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Corazón de porcelana por XXIIIYamikoXIII

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Notas del fanfic:

Bueno, este One Shot surgió de la nada al ver un corto en Disney Channel. lol

Es la primera vez que escribo una historia sin lemon *dirty mind* (??

Esta historia está dedicada a Denn ya que no hace mucho quería leer algo lindo y sin lemon(? lol espero te guste D:

 

Sin más que decir... ¡A leer! ~

 

 

 

 

 

En un humilde pueblo a lo lejos del centro de Seúl, había una pequeña tienda donde actualmente se vendían muñecos de trapo.

No era una tienda particularmente popular. Sólo que se hablaba de un mito que por la noche, los muñecos del pequeño sitio, cobraban vida ya que solían aparecer movidos de sus respectivos lugares.

Pero sólo era una simple historia que el anciano dueño contaba a sus clientes cada vez que entraban a su tienda, aunque la mayoría de las veces, sólo lo hacía para saludarlo y no para comprar.

 

 

-Buenos días, señor Kim- un joven elegante, de cabellos oscuros, ingresaba al lugar observando los muñecos a su alrededor mientras caminaba hacia el mostrador donde el dueño se encontraba.

 

-Buenos días, joven Choi- sonríe amable el anciano ya que al vivir solo, lo alegraba que de vez en cuando lo vinieran a visitar sus clientes.

 

-¿Cómo va la venta? Me dijeron que le han traído sólo muñecos de trapo, debido a que los niños pueden jugar mejor con ellos que con los antiguos que vendía… eran de porcelana, ¿verdad?-

 

-No es una venta masiva pero de vez en cuando, entran familias con sus hijos a comprarlos. Sí, los de porcelana eran muy frágiles por lo que los subasté ya que eran de colección y con el dinero, pude comprar estos nuevos muñecos- sonríe y observó intrigado al joven hombre ya que se quedó mirando sobre un estante, curioso.

 

-¿Y este no lo ha vendido?- señala un muñeco de porcelana que estaba sentado sobre su pequeña silla de madera.

Aquel muñeco era un joven de cabello oscuro, poseía un lindo rostro serio y unas particulares ojeras. Raro en un muñeco de ese estilo.

-Parece triste- comenta antes de dejarlo hablar al anciano.

 

-De hecho… es el único muñeco que no he podido subastar ya que tiene una pequeña rajadura en su mano derecha-

El anciano se queda pensativo un momento.

-También lo noto triste, antes su semblante era más cálido- suspira el señor Kim.

 

Aunque fuera extraño, ambos hombres sentían que los muñecos de esa tienda estaban vivos. Choi creía en el mito que el anciano siempre contaba.

 

-Pobrecito… ¿tiene nombre?- pregunta sin quitar la vista de aquel muñeco, notando el pequeño desperfecto en él.

 

-Es extraño porque cuando venían los muñecos de su tipo, sólo en las cajas decían sus  respectivos nombres completos y apodos pero él lo tiene grabado sobre su cuerpo de porcelana… se llama Lee Seung Hyun- comenta con una leve sonrisa en su rostro.

 

-¿Seung Hyun?- mira al anciano con un puchero haciendo reír al señor Kim.

 

-Sí, como tú Choi Seung Hyun pero a él le agrada que le digan Seungri- dice con calidez.

 

-Con que Seungri, eh- mira de nuevo al muñeco que por un momento, creyó ver sus inamovibles ojos más brillosos logrando hacerlo sonreír.

 

El joven hombre deja de hacer contacto visual con Seungri y se acerca más al anciano, observándolo decidido.

-Señor Kim, yo…-

No pudo hablar debido a que su celular comenzó a timbrar. Suspirando, tomó el dispositivo para leer un mensaje que le había llegado y sin poder evitarlo, sonrió.

 

-Es tu pareja, ¿cierto?- ríe el anciano.

 

-¿Soy muy obvio?- contesta el mensaje y mira de nuevo al hombre mayor.

 

-Tu aura de amor se amplía cuando se trata de tu persona especial-

 

-Es inevitable, amo a ese ser desde que tengo memoria señor Kim- suspira con sus mejillas levemente sonrojadas.

 

-Te comprendo perfectamente. Era igual con mi difunta esposa- sonríe con nostalgia.

 

Ambos suspiraron hasta que Seung Hyun recordó el por qué le había llegado el mensaje.

-Debo irme. De lo contrario, se enojarán conmigo. Pero volveré mañana y hablaré seriamente sobre aquel mocoso con mi mismo nombre. Tengo asuntos pendientes con él- señala al muñeco, bromeando.

 

-Está bien. Seungri no se moverá de su lugar y esperará por ti. Él es muy valiente-

 

Sonrieron y el joven se despide del señor con una leve reverencia saliendo de la tienda.

 

-Tal vez te quiera comprar, Seungri. Ese joven es un hombre muy bueno, ¿no crees?- susurra mirando al muñeco que al parecer, se corrió hacia un lado.

El anciano sonrió y caminó hacia él, acomodándolo nuevamente.

-Vamos, no te enojes. Si él te llega a comprar, no te dañará como la han hecho aquella vez-

Suspira al recordar que un señor lo había comprado para su pequeña niña hacía ya diez años pero no contaba con que la pequeña era muy traviesa y caprichosa.

Seungri era un muñeco que transmitía alegría y calidez. Al ser comprado, la niña lo llevaba en sus brazos sin ser cuidadosa, hasta que vio un muñeco de trapo en otra tienda pidiendo al padre devolver a Seungri. El hombre se había negado, por lo que la pequeña arrojó el muñeco al sueño, logrando que su pequeña mano de porcelana se rajara.

Ante esa situación y las lágrimas de caprichosa de su hija pidiendo por otro muñeco, el hombre devolvió a Seungri sin pedir su dinero a cambio y le compró el muñeco de trapo que tanto quería su hija. Dejando a un Lee Seung Hyun triste y solitario ya que jamás pudo ser vendido ni volvió a transmitir aquella luz de alegría…

-Lo prometo, aunque me quede poco tiempo de vida- sonríe el anciano con tristeza.

 Miró la hora de su reloj de pared, notando que eran las ocho de la noche.

-Hora de cerrar-

Con paciencia, caminó hacia la puerta para cerrar la puerta con llave y colocar el cartel de “Cerrado” en ella.

Observó que todos los demás muñecos estuvieran en orden y fue apagando las luces a medida que se acercaba al mostrador.

-Mañana será otro día y tengo fe en que será un día especial para ti, Seungri- le sonríe al muñeco, acomodando su pequeño traje color azul.

-Hasta mañana a todos. No hagan desorden, eh- ríe el anciano y sale por la puerta de atrás del local.

Para su suerte, vivía al lado de su tienda pero recordó que debía comprar algunos víveres para su casa por lo que caminó hacia un almacén que estaba a unas pocas cuadras de allí.

 

 

**

 

 

-¿El estorbo de porcelana va a ser vendido?, jajaja qué buena broma- ríe uno de los muñecos de trapo vestido de cocinero, que estaba en un estante lejos de Seungri mientras bajaba con cuidado para caminar por la tienda.

 

-Ese hombre seguramente es como todos los demás que mienten para no darle lástima al señor Kim con su historia y prometen venir a comprarlo y jamás regresan- comenta de manera fría una muñeca de trapo rubia, caminando hacia los demás que se juntaron cerca del mostrador.

 

-Jajaja además es un inservible- comenta otro muñeco vestido de bufón.

 

-Está roto- dice una disfrazada de bailarina.

 

-Nadie lo quiere- dicen todos los que estaban juntos, comenzando a reírse a carcajadas.

 

Seungri por su parte, parpadeaba lentamente mirando al suelo. Quiso apretar con fuerza sus puños pero recordó que su mano derecha podría terminar de romperse.

Ante esa sensación tan hiriente y frustrante, comenzó a llorar.

 

-¿Está llorando? ¿Acaso un muñeco patético como él tiene sentimientos?- dice otro muñeco.

 

-Deberían de acabarlo de una buena ve…-

 

-¡SUFICIENTE!- grita un muñeco de trapo que al parecer vestía ropa estilo Hip-Hop, ubicando en el estante que estaba al frente de Seungri.

 

El triste muñeco de porcelana lo miró  y volvió a bajar su vista.

 

-¿Taeyang?- comentó una de las muñecas de trapo.

 

-¿Por qué son tan malvados? Seungri no les ha hecho nada y ustedes lo tratan de esa manera tan cruel- frustrado, baja al suelo con el ceño fruncido mirándolos con desprecio a los demás.

 

-N-Nosotros…-

No sabían qué decir ya que era la primera vez que Taeyang reaccionaba de esa manera. Él solía ser callado y amable.

 

-Cierren sus sucias bocas. Mediten el mal que han hecho y luego pídanle disculpas a Seungri- elevó su vista encontrándose con la triste mirada del chico de ojeras y no pudo evitar sonreírle tierno.

 

Pero no hubo respuesta de aquel muñeco, por lo que con rapidez, escaló el estante donde Seungri estaba hasta llegar hacia él.

El muñeco de porcelana finalmente lo miró.

-No necesito de tu lástima-

 

-No es nada de eso lo que quiero- se acerca a Seungri sin dejar de sonreír.

 

-¿Qué es lo que quieres? ¿Tú también te burlarás de mí?- gruñe mirando hacia otro lado.

 

-Para nada. Jamás me burlaría de ti. Tienes un corazón valiente pero frágil. Eres admirable Lee Seung Hyun, por eso te quiero- abraza a un desconcertado Seungri quien al sentir esa calidez, no pudo evitar llorar.

 

Taeyang estuvo unos largos segundos transmitiéndole sus sentimientos hacia Seungri hasta que decidió separarse.

 

-¿Por qué eres bueno conmigo?- fue lo único que pudo decir debido a su llanto.

 

-¿No me oíste? Porque te quiero- se arrodilla frente al muñeco de porcelana, acariciando su mojado rostro, notando cómo sus dedos absorbían las lágrimas de Seungri.

 

-¿Cómo es eso posible? Jamás hemos hablamos. Sólo esos despreciables muñecos- suspira intentando calmar su agitado corazón.

 

-Suelo ser tímido con los demás muñecos. Siempre te he observado desde que llegué a esta tienda. Tu belleza tanto interna como externa, ha captado mi total interés. Y tal como he escuchado al señor Kim, noto tu cálida luz aún en ti pero sólo no la quieres liberar por miedo a ser lastimado, ¿verdad?-

 

Seungri no dijo nada, sólo asintió y Taeyang acarició sus cabellos con ternura.

 

-Me gustaría que confíes en mí, Dong Young Bae. Y te prometo no lastimarte nunca- sonríe besando la frente de un tímido Seungri.

 

El muñeco de porcelana alzó su vista, conectando una cálida mirada con Taeyang.

 

-Piénsalo y ven a buscarme en el suelo. Tú nunca te mueves de aquí, sería lindo poder caminar contigo por toda la tienda- se levanta dirigiéndose hacia el borde del estante.

 

Seungri por primera vez en años, sentía que Taeyang era alguien de confianza, por lo que no pudo evitar sonreír.

 

-¡Tu sonrisa es preciosa!, me he enamorado aún más de ti. Te estaré esperando abajo. Tómate tu tiempo- ríe dulce al notar un leve sonrojo en Seungri.

Comenzó a bajar lentamente y antes de que dejara de ver al muñeco de ojeras, se detuvo.

-No quiero presionarte pero, mañana seguramente será un gran día para ti y me gustaría pasar lo que queda de la noche a tu lado, Seungri- sonríe y mueve su mano libre para saludarlo y finalmente bajar hacia el suelo.

 

 

Seungri se quedó sorprendido. Jamás lo habían tratado de esa manera. Mucho menos los demás muñecos de trapo.

Sólo el señor Kim, pero él transmitía amor de padre a hijo. En el caso de Taeyang, era completamente distinto pero le agradaba…

Suspiró y miró su mano con aquella marca… tal vez debería de darle una segunda oportunidad para confiar en alguien.

-Podría intentarlo por última vez- susurra bajo y se levantó con lentitud de su silla, miró hacia abajo y pudo notar que Taeyang lo observaba con una amplia sonrisa.

 

Se animó a caminar hacia el borde del estante pero aún sentía miedo de bajar. Cerró sus ojos para tranquilizarse y cuando iba a bajar con cuidado, la puerta de entrada fue abierta por una brutal patada.

Todos los muñecos se quedaron estáticos para evitar sospechas al instante pero estaban desconcertados ya que no era el señor Kim, si no, un sujeto con su cara cubierta por un pañuelo.

 

-¿Un ladrón?- susurró muy bajo Seungri, observando los movimientos de aquel extraño.

 

-Veamos…- sacó una bolsa de gran tamaño de adentro de su polera oscura y se dispuso a tomar todos los muñecos de trapo que había en el  suelo.

-Servirán para vender, están en buen estado- sonríe malicioso y una vez que metió a todos en la bolsa, caminó hacia el mostrador para corroborar su la caja registradora tenía dinero.

Al notar que había billetes, aunque fueran pocos, los tomó y los guardó en su bolsillo.

Se acercó hacia el estante donde un asustado Seungri se mantenía lo más quieto y calmado posible.

-Eres un hermoso muñeco para vender pero tienes una falla. No sirves- lo ignora y camina hacia la salida.

 

Seungri suspiró dolido. De nuevo lo habían lastimado pero esta vez, aunque fuera la última, debía salvar a los demás muñecos aunque hayan sido malos con él… a excepción de Taeyang.

-Por el señor Kim y Taeyang- susurra y con cuidado, bajó del estante pisando el alfombrado suelo y corrió hacia la puerta.

Miró al ladrón que se dirigía con tranquilidad hacia su vehículo viejo y oxidado.

 

Algo debía de hacer para que no se llevara a los demás… desesperado, miró a su alrededor y notó que a lo lejos caminaba un policía por lo que se atrevió a salir de la tienda haciendo un poco de ruido debido a que sus zapatos tenía la suela de porcelana pero al parecer el ladrón no lo escuchó.

Observó a su lado una roca y como pudo, la sujetó con fuerza. Pudo notar que su mano se rajaba aún más pero poco le importó. Por lo que arrojó la roca hacia otro vehículo que había cerca de él logrando que la alarma se activara y comenzara a sonar una sirena fuerte y así alertó al policía quien corrió hacia el ladrón.

 

-¡Mierda!- desesperado, el sujeto volteó para escapar hacia la dirección contraria y notó al muñeco de porcelana con su mano derecha quebrada.

-¡Maldito muñeco inservible!- le dio un fuerte pisotón y huyó del lugar, dejando la bolsa tirada.

 

-¡Alto, policía!- gritó el hombre persiguiendo al ladrón lo más rápido que podía.

 

 

 

De pronto, la bolsa se movió y Taeyang fue el primero en salir viendo al hermoso muñeco de porcelana roto.

 

-¡NO! ¡SEUNGRI!- gritó y corrió hacia él intentando recoger los pedazos de aquel muñeco.

 

-¿Taeyang?- dijeron los demás muñecos saliendo de la bolsa y notando aquella terrible escena.

 

-¡No puede ser!- grita una de ellas.

 

-¿Vieron? Ustedes denigrándolo y él se atrevió a salvar sus miserables vidas… ¡SE SACRIFICÓ POR NOSOTROS!- lágrimas salían en Taeyang que intentaba fracasadamente reparar aquel muñeco de porcelana.

 

-L-Lo sentimos mucho- dijeron al unísono los demás, completamente dolidos por lo que sucedió. No sabían qué hacer ni qué decir.

Sólo lloraban por ese muñeco de porcelana que pese a que lo han tratado mal, dio la vida por ellos.

 

-Ya es tarde para pedir perdón- las lágrimas de Taeyang no cesaban, se sentía tan dolido que no era capaz de notar que una pieza de porcelana comenzaba a brillar.

 

-¡Miren!- dijo uno de ellos logrando que todos los demás muñecos observaran aquella luz.

 

-Es…-

 

-¡Su corazón de porcelana!- dice Taeyang tomando con cuidado, aquella pieza sin romper.

 

-Realmente eres un muñeco admirable, Seungri- dijo uno de ellos mientras los demás muñecos sonreían esperanzados.

 

-Debemos juntar todas las piezas para que el señor Kim lo repare- propone una de las muñecas.

 

-Tienes razón- sonriendo, Taeyang juntó todas las piezas junto a la ayuda de los demás mientras los colocaba dentro de un gran pañuelo de tela que él tenía atado a su cintura.

Una vez terminado, todos volvieron a la bolsa ya que habían notado que el policía regresaba con el ladrón esposado.

-Tranquilo mi lindo Seungri. Pronto te repararán y estaremos juntos, lo prometo- sonríe dulce y acaricia el pañuelo donde las piezas de aquel muñeco de porcelana estaban dentro.

 

 

**

 

 

-Buenos días, señor Kim-

 

-Buenos días, joven Choi- sonríe pero con tristeza el anciano.

 

-¿Qué le sucede? ¿Está usted bien?- preocupado, Seung Hyun se acercó al hombre quien comenzó a llorar.

 

-Anoche entraron a robar- susurra agotado mientras bebía un vaso con agua que tenía a su lado.

 

-¿Lo golpearon? ¿Se llevaron algo?- mira a su alrededor, notando algún que otro muñeco cambiado de lugar.

 

-Por suerte no tuve que pelear con ese malnacido. Aprovechó que me había ido a comprar para entrar aquí. Se llevó todos mis muñecos de trapo pero gracias a mi pequeño Seungri, un policía escuchó ruidos y pudo notar que estaban robándome logrando capturarlo a unas cuadras de aquí, por ende no pudo cumplir con su cometido- mira a Seung Hyun con tristeza.

 

-¿Gracias a Seungri?-  pregunta un poco desconcertado.

 

-Sí-

 

-Pero… ¿cómo lo sabe?-

 

-Si mi instinto no me falla, él se animó a salvar a sus amigos pero el ladrón lo pisó haciéndolo pedazos. Mi pobre niño- lágrimas caían del rostro del anciano, logrando alarmar a Seung.

 

-Tranquilícese señor Kim- pasó el mostrador para calmar al pobre hombre que comenzaba a temblar.

 

-Los demás muñecos recogieron sus restos y el tímido pero noble Taeyang envolvió a Seungri en su pañuelo que llevaba como decoración en su cintura. ¿Y sabes una cosa, Seung Hyun?-

El anciano mira a un desesperado joven quien esperaba que hablara.

 

-Taeyang se niega a separarse de él. Anoche ubiqué a cada muñeco en su lugar e intenté sacarle los restos de Seungri para guardarlos en una caja debido a que no sé cómo repararlo, pero cuando abrí la tienda en la mañana, él estaba nuevamente con aquel pañuelo y los restos de porcelana, sosteniéndolo entre sus brazos- sonríe con tristeza.

 

Seung Hyun suspiró y sonrió acariciando la espalda del señor Kim ya que él era el único que creía sobre los muñecos que cobraban vida.

-Tengo una solución-

 

-¿Qué?- el hombre mayor lo mira sorprendido.

 

-¿Usted sabe a qué se dedica mi pareja?-

 

-Sé que era una especie de médico o por lo menos eso me decías tú-

 

-Él es Kwon Ji Yong, médico en reparar muñecos de todo tipo. Le gusta ver a los niños felices una vez que logra componerlos. Dedica su paciencia y amor para ello- sonríe.

 

-Entonces…-

 

-Si usted me da a Seungri, mi novio hará todo lo posible por repararlo-

 

El señor Kim lloraba esperanzado y abrazó a Seung Hyun.

-No sabes cuánto te agradecería que pudieras reparar a mi niño. Él es como un hijo para mí, quiero que sea feliz- deshace el abrazo, secando sus lágrimas.

 

-Descuide, tengamos fe en que Jiyong lo reparará-

 

Ambos asintieron mientras que el señor Kim caminaba hacia donde estaban los muñecos de trapo, seguido de Seung Hyun.

 

-¿Él es Taeyang?- el joven señala uno de los muñecos.

 

-¿Cómo lo supiste?- pregunta asombrado el anciano.

 

-Porque siento una energía de esperanza en él- sonríe con calidez mirando aquel muñeco.

 

-Tienes razón, al parecer él ama a Seungri- toma a Taeyang y se lo entrega a Seung.

 

-Vendré cuando Seungri esté reparado, porque lo estará- dice decidido.

 

El señor Kim lo miraba pensativo.

 

-¿Qué sucede?- pregunta dudoso Seung.

 

-Tú venías a comprar a Seungri hoy, ¿verdad?-

 

Seung Hyun sonrió y asintió.

-Sí. Es un muñeco muy especial pero veo que usted lo quiere much…-

 

-Cuando lo reparen, quédatelo-

 

-¿Eh?- lo mira sin comprender.

 

-Tú eres un hombre humilde y sincero. Sé que contigo será muy feliz. Además, tu pareja estará feliz de tenerlo- sonríe acercándose a Taeyang, acariciando el pañuelo donde los restos de Seungri estaban.

 

-¿Está seguro?-

 

-Por supuesto. Ahora mi pequeño Seungri, cuando te recuperes quiero que seas feliz con ellos que te cuidarán y querrán para siempre. Jamás volverás a sufrir- le susurra a los restos y luego acaricia ahora al muñeco de trapo.

-Y tú, cuida muy bien de él. Tu amor es más fuerte que el de cualquier ser vivo. Sé feliz con Seungri mi querido Taeyang- le sonríe y vuelve a mirar a Seung Hyun.

 

-¿Podrás cuidar de ambos?-

 

-Por supuesto- Seung sonrió e hizo una leve reverencia para retirarse pero antes sacó su billetera.

 

-Ni se te ocurra darme dinero- frunce el ceño el anciano.

 

-Pero…-

 

-Pero nada. Te los regalo por sé que ellos serán felices y tú les darás un cálido hogar-

 

-Muchas gracias señor Kim. Prometo regresar pronto para darle las buenas noticias- hace nuevamente una reverencia, despidiéndose de un sonriente anciano.

 

 

**

 

 

-Luego de ocho meses de arduo trabajo… ¡terminé!- sonríe satisfecho un joven rubio y no pudo evitar sonrojarse al sentir unos cálidos brazos rodear su cintura.

 

-¡Finalmente Seungri vuelve a la vida, Yongie!- sonríe y besa la mejilla de su novio.

 

-Creí que no iba a lograrlo ya que la porcelana es algo complicado de manipular pero lo logré- se levanta de su asiento, abrazando al castaño.

 

-Eres increíble. ¡Confiaba en que lo lograrías amor! Ahora Taeyang estará feliz- susurra y besa los labios de su pareja quien lo miraba sin comprender lo que había dicho.

 

-Gracias, Hyunnie. Aunque lamento no haber podido repararlo a tiempo antes de que el señor Kim se marchara- suspira frustrado.

 

-No te preocupes, amor. Se ha mudado a un pueblo en Londres pero le enviaremos una carta con una foto de ellos para demostrarle que Seungri está completamente reparado junto a Taeyang- sonríe.

 

-Está bien- besa su mejilla y no pudo evitar bostezar.

 

-Debes de estar exhausto. Ve a la cama, Yongie. Yo iré enseguida- propone el castaño, acariciando los rubios cabellos de su novio.

 

-Bueno pero no tardes, eh- hace un adorable puchero y besa por última vez los labios de su novio para irse a la habitación.

 

Seung Hyun sonrió y tomó a Seungri en sus brazos para colocarlo sobre una hermosa silla de colección que él mismo se encargó de conseguirle y así sentarlo cerca de Taeyang quien ahora vestía un traje similar al del muñeco de porcelana pero con la diferencia de que el de Seungri era negro con detalles en blanco y el de él, era en color blanco con detalles en negro.

-Enseguida regreso, iré por la cámara- susurra y camina hacia la habitación de al lado.

Al regresar, les tomó unas cuantas fotos juntos y una vez que estuvo satisfecho, se despidió de ambos muñecos para ir a dormir ya que eran las once de la noche y debía levantarse temprano al día siguiente.

 

 

 

 

 

Una vez que quedaron sólo ellos dos, Taeyang giró su rostro notando a su hermoso muñeco sentado tan majestuoso a su lado. Sonrió y con sus ojos brillosos por la emoción, se acercó a él.

-Bienvenido de nuevo mi lindo Lee Seung Hyun- acaricia su rostro y le deposita un tierno beso en sus fríos labios.

 

Seungri al sentir esa bella calidez, abrió sus ojos encontrándose con el ser que hizo su corazón de porcelana brillar de esperanza y amor.

-Te he extrañado Dong Young Bae- sonríe y con miedo a romperse, mueve sus brazos notando que estaba completamente reparado. Hasta su vieja lesión había desaparecido.

 

Unas lágrimas se escabulleron por su rostro logrando alertar a Taeyang quien lo abrazó.

-¿Por qué lloras?- acaricia su rostro y Seungri sonrió.

 

-Estoy tan feliz. Finalmente encontré a alguien que me ame y a dos personas maravillosas que nos cuidan con tanta calidez.

 

Ambos sonrieron y esta vez Seungri se atrevió a besar los labios de un asombrado Taeyang.

-Gracias por estar siempre a mi lado. Te amo Young Bae-

 

-Gracias a ti por confiar en mí y dejarme quererte. Siempre estaremos juntos. Te amo, Seung Hyun-

 

Se abrazaron y Taeyang se sentó a su lado, tomando la mano de ese hermoso muñeco de porcelana del cual se había enamorado perdidamente.

Jamás soltaría su mano. Era una promesa del cual iba a cumplir para toda la eternidad haciendo feliz a su amado Seungri quien ahora no dejaría de sonreír ya que su corazón estaba lleno de amor y felicidad.

 

 

 

Fin.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? o:

 

Perdón si hay faltas de ortografía >:/

 

¡Espero les haya gustado! ^^

 

Gracias por leer ~


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