- Ed, oye, Ed…te estoy hablando – Al movía sus manos frente al rostro de su hermano frunciendo el seño.
- He? Ah...que pasa? – pregunto saliendo de sus pensamientos para dirigir su mirada miel a la de su hermano.
- Jeje, en que pensabas? – Cuestiono para luego sentarse en la cama al lado del joven que encendía la luz de su vida.
- Pues… - le enseño una foto que observaba, donde salían ambos, pero Al con una mirada triste.
- Si…lo recuerdo…-
*Flash Back*
Un pequeño de cabello hasta el hombro, color rubio traía en sus manos una canasta que contenía una frutas rojas parecidas a las fresas, pero más grandes.
- Edward, ven vamos a llevárselas a Al – dijo su madre, que tenia cabello castaño suave y una linda mirada – que debe estar desesperado por comerlas – termino para sonreírle y caminar juntos hacia una enorme mansión.
- Es aquí… - susurro Ed mirando el enorme lugar.
-Si..Ya sabes como entrar…esta vez iras solo… - la madre tenía una voz dulce, pese a que su alma estaba desgarrándose día a día.
Cuando el menor de sus hijos nació…el padre de ambos ya había perdido todo lo que tenían apostando, y el hombre mas rico del pueblo, que tenia una mansión aun mas grande que 10 pequeñas casas…le dijo que le regalaría una casa con todo lo necesario para vivir bien, si le entregaba a uno de sus hijos, ya que su mujer no podía tener hijos.
Sin consultarlo con su mujer, el padre de los pequeños acepto, y a Trisha Elric le fue arrebatado un pedazo de su corazón.
Pasados los años…Ed vio a Al una mañana y lo reconoció.
Iba camino a la iglesia del pueblo, ya que sus “padres” eran muy religiosos.
Ed y su madre también iban, pero…Robert…el “padre” de Alphonse, observo la figura de Trisha, reconociéndola inmediatamente.
Advirtió que si la veía cerca de Al, lo mandaría lejos, donde jamás volvería a verlo.
Ella le dijo que no le hablaría…
Pero años después, Ed y Al se encontraron cerca de la mansión, y Ed traía unas frutas rojas comiéndolas con gesto de alegría, al ver al chico…sonrió y le entrego una fruta.
El sabía que era su hermano, y quería que lo supiera.
Pero fue hasta que tenían 8 y 9 años, que Al supo la verdad…
- Si – sonrió Ed entrando por un agujero en la reja casi invisible.
Al llegar a la habitación el otro lo abrazo fuerte – hermano… - susurro y luego el d le beso la frente.
- Toma – le entrego las frutas y sonriendo le observo comer.
Pasaron los años como el agua en el rió, y se veían a escondidas, hasta que un día.
- Tu, vil gusano, le dije a tu madre que jamás se les ocurriese acercársele!!! – la voz de Robert sonaba amenazadora, pero Ed no tuvo miedo.
- Llego 5 años viéndolo, y lo seguiré haciendo, el es mi hermano, y tú lo sabes, así que o me dejas verlo, o nos escaparemos juntos – dijo valientemente el rubio.
El otro con, una sonrisa en sus labios lanzo un grito llamando a Al.
- Si…? – Al llego y observo a Ed en el lugar – Ed…por que aun estas aquí…? - pregunto asustado.
- Por que quiere estar contigo – dijo burlándose el mayor – pero eso no será – sentencio.
-Pero…padre… - Al mostró en su rostro dolor y tristeza – el…es alguien especial para mi… - dijo mas despacio como si no quisiera ser escuchado.
-Pero…míralo, haraposo, oloroso, el no es de tu clase! –
-Pero si de mi sangre - clamo con algo mas de coraje en sus palabras para luego desabrocharse los botones de su manga y enseñar su muñeca blanca – yo daría mi vida por el…y se que el por mi –
- Entonces…que lo haga – Robert tomo con una mano el cuello de Ed – Que de su vida…así te vera siempre desde lejos – dijo apretando mas fuerte.
Ed miraba con rostro de desprecio para luego escupir el rostro del hombre.
- Maldita rata – grito dejando su cuello para limpiarse la cara – pagaras ese insulto Edward Elric – dijo dándole una bofetada que lo tiro al piso.
Desde lejos Al observaba todo sin moverse.
- No… - susurro suavemente, pero con voz dolida – no hagas eso…tu me compraste…y lo que les entregaste es lo que valgo para ti…una casucha y algunas comidas – su voz sonaba reclamadora – si eso valgo para ti…jamás signifique nada-
-De que hablas? Te he dado todo lo que has necesitado! – se defendió.
- Entonces…lo necesito a el – dijo señalando con su dedo índice el cuerpo de Ed que yacía en el suelo.
-Eso no….a el no lo quiero en mi casa – dijo con mirada furiosa hacia Ed.
-Entonces me iré con el… - susurro hincándose a su lado.
-Que haces…no te rebajes a su nivel!!! – Robert tomo el brazo de su hijo levantándolo – Mira Alphonse Graham!!! Fuiste comprado por mí, de los brazos de Hohenihein Elric…- antes de que pudiese continuar Al alzo su mirada.
Ambas se encontraron y el rostro del menor de los Elric parecía ser mas fría que el mismo hielo, aquella mirada llena de rencor hizo que Robert dejara el brazo haciéndolo caer.- Robert Graham…mi nombre es Alphonse Elric…y no soy algo, para poder ser comprado, soy un humano, un humano que te dice, que no me has dado todo….que el materialismo entupido es para gente sin cerebro como tu, sabes cuantas veces quise decir, “Mama, quiero unas frutas, cortémosla juntos”? muchas…pero “mama” esta muy ocupada…con sus malditas amigas de la iglesia, que se acuestan con los esposos de las otras, crees que no me he dado cuenta de que tu te acuestas con todas las mujeres del pueblo? Crees que no me doy cuenta de que quisiste hacer tuya a Trisha Elric?
Esa última pregunta hizo que Ed abriera sus ojos consternado.
- Que tu que?!?!?! Maldito perro!!!! – Ed se levanto de inmediato y se encargo de darle un golpe a Robert.
Pero antes de que este pudiese golpearlo de nuevo, Al se puso entre ellos recibiendo un puñetazo en el estomago que lo arrojo en el suelo resbalando.
Al observar aquello Ed corrió rápidamente hacia el y Robert callo de rodillas.
- Hemos sido tu familia… - sollozaba Robert mientras el menor apretaba sus manos contra su estomago para tratar de calmar el dolor – te hemos dado todo….que no es tu familia quien te cuida y te da todo…? – se pregunto a si mismo en voz alta.
- A veces todo, no es todo – dijo Ed mientras ayudaba a Al a levantarse – ahora tu, hijo de perra, llama a uno de esos médicos de una maldita vez, para que revisten si no le has quebrado algo… - después de decir esto se levanto con Al a su lado y lo sentó en un sillón cerca.
*Fin del Flash Back*
-Si...esa foto, cuando tu “padre” nos mando a ambos a un internado fuera del país…pero…no recuerdo por que tu cara… -
- Es por que…en el fondo…se que el si quería verme feliz – sonrió haciendo que el cuerpo de Edward calléese recostado en la cama. – pero ahora si lo soy...mas que nunca.
- Han pasado 10 años desde que nos conocimos….tu ya tienes 18…hermano – dijo besando sus labios – y eres muy maduro… tanto mental – acaricio su cabello – como físicamente – sonrió lascivamente para llevar su mano a la entrepierna del menor acariciando por sobre la ropa.
- Ah… - Al dejo escapar un gemido suave escondiendo su rostro en el pecho de su hermano – si…y me gusta…que disfrutes de mi madurez – dijo para luego reír suavemente.
- A mi me gusta hacerlo – llevo sus labios al cuello del otro comenzando a besar suavemente, para luego sacar su lengua y dar suaves lamiditas en toda su extensión, mientras su mano seguía apretando la intimidad de su hermano.
-Ed…mas… - dijo entre pequeños gemidos llenos de placer.
- Con gusto – se acomodo sobre el para luego comenzar a desabrocharle la camisa mientras observaba aquel cuerpo que ya había sido suyo tantas veces.
Cuando termino con la camisa, comenzó a dejar besos en el pecho, mientras una mano desabrochaba el cierre del pantalón, siguió con su degustación, atrapando con sus dientes uno de los puntitos en el pecho de Al.
-Ah…mmm… Ed…ay…ahí no… - movía su cabeza mientras sus manos apretaban las sabanas. Ed sabía a la perfección que ese era el punto débil de su hermano.
Dejo los pezones bajando para jugar un poco con el ombligo y luego de quitar el pantalón, se acerco al bóxer de Al.
Comenzó a respirar sobre este mientras su hermano solo gemía exigiendo que continuara, le encantaba hacerlo sufrir, pero a decir verdad, el ya estaba muy desesperado también.
Bajó el bóxer lentamente, para luego observar con una sonrisa el muy excitado miembro de su hermano – vaya…así te pongo? – pregunto con voz provocadora poniendo un dedo en la punta de la erección de Al, este no podía responder, su rostro estaba divinamente sonrojado y su respiración comenzaba a agitarse, separo sus piernas lento y espero a que su hermano hiciera lo suyo. Ed no espero y comenzó a lamer el miembro de su hermano con suma desesperación, llevando dos dedos a la boca de este, que las recibió con la misma impaciencia y comenzó a lamerlos hasta dejarlos húmedos.
Al sentir que era suficiente, Ed los llevo hacia la entrada de su hermano, y este dejo escapar un gemido de dolor suave, casi placentero en los odios del mayor.
Mientras los introducía y comenzaba a moverlos, siguió lamiendo el miembro de Al, provocando que los gemidos que escaparan de sus labios fueran contradictorios, placer y dolor, ambos saliendo como sonidos de su boca.
Ed se acomodo entre las piernas de Al, y sacando sus dedos, comenzó a meter su miembro remplazando estos, sin dejar de acariciar con su mano la excitación de su hermano.
-Ahh….Ed…duele… - dijo suavemente mientras su hermano entraba mas, lentamente.
- Si…pero pasara Al – al terminar de penetrarlo, llegando hasta el fondo, se acerco al oído derecho de su hermano – siempre pasa… - dijo con voz llena de pasión para luego lamer su oído.
Después de que Al sintiera que se había acostumbrado, las embestidas dentro de su cuerpo comenzaron, primero lentamente, y luego mas y mas rápido, seguidas por las caricias provocadas en el miembro de Al.
Los gemidos que salían de la boca de ambos llenaban la habitación, y pronto parecían llevar un ritmo.
Después de mucho placer, Ed sintió como el la erección de Al estallaba en su mano, llenándola junto a sus abdómenes de semen.
Al dejo escapar un gran gemido inundado de placer al sentir esto ocurrir, y el suceso excito tanto a Ed que termino también dentro de su hermano.
Los gemidos se unieron y pronto Ed estaba acostado en el pecho de su hermano.
- Ed… - susurro agitadamente Al – te amo… -
- Yo también – Ed salio del interior de el menor arrancándole un gemido, para luego depositar un beso en sus labios – pero la próxima vez, tenemos que gemir mas despacio…recuerda que los chicos de la habitación de al lado se quejaron ayer… - dijo con una risa para luego cerrar sus ojos.
Al solo rió y luego beso los cabellos de su hermano acurrucándose a su lado – gracias…al cielo…que pude conocerte…ahora estamos juntos….como debía ser… -