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10 cosas por hacer antes de morir. por LaGataenelTejado

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Notas del fanfic:

Esta historia ha surgido por un estado emocional de tristeza que me envuelve estos dias. Mi situación no es muy buena ahora mismo y lo único que me consuela es escribir.

Aún estoy esperando que la inspiración para seguir mis antiguos fics vuelva a mi, pero mientras no lo hace... no pude evitar comenzar esta historia.

Es la primera vez que hago a un Light homosexual desde el principio, romántico y dulce. Seguramente, si buscan una historia donde las personalidades de Light y Lawliet sean como en la obra original de Death Note aqui no la van a encontrar. Quienes leen mis historias sobre este fandom, sabrán que soy muy de jugar con los personajes adaptándolos a lo que me gusta escribir.

Strange Dogs lleva un ritmo acelerado de actualizaciones porque la tengo terminada en mi ordenador pero esta historia, aparte de que cada capítulo es bastante largo, la estoy escribiendo al dia, asi que no se que ritmo de subida llevará. 

Solo decirles que agradezco sus apoyos, sus lecturas y sus futuras reviews, porque quien escribe sabe que es muy importante leer reviews de apoyo hacia una historia. Eso nos anima a actualizar a menudo :) 

Sin más, espero que disfruten.

Notas del capitulo:

Las apariciones de Near serán breves, tan solo son un apoyo para la trama de Lawliet, puesto que el fic estará centrado solamente en Light y Lawliet.

Capítulo 1. Café amargo.

 

El ruido de las cucharillas y los vasos sumado a las voces alegres y estridentes de aquella cafetería, estaban poniendo de los nervios a Light Yagami, que sentado, miraba a su novio con el ceño fruncido. 

No podía creer que tras dos años de relación, estuviesen discutiendo el dejar de ser pareja delante de tanta gente. No era algo tolerable para el castaño, que estaba acostumbrado a discutir en privado y ser políticamente correcto frente a los demás. 

Se apartó nervioso el cabello de la frente sin dejar de mirar los ojos azules de Axel, que se clavaban en los suyos como espadas, igual que el primer día que lo vio a través de Internet. 

-¿Me estás diciendo todo esto en serio Axel?. Dios mio. - se puso las manos en la cara, temblando a causa de los nervios y el descontrol de la situación. - No me puedo creer que estés dejándome. 

El rubio se cruzó de brazos, desviando la mirada hacia la ventana y viendo como la gente paseaba resguardada bajo sus paraguas y los abrigos combatiendo el frio inglés. Volvió a mirar a Light, sintiéndose jodidamente triste por todo aquello. Realmente había estado muy enamorado de él, desde el día que lo conoció en aquel chat de intercambio cultural entre extranjeros. Enseguida congeniaron y la locura del amor llevó al castaño a mudarse a Inglaterra para estudiar Derecho en su misma universidad. 

-Light, ¿Es que no te importa que me haya acostado con otro? ¿Que mierda te pasa? ¿Por que siempre intentas evitar los problemas ignorando lo que te rodea?. - se odió a si mismo, porque había sido cruel en aquel momento, pero no entendía como Light se mostraba impasible ante lo ocurrido. 

-Yo... te quiero Axel. Por favor, realmente creo que puedo perdonarte el desliz que tuviste. - alargó la mano, ignorando el golpecito que le había dado a su taza de café al intentar agarrarle las manos al rubio. 

Axel rió de forma sarcástica un par de segundos, negando con la cabeza y mordiéndose la uña nervioso. No había sido un desliz, llevaba dos meses acostándose con otro chico y el amor que sentía hacia Light se había desvanecido como el humo, dando paso a uno nuevo que crecía cada día que estaba con Steve. 

Light le miraba en silencio, apretando los labios temblorosamente y fijándose en lo guapo que era Axel. Con su cuerpo trabajado, su piel suave, su rostro angular y cuadrado... A Light le gustaban las personas perfectas, con un buen tipo y una presencia imponente, de los que ocasionaban que la gente se volviese para admirarles y soltasen suspiros embelesados. Era por eso que el castaño nunca pensó que aquella pareja tan perfecta que hacían fuese a romperse algún día. Tenia miedo, pavor ante la inminente pérdida de su relación, porque eso conllevaría a dar explicaciones a la gente y contarle a sus padres que aquella loca idea de abandonarlo todo en Japón al final había sido un desastre, como ellos siempre le habían dicho. 

Su cuerpo se tensó cuando vio a Axel sacar dinero de la billetera para pagar el café, poniéndose en pie y mirando desde arriba el rostro triste y decepcionado de aquel castaño que un día le enamoró completamente. 

-Lo siento mucho Light. Espero que te vaya bien y conozcas a alguien que te quiera de verdad. Supongo...supongo que le dejaré al portero del edificio tus cosas, para cuando quieras recogerlas. 

Light no dijo nada, porque si abría la boca se iba a echar a llorar y eso era lo último que quería. Era un muchacho acostumbrado a mantener la compostura, para que los demás no viesen que era frágil o que habitualmente solía sentirse triste. Cuando Axel salió de la cafetería, Light se cubrió la boca con la mano, mirando hacia abajo y moviendo nervioso la cucharilla de aquella taza de café que apenas había tocado. Parpadeó un par de veces intentando evadir aquella humedad que comenzaba a escocerle en los ojos y después tomó aire, convencido de que Axel volvería y arreglarían lo ocurrido. Porque ellos eran así, eran la pareja perfecta y siempre estarían juntos. 

 

--o0o-- 

 

-Menudo cabrón... 

Near elevó la vista hacia el frente, dejando de leer durante unos segundos su libro para observar a su amigo Elle Lawliet, que llevaba no sabia cuanto rato cotilleando a una pareja de chicos que había en la mesa de enfrente. Suspiró y negó con la cabeza, agarrando de nuevo mejor el libro y chasqueando la lengua. 

-¿Quieres dejar de cotillear? Ni si quiera me estás escuchando, y aún no me has respondido sobre lo de exponer tus fotografías en la galería de mi madre. 

Elle se llevó a la boca la cereza del trozo de pastel con nata que había pedido, chupeteándola de forma infantil y mirando fijamente al muchacho castaño que ahora se tomaba su café agobiado y apunto de echarse a llorar. 

-Ssshhh, calla. - miró hacia la puerta del local y después fijó de nuevo los ojos en Light. - ¿Apostamos algo a que el rubiales no regresa?. El otro está temblando como un pajarito, pobrecillo. 

Near le miró con el ceño fruncido, sobretodo cuando de un rápido movimiento, Elle se levantó y dejó su habitual postura encuclillada para caminar encorvado y lentamente hacia la mesa de aquel muchacho. 

-¿Pero que haces? ¿Donde vas?. - ahora si que dejó del todo el libro sobre la mesa, mirando con una curiosidad insana a su mejor amigo. 

Elle se llevó el pulgar a la boca, mordisqueándolo y rascándose el tobillo con su otro pie. Una de las muchas rarezas y manías que había adquirido con el paso de los años. Sin vergüenza ninguna y mucho menos sin pedir permiso, se sentó frente al castaño, en el lugar en el que había estado el rubio hacia escasos minutos. 

Light le miró con los ojos muy abiertos, echándose hacia atrás en el asiento casi como un acto reflejo. Enseguida puso una mueca que intentó que no fuese muy desagradable, pero el ver el pelo rebelde de aquel chico extraño, sus ojeras y su pálida piel casi enfermiza le produjeron un poco de temor. ¿Quien era este?. 

-¿Disculpa? ¿Quien eres tú y que haces en mi mesa?. 

-Teóricamente, esta mesa pertenece a la cafetería. Ah, pero perdona, que maleducado soy. - sonrió de una manera que a Light se le antojó un poco siniestra. - Mi nombre es Elle Lawliet. 

Ignoró completamente la mano extendida del moreno, alternando la mirada entre sus ojos negros y su mano, esa que no duró mucho en el aire hasta que Lawliet la posó sobre la mesa. 

-¿Te ha dejado tu novio?. 

El castaño sintió como su corazón daba un brinco angustioso. Intentó sentirse furioso porque hubiesen montado un numerito de ruptura en el local, pero la tristeza le invadió con rapidez, humedeciéndole de nuevo los ojos. 

-¿A ti... a ti que te importa?... No es asunto tuyo, ni si quiera deberías estar en mi mesa. - se puso de pie, dejando un billete al lado de su taza de café vacía y después se puso el abrigo, viendo como aquel chico no le quitaba el ojo de encima. 

-Yo solo quería decirte que si necesitas un amigo... - se sacó del bolsillo una bola de papel que deshizo rápidamente, anotando con un bolígrafo de la mesa un número de teléfono. - Toma, llámame si te aburres. 

Light le miró desconfiado, tomando el papel casi como si tuviese algún tipo de enfermedad contagiosa. Se lo guardó en el bolsillo sin saber muy bien por que lo hizo y salió de allí, demasiado confuso y triste como para pensar las cosas con claridad. 

Elle tamborileó los dedos sobre sus rodillas, ignorando las miradas extrañas de la gente al verlo ahora en aquella mesa. Su amigo Near se puso en pie y terminó acercándose a él. 

-Oye, ¿Nos vamos ya?. Y piensa sobre lo que te he dicho de la galería. 

Su amigo abandonó la mesa, siguiendo al albino hasta la salida de la cafetería. Se subió la cremallera hasta el cuello de la sudadera blanca que llevaba y después elevó el rostro, sonriendo al sentir pequeñas gotas de lluvia caer sobre su piel. Le gustaba mucho andar bajo la lluvia, a pesar de que luego llegaba empapado a la residencia donde compartía dormitorio con Near. 

-Dile a tu madre que si, por supuesto que expondré en su galería. Aunque ya sabe que tengo fotos un poco extrañas. 

-Precisamente eso es lo que buscan. Por raro que suene. - se encogió de hombros, mirando su reloj de pulsera. - Oye, tengo que irme. He quedado. 

-Está bien. Nos vemos luego entonces. 

Near se despidió del moreno, echando a andar con rapidez hacia la boca de metro para coger el próximo tren. Por su parte, Lawliet decidió caminar un rato antes de buscarse un transporte con el que llegar a la residencia universitaria. 

Ahora le daba vueltas a las fotografías que cedería a la galería, organizando con rapidez en su cabeza un par de montajes turbios y oscuros con las muchas muestras que tenia. La verdad es que pese a tener un coeficiente intelectual por encima de la media, a Elle lo que realmente le apasionaba era la fotografía, las ramas artísticas que incluyesen cualquier cosa audiovisual con lo que poder pasarse horas editando o buscando el momento perfecto para capturarlo con su cámara. Le aburrían las carreras y oficios de letras, humanidades y ciencias. La vida era demasiado corta como para desaprovecharla en cosas aburridas. 

 

--o0o--

 

Cuando Light llegó a su pequeño piso alquilado, tiró el abrigo malamente sobre el sofá, dejándose caer boca arriba y tapándose la cara con las manos. Furioso, ahogó un grito de frustración que murió en sus labios y le provocó un lloriqueo inevitable. Se sentó en el sofá y miró a su alrededor, sin poder dejar de ver los marcos con fotografías que tenia en algunos lugares de la sala de estar, sintiéndose muy desgraciado al ver el rostro sonriente que tenia junto a su ex novio en aquellas imágenes. 

Habían ido de viaje varias veces y todo había salido a la perfección, como todo lo que solían hacer juntos antes de que la relación se fuese a la mierda. No quería sentirse como una chica abandonada, pero la idea de meterse entre pecho y espalda un par de tarrinas enormes de helado le atrajo hasta el punto de ponerse en pie e ir directo a la cocina, sacando del congelador lo poco que le quedaba de helado de vainilla. 

-¿Que voy a hacer ahora?. - se metió en la boca una buena cucharada, gimoteando tristemente y ofreciendo un aspecto bastante gracioso para quien lo viese en aquel momento. Saboreó pastosamente el helado, pues las cosas con azúcar no le gustaban demasiado. 

Puso el teléfono móvil sobre la mesa y sin querer, dejó también el papelito arrugado donde aquel loco moreno le había apuntado su número, mirándolo desconfiadamente, como si el papel fuese a tirarse contra su rostro en cualquier momento. Tocó con los dedos aquel escrito y suspiró levemente, negándose ante la locura del breve impulso que le hizo pensar en telefonear al chico de la cafetería. Luego estrujó el papel entre los dedos, apretando los labios. ¿Y si lo llamaba? ¿Y si cometía la locura de quedar con él y conocerle? Si Axel había estado follándose a otro, él tenia todo el derecho del mundo a salir con un extraño. 

Agarró con decisión el papelito y marcó su número, repitiéndose en su cabeza que era una locura, que ese tío a lo mejor era un violador o un loco. La otra parte de su conciencia, esa que ahora odiaba con todo su ser a Axel, le repetía que se diese el lujo de intentar entablar amistad con otra gente, alguien completamente diferente al rubio. ¿Y quien mejor que ese extraño tío moreno?. Definitivamente, no era una persona a la que se hubiese acercado de no ser por lo ocurrido en la cafetería. Es más, juraría que hasta le daba un poquito de miedo, con esas ojeras tan horribles y aquella forma de caminar... Le provocó un escalofrío que casi le hizo cortar la llamada, pero la voz de Lawliet hizo que tragase saliva secamente. 

-¿Diga?. 

-Esto...hola...soy el chico de la cafetería. - tomó aire, para relajarse, sintiendo como su cuerpo temblaba y su cabeza repetía una y otra vez que era una maldita locura. 

Lawliet se sentó en el banco que había cerca de la residencia, puesto que acababa casi de llegar al edificio. Sonrió arqueando una ceja al mirar su reloj y darse cuenta de lo poco que había tardado el castaño en llamarle. 

-¡Hola! No esperaba tan pronto tu llamada. 

Light se apartó nervioso el pelo de la frente, apretando el puño y resoplando. 

-Tienes razón, es una tontería, perdona que te haya molestado, adiós. 

-¡No! ¡Espera! Si me alegro. Es solo que pensaba que te había dado miedo o algo así. - rió unos segundos, provocando que el vello corporal de Light se erizase extrañamente. 

Como Light no dijo nada, Lawliet se tumbó en el banco, con las rodillas flexionadas y el cabello cayendo hacia un lado. La gente que paseaba por allí se quedaba mirándole con curiosidad, soltando una risita divertida al ver como movía nerviosamente los pies. 

-¿Como te llamas? No me lo dijiste antes. 

-Light Yagami... - dejó el helado de nuevo en el congelador, y caminó hasta el salón poniendo el manos libres del teléfono. 

-Muy bien, Light Yagami. - recalcó su nombre, con una sonrisita. - ¿Te gusta la fotografía?. 

-¿Eh?. - extrañado por aquella pregunta, se sentó en el sofá. - Supongo... 

-¿Supones? ¿Cuanta probabilidad de porcentaje tiene esa palabra? A mi me gusta ponerle un porcentaje a todo, ¿Sabes?. Por ejemplo, el azúcar me gusta un 120%. 

Light arqueó la ceja, negando con la cabeza y sonriendo un poco. Si, ese tío era muy raro. Pero había conseguido que se olvidase de Axel durante unos minutos. 

-¿No debería de ser un porcentaje de un máximo del 100%?. 

-No cuando eres yo. 

El castaño rió sin poder evitarlo, masajeándose el puente de la nariz con los dedos. Se dio cuenta de lo cansado que estaba por todo el maldito día que llevaba a cuestas. 

-Bueno, entonces la fotografía me gusta un... ¿30%?. 

-Uf, eso es muy poco. Vamos a tener que solucionarlo. Te espero el viernes a las 20:00 en el museo fotográfico que hay cerca de Candem. ¿Vendrás?. 

Light se relamió nervioso el labio. ¿Quería ir?. Ni él mismo lo sabia con certeza. 

-Está bien. Iré en un... ¿80%?. 

-Que sea el 100%, no soportaría no volver a verte. - la voz juguetona de Lawliet le hizo temblar de arriba a abajo. Algo que hacia mucho que no sentía. Se sonrojó exageradamente y carraspeó la garganta, rascándose la coronilla. 

-Bueno...nos vemos el viernes, supongo. 

-No supongas, simplemente vienes y ya está. 

Sonrió ante aquello, de forma leve, despidiéndose de él y cortando la llamada. No se dio cuenta de lo mucho que le habían estado temblando las manos hasta que dejó el teléfono sobre la mesa, acurrucándose en el sofá y cerrando un poco los ojos. Si, él jamás habría hablado con alguien como Elle, pero aquel día quizás su vulnerabilidad y su estado mental de mierda, le habían jugado aquella mala pasada de la que no podría escapar tan fácilmente. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, si se animan a comentar con una review, les estaré muy agradecida. Recuerden que los comentarios son los que nos ayudan a actualizar y seguir escribiendo con ánimos :)


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