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Perfecto Para Mi por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Yugioh! Duel Monsters no me pertence.


Es obra del gran Kazuki Takahashi


¿será que me regala a Bakura?


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Malik permitió que Marik lo empujara con violencia contra la cama, sentía la tensión de su cálido y musculoso cuerpo sobre el propio, cubriéndolo por completo; también el ligero temblor del mismo mientras intentaba contenerse.

Mientras intentaba contener la energía de las sombras que bullía en su interior.

Esperó a que Marik lo apresara con más fuerza para buscar sus ojos, que ahora se veían más rojizos que lilas, y darle una cálida mirada, de esas que dicen “está bien”. Subió delicadamente sus manos por los fuertes brazos tensos que mantenían a su yami a pocos centímetros de su propio cuerpo, sintiendo como cada musculo se tensaba aún más -si era posible- para luego empezar a relajarse.
Al ver que su yami no hacía nada más que apretarlo contra su cuerpo y dirigirle una mirada salvaje, Malik se permitió llevar sus dedos hasta el alborotado cabello cenizo y acariciar la zona tras sus orejas.

El hikari cerró los ojos cuando Marik, ante el tierno gesto, bajó la cabeza para colocar su frente contra la ajena. Malik necesitaba un respiro, contener a Marik no suponía un reto para él pero mantener su propio cuerpo bajo control en el intertanto le resultaba cada vez más difícil.

—No dejes de mirarme —reclamó el mayor, deslizando uno de sus brazos por debajo de la cintura de su luz. Malik luchó por no estremecerse cuando esa acción provocó que sus cuerpos se juntaran incluso más —Malik, mírame —exigió entre un gruñido tenso y un ruego.

Malik expulsó pesadamente aire antes de descubrir sus ojos lavanda.

El ceño de Marik estaba fruncido y sus ojos enrojecidos vacilaban por las facciones de su rostro. Malik deslizó una mano hasta la parte posterior de la cabeza del mayor para atraerlo hacía abajo y rodearlo en un abrazo, mordiéndose los labios al sentir el calor bullir por su cuerpo más y más a cada instante ¿por qué cada vez se hacía más difícil aguantar algo que era natural para él?

Como su hikari, mantener a raya la energía oscura de Marik era algo innato, casi instintivo, luego de que su rabia fuera erradicada junto a todas sus emociones negativas tras ciudad batallas.

Entonces ¿por qué se le dificultaba hacerlo día con día?

Porque también era humano, y su cuerpo, que poco y menos había experimentado contacto con otros -aparte de sus hermanos- era susceptible y sumamente receptivo ante el cuerpo de Marik.

—Deberías de no darle importancia a escenitas como esa —mencionó de pronto, recordando lo que, hace unos minutos, había roto el control de las sombras de Marik —no me interesan esos coqueteos, no les presto atención, tu tampoco debes hacerlo —no era un regaño, un simple comentario, hecho en voz baja.

—Simplemente no puedo tolerar que se te acerquen de semejante manera —Marik llevó sus labios al borde del cuello de la ombliguera, presionando débilmente sus dientes contra la piel canela —esos vulgares imbéciles, con esas perversas intenciones —murmuró entre gruñidos.

Malik se permitió una pequeña risilla, tratando de distraerse —a veces llegas a ser tan sobreprotector ¿quién lo diría? —dijo con algo de gracia.

Marik levantó la mirada —Nadie más debe mirarte… de la forma en la que yo te miro.

Malik se estremeció, a la mierda lo de distraerse, ese comentario y esos ojos le hicieron temblar, con un suave calor que recorrió su cuerpo.

El menor tragó en seco — ¿ya estás mejor?

— ¿Esto te molesta? —Marik acercó sus rostros lentamente.

Su luz rodó los ojos antes su comentario, negando con la cabeza hasta que lo sintió a escasos centímetros —yo… —si bien con Marik no existía el espacio personal, eso ya era demasiado para Malik,

Con las manos, que aún mantenía en su pelo, acabó bruscamente con el espacio que los separaba, plantándole un beso a su yami.

Marik parpadeó un par de veces, Malik nunca había hecho algo parecido, apurados besos fugaces en las mejillas. No tardó en corresponder a la deliciosa caricia, dando suaves lametazos calientes a los labios del menor y jugueteando con su lengua. Sus manos envolvieron la cintura de Malik con posesividad, teniendo que flexionar un poco sus piernas para no dejar todo su peso sobre el menor por lo que acomodó una entre las piernas de Malik, la cual rozó varias veces entre sus muslos, haciendo que el menor jadeara sorprendido.

Ahora fue el turno de Malik de parpadear rápidamente, con los ojos como platos, sorprendido de su propia acción y cuando se encontró con los ojos de Marik, brillantes de deseo, tembló en su lugar; llevó una de sus manos a cubrir su rostro, por debajo de sus ojos, pues sus mejillas se inundaron con un visible tono carmín y desvió la mirada “¡¿Pero qué demonios acabo de hacer?!”

—Malik, no apartes tus bonitos ojos de mí —Malik se sonrojó aún más fuerte si cabía, pero no lo miró —mírame —insistió de nuevo. Sintiéndose obligado, el menor regresó lentamente su vista a los ojos de su yami — ¿por qué te pones así, hikari? No es nada malo.

Marik se movió un poco, acomodándose, pero su pierna rozó de nuevo los muslos de Malik, provocando que este presionara sus labios juntos en una línea tensa —Marik… ya hazte a un lado, por favor.

—No lo haré, hasta que me digas por qué actúas tan raro —declaró tercamente, incluso haciendo un ligero puchero, como un niño inconforme —te escucho —presionó, tomando la mano que cubría la mitad de su rostro para apartarla.

Malik trató de apartar de nuevo sus ojos pero Marik movió la cabeza, manteniéndolos a ambos en el rango de visión del contrario.

—Yo sólo… no lo sé… es extraño —pronunció lentamente, entre suspiros —últimamente, cada vez que te tengo tan cerca… me siento raro —Marik emitió un sonido interrogante, pidiendo con la mirada que fuera más específico —no lo comprendo, son tantas cosas a la vez… como si quisiera abrazarte —deslizó la mano que Marik había apartado de su cara, de nuevo por todo su brazo —aferrarme a ti, be-besarte —admitió con pena —no solo en la boca —inclinó el rostro, depositando un beso en su hombro para enfatizar su punto, luego un par más por su cuello —me-me agrada cuando te presionas contra mí —inconscientemente, arqueó la espalda hacía él —eso me pone nervioso, quiero que te apartes y la vez deseo que no me sueltes nunca.

— ¿Y eso que tiene de malo? —le preguntó Marik, apretando más sus brazos alrededor de la cintura de su luz, eliminando cualquier espacio entre sus cuerpos.

— ¿Esto es normal?

Marik enseñó su característica sonrisa de medio lado —es perfectamente normal, hikari —el aludido lo miró — ¿acaso sientes que esto es malo? —intencionadamente, Marik movió su pierna entre los muslos de Malik, presionando en un suave vaivén ligero.

— ¡Mgh! —Malik cerró los ojos, sin poder contener el jadeo que eso le provocó. Una de sus manos apretó el hombro ajeno.

—Dime Malik ¿Piensas que esta sensación es mala? —Marik ahuecó su rostro entre el cuello y el hombro de Malik, donde empezó a repartir ligeros besos, provocando y erizando la piel canela — ¿No te gusta sentirme cerca? ¿Sentir que mis manos recorren tu cuerpo? —acarició su espalda baja expuesta con las yemas de sus dedos, sintiendo el fugaz espasmo en sus músculos — ¿no tiembla tu boca por la mía? ¿no arde tu piel por la mía? —pasó su lengua por el hombro ajeno — ¿te desagrada acaso la necesidad de mi boca de lamer, besar, morder y marcar cada parte de tu cuerpo? —hizo un camino de mordiscos por sobre la línea de su clavícula — ¿te molesta mi necesidad de tenerte cerca, que todos sepan que eres únicamente mío y de… querer hacerte mío?

Malik abrió los ojos, dándose cuenta de que Marik lo miraba fijamente, en sus ojos bailaba un fuego ardiente. Anhelo, necesidad, deseo puro y… ¿cariño?

—Marik…

— ¿No sientes tu algo parecido? —inquirió, prácticamente sobre sus labios. Por respuesta, Marik obtuvo un nuevo beso, más confiado, más apasionado, más caliente y juguetón; sus lenguas se encontraron, batallando por el dominio en medio de sus bocas —Malik… —pero el yami quería oírlo.

—Me alivia saber… que no soy el único que siente todo eso —expresó sincero, con la respiración un tanto agitada.

—Mi Malik —succionó su labio inferior, haciendo presión con sus dientes.

—Marik —jadeó en cuanto soltó su boca —enséñame a calmar está necesidad que tengo por ti —agitó sus caderas en un repetitivo movimiento ondeante, mientras sus manos se deslizaron por su espalda hasta el borde de la camiseta negra.

Al oír tal petición Marik gimió cerca de su oído, sintiendo la presión de sus uñas en su espalda — ¡! —luego ahogó una expresión de asombro cuando Malik colocó ambas manos en su trasero, apretándolo hacía abajo para restregar sus caderas  —oh hikari… eres tan perfecto para mi —murmuró antes de morderle el cuello.

Le importaba entre poco y nada que luego a Ishizu le diese un ataque, o que Odion se incomodara al ver las marcas en su cuello ¡pero todos tenían que saber que ese bello e inocente -no por mucho- ángel era su y de nadie más!    

Fin        

 

 

 

 

 

 

 


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