*--*Mejores amigos*--*
Un lindo día se hizo en la el barrio de clase media. Donde los terrenos eran algo grandes para casa pequeñas, pero eran para los que les gustaban la jardinería y los cultivos propios. Y justo en eso estaban nuestra protagonista de esta historia.
Sakura Haruno estaba mirando una revista sentada en la comodidad del césped de su casa muy tranquila, casi al punto de dormirse, mientras su madre estaba algo lejos de ella regando sus plantas y prontamente retirando algunas manzanas del manzano.
Era muy temprano por lo cual la calle estaba desierta, ya que los niños aun dormían en ese viernes que no hay clases, y los mayores ya se retiraron a sus determinados empleos, por lo cual, nadie vio como una sombra que apareció de la nada comenzó a caminar por aquella calle, sin rumbo, sin ganas, sin vida. Aquella figura, vestida de colores obscuros, pantalones grises, playera negra, botas iguales, y un largo abrigo que le llegaba a las rodillas que estaba abierto de su cierre, dejaba ver un claro misterio en su persona. Un misterio bizarro, ya que su cara, estaba oculta por una máscara que le tapaba la mitad arriba de la cara. Seguía caminando hasta que la voz de una señora lo hizo prestar algo de atención.
- Sakura ¿Podrías ayudarme aquí, por favor? – La ojijade arrugo el ceño molestamente.
- ¡Estoy ocupada mama! Que mujer por dios – Y chasqueo la lengua expresando su frustración de verse interrumpida en su ensueño. Aquella figura miraba eso y se fue acercando a la residencia.
La pelirosa estaba tan absorta en leer y no dormirse que no se dio cuenta que alguien se aproximo hacia ella con una palo. Cuando lo hizo, su cara de horror se dejo ver ante tan escena imposible y escalofriante.
- Todas las chicas como tu son malas – Dijo aquella figura alzando su palo en clara señal de ataque, la joven reaccionando rápido grito y se hizo para atrás haciendo que el objetivo del golpe fuese su revista que se partió por varias hojas.
- ¡Sakura! ¿Qué pasa? – Su madre llego algo confundida por el grito pensando lo peor. Al llegar vio a su hija ahí sentada mirando con una cara de circunstancias a un muchacho extraño, quien había arrojado el palo lejos. - ¿Eh? ¿Es un amigo tuyo Sakura?
- No-o… e-el no-o… e-el qui-iso… Elmeestabaqueriandoatacaryyosoloestabaahitranquila y, y… - Balbuceaba por el terror vivido que no podía juntar sus ideas. Pero la madre ladeo la cabeza confusa y sonrió.
- Hola, encantada de conocerte – Se acerco al muchacho claramente alto y se inclino – Mi nombre es Mebuki Haruno, soy la madre de Sakura ¿Eres su amigo? – Mirandolo emocionada.
- Yo…
- Ay bueno, pero mira no mas mis modales ¿Te gustaría pasar a tomar una taza de té? Ya casi nos íbamos a poner a desayunar – Alzando un mano para señalar su casa, antes de que el joven respondiera la mayor se adelanto – Sakura no es de traer amigos a su casa a excepción de Ino, por eso que venga un muchacho me emociona – Dijo feliz mirando a Sakura que estaba que no se lo creía - ¿Te parece bien que tu amigo se quede? – Sakura por fin reacciono.
- ¡No, él no es mi amigo! ¡Es un loco que me quiso matar! – Apuntándolo.
- Ara ara ¿Se llevan así de bien? Que dicha – Juntando sus manos feliz – Muy querida los dejare solos para que charlen mientras preparo el desayuno – Tomando la canasta vacía, ya después juntaría manzana, y dirigiéndose al interior de la casa.
- ¡No, mamá! ¡Llama a la policía, él…! – Pero Sakura sintió un escalofrío en su espalda y volteo para fijarse que aquel lunático volvió a tomar el palo y se lo iba a estrellar contra la cabeza - ¡Kyaaa! – Lo esquivo - ¡Mamá! – Y se adentro a la casa.
- Todas ustedes son iguales – Dijo seseante con claro desprecio.
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Por raros hechos, aun no habían llamado a la policía y ahora los cuatro estaban en la mesa de la linda y modesta cocina de los Haruno desayunando.
- ¿Así que eres un amigo de mi hija? – Dijo algo despectivo el hombre mirando al excéntrico chico que estaba sentado en el lado vertical de la mesa.
- Mi nombre es Sasuke – Tomando la tetera y vertiendo el té en la taza – Uchiha Sasuke y vivo un poco más lejos, al Norte, de este barrio – Tomando la azucarera y colocando solo una pequeña cucharadita de azúcar y comenzar a batirlo – Pero siempre transitaba más tiempo por aquí, pasando las vías – Golpeando un poco la cucharita en el borde de la taza para sacar liquido y dejarlo suavemente sobre el plato.
- Oh por dios – Mostrando asombro - ¿De verdad? Un lugar muy peligroso ese sitio – Dijo la rubia algo asombrada y preocupada.
- Nosotros que estamos cerca pero a la vez lejos de ahí sabemos que es un feo lugar, lleno de pandillas y matones – Dijo el señor ahora mas desconfiado. Sakura miraba recelosa al loco con un chichón en su cabeza producto de haberle acertado uno de esos golpes.
- Lo sé. Pero mi mejor amigo, Naruto… – Tomando esta vez un pequeño biscocho para dejarlo en una servilleta.
- ¿Si? – Dio incentivo la mujer para que siguiera tomando té.
- Se enamoro de una mala mujer, una pelirosa, una plaga delincuente que se disfraza de condesa – Tomando un poco de té.
- Oh cielos – Dijo Mebuki preocupada.
- Lo trata como su esclavo – Apretando la taza pero dejándolo en el platito.
-… - Kizashi, padre de Sakura, comía su huevo pero aun masticando agrego – Así hay que tratarlos a veces, mas siendo de esa zona – Cortando un poco más de su huevo.
- Es una perra despreciable – Sakura, quien tocaba con dolor su golpe, gruño frunciendo el ceño al oírlo decir “pelirosa” y que la mirara a ella.
- Oh que triste ¿Qué paso con tu amigo? – Pregunto curiosa y sintiéndose mal la mayor.
- Cuando aquella mujer se entero que trate de hacer que Naruto la dejara – Tomando un poco mas de té – Me amenazo de muerte – Sentencio.
- ¡Cielos!... Pobre – Sintiéndose mal por aquel extraño y desafortunado chico. Aun así siguió comiendo.
- Mamá, no te dejes engañar, él fue el que me hizo… - Señalando su chichón.
- Sakura, no seas maleducada, deja que termine de hablar – Le regaño su madre, su padre se concentro el periódico y en comer, aun escudriñaba al muchacho pero no presto atención a su hija. – Continua Sasuke – Dijo con una sonrisa y siguió cortando su huevo.
- Si Sakura, déjame oír a este tipo – Sakura suspiro no creyendo esto. Sasuke quedo quito pero siguió con la historia.
-…Me prohibió el paso de las vías y si me acerco sus hombres tienen la orden de ponerme “en claro” las cosas – Haciendo ademan con su mano a la zona donde se encontraban y luego se señalo - Me obligo a dejar de ir a ese lugar y dejar a mi mejor amigo… Naruto… - Agachando la cabeza y tomándose el rostro – Lo extraño mucho y me cuesta mucho aceptar creer que tal vez no lo vuelva a ver – Lamentándose en su interior.
- Oh, que lastima, quisiera ayudarte – Dijo triste la rubia.
- Quítate la máscara, seguro así podrás ver bien – Dijo despectivo Kizashi. Sasuke en un arrebato con su brazo tiro todo lo de su lado, la taza, el par de platitos y el biscocho. Los otros lo vieron con impresión.
- ¡Ven! El también me hizo… - Sasuke ahora golpeo la mesa con ambas palmas dejando muda a la chica. Sin más que decir, salió de ahí.
- Las perras son malas – Susurro fuerte y con odio.
Ya una vez solos de la residencia la mujer miro mal a su esposo.
- No le vuelvas a decir eso, Kizashi, no vez que lo está pasando mal – Frunciendo en reproche a su marido.
- Ah ya cállate. Siempre diciéndome lo que debo hacer. Además ¿Por qué usa mascara? Queda como un loco – Contraataco.
- ¿No lo oíste? Tiene prohibido pasar a las vías, seguro pensó que tal vez así podría ir a ver a su amigo – Defendió.
- Ah, tu siempre a favor de los demás. Tienes raros amigos Sakura – Dijo restándole importancia y continúo comiendo.
- Pero él no…
- Sakura, vamos a comer ahora tranquilos ¿Si? Luego debo recoger lo de Sasuke – Sonrió su madre. Sakura resignada acepto de muy mala gana.
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Ya de media día Sakura miraba tranquila la televisión riéndose del programa. Estaba tan entretenida que no se fijo hasta que se pudo en frente de ella que estaba Sasuke en la sala. Se miraron, en lo que cabe ya que uno lleva mascara. De la nada Sasuke alza su brazo dejando ver un pescado, Sakura atemorizada no evito ser abofeteada por eso y caer del sillón.
- ¡¿Qué mierda te pasa?! – Dijo con lagrimillas. Pero solo recibió un golpe en la cabeza - ¡Basta! – Al tercer golpe tomo el pescado e iba a lanzárselo en la cara.
- ¡Sakura! – Pero su madre llego – Así que tu tenias mi pescado – Fue algo molesta a su hija - ¡Dios Sakura, vueles horrible! – Quitándole de las manos el pez – Ya no eres una cría, compórtate ¿No te da vergüenza oler así de mal frente a tu amigo? No, claro, tampoco te avergüenza dejar tu ropa por ahí tirada – Bufo con una mano en la cadera.
- ¡Mamá! – Abochornada – Además, no fui ¡Él…! – Señalando a Sasuke. Quien de la nada tenía una cesta con manzanas.
- ¡Oh dios, Sasuke! ¿Recolectaste manzanas por mi? No debiste – Encantada tomo la cesta y puso el pescado arriba de las manzanas – Enseguida hare un pay de manzana para ti – Retirándose feliz de la vida a la cocina. Dejando sola a Sasuke y a Sakura en la sala. La ojijade vio con terror al muchacho, este se acerco pero justo entro la madre de nuevo – Por cierto Sakura ¡Ve a bañarte!
- ¡Si mamá! – Y salió disparada de ahí.
- Vaya, jamás me obedece a la primera, jeje, debes venir más seguido Sasuke – El otro solo se quedo ahí quieto sin agregar nada. La mujer sonrió y se retiro.
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Ya era de noche y la madre de Sakura descolgaba la ropa limpia, pero le entraron ganas de ir al baño.
- Mamá, déjame enserio hablarte de Sasuke – Llego Sakura ya decidida a hablar de ese lunático que se pasea por su casa – Él es…
- Sakura, que bueno que viniste, hazme un favor y descuelga la ropa ¡Ya no aguanto! – Y salió corriendo de ahí. La pelochicle resoplo con cansancio y siguió la tarea de su mama.
De la nada cuando descolgaba una sábana blanca, tras esta, apareció Sasuke.
- Maldita pelirosa – Dijo con hastío.
-
Antes de que ella gritara este la tomo del cuello tapando su boca para ambos fundirse en la sabana y comenzar a forcejear en una pelea. Sakura sentía que se asfixiaba tanto por ser tapada de las vías respiratorias de la cara como siendo estrangulada. Quería llorar ¿Por qué eso le pasaba a ella? ¡¡Ese tipo era un loco!! Con su fuerza le asestó un puño en el estomago quitándole el aire a Sasuke, viendo que logro ser libre busco la manera de salir de esa enredadera. Cuando lo hizo sintió como Sasuke la tomaba del brazo.
- Todas son iguales – Dijo y la chica quedo tiesa al notar como detrás de esa mascara con ojos pintados, en ese pequeño agujero para ver, se veía un destello rojo.
- ¡No, suéltame! – Y Sasuke la soltó y esta cayó en un montón de hojas que su padre barría a la mañana.
- ¿Qué pasa Sakura? – Llego su padre.
- ¡Papá! Sasuke… ¡Ese loco trato de…! – Mostrándole su cuello, el cual para su sorpresa no había marcas de nada, y más que todo, Sasuke ya no estaba ahí.
- ¿Eh? ¿De qué hablas? Tu amigo esta en el baño tomando una ducha hace 8 minutos. – Señalando el interior de la casa, más que nada la ventanilla del baño del segundo piso donde podía verse una sombra moviéndose - ¿Por qué gritabas así? Piensa en los vecinos – Y se adentro a la casa.
Sakura estaba escéptica. Pero… ¿Qué había pasado? Un sentimiento hizo que su mirada se fijara en la ventana del segundo piso, al lado de la del baño, ahí Sasuke la miraba desde la ventana. Sakura impactada miro la del baño y esa sombra seguía moviéndose. Volvió a mirar a la de Sasuke y este solo comenzó a irse a la izquierda, el baño, y entonces esa sombra dejo de moverse y se hizo delgada…. ¿Una figura de cartón? Ahora si estaba aterrada.
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Ya era hora de la cena. Todo estaba en silencio hasta que Kizashi miro a Sasuke que casi ni comía.
- ¿Por qué no te quitas esa mascara de una vez? – Dijo despreocupadamente enojado. Sakura se inquieto de pensar que eso podría hacer enojar a ese loco ¿Por qué no se iba a lo de Ino? Ah cierto. Porque ese desquiciado podría seguirla y herir a su amiga.
- Ya no quiero enfrentar la realidad, prefiero quedarme con ella – Dijo simple y comiendo un poco más.
- Pero lindo, todos debemos enfrentar la realidad en un momento, no puedes evadirla o ocultarte – Dijo Mebuki comprensiva. Al joven ladeo la cabeza.
- ¿En serio? Como tú, que haces dos postres y te comes uno todo sola cuando nadie te ve – La señora se impresiono y bajo la cabeza avergonzada.
- Pero Mebuki… - La miro pasmado a su mujer.
- Y tú… que dices que puedes resolverlo todo pero le dejas el trabajo a alguien más – El hombre se asusto un poco pero más que nada se enojo.
-Ah, me voy a dormir – Y se retiro de la mesa. Las dos mujeres quedaron ahí con el varón en un silencio incomodo.
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- Te prepare la cama en la habitación de huéspedes – Abriendo la ventana y acomodando bien la almohada – Espero que estés cómodo – Dijo gentilmente. – Grita si necesitas algo - Y sin más se retiro.
Ya en el cuarto del matrimonio acostado miraban la pared de sus respectivos lados de la cama. Mebuki suspiro.
- Kizashi ¿Crees que estoy gorda? – El hombre gruño.
- No. Estúpido tipo, y si puedo con todo – Murmuro enojado.
- Okey – Dijo con una sonrisa – Buenas noches.
- Si, buenas noches – Y apagaron los veladores.
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Ya estaban todas las luces apagadas, pero Sakura estaba fuera de su habitación, más precisamente, fuera de la habitación donde dormía Sasuke mirando por el cerrojo. Sentía curiosidad de saber más de este tipo para poder echarlo de su hogar, o mejor aún, a prisión. Había una enorme luna, así que aunque la habitación estuviera a obscuras ella podía verlo bien.
Ese tipo estaba sentado en el filo de la cama, recostado en sus rodillas seguro meditando. De la nada llevo su mano a su bolsillo y de ahí saco un juguetito, un zorrito con cascabel que chichaba.
- Naruto… - Susurro y comenzó a jugar un poco con ese juguetito hasta dejarlo en la cama. Sakura miraba fijamente todos sus movimientos. El sujeto se levanto y comenzó a sacarse el saco. Luego su playera y por ultimo su musculosa. Quedo desnudo del torso para arriba. Sakura se impresiono y sus mejillas se sonrosaron. Debía admitir que ese loco tenía una buena espalda, y buenos brazos, y abdomen ¡Por dios era un buen cuerpazo!
Sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos. Cuerpazo o no, ese tipo era un loco y debía descubrir más de él. Volvió a mirar. Esta vez el chico estaba en shorts ¡Dios, era un papazote! Pero ese pensamiento quedo de lado al ver que este planeaba quitarse esa mascara. Se todo la cinta atrás de su cabeza y fue quitándosela, ya que la máscara venia con cubridor, como un pasamontañas. Una vez retirada dejo al descubierto una mata de pelos negros que a la luz lunas se reflejaban destellos azules. La piel blanca solo ayudaba a acentuar tu perfil, pero… cuando se giro para dar mostrar su rostro, Sakura sintió que se le paraba el corazón ¡Era hermoso! ¡¿Y ese pedazo de hombre quería matarla?! La vida si que estaba mal. Pero aun así, pese a ver a un dios griego, contuvo su gritillo y siguió mirando. Sasuke de la nada saco un arma… o eso creyó ver Sakura. Contuvo otro grito y antes de que pasara cualquier cosa, saco una llave y cerró la puerta para luego correr a la habitación de sus padres.
Entro de sopetón. Sus padres la miraron impresionados.
- Mamá, papá. Ese tipo es un loco, es un monstruo disfrazado y seguro es un mafioso asesino. Vino a matarme y a matar a todos con un arma y es horrible ¡Una horrible persona! ¡Es un monstruo! – Sus padres le miraron atentamente, hasta…
- Sakura ¿Cómo puedes decir eso? – Sentándose con los brazos en jarra.
- Si, Sakura, no es propio de ti. A pesar de que el chico no me cae bien, no debes decir eso. – Siguió su padre de mal humor por el susto cuando iba a dormirse.
- Si cielo. – Puso cara de pesar – Lo único que sabemos de él, es que aunque no es de allí, viene del otro lado de las vías – Sakura se imagino a Sasuke como un lunático que aterrorizaba a todos ahí con una macabra sonrisa y claro, con las vías ahí. – Para que puedas comprenderlo mejor, trata de ver el mundo como lo ve él – Dijo juntando sus manos. La pelirosa se imagino al loco semental ese, rodeado de cadáveres y su arma riéndose como un loco y apuntando a sus padres y por alguna razón a sus amigas y le disparo a su mama.
- ¡No! – Dijo con horror.
- ¡Ya basta hija, quiero dormir! – Kizashi tomo suavemente de los brazos a su hija y la saco del cuarto – Mañana a la mañana hablamos tesoro – Y cerró la puerta. Sakura algo inquita pensó un poco, se imagino buscando pistas, evidencias, mostrándoselo a l policía y que estos arrestaban a Sasuke y ella con una sonrisa era abrazada por sus padres. Abrió la puerta y vio a sus padres durmiendo, sintiéndose inquieta de dejarlos solos, saco otra llave y ahora encerró a sus padres para salir de ahí.
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Como puedo, vestida de calzas negras, una playera que le llevaba hasta sus muslos cubriendo su trasero, una campera roja y unas sandalias a todoterreno, trepo por una soga hasta llegar a la ventana de Sasuke que dejo abierta. Se adentro digno de una ninja y miro al guapetón quien dormía cubriéndose un poco la cara con la almohada, dejando ver su rostro dormido con sus cabellos cayendo a un lado. Era hermoso. Sakura salió de sus pensamientos, era un chico apuesto que casi la mata. Vio que su mano, que reposa sobre la almohada que estaba arriba de su cabeza, sostenía aquel juguetito. Respiro hondo y trato de quitárselo, desafortunadamente y para asombro lo tenía bien aferrado, como si fuera realmente importante como para soltarlo aun cuando duerme. Pensando en que hacer para tener aquella cosa, tomo un cintita gruesa y comenzó a pasarle la punta cerca de la cadera.
Un intento, nada. Otro intento, se movió asustándola, pero nada. Tercer intento Sasuke se rasco la cadera y Sakura aprovecho para quitarle el juguete antes de que el moreno volviera a colocar la mano en el mismo lugar. Feliz y realizada salió como entro.
Cuando dio un saltito a poca distancia del piso corrió hasta la moto pequeña que le dieron sus padres cuando cumplió los 17 años, y arranco de ese lugar rumbo a la zona de las vías pero sin ir a ellas.
Se encontraba ahora en un restaurante bar de ramen, tomando un batido apesadumbrada y sin saber ahora que hacer. No podía ir solamente a la estación de policía con eso, primero, la tacharían de paranoica y se reirían en su cara y dos, llamarían seguro a sus padres alertando a ese loco que dormía en su casa. Suspiro con pesadez y miro aquel muñequito. Era un tierno animalito que era un zorrillo con 9 colitas, era bonito y tenía un cascabel. Noto que había algo escrito en un papelito en una de las colas.
**Para Naruto… Con cariño, Sasuke.
Miro aquello con un sentimiento en el pecho, uno que le decía que en verdad ese loco, quería a ese tal amigo suyo… Naruto. Volvió a cuestionarse que hacer y comenzó a pensar, que si ella estaba ahí perdiendo el tiempo, ese moreno pudo haber roto la puerta de la habitación de sus padres y los está por cortar en pedacitos con un hacha.
- ¡¡NO!! – Dijo aterrada.
- Oye, no quiero gritos – Vino el cantinero dueño, Teuchi quien limpiaba un vaso. Miro a la chica que era menor y se pregunto ¿Qué hacia ahí tan tarde? Por lo menos no bebía alcohol y ni se lo pensaba dar. Entonces noto que esta tenía algo en sus manos. – Oye ¿No es ese el zorrito de Sasuke? – Sakura lo miro atento. - ¿Eres amiga de Sasuke y Naruto?
- ¿Eh? ¿Usted conoce a Sasuke? – Dijo interesada – Veras, el está demente, siento que está perdiendo partes de su ser y me está aterrado ya que me asfixio y bla bla bla – Comenzo a enumerar cosas llena de pánico pero sorprendentemente el señor asentía a todo entendiendo cada palabra. – Y ESTA LOCO – Finalizo.
- Si… - Mirando a un lado como si todo lo que la chica dijo fuera del clima. Pero la cara del señor era triste y este comenzó a rascarse la nuca como si pensara algo – Si, Naruto también se siente muy mal sin Sasuke – El viejo suspiro y se apoyo en la mesada con una sonrisa - ¿Sabes?.... Ellos dos veían felices tan felices juntos, conocían todo del otro desde niños, pese a sus posiciones sociales eso no les impidió estar juntos. Jamás veré a nadie así de unidos, diferentes pero que se complementen. Si, ellos eran y son los más grandes mejores amigos que he visto – Suspiro y comenzó a negar con el ceño fruncido – Pero entonces…. Naruto se enamoro… el siempre tuvo malos gustos, es muy ingenuo. Cada chica pelirosa era peor que la otra y llego a esta. La actual novia de Naruto, Lang Ming, no le gustaba que fuesen tan… amigos. Es una mujer muy celosa, una perra despreciable. Alejo a Sasuke con medios a favor de ella, que bruja. Ella y su banda viven del otro lado de las vías, tú ya sabes dónde. – Sakura se veía contrariada ¿Por qué ese hombre le daba tanto detalle de su amistad? ¡Quería meterlo a la cárcel! Pero al parecer… Sasuke en verdad la pasó mal con esa mujer. El señor sonrió al ver a la muchacha pensativa – Oye, hazme un favor. Cuando saques a Naruto de ahí, dale saludos de mi parte, Teuchi, dile que lo esperare con su ramen favorito cuando pase – Y sin más se fue a seguir atendiendo.
Ahora si Sakura estaba contrariada ¿Ese viejo esperaba que ella solita fuera allá? ¡¿Pero es que se había vuelto loco?! Ella, una chica frágil y bonita no podía ir a un barrio de brutos y locas sueltas. Definitivamente no irá.
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- Sakura… Sakura… Sakura… Sakura ¿Estás ahí, por favor? – La madre de la nombrada llamaba a su hija mientras trababa de abrir la puerta pero esta no lo hacía. - ¿Por qué está cerrada? – Contuvo las ganas moviéndose un poco – Kizashi, Kizashi despierta.
- Mmm ¿Qué? – Adormilado.
- Necesito ir al baño y la maldita puerta no se abre – Juntando las piernas – Ay, voy a explotar – El hombre bostezo.
- ¿Cómo que no puedes abrir? – Se levanto de la cama y fue a intentar abrir pero era cierto, esta no lo hacía. Empezó a jalar, a empujar y luego le dio un puñetazo y adolorido se agarro la muñeca. La mujer que aguantaba de mala gana dijo dando brinquitos.
- Sasuke tenía razón, no puedes resolver nada – Dijo tratando de no hacerse encima.
- ¿A si? ¿No quieres una torta? – Le dijo de mala gana.
- ¡Ah! ¿Cómo te atreves? – Mirándolo mal tomando una almohada.
- No me molestes con eso ahora mujer – Y comenzaron a discutir.
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Se bajo de la moto con cuidado dejándola oculta en un lugar alejado. Con paso lento se fue acercando a las vías. Miro de un lado, todo desierto y con sonidos raros de calles y por otro igual, con las casillas a lo lejos demasiado humildes que se caían casi. Chatarra por doquier, humo, olor extraño y húmedo. Estar ahí le causaba pavor, pero sería fuerte, no por nada le decían que tenía una gran fuerza. Así que la usaría, aunque siendo sincera ahora solo quería irse a casa. Pero pensar que ese tipo con mascara este comenzando a cercenar a su padre de sus extremidades mientras su madre gritaba por piedad y ayuda le daba algo de valor para… comenzar a cruzar las vías y darse por entrado a esa zona peligrosa.
Al cruzar comenzó a caminar llegando a cierto lugar, el más evidente que era donde residía aquella muchacha llamada Lang Ming, claro por parte del dueño del bar es que sabia eso. Se aproximo a un auto que era chatarra para mirar mejor el lugar. Un edificio de cuatro pisos, algo deteriorado, las luces escabrosas, algunas ventanas con maderas, la entrada obscura y llamativa a la vez con un aire a peligro de contrabando emanando como advertencia en todo su esplendor ¿Cómo fue a parar ahí? Que alguien le dijera diosito.
En eso llega un auto, un buen auto, Sakura sin pensar se oculto dentro de esa chatarra, bien oculta para que no la vieran. Esperaba que nada la delatara. Antes de agacharse vio salir a un hombre robusto, con cabello color rosado pálido y chaqueta de cuero. Este comenzó a oler por un lado, y luego el otro. La ojijade sintió como aquel sujeto olía por lo fuerte que lo hacia ¿Pero por qué olía? No puede ser que la hayan detectado ¿O sí? Se olio a si misma ¡Mierda, puede ser su perfume! ¡¿Por qué se perfumaba bien cuando se duchaba o salía?! Debía dejar de hacer eso ¡La metió en problemas! El sujeto seguía oliendo, esta vez al otro lado, luego arriba, luego abajo y luego bajo su axila, donde ahí asqueado saco la lengua.
- ¿Qué haces idiota, ya sal? – Dijo una mujer de cabella extremadamente corto con picos de color rosa. Esta se puso al lado del auto mientras el otro fue a abrir la puerta de la parte de atrás. De ahí salió una mujer, atractiva, pero de cara dura y al parecer de Sakura, peligrosa.
- Muévete, Naruto – Dijo aquella mujer que Sakura quiso mirar bien y se asomó.
- ¿Naruto? – Pensó y saco el muñequito. Ahí decía Naruto ¿Ese era al quien le hablaba esa mujer? ¿Al mejor amigo de Sasuke? Volvió a mirar más detenidamente.
Una mujer de unos 23 años por ahí. Cabello color rosa muy sombrío y ondulado. Ojos color cobrizo, un pirsing en la nariz, un collar que parece de perro con púas, un atuendo bastando atrevido de la cintura para abajo (shorts muy cortos, casi viéndosele la mitad del muslo, medias de red, tacones altos y el ombligo al aire). La mujer era… bueno podría decirse atractiva, pero nada bonita, ya que su… esencia o su aura, era tosca y resbaladiza.
- Dije que te muevas idiota – Agarrando de los cabellos a alguien lo saco. Sakura miro mejor cuando esta le dio una cachetada a ese chico que parecía de 17 o 18 años ¿Por qué alguien tan joven se metería con una mujer así? – Vamos – Dijo despectiva tomando el brazo del joven jalándolo.
Ahí Sakura noto bien a ese joven. Cabello rubio, piel morenita, no tanto, solo ligeramente. Ojos enormes de un color precioso azul, unas marquitas en la cara que parecían bigotes que parecían naturales… ¿Lo serian? Vestía una playera de red negra, una campera negro y naranja que estaba abierta, unos pantalones negros con cintillas de decoración, y unos tenis color marrones obscuros. Era un chico… muy… apuesto, pero adorable, muy adorable. Debía ser un poco más bajo que Sasuke. Las mejillas de Sakura se sonrosaron, en verdad ese tal Naruto era lindo, ya veía porque esa loca lo celaba. Pero ella noto en la cara de Naruto, tristeza, vacio. Naruto no era feliz. Se veía miserable.
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En la casa de Sakura, en el cuarto de huéspedes la mano de Sasuke comenzó a tantear la almohada de un lado a otro, buscando algo que al no sentirlo o hallarlo lo despertó algo inquieto. Se quito un poco la almohada para mirar mejor, miro a un lado suyo pero nada. Ahí despertó al 100% y algo espantado salió de la cama para quitar la sabana, la almohada y buscar debajo de la cama. No estaba… Impresionado miro a todas partes pero nada. Su respiración si agito, el muñequito, lo único que le quedaba de Naruto… desapareció. Sus ojos se abrieron enormes y su corazón se quebró al imaginar la sonrisa de Naruto, esta vez rompiéndose por completo.
En otra parte los padres de Sakura trataban de salir por la ventana haciendo una soga con sabanas, hasta que…
- ¡¡NOOOOOOOOO!! – Oyeron el grito del joven - ¡¿Por qué?! ¡¿Quién podría…?! ¡Ahhrg! ¡Fue esa tipa! ¡Esa maldita pelirosa! ¡¡TODAS SON IGUALES!! ¡Te quitan siempre lo que más amas!
- Oh cielos, Kizashi, Sasuke tiene problemas, ya sal por la ventana – El hombre se puso azul.
- ¿Y por qué tengo que salir yo? – Mirando con horror la altura.
- ¡Solo sal! – Tirándolo con soga y todo olvidándose que no estaba amarrada y el pobre Kizashi cayó al piso, aunque las sabanas amortiguaron un poco la caída. - ¿Estás bien?
- Si-i… solo me rompí un hueso – Dijo irónico.
- Pues entonces apúrate – Dijo ella tratando de aguantar las ganas de ir al baño. El hombre bufo y fue a buscar sus herramientas.
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Dentro de ese pequeño edificio se encontraban en el ultimo el rubio y aquella mujer.
- Vamos pequeño, anímate un poco – Tocándolo por todas partes para “animarlo” - ¿Qué pasa? ¿Ya no te hago feliz? – La mirada de Naruto iba a un lado triste y su codo se apoyaba en el reposador del sillón. La mujer frunció el ceño – Oh ya veo – Se sentó bien - ¿Acaso sigues pensando en Sasuke? – Naruto suspiro y ladeo su cabeza para no mirar a su “pareja”. La mujer aun mas enojada le tomo de la cara con una sola mano y la apretó - ¡¡Te dije que te olvidaras de él!! – Soltándolo con brusquedad. Se levanto mientras Naru sobaba un poco sus mejillas. – No lo puedo creer ¿Es enserio? – Le miro enojada – ¡Te saque de un mundo miserable y te di mas clase de lo que mereces! ¿Querías estudiar? ¡Te lleve a una buena escuela! ¿Querías aprender a tocar el piano? ¡Te contrate un tutor! ¡¿Y así me lo pagas?! – Golpeando una mesa - ¡Queriéndome hacer a un lado! – Rugió furiosa – Te lo juro, esta vez si vuelvo a ver a Sasuke ¡¡Lo mataré y tu veras cuando lo haga!! – Empujando brutalmente una mesa que un vaso le cayó en la cara a Naruto, quien al oír eso comenzó a sollozar un poco.
- No lo hagas… - Limpiándose las lágrimas y sobándose el golpe. La mujer se calmo un poco y se acerco a Naruto.
- Oh pequeño – Sentándose al lado de él y tomándolo de los hombros – Lo siento, Naruto. Sabes que eres mi chico, mi angelito – Naru le miraba con lagrimas – Hay que volver a ser como antes ¿Recuerdas? Solos tú y yo. Siendo felices, felices todo el tiempo – Lo abrazo con fuerza y amor, un amor enfermo se diría, acariciando sus cabellos – Todo el tiempo – Seguía diciendo. Naruto miro el collar de perro que tenia la mujer, que lo estaba lastimando, y vio que había una tuerca, tomo aquel prendedor del collar y lo engancho a la tuerca. - ¿Qué demo…? ¡¿Qué hiciste?! ¡Suéltame! – Comenzó a rugir furiosa la mujer.
Naruto con velocidad, saco debajo de un mueble una mochila que escondía, miro a la mujer quien trataba de desprenderse, ahí Naruto noto el arma y algo impresionado decidió irse de una vez. Pero al abrir la puerta se encontró con los dos lacayos de aquella mujer. La mujer de cabello corto le asestó un golpe que lo confundió un poco mientras el tipo se le tiraba encima para inmovilizarlo.
- ¡No! ¡Déjenme ir, déjenme ir! – Forcejeaba con ese orangután fornido.
- ¡Sáquenme esto y sujétenlo bien! – La mujer desato a Lang y esta una vez libre se acerco – Oh, pequeño – Le miro furiosa, Naru seguía forcejeando pero mirado a aquella mujer con algo de miedo – Eso merece un correctivo – Saco el arma. Sakura que veía desde la ventana se asusto, aquella mujer no disparo, pero uso esa cosa para golpear a Naruto en la cara. Y luego comenzó a pisarlo. Era doloroso verlo así que se aparto de la ventana.
- ¡Ahhh! ¡NOO! – Se oía como sufría - ¡¡Todas las pelirosas son iguales!! ¡¡Animales, animales miserables-ttebayo!! – Sakura temblando imagino ahora a ese tipo Sasuke quien llevaba una bolsa de los trozos de sus padres para tirarlos en un pozo mientras reía diciendo que ella sería la siguiente.
-Uy – Se lamento con el corazón en la boca y se quedo ahí, pegada a la pared tratando de controlarse y respirando hondo para darse valor.
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Kizashi trataba como podía de abrir la puerta donde se encontraba un muy cabreado Sasuke golpeando la puerta sin parar, histérico.
- ¡¡Sáquenme!! – Grito colérico.
- ¡Que ya dejes de gritar, te voy a sacar! – Dijo perdiendo la paciencia el pobre Haruno, tanto era su frustración y enojo con su lucha con el picaporte, y los golpes y gritos de Sasuke no ayudaban, que se termino rompiendo el destornillador – Maldita sea, mierda barata – Mirando la herramienta con enojo.
Mientras del lado de Sasuke, que ya estaba vestido solo que sin la máscara, se encontraba irracional y muy histérico. Seguía golpeando la puerta con solo un pensamiento ansioso en su mente “Naruto”. Pensar en él y en que jamás lo volvería a ver y perdiendo el único lazo que le quedaba, el juguete, fue un detonante a su corazón acongojado, el cual se lleno de adrenalina y deseos.
- ¡Ah! ¡¡Abran!! ¡¡Déjenme salir!! – Seguía golpeando la puerta - ¡QUIERO SALIR! – No aguantando más miro a la ventana y decidido corrió hacia ella. Se asomo viendo la altura pero importándole una reverenda mierda – Naruto – Murmuro contenido y sin pensarlo sin lanzo. Aterrizo en una rama del árbol cercano, salto a otra viendo que esa no iba a aguantar, así fue de una en una hacia abajo hasta llegar al piso de un último salto - ¡Naruto! – Y sin más comenzó a correr con un solo destino en mente.
Mientras en el otro cuarto la pobre señora estaba en su límite.
- Ay, no… voy a… - Mirando en el piso. Había un pasado, lo miro largo rato y sonrió – Que alivio, espero recordar cómo se hace – Tomándolo y comenzando a intentar abrir, trataba que la urgencia no la desconcentrara y cuando escucho un clic, fue música de dioses para ella.
Salió como loca y llego al baño. Mientras su marico ahora se le rompía el martillo.
- ¿De dónde mierda compre estas cosas que se rompen de la nada? – Mirando con incredulidad el martillo.
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Naruto algo golpeado, atado en el muro de las manos y atado con una soga en los tobillos, se moría de sed y calor. La bastarda le puso un proyector muy cerca y lo estaba quemando de a poco. Sentía desfallecerse y solo sus suspiros lastimeros le comprobaban lo agitado y mareado que se sentía. Sakura miraba eso muy mal, se notaba que estaba sufriendo. También noto que esa mujer Lang enserio quería a Naruto, cuando lo trato así de dulce, pero era un amor enfermizo, llegando al punto de violencia y tortura. Realmente se estaba metiendo en un mundo peligroso.
Sakura es muchas cosas, ella lo sabe. Pero no es una mala persona para dejar las cosas así e irse como si nada. Así que empezó a golpetear el vidrio tratando de llamar la atención de muchacho que seguía quejándose y sudando un poco por el calor de la luz.
Naruto alzo la vista al oír algo y vio a la chica en la ventana saludándolo para que la viera. Naruto abrió con pesar los ojos y quiso llorar.
- No ¡Nooo! Otra pelirosa no – Apretando los ojos fuertes miro a otro lado. Oía como la chica lo llamaba.
- No, no. Mira, mira – Hablando bajo para no llamar la atención, saco el zorrito que sonó por su cascabel. Naruto algo curioso por ese sonido miro otra vez y vio el muñequito y sus ojos se abrieron esta vez esperanzados y los entrecerró lleno de anhelo.
- Ah, Sasuke… - Recordó a su amigo. Su gran y mejor amigo.
Lo extraña. No podía seguir adelante sin él, cuando Lang lo desterró de ese lugar su corazón se despedazó, quiso intervenir pero no termino nada bien, solo que por poco mataran a Sasuke. Quería verlo, quería estar con él. Solo quería ir donde Sasuke y olvidar atrás esta pesadilla. Maldito el día en que se fijo en esa mujer o en otras, por su terquedad, por aferrarse su primera ilusión, ilusión porque se dio cuenta que jamás amo a ninguna de ellas, si dolía su traición porque él les daba todo el cariño que poseía y todo de sí pero ellas lo despreciaban, pero mas allá de eso no más, por fin se dio cuenta de eso. Un sonido de afuera lo trajo de nuevo a la realidad.
- Rápido ¿Puedes ayudarme antes de que vengan? – Mirándole suplicante.
Sakura sintió y quiso abrir la ventana, imposible estaba muy dura, podría usar más fuerza pero… busco cerca viendo si había algo, como no lo había, solo envolvió su mano en un pañuelo y rompió el vidrio para meterse dentro. Sakura se acerco deprisa para comenzar a desatar las piernas de Naruto.
- ¿Quién eres? – Pregunto Naruto viendo a aquella chica que no parecía de ahí.
- Alguien que quiere vivir – Naru no entendió – Mi nombre es Sakura, mucho gusto – Le dijo con una ligera sonrisa aun tratando de desatarlo. Naru miro la dedicación que tenía en ayudarlo aquella extraña, eso alivio su corazón en cierta manera. Una pelirosa buena.
- Mi nombre es Naruto Uzumaki. Muchas gracias – Dijo.
- Aun no me agradezcas hay que sacarte – El ruido se hizo más fuerte.
- Por dios, ahí vienen. Vete – Le dijo con el ceño fruncido. Sakura llena de pánico pensó que si se iba ese loco de Sasuke la culparía de algo y no solo mataría a sus padres y a ella, sino que quemaría su casa con sus cosas. Con algo más de decisión miro a todos lados y vio algo que le serviría.
A la habitación entro ese mastodonte que volvió a comenzar a oler al sentir de nuevo aquella fragancia, miro a un lado y luego a otro encontrándose con una niña con cara calmada y una pala en la mano. Tanta fue su confusión en ese segundo, que Sakura aprovecho a apagar la luz.
- Toma, ten esto, ándale por sangrón. Toma maldito, esto es porque no soy Sailor Moon, duérmete – Y prendió la luz agitada. Dejo la pala a un lado para acabar de desatar a Naru de los pies quien la miraba impresionado, ahora solo quedaba los grilletes, pero no paso ni cinco minutos que otro ruido se oyó. Ahí venia otro - ¡Hoy no es mi día! – Se lamento la chica.
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Kizashi ya cansado término de poder lo que faltaba, volaría la puerta si era necesario. Así que acomodo bien el bistec de carne, junto a la dinamita y arriba del liquido radioactivo. Se acerco con una maligna sonrisa al detonador pero en ese entonces apareció su mujer.
- ¿Qué diablos estás haciendo Kizashi? – Mirando con horror su carne barnizada para la cena de mañana.
- Un paso atrás amor, como no puedo abrir la puerta con mis recursos sanos, lo hare a la fuerza. – Queriendo detonarla.
- Tranquilo cielo, mira, usaremos esto – Mostrándole el pasador.
- ¿Un pasador? ¿Te has vuelto loca mujer? ¿Me pregunto cómo a mi no se me ocurrió? – Tomando el objeto de pelo y rascándose el mentón. La mujer sonrió.
- Creo que dejare de comer postres extras jeje – Sin más, le quito el pasado y comenzó a abrir la puerta. Lo logro. Pero al entrar – Oh, dios – Todo estaba patas arriba.
- Maldición, que desorden – Mirando todo de cabeza.
- ¿Dónde estará Sasuke? – Buscando mejor Mebuki. - ¿Se fue?
- Si, y dejo un gran desorden que seguro tendré que limpiar – Notando que estaba la máscara de este.
- Quizás tenía que ir al baño – Mirando por la ventana pero no había nada, ni una soga.
- Maldito mocoso. Joven tenía que ser – Mirando la máscara – Juro que si lo veo de nuevo, si le daré motivos para usar una máscara. Lo lamento por Sakura, pero no dejare que tenga amigos así de locos – Probándose la máscara. La Mujer miro a su marido con una gota en la sien.
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Sakura estaba agitadísima, ahora los esposados e inconscientes eran esos tipos. Ella resulto algo golpeada, pero logro quitarle la llave a aquella mujer fea de pelo corto y rosado pálido para liberar a Naruto, quien se sentía mal e inútil por dejarle todo a una niña de su edad. Se oyó otro ruido y abrió un poco la puerta para cerrarla con seguro.
- Maldición, ahí viene Lang Ming – Sakura por eso grito espantada.
- ¡Ahhh! ¡A la mierda, pos me voy! – Lanzándose por la ventana rompiendo lo que quedaba de vidrio. Naru se le cayó una gotita - ¡¿Qué esperas?! ¡Vamos! – Apurándolo. Naru corrió a la ventana y salió como lo hizo Sakura.
Lang como no podía abrir la puerta la partió con una lámpara de bate, que también se rompió. Miro a sus lacayos fuera de combate y grito al ver como la ventana estaba rota.
- ¡Naruto! – Salió también por la ventana, viendo como Sakura y Naruto estaban bajando por la escalera de emergencia. Sakura bajaba primero. - ¡Maldita! – Sacando el arma para apuntale a Sakura. Naruto tomo una piedra y se la lanzo a la mano de Lang quien soltó el arma y esta se perdió abajo entre los arbustos. Miro con rabia a Naruto. – ¡Pagaras eso! – Naru viendo que se acercaba se subió a la escalera.
- ¡No podremos bajar! – Dijo Sakura al ver que la escalera no llegaba a la tierra. Naruto pensó rápido y desabrocho el seguro para que la escalera cayera antes que la otra pelirosa lo atrapara. - ¡¡AAAAHHHH!! ¡¿Por qué me levante hoy de la cama temprano?! – Se lamentaba la Haruno. Naruto antes que la escalera llegara a tierra, abrazo a Sakura y salto, cayendo ambos en los arbustos, mientras que la escalera se rompía un poco.
- Cielos, que aterradora caída-ttebayo – Sentándose - ¿Estás bien? – Viendo con culpa viendo que la chica estaba con el trasero fuera pero el resto dentro de los arbustos. - ¡Sakura-chan, te ayudo! – Sacándola. La pelirosa estaba cubierta de ramas y reía atontada.
- Jaja, anotaste la patente del árbol – Decía como ebria.
- Sakura-chan, estas… ¡Ay! – Recibió un roce de una bala. – Maldición su arma de emergencia – Recordó el blondo. La mujer volvió a disparar pero Naru agarro a Sakura y esquivaron la bala y la otra – Solo tiene 3 balas, corramos – Pero Naru se brotaba sangre del brazo. Sakura al ver esto rápidamente saco de su pequeño estuche un ungüento, limpio la herida con una servilleta y le coloco la crema para envolverla con su pañuelo, Naruto miraba asombrado esto – Gracias – Le sonrió con sus ojos brillando, Sakura se sonroso pero tomo el brazo del chico.
- Luego lo haces te dije ¡Corramos! – Y corriendo antes de que esa loca llegara a planta baja. Pero no contaron que esta saldría con el auto - ¡¡Ah, no puede ser, a la próxima solo me muero!! – Se quejo la ojijade.
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Otra vez el matrimonio estaba en la cama y estaban algo cayados. Mebuki comenzó a hablar.
- Lo siento Kizashi, lamento haber dicho todas esas cosas, estaba algo frustrada y… - Aguándosele los ojos.
- Esta bien Mebuki, mi amor, nadie es perfecto – Le limpio la lagrimilla – Tu perdóname también a mi por decirte esas cosas – La mujer sonrió.
- Oh, Kizashi – Ambos se abrazaron con fuerza. – Me pregunto ¿Sakura habrá oído algo?
- Jaja, déjala seguro duerme bien, revise su cuarto y estaba ahí – Aunque no sabía que esas eran solo sabanas.
- Si, vamos a dormir – Y sin más apagaron los veladores para dormir tranquilamente.
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Se escuchaba la alerta que un tren pasaría por las vías. Pero más que nada Sakura y Naruto se preocupaban más por correr antes que ese auto los alcanzara. Llegaron a las vías. Vieron que el auto se acercaba. Sakura le dio el muñequito a Naruto.
- Ten, toma esto. Corre, yo la distraeré.
- ¿Qué? ¡¿Estás loca?! No te dejare-ttebayo – Sakura sonrió, ya entendía tal vez porque ese desquiciado de Sasuke quería a este chico, era alguien bueno, pero…
- Hazme caso, seguro que te seguirá a ti, por eso, tu solo corre, corre sin parar – Naru no muy convencido comenzó a correr. Sakura comenzó a agitar las manos llamando la atención de esa mujer, quien solo vio como Naruto escapaba así que giro para perseguirlo.
- Vaya, no me equivoque, no habrá testamento jeje – Pero aun así corrió para seguir al auto quien de a poco llegaba hacia Naruto. Sakura pensó que si aquella mujer ganaba lo perdería todo también ella - ¡No! – Y corrió más deprisa y se lanzo a la parte trasera rompiendo el vidrio con la fuerza de su puño.
- ¡¿Pero qué mierda eres tú?! – Sakura rápidamente tomo el manubrio y sin querer se metieron a las vías donde el tren se aproximaba. Ambas mujeres gritaron. Sakura golpeo a Lang y abrió su lado para lanzarse. El auto se estrello contra el tren despedazándose.
Sakura estaba tendida en el piso de tierra muy adolorida. En eso llego Naruto y la tomo en sus brazos y la miro afligido.
- Eres alguien muy fuerte, Sakura-chan – Le sonrió acariciando sus cabellos – Y muy valiente – Dándole un beso en la frente – Muchas gracias – Sakura sonrió con un sonrojo, pero eso no le duro ya que una sombra los cubrió, era la loca.
- Ustedes… - Dijo agitada y hecha un asco, al parecer logro salir antes del impacto. – Voy a matarlos – Tomando su arma – Ahora le pongo cuatro balas - Sonrió. Naruto protegió a Sakura con su cuerpo abrazándola más ya que la Haruno estaba débil. – Tu y yo pudimos haber sido hermosos – Dijo cegada de ira. Apunto a Naruto.
- Sakura, en verdad te agradezco que me salvaras, me diste esperanzas con las chicas de pelo rosa – Sonrió – Así que corre – Sakura negaba y se sentaba para enfrentar el horror con él ante el asombro del rubio.
Lang chasque la lengua e iba a disparar pero un golpe en la nuca la noqueo y se desplomo en el suelo. Ambos miraron atónitos la figura de aquella mujer ya fuera de combate entonces miraron al responsable. Los ojos de Naruto brillaron de alegría y los de Sakura de alivio confuso, ya que no sabía que pensar de ver ahí a…
- ¡Sasuke! – Abrazando al moreno más alto con tanta fuerza como él a este. Los hombros de Naruto temblaron no pudiendo reprimir dos lágrimas.
- Naruto – Sasuke se inclinó y ocultó el rostro en el cuello del menor lleno de dicha.
- ¡Sasuke! – Naruto se separó con una enorme sonrisa – Estaba muy asustado, pero esta chica salvo mi vida ¡Salvo mi vida! – Dejando ver a la desconcertada Sakura que estaba arrodillada en el piso. El moreno la miro serio y se acerco, el cuerpo de Sakura tembló pero… quedo tiesa al recibir un abrazo… un abrazo de Sasuke.
- Gracias – Le susurro el ojinegro – Y lo siento – Separándose y mirándole con una sonrisa que alivio el corazón de Sakura. – Me equivoque Naruto – Con las manos aun en los hombros de Sakura le sonrió a la ojijade - No todas las chicas pelirosas son malas. – Y volvió a abrazarlo levantándola del piso, a ese abrazo se unió Naruto.
- No sé cómo agradecerte-ttebayo – Sonrió agradecido.
- Ni yo – Y Sasuke no era la excepción. Sakura lloro, al parecer todo lo que sufrió desde la mañana, era para recibir una recompensa, la felicidad y el agradecimiento de estos chicos.
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Ya era de mañana, demasiado temprano y se encontraban esta vez en la estación del metro donde no había nadie. Naruto y Sasuke estaban por partir a la zona donde Sasuke vivía, para que el rubio empezara de cero.
- ¿Y qué van a hacer? – Pregunto Sakura llevando un mechón de pelo atrás.
- Ahora que por fin me libere de ese lugar, aceptare lo que Sasuke siempre me ofreció, una vida normal, a su costo, pero me dejara pagarlo a mi ritmo-ttebayo, jeje – Dijo risueño el ojiazul.
- Ya veo ¿Y tú? – Mirando con algo de pena al moreno, quien poso su mirada en la chica y sonrió de lado con gentileza, Sakura juraba que no había sonrisa mas jodidamente sexy.
- Bueno, yo ya sé lo que hare, pero gracias a ti – Tomando la mano de Naruto – Ahora puede estar con Naruto para siempre – El rubio se sonrojo fuerte y Sakura no comprendió muy bien, pero asimilo que era que ahora podían ser mejores amigos para siempre.
- Teme, no hagas eso – Hizo puchero el rubio – Ah, el metro – Dijo Naru al ver que había llegado – Bueno Sakura, muchas gracias. Juro que te lo compensare, tu solo espera, siempre cumplo mis promesas-ttebayo – La chica asintió.
- Me basta con que sean felices, y alguien no arriesgue mi vida jeje – Sasuke miro a otro lado sintiéndose un tonto, Naru no entendió.
- También juro que te lo compensaré, también a tu familia que fue amable, pero más a ti… Sakura – Dijo con una serena sonrisa. La ojijade creía que se le derretía el corazón, había que admitirlo el tipo esta bueno. – Nos vemos – Se inclino y comenzó a caminar.
- Hasta pronto, Sakura-chan – Abrazo el rubio y la chica se sonrojo. Ambos subieron al tren y este comenzó a irse. Sakura se quedo hasta que llego la parte final del metro que para sorpresa de ella estaban Sasuke y Naruto saludándola, más Naruto que otra cosa.
- ¡Adiós Sakura, nos veremos pronto-ttebayo! – Sakura saludo por igual. Vio como Naruto pareció recordar algo y se lo tendió a Sasuke, este se impresiono de ver que era el juguetito del zorro – Ahora estaremos siempre juntos, Sasuke - Le dijo con una sonrisa Naruto. Sasuke conmovido con una sonrisa y sin vacilar tomo el rostro de Naruto y lo beso. La cara de Sakura era un poema rojo y la de Naruto igual, pero correspondió el beso de su moreno. Por fin ambos podían estar juntos y todo gracias a esa chica de pelo rosado, Sakura.
- Por siempre Naruto, créeme que no dejare que te vuelvas a ir – Le sonrió juntando sus frentes, Naru sonrió más que contento y sonrojado. Ambos oyeron al muñequito chillar y rieron juntos.
- ¡Ojala los vea pronto! – Dijo Sakura conmovida por esa escena y les deseaba mucha felicidad a esos dos.
- ¡Tenlo seguro! – y sin más el tren se alejo ya no escuchando nada. Sakura sonrió. Así que ese tipo de amistad tenían, o mejor dicho, ese tipo de amor sentía el moreno por el rubio y este solo cuando lo perdió se dio cuenta que le correspondía. Que irónica es la vida. Sin más se dirigió a su moto y regreso a su casa.
Seguro le esperaría… un buen regaño. Aunque… lo valía.
*---*El Fin*---*