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Alphabet Boy por FlowerGabriela

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Notas del fanfic:

Este One-shot contiene un tipo de fetiche llamado Daddy kink y la relación que se desarrolla es una relación DD/LB (Daddy Doms Litlle Boy), si no te gustan este tipo de historias por favor abstenerse de leer.

 

Notas del capitulo:

Al principio del One-shot se describe la escena en donde Murasakibara enfrenta a Akashi y este obtiene su ojo de emperador y desarrolla su segunda personalidad, pero en este escrito se obviara el hecho de que Akashi desarrolla su otra personalidad.

Escrito con mucho amor para el MuraAka day <3

Todos en el gimnasio estaban en silencio, nadie se atrevía a hacer ningún comentario, no podían creer lo que  había sucedido, Murasakibara, quien todos sabemos tiene un carácter tranquilo y habitualmente desinteresado, Había desafiado al gran Akashi Seijuro.

 

Todo había empezado tranquilo y normal en la práctica, Aomine obviamente no se encontraba en esta, pues había empezado a faltar hacia semanas. Akashi como el joven inteligente y perceptivo que es se daba cuenta que no podía manejar lo que le sucedía con el peliazul de una manera precipitada y había optado por dejarlo faltar a las practicas, dando la excusa de que si de todos modos ganaban no había problema en esto, confiaba en las habilidades de Aomine y sabia que así iba a ser, claro está que en el fondo él buscaba la manera correcta de resolver el problema. Pero en ese momento Daiki estaba en una posición en donde no se le iba a ser tan fácil dominarlo e sí que decidió dejarlo hacer lo que quería mientras buscaba la solución más acertada.

 

Lo que se le paso por alto al Emperador fue el hecho de que esto gatillara  un comportamiento de rebeldía en otros miembros del equipo y eso fue exactamente lo que sucedió.

 Murasakibara llego a la práctica tarde, argumentando que si Aomine podía faltar prometiendo que aun así iban a ganar, pues el haría lo mismo porque en realidad no necesitaba practicar su fuerza física y altura le daban una ventaja única en el basquetbol y por lo tanto no necesitaba practicar, o eso creía.

—Es que se que aun así ganaremos y si no pasa nada por no venir a las practicas yo tampoco quiero venir —dijo el pelimorado parado enfrente de el capitán.

— No digas tonterías, eso no es relevante, la victoria siempre está asegurada para nosotros conmigo como líder, pero aun así debes asistir a las prácticas, eso no está en discusión Murasakibara. — Akashi hablaba firme y su mirada era fría y determinada a pesar de que tuviera que ver al pelimorado desde abajo.

—Pero si Mine-chin, puede hacer lo que quiere no veo por qué yo no, si también gano siempre que juego—Hablaba, moviendo sus manos mostrando desinterés­. — Además la única Razón por la que le hacía caso a Aka-chin es porque creía que él era más fuerte que yo y no le podía ganar, pero últimamente lo creo cada vez menos. —Murasakibara miro a Akashi con dominación mientras se acercaba cada vez más a él, imponiendo su altura ante este y haciendo obvio el mirarlo desde arriba. — Y no me gusta escuchar a gente más débil que yo.

 

Todos guardaron silencio, nadie nunca se había atrevido a cuestionar a Akashi,  porque numero uno él era el capitán, numero dos él era fuerte, pero no solo físicamente, Akashi era también peligrosamente inteligente, con una visión sobrehumana, siempre estaba en lo correcto y todo lo que hacía era exitoso, en general se podría decir que él era Absoluto y lo que él decía se hacía, pero aquí estaba el gigantón come dulces, diciéndole a Akashi que era débil, como si no tuviera sentido del peligro.

 

Lo que paso a continuación fue algo fácil de predecir, Akashi lo reto a un uno a uno y si al principio Murasakibara creyó estar ganándole al capitán de Teiko, luego este lo derroto con fuerza, haciéndolo caer al piso y burlando todos sus intentos de encestar, dejándolo cansado e impotente. Incluso llego a poner a Murasakibara de rodillas.

—bueno supongo que ganaste, desde mañana asistiré a la hora a las practicas y eso. —Murasakibara hablo calmado, pero contrasto con el estruendo que hizo al patear las botellas de agua a su lado.

—No, no es necesario, puedes hacer lo que desees, no me interesa en lo absoluto. —El pelirrojo hablo calmado y miro a la espalda del alto jugador esperando una respuesta.

Lo que Akashi no podía ver pues Murasakibara le estaba dando la espalda, era la cara de rabia que este tenía, apretando sus puños y mordiendo sus labios para evitar estallar.

 

Murasakibara no podía creer lo que escuchaba, primero lo derrota haciéndolo sentir como un inferior y humillándolo, para luego simplemente decirle que no le importaba si iba o no, ¿¡qué clase de juego retorcido juega Akashi?! Ahora sí que estaba enojado, si al principio estaba cabreado por tener que venir a estas agobiantes prácticas que no necesitaba, ahora muy bien podría golpear a quien se le cruzara en el camino.

—Akashi esto no es necesario ya le habías dicho que si ganabas debía asistir a las practicas  — Midorima hablaba un poco agitado, pues no le era ninguna gracia que Murasakibara empezara a faltar a las prácticas como se le antojara.

—Esto no es de tu incumbencia Midorima —Akashi hablo firme, su cuerpo aun estaba agitado por el encuentro y más que nada por el hecho de haber enfrentado de aquella manera al pelimorado.

Aun así a pesar de que el emperador  se sentía nervioso por lo que acababa de hacer, cree que fue lo correcto, el debe demostrar su fuerza y su liderazgo, ahora el dejarlo hacer lo que quiera es algo que lo beneficia de una manera más personal, De esa manera Murasakibara va entender que él no lo necesita y que para él, el solo es una pieza más de su juego y no tiene control ni sobre él, ni sobre sus emociones, puede prescindir de él cuando lo desee o eso es lo que Akashi desea hacerse creer y demostrar.

El emperador se dio la vuelta para seguir guiando el entrenamiento, con una sonrisa en su rostro, esta era su victoria, como siempre el era Absoluto, ellos eran las piezas y el las movía y acomodaba como mejor deseaba, pero aun así, sabiendo esto se encontraba así mismo intentando suprimir el temblor y miedo de haber hecho algo muy malo.

Akashi siguió con la práctica, ignorando a Murasakibara que aun seguía de espaldas.

—No, Aka-chin tú tienes razón, debo asistir a las practicas — La voz de Murasakibara resonó por el gimnasio y todos quedaron perplejos, solo se escuchaba el sonido de una pelota cayendo después de haber sido encestada.

La sonrisa de Akashi se borro instantáneamente y los nervios se apoderaron de su cuerpo mientras escuchaba los poderosos pasos de Murasakibara caminar hacia el centro de la cancha.

 Así no era como lo había planeado, Murasakibara debía haberse sentido humillado e irse, se supone que esto le tuvo que haber puesto un fin a la extraña relación que llevaban, esto era su sello de dominación, pero aquí estaba Murasakibara volviendo y demostrándole que no se iba a dejar someter ni manipular tan fácil.

Akashi sudaba frio y el resto de la practica fue un infierno, evitaba cruzar miradas con Murasakibara a toda costa y no podía concentrarse correctamente, se sentía acorralado y presentía que algo malo le iba a suceder, lo peor de todo esto es que el sabia que se lo merecía, por haber confundido el tener el control de Murasakibara como un jugador y el de tenerlo como un Hombre.

 

////////

 

La práctica por fin había terminado y todos los jugadores se habían ido a cambiar y a ducharse para poder irse. Akashi como de costumbre se debía quedar hasta que todos se fueran para cerrar el gimnasio, además le gustaba quedarse repasando sus notas respecto a las prácticas individuales, para poder saber cómo desarrollar mejor las habilidades de sus compañeros.

Cuando por fin todos se fueron ya estaba atardeciendo y el emperador se dirigía a las duchas, después de lo de hoy, necesitaba refrescarse y aclarar su mente, de lo contrario sus pensamientos iban a nublar su capacidad de discernimiento, a parte del hecho de que había estado muy estresado estos últimos días, pues había conseguido su propio apartamento hace poco, luego de que su padre se lo ofreciera si cerraba el trato con un cliente especialmente dificultoso, claro que para él no fue problema, el es absoluto y lo que quiere lo consigue, además de que una de sus más reconocidas habilidades es la facilidad que tiene para leer a las personas. Si bien el hecho de poder tener un lugar para el solo y ubicado cerca de la escuela le entusiasmaba mucho, además del hecho de poder liberarse un poco de la presión de su padre, le era muy difícil mantener el orden de un lugar propio  y un equipo de basquetbol al mismo tiempo.

Akashi se acerco a su locker, lo abrió y empezó a quitarse su camiseta sudada, pero escucho un ruido y se sobresalto, ¿no se habían ido todos?.

—Aka-chin qué bueno que todavía estés aquí, te estaba esperando —La voz de Murasakibara se escuchaba monótona como de costumbre.

—¿Qué haces aquí todavía? —Akashi no quería voltear sabía que Murasakibara estaba sentado en una de las bancas detrás del, pero no tenía el valor de darle la cara.

—Nee Aka-chin, acaso olvidaste lo que sucedió hoy, mereces 25 por lo que hiciste. —dijo Murasakibara, estaba sentado con sus manos en su nuca y una sonrisa tranquila en su rostro.

 

Ese fue el colmo, ¿Quién se creía Murasakibara que era?, Akashi se dio vuelta bruscamente aun con su camiseta sucia en la mano, y lo miro desafiante, intentando ocultar los temblores de su cuerpo.

 

—No Atsushi, esto no va a continuar mas, tuve algunos momentos de debilidad contigo lo admito, pero hoy me desafiaste y no voy a permitir esa osadía.

—“Momentos de debilidad” dices, creo que no entiendes Aka-chin, esto no es por haberme vencido o obligarme a venir a las practicas, esto es porque tú te comportaste como un caprichoso, diciéndome aun  después de haber ganado, que podía hacer lo que quería, solo porque deseabas  hacerte creer a ti mismo que tu eres el que controla esto.—Akashi quedo boquiabierto, no podía creer lo que escuchaba, Murasakibara le había dicho esto con tanta tranquilidad, como si fuera una verdad, como si el supiera todo de él.

—¿¡es que no me escuchaste?!, dije que no quiero seguir con esto.

—Aka-chin por favor deja de comportarte como un caprichoso, tu solo quieres escapar de tu castigo. —Murasakibara se levanta del banco en donde estaba y se acerca a paso tranquilo a donde se encuentra Akashi.

En este momento las piernas de Akashi temblaban y le costaba mantener su respiración normal. ¿Que le hizo creer que el controlaba esto?, el podía ser absoluto  y podía ser la razón misma, pero en estas situaciones y en la relación que mantenía con el pelimorado el nunca tuvo el control, desde que lo conoció, Murasakibara sabia que Akashi era alguien que a pesar de parecer ser la persona más poderosa del mundo, en el fondo necesitaba que alguien le enseñara, cosas tan simples como que las personas no son piezas de Shogi y que él no está en control siempre.

Murasakibara tomo a Akashi del brazo y lo llevo a fuerza hacia donde estaban los lavabos, Akashi solo se dejaba llevar sabiendo que esto era algo que tenía que afrontar tarde o temprano, el pelimorado empuja a Akashi a  los lavabos , y lo coloca sobre su estomago, enfrente de ellos se ve el gran espejo que está por encima de estos, Akashi solo mira la cerámica del lavabo y no hacia adelante, por que no desea verse en esa miserable condición, Murasakibara pone los brazos de Akashi hacia adelante sobre el espejo que lo refleja.

—Bien Aka-chin, ¿Que crees que va a pasar ahora?. —dice Murasakibara, empujando a Akashi con una mano mientras la otra sigue sosteniéndole las manos en el espejo.

—Voy a ser castigado— Akashi dice esto un susurro apenas perceptible.

—No te escucho Aka-chin.

Murasakibara toma las caderas de Akashi de modo que quede parado de puntitas y con su trasero elevado, con el aun por detrás y sus manos sosteniendo las de Akashi.

—entonces Aka-chin, estoy esperando tu respuesta. —Murasakibara mira el reflejo de Akashi en el espejo y lo ve mirando hacia abajo con sus mejillas sonrojadas.

—Voy a ser castigado —Dice Akashi en un tono más normal y apoya su mejilla en el lavabo.

—y ¿Por qué vas a ser castigado?

—P-porque…— murmura algo inentendible.

—porque Aka-chin fue un caprichoso, por eso va ser castigado. —Murasakibara se recuesta un poco sobre Akashi, apoyando su pecho suavemente en la pequeña espalda de este, para poder acercarse a su oreja—. Repítelo —dice Murasakibara susurrándole al oído, aun sosteniendo sus manos en el espejo.

—Mmm… —Akashi intenta responder pero su cuerpo se siente caliente y la excitación del momento lo está volviendo torpe —Me vas a castigar porque fui un caprichoso—dice con sus mejillas sonrojadas y su voz entrecortada.

—Muy bien Aka-chin, hoy de verdad que fuiste muy malo e sí que serán 20, tienes que contarlas ¿está bien?

—Si —dice el más pequeño con sus piernas ya temblando y su garganta seca.

Akashi quería responder, quería ponerle un alto a esto antes de que fuera demasiado tarde, pero su cuerpo no le obedecía, además de que no podía parar de pensar que se lo merecía por haber sido un niño caprichoso, todo sus ser se sentía débil ante las ordenes de Atsushi y su cuerpo temblaba donde tocaba. Esta era la parte frágil y vulnerable de el que solo Murasakibara podía sacar a flote.

 

Murasakibara se aleja del rostro de Akashi y se levanta de nuevo, admira la posición de Akashi, que convenientemente  es perfecta para su castigo.  Recostado sobre su estomago con su trasero levantado y sus manos alzadas, pone sus grandes manos en los pequeños shorts deportivos del pelirrojo y los baja suavemente hasta dejarlos en el piso, luego van sus bóxers, se toma su tiempo, sintiendo los espasmos del cuerpo de Akashi, cuando ya el pelirrojo está desnudo, levanta su mirada para ver su rostro en el reflejo.

Akashi tiene sus ojos cerrados y sus mejillas sonrojadas, no puede controlar sus temblores, pues primero hace frio en los camerinos y segundo tiene miedo, sabe que se comporto mal y que Murasakibara no iba a ser suave o a tener consideración alguna.

—Voy hacerlo Aka-chin, recuerda contar. —Dice Murasakibara mientras le acaricia el cabello.

—E-está bien

Murasakibara se quita los mechones de cabello de la cara que le incomodan al observar al pequeño pelirrojo delante de él, pasa sus palmas suavemente por la nívea piel de Akashi, sabía que estaba impaciente y solo quería hacerlo sentir aun más.

Luego solo se escucha el sonido de la palma de Murasakibara contra la piel de Akashi, resonando en el lugar vacio, la mano del pelimorado es firme y no se abstiene, golpea con dureza y deja una ligera maraca roja instantáneamente.

—Uno —dice el pelirrojo respirando fuerte y rasguñando el espejo en donde están alzadas sus manos.

Akashi respira agitado, el primero, que es el peor siempre, ya fue y ahora solo tiene que aguantar, respirar e intentar mantenerse calmado.

El segundo golpe no se deja esperar, Murasakibara lo hace rápido porque no quiere darle el tiempo a Akashi de que se tranquilice, pues no se lo merece, quiere verlo llorando y pidiéndole que pare, quiere que las marcas y el dolor le queden por días, para que recuerde lo que hizo.

—D-dos— murmura mordiéndose los labios.

Cuando ya van seis golpes, Akashi no puede ocultar su erección, mueve sus piernas buscando algún roce, pero no sucede nada, intenta bajar sus ya adoloridos brazos del espejo, los baja lentamente y se apoya en sus codos, mueve sus piernas con desesperación, su erección ya le está comenzando a doler.

—Mmm…Siete —Un gemido inesperado sale de la boca de Akashi mientras intenta contar.

—Aka-chin deja de moverte tanto—los ojos rojos de Akashi se encuentran mirando los violetas de Murasakibara en el reflejo del espejo, y no puede ver más que dominación.

—P-por favor t-tócame—su voz es forzada y muerde sus labios intentando no gemir, Murasakibara ni siquiera lo ha tocado a parte de los golpes y el ya está hecho un desastre.

La respuesta de Murasakibara es el octavo golpe, que esta vez es más fuerte que los otros, usa toda su palma, para azotar contra el redondito trasero de Akashi.

— ¡Aaaah!—Akashi se tapa la boca al dejar escapar un gemido tan fuerte, este golpe le había dolido mucho más que los otros.

—Cuenta Seijuro—la voz del pelimorado ahora es fuerte y rasposa, contraria a su monótona voz de siempre.

—O-ocho

Akashi cierra los ojos fuerte, mirando hacia abajo para ocultar su rostro. Mejillas rojas, boca abierta, parece que el aire no le entrara a los pulmones, no logra pasar saliva por su garganta y solo se muerde los labios para no gritar de dolor. El sabe que Murasakibara es ridículamente fuerte, eso es algo que cualquiera puede notar a simple vista, lo que no se puede notar a simple vista, es su lado dominante, ese lado oscuro que solo puedes verlo cuando está en verdad enojado que es normalmente cuando pierde, o cuando algo lo molesta de tal manera que quiebra su estado infantil y se vuelve esta bestia, con la que no te quieres cruzar por nada en el mundo.

 

Akashi seguía tapando su boca, su trasero se sentía entumecido, no podía sentir nada más que un calor vibrante.

—Por favor… ¡Aaaaah! N-nueve.

—Por favor que, ¿Qué quieres Seijuro?

—tócame, T-t…tócame Por favor.

Murasakibara tiene su rostro casi completamente cubierto por su cabello y su mirada esta clavada en el trasero de Akashi, hasta que levanta la mirada y dirige su mano hacia la cara del pelirrojo, le toma el mentón y lo coloca derecho, de modo que su rostro se refleje completamente en el espejo. Aprieta sus mejillas con fuerza para que no pueda bajar su mirada y siente las lagrimas de Akashi caer hasta sus manos.

—Pídelo bien —dice mientras quita su mano de las mejillas de Akashi, dejando marcas de sus dedos en las pálidas mejillas.

—P-por favor Atsushi tócame— Akashi podía ver su rostro compungido por el deseo, con sus ojos llorosos y su boca salivando, apenas pudiendo pronunciar las frases sin ahogarse.

—Pídelo bien o no tendrás nada—Murasakibara se pone derecho y quita su mano del trasero de Akashi, para levantarse la camiseta de entrenamiento y quitársela por completo, dejando ver su esculpido torso.

 

Después de quitarse la camiseta Murasakibara sigue golpeando al pequeño pelirrojo mientras este sigue teniendo una palpitante erección, pero se abstiene de pedir ser tocado por qué no quiere pedirlo correctamente.

—D-dieciséis...Mmm—Akashi toma bocanadas de aire intentando soportar, pero sabe que no podrá mucho más.

La mano derecha del pelimorado se dirige hacia la entrada de Akashi, tanteando con su índice sintiendo el pequeño orificio contraerse a su tacto, la sensación lleva a Akashi al límite, necesita que Atsushi lo toque y lo necesita ahora.

—P-por favor Daddy tócame—su voz es desesperada y aguda, reteniendo sus lagrimas y sintiendo el ardor cada vez más fuerte en su trasero.

Murasakibara levanta su mirada al escuchar el pedido de Akashi y se encuentra con el rostro de su pelirrojo, este era su Aka-chin, el que lo estaba mirando por el reflejo, con sus ojos llorosos y sus mejillas rojas, con sus piernas temblando y su trasero rojito.

—Muy bien Aka-chin—Murasakibara lleva su mano libre hacia la boca de Akashi, y este abre su boca con anticipación, esperando los dedos de el pelimorado, cuando por fin los tiene en su boca chupa con desenfreno, intentando dejarlos lo mas húmedos posible.

Murasakibara Quita su mano de la boca de Akashi, haciendo un lindo ruido en el proceso.

—¡¡Aaaaaah!!…D-diecisiete— Akashi intenta seguir contando, pero su mirada se nubla al sentir el índice de Murasakibara, penetrar su estrecha entrada, apoya su frente en el espejo y espera que continúe.

Pero Murasakibara no lo hace, se detiene y deja su dedo ahí mirando al pelirrojo por el reflejo del espejo.

— ¿Qué sucede?—mira a los ojos del pelimorado por el espejo.

—Te dije que lo pidieras bien, ¿Qué quieres Aka-chin?, ¿Qué necesitas?

Murasakibara lleva su mano libre, la que lo estaba golpeando todo este tiempo y levanta el mentón de Akashi para ver mejor su rostro y mueve su dedo más profundo dentro de la cavidad del pequeño.

— ¡Aaaah!...D-daddy, tócame, pon T-tus dedos en… M-mi, quiero…Quiero venirme ¡Mmmmm!...P-por favor— en este momento todo rastro del joven autoritario y absoluto desaparecen y su cuerpo vuelve a su estado más natural, dejándose someter por el hombre que lo hace sentir protegido y amado.

Al dedo de Murasakibara se le une otro, con fuerza arremete abriendo el pequeño anillo de músculos en el interior de Akashi, los saca y los vuelve a poner dentro, deleitándose con los sonidos que Seijuro hace para él.

—Sigue contando— dice el pelimorado al dar otro golpe.

Akashi ya no puede sentir ese último golpe, Murasakibara lo ha estado golpeando en el mismo lugar una y otra vez que su trasero ya se adormeció, quiere contar sabe que debe hacerlo pero su visión esta nublada y su mente está en blanco, solo puede sentir el movimiento de los grandes dedos de Atsushi penetrarlo y tocar su punto dulce una y otra vez.

—D-dieciocho… ¡Aaaaah!, ¡Maaaas Daddy!... P-por favor— el cuerpo de Akashi empezaba a moverse hacia delante y hacia atrás buscando un contacto más fuerte.

Quería tanto eyacular pero sabía que su Daddy no lo iba a dejar hasta que terminara con los 20 golpes, Akashi solo podía pensar en que tenía que resistir y seguir contando, pero solo gemidos salían de  su boca.

Sintió otro golpe y su mente se fue en blanco se iba a venir lo sabía, ya podía sentir el orgasmo, pero sintió una mano en su miembro y un dedo de el más alto en su uretra impidiéndoselo.

—D-daddy… ¡Nooo, P-por favor!, N-necesi…N-necesito venirme —Akashi movía su cabeza de un lado a otro en  desesperación.

—Termina de contar Aka-chin.

— ¡Mmm!, Diecinueve… ¡Aaaaaah!, ¡Daddy fóllame, por favor!, quiero S-sentirte dentro mío.

—No Seijuro, no lo mereces, no mereces que este dentro de ti, ¿entiendes?—Murasakibara lleva su mano a la cintura de Akashi y pega su pelvis contra él, para que pueda sentirlo duro.

— ¡Mmm!, M-me portare bien L-lo Ju-juro…D-daddy, no volveré a ser malo, hazme venir… ¡Aaaaaaaah!—Akashi siente el último golpe y la mano de Murasakibara soltar su erección.

—córrete para mi Aka-chin, muéstrame lo sucio que eres aquí gritando en los camerinos en donde cualquiera puede entrar y verte, desnudo, gimiendo y rogando por mi Pene mientras te follo con mis dedos. —Sus dedos entran y salen de la caliente entrada de Akashi y el cuerpo de este empieza a convulsionar.

— ¡Aaaaaaah!... D-daddy…Mmmm. ¡¡V-veinteeeeee!!

Akashi siente el orgasmo golpearlo con fuerza y su entrada se contrae apretando los dedos de Atsushi dentro suyo. Ve el reflejo del gran Chico detrás suyo, su torso desnudo y su pelo cubriéndole un poco el rostro y se viene manchando el piso, sus piernas ya no pueden más y cae al piso de rodillas quitando los dedos de Murasakibara en el proceso. Cae afirmándose con sus manos y su respiración es agitada, intenta controlarse pero solo puede respirar a bocanadas, su pecho sube y baja y sus ojos están cerrados, sintiéndolo todo.

—Lo hiciste muy bien Aka-chin—Murasakibara se agacha y toma a Akashi de las caderas levantándolo del piso para cargarlo.

La sensación que tiene Akashi ahora es indescriptible, no puede creer que haya intentado alejarse de esta relación  por miedo, Se siente arrepentido y avergonzado y las palabras de Murasakibara solo lo hacen sentirse peor.

—Lo siento mucho, no quise hacerte sentir mal… E-es solo que yo…Yo tenía miedo de volverme débil, pero ahora entiendo que eso no será así. —Akashi oculta su rostro en el torso de Murasakibara y se aferra a su cuello, intentando contener el llanto.

—está bien Aka-chin, solo recuerda que yo siempre estaré aquí a donde quiera que vayas a sí que no intentes moverme como a todos los demás. —Murasakibara acaricia la cabeza de Akashi con ternura, mientras lo sostiene con la otra—. No mas llanto ahora, yo te perdone y tú has aguantado tu castigo como el niño fuerte que eres.

—Te amo Atsushi —Dice Akashi con su cabeza aun escondida en el pecho de Murasakibara

—y yo a ti Aka-chin, ahora te voy a vestir por que se que estas adolorido y cansado, te vestiré y luego te llevare a tu apartamento, te daré un baño y te preparare Pancakes, ¿sí?

Akashi levanta la mirada para encontrarse con los bellos ojos violeta del hombre que ama, de su gigantón con corazón de niño, Fuerte e imponente, pero con esa aura que le transmite calidez, ese hombre lo hace sentir protegido, amado  y cuidado de todas las maneras, a su lado nada puede ser tan difícil, y casi lo aleja por su orgullo, ese será un error que no volverá a cometer.

De todas maneras va tener marcas por varias semanas que le recordaran no volver a comportarse así, ahora cada vez que intente sentarse va poder recordarlo.

Murasakibara llevo a Akashi hacia las bancas y fue por la ropa de su pelirrojo, Akashi se quedo dormido en cuanto lo termino de vestir, debía haber resistido mucho, estaba orgulloso de él, creyó que no iba a poder con su cariño por que Akashi cree que el cariño lo volverá débil, pero eso no es así, para el mundo Akashi Seijuro era el emperador, el que prácticamente predecía el futuro, era la certeza misma y era fuerte, muy fuerte, pero hasta los más fuertes necesitan ser cuidados y Akashi en el fondo necesita ser protegido y amado por que si bien su mente es fuerte, su corazón es frágil, pero de eso se encargara Atsushi de que el corazón de su      Aka-chin este siempre protegido y de que se sienta amado y feliz en cada paso que dé en su vida.

 

Murasakibara llevo a Akashi en su espalda, porque el camino hacia el apartamento del pelirrojo no era tan lejos de la escuela.

Cuando Akashi despertó ya estaba en su departamento y se sintió un poco aturdido por que no recordaba cómo llegaron, pero eso en realidad no importaba por que se despertó justo a tiempo para recibir su baño de burbujas y ser mimado por Atsushi.

Y Mientras Murasakibara estaba al lado de la bañera lavándole el cabello y dándole besitos en las sienes, Akashi reía jugando con las burbujas y solo podía pensar en lo Agradecido que estaba de tenerlo a su lado todavía.

Notas finales:

Espero que les guste aun soy novata pero de verdad quería escribir un tipo de MuraAka así.

Gracias por leer <3             


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