-¿El circo?- pregunto. Sebastian asiente mientras me sirve te.
-¿Deberia preparar las cosas?- asiento.
Su mirada en ningun momento se cruza con la mia y esta empezando a molestarme, desde aquel incidente en el que se tomo el atravimiento de estropear mi cita con Lizzy esta tratando de evadirme.
No entiendo que rayos le sucede, es mi mayordomo y deberia de comportarse como tal.
-Sebastian.- le llamo. Su arrodilla y baja la mirada. -Mirame.-
-Si, mi señor.- levanta la mirada. Sus ojos rojos se encuentran igual que siempre o eso es lo que puedo pensar.
-Olvidalo.- le paso de largo ignorandolo.
-Si, Bocchan.- le escucho decir.
Camino hasta mi habitacion y poder descansar, tomo un libro cualquier sin la menor intencion de leerlo. Ultimamente he estado experimentando un sentimiento extraño que no se como llamarlo.
Hoy estamos llegando al desdichado circo, nada relevante a excepcion de la conciderable cantidad de personas que han venido a ver el espectaculo, por suerte los asientos que Sebastian encontro para nosotros esta lejos del escenario o del lugar donde hacen las acrobacias. El presentador llamado Joker comienza a narrar y explicar lo que hacen cada uno de ellos.
En fin, el show se encuentra interesante y esta apunto de pasar al escenario final, si no me equivoco es el domador de tigres. ¡Agh! Detesto los felinos.
-¡Necesitamos un ayudante del publico!- grita. Agh, ¿quien querria ir?
-Sebastian...- vuelvo a ver a mi lado pero ya no esta.
¡Maldicion! ¿En que momento se movio?
-¡Aqui tenemos aun buen participante!- vuelvo a ver al escenario.
¡Que rayos!
Ese idiota. Se acerca al tigre y comienza a acariciarlo, solo de ver la escena se me pone la piel de gallina. Agh, el tigre le ha mordido. ¿Esta bien? Su mirada se encuentra con la mia y sonrie. ¡Ese tonto!
Claro que se encuentra bien, es un demonio.
-Sebastian.- gruño entre dientes.
-Bocchan.- canturrea. Esa aura de amor me puede enfadar.
-¡Achu!- ¡Mi alergia! -No quiero que te acerques a mi cuando toques felinos, sabes que soy alergico.- vuelvo a verle y por un segundo quiero pensar e imaginar que esta arrepentido.
-Bocchan...- murmura.
-¡Ey, tu!- grita el presentador llamandolo. Rapidamente ignoro a Sebastian y camino hasta una esquina y me escondo. Sebastian acata mis ordenes y se va con el.
Tenerlo alejado de mi por un rato servira aunque no entiendo porque pero me molesta un poco. Me dirijo al carrueje y me estoy ahi alrededor de una hora esperandolo.
¿Quien se cree para dejarme aqui?
No, un momento he sido yo quien se lo ha ordenado.
¿Que demonios pienso?
Resoplo y termino cerrando los ojos. No se si me quedo dormido o que pero un susurro me saca de algun extraño tipo de ensoñacion.
-¿Bocchan?- susurran cerca de mi oido y estoy casi seguro que siento al suave y casi humedo en mi mejilla.
-Mmm.- me remuevo y me acomodo. Abro los ojos para encontrarme a Sebastian frente a mi.
-Bocchan durmiendo es muy lindo.-
-Callate. ¿Has conseguido algo?- pregunto.
-Si, señor. Lo niños no se encuentran aqui.- asiento. -Pero... hay algo que quiero pedirle.- se arrodilla y sujeta mi mano.
-¿Q.. que?- no me gusta que toque mi mano, comienzo a sentirme extraño cuando lo hace.
-Se que alguien tan insignificante como yo no tiene ni el mas minimo derecho de pedirle algo pero... ¿podria trabajar conmigo en el circo?-
¡QUE!
-¿De que hablas?-
-Es la unica manera para poder encontrar a los niños, ya he tratado de que nos contraten.- niego. -Bocchan, por favor, le servire de la manera que usted quiera.- desliza su dedo en mi mano como una caricia. Rapidamente me suelto y el se aleja.
Si lo pide de esa manera es obvio que no puedo negarme.
-Esta bien.- digo. Me muestra una sonrisa. -Pero con una condicion.-
-Lo que Bocchan ordene.-
-No te acerques al tigre, de otra manera no podre acercarme a ti.- su mirada se enciende y sonrie. -Es una orden, tienes que estar junto a mi siempre.- su sonrisa se agranda.
¿Me esta sonriendo?
-Yes, My Lord.-