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El Caballero y El Demonio por Quien Eres

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Notas del fanfic:

Primera vez que escribo para un anime, así que es un poco raro para mí.

Además ¿Por qué no hay nada de estos dos juntos?

—No pude hallar nada. ¿Encontraste algo Dukemon?

—Negativo Sakuyamon, sigo sin encontrar ni un rastro de algún portal.

—¿SaintGalgomon?

—Lo siento, pero estoy en la misma situación.

Escuchar el resultado de los tres no hizo más que hacer que el trío de Digimones soltara un suspiro al unísono.

Ya había pasado poco más de un mes desde que ellos, junto con sus Tamers y los demás Digimones, lograron derrotar a D-Reaper en el mundo real para el regocijo de todos y regresar la paz a ambos mundos. Mas aun con su logro, se vieron forzados a regresar al Digimundo, separándose lamentable de sus amigos humanos.

Eso les había dolido no sólo a los humanos, sino también a los seres digitales, por más que quisieran ser fuertes cuando se despedían de ellos.

Querían encontrar alguna forma de poder regresar al mundo real, una forma de reunirse de nuevo con sus amigos. Le pidieron ayuda a Qinglongmon y las otras Bestias, y aunque ellos deseaban ayudarles por gratitud en derrotar al verdadero enemigo, estos les respondieron explicándoles que era imposible crear algún portal desde el Digimundo desde la destrucción de D-Reaper, sólo podían esperar a alguna abertura desde el Mundo Real. Al ver la frustración e impotencia que ellos sentían, les sugirieron el evolucionarlos al nivel Definitivo, sin la necesidad de sus compañeros Tamers, para tratar de ayudarlos en su búsqueda de alguna forma de regresar al mundo real.

Ellos se mostraron reacios al inicio, sintiendo el fondo que sería como traicionar a sus amigos humanos, pero dándose cuenta de que sus esfuerzos quedándose en su etapa de Niños serían posiblemente fútiles, aceptaron para tratar de hacer su búsqueda y estadía más llevadera.

Dukemon levantó la cabeza para observar el horizonte, viendo como los rayos de luz repentinamente quedaban opacados por la oscuridad de la noche del Mundo Digital, paquetes de datos rodando y mesetas siendo lo único que podía ver a la distancia, sin rastro alguna de algún portal, o de…

—Por cierto —anunció el caballero, haciendo que las miradas de sus amigos se voltearan hacia él—, ¿alguno de ustedes ha visto a-

—No —respondieron ambos al unísono, sabiendo ciertamente lo que el caballero iba a preguntar—, ninguno ha visto a Beelzebumon desde hace semanas, no hemos tenido información alguna sobre él.

—Tanto tiempo ha pasado, y sigue comportándose como un niño malcriado como cuando era un Impmon —se quejó SaintGalgomon, ganándose la mirada fría de sus compañeros por su comentario —, ¡Moumantai!, era sólo un chiste —dijo encogiéndose de hombros, restándole importancia a la opinión de sus amigos como usualmente lo hacía cuando decía algo que los molestaba, aunque con el imponente tamaño que portaba ahora ya no era tan lindo como antes.

—Aunque no quiera admitirlo, creo que tendré que acordar con SaintGalgomon —repuso la sacerdotisa—, desde que llegamos aquí, Beelzebumon no ha hecho más que alejarse de nosotros, y por más veces que intenté acercarme a él no hacía más que hacerme a un lado.

El Caballero Real no pudo más que suspirar nuevamente. Creía que tras lo ocurrido en e Mundo Real ya todo quedaría en buenos términos entre todos, pero el Digimon demonio no hacía más que apartarse de ellos.

—Nos procuraremos por él después —Informó Dukemon—, ya es tarde, lo mejor será volver al campamento con los demás.

Sus dos compañeros asentaron con la cabeza y marcharon rumbo a un pequeño asentamiento en el desierto, lugar en el que se estaban quedando mientras inspeccionaban la zona en la búsqueda de alguna forma de volver al Mundo Real.

El camino de regreso casi siempre era bastante callado, sólo ocasionalmente SaintGalgomon rompiendo el silencio con sus comentarios intentando alegrar el humor. Cuando se estaban acercando a la luz de una fogata que indicaba que campamento estaba ya cerca, Dukemon alzó la vista de reojo al horizonte, y al caballero le pareció ver a alguien conocido moviéndose en una de las mesetas aledañas. Pero antes de que pudiera acercarse más a ver, fue recibido por el revoloteo de cierto Digimon rosado.

—¡Puu! —exclamaba de alegría MarineAngemon al verlos regresar, soltando pequeños besos al aire alrededor de ellos.

—Calmado pequeño —interrumpió Andromon, parándose de su lugar a la del fuego, tratando de alejar al hada de los demás Digimones—, ¿Encontraron algo?

Sakuyamon sólo sacudió la cabeza a los lados para indicar negativa.

—Está bien —murmuró el androide—, supongo sólo es cuestión de seguir buscando.

Mientras sus demás compañeros platicaban alrededor de la llama, Dukemon decidió volver a levantar la vista para tratar de ubicar lo que había visto antes de llegar al campamento, mas su esfuerzo fue en vano, pues lo que fuera que estaba ahí ya no le veías.

“¿Ése era Beelzebumon?” Pensó para sus adentros el caballero. Trató de darle menos importancia y se unió a la charla con sus amigos, sobre cualquier cosa de la que estuvieran hablando.

Pasando no más de una hora, decidieron que ya era momento de descansar y que continuarían investigando otro día. MarineAngemon se encargó de apagar el fuego que tenían con sus burbujas mientras los demás procedían a entrar a una cueva a los pies de una meseta que tenían a lado como lugar temporal y acostarse en el suelo de ésta en el que pasar la noche, con excepción que SaintGalgomon, que por su tamaño debía de dormir afuera, aunque a éste no parecía molestarle mucho.

.

.

.

Ya habían pasado al menos una hora desde que habían entrado a dormir, estando ya todos yaciendo profundamente en sus sueños, con la excepción del Caballero Real, el cual seguía sin poder conciliar el descanso, su cabeza estaba aún llena de pensamientos como para poder conseguirlo.

‘¿Qué estarán haciendo Takato y los otros?’, ‘¿Cuánto tiempo más estaremos aquí?’, ‘¿Dónde estará Beelzebumon?’. Esta última no pudo más que sumergirlo más en sus pensamientos.

¿Por qué se había estado preocupando tanto por el Digimon demonio?

Aún tras todo éste tiempo, seguía sin ser capaz de decir qué era su relación con aquel Digimon.

¿Odiarlo? Quizá, todas las cosas horribles que hizo, todos los Digimones inocentes que asesino y absorbió fueron actos más que despreciables que le hacían honor a su clasificación de Digimon demonio.
Pero, el recordar los buenos ratos que habían pasado jugando cuando ambos se encontraban en su etapa de Niños en el mundo real, además de que al final parecía haber tenido un cambio de actitud de 180°, que hasta arriesgó su vida más de una vez por ellos, le decía que realmente había cambiado. Aunque eso sólo lo llevaba a su siguiente pregunta:

¿Por qué se alejaba de ellos?

Habían llegado juntos y trabajando en grupo, ¿Por qué Beelzebumon se seguía negando a estar con ellos? Quizá era una parte de la inocencia que conservaba de Guilmon, pero simplemente no comprendía el por qué las acciones del otro Digimon. Ésta no había sido la primera vez que lo había visto. Ya en otras ocasiones le parecía verlo a la distancia, pero jamás intentaba contactarse con él, y cuando lo intentaba, desaparecía antes de encontrarlo.

Aún siendo incapaz de dormir, Dukemon decidió salir a caminar, esperando quizás así poder aclarar sus pensamientos. Mientras salía de la cueva, le pareció volver a ver aquella silueta en la cima de una de las mesetas cercanas. Ponderándose si debía proseguir en aquella dirección o no, decidió que lo mejor sería intentar y ver si sus suposiciones de que fuera el Digimon demonio eran acertadas, por lo que salió caminando, quizá con más rapidez de la que hubiera notado, hacia aquella dirección.

Al llegar a los pies de la meseta, saltó para escalarla, intentando hacer el menor ruido posible para que, en caso de que fuera él, no delatara su presencia. Al llegar a la cima, vio que sus sospechas.

Quizá era aún ese lado de Guilmon dentro de él por evolucionar sin Takato, o quizás era simplemente la emoción de volver a verlo, pero dejó atrás todos sus planes de sigilo y salió corriendo para saludar al Señor Demonio cuando vio que estaba éste acostado ahí.

—¡Beelzebumon! —llamó el caballero yendo hacia él.

El escuchar llamarlo tomó por desprevenido al Señor Demonio, quien rápidamente se enderezó y empezó a desenfundar sus escopetas con la intención de disparar, lo cual aterró al caballero, pues no estaba esperaba ser recibido de tal manera, mucho menos preparado para luchar.

Al echar un mejor vistazo y observar de forma más detenida quién era el que había llamado su voz, el motociclista volvió a guardar sus armas y procedió a recostarse nuevamente.

—¿Qué quieres lagartija? ¡Un paso más en falso y te hubiera llenado de plomo con mis escopetas! —se burló el Digimon demonio restándole importancia.

Dukemon trató de recuperar la compostura de la sorpresa anterior mientras se acercaba a lado de Beelzebumon y procedía a recostarse a un costado de él.

—Pero qué agradable forma de saludar a la gente, ‘Impmon’ —hizo especial énfasis en esa última parte mientras esbozaba una sonrisa.

—¡Que soy Beelzebumon, no Impmon! —se quejó gritándole el motociclista al caballero —, ¡Creí que ya había dejado eso en claro! —finalizó haciendo una mueca que Dukemon sólo podía describir como un puchero, por más infantil que llegara a sonar.

El Caballero Real no pudo más que empezar a reír por la reacción de su compañero, lo cual también hizo que éste dejara su expresión y empezara a reír junto a él por lo ridículo que estaban sonando, peleando como si fueran niños.

Tras un rato, las risas de ambos empezaron a cesar. Sólo se recostaron en silencio, viendo a lo alto en el cielo aquella esfera gigante de datos que representaba el Mundo Real, aquel lugar al que anhelaban volver. Quedarse viendo juntos en silencio ese astro en el plano no hizo más que generar más dudas dentro del Caballero real, hasta que finalmente rompió el silencio.

—¿Por qué te separaste de nosotros? —preguntó el caballero.

Beelzebumon sólo se encogió de hombros.

—Ninguna razón que les incumba —replicó, volviendo a colocar sus manos detrás de su nuca para recostarse—, simplemente me gusta trabajar solo.

El caballero volteó la mirada hacia él.

—Eso lo dudo —dijo escéptico ante la respuesta del demonio—, si así fuera, no estarías aquí, en especial porque no es la primera vez que te he visto merodeando cerca de donde estamos.

El Digimon con armadura estaba esperando alguna clase de comentario burlón de parte del motociclista, pero este no hizo más que quedarse callado por unos momentos, en los que Dukemon podía jurar lo vio mordiéndose el labio.

—Como sea —finalmente repuso éste sin decir más.

—Podrías volver con nosotros si lo quisieras, ¿sabes? —Le anunció Dukemon.

—¿Sabes?, que ahora te veas como un caballero no significa que tengas que actuar también como uno —replicó molesto Beelzebumon—, no tienes por qué quedarte, ¿sabes?

El Caballero Real se quedó pensativo por unos momentos hasta que éste negó con la cabeza-

—Tampoco tengo razón para el por qué irme, me agrada estar contigo —Dijo esbozando una sonrisa.

Quizá hayan sido imaginaciones suyas, pero juró por un momento que la piel azulada de Beelzebumon se tornó de un leve rosa en su rostro.

—Bueno, eso no significa que YO tenga que quedarme aquí —espetó el Señor Demonio mientras se ponía de pie, haciendo que Dukemon también lo hiciera, quien lo seguía con la mirada yendo hasta el borde de la meseta— así que yo me largo.

Tras decir eso, Beelzebumon saltó desde la cima del altiplano y procedió a alejarse en la noche.

—¡Espero verte mañana! —exclamó el caballero, quizá por impulso mientras lo veía marcharse.

El caballero pudo observar como el motociclista se detuvo por unos momentos tras gritar su despedida, pero poco después se repuso y siguió su camino.

Dukemon decidió que lo mejor sería también hacer lo mismo, por lo que bajó también de la meseta con dirección opuesta a la de Beelzebumon para dirigirse a la cueva.

Si realmente lo volviera a ver mañana ahí no estaba seguro, pero dentro de él sentía como el flujo de sus datos se aceleraban de pensar que quizás lo haría.

Notas finales:

Espero poder continuar con este fanfic pronto, aunque no creo tenga muchos capítulos.


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