Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Blackmail por KimJoonAi

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Me desperté y me encontraba en un lugar que no había visitado jamás, ni siquiera lo había visto nunca. Era una sala lujosa con una gran lámpara de cristal en el techo, una alfombra seguramente carísima debajo de la mesa central y un sofá de cuero marrón en el que yo me hallaba tumbado. Me incorporé sentado y una gran cantidad de preguntas revolotearon en mi cerebro. “¿Qué hacía allí?, ¿Cómo había llegado?” y sobretodo “¿Qué era ese lugar?”. Pensé en levantarme del sofá e investigar un poco la estancia para intentar averiguar dónde estaba, pero si me ponía a hacerlo seguramente entraría alguien y me descubriría indagando en un espacio ajeno, así que abstuve de hacerlo. Sin tener mucho más tiempo para pensar, alguien entró.
- Veo que ya te has despertado. - Dijo un elegante joven trajeado que entró sin hacer demasiado ruido. - ¿Cómo te encuentras?
- Bien, pero...¿Quién es usted? - Inconscientemente utilicé el usted al verlo tan arreglado, parecía una persona con un cargo de gran responsabilidad en una empresa.
- ¿Usted? - preguntó divertido - ¡Vamos! Tendremos la misma edad, o incluso puede que sea más joven. - Mirándolo detenidamente, de seguro él era más joven. Primer error. - Y en cuanto a tu pregunta, soy Cha Jae Hyuk, quien anoche prácticamente te salvó la vida.
¿Anoche? No recordaba a penas nada de la noche anterior. Sabía que había salido a beber porque rompí con mi novia al descubrir que me había estado engañando un buen tiempo con mi, entonces, amigo.
- Discúlpame, no recuerdo muy bien.
- No me extraña, bebiste mucho, hasta un punto muy poco saludable. Por suerte me encontraba en el mismo bar y, como soy muy buena persona, decidí ayudarte. - Dijo en tono divertido.
- Evidentemente no sé dónde vives porque no te conozco de nada, así que te llevé a mi casa. - Miré a mi alrededor y no parecía una sala que estuviese en una casa particular.
- No, ésto no es mi casa.
Aclaró al verme recorrer la habitación con la mirada.
- No iba a dejarte solo en mi casa mientras trabajaba, así que te he traído a la empresa donde trabajo. - Tenía sentido, yo tampoco dejaría a ningún desconocido solo en mi casa.
- Lamento mucho las molestias que haya podido causar y te agradezco mucho que me hayas ayudado. Si me disculpas, me gustaría irme a mi casa. - Mientras hablaba me levanté para dirigirme a la puerta, pero aquel chico se interpuso en mi camino.
- Supongo que no pretenderás que después de lo que hice por ti me quede satisfecho con un simple “gracias” ¿Cierto?
Ya me extrañó a mí que habiéndome emborrachado en un bar me fuera a ayudar una persona decente de gran corazón que no pidiera nada a cambio.
- C-claro que no… - Dije nervioso. - ¿Hay algo que quieras o necesites? No tengo mucho dinero pero puedo hacerte un regalo o, si lo prefieres, un favor.
- No te pongas tan nervioso hombre, no trabajo para la mafia. - Me tranquilizó el tono calmado con que lo dijo. - Pero hay algo que necesito, bueno, necesita la empresa. Se trata de un puesto de trabajo, la persona que lo ocupaba ha presentado su renuncia.
Si quien lo hacía ha preferido quedarse sin empleo no parece que sea un buen puesto.
- Verás...yo ya tengo trabajo así que…
- No, ya no. He enviado desde tu móvil un correo a tu jefe conforme estás muy cansado de hacer un trabajo agotador por una miseria de sueldo. - ¡Será hijo de…! ¡¿Cómo se ha atrevido?! No supe qué decir pero creo que por mi expresión entendió mis sentimientos. - Verás, cuando decidas ir a beber, tienes que hacer dos cosas: o no llevar ninguna pertenencia de valor, o, como mínimo, poner un código de seguridad en el móvil.
No le negaré la razón. Sabía que me podían robar o atacar, pero jamás me hubiera imaginado que me hicieran renunciar a mi trabajo ¡Y mucho menos haciéndose pasar por mí!
- Supongo que es mi culpa en parte, pero no gracias, no me interesa su oferta. - No me iba a rebajar a trabajar para quien me había hecho perder mi trabajo.
- Se te escapa un detalle… - dijo sacándose mi móvil del bolsillo. - De momento sólo te he despedido, pero puedo hacer que tu vida se convierta en un infierno. Porque deduzco que tienes el teléfono de tus familiares, así como tus cuentas de correo y del banco guardadas en él.
¡¿Me he topado con un psicópata?!
- Oh vamos.. ¿Cuántos años tienes? ¿Me quitas el móvil como los niños se quitan los juguetes? - dije burlándome de él.
- Ríete lo que quieras, pero sabes tan bien como yo que como decida hacer algo te puedo joder y bien.
Genial, ahora se había enfadado. Dada la situación en la que me encontraba no me quedó más remedio que ceder.
- Está bien… ¿De qué se trata el trabajo?
- Así me gusta. - Dijo con una sonrisa satisfecha. - No es nada extraño, no creas que la persona que renunció lo hizo porque fuera peligroso o tuviera que tratar con gente de dudosa reputación. Empezaré explicándote sobre la empresa. - Escuché atento sin decir nada. - Nuestra empresa se dedica a la telefonía, supongo que habrás oído hablar de Cellcom - ¡¿Estaba de broma?! ¡Prácticamente la compañía telefónica con más clientes en Corea!
- Por supuesto. - No podía creer que estuviera hablando con un dirigente de esa empresa. Por no pensar en cómo nos habíamos conocido, ¡Qué vergüenza!
- Bien, yo soy el director de finanzas de esa empresa. - ¡Lo sabía, un pez gordo! - Y te necesito para que lleguemos a un acuerdo con una nueva empresa productora de smartphones. Queremos ofrecérselos a nuestros clientes y seríamos los primeros en todo Corea, ya que aún no están a la venta. - ¡¿QU…EE?!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).