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Un día y medio por weasdairs

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Día y medio. Eso era exactamente lo que le había durado a Chen su relación con Sehun. Si es que a eso se le podía denominar relación en algún lugar del planeta.

Era sábado, hacía calor y Chen solo había aceptado salir de casa después de que Yixing le asegurara mil veces que en esa fiesta tendría la oportunidad de liarse con algún tío. Llevaban toda la tarde allí y la cosa seguía igual que en el momento de su llegada con una única diferencia: todos sus amigos estaban borrachos. Yixing había empezado a hacer el tonto y cada dos por tres se le encontraba colgado de su cuello, Kai seguía bebiendo como si no tuviera fondo y Sehun estaba más alegre de lo normal.

El olor humo de los cigarros se entremezclaba con el del alcohol y el sudor de todos los chicos. Mientras que Kai y Yixing fumaban, Sehun y Chen mantenían algo parecido a una conversación, pues aunque se conocían desde hacía algún tiempo, ninguno de los dos se había acercado al otro. Tenían las caras casi completamente pegadas debido a la alta música que les impedía escucharse. A su alrededor la gente juntaba sus labios y se fundían en un sólo cuerpo, y mientras ellos parecía que se mantenían firmes, lo suficientemente cerca como para sentir la respiración del otro y a la vez suficientemente lejos como para no terminar de encender la chispa.

Chen estaba a punto de arrancarse el pelo a tirones, jamás se había sentido tan atraído por Sehun como en ese momento, podía ver cada detalle de su cara, sentir su respiración sobre labios y le estaba resultando difícil no lanzarse contra sus labios. Todo su autocontrol estaba sujeto por un firme pensamiento: “Kai nunca le perdonaría que besara a quien él no pudo tener”. Esa frase recorría su mente cada vez que Sehun le hablaba y se acercaba más a él, o al menos lo hacía. Ni siquiera se paró a pensar en lo que hacía cuando se dejó llevar y despacio fue acercando su boca a la de Sehun que le recibió con ganas. Sus labios se juntaron y Chen pudo notar como la lengua de Sehun entraba en su boca y alcanzaba cada rincón haciéndole gemir. No quería parar eso, ni siquiera se daba cuenta de que a su lado Kai y Yixing los miraban con auténtica sorpresa. El beso se prolongó por más de dos minutos, dos minutos en los que Chen dejó su boca a merced de Sehun, simplemente le dejaba hacer, juguetear con sus labios y morderlos levemente, mover sus lenguas al compás haciendo que al chico se le escaparan pequeños sonidos.

Cuando por fin pararon, ambos se miraron y no pudieron evitar esbozar una sonrisa. Sehun se acercó a Chen y le susurró en el oído algo que le emocionó.

-Mándame un mensaje cuando llegues a casa.

 

El resto de la tarde-noche acabó sin ningún acontecimiento nuevo, aunque ambos chicos permanecieron mucho más pegados que al principio, rozándose las manos e incluso de vez en cuando alguno de los dos regalaba al otro un pequeño beso.

 

En cuanto llegó a su casa Chen cogió su teléfono, busco el número de Sehun y le mandó un mensaje.

 

“Tenemos que hablar de lo de esta tarde”

 

Casi al momento su teléfono vibró e inmediatamente desbloqueó la pantalla y leyó el mensaje.

 

“Sabes perfectamente que no suelo hacer esas cosas, pero contigo es diferente. Me gustas. Me gustas desde hace tiempo aunque nunca me había atrevido a hacer algo así”

 

Chen estaba poniendo nervioso. Jamás se había planteado la posibilidad de que Sehun sintiera algo por él, todavía ni siquiera había asimilado lo que había pasado esa tarde. Seguía metido en sus pensamientos cuando otro mensaje llegó y el móvil vibró en sus manos sobresaltándolo.

 

“Quiero verte otra vez, ¿nos vemos mañana?”

 

Chen no tardó ni dos segundos en teclear su respuesta.

 

“Sí”

Pasaron el resto de la noche hablando, dándoles las tres de la mañana hasta que por fin decidieron darse las buenas noches e irse a dormir.

A la mañana siguiente no podía evitar sentirse levemente emocionado, aunque él no se lo había dicho, sería estúpido negar que no se había fijado en Sehun antes, en realidad dudaba que alguien no lo hubiera hecho alguna vez. El nerviosismo se le notaba en el cuerpo según se iba acercando la hora de salir de casa y todo el mundo a su alrededor se daba cuenta de ello. Tras un pequeño viaje en tren, Chen llegó a la estación en la que había acordado verse con Sehun. Apenas llevaba 5 minutos esperando cuando su cita apareció tras la esquina, mucho más sonriente y risueño de lo que Chen era capaz de recordar. Venía vestido con unos ceñidos pantalones negros y una camiseta, y pese a lo simple de su conjunto, se veía más sexy que nunca. Los dos chicos se fueron acercando, Chen con una sonrisa, y Sehun casi saltando.

No hubo ni tiempo para que Chen reaccionase, Sehun junto sus labios con los suyos como nunca nadie lo había hecho y un escalofrío recorrió toda su espalda. Solo fue cuando se separaron cuando Chen se dio cuenta de que no estaban solos, Kai y Yixing habían aparecido detrás de Sehun sin hacer ruido. Mientras que la cara del chino reflejaba al menos una pizca de emoción, Kai parecía realmente molesto.

Chen se acercó al oído de Sehun y le susurro:

-Parece que no has venido sólo…

-Han insistido tanto que no he podido negarme.-el chico le respondió mientras reía y sin siquiera esperarlo le cogió la mano a Chen y tiró de él.- Venga, demos un paseo.

 

La tarde transcurrió mejor de lo que Chen podía haber llegado a imaginar, Sehun era incapaz de recorrer más de 10 metros sin detenerse y juntar sus labios, aunque solo fuera un simple roce. Detrás de ellos, a apenas 5 metros, Yixing y Kai les seguían, murmurando y soltando pequeñas risas en cada momento en el que se detenían.

Cerca de dos horas después, regresaron a la estación del tren y se despidieron de sus dos amigos. Al igual que durante todo el paseo ni siquiera pudieron llegar al final de las escaleras mecánicas sin que acabarán pegados el uno al otro, cada uno en un escalón, jugando con sus lenguas, haciendo que sus salivas se juntasen. Chen tomó el ritmo del beso y movió su boca hacia el cuello de Sehun, aspirando y sintiendo como el aroma del chico inundaba sus fosas nasales. Le gustaba estar así, realmente le gustaba.

El viaje en tren no era muy largo, apenas media hora, pero a Chen se hizo eterno. Contrariamente a lo que él pensaba, el ambiente entre él y Sehun cambió drásticamente en cuanto llegaron al final de las escaleras mecánicas y perdieron de vista a Kai y Yixing. Prácticamente no hablaron en todo el viaje, cualquier intento de contacto físico por parte de Chen era rechazado por Sehun, y ni siquiera eran capaces de mirarse a los ojos. Cuando llegaron a su estación ambos bajaron sin apenas mirarse y se pararon en medio del andén para despedirse.

-¿Hablamos más tarde?

-Sí, claro. - La respuesta de Sehun era seca, casi mostrando desgana.

 

Tras un simple beso, rápido y poco cariñoso ambos se dirigieron cada uno hacía su lado. Chen cogió un autobús que le llevaba hasta la puerta de su casa y después de pagar el billete se sentó y cogió su teléfono para mensajear a Yixing y le contó con todo lujo de detalles lo que el chino ya había visto durante el paseo pero aún así contestaba a todo con paciencia.

Estaba mirando por la ventana del autobús cuando su teléfono sonó y un nuevo mensaje de Sehun apareció en la pantalla y no tardó ni dos segundo en abrirlo, expectante de leer su contenido encontrándose una desagradable sorpresa.

 

“No podemos volver a hacer esto. Siento hacerte esto, pero todo lo que te dije anoche fue un error. Ni siquiera se porque no te lo he dicho en el tren, simplemente no se sentía capaz de hacerlo. Nada de lo que te dije es cierto y lo siento mucho enserio.”

 

Chen casi sentía como sus ilusiones se fragmentaban en mil pedazos y se le clavaban en el pecho. Durante toda esa tarde había pensado en cómo sería tener a su lado a Sehun, compartir con el más ratos como el de ese día… Pero ahora todo se había ido a la mierda, y lo que más le dolía era lo utilizado que se sentía.

Le estaba costando aguantar las lágrimas, pero no quería que le vieran ponerse a llorar en el autobús. Apenas llegó a su casa se encerró en su habitación y se echó en la cama sin siquiera desvestirse, agarró la almohada y empezó a soltar todo eso que había estado guardando. No era capaz de asimilar como algo que  había empezado tan bien había podido acabar de una manera tan desastrosa. Como algo que parecía que podía resultar para siempre había durado 36 horas, apenas, un día y medio.


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