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Juntos. por Tao-Ro

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Notas del fanfic:

Espero les agrade, es de la pareja que más amo en la vida.

Notas del capitulo:

Por favor denle una oportunidad a esta pequeña historia hecha con amor.

La lluvia al caer golpeaba su fría piel, entumida, tan dormida que el aire al rosarle no hacía un efecto flemático por el que acariciar.

Sus manos escandalizadas, tiritaban a un ritmo frenético, atormentadas por el frío. Y mientras más trataba de mover los brazos estos no le respondían, ni siquiera se inmutaban, solo sus manos bailaban al igual que su cabello con el dichoso danzar del viento. 

-Entiendo que el amor no es para todos.-Aquella garganta anudada respondió al pesar de su corazón. Una desdicha ocasionada por el dolor. -También entiendo que no lo es para mí, pero lo intento. Intento que entre en mí corazón, tan dentro que pueda perderse y jamás salir.

Sus ojos pasmados comenzaron a gotear y sin pestañear estas gotas comenzaron a resbalar, una a una fundiéndose con la lluvia. 

-Quiero ser uno contigo, estoy dispuesto a hacerlo. No importa si no hay retorno porque no lo anhelo como a ti.- El palpitar de su pecho era tan escandaloso, tan asfixiante que temía que el núcleo que lo mantenía de pie rompiera la armadura blanda y únicamente penetrada por aquel ser que deseaba como a un sueño, una oportunidad.-Te amo de una manera tan absurda, de la forma en la que pienso que eres como el aire porque te necesito como a él. Te necesito de una forma exigente, de una forma enferma. Te necesito porque eres lo único que tengo. Te necesito… 

Porque te amo.

Te amo de la manera única en la que solo yo sé hacerlo.
 
Tao había conseguido ver el cielo en sus ojos y sentir el paraíso en su cuerpo, había conseguido llenar aquella grieta profunda y punzante con tan solo mirarle. Él era un paisaje tórrido, una vista al mar.

Húmedo, cálido.
 

 

Tao se había enamorado de lo imposible en cuanto cruzo la mirada, un chico que le robo el aliento en un solo instante y se lo devolvió en suspiros, pero Tao no podía comprenderlo, no sabía.

Él era solo una casualidad, un ser que puede escalar una montaña alta con solo soñarlo sin pensar en lo fuerte y dolorosa que sería la caída, sin embargo pensaba en lo hermoso que se sentiría el descenso.  
 
Bajando, una vez más a su propio infierno.
 

-¿Estás bien, esos chicos te hicieron algo?

 

Él chico no recibía respuesta alguna ni siquiera sabía porque le hablaba, sabiendo que nunca le iba a responder.

-Vamos, ven a mi casa.

 

Su rostro desprendía amabilidad, con cada sonrisa que le regalaba y en su mirada se podía ver la esperanza que Tao jamás había sentido así que en cuanto lo tomó en brazos y le ofrecía un calor fuera de lo normal, un calor que no era del día cálido, un sentimiento abrazador, entendió que muchas cosas cambiarían. 

-Eres tan lindo. 

 

Tao se había quedado mucho tiempo en ese lugar a partir de ese accidente, acostumbrándose pasaba noches calurosas en aquel sillón que mullido por su peso se amoldaba a la forma de su cuerpo y en los días de frio se recostaba por encima de aquel chico del cual jamás supo su nombre hasta aquel día en que lo vio entrar con una chica. 

 

Kris… Decía la joven una y otra vez entre jadeos mientras estaba con él en su cuarto, por lo que a Tao no le quedaba más que quedarse sentado en el piso mientras se recargaba en el puerta, esperando el momento en que Kris saliera.
 
Si tan solo se callara.

 

Tao llego a un cierto punto en que el sonido dejo de ser aguantable y volviéndolo loco comenzó a golpear la puerta, estaba harto. Kris había dejado de ponerle atención desde que aquella chica había llegado a sus vidas, esa chica que con solo hablarle hacia de Kris un completo idiota.

 

Los odio.
 

 

Había días en los que el chico no se aparecía y dejaba a Tao solo en su departamento, aunque la comida no le faltaba Tao sabía que eso no era tan indispensable como ver a ese chico tan generoso como el primer día en que lo conoció. Tao pensaba e imaginaba lo mucho que lo extrañaba, cada caricia y cada abrazo que le regalaba al momento de verlo, extrañaba verlo y escuchar un “¿Qué tal tu día?” de su parte, lo extrañaba a él, lo extrañaba tanto que dolía. 

Vuelve, te lo pido.

 

Habían pasado varias meses y Tao sentía lo mismo en cuanto lo veía, un sentimiento inexplicablemente llenador, sentía que algo dentro de él retumbaba con gran fuerza y lo hacía temblar de pies a cabeza, vibrando una y otra vez en cuanto Kris pasaba sus manos por sus parpados hasta su nariz. Tao no comprendía nada de lo que la mayoría de las personas hacían o sentían y sin embargo se veía identificado con muchos, aunque no encontrara respuesta de ello.

 

Pero su curiosidad no lo mataba, no aún. 

 

Tao mientras veía películas que Kris ponía se sentaba en un rincón del sillón intentado no estorbarle a él y a esa chica que siempre irrumpía robando la atención de Kris. Atento trataba de mirar el televisor evitando que la presencia de la ladrona le llamase la atención, no quería ni verla, ella no era de su agrado.

 

Tao miro la escena que pasó de unas caricias como las conocía a obra de las manos de Kris para después tener que encontrarse con un contacto más profundo, una caricia de boca a boca, un roce que jamás conoció. Así que en cuanto quiso ver si algo así podía existir entre él y Kris observo que este ya tenía a alguien más en sus labios. Un crujido se escucho por parte de él, levantándose del sillón y saliendo de aquella sala lo más rápido posible, no quería verlos porque le dolía, lamentablemente por su parte él conocía más del dolor que de lo que sentía cada vez que pasaba su presencia delante de él, eso ni siquiera se lo explicaba.

 

-¿Qué haces aquí?

 

Kris había llegado al lugar donde estaba Tao pero este no le respondía, estaba dolido, lastimado por no poder compartir algo de lo que estaba viviendo con esa chica.

 

No vale la pena ni verte.

 

 

Él jamás vería a Tao como lo veía a la chica, aunque sus caricias fuesen igual de tiernas o sus abrazos igual de necesitados, el jamás obtendría lo que hacía con esa mujer, un beso.

 

-Espérame, la llevaré a su casa y de paso traigo la cena. 

 

Seguía de espaldas solo escuchándolo y mientras se marchaba volteo para ver solo la puerta cerrarse quedándose así solitariamente. Volvió a la sala esta vez tomando por completo el espacio del sillón, recostado mientras veía el televisor una vez más. La pareja que hace unos minutos se acariciaban ahora mismo se encontraban hablando uno frente al otro con miradas necesitadas.

 

Te amo dijo la chica del televisor mientras pasaba sus dedos por la cabeza del chico a lo que este respondió Yo también te amo.

 

Tao veía cada parte de esa escena identificando sus sentimientos a la hora de querer besar de la misma manera a Kris. Te amo, pensó. Si tan solo él pudiese tocarle de la misma forma y sin lastimarle sería lo más feliz que pudiese hacer además de compartir noches heladas con él a su lado, quitándole cualquier indicio de frio en su ser. Te amo, pensó una vez más.

 

Pero tú no me amas a mí, no como lo haces con ella.
 

 

Mientras pensaba en ello, entristecía letalmente dejándose llevar por el dolor, perdiendo la cabeza y gritando una y otra vez de tristeza tan solo de pensar en que eso que apenas conocía no era para él. Cansado de su desesperación volvió en sí, asumiendo el dolor y llorando como alternativa a sus nuevos sentimientos. Él no era nadie en la vida de Kris y tenía que entenderlo, había llegado demasiado tarde.

 

Agotado y fastidiado del picor que ocasionaban las lágrimas en sus ojos los cerró lentamente quedándose un tanto dormido esperando la llegada de aquel chico. 
 

 

Vuelve, aún quiero saber si hay alguna alternativa para mí. 
 

Notas finales:

Por favor comenten si tienen alguna duda, queja o molestia. 

Se los agradeceria. <3

 


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