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ChoiLee del odio al amor (2min) por Aerin

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Notas del capitulo:

Bueno este es mi primer fanfic, espero que les guste. Es esencialmente un 2min, pero vamos a tardar para ver a estos dos juntos ya que no se llevan muy. La idea es subir un capitulo por semana... espero que les guste.

Lee – Taemin. Eran las palabras que más odiaba Minho en todo el mundo. Se podría decir que la vida de Choi Minho lo tenía todo: una familia unida, popularidad, grandes amigos, un promedio ejemplar, un amor platónico que pronto tenía que concretarse y sobre todas las cosas belleza. Choi Minho era un chico alto, delgado y musculoso, tenía el cabello morocho, corto y ligeramente ondeado dejando su frente descubierta. Su rostro era angular con grandes y profundos ojos, una nariz perfecta y una sonrisa encantadora. Pero como en todas las cosas, siempre tiene que haber algo que equilibre la balanza y eso para Minho era Lee Taemin. Un chico alto y delgado, con rasgos finos y delicados. Tenía el cabello castaño acomodado hacia atrás, se podría decir que era un chico hermoso con una actitud horrible ya que era el brabucón del colegio. Se pasaba los días ideando formas para arruinar la vida de Minho y sus mejores amigos: Key, Onew y Luna.

Ellos cuatro eran los chicos más populares del colegio: Luna, una joven bajita, delgada, cabello castaño claro con un rostro de rasgos delicados, era la mejor amiga de Minho de toda la vida, si alguien en el mundo podía entenderlo esa era ella. Brillante, talentosa, hermosa, simpática y alegre, tenía un gran poder para persuadir a la gente. Pocas personas podían decirle que no a algo. Después estaba Onew un joven alto, contextura mediana, con facciones graciosas y el cabello castaño rojizo. Era un año mayor a ellos, atento y reservado, siempre actuaba como un hermano mayor brindando sus consejos, Minho a veces sentía que Onew había vivido cien vidas y que ellos no sabían nada de ninguna de ellas. Y por último estaba Key, un chico alto y esbelto, con rasgos delicados y cabello rubio. Él era simplemente la persona más genial y talentosa que Minho alguna vez haya conocido. Era el mejor bailarín del colegio y lideraba el club de arte dramática.

Juntos asistían al SM high school, un gran colegio con un parque amplio al frente, muchos árboles, asientos de cemento dispersos, una cancha de deportes a un costado del edificio central con gradas donde la mayoría de los alumnos descansaba entre clases, un gimnasio grande con una pileta y un pequeño bosque en la parte posterior. El edificio central era una estructura grande de dos pisos, en la parte central sobresalía una torre que tenía un reloj y la entrada principal también al centro a la cual se llegaba por una escalera de piedra.

Y ahí estaba él, Choi Minho haciendo lo que más le gustaba en el mundo, mirar a Yuri Kwon, una joven esbelta, con rasgos delicados y una sonrisa compradora. Era un año mayor a Minho y pertenecía a una de las familias más ricas de la zona. Minho había pasado más de la mitad de su vida enamorada de ella, pero en el último año parecía que su amor platónico se había convertido más en una obsesión que otra cosa. Se pasaba todo el recreo observándola y no dejaba de pensar en ella. Era irónico que siendo ellos dos de las personas más populares del colegio aún no se hayan hablado, y eso podía deberse a que Yuri no era de las personas que hablaran con personas que consideraba inferiores y para ella ser un año más chico representaba eso exactamente.

Minho parecía ignorar todo esto, y albergaba una gran esperanza en la posibilidad de poder salir algún día con ella. Su actitud positiva a veces no lo dejaba ver la realidad de las cosas y en el caso de Yuri parecía que el enamoramiento lo hubiera nublado por completo ya que consideraba que la joven era absolutamente perfecta.

-Déjame adivinar… estas mirando a Kwon Yuri – le dijo Key con un tono de molestia mientras se acercaba a Minho quien se encontraba sentado en las gradas observando la entrada donde se encontraba la joven. – ¿Sabes que si miras mucho a una persona la puedes ojear?

- Déjame en paz Key, no la estoy mirando, solo estoy apreciando el paisaje - respondió Minho desviando la mirada.

- Claro y el paisaje tiene piernas de diosa y una sonrisa deslumbrante – acoto Key mientras se sentaba a un lado de Minho - ¿Fue así como la describiste ayer no? Vamos a preguntarle a Luna – dijo Key mientras agitaba su brazo para llamar la atención de Luna y Onew que estaban al otro lado del campo – ¿Cómo fue que describió el otro día a Yuri? – Pregunto Key con burla.

- ¡¿Otra vez estas mirándola?! – Dijo Luna escandalizada mientras caminaba hacia ellos y se ponía a pensar cómo responder – Dijo que tenía unas piernas de diosa y una sonrisa deslumbrante – concluyo la joven mientras se reía y provocaba la risa del resto.

Minho sabía que su obsesión estaba fuera de control y que se había vuelto monotemático, pero no podía hacer nada, Yuri era el ser más perfecto que existía y él era el único que podía verlo con claridad.

El timbre sonó y los estudiantes uno a uno comenzaron a ingresar al edificio. Una de las ventajas de ser alumnos ejemplares era que podían entrar tarde y nadie los molestaba, eso le daba tiempo a Minho para ver a la chica de sus sueños subir las escaleras y entrar por la puerta principal.

-Listo… ¿ya terminaste de babosearte? ¿Nos podemos ir? – Dijo Key que ya se encontraba parado y con la mochila en sus hombros.

- Que molesto eres, si tanto te fastidia te hubieras ido primero – replico Minho que ya se estaba cansando de las constantes quejas y burlas de sus amigos.

-Bueno, bueno… dejen de discutir que ya parecen un matrimonio de 80 años. – Intervino Onew mientras tomaba sus cosas también. Esto provoco que Minho bufara y Key se sonrojara – Mejor entremos que tengo examen de matemáticas.

- Vamos Minho… no te enojes, sabes que todo lo que te decimos es en chiste… no queremos que te sientas mal – Dijo Luna mientras ayudaba a levantarse a Minho. Esas simples palabras lograron que el estado de ánimo del alto cambiara y volviera estar de buen humor. Nunca entendía muy bien cómo funcionaba, pero si había alguien en el mundo que podía transformar uno de sus días grises en brillantes era ella.

Mientras se acercaban a las escaleras se preguntaba porque siempre que estaba cerca de Luna las cosas parecían mejorar mágicamente, o porque era la única que podía comprender que lo que él sentía por Yuri era en serio y no algo de lo cual se pudieran burlar constantemente, pero sus pensamientos fueron truncados por un golpe fuerte que se llevó cuando estaba subiendo las escaleras al chocar con algo que había en el camino. Y si había otra persona que podía transformar su día por completo ese era él… ¡Lee Taemin!

-Deberías fijarte por dónde vas Choi – le dijo Taemin reposado en el borde de la escalera cortando el paso del grupo -  Estabas pensando en tu novia Yuri…

- Cierra la boca Lee ¿No tienes nada mejor que hacer que molestarnos? – Replico Minho mientras trataba de pasar cuando fue interceptado por la mano de Taemin que le cerró el paso.

- No crees que te estás olvidando de algo Choi… y usted también su majestad, o crees que por quedarte callado atrás de tu amiga me había olvidado que estabas – dijo el morocho apuntando con su dedo a Key que se escondía atrás de Luna. – Que valiente resulto ser la reina del drama, protegiéndose atrás de Luna… no me hagan perder tiempo y denme el dinero.

Acto seguido Key y Minho sacaron unos billetes de su bolsillo. Minho odiaba ese momento del día, pero últimamente se estaba volviendo costumbre, Lee parecía salir de la nada cuando no había gente y los increpaba… a veces eran amenazas, otras burlas y de vez en cuando dinero, pero siempre de alguna manera se las arreglaba para molestarlos. Rara vez se acercaba cuando Luna y Onew estaban cerca, pero últimamente se estaba volviendo más osado con las intimidaciones.

-Hoy estuviste como mil horas mirando a tu novia Yuri… ¿Tienes miedo de olvidarte la cara de galleta que tiene? – y ahí estaba lo que más odiaba Minho, que hablaran mal de ella… una cosa es que sus amigos lo molestaran, pero otra muy distinta era Lee. Eso realmente lo sacaba de sus casillas y Taemin lo había descubierto hacia poco así que no perdía oportunidad para molestarlo – Dime una cosa Choi, no te parece un poco patético estar enamorado de la misma chica toda tu vida y jamás haber tenido el valor para hablarle – y Minho no pudo soportarlo más, levanto su mano e intento golpear a Taemin, y lo hubiera hecho si Luna no se hubiera interpuesto en el medio de ellos dos.

- ¡Basta Minho! Tú no eres así…  - dijo Luna mirándolo a los ojos. Los cuales tenían un cierto poder hipnótico para Minho, no podía negarse a nada que ella dijese y no fue la excepción. Cuando se quiso dar cuenta ya había bajado su puño y no recordaba bien porque quería pegarle a Taemin en un principio.  – Bien Taemin ya tienen lo que viniste a buscar ¿no? – pregunto la castaña – ya puedes irte que tenemos que ir a clases.

-Sí, con eso estamos en paz - Acto seguido Taemin dio media vuelta y se metió adentro del edificio.

- ¡Luna tú tienes poderes! – grito Key entre animado y perplejo mientras entraban al colegio – ¿Eres una especie de hechicera o algo? Porque eres la única que puede hacer que Taemin deje de molestar. Es eso o… está enamorado de ti.

- ¡No! – grito Minho haciendo que todos se sorprendieran y que la castaña se pusiera colorada, al notar la reacción de sus amigos bajo la voz – Ese monstro no puede querer a nadie… no sabe amar – acoto Minho mientras caminaban por el pasillo.

- No deberías hablar tan deprisa de alguien que no conoces Minho – Replico Onew en la puerta de su salón de clases – a veces la gente simplemente hace lo que puede con la vida que le toco…

- Eso no le da derecho a intimidarnos todo el tiempo – se quejó Minho mientras Key asentía por detrás.

-No lo estoy defendiendo, solo digo que no lo juzgaría tan rápidamente… Como sea, tengo examen, los veo en el recreo. Deséenme suerte – pidió Onew mientras entraba a su salón de clases.

- ¡Suerte! – dijeron todos al unísono.

Las palabras de Onew los dejaron pensando a todos, y aunque Minho odiara a Taemin, en sus palabras había mucha verdad. En cuanto a Key el discurso de Onew no habían modificado absolutamente en nada su forma de pensar. Él sabía que Lee Taemin era lo peor que le podía haber pasado a ese colegio y quería que se fuera como sea. Ya habían intentado hablar con los profesores y el director y nada parecía funcionar, el castaño parecía tener un halo de protección propia que evitaba que los adultos lo vieran como realmente era. Ya sea con su imagen de niño bueno o su encanto natural para engatusar a la gente, de una forma o la otra siempre salía limpio.

Cuando llegaron al aula el resto de los alumnos ya se encontraba en sus asientos y el profesor había comenzado a dar su clase. Los chicos pidieron disculpas y se dirigieron rápidamente a sus asientos. Era jueves así que la primera materia del día era Historia del Arte. Una de las favoritas de Key. Mientras el anotaba todo lo que decía el profesor Minho se dedicó a imaginar una vez más como sería su vida saliendo con Yuri. A veces le costaba armar las escenas porque, aunque conocía todo de ella, nunca habían podido tener una charla real. Eso estaba por acabarse, el sábado por la noche iban a haber a una fiesta organizada por el Instituto Nacional de Danza, todo el colegio estaba invitado y sabía que Yuri no se perdía ninguna fiesta, así que era su oportunidad para acercarse a ella, ya sabía que iba a ponerse y que iba a decir cuando la cruzara. Y lo mejor de todo es que Lee nunca iba a ninguna fiesta así que no había forma que arruinara el momento como en múltiples oportunidades había hecho. A veces pensaba que lo hacía a propósito, ya habían pasado varias veces en las que Minho se había armado de valor para ir a hablarle y Taemin se interponía. Lo peor es que no podía pedirles ayuda a sus amigos, Luna ya estaba harta de escucharlo hablar de Yuri, Key parecía despreciarla todos los días un poco más y Onew no podía entender realmente porque alguien podía gustar de ella. Cada vez que le contaba algo de la castaña, él le decía que ella no era lo que Minho creía. Tenía que armar un plan y tenía que hacerlo solo. 


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