Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dar las cosas por sentado. por ami4alice

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, se que tengo otras cosas que entregar por ahí, pero esto nacio de pronto y quise escribirlo. 

KKM no me pertenece solo lloró mientras hago sufrir a sus personajes.

Quizá di por sentado de que siempre te encontrarías a mi lado. Tal vez siempre pensé que mi lado derecho siempre sería llenado con tu presencia. Todo el tiempo siempre pensé que la persona que duraría más conmigo serías tú, pero que equivocado estaba. A veces dar por sentado las cosas es lo que nos lleva a tomar las decisiones erróneas.

 

Una diferencia es lo que lleva a las grandes guerras. Una pequeña diferencia que se convierte en algo grande y que marca con más detalle las diferencias. Aquella gran batalla que se libro no era para nada diferente. Los humanos de nuevo estuvieron en contra de la decisión de los Mazokus. Otra disputa comenzó.

 

Como acostumbraba siempre miraba al frente, en ningún momento me atreví a mirar a un lado. Si lo hubiese hecho me fuese dado cuenta a tiempo de lo que pasaba. Sin ninguna duda fui hasta el lugar donde se libraba la batalla, acompañado por Conrad, Gwendal, Gunter y por supuesto por ti. Como las veces anteriores busque una manera pacífica de solucionar las cosas, pero esta vez no lo logre. En vez de apaciguar la llama de la ira mi presencia solo causo más desgracia.

 

Dudé. Por un momento dudé de mis propias acciones, aun a pesar de lo que todos me decían no sabía qué era lo que debía de hacer, ¿Qué era lo correcto? Como de costumbre tu extendiste tu mano ayudándome a conseguir una solución. Tuvimos que librar una batalla, pero a la final todo se logro resolver, pero para serte sincero lo que más recuerdo es aquella sonrisa que me diste con lo que me dijiste.

 

-¡Wolfram! ¡Lo hemos logrado! –Grite lleno de emoción cuando la batalla llego a su fin.

 

-Eso es increíble –Fueron tus palabras mientras estabas parado a una distancia prudente que no me fije –. Deberíamos ir a celebrarlo con todos.

 

-¡Sí! Iré con los demás para finalizar todo –Sonreí con alegría mientras me giraba para ir a donde estaban los demás. Cuando me encontré en la distancia pude escuchar de nuevo tu voz.

 

-¡Yuuri! –Escuche mi nombre siendo pronunciado por ti -¡No te atrevas a serme infiel!

 

Una resplandeciente sonrisa es lo que recuerdo de aquel momento. Tus palabras se quedaron clavadas en mí luego de lo que paso después. Sin poder evitarlo miré en otra dirección, avergonzado de esas palabras. Si fuese tenido el valor de haberte mirado, te hubiese dicho lo que tenía planeado hacer.

 

-¡No digas tonterías!

 

Debí haberte dicho mejores palabras, pero en el momento fui tan cobarde con mis sentimientos que no pude decir más nada. Si en aquel entonces hubiese sabido que serían las últimas palabras que te diría, entonces te fuese gritado con todas mi fuerzas un Te amo.

 

 

Si tan siquiera me hubiese percatado de lo que estaba pasando. Si tan solo me hubiese apresurado en decir todo esto. Quizás así no estuviera tan lleno de arrepentimientos. Si te fuese dicho todo lo que de verdad sentía, si no fuese huido todo el tiempo, si hubiese dejado de ser un cobarde. Quizás aun seguirías a mi lado o tal vez las cosas seguirían igual, pero por lo menos te hubieses marchado sabiendo que siempre te había amado.

 

Cobarde. No hay otra palabra para describir lo que había sido todos esos años. Decirme a mí mismo que todo eso era imposible, fue el mayor error que pude cometer. Aun a pesar de saber todo el amor que sentías por mí, aun sabiendo que me seguías amando aun a pesar de haber visto mi lado más patético. ¿Sabes qué? En aquel momento creí que dejarías de amarme, pero me regalaste una sonrisa mientras me repetías lo mucho que me amabas.

 

Estaba frustrado. Las cosas habían ido completamente mal, sentía que cada una de las personas en las que confiaban me estaban abandonando. La partida de Conrad realmente me había dolido, sentía como si mi propia madre me había traicionado. Dudaba de todos y cada uno de los que decía apoyarme. Realmente no sabes lo mucho que me salvo tu mano en aquel momento.

 

Esa mano fuerte y aquellas palabras realmente me ayudaron. No solo eso, lo siguiente que paso fue suficiente para saber que jamás me ibas a dejar. Aun a pesar de que no había logrado traer de regreso a Conrad tú estabas ahí para mí. A pesar de lo mal que te trate en ese momento, a pesar de lo patético que me estaba mostrando, tu seguiste ahí para mí.

 

-Yo siempre me quedaré contigo. Siempre creeré en tu palabra –Aquellas palabras llenas de seguridad unido a aquellos orbes verdes llenos de confianza.

 

-¡No digas tonterías! ¿Quedarte conmigo para siempre? ¡Eso es ridículo! –la desesperación que llevaba acumulada la termine soltando contigo.

 

-¡Me quedaré! Sin importar que pase. –Sin ninguna duda y con toda la seguridad soltaste de manera pausada agitando tu mano.

 

-¡El para siempre no existe! –Grite con fuerza. La inseguridad se estaba apoderando de mi –Eso es algo que no existe, solo es un hermoso cuento de hadas…

 

La presión termino derrumbándome. No pude más con todo lo que llevaba. Cada unas de las cosas se había acumulado como si fuesen ladrillos construyendo una pared, era demasiado para solo un chico de dieciséis año. Me lleve las manos a la cabeza tomándola con fuerza mientras mis rodillas tocando el frío suelo.

 

Creí que me gritarías o te burlarías de mí, no sé porque pensé esa clase de cosas. Lo único que hiciste aquella vez fue rodearme con tus brazos, acariciando con suavidad mi cabello. Con suavidad ibas pasando tu mano por mi cabello. Aun a pesar de lo mal que te había tratado, estabas ahí, ensuciando tu ropa acompañándome en mis frustraciones sin siquiera titubear.

 

-Ja  –Soltaste con suavidad -. Ya te dije que me quedaré a tu lado. Aun si te derrumbas, si no confías en nadie, me quedaré a tu lado. Porque eres la persona que más amo y aunque te muestres increíblemente patético, no importa. Igual ya sabía que eras un enclenque. Así que nunca dudes de mi palabra.

 

Una pequeña risa junto a aquellas palabras que realmente llegaron a lo profundo de mi pecho. No lo quise aceptar en aquel momento, pero te confesaré que mi corazón latió con aquello, pensé sinceramente lo genial que eras. Sin poder evitarlo me termine por desplomar. Esa fue la primera vez que lloraba delante de alguien. Sinceramente me alegro que fuera frente a ti.

 

Aun a pesar de que había tomado una decisión. Lo había hecho, solo necesitaba un poco más de tiempo para poder realizarla y aceptarla. Si, sé que me estaba tomando mi tiempo, pero no se puede evitar, después de todo soy todo un enclenque. No me daba cuenta de las cosas realmente importantes, si lo fuese hecho habría realizado todo lo posible para mantenerte a mi lado. Aunque sea por lo menos, hasta que te lo fuese propuesto.

 

¿Creíste que no lo iba a hacer? Tenía todo planeado. Lo había comentado con Conrad sobre qué era lo mejor para hacer. Unas flores con mi nombre y con el tuyo, una hermosa vista de fondo y un increíble anillo. Tenía todo listo para hacerlo, ahora lo que me quedaba era tener el valor de realizarlo. ¿Cuál era el momento indicado? No lo podía ver, quería que fuese perfecto, quería con ese gesto devolverte todo lo que habías hecho por mí.

 

-¿Cuál crees que sea el mejor lugar Conrad? –Pregunte una de las tantas veces que estábamos solos entrenando.

 

-¿El mejor lugar? ¿Para qué? –Sabía que me preguntaría eso, pero era vergonzoso mencionarlo.

 

-Para una proposición… -Susurre suavemente desviando la mirada, daba realmente vergüenza tan solo mencionarlo.

 

-¿Una proposición? –Soltó con evidente sorpresa –Al fin piensa declararse a mi pequeño hermano, ¿No?

 

-¡¿P-por qué piensas en él de una vez?! –El nerviosismo se ligo a la vergüenza no pudiendo evitar tartamudear.

 

-¿Acaso no es él? –Gruñí levemente al ver que me obligaría a decirlo.

 

-Por supuesto que es él, ¿Quién más podría ser? No me hagas decirlo –Dije notándoseme la vergüenza en el rostro.

 

Si fuese estado pendiente de las cosas a mi alrededor, me habría dado cuenta que no muy lejos de donde estábamos conversando te encontrabas tu. Lo malentendiste, pero no te culpo por ello. Fue mi culpa que dudaras en ese momento de lo que pasaba, antes te había dejado muchos motivos para que creyeras eso. Siempre me había preocupado por los demás sobre ti, te seré sincero, lo había hecho porque había dado por sentado que siempre, cuando girara mi rostro hacía atrás podría encontrarme con tu mirada.

 

Fui muy ingenuo al pensar de esa forma. El para siempre no existe, pero esta vez no pienso de esa forma porque crea que las relaciones se puedan romper, no es por eso. Pienso que el para siempre no existe porque ya no te encuentras a mi lado. Ya no podré encontrarme con tu mirada por casualidad. No importa que haga no podré hacerlo. No podré escuchar nunca más tu voz de nuevo diciendo lo mucho que me amabas.

 

¿Quieres saber algo curioso? Aun no puedo evitar hablar contigo como si estuvieras ahí, a veces hasta te  paso hojas como si las fueras a recibir. En ese momento, en ese preciso momento me doy cuenta que no lo harás. No recibirás la hoja, no me miraras de nuevo, no me hablaras de nuevo, no me volverás a celar de nuevo, no volverás a reír a mi lado, no me volverás a decir con tu voz lo mucho que me amas.

 

Sé que debí apurarme con mis sentimientos, si lo fuese hecho no hubiésemos cometidos todos esos errores. No te habrías ido pensando en que en mi corazón había otra persona diferente a ti. Lamento mucho haberte hecho creer ese tipo de cosas, pero desde hace tiempo el único que se encontraba y se encontrará ahí serás solo tú. Nadie me aceptara y amara con todo su corazón como tú, tú eres el único que quiero que se quede ahí por toda la eternidad.

 

Sé que ya es demasiado tarde para corregir los errores, pero me había prometido hacerlo en el mejor momento. Cuando las flores estuvieran en su máximo punto, el cielo tendría un hermoso color rojizo, hubiese una agradable vista. Vestiría mi mejor uniforme, me pondría la capa y la corona, para así hacerlo con mi mejor apariencia de alguien genial. Movería la capa a un lado con estilo mientras me agacharía para pode pedírtelo. Es completamente estúpido tener esa idea para una proposición, pero aun así me encuentro realizándolo.

 

-Wolfram, realmente lamento lo tarde –Dije colocando en el frio yeso una pequeña caja medio abierta dejándose ver una brillante sortija.

 

Respiré hondo mirando un momento el paisaje a mí alrededor, de verdad que era el mejor paisaje, me encantaría que lo pudieses ver con tus propios ojos. Conrad se encuentra detrás de mí. ¿Sabes qué? Le había pedido que fuese nuestro testigo. Quería hacerlo delante de él para que no te quedara ninguna duda. Por eso lo escogí para ser nuestro testigo. Volví a respirar con profundidad mientras pasaba saliva. Lo iba a hacer.

 

-Wolfram von Bielefeld. Se lo patético que puedo ser, tengo muchos defectos que ya tú conoces, pero prometo mejorarlos, seré un increíble rey del que nunca te sientas decepcionado, por eso… -E hice una leve pausa -¿Te quieres casar conmigo?

 

Se la respuesta. La sé muy bien, siempre la supe, pero ahora jamás lograré escucharla de tus labios. No podré ver la clase de expresión que harás mientras estoy aquí arrodillado diciendo esta clase de cosas. Con un ramo de rosas ligados con tus flores y las mías, frente a esta lapida donde se encuentra escrito tu nombre.

 

Ah… De nuevo me estoy viendo patético delante de ti. Todo esto solo ha causado que no pueda evitar comenzar a llorar, de nuevo lo estoy haciendo delante de ti. Deja de llevarte todos mis lados patéticos, llévate también los geniales. De verdad lo siento, quería hacerlo con una gran sonrisa en mi rostro pero no puedo. No he podido desde el momento en que ya no pude verte. Lo he intentado, he intentado mantener la misma sonrisa que me mostraste por última vez, lo he hecho pero es difícil.

 

-Wolfram. De verdad lamento todo lo que hice. Lamento no haberme dado cuenta antes. Lamento no haberte correspondido antes. Sé que es un poco tarde, pero espero que aceptes a este enclenque. Y por favor espérame, sé que es egoísta, pero te pido que me esperes donde sea que te encuentres ahora. Esta vez llegaré a ti primero, lo prometo. Esta vez seré el primero en decirte Te amo.

 

Aunque trate de sonreír no se ve nada genial si también caen por tus mejillas las lágrimas. Llegué tarde esta vez, pero no lo volveré a hacer una segunda vez. Si en algún punto nos volvemos a encontrar esta vez sí lo haré bien, prometo esta vez ser el primero en decirte mis sentimientos. Así que espero que tomes mi deseo egoísta. Rezo porque nos volvamos a encontrar de nuevo.

 

Porque a la única persona que deseo unirme para siempre es a ti. Con este anillo prometeré eso, serás el único para mí para siempre, en esta vida y en las siguientes que tengamos.

 

Espérame paciente. Llegaré pronto a ti.

 

La historia llego a su fin.

 

El rey de aquel reino misterioso lleno de mazokus y humanos llego a su final. Cumpliendo su pequeña promesa a sí mismo. Nadie nunca supo que aquel rey que todos amaran contrajera algún matrimonio, pero si te ponías a detallarlo podías verlo. Un pequeño anillo en su dedo, un anillo que significaba estaba unido a alguien, pero nadie nunca fue capaz de ver a la pareja de aquel anillo.

 

La historia llego a su final. Y ¿Tuvo un final feliz? Nadie lo sabe.

 

Solos las personas involucradas conocerán esa respuesta. Porque el mundo sigue girando constantemente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un moreno iba caminando tranquilamente por la calle en dirección a su instituto. Iba bostezando sintiendo como el viento le pegaba en el rostro. Los arboles de cerezo estaban floreciendo recordándole que estaba comenzando una nueva etapa en un nuevo lugar. Se detuvo un momento a admirarlos viendo lo hermoso que eran. Entonces notó como uno se escapaba y sin poder evitarlo lo siguió con la mirada.

 

Dejo de observar aquel pétalo de cerezo cuando por su vista se cruzo algo más hermoso que aquel árbol. Su mirada no pudo desviarse de aquella persona que venía caminando en la misma dirección que él había recorrido. Tenía su mirada en el suelo, pero podía notar unos hermosos orbes verdes que resaltaron más cuando se encontró directamente con la suya. No supo que fue lo que le impulso a tener aquel fugaz pensamiento. Aquel chico le había parecido más hermoso que las hojas de cerezo.

 

Aquel hermoso chico detuvo su andar a unos pasos donde el moreno se encontraba parado. Paso saliva intentando idear una oración para decir. Le había nacido el impulso de hablar con aquel chico completamente desconocido. Dio un paso hacia adelante pero aun así las palabras no salían por su boca, parecía como si estuviera bajo el mar. Sintió más nervios cuando aquellos orbes verdes le miraron con más detalle. Había estado llevando audífonos, pero le pudo ver como se los quitaba sin moverse del lugar donde estaba parado. Paso saliva de nuevo llenándose de todo el valor posible. Solo tenía que decir un simple Hola.

 

-¡Te amo! –Grito de golpe. A los minutos se dio cuenta de sus palabras, ¿Por qué había dicho algo como eso?

 

Era posible que aquel chico desconocido se asustara por aquella clase de palabras, pero parecía como si no las hubiese podido evitar decir. Se llevo una de sus manos a su boca mientras tenía la vista en el suelo, no se atrevía a levantar la vista y que ya no estuviese nadie. Pero no fue de esa forma. Sin hacerse esperar volvió a levantar su vista cuando pudo notar algo caer. Al llevar su vista al frente pudo observar como aquel hermoso rostro estaba lleno de lágrimas.

 

“Ah… así es como se vería.” Palabras que no entendió porque pasaron por su mente. Apretó los puños juntos a los labios sin dejar de ver a aquel hermoso chico quien ahora estaba lleno de lagrimas y sorpresa, al parecer aquel chico también se había sorprendido de su propia reacción. Le vio pasar su brazo por el rostro lo cual le hizo sentir lástima, ahora no podía seguir observando a aquel hermoso rostro.

 

-¡Te amo! ¡Realmente te amo mucho! ¡Me gusta todo de ti! –Palabras que comenzó a decir sin parar mirando a aquel chico.

 

-¡Sí! Yo también… yo también te amo. –Palabras que no espero oír y que aun así llegaron a sus oídos.

 

Una sensación recorrió todo su cuerpo, como si le fuesen quitado un gran peso que llevaba. No solo vino en ese momento la sensación, aquella hermosa sonrisa que le dedico al contestar sus palabras fueron lo suficiente para poder sentir su corazón ir más rápido. Lo había robado de nuevo. En ese momento el moreno sintió que su corazón había robado por aquel completo desconoció, pero que sentía llevaban años conociéndose.

 

Porque donde una historia termina. Otra nueva comienza a escribirse.

 

Y este es el comienzo de su nueva historia. 

Notas finales:

Espero que les halla gustado tanto como a mi me ha gustado escribirlo. Realmente me hizo llorar mientras escribía.

Expresar el dolor de Yuuri fue realmente triste. Siempre le he hecho sufrir pero pienso que esta vez me dio lastima con este fic 

Nos veremos en otro momento <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).