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Crazy Crazy por minima

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Notas del fanfic:

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia (siempre quise decir eso) 

Entonces, la cotidiana vida de una persona puede tener sus sorpresas, pero Zack tiene la suerte de tener un encuentro que mas que sorpresas le traera a su vida algo de locura.

Tenia tiempo con ganas de escribir algo por el estilo, asi que lo saco de mi sistema ahora.

Notas del capitulo:

Pues veamos, este capitulo es mas la introduccion de personajes y trama. Los que no sepan que significa SAT es Secretaria de administracion tributaria. Sean amables con sus trabajadores publicos, no es sencillo para ellos atender a docenas de personas por dia. 

Capítulo 1.- Un día más en el servicio social, se supone nada interesante

El servicio social podía ser algo tan aburrido a veces y otras veces tan entretenido, no se consideraba una persona completamente mala pero sabía que no era un santo, y era en estos momentos salía a flote su lado malicioso cuando veía a su amiga tratando de atender a tres mujeres a la vez en la sala al tratar de hacer un trámite en las computadoras, podía ver como la paciencia de ella iba menguando y como la desesperación se iba filtrando en su semblante y comportamiento, si, a veces el servicio social podía ser algo entretenido.

-Señorita entonces por favor dele click en el siguiente, si, es ese botón azúl… si se tarda es que ammm intermitencias en el sistema, es probable que haya actualizaciones en el sistema y por eso se tarde-

-Pero mi amiga ya acabo ese paso- comento una de las mujeres apuntando a su compañera que parecía ser la más feliz de las tres del grupo al ver que a ella le había tocado la computadora más rápida de ellas tres.

-También tiene que tener en cuenta un poco las computadoras, el uso de algunos usuarios ammm afecta su rapidez- en realidad estaba diciendo lo primero que le llegaba a la mente para apaciguar la impaciencia de sus interlocutoras, no era su culpa que no le dieran mantenimiento seguido a todo el equipo de la sala.

-Bien, ahora ¿Qué dijiste que seguía?-

-Tiene que darle en el botón azul que dice siguiente señorita- repitió la muchacha aguantando un suspiro, este parecía que sería uno de esos días que parecían tan largos.

Aparto la mirada una vez satisfecho del pequeño entretenimiento que le dejo observar a su amiga con esas tres mujeres, bueno, él también tenía trabajo que hacer, después de todo estaban en una de esas horas en que la sala se llenaba y parecía que los de recepción enviaban a más de los que realmente eran para no tener que lidiar con ellos personalmente, como por ejemplo enviaban a los que tenían que buscar aparentemente un archivo pero en realidad necesitaban generarlo o viceversa, los que en realidad venían a buscar un archivo pero los enviaban a generarlo, podía ser algo tedioso y agotador.

Media hora después la sala por fin estaba vacía, ya no había nadie más que los del personal de servicio social en ella, léase solo él y su amiga por que los demás los habían enviado a atender otras áreas o habían faltado por cuestión de exámenes de sus respectivas escuelas, más el encargado del área, un sujeto realmente amable y comprensivo con ellos que iban empezando haciendo el servicio y los ayudaba cuando tenían dudas.

-Me duelen mis piernitas- dijo su amiga aprovechándose para sentarse en una de las sillas de la sala de computo de atención al contribuyente, lo malo de estar asignado a esta área es que tenías que estar parados y caminando de un lado a otro casi todo el día.

-Anímate Karen, estás haciendo musculo- bromeo con una pequeña sonrisa en su rostro.

-Jajaja como me rio, a este paso me van a dar varices-

-Bueno chicos, aprovechen ahorita, ya saben, hay ratos en que se nos viene todo el mundo encima, y hay ratos que no hay nadie, ahorita regreso, tengo que atender ciertos asuntos en modulo- dicho esto el encargado, el Lic. Eduardo salió por la puerta a las oficinas que se encontraban en el otro extremo de la pequeña recepción de las oficinas del SAT dejándolos solos.

-¿Y a qué horas te iras a tu casa Zack?- pregunto la joven morena a su amigo.

-A las 12:30- respondió con otra sonrisa, sabiendo ya de antemano que su amiga se quedaría más rato, especialmente después de que su amiga había perdido varias horas la semana pasada por estar enferma del estómago, aunque nunca le dijo que tipo de enfermedad tenia, sospechaba que mentía pero jamás se lo había dicho en su cara.

-Tú abuelita aun no puede estar sola ¿no?-

-Nop, de hecho el otro día llegue un poco tarde porque mi mamá me mando a comprar algo de mandado y la señora que la cuida ya se había ido, la encontré tratando de cocinar-

-Y eso… ¿es malo?-

-Dejo el gas abierto… por quien sabe cuánto tiempo, quien sabe que pudo haber pasado si al llegar no me hubiera dado cuenta inmediatamente por el olor, por un momento pensé que le había olvidado jalarle al baño pero fui a la cocina a dejar la bolsa del mandado y ahí me di cuenta de la sartén con un huevo estrellado crudo y el gas abierto… Karen, tienes suerte que tu abuela no este senil-

-Oh… pobre Zack, ammm ve el lado positivo, tienen la suficiente confianza en tu casa para dejarte encargada a tu abuelita-

-En realidad es porque mi hermano menor se negaría a cuidarla aun si saliera temprano de la prepa, y mi mamá siempre está ocupada, soy la única opción-

-A mí me gusta más cuando suena como yo digop… cambiando de tema hoy que sí estuvo lleno-

-Ya se, te vi tratando de ayudar a esas tres mujeres atendiéndolas a la vez para su firma electrónica-

-Malo, me hubieras ayudado-

-Hey, yo también estaba ocupado, y el Lic. Eduardo igual-

-Y aún nos falta completar 480 horas de servicio, estos serán unos meses largos-

Zack y Karen como muchos chicos de universidad y preparatoria tenían que hacer algo para graduarse, nada arriesgado en realidad, solo el servicio social, o en otras palabras trabajar de forma gratuita por cierto límite de tiempo en alguna institución del gobierno o algo que brindara un servicio a la sociedad, ellos como miembros de la carrera de contabilidad habían escogido alguna institución relacionada a esto, y ¿Qué mejor que el SAT?, o eso fue que se les ocurrió, aprenderían cosas de su carrera, no les habían puesto muchas trabas para ser aceptados además de aquella tentadora beca que les habían ofrecido como estudiantes cuando llegaron a preguntar si podían hacer su servicio en el lugar los había terminado de convencer, aunque ahora sabían que la beca aparentemente llegaba hasta Diciembre y para eso aún faltaban meses.

480 horas divididas en un plazo de por lo menos seis meses, no sonaba tan difícil, pero con la escuela, lo pesado del trabajo, el hambre cuando se hacía presente, algunos contribuyentes no muy amables, esas 480 parecían eternas.

En un principio ambos jóvenes habían pensado que atenderían ventanillas de atención al contribuyente para aclararle dudas a las personas, pero al final los habían puesto en el módulo 13, o sala de internet, debieron adivinar que el número no les auguraba cosas sencillas, su trabajo no era tan difícil, era guiar a las personas con sus trámites, que iban de guiarlos para hacer facturas hasta las declaraciones de sus actividades empresariales, si a eso lo multiplicabas por más de tres docenas de personas pasando al módulo en promedio al día, más las personas que aparentemente no sabían moverle nada a la computadora, el trabajo se volvía una prueba de paciencia y habilidad para explicar.

Al menos ambos tenían un amigo acompañándolos en este trabajo sin paga.

Zack y Karen se habían vuelto amigos desde el primer semestre teniendo muchas cosas en común y otras no tanto, en su mayoría tenían un carácter introvertido y serio, les gustaba el anime y manga aunque con diferentes gustos en estos que en algunas ocasiones podían coincidir, era bueno tener un amigo tanto en el servicio social como en el primer semestre de estudios superiores, especialmente cuando te das cuenta que eres uno de los pocos que no conoce los demás miembros del salón, al parecer tanto ellos como otro pequeño grupo en el salón habían sido de los pocos que no se conocían entre sí en un salón que al parecer se conocía desde la preparatoria.

Karen era una chica algo bajita, de unos 1.58 mtrs. Le frustraba a veces saber que le faltaban dos centímetros que ya no crecería para alcanzar el 1.60, la razón de su frustración era más bien por haberse criado con tíos y primos en su mayoría altos, sus hermanas mayores compartían su estatura o al menos cerca de ella, ellas si llegaban al 1.60, fuera de eso era muy feliz con su cuerpo aunque también era algo descuidada en su arreglo personal, a comparación de varias jóvenes de su edad no la veías maquillada todos los días, ni peinada meticulosa y cuidadosamente, no era fea, pero tampoco una modelo de pasarela como para decir que se veía preciosa sin maquillaje y sin arreglar, a esto a Zack y a algunos muchachos de su clase les llamo la atención, después de todo la mayoría de la población femenina en su salón parecía que ya se levantaban maquilladas y arregladas, un día su amigo le pregunto porque no se arreglaba o maquillaba a lo cual la respuesta fue simple, flojera, si de por si le costaba trabajo levantarse en las mañanas no se iba a levantar más temprano para dedicar a maquillarse para ir a la escuela, que iba a tratar de aprender no a una fiesta, tenía un cuerpo ni delgado ni gordo, tenía bonita figura de cintura estrecha, pechos generosos y caderas curvilíneas, tenía un par de kilitos de más que se notaban en su no plano vientre, su piel era morena como con un toque de caramelo, sus ojos eran café chocolate que combinaban con sus cabellos negros ondulados.

Zack alguna vez se sintió atraído por sus características y singularidad, cosa que se disolvió con el tiempo cuando la invito al cine en plan de cita y en un arranque de valentía muy impropio de él le beso, fue como besar a su hermana, o así lo sintió, no tenía hermanas, solo hermanos, comparar ese beso como haber besado a uno de sus hermanos sonaría raro, así que se quedaba con la comparación de hermana. Karen lo vio con una expresión entre asombro y decepción en su rostro después de ese beso, para luego reír en plena sala de cine.

-Eso fue raro- había dicho y continuo riendo aun cuando la escena en la pantalla no era para reír, era la parte triste en que el protagonista sufre y ese tipo de cosas.

Y él había reído igual, pues sí que había sido raro, decir que se ganaron varias miradas de odio en la sala se quedaba corto, incluso alguien les lanzo palomitas.

Al final de ese día habían quedado como siempre, amigos, e incluso ella le confeso que lo veía como un hermanito, solo porque ella era mayor que el por un año, lo cual le pareció un poco tonto, él no era ningún hermanito, ni siquiera su hermano mayor lo llego a llamar así en su vida.

Zack era un joven de unos 1.75, delgado es lo primero que se te viene a la mente al verlo, no era un esqueleto andando pero sí que era considerablemente delgado, y no era por estereotipar a las personas pero tenía también cierto aire de nerd de serie americana vieja al tener gafas y una cabellera algo salvaje si se la dejaba larga y sin peinar, una vez la misma Karen lo había llamado un mini Einstein por su aspecto un día de clases, obviamente en servicio se mostraba más arreglado, porque era un servicio público y debían ir bien presentados o lo más cercano a eso, ya habían sido advertidos que había una mujer que bien los podía llegar a regañar bien bonito en esas oficinas si los llegaba a ver demasiado informales, la conocida ADMINISTRADORA.

Otra cosa que llamaba la atención era su sonrisa un poco torcida, a Karen le gustaba compararla con la sonrisa del gato de Alicia en el país de las maravillas, no que fuera una llena de colmillos como la de la nueva película, o con dientes amarillos como en la de caricatura de Disney, simplemente decía que le daba ese aire de alguien que sabe algo pero no lo dice y que tenía esa pisca de burla en su mueca simpática, Zack sabía que esa sonrisa llegaba a desquiciar a su amiga y le encantaba usarla cuando tenía ganas de enfadarla. Sus cabellos eran una maraña castaña, o así lo describía él si se lo preguntaban, así lo llamaba su mamá cuando no se lo peinaba o nido de animal descuidado, que amorosa era su madre, Karen decía que era un ondulado esponjoso descuidado, su piel era blanca, quizás demasiado considerando que vivían en una ciudad semidesértica al lado del mar, encontrar a alguien con ese tono de piel a pesar que salía bajo el sol a diario era algo curioso, algunas veces en su infancia por eso mismo había sufrido burlas de sus compañeros de clase por su piel tan pálido, nada tan grave, a veces le decían fantasma, esqueleto, o pero sí que sufrió cuando salieron aquellas nuevas películas de vampiros de crepúsculo y ahí no la contaba, los chistes de su piel tan pálida como vampiro no terminaron sino hasta que entro a la universidad, cuando Karen se enteró se sintió algo ofendida y a la vez burlesca, ella realmente no era una fan de Crepúsculo ya que decía que sentía que habían arruinado el estereotipo de vampiro que tanto le gustaba, pero admitía que si parecía muy pálido como vampiro pero si tenía que compararlo en son de broma preferiría compararlo con la canción de “Hijo de la luna” por su piel y color de ojos, unos ojos grises claros, cosa que Zack no comprendió hasta que ella le trajo la canción un día y no sabía que era peor, ser comparado con un vampiro o con al parecer un niño que al final muy probablemente es abandonado para morir por inanición por su padre asesino en una treta que según él la culpable había sido la luna.

Karen simplemente decía que analizaba demasiado la canción para su gusto y ser capaz de apreciarla, pero vamos, literalmente la canción habla de asesinato, una especie de brujería y una manipuladora luna en opinión de Zack.

A veces era divertido para ellos discutir simplemente de cualquier cosa.

Y regresando al presente, estaban en la sala 13, descansando y esperando a que hubiera o no gente, en lo personal Karen esperaba que ya no hubiera tanta gente, a Zack le daba igual, mientras que pudiera irse a las 12:30 p.m. para evitar que su abuela intentara de quemar la casa accidentalmente estaría bien, y eso para él era pensar en el mejor escenario por el momento, uno de los peores era pensar encontrarla tratando de darse un baño ella sola y que terminara acostada en el suelo de la regadera porque según ella le dio flojera permanecer de pie, gracias a Dios su madre había sido ella la quien la había encontrado de esa manera llevándose un susto de muerte pensando que su madre se había caído o algo peor, era por eso que su abuela tenía prohibido bañarse sino había alguien en casa y a eso también aplicaba cocinar, pero su abuela era una rebelde y terca.

Karen siempre mostraba muchas mesclas de expresiones cuando le contaba esas anécdotas que iban desde la perplejidad hasta el horror, era divertido verlo.

~Núm. 2236, modulo trece~ la voz mecánica sonó indicando que venía alguien, Karen se paró y coloco la silla en su lugar para acercarse junto a su amigo a la puerta a esperar a quien sea que viniera del otro lado del pasillo.

Del otro extremo salió un hombre alto y realmente atractivo, como de esos que salen en las revistas o en la tele y a pesar que tienen un pésimo talento para actuar lo contratan por que vende con su aspecto literalmente, mandíbula cuadrada, hombros anchos, se veía musculoso y bien proporcionado bajo esa camisa de vestir negra, en realidad vestía completamente de negro, pantalón, zapatos e incluso cinturón, podrías compararlo con traje para funeral pero a él le quedaba tan bien como para ir a una fiesta y nadie le diría seguramente nada por su corta selección de colores al vestir, su piel era ligeramente morena, como un bronceado saludable bajo el sol, no tan oscuro como Karen y obviamente nada pálido como Zack, su cabello eran una serie de rizos oscuros ni muy largos ni corto que de alguna manera parecía que no estaba realmente peinado pero a la vez se veía bien acomodado, cuando alzo la vista pudieron ver sus ojos de un exótico color entre verde y amarillo, avellana le solían decir a esos ojos si recordaba bien Karen, aunque en esos momento esos ojos le recordaban a un felino.

-Eh… ¿lo atiendes tú o yo?- susurro con un hilo de voz que se notaba nerviosa Karen, normalmente le daría igual, pero cielos, ese hombre sí que era atractivo, más que cualquier hombre que hubiera visto en su vida, no sabía si sería bueno atenderlo de su parte, seguramente estaría nerviosa y torpe.

-Si quieres tú puedes…- Zack pensó que le estaba preguntando para que ella lo atendiera, no era común para él verla emocionada por un chico, pero si quería ella podía atenderlo.

-No, creo que…-

-Buenos días- antes de que pudieran continuar hablando el hombre ya se encontraba frente a ellos en la puerta, no se habían fijado que caminara tan rápido.

-Buenos días- ambos respondieron al unísono causando que se miraran y sonrieran, definitivamente no estaban hechos el uno para el otro pero podían estar bien coordinados en algunas ocasiones.

-Modulo 13 supongo-

-Así es, es la sala de internet y computadoras, ¿en que tramite podemos servirle?- Karen de forma casi automática repitió la oración que casi siempre les decía a la gente que venía a esa sala, más por reflejo y cortesía que otra cosa.

-Necesito realizar una factura- comento el hombre dirigiendo la mano con el papel de su turno a Zack.

Bueno, al parecer el mismo contribuyente había decidido quien lo atendería.

-Si me permite su turno- Zack tomo el papel con su mano –por favor tome asiento en cualquiera de las computadoras disponibles-

Karen se quedó en el marco de la puerta recargada en espera a que dijeran otro turno mirando a través de las ventanas del pasillo a las ventanas que daban vista al malecón y al mar que a esas horas tenía un tono verdoso, no era necesario que los dos atendieran a la misma persona al mismo tiempo, Zack podía hacerse cargo el solo.

¿Quién diría que un hecho tan rutinario como atender a uno más de las tantas personas en la sala cambiaría tanto sus vidas? Especialmente la de Zack.

-¿Es usted persona física o está dentro del RIF?- Zack le pregunto una vez que el hombre se había sentado enfrente de una de las tantas computadoras.

-¿Disculpa?- el hombre parecía un poco confundido con la reciente pregunta, algo realmente común en realidad en esa sala con las personas que entraban en ella.

-Es necesario saber en qué tipo de régimen esta, es que hay dos maneras de facturar de acuerdo a las obligaciones que tiene cada uno como contribuyente-

-Sí, ya veo, esto- el hombre hiso un ademan con la mano girando su muñeca y señalando tanto la computadora y la sala al mismo tiempo –en realidad es un favor que le estoy haciendo a alguien, normalmente alguien más se encarga de estas cosas, perdón si estoy algo oxidado- el tono de voz parecía ligeramente pretencioso.

Zack no pudo evitar comparar al hombre por un momento con uno de esos sujetos junior hijos de papás que habían hecho una fortuna y no sabían hacer nada, aunque también podía ser que realmente aquel era un hombre ocupado que realmente no tenía tiempo para saber cómo se hacía una factura.

-No se preocupe, para eso estamos nosotros los de atención al contribuyente, si sabe de qué tipo de régimen es, y tiene los datos para elaborar la factura así como sus contraseñas le podre guiar en su procedimiento-

El hombre sonrió mirándolo fijamente cuando hablaba, ¿era imaginación de Zack o lo estaba observando con demasiada atención?, muchas veces las personas ni siquiera lo miraban o parecían estar más perdidas que otra cosa cuando hablaba con ellas en esa sala, era poco común que lo vieran tan fijamente.

-Mmm si, si tengo esas cosas- comento el hombre extendiendo su mano mostrando en su palma una memoria negra.

-Entonces perfecto, podremos proceder a comenzar con la realización con su factura-

-Hablas muy formal ¿sabes?-

-¿He?-

-Se nota que le pones esmero a lo que haces-

-Eh… gracias…-

¿Eso había sido un alago o un comentario al azar?, no lo sabía, lo único que se le ocurrió fue agradecer.

-Entonces guíame Zacarias-

¿Cómo había sabido su nombre? Oh claro, el gafete que traía colgado en el cuello, casi lo habia olvidado, la mayoría de las personas cuando se dirigían a él o a Karen era “joven”, “muchacho”, no por su nombre.

De alguna forma este hombre como que le empezaba a poner nervioso.

El tramite ocurrió con fluidez, en cierto punto realmente pensó que este sujeto realmente no necesitaba realmente un guía para hacer una simple factura, sus sospechas con respecto a eso se acentuaron cuando en más de un par de ocasiones el sujeto lleno varios de los espacios en la solicitud del formato antes de que él le dijera que eran o que tenía que hacer. Tal vez solo no estaba tan oxidado como este dijo.

-Ahora le traigo la impresión de su factura- Zack se alejó del sujeto, miro arriba de su hombro donde Karen seguía en el mismo lugar, en los aproximadamente diez o menos de quince minuto que había atendido al sujeto no había llegado nadie, ella le devolvió la mirada con una sonrisa como diciendo “ni modo, te toco trabajar en este rato calmo”.

Mientras caminaba a la impresora miro su muñeca donde tenía su reloj, aún faltaba para irse, pero no tanto, tomo la hoja que la maquina escupió sintiéndola caliente entre sus dedos, aquella factura si había puesto bien atención era algo de una venta de metal o algo por el estilo.

-Aquí tiene- Zack le tendió la factura al sujeto quien terminaba de retirar la memoria de la computadora -¿se le ofrece algo más?-

-Mmmm ¿algo? ¿Quizás? O más bien ¿Qué se te podría ofrecer a ti?-

-¿Qué?-

-Debería darte una pequeña retribución por tu apoyo y servicio-

-Eso no es necesario señor, esto es un servicio gratuito, para eso estamos los de asistencia- como parte de la introducción a su servicio social les habían dicho que tenían prohibido recibir alguna retribución en efectivo de las personas que atendían.

-Insisto- dijo el hombre mientras se levantó mirándolo fijamente a los ojos.

El sujeto era alto, quizás unos 20 centímetros más grande que él, tenía que alzar la cabeza para verle a la cara, no había razón para sentirse intimidado o nervioso ¿verdad? ¿entonces por qué de repente lo estaba?

-No podemos aceptar dinero señor, es contra las reglas-

-Oh entonces que no sea dinero, ¿una comida tal vez? ¿a qué hora sales Zacarias?-

-¿He?-

¿Qué rayos estaba pasando? ¿Acaso estaba…? Naaa solo estaba imaginando cosas, solo este sujeto era innecesariamente insistente con su gratitud y tenía una mirada demasiado intensa como para ponerlo nervioso

-Te invito a comer Zacarias- le explico con un tono divertido al ver las expresiones del rostro del joven.

-En serio señor eso no es necesario-

-Samael-

-¿Disculpe?-

-Samael, es mi nombre, puedes llamarme así, señor me hace sentir viejo-

-¿Ocurre algo señor?- En ese momento llegaba Eduardo quien al verlos parados en medio de la sala pensó que Zack tenía algunos problemas por no responder las dudas del sujeto o algo por el estilo, no ocurría siempre pero algunos contribuyentes podían reaccionar de manera agresiva y grosera y hasta culpar al personal por sus propios errores injustamente.

-Solo estoy agradeciendo al joven Zacarias por su atención, tiene un buen personal señor-

-Sí, tenemos buenos muchachos este año de servicio social-

-¿Servicio social? Oh, entonces no trabajan por paga-

-No, no se les paga aunque se les ofrece una beca en ciertos sectores-

-Oh, y aun así trabajan con tanto esmero, con más razón se merece una retribución-

-No gracias, yo he…- ese hombre era inusualmente insistente, ya no sabía que decirle.

-Lo siento señor, pero este día Zack ya tiene un compromiso, saldremos a comer ambos cuando salgamos- Karen se colocó a su lado colocándole una mano en su hombro, esto si pareció desanimar al sujeto ya que frunció el ceño en dirección de la chica y alzo los hombros como restándole importancia.

-Entonces de nuevo gracias Zacarias- el hombre extiende su mano, suficientemente grande como envolver la suya que como todo lo de Zack es muy delgada, Zack dudo en estrecharle la mano pero era política ser cortes con los contribuyentes además de que el jefe de área estaba ahí viéndolos –nos vemos hasta la próxima- al decir esto el pulgar del sujeto mientras estrecha brevemente su mano en son de despedida acaricia el dorso de su mano lo que le provoca jalar su extremidad inmediatamente lo más cerca de su cuerpo aunque sea un gesto grosero con todo y el administrador observando.

Después de esto el sujeto se marcha con paso confiado, su gesto más que molestarlo le saco una sonrisa divertida en su rostro cosa que no hiso más que incomodar más al pobre de Zack.

-¿Es mi imaginación o por un momento pareció que te estaba coqueteando?- Karen suelta la pregunta que no se quiso formular el con anterioridad, y definitivamente suena demasiado raro e incómodo diciéndola en voz alta.

-Noooop, definitivamente no- se niega a creerlo, y si es remotamente cierto, prefiere pensar que ese pequeño lapso de tiempo no ocurrió, porque no tiene nada contra los gay, pero es incómodo pensar que un hombre completamente extraño se atrevió a coquetearle en pleno servicio social.

-Chicos no es muy común pero ya saben, viene cada personaje al SAT, les sugiero que les ignoren si alguien les coquetea y los hace sentir incómodo, al final siempre se marchan, ya en caso si se tratan de sobrepasar ya saben que pueden llamar a los de seguridad, o bueno, pero si tienen esos gustos- Eduardo tubo el descaro de dedicarle una mirada cuando dijo eso último, ¡oh por…! ¿acaso se atrevía a pensar que tenía esos gustos? –les recuerdo que están trabajando, no en un bar o antro-

-Si Lic.- responde Karen quien aún le tiene una mano en su hombro y que le apretó suavemente.

Eduardo vuelve a su computadora y alguien lo llama por teléfono haciendo que vuelva a salir dejándolos nuevamente solos.

-Fue… raro-

-Seee… no quiero hablar de eso- Zack agarra su mano, la que estrecho ese tal Samael y la frota algo fuerte con su otra mano tratando de quitar cualquier sensación de aquella leve caricia.

-Si lo piensas un poco resulto algo gracioso-

-No para mí-

-Ve el lado positivo, al parecer tienes pegue para algunos gay-

-Eso no es para nada positivo-

-Jajajaja ok, pero ahora me tendrás que dar raite a mi casa cuando salgas-

-¿Y eso por qué?-

-Por qué si, además podrías encontrártelo de nuevo cuando salgas, La Paz es pequeña, el malecón mucho menos, además mi papá no podrá venir por mi hoy y quiero ahorrar lo del pesero, al menos déjame frente a la escuela de enfermeras cerca de mi casa-

La sola idea de encontrarse al sujeto de nuevo provoca que se le ericen los pelos por lo que no pone más peros al llevar a su amiga con él, no le cuesta nada además que se lo debe por lo que hiso al hacer que aquel hombre desistiera en invitarlo a comer.

-Vale, ¿también tendremos que ir a comer?-

-Podemos comprar unas galletas o pan en el centro, eso es comida-

-Me gusta esa idea-

-Además que es barato-

*~*~*



Son las 8:00 p.m., ya no tiene clases ese día en la tarde, cuando llego a su casa fue justo a tiempo para evitar que su abuela tratara de planchar ropa, la última vez que lo hiso arruino un par de camisas de su mamá y unos cuantos bóxer suyos, se encuentra cansado y lo único que quiere es descansar pero aún tiene tarea que hacer, mucha tarea.

Al menos tiene un par de panes que compro cuando salió del servicio al medio día con Karen, Karen al parecer al verlo desaminado por el incidente del tipo “endemoniadamente atractivo pero gay”, palabras de ella, decidió comprarle un par de panes de su parte para que se animara, un cuerno espolvoreado de azúcar y relleno de cajeta, y una dona grande de chocolate, argumentando que lo dulce le ayudaría pasarse el trago amargo del momento además que últimamente lo veía más flaco con todo el estrés de la escuela, no era su culpa no hallar tiempo entre la escuela, el servicio, cuidar a su abuelo, para comer apropiadamente y saludablemente, pero ella le dedico una mirada acusadora con esa escusa y le dijo que tenía que comer más no importaba que.

A veces Karen era mucho más mandona y sobreprotectora que su misma madre.

Algunas veces resultaba aterrador y fastidioso, otras veces le provocaba un sentimiento cálido en su pecho que hacía que sonriera todo el día sin importar qué.

Su hermano menor estaba en el cuarto escuchando música y su madre se encontraba viendo sus novelas, que no mienta que estaba viendo documentales o las noticias, estaba viendo las novelas, así que el tenía la computadora para él y sus tareas, aunque claro, siempre tomaba descansos para distraer su cerebro para ver una serie anime o entrar a 4chan a leer tonterías, la última cosa que había leído había sido un personaje basado en la enfermedad del abola. Un gusto algo enfermo de humor pero humor al fin y al cabo.

Su casa era pequeña, de un piso, en unos cuartos de la parte de atrás vivía su abuela, era el único lugar aparte del cuarto de su madre que tenía aire acondicionado, la casa aparte de esos cuartos en donde vivía su abuela, tenía otras dos habitaciones, antes cuando vivía su hermano mayor con ellos compartían los tres hermanos una misma habitación, alguna vez se había intentado que su hermano mayor compartiera alguna de las habitaciones con su abuela en la parte de atrás pero no funciono tan bien, ahora solo eran él y su hermano menor, no se llevaban de maravilla, pero ahora que eran solo ellos dos no había tanta tensión como cuando había tres hombres en un solo cuarto.

Según si recordaba bien algo parecido le pasaba a Karen, pero ella tenía otras cuatro hermanas y dijo que a veces no era nada fácil vivir con ellas, pero al igual que su hermano mayor dos de las mayores de ellas se habían casado y empezado a vivir con sus respectivos esposos, aunque al parecer venían tan seguido a la casa que a veces ni parecía que se habían mudado.

Dos horas después frente a la compu y terminada la tarea al igual que sus panes pensó que lo mejor sería tratar de dormir o hacer otra cosa, quizás ver esas series de anime que vio que comentario en la página de 4chan, no todo era una mierda o locura en esa página, a veces había buenas recomendaciones.

Se estiro un poco, la espalda le dolía, solo un poco, oh, escuchar sus vertebras sonar era agradable, justo al tiempo que se estiraba miro sobre su hombro a la ventana que daba a la calle, fue un momento, y estaba oscuro, pero vio un hombre parado al otro extremo de la calle.

Un hombre alto, de ropas oscuras, parecía estar viendo la casa, bueno, no creía que fuera un ladrón, era una casa muy humilde además de que no había nada para que robar en esa casa que fuera realmente costoso.

-¿Qué?- pero había algo extraño en ese hombre.

Una camioneta paso con sus luces encendidas y por una fracción de segundo, un pequeño momento más rápido que un parpadeo creo ver el rostro de ese tal Samael mirándolo fijamente al otro lado de la calle.

Cuando la camioneta había terminado de pasar frente a él la figura del hombre ya había desaparecido, dejándolo con una desagradable sensación de piel de gallina.

¿Estaba empezando a ver cosas?
Notas finales:

¿Alguien tiene una idea de que es Samael? 


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