El sol resplandecía en lo alto Tatsumi Port Island, pero eso no eliminaba el horrible frío del invierno de pleno diciembre. Sus años de entrenar su condición física hacían que ya no le molestara tanto como antes, pero el frío del invierno seguía sin serle tan placentero a Akihiko.
— Lo siento por la demora, Shinji. —se disculpó el boxeador mientras entraba al recinto, su aliento entrecortado que demostraba estaba agitado —El tráfico está horrible por las fechas, tuve que bajarme a medio camino del camión para llegar a tiempo.
“Hmph” Expresó con una sonrisa que denotaba que no le molestaba. El castaño sólo se sentó en lugar en el que estaba esperando a su compañero sin decir más, con la mirada en alto viendo hacia el cielo.
Akihiko tampoco dijo más, sólo procedió a sentar a un lado de su compañero, mirando a la nada en cielo como él, tratando de encontrar algo más que decir.
Casi no se escuchaba nada, pocas personas venían a este sitio por las fechas, el viento siendo lo único que evitaba el completo silencio.
— Sabes, todos te siguen extrañando, en especial Ken se sigue sintiendo mal —Aseguró el boxeador tras algunos minutos de estar sentados en silencio, sin quitar la vista de lo que sea tuviera su mirada en el cielo —Incluso si ya no vivimos en el dormitorio, seguimos en contacto…
Shinjiro sólo suspiró sin decir nada más, pues, aunque quisiera no podría ponerse en posición de decir algo.
Más minutos de silencio llenaron el lugar, no había casi nadie en ese lugar, posiblemente por las fechas.
— Me hubiera gustado que hubieras estado con nosotros durante la graduación, pero supongo que uno no puede tener todo lo que quiere, ¿o sí Shinji? —Akihiko trató de forzar una risa, pero Shinjiro lo conocía mejor y sabía que lo que realmente quería hacer en ese momento era llorar, incluso si quería seguir viéndose fuerte.
“Aki…”.
— Yo te quiero, Shinji… más que un amigo — Suspiró el boxeador, ganándose la mirada de asombro de su amigo.
“Aki…” Trató de decir nuevamente, pero las palabras seguían sin salir de su boca por más que lo intentara. Tantos años habían pasado, en el fondo esperando alguna vez oír esas palabras salir de la boca de su amigo, y ahora que finalmente las oía se sentía inútil al no poder hacer nada al respecto.
— Me sigo preguntando el si hubiera dicho algo antes de aquella noche si aún seguirías aquí o si las cosas hubiera sido diferentes… Pero con lo que pasó con Minato aprendí que no vale la pena preguntar el “¿y si hubiera…?”.
El boxeador cambió de posición para ponerse de rodillas frente al donde estaba su amigo, el cual seguía queriendo decir algo y no podía más que sentirse impotente por no poder hacerlo.
— ¡Feliz Navidad, Shinji! — Felicitó tratando de poner un tono alegre a su voz, aunque Shinjiro podía seguir notando la melancolía en su voz —Me hubiera gustado traer algún regalo, pero supongo que por las prisas se me olvidó.
El castaño no pudo más y trató de postrar sus brazos sobre el cuerpo de su compañero… Sin embargó, ocurrió el resultado que ya esperaba y sus brazos sólo pasaron a través de él.
Akihiko se sintió extrañado ante la sensación de calidez que percibió por unos instantes, que no pudo evitar esbozar una sonrisa.
— No te preocupes Shinji —dijo el boxeador mientras se volvía a sentar en su posición inicial, algunos restos de la calidez aun consigo y la mirada otra vez en el cielo —Seguiré esperando hasta que pueda volver a verte.
Shinjiro trató de posar su mano sobre la de Akihiko, y a pesar de saber que no podía palparla realmente, la sonrisa en el rostro de su amigo le daba a entender que quizá podía sentir la calidez de ella.
Si Akihiko estaba dispuesto a esperar por él, y quizá también podría hacerlo.