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Para estar a tu lado por dark kirito

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Notas del fanfic:

Yugi-oh! pertenece a Kazuki Takahashi- sensei.


Escrito en el móvil, errores son sin querer.


Muchas gracias a Yayoi y a todos los que leen >\<

Notas del capitulo:

Yugi-oh! pertenece a Kazuki Takahashi- sensei.


Escrito en el móvil, errores son sin querer.


Muchas gracias a Yayoi y a todos los que leen >\<

Un chico de orbes violetas camina bastante animado, si bien el dolor de perder a su "otro yo" aún continúa presente en su pecho, ha decidido seguir adelante, continuar con su vida, no puede dejarse caer en la oscuridad de los sentimientos que le agobian. Si, duele y asfixia, pero no debe darse el lujo de recostarse en la cama y dejarse morir, no después de todo lo que esa persona hizo por él.


Debe continuar caminando hacia el futuro con la angustia que le produce el simple hecho de respirar, y encontrar una manera de ser feliz, por el, porque jamás hubiera querido verlo llorar.


Su sonrisa se muestra tan hermosa, jamás ha sonreído de esa manera, pero ahora tanto su mente como su corazón están llenos de sentimientos y pensamientos por esa persona, de su siempre amado Atem, como sufrió al dejarlo ir, ese duelo fue por mucho el más triste de su vida.


-¡Yugi!!-le saluda efusivamente una chica de ojos celestes.


-¡Anzu-chan!!!-agita su mano para saludarle.


Poco después la castaña esta a un lado suyo, le mira fijamente por un momento, situación que le pone nervioso.


-¿Sucede algo malo?


-¿Ya estás bien?-le cuestiona su amiga.


-¿De qué hablas?


-No me hagas caso.-simplemente sonríe y se gira para distraer la atención del contrario.


Pasado un rato  llega al lugar un joven rubio.


-¡Te tardaste Jonouchi!!-reclama la chica.


-Nah, a mí qué me dices, si ya sabes cómo soy-aunque lo disimula a la perfección observa a su pequeño amigo, pues también está preocupado-si tenías prisa porque llegara a tiempo me hubieras ido a despertar a mi casa.


-¡Óyeme! ¡¿Quién te crees que eres?!


Los dos chicos comenzaron a discutir como tenía tiempo que el joven de cabello multicolor no les veía, por lo que no pudo evitar ponerse a reír, lo que ambos agradecian, era un sonido que no escuchaban desde que el faraón se marchó.


-Ya no discutan ja ja ja Anzu-chan, Jonouchi-kun.


-Está bien.-dijeron al unísono.


Ambos fingieron arrepentimiento, pues en realidad todo era un pequeño acto de su parte para ponerle de mejor humor. En eso la chica volteó a mirar a su cómplice que le mostraba la lengua, ¿o no lo era?


<<¡Que infantil!!>>


La castaña solo sentía como la sangre en sus venas hacia ebullición, cerró un puño a modo de amenaza, lo que el oji miel supo interpretar y mejor decidió dejar el asunto por la paz, como si no recordara todas las veces que los golpeó a él y Honda por molestar al pequeño...de qué manera tan extraña se habían hecho amigos, pero sin importar lo mucho que todos querían animar y apoyar al menor, era complicado, pues no era el único que echaba en falta su presencia.


-¿Y bien?-dijo la oji celeste.


-¿Bien qué?-respondió el rubio con tono accidentalmente hostil. 


-Tú quieres pelear ¿cierto?-entrecerró los ojos de manera amenazante.


  -¡Claro que no!-movió las manos frente a él con nerviosismo.


-No tienes remedio-suspiró-¿Cuándo va a llegar Honda?


-¡¿Te crees que soy su madre?!


Ahora sí, ese chico tienta su suerte, le tomo con velocidad  del cuello de la playera, mientras el más bajito intentaba evitar que le dejaran sin mejor amigo, sin embargo este no se iría sin dar pelea, total no es la primera vez que ocurre, aunque igual siempre termina por ganarle, pero es que en realidad jamás le pondría un dedo encima, ante todo es un caballero...¿será realmente la razón? Y todo eso ocurrió en milésimas de segundos hasta que fueron interrumpidos por el timbre del móvil del rubio. La chica le soltó para dejarle contestar la llamada.


-¿Bueno?


<<-¿Jonouchi?>>


-¿Honda?


<<-Lo siento, no voy a poder ir, creo que amanecí un poco enfermo...>>


-Que mal.


<<-Pero animen...-de pronto se escuchó una voz al fondo algo así como "¿estás hablando con mi hermano?">>


-¡Shizuka!


<<-Creo que se va la señal...>>


-¿Cuál se va? ¡Hijo de...!


Fue lo único que alcanzó a decir, después los tonos de línea y nada, miró su celular con odio, como si recriminarle lo acontecido fuera a servir de algo.


-¿Qué pasó?-dijo la joven.


-No va a venir, el muy idiota está en otra cita con mi hermana.


-¿Y por qué no le atas a la cama? Digo son medidas desesperadas.


-¡No puedo, es mi hermana!


-¡No a ella a él!!!!


-Oh, bueno de todos modos no hay nada que pueda hacer, si ella me pide ayuda iré a rescatarla sin pensarlo, pero si siente algo por Honda, no quiero meterme en su relación, solo me queda apoyarla, aunque ese maldito no me guste para ella.


-¡Pero es nuestro amigo!-intervino escandalizado el menor.


-Pero Yugi, todos sabemos que buena opción no es.


El silencio se hizo pesado, muy incómodo, pero no existen argumentos que puedan escudar al azabache.


-Bueno dejemos de perder el tiempo-dice la castaña-¡tenemos que ir a la exposición del museo!


Sin dar tiempo al oji violeta de preguntar la razón, pues ni la molestia se tomo de decirle a dónde irían, le tomo del brazo, ambos amigos lo hicieron, uno a cada lado, por lo que más bien daba la impresión de ser un reo en custodia, pues no podía ni caminar debido a que sus pies ni siquiera tocaban el piso, las desventajas de ser bajito.


Lo peor de todo, es que la gente en la calle les miraba de manera curiosa, por lo que no pudo evitar ruborizarse, pero no podía esconder su rostro entre sus manos, pues con tan incómoda posición ni eso le permitían.


Llegaron después de diez minutos al lugar, donde los dos mayores casi azotaron por el esfuerzo, jadeando violentamente. 


-¡¿Qué...rayos te pasa...Anzu?! Ugh...


  -¡Lo mismo...digo Jonouchi!!


El pequeño tenía la firme intención de intervenir, decirles que eso no era una carrera y arreglar las cosas como toda la vida, pero no pudo hacerlo, ese lugar le traía fuertes y dolorosos recuerdos de su "otro yo".


Los sentimientos se agolparon en su pecho como una gran ola que buscaba ahogarle, creyó que de una u otra forma podría superar la pérdida de la persona amada, pero ahí, de pie en ese lugar, se dio cuenta de que no había nada más alejado de la realidad, no consiguió cambiar ni un poco ¿qué se supone que ha estado haciendo? Sin poder evitarlo cayó al suelo de rodillas, con los ojos bien abiertos pero sin mirar un punto en particular mientras las lágrimas comenzaban a caer sobre sus mejillas, desapareciendo en algún punto de su pantalón.


-¡Yugi!-gritaron alarmados sus dos amigos para ir en su auxilio.


-Atem-dijo en un susurro-¿por qué tenías que dejarme atrás? ¿No podías llevarme contigo? No me hubiera importado, aún si eso significaba...


-¿Qué hubieras muerto?-dijo una voz a su espalda.


Por lo que se giraron, aunque la sorpresa solo fue para el joven de ojos amatista.


-¡Ishizu-san!!! Creí que habías vuelto a tu hogar.-mencionó el pequeño.


-Lo hice, pero tuve un sueño premonitorio.


-¿Aún sin tu collar del milenio?


-Supongo que fue por todo el tiempo que estuvimos juntos, era como una parte de mi, estoy segura de que te sucede lo mismo con el rompecabezas del milenio, no, para ti era algo mucho más especial.


El chico bajó la mirada apesadumbrado sintiendo que se pondría a llorar nuevamente, aunque logró contenerse gracias a su gran fuerza de voluntad.


-No es mi intención lastimarte-articulo la morena-pero quiero que sepas que es probable que puedas ver al faraón nuevamente.


En ese momento el menor alzó la vista expectante ¿acaso escuchó bien? ¿Podría verlo otra vez?


-Yo...-su voz era apenas un susurro tembloroso-¡quiero verlo!-esa última afirmación la hizo con tono seguro, digno del rey de los juegos, mientras en su mirada se apreciaba la resolución.


-¡Así se dice amigo!-le animaba Katsuya.


Sin decir una sola palabra más la azabache les guió a un cuarto oculto lo más rápido que le fue posible, y no es que tuviera prisa, pero casi podía escuchar el latir del corazón del multicolor, estaba demasiado ansioso, es normal que lo este considerando que se encuentra ante la posibilidad de volver a ver al amor de su vida.


Se adentraron a un cuarto bastante pequeño, la mujer se dirigió a un cofre del que saco un pequeño objeto metálico derruido por el tiempo.


-¿Te es familiar Yugi?


-Es...-sus labios temblaron-¡El cartucho que le regaló Anzu a Atem para darle su nombre! ¡¿Pero cómo es posible?! ¡Creí que eso había sucedido en el mundo de las memorias del faraón!


-Así es, sin embargo, esto es muy real, fue encontrado hace un par de semanas en una excavación, pero no teníamos idea de que era hasta que tuve ese sueño.  


-¿Qué fue exactamente lo que viste?


  -El retorno del faraón.


-¿Es posible?


-Según mi visión lo es, pero no podemos hacerlo solos.


-¿Qué se necesita?


-No te preocupes, ya he arreglado los preparativos.


Salió un momento del lugar y volvió instantes después acompañada, el menor no pudo evitar su sorpresa al ver a esas personas.


-¡Kaiba-kun, Bakura-kun, Marik, abuelo!! ¿Por qué?


-Porque eres mí amado nieto-respondió Solomon.


-Porque eres mi amigo-dijo el albino.


-Porque le debo mucho al faraón-dijo el moreno respetuosamente.


-No voy a darte explicaciones Yugi-dijo de manera seca Kaiba.


Sin importar la actitud de este último, el oji violeta sabía que siempre había sido una persona amable, es solo que ha pasado por mucho sufrimiento en la vida, está seguro de que si está ahí es para ayudarlo, aunque sea incapaz de admitirlo.


-Ahora que estamos todos reunidos es momento de iniciar el ritual.


-¿Qué ritual?-preguntó el pequeño desconcertado.


A lo que la mayor le miró con sorpresa.


-¿Qué tus amigos no te dijeron nada?


-¡Era una sorpresa!-se defendió el rubio.


La mujer suspiró.


-Es un ritual para traer de regreso al faraón.


-Pero eso es imposible-dijo el multicolor-y aún si lo fuera ¿no crearía una paradoja en el espacio-tiempo?


-¿No te has dado cuenta? Eso ya ocurrió, el hecho de que esto-señaló el objeto metálico-este aquí es prueba de ello, de alguna manera distorsionó ambas dimensiones con el propósito de no alterar los acontecimientos, aunque supongo no fue fácil.


-¿Por qué se arriesgo tanto?-preguntó el oji amatista.


-Por ti-le respondió su amigo-porque estoy seguro de que tenía tantos deseos de verte como tú a él.


Un leve sonrojo tiño las mejillas del menor, que apenado desvío la mirada.


-Lo que necesitamos hacer-prosiguió la morena-es concentrar parte de nuestra energía en ese cartucho, así que háganme el favor de tomarse de las manos, Yugi, coge el objeto entre las tuyas.


Y así todos los presentes incluidos los dos amigos del multicolor se tomaron de las manos, siendo Katsuya el que sujetaba el puño cerrado de su amigo donde tenía dicho objeto.


Una luz blanca que emanaba calidez les envolvió a todos, y luego se quedaron en silencio. Se miraron los unos a los otros confundidos ¿no funcionó? Era el pensamiento de la mayoría, quizás habían ejecutado el ritual de manera incorrecta.


-Ishizu-san...


Intentó expresarse el oji violeta pero un fuerte estruendo le interrumpió, abrió en demasía los ojos.


-¡¿Qué demonios fue eso?!-grito alterado el joven de mirada dorada. 


-¿Un rayo?-se aventuro a sugerir Anzu.


  Pero si lo fue o no, era lo de menos, las piernas del oji amatista se movieron por voluntad propia, era como si su cuerpo supiera a la perfección que hacer, salió de la habitación, subió unas escaleras, atravesó varios pasillos y llegó a un gran salón, todos habían ido tras el por distintas razones.


Y al llegar, en medio del sitio, lo vio, tendido en el suelo como si solo durmiera, boca arriba con expresión serena.


Se encaminó veloz a su encuentro, y le tomo con trabajo entre sus brazos mientras escondía su rostro en el pecho del mayor, sin poder contener su sollozo.


-Atem…


Los presentes estaban maravillados, no esperaban que algo como esto pudiera ocurrir, pero querían creer que era posible, ver al menor destrozado no era algo que gustaran de hacer, ni siquiera Kaiba que estaba molesto por ver a su rival caído, aunque este intentara mostrar lo contrario.


-No puede quedarse para siempre aquí-dijo el castaño-lo llevaremos a tu casa Yugi.


-Eso sería muy amable de tu parte.


El mayor se acercó al par de jóvenes y tomo a un dormido Atem entre sus brazos siendo seguido de cerca por Yugi, Solomon y sus dos amigos.


-¡Muchas gracias!-dijo el pequeño a todos los que se quedaban en el lugar y que solo le dedicaban una sonrisa.


-¡Esta vez dile lo que sientes!!-fue lo último que alcanzó a escuchar de Bakura cuando se marchaban, por lo que no pudo evitar el ponerse rojo ¿tanto se le nota?


Ya en el auto, el rubio y el oji celeste comenzaron a discutir.


-¿Por qué eres tan patán Kaiba?


-No lo soy, solo te dije que te fueras caminando.


-¿Y eso no es ser grosero?


-Te lo acabo de decir-suspiró-hoy no traje la limusina, este es un vehículo normal, son demasiadas personas, puedo llevar a Yugi, su chico y su abuelo, pero no recuerdo haberlos invitado a los demás.


-¡Lo dicho eres un patán!


-Y tu un idiota-prosiguió con tono serio-pero como si no te conociera, aún si fuera físicamente imposible subir lo harías, tú y tu terquedad, haz lo que quieras, pero eso si, a Atem lo dejan en el asiento del copiloto, estando inconsciente seguro lo matan cayéndole encima.


-Así está mejor, ¿ves como si puedes ser amable?-sonrió.


El castaño desvío la mirada, ni loco le daba el placer a ese idiota de verlo sonrojar por causa suya.


Se pusieron en marcha y llegaron diez minutos más tarde, todos bajaron del vehículo.


-¡Por dios Jonouchi!! ¡Debiste irte caminando como te dijo Kaiba! ¡Fue muy incómodo, ni yo sabía que podía doblarme en esa posición!!-mencionó la chica.


-No te enojes-intentaba tranquilizarla el menor-al menos fue divertido fue con jugar tetris-sonrió.


-¡Yugi!


  -¿Quieren dejar de hacer tonterías? ¿O prefieren que deje el paquete en la entrada?-hacía referencia al egipcio.


  -¡No, espera enseguida abro la puerta!!-se alteró su rival.


  En cuestión de segundos el joven le guió a su habitación y el castaño recostó al chico en la cama.


-Por mi parte es todo, si necesitan algo saben donde localizarme, aunque en realidad no me interesa el asunto, solo quiero ver que estés en óptimas condiciones Yugi, que no se te olvide que eres la única persona que he reconocido como mi rival, más te vale que después de esto te comportes como se debe.


Se dio le media vuelta para retirarse.


-Gracias-le dijo el menor.


El castaño no dijo nada, pero una leve sonrisa apreció en sus labios.


Los demás se quedaron mirando al moreno que reposaba sobre la cama, viéndolo de esa manera daba la impresión de que no despertaría jamás, pero lo haría ¿cierto?


Pasadas algunas horas, los amigos del chico tuvieron que retirarse a sus respectivos hogares, su abuelo se retiro también más tarde a dormir, y el, bueno seguía sentado en la cama esperando a que despertara hasta que fue vencido por el sueño.


................................


El faraón comenzó a removerse entre las sábanas, hasta que fue capaz de reincorporarse, se sentó en el lecho y su mirada se poso con dulzura sobre el joven que le hacía compañía, sonrió.


-He vuelto Yugi.


Se levanto de la cama y tomo al pequeño entre sus brazos con suavidad para depositarlo suavemente sobre ella, le cubrió con las sábanas y decidió recostarse a su lado, si bien aún estaba agotado, necesitaba cerciorarse de que no era un sueño, se colocó de lado y tomo una de las manos del menor entre las suyas, acercándolas a su frente, sonrió complacido, esa calidez no es mentira ni una ilusión, por fin pudo regresar con la persona que ama, esta vez debe decirle lo que siente.


........................


El sol entraba débilmente por la ventana, provocando que el oji amatista abandonará los brazos de Morfeo, abrió los ojos sintiendo un extraño pero agradable calor en su mano, giro su rostro y no pudo evitar el ponerse colorado al ver que le tenían tomado de esta, sintió su corazón latir con emoción, pues si su amado le tenía de aquella manera quiere decir que ha despertado, se movió un poco con la intención de salir de ahí, pues si bien no quería apartarse del joven, tenía que ir al colegio, pero el movimiento despertó al moreno, que le miró adormilado.


-¿Otro yo? No...Yugi.


-Atem.


Como si el agotamiento se hubiera ido por arte de magia se acercó al chico y le tomó  entre sus brazos.


-¡Por fin puede volver!!-le tomo aún con más fuerza.


El menor sintió unas ganas increíbles de llorar, por lo que le fue imposible contenerse.


-¡Por fin estas aquí! No me dejes por favor, no puedo ser feliz sin estar a tu lado, porque yo te amo...


  Ante dicho comentario el pequeño se puso rojo y entró en pánico, las palabras escaparon sin que tuviera necesidad de pensarlas, declarar su amor de esa manera no era algo que tuviera planeado, ¿qué haría si le odiaba por semejante descuido?


Pero pronto fue sorprendido por una mano que le tomo del mentón para depositar un suave beso sobre sus labios. 


-Yo también te amo Yugi-sonrió-desde hace mucho tiempo, pero nunca tuve la oportunidad de decírtelo, por eso volví a tu lado, mi vida no es la misma si no estás en ella, esta vez sin importar lo que pase no pienso alejarme de ti.


Lleno de emoción el menor se aferró con ahínco a su ropa, este lo abrazaba cada vez con más desesperación como si ambos temieran el distanciarse.


Volvieron a unir sus labios en un dulce pero apasionado beso, cuando el sonido de la puerta les asustó, sobre todo al pequeño.


-¡Abuelo!!


Casi se infarto cuando lo vio ahí, de pie en el umbral de la puerta, los había visto basarse ¿y ahora que iba a hacer?


-Me da gusto por ustedes-dijo Solomon.


-¡¿Eh?!-dijo o más bien gritó el oji amatista con voz un tanto aguda.


-Lucharon tanto por el mundo, es hora de que busquen su felicidad.-se acercó a los chicos y se rodillo rindiendo respeto al faraón-su alteza, le pido que cuide y haga muy feliz a mi querido nieto.


-Lo haré, levántate amigo-sonrió-ya no soy un faraón, soy un chico normal que solo quiere ser feliz con su pareja.


-Cierto-sonrió el mayor-voy a preparar el desayuno, los espero abajo-salió para darles privacidad.


-Yugi.


-¿Qué sucede?


-¿Quieres ser mi novio?


-...


El pobre fue incapaz de decir algo, se quedó pasmado, sin duda era demasiada felicidad en un solo día, pero el mayor beso sus labios nuevamente con ternura.


-Supongo que fue un sí-sonrió.


..............................


Pasaron un par de semanas, en las que el egipcio se quedó a vivir con los Mutou, su convivencia era normal, platicó con su novio acerca de varios temas pero siempre que este le preguntaba que había hecho para volver con el sonreía y le decía.


-Nada en especial.


Estaba seguro de que el mayor pasó por mucho para conseguirlo, pero si no quería contarle, el no iba a obligarlo.


Ambos chicos continuaron con su vida de duelistas, al principio causó un gran revuelo su evidente parecido, pues no siempre puedes encontrar a alguien similar al rey de los juegos, pero como era de esperar, Atem se hizo rápidamente de fama, siendo comparado en genialidad con Yugi, y ambos tenían ordas de fans, las cuales les apoyan a ambos, sobre todo cuando el moreno hizo pública su relación con el joven duelista.


El mayor ganó tanto dinero con los juegos, pues entraba a torneos profesionales de go, ajedrez, karuta, entre otros y por supuesto duelo de monstruos, pronto se hizo de una gran fortuna, aunque eso era lo de menos, la diversión en ellos era lo que realmente le importaba, por lo que gran parte se iba en donaciones, pero otra la guardaba por una muy buena razón.


Hoy ha ido como siempre a visitar a su amado, pues tiene seis meses que se mudo de ahí, porque no quería seguir abusando de la hospitalidad de Solomon, aunque este en verdad estaba encantado con su presencia, aunque igual pasa una cantidad de tiempo considerable en el sitio.


  Después de una agradable comida, el moreno le pide al chico tener un duelo, lo que este acepta feliz, tiene mucho tiempo que no lo hacían...desde aquella ocasión, salen del hogar  y se colocan sus discos de duelo, se miran con intensidad, son novios, pero también duelistas.


  -¡Vamos compañero!-alzó la voz emocionado el moreno.


Activaron sus discos y...


-¡Duelo!-al unísono.


-¡Mi turno!-el más joven, toma sus cartas-invoco a "Bright Star Dragón" (ATK 1900/ DEF 1000) en modo de ataque,  y colocó una carta boca abajo, terminó mi turno.


-Vaya, tienes un nuevo deck-sonrió emocionado.


-Quería intentar algo diferente en tu contra.


-Siempre pensamos igual, ¡mi turno! Invoco a "Marauding Captain" (ATK 1200/ DEF 400) de manera normal, utilizo su efecto e invoco de forma especial a "Gene-Warped Warwolf" (ATK 2000/ DEF 100) y colocó dos cartas boca abajo, terminó mi turno.


Si bien pudo atacar en ese momento...digamos que se distrajo por primera vez en la vida con el rostro tan alegre de su novio.


-¡Mi turno! Libero a "Bright Star Dragón" (ATK 1900/ DEF 1000) para invocar de manera avanzada a "Reptilianne Medusa" (ATK 2200/ DEF 800),el menor decide entrar a la fase de batalla-¡ataco a "Marauding Captain" con "Reptilianne Medusa"!


-¡Activo mi carta trampa "Mirror Force"!-articula el mayor.


-¡También activo mi carta trampa "Seven Tools of The Bandit" pago 1000 puntos de vida para negar la activación de una carta trampa y destruirla.


El impactó fue exitoso por lo que el mayor perdió 1000 puntos de vida, quedando ambos con 3000.


Se miraron intensamente y continuaron con el enfrentamiento.


Después de varios duelos ambos estaban rendidos.


-Fue un empate-dice Solomon que había ido a verlos un rato después-no puedo creer que tuvieran diez seguidos.


-Ni yo abuelo ja ja ja me duele todo.


-A mi también ja ja ja-le secunda el moreno.


-Estaré adentro preparando la cena.


El mayor se retiro dejando solos a los chicos, Atem se levantó y se acercó a su amado extendiendo una mano para ayudarle a poner en pie, una vez hecho esto, le atrajo hacia si, y le tomo amorosamente entre sus brazos.


-¡¿Q-qué sucede?!-preguntó el otro entre confundido y asustado.


-Ya debes saber la razón por la que tuvimos esos duelos-el menor asintió con la cabeza-no hay nada mejor para entender los sentimientos de un duelista que un enfrentamiento, ya lo sabía, siempre supe que lo que sentía por ti era amor, pero quería que mis sentimientos tocaran el fondo de tu alma, no quiero dejarte ir-suelta al chico y se arrodilla sacando una caja de su bolsillo-¿te casarías conmigo Yugi?


-¡Sí!


Sin pensárselo dos veces el pequeño saltó a los brazos de su amado que en tan incómoda posición terminó por caer, ambos rieron un poco, cuando les hubo pasado, el moreno le colocó la sortija en su dedo anular, y sellaron la promesa con un beso.


-Te amo Yugi.


  -Yo también te amo Atem, no vuelvas a dejarme solo.


-Te lo prometo, estaré contigo toda la eternidad.


El cielo estrellado les brindo el más hermoso escenario, sin importar lo que ocurra de ahora en adelante estarán juntos, podrán vivir a plenitud su amor, sin duda atesoraran este mágico momento por el resto de sus vidas, y más, porque a ellos ni la muerte les podrá separar.

Notas finales:

Muchas gracias por leer!!!!!!!!!!!! Hasta la próxima >////<


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