7:00 a.m
Kim Minseok
Primera hora por la mañana. Era el turno de Minseok de abrir el café. Comenzando la rutina diaria de limpieza se dispuso a barrer y limpiar y acomodó mesas como de costumbre.
Esa mañana le tocaba atender tras la caja a todos los clientes deseosos por un aperitivo en una fresca mañana veraniega.
El día transcurría tranquilo y los clientes iban y venían y por esta misma situación resultaba poco común prestarles atención. Aproximadamente a dos horas de terminar su turno se detuvo, pasmado, a prestar atención al ser frente a sí, (Buenos días, señorita, ¿qué desea ordenar?) cabello rizado a la mitad del cuello tintado de oro y ojos amielados observaban en su dirección con un ligero toque rosado de vergüenza en sus mejillas. Su voz aunque suave, masculina ordenó un pastel de zarzamora y un capuccino para llevar acompañado de un recordatorio firme. No es la primera vez que me confunden con una chica. Masculló entre dientes Luhan, que había otorgado su nombre para etiquetar la orden.
Procedió al incidente un momento de tranquilidad en el que el establecimiento permaneció en la serenidad habitual del Lunes por la mañana y en el momento que Minseok comenzaba a contar los minutos para marcharse, Luhan se aseguró de quedar bien presente en su memoria y la de las personas que estuviesen a su alrededor.
Un golpe fuerte y mermelada de zarzamora deslizándose por las paredes alertó a Minseok que inmediatamente dirigió los ojos al culpable. Luhan, con los ojos llenos de lágrimas sostenía otro plato blanco dispuesto a lanzarlo al sujeto frente a él.
—¿Qué haré si no puedo olvidarte? —Preguntó desgarrado con las manos temblando. Quizá de ira, quizá tristeza. No olvidó descartar la locura, tampoco.
—Tranquilízate Luhan, por favor —el receptor de la ira levantó las manos sobre su rostro pálido intentando vagamente protegerse. El lugar se sumió en silenció y se preguntó porqué ningún empleado se había movido aún. Todos esperaban que alguien más se pusiese en marcha.
—¡No, no! ¡No puede ser! —respondió en otra descarga de adrenalina, negaba cual niño pequeño y lágrimas chorreaban por sus ojos—. Deben saberlo todos —siseó y lanzó otro plato justo encima de la cabeza del muchacho frente a él, que no se había movido— Que eres un cretino, creído, mentiroso, infiel —escupió entre gritos. Minseok se aproximó antes de que alguien saliese herido y le tomó del brazo con fuerza, hablando en voz baja.
—Joven, usted tendrá que salir del establecimiento ahora mismo, me temo que irrumpe con la comodidad de los clientes —murmuró pacífico, de acuerdo al protocolo y el muchacho colgado a su brazo comenzó con otra rabieta más fuerte en cuanto las puertas le fueron cerradas en el rostro.
7:40 a.m
Park Chanyeol
Chanyeol llevaba media hora de sobra cuando su brazo fue jaloneado por lo que el observó, era un joven llorando y discutiendo con otro que supuso, era su novio. Chanyeol no sabía nada de discusiones públicas. Las pocas veces que peleaba con su novia lo hacían en privado y no era ni de lejos parecida a la película de drama que recreaba el rubio llorón y el que parecía ser su pareja con las mismas expresiones faciales de una piedra.
—Sehun yo… —su ahogado llanto le impedía hablar y secaba sus lágrimas con las mangas de su suéter, el chico le observó con sus grandes ojos de ciervo— Ayúdame… —Chanyeol que siempre había sido un alma gentil colocó sobre la espalda del muchacho que lloraba una mano que palmeaba suavemente para consolarle— Voy a poner tu nombre en mi garganta —expresó con la voz especialmente ronca de tanto llorar— y voy a gritarle a todo el mundo la clase de patán que eres —murmuró de nuevo y Chanyeol se sorprendió de la cantidad de amargura contenida en su voz .— ven aquí, ven, siéntate —le condujo a una banca junto a un poste de luz justo frente a una cafetería.
—Luhan, déjalo, el no tiene nada que ver —Sehun murmuró exasperado, al parecer era el novio de Luhan— Lamento mucho esto, él y yo tenemos… cosas que arreglar —alcanzó a Chanyeol con el brazo para dejarle tras el.— Ya te dije que lo siento… por favor. ¿Crees que esto no me duele a mí?
Al parecer, Sehun no podría haber elegido peores palabras. Luhan rió amargo y negó con la cabeza, ya no habían lágrimas si no pura ira.
—Aún tienes el descaro de decir que esto te duele —las manos del rubio se cerraron alrededor de la camiseta ajena y Chanyeol se alarmó.—No te atrevas a decirme nada. Ni siquiera estabas borracho cuando te acostaste con ella —Luhan soltó la camiseta del contrario.
—Escucha, sí. Cometí un error, me acosté con ella —intentó Sehun apaciguar sin lograr su cometido— pero de verdad me arrepiento… Por favor
Luhan se echo a reír y, francamente, Chanyeol se encontraba asustado e iba tarde al trabajo. Con cuidado y ya que su presencia no era necesaria, se alejó lentamente, pero la voz de Luhan remedando a Sehun chillón y petulante, le persiguió —Pero de verdad me arrepiento… por favor — sonrió de nuevo y mientras se alejaba pensativo, Chanyeol se formuló seriamente la posibilidad de Luhan siendo bipolar.
8:20 a.m
Kim Jongin
No era chismoso. Él se llamaba curioso y comunicativo, pero no chismoso. Como hombre curioso, se acercó a una pareja en la calle que parecía, tenia problemas. Su deber, además de escuchar por supuesto, era ayudar.
—No será necesario que me olvides —escuchó mientras se acercaba y decidió informarse acerca de la situación antes de proceder. Para estar bien informado.— Luhan... No seas dramático —Gesticuló el más alto de ambos con las manos— Sí, yo me acosté con varios per...
—¡¿Varios?! —interrumpió un muchacho de andrógino aspecto. Yo si le daba. Pensó el muy heterosexual Jongin. El joven seguía echando chispas por la boca y pensó que en algún momento saldría fuego por sus ojos. Quizá despues de todo la ayuda no sería necesaria por lo que siguió caminando, ignorando las palabras de aquellos dos.
—No eres el único que puede ser una zorra —gritó lleno de ira, el sentido común evaporándose de sus poros cual agua— Me voy a ir con el primer idiota que se me cruce —Luhan temblaba de ira mientras caminaba, sus decididos y firmes pasos se toparon con Jongin. Luhan pareció evaluar lentamente con la mirada.
—¿Puedo ayudar… —fue interrumpido por los besos de Luhan. Y qué besos. Jongin quiso explicarse: soy heterosexual, terminé una relación hace poco, no estoy interesado, y santa.madre qué labios tiene. Luhan esperó a que Jongin bajase la tensión, enredó los dedos tras el cuello del chico más alto y éste a su vez llevó las manos a su cintura.
Adiós heterosexualidad de Jongin.
Luhan se alejó con sus dulces labios hinchados y rojos. El (ex)novio de aquel chico miraba la escena atónito, se acercó y por primera vez en presencia de Jongin hizo más expresiones de las que estaba seguro hacía diariamente.
—¿Que crees que estás haciendo? —preguntó furioso y miró a Luhan y luego a Jongin— ¿Y tu? —siguió moviendo las manos con ira y a Jongin le pareció gesticulaba como morsa— ¿Quién te crees que eres para ir besando personas por donde quieras? —gritó la última parte de la frase y las venas en el cuello ya resaltaban. Esta vez era el turno de Luhan de relajarse y disfrutar así que sonrió y dejó que estallara y gritara todo lo que tuviese que decir— ¿Y tu? ¿Vas por ahí besando novios ajenos todo el rato? —Le enfrentó con coraje en su voz. Tan amargo.
—Según tengo entendido... Eh… —miró de reojo al renombrado Luhan y éste pareció entenderle. “Sehun” movió los labios y volvió la vista a Sehun, que parecía iba a estallar por aquella muda comunicación— Sehun, sí. Según tengo entendido, Sehun esta preciosura a mi lado ya no es tu pareja. —sonrió arrogante. Amaba molestar a las personas, en especial a los egocéntricos como él.
—El asunto no es contigo, negro idiota —espetó entre dientes.
—Tienes razón, no es con él y ahora tampoco contigo —Luhan le miró con el frío en sus ojos. La tristeza ya no llegaba a ellos.— eres mi ex novio. Y no tengo motivos para darte. —Jongin pudo ver en los ojos de Sehun tristeza, melancolía, ira, desesperación. Todo a la vez.
—Tu me necesitas —dijo firme y no supo si deseaba convencer a Luhan o a si mismo. Pobre— No puedes engañarme con otros en mi nariz
—¡Ay, por favor! ¡No seas hipócrita! —Luhan empujó su pecho y luego se alejó.— Tu te acostaste con más siendo mi pareja. —El rubio apretó los puños mientras el ex novio estúpido mascullaba un audible "Al menos no lo hice frente a ti, tenme respeto"— Y Luhan fue presionado a explotar— Respeto… ¡Respeto tu culo! Tu puedes engañarme pero yo soy la puta de la relación por besarme con alguien cuando ya no somos nada. —Dijo sarcástico. La barbilla del rubio tembló pero se mantuvo firme. Seguro que deseaba hacer pucheros. Y Jongin seguía ahí, observando. Estorbando pero siendo muy entretenido por la pareja.
Sehun y Luhan se mantuvieron en silencio mirándose el uno al otro hasta que al fin Luhan habló.— Lay irá por mis cosas a tu casa y llamaré un camión de mudanza para llevarme lo que falte. El hurón me lo llevo yo —frunció las cejas y miró a Sehun en un tono que no admitía demandas. Resignación. Sehun se quedó estoico y paralizado al observar a Luhan marcharse.
Tomó la muñeca de Jongin y avanzó por la calle en una dramática salida que creyó no fue necesaria. Después de caminar un rato Luhan se dio cuenta que arrastraba otro ser consigo y soltó su muñeca, avergonzado y con los ojos vidriosos.
Jongin pensó que no haría daño a nadie si consolaba un poco al chico.
—¿Te gustan los videojuegos? Conozco un muy buen lugar por aquí...
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