él poseían era herencia de Maximilla Pegasus.

 

-¿Cómo está el hombre de la casa?- Le pregunto revolviendo su cabellos de Seiya.

 

-Bien- Le dijo riendo al sentir esa caricia en cabeza.

 

-¿Cuidaste del fuerte en mi ausencia?

 

-Sí y del parque también, hoy fui a jugar al parque, le gane a Yato al meter un gol más que él- En la cara del pequeño Seiya podía ver la felicidad de haberle ganado a su auto nombrado némesis del jardín de niños.

 

Desde que Seiya y Yato se habían conocido en el autobús infantil, no hacían nada más que discutir por ver quién era el mejor en colorear, dibujar, matando incestos, hacer los labores de limpieza en la escuela, entre otras actividades. Y si bien la rivalidad era grande, los niños no dejaban de jugar algunas veces y llevarse bien.

 

-Así me gusta- Sin nada más que decir se acercó a su esposa y la besó en la frente como saludo – Tocas tan bien como la primera vez que te oí tocar.

 

-Solo dices para que te dé un beso- El tono bromista de su esposa le animó a seguir el juego.

 

-¿Funcionó? – Le preguntó coqueto acercándose a ella y abrazándola por los hombros.

 

-Sigue intentando- Fue su única respuesta.

 

-Puack, no hagan eso en público- Se quejó el menor, antes de tomar su balón e ir a su habitación. La acción del pequeño no hizo más que divertir a los adultos que rieron animadamente, el menor de sus hijos estaba en la edad que las y que la muestra de amor de su padre le daba asco al punto de huir para no verlos.

 

-Ya crecerá.

 

-¿Cómo te fue en el caso?- La castaña se levantó de su lugar y sentó a su esposo en el banco para quitarle el saco, dándole mejor acceso a los hombros y empezar a masajear para liberar algo de tensión.

 

-Bien, el jurado falló a favor de la fiscalía, no hay forma que Adrian Talavas  pueda salir de esta, las pruebas en su contra son irrefutables, estará en prisión de por vida.

 

-Te felicito- La castaña pasó por el oscuro cabello de su esposo antes de darle un suave beso en los labios.

 

La víspera de Navidad llegó y con ello el momento familiar de los Pegasus de su visita al parque de hielo, más de una vez los padres vieron a Seiya y Seika caerse en la pista y reírse uno del otro al perder el control. Cansados de la pista de hielo recorrieron las esculturas de hielo sorprendidos de ver una escultura de la diosa Athena con todos los detalles, dragones, grifos, ángeles y hadas eran partes también de la exhibición del parque.

 

Solo cuando el frío se hizo más fuerte y el rostro de los niños estaba enrojecido s, los padres consideraron que era hora de regresar. Más toda esa alegría navideña murió en el trágico accidente.

 

El viaje de regreso al hogar de los Pegasus fue animado, con un Seiya animado por regresar a su casa y jugar con su nuevo videojuego para su Nintendo DS(3) y Seika por ir a jugar con su nueva muñeca. El ánimo en el auto era contagioso pero solo duró unos minutos antes de que el auto empezar a tener fallas quedando varados en la mitad del camino de regreso a su hogar. Distraídos por intentar encender el auto ninguno de los miembros de la Familia Pegusus se percató de la luces del camión que iba rápidamente así ellos. Lo último que el pequeño Seiya vio fue a sus padre abrazara a su madre, antes de sentir la colisión del auto y después de eso, oscuridad.

 

La mañana de 28 de diciembre, luego de 3 días del accidente Seiya empezó a recobrar la conciencia, lo primero que percibió fue el extraño olor a limpiador que solía usar su madre a limpiar la casa, todo su cuerpo le dolía y algo le impedía abrir los ojos.

 

-¡Mami!- Llamó asustado Seiya, pero no tuvo respuesta alguna- ¡Mamá!- Llamó otra vez intentando levantarse pero la acción solos dolía cada vez más al punto de llorar, pero sentía que lo que cubría sus ojos no dejaba salir sus lágrimas.

 

Asustado Seiya siguió llorando y llamando a su madre, hasta que la voz de alguien empezó a llamar a un médico y a decir que él había despertado, Seiya se asustó más al sentir manos desconocidas que le tocaban el cuerpo, buscando calmarlo.

 

-¡Quiero a mi mamá!- Le una y otra vez en lágrimas.

 

-Shhhh todo va estar bien, ella no puede venir, pero tu hermana si shhh cálmate- Seiya no pudo oír nada más ya que el calmante que habían inyectado en el suero empezaba a llevarlo a la inconsciencia.

 

-Duerme, cuando despiertes tu hermana estará contigo- Las palabras amables de la enfermera le calmaron un poco, pero eso no sustituía el toque familiar de su madre.

 

-¡SEIYA!- La voz de Seika le asustó al despertarse, el abrazo de su hermana la dolió.

 

-Calmate Seika, vas a lastimar a tu hermano- Seiya no podía reconocer la voz de esa mujer.

 

Pero la castaña no se inmuto, solo abrazaba a su hermano y le llamaba una y otra vez, la humedad que sentio en su piel le sorprendió y a oscuras buscó tocar a su hermana.

 

-Seika quiero a mamá, ¿Dónde está mamá?- Le preguntó, pero solo pudo sentir como su hermana le agarra un poco más fuerte lastimándole en el proceso- Eso duele Seika.

 

- Ella... y papá – Seika empezó a balbucear entre lágrimas y sollozos

 

-Seika no entiendo, tengo miedo ¿Quiero a mamá?

 

-Pequeño – La voz de la desconocida llamó su atención - ¿Qué es lo último que recuerdas?

 

-Estaba con mi papá y mi mamá en el auto, luego nos golpeó muy fuerte y me desperté aquí, me duele el cuerpo y no puedo ver nada, tengo miedo.

 

-Seiya, hace 3 días tuvieron un accidente, un auto colisionó con el de su familia – La mujer hizo una pausa- Cayeron en una zanja, lamentablemente la parte del frente quedó... muy dañada- Seiya sintió como Seika empezaba a sollozar con más fuerza.

 

-¿Y mis padres?

 

-Ellos... están en un lugar donde no pueden regresar.

 

-¡Eso es mentira!, yo quiero a ver a mis papás – Seiya se asustó al sentir le tomaba la mano

 

-Lo siento, quisiera poder traerlos de regreso, pero no se puede Seiya, tus padres están en el cielo ahora, ellos no pueden regresar.

 

-¡Eso es mentira, ellos no pueden estar en el cielo, porque ahí están mis abuelitos y ellos están muertos!

 

-Seiya – Le llamó Seika – Mamá y Papá ya no están... ellos... murieron.

 

Seiya lloró amargamente llamando a sus padres una y otra vez, no supo en qué momento se durmió pero si cuando se despertó. Unas cuidadosas manos empezaron a quitar aquello que cubría sus ojos, la voz era un hombre y por lo que entendió Seiya era un doctor que quería ver sus ojos.

 

Al sentir sus ojos libres de lo que impedía abrirlos parpadeo varias veces notando que todo se notaba oscuro y con manchas desenfocas. No podía distinguir nada ni nadie, solo veía colores y manchones.

 

-No puedo ver- Se quejó Seiya intentando ver su mano donde sentía que había algo en ella porque le dolía al moverla.

 

-Déjame ver- El doctor acercó su linterna y empezó a pasarla por los ojos de Seiya. Luego de unos minutos de preguntas y realizar unas pruebas, el doctor guardó su linterna – Mmm ¿Niños no tienen algún tío o familiar?

 

-No- Negaron a la par

 

-Bien esto no va ser fácil, Seiya, cuando estaban en el auto te lastímate la cabeza- El doctor tocó la parte posterior de su cabeza- Está parte de tu cabeza está ubicado el lóbulo occipital, el daño sufriste fue lo suficientemente fuerte como para lastimarlo, por lo que te vendamos lo ojos para protegerlo, pero es peor de lo que se vio en la tomografía y en la resonancia magnética.

 

-¿Qué quiere decir?

 

-Que en el accidente te golpeaste tan fuerte que tu vista se afectó, puede que recuperes la vista de forma parcial o que no la recuperes.

 

Esa fue la última navidad en la que el niño pudo sonreír y ser derrochar la felicidad y alegría que lo caracterizaba.

 

Ahora era un niño huérfano con una ceguera cortical (4) que por motivos de salud debía seguir ir a un neuropsicologo (5) para ver la evolución de su estado, que había sido separado de su hermana por los trabajadores sociales, su condición tan delicada y atípica en un niño huérfano lo había hecho ser acogido en el orfanato de la Fundación Kido era el hogar de varios niños en condiciones especiales que por trágicas circunstancias de la vida o por la falta de recursos habían quedado sin padres y al que llamar hogar.

 

Solo y sin poder la compañía de su hermana, Seiya empezó a caer en un estado catatónico y de apatía que los cuidadores y el psicólogo mismo de la fundación no sabían cómo tratar, la depresión era un señal clara en el castaño y porque más que intentaban ayudar nada funcionaba. Se programaron visitas de Seiya con Seika, pero ni la presencia familiar de su hermana le ayudaba.

 

Casi a un mes de su llegada al orfanato y de casi dos meses del accidente Seiya empezó a reaccionar al oír las notas de un viejo piano. Ese día en el orfanato se había organizado una limpieza en el almacén del orfanato, entre las cajas y objetos sacaron un viejo piano que había sido guardado por falta de uso. Al ver ese viejo instrumento algunos niños empezaron a jugar con el, lo que hizo que Seiya entre tropiezos llegará hasta la sala de estar donde estaba el piano sorprendiendo a los monitores del orfanato. Tropezando llegó hasta el piano, donde otros niños le empujaron pero siguió las desentonada notas siguió avanzando hasta llegar al instrumento, sorprendidos por eso los cuidadores tomaron a los niños y dejaron a Seiya actuar sobre el piano.

 

 Con la escasa vista poseía toco las teclas del piano y  empezó a nombrarlas como si al hacerlo las reconociera.

 

"Muy bien Seiya, esas son las escalas del piano, van de agudas a grave en escalas de octavas musicales"

 

Recordando esas palabras de su madre, Seiya siguió reconociendo el piano para luego con torpeza intentar tocar Claro de Luna la última melodía que su madre le enseñó. Desde ese día Seiya empezó a conectarse con la realidad, aprendiendo vivir en su mundo de sombras la música era la única luz que guiaba su camino.

 

 "El amor es el bocado más delicioso de la vida,

pero cuando termina es el más amargo"

 

Anonimo

 

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(1) En mi país se abren los regalos en la noche del 24, pero tengo entendido que otros países es la mañana del 25 de diciembre, por lo que lo pondré así.

 

(2) MoonLigth es conocida como Claro de Luna, es una sonata del famoso compositor Beethoven.

 

(3) Es una consola de juego portable de la empresa Nintendo.

 

(4) La ceguera cortical es debida a un daño cerebral en las áreas visuales primarias del lóbulo occipital estando conservados los órganos visuales (ojos, nervio óptico...) y se caracteriza por una vaga percepción de la luz o del movimiento, no pudiendo ir más allá de esto. Esto hace que los sujetos que la padecen rara vez choquen con los objetos y esto haga pensar que se trata de una simulación.

 

(5) Un neuropsicólogo es un profesional dedicado a la neuropsicología. Son licenciados en psicología con estudios de postgrado en dicha especialidad. Toman especial interés en la rehabilitación cognitiva, conductual y emocional del paciente con daño cerebral sobrevenido, el diagnóstico precoz y la intervención en demencias, y trastornos evolutivos pediátricos. Son profesionales que aplican los principios de evaluación e intervención basándose en el estudio científico de la conducta humana en su relación con el funcionamiento normal y anormal del sistema nervioso central. Su principal tarea es analizar la relación que existe entre un daño cerebral particular y las alteraciones cognitivas que se puedan asociar con el propósito de determinar: las zonas y funciones deterioradas, las áreas o funciones indemnes y las funciones posibles de recuperar por medio de un proceso de rehabilitación.

 

 

 

 


 

Notas finales:

 Si llegaste hasta aquí debes estar probablemente diciendo que soy una mujer sin corazón por ser tan cruel con Seiya, pero descuiden, el ponny es más fuerte de lo que parece.

 

El proximo cap sera publicado en 2 semanas, este sera un fic de actualización quincenal ya que tengo otros fic y encargos de cosplay que realizar y necesito tiempo.

 

Próximo capítulo.

 

-Una Melodía para el Kayser- 


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