Bang Yong Guk
Solo recuerdo haber visto al ser más hermoso del mundo entero pasando justo delante mío antes de caer al asfalto y perder la conciencia por unos eternos minutos…
Desperté casi de golpe, pues mi único pensamiento era el sublime jovencito alto de piel porcelana, lindas facciones, simplemente perfecto.
Lo divise en la otra calle y rápidamente me acerque hablarle, pero algo había cambiado en mi…
Le salude, y ni me miro, intente de nuevo esta vez con las manos pero, ni se inmuto… o es que me ignoraba olímpicamente o se hacia el que no me podía ver…
Esperen… recuerdo haber sido arrollado por un auto amarillo cuando salía de una tienda de comida rápida, algo más…. ¡A sí! También recuerdo que en el lapso de unos segundos me levante… pero… entonces que paso conmigo… rápidamente me acerque hacia una de las tiendas de la calle pero grande fue mi sorpresa al no verme reflejado… ¿qué me había pasado? ¿Que era? Camine por todas las vidrieras y espejos que encontré por el camino pero nada…
Deambulaba desconsolado por las calles de Seúl hasta que por delante de mí volvió a pasar el joven de la mañana, sin saber el por qué me emocione y sonreí… no sé lo que soy, solo sé que algo de ese joven me atrae.
Le perseguí toda la tarde desde que entro en unas clases que al parecer el impartía a unos adolescentes alborotados por las hormonas que solo sabían burlarse y ni atendían a las clases pero dos de ellos sobrepasaron mi paciencia, mientras mi pequeño atendía las dudas de los que de verdad estudiaban, uno de ellos le mostro al otro un reloj que al parecer había sustraído de mi Jun Hong (nótese que lo investigo rápidamente) me creció ese sentimiento llamado ¿celos o furia? No lo sé, me acerque hasta ellos… total jamás me notarían… cuando estaban mirando cada quien a su lado, tome sus cabezas y las hice chocar entre sí, menudo dolor sintieron, yo solo reí a carcajadas mientras ellos se agarraban a golpes creyendo que el otro lo había hecho a propósito.
Con eso las clases se terminaron y mi joven salió contento de allí, caminamos yo a su lado sonriéndole, haciendo burradas para él, pero sin resultado, justo cuando se detuvo me puse frente a el mirándole fijamente, sentí que algo se removió en mi estómago, me acercaba más y más de repente, otro joven se acercó extendiéndole un ramo de multiflores, parece que le puso mucho empeño o mucho dinero, un sentimiento revolvió mi estómago de mala forma… me enfade más aun al ver que mi joven le sonreía tiernamente al otro individuo, no se me ocurrió algo mejor que una distracción, así que tome una piedra que o casualidad encontré por ahí y la lance a la ventana más cercana, ambos miraron hacia el lugar, sonreí diabólicamente antes de soplar en el ramo y estas se quemaron perdiendo vida casi al instante, al virar de nuevo JunHong se encontró con la tétrica imagen así que solo tomo las flores y se las devolvió, yéndose sin mirar atrás, Yo solo reí con fuerza mientras le decía
- Jaja no te metas con lo que es mío… y me marche de ahí muy contento a lado de mí Zelo como se hacía llamar, el camino por unas calles más, se había hecho de noche muy rápido, cuando llegamos a lo que parecía ser su departamento. Otro joven estaba ahí parado, Mi chico sonrió tiernamente mientras el otro se acercaba hasta él, quería tocarlo pero yo… nunca lo permitiría, porque era mío y solamente mío, así que tome la mano del sujeto y la empotre contra el abdomen de mi joven, el sujeto solo le miro aterrorizado sin saber de porque su mano llego ahí. Dando vanos golpes para quitar su mano, JunHong le miro molesto y se zafo del agarre entrando a su departamento sin mirarle y gritar un:
- No vuelvas a buscarme nunca más.
Reí ante la escena y le hice muecas al pobre hombre sufriendo, finalmente le saque la lengua y entre en el apartamento de JunHong
Me quede pasmado al verle allí dentro con tan solo una camisola corta dejando ver parte de su bóxer, rápidamente sentí como algo allá abajo despertaba, mi chico se acercó hasta mi tomándome de la mano para llevarme directo a la cama, toco mi inexistente cola pero lejos de debilitarme esa acción me éxito aún más.
-Sabes… puedo verte claramente… porque tampoco soy humano… -dijo antes de acercarse hasta mi Y sentarse a horcajadas, acercándose hasta mis labios yo sin más le tome de la nuca y le acerque más demandando un fogoso beso...
No saben cómo me la pase esa noche, el sobre mi moviéndose a ritmo de tortuosos vaivenes, haciéndolo no una ni tres o cinco… sino un número que ya ni puedo contar.
Era un ángel…
Un ángel insaciable.