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¿Olivia...Oliver? por Panda Teme

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Notas del fanfic:

Historia puramente yaoi nacida de los delirios de un escritor preparatoriano y su hermana melliza...cualquier comentario insultante será respondido con gusto :D (si es que me encuentro de un buen humor claro esta)

Notas del capitulo:

Panda Teme...reportandose...

Hello :v

Panda teme regresa con una historia aún cuando tiene otras cuatro pendientes *peguenle a este irresponsable*

Bueno...esta trama a estado en mi mente desde hace un muy buen tiempo después de que mi hermana me confesara que hay veces en las que le gustaría ser un hombre y dejarse ukear por todos :v y finalmente hoy me di un tiempo para comenzar a escribirlo porque se que muchas fujoshis tienen ese deseo de algún día convertirse en un uke y hacer de las suyas (envidien a los fundashi bellas chicas perversas :v)

Pero bueno...menos charla y más acción!!! A comenzar con el epílogo!!!

Epílogo

"Estoy muerta...¡¡¿Estoy muerta?!!"

 


El salón de clase estaba en total silencio, el ambiente estaba tan cargado de tensión que no hubiera sido raro su uno de los alumnos terminaba desparramado en el suelo a causa del terrible peso.

-Oliva Cruz.-

La chica tembló al escuchar su nombre ser pronunciado por la imponente voz de su profesor de ciencias. Se levantó de su asiento con su mochila en el hombro y camino con paso lento hacia su funeral, las piernas le temblaban con violencia, haciendo que su miedo por caer se intensificará cada vez más.

Llegó hasta su profesor, tomando la hoja del examen ya calificado con la mano temblorosa, se dio la vuelta y se dirigió a la salida arrastrando los pies, el corazón le golpeaba el pecho con intensidad, ¡al fin sabría sus notas para ingresar al siguiente año! ¿Qué pasó? ¿Aprobó? ¿Tendrá que repetir el primer año de preparatoria? ¡¡¡NO!!! Sin lugar a dudas el desvelo nocturno y los estudios constantes no fueron en vano.

Llegó a la cafetería y se sentó en su lugar prestigiado mejor apodado como la "Mesa redonda" con la hoja de la prueba en su pecho, respiró hondo, tratando así de disipar sus nervios, con sumo cuidado comenzó a desdoblar el dichoso examen como si de algo sagrado se tratase, cerró los ojos cuando estuvo totalmente expuesta, abriéndolos lentamente, contemplando el hermoso 9 que adornaba la hoja.

-...nueve...nueve...¡¡¡NUEVE BITCHES!!! ¡¡¡TENGO UN PUTO NUEVE!!!- la chica saltó sobre la mesa, enseñando la sagrada calificación a quién quiera que estuviera ahí (ya que la cafetería estaba desierta a excepción de un pequeño niño quién la vio y quedó traumado de por vida...)

-wow...miss Olivia sacó un nueve...el fin del mundo se acerca...-

-¡Gloria!- Olivia se giró hacia su amiga, saltando al suelo y restregandole la calificación en la cara. -mira ¡mira joder! Un puto nueve.-

-...con la hoja así de cerca no puedo ver un carajo...- Olivia alejó el examen del rostro de su amiga. -¿y ese cambio tan repentino de "me vale verdura los exámenes a "¡miren mi puto nueve!"?- Gloria tomó asiento junto a su amiga quién resplandecía como foco sobre cargado.

-ay Gloria, Gloris de mi vida, el amor hace todo.- Olivia pasó su brazo por el hombro de su amiga quién aún observaba el examen, Gloria apartó su vista de la hoja para ver a su amiga con la ceja levantada.

-¿y ahora? ¿Quién es el pobre desafortunado?- preguntó Gloria.

-¡Oye!- y entonces el timbre que daba el inicio del receso sonó y con él una horda de alumnos hambrientos hizo su aparición.

Y entonces apareció él. Rodeado de chicas que no paraban de revolotear alrededor del alto y temible chico.

Olivia posó su brazo en el hombro de Gloria con fuerza, sacándole un grito de dolor que fue callado por una muy exaltada Olivia. -¡¡¡Mira...es él!!!-

Gloria giró el rostro hacia el dichoso chico, abriendo los ojos con sorpresa. Robert Marks, tercer grado, alto (muy alto) atlético, con un cuerpo de infarto, la piel bronceada con largas rastas negras amarradas en una liga cubriéndole parte de la espalda, rostro perfecto para una portada de revista play boy para mujeres y carácter de chico rudo y salvaje, sin duda uno de los chicos más guapos y codiciados de todo el instituto.

Gloria lo miró por un rato más antes de golpear suavemente el hombro de su amiga. -olvídalo...Robert no se fijará en ti ni en un millón de años...-dijo con voz consoladora. -además es gay.-

Todo el momento se quebró gracias a ese comentario. -¡¡¡si lo se no me lo recuerdes!!!- gritó frustrada la chica. -por esa razón estoy estudiando y trabajando como burro, para graduarme con honores, ir a una buena universidad y conseguir un trabajo en donde gane millones para así lograr hacerme un cambio de sexo.-

Gloria, al escuchar eso, golpeó su cabeza contra la mesa. -así que es eso...-

-aparte que yo siempre soñé con ser el uke perfecto.- dijo Olivia con un brillo en los ojos.

Gloria volvió a golpearse la cara. -...era eso también...amiga, temo decirte que estas muy obsesionada con el yaoi...-

Olivia dejó de brillar para ver a su compañera. -¿que? Claro que no, sólo es un gusto que tengo.-

Gloria no dijo nada, simplemente tomó la bolsa de su amiga y la volteó, haciendo que todos los cuadernos y lapicera de la chica quedaran regados por toda la mesa.

-¡Oye!-

Gloria ignoró a su compañera, tomó una de las libretas y se la mostró a Olivia. -mira.- dijo. -todos tus cuadernos están forrados con algún póster yaoi, tu lapicera tiene el logo de las fujoshis y en tu celular tienes una galería exclusiva con cd dramas hard...estas obsesionada con el yaoi.-

Su amiga se sonrojó hasta las orejas. -e-e-eso no prueba nada.- Olivia le arrebató el cuaderno y se dispuso a meter sus cosas en su mochila. -ya te dije que es sólo un gusto...- subió la vista hacia donde Robert estaba sentado con los más populares haciendo escándalo. -además...la única forma de llegar a él es siendo un chico...-

Gloria recargó su cabeza en la palma de su mano. -si tu lo dices...-

Olivia sonrió complacida, sintiéndose una verdadera pensadora del siglo 18.

 

***

 

El día había pasado de forma normal, las clases terminaron dando así el inicio de las muy esperadas vacaciones de verano; en todo ese tiempo Olivia había conseguido múltiples trabajos, comenzando así sus ahorros para el cambio de sexo, además había empezado a cuidar su figura, dejando de lado las grasas y procurando hacer el mayor ejercicio posible.

Gloria había desistido de hacerla entrar en razón, simplemente era un desgaste él tratar de hablar con ella. -Rob tiene que quererte tal y como eres...no necesitas ese cambio de sexo ni nada de esas cosas.- fue lo que le dijo una vez de regreso a la casa después de una hora de ejercicio en el gimnasio, pero había sido completamente inútil.

-el amor atonta...- fue la conclusión que llegó. Y después de eso dejó de tocar ese tema con ella.

 


***

 


Estaba lista, completamente...

En todo ese verano había adelgazado un poco, se veía más alta y más guapa...o al menos eso quería creer ella.

-bien, hoy comienzo el segundo año, debo de ser lo más cool posible...de esto depende mi futuro.- se dijo mientras peinaba sus largos cabellos castaños, su vista se fijó en uno de los pósters de Sekaiichi Hatsukoi*, suspirando con ilusión. -ojalá y mi vida romántica sea como las series yaoi...pero eso es imposible, a no ser que me haga esa operación, mientras tanto espera por mí Robert.-

Olivia amarró a uno de sus mechones un listón azul, siendo eso el toque final de su incansable arreglo, dejándola...¿satisfecha?

-estoy...bien.- fue la vaga aprobación de la chica, se echó medio litro de perfume y salió de su casa con su mochila nueva colgando en su espalda y una tostada con mermelada en la boca, comiendola en el camino.

-a ver...- susurró Olivia mientras repasaba unos apuntes que había anotado en vacaciones sobre "cómo llegar a ser popular sin morir en el intento". -tengo que tener una buena vida social sin descuidar mis estudios, ¿¡pero como rayos voy a lograr eso!? En este mundo es una ley que el que tenga vida social no cumpla con los deberes.- Explotó mentalmente. -ok...ok...tranquila Olivia, tranquila...ya te las arreglarás para eso...-

Metió la libreta de apuntes en su mochila y sacudió las migas de pan de sus manos, tarareando su canción favorita para disfrutar el camino de su casa a la parada del bus.

La carretera estaba desierta y silenciosa, algo extraño para ella. -que raro...se supone que ya es la hora pico, ¿porqué no hay carros ni nada?- susurró para sí misma.

Y entonces un pequeño gato blanco saltó de la maleza hacia la banqueta, aterrizando justo en frente de ella, quién se detuvo en seco sorprendida por la repentina aparición.

"¡Ay joder! Me espantó..." Se dijo mientras posaba su mano en su pecho.

El gato se giró hacia ella y la inspeccionó detenidamente antes de salir corriendo, deteniéndose en medio de la calle para lamer su pata despreocupadamente.

-o-oye gato...te pueden atropellar.- el felino ignoró olímpicamente el llamado de la chica, tumbó su cuerpo en el pavimento con la clara intención de no querer moverse de ahí. Algo preocupada Olivia se agachó, estirando la mano y moviendo sus dedos para llamar la atención del animalito. -hey minino~, ven aquí...ven~-

El gato no daba señales de querer escucharla, provocando que Olivia se hartase. Se levantó dispuesta a seguir su camino de no haber sido por el silbido lejano de un camión dezplasandose a alta velocidad.

-...¡¡¡HIJO DE TU GATA MADRE...VEN AQUÍ GATO ESTÚPIDO!!!- Olivia comenzó a gritar con desesperación, pero el gato se rehusaba a moverse de su sitio. -¡Shit!-

El camión se acercaba a una velocidad de vértigo, si no hacia algo en pocos segundos el gato no sería más que una cosa horrorosa embarrada en el pavimento y ella viviría con el trauma. ¡No! Definitivamente tenía que salvarlo

"Ser cool, ser cool...¡ser cool!" Y con ese grito mental ella se abalanzó hacia la carretera, corriendo a paso veloz y lanzándose sobre el gato, tomándolo del lomo y jalandolo justo cuando el camión pasó cerca de ellos. La chica sintió como su corazón se detuvo sólo por un par de segundos para seguir su curso normal, provocando que un extraño dolor recorriera su pecho.

-¡ay dioh!- jadeó Olivia con molestia. -¡¡¡Pinshi gato de los cojones!!! ¡¿En qué estabas pensado eh?!- gritó la chica, regañando al animal como si este le fuera a contestar. -¡¿Tienes idea de lo que te pudo haber pasado si hubieras estado ahí echado un segundo más?!-

-mew~- fue la contestación del gato.

-ahhh...- Olivia suspiró frustrada. -¿pero qué estoy haciendo? Si es sólo un gato...- la castaña se levantó del suelo, sacudió su ropa y acomodó su cabello. -¡mira! Me estas haciendo perder el tiempo.- echó una ojeada a su reloj de mano. -¡¡¡LAS 7:49!!! ¡¡¡DE ESTA NO ME LIBRO!!!- la chica pegó el grito en el cielo, comenzó a correr desesperada, con la pequeña esperanza de que al menos un carrito tamalero estuviera ahí, dispuesto a llevarla al colegio.

El gato simplemente la vio alejarse con sus grandes ojos negros, maulló un par de veces antes de levantarse del pavimento y comenzar a trotar hacia ella.

Llegó a la parada del bus, encontrándola más solitaria que el desierto del Sahara. -¡¡¿QUEEEEÉ?!!¡¡¡NOOOOOO!!!- gritó con dramatismo. -¡ahora tendré que correr!- Olivia pasó de largo la parada, volviendo a ver su reloj de mano, preparándose para lo peor. -¡¡¡7:59!!!- la chica le dio más fuerza a sus piernas, corriendo a una velocidad de admirar que bien podría ser la envidia de cualquier corredor olímpico, llegando a la escuela en un tiempo récord.

-ay virgen de Juquila...me salvé...-susurró al estar dentro del colegio justo cuando los porteros cerraban la puerta.

Siguió su camino en busca de Gloria, encontrándola sentada en la "Mesa redonda". -¡Gloria!- la castaña echó a correr hacia su amiga con una sonrisa deslumbrante, cuando en eso un balón de basket pasó junto a ella, provocando que se enredara con sus pies y cayera de boca encima de su amiga, traspasándola.

-¿...eh...?- Olivia se levantó de un salto con la cara deformada por la sorpresa. -¡¿Ehhh?! ¿P-p-p-p-pero qué pasó aquí?-

-¡Oye Rob, ahí va el balón!-

Todo ocurrió en cámara lenta, el balón pasó cerca de su rostro sin llegar a tocarle un sólo cabello, cayendo al fin en las grandes manos del rastudo.

-¿q-que esta pasando?- susurró Olivia.

-así que al fin te diste cuenta.-

La chica giró el rostro bruscamente, encontrando al mismo gato blanco de hace un momento sentado a un lado de ella.

-hola...Olivia.- la saludó el minino.

-...¡¡¿PUTA PERO QUE CLASE DE BRUJERÍA ES ESTA?!!- Olivia se alejó del gato de un salto con todo el cuerpo temblando, asciendo el símbolo de la cruz con sus dedos. -¡los gatos no hablan, no se supone que hablan! ¡¡¡ALEJATE DE MI SATANÁS!!!-

El gato no parecía afectado por todo ese show-¿...ya terminaste?-

Olivia se quedó completamente estática, con los ojos puestos en el pequeño animal, permitiendo así que el minino hablara.

-me habían advertido de que eras una chica rara, pero esto supera mis expectativas.- el gato se levantó con elegancia y caminó hacia la castaña. -mi nombre es Ishtar, y soy un espíritu guía, me encargo de alumbrarle el camino al Más Allá a las almas de los fallecidos...en pocas palabras, tu fuiste atropellada Olivia, y vine por ti.-

Toda esa información había sido un fuerte golpe para ella.

-¡¿q-qué?! Espera espera espera...¿espíritu guía? ¿Atropellada? ¿P-Por mí? ¿Estas tratando de decirme que...?- tragó duro. -¿...que yo...que yo...?-

-...si Olivia...tu ya estas muerta.-

Golpe mortal.

-¡¡¡AHHHHHHHHHHHHH!!!- la chica pegó el grito en el cielo. -¡¡¡MUERTA...ESTOY BIEN PINSHI MUERTA!!!- la chica se agarró de los cabellos. -¿C-Como fue eso posible?-

-tranquila Olivia.- el gato comenzó a frotar su lomo contra las piernas de la chica. -tu trataste de salvar mi vida ¿lo recuerdas?- Olivia se volvió a verlo con cara de "¡así que fuiste tú hijo de los cojones!" -por eso me veo en la necesidad de recompensar tu amabilidad hacia mí concediéndote tres deseos, pídeme lo que quieras que te lo concederé, a excepción de volver a la vida, ya que eso no está en mi poder.-

Olivia bajó la cabeza con algo de tristeza, así que así era la cosa. Muerta, estaba muerta, ya no podría conquistar a Robert, ya no cumpliría su sueño de ir a Chernobyl con Gloria, jamás verá una Aurora boreal con su familia ni comerá langosta en las vacaciones de Acapulco, ya no más. Adiós sueños, adiós Gloria...adiós todos...

-mi primer deseo...- susurró ella a tiempo que veía a Gloria. -...es que ella no sufra mi pérdida...que encuentre a otra amiga tan o más loca que yo con la que cumpla todos sus deseos...-

El gato asintió complacido. -tus deseos son órdenes Olivia. Ahora ven, vámonos al Más Allá...-

La castaña asintió, se dio la vuelta y siguió al gato sin antes voltear a ver por última vez a Gloria.


El camino que guiaba al Más Allá no era como se lo había imaginado, parecía una calle empedrada normal, con faroles de luz blanca alumbrando el camino, Olivia veía con asombro como personas de todo el mundo iban y venían por ese camino.

-Ishtar.- el gato giró la cabeza hacia la chica al escuchar su nombre ser pronunciado por esta. -¿porqué esa gente está regresando? ¿No se supone que es imposible regresar de la muerte?-

-porque esa gente no está muerta.- contestó el gato, Olivia lo miró con las cejas levantadas. -ellos están en coma, el plazo para seguir aquí se terminó así que tienen que volver a sus respectivos cuerpos.- Ishtar giró su mirada al frente. -mira, hemos llegado.-

Olivia posó su mirada al frente, quedando anonadada por lo que vio, una majestuosa ciudad se alzaba ante ellos, con las luces de los puestos alumbrando las calles transitadas.

-¡wow!- exclamó Olivia con la fascinación en la voz.

-es bello ¿no crees?- se oyó la voz de Ishtar a un lado de ella.

-...es hermoso...¿d-donde...?- quiso preguntar el nombre de tan espectacular ciudad, pero sus palabras quedaron atascadas en su garganta al ver, no a un gato, sino a un apuesto hombre joven de cabellos blancos y bellos ojos dorados que sonreía con complacencia.

-bienvenida al Enter Olivia.-

-¿ah-eh-en-? ¡¿Ishtar?! ¿E-Eres tú?- fue lo único que salió de los labios de Olivia.

-si, soy yo.-

La cara de la chica era un poema total. -pues estas muy buehh...cof cof...digo...te ves...bien "zukulemnto"-

-gracias.- sonrisa "derrite corazones". -ven Olivia, sígueme.-

Ishtar comenzó a caminar, haciendo que la chica saliera de su trance para seguirlo, el albino era alto y sus pasos muy grandes, así que la pobre Olivia tenía que trotar para no perder el ritmo del joven.

Ishtar se detuvo frente a un monumento de piedra blanca con un diamante incrustado en el centro. -ven Olivia, toma mi mano.- pidió el espíritu mientras estiraba su mano hacia la chica, quién obedeció sin chistar. El albino acarició de forma fugaz la piedra preciosa y en menos de un segundo ambos aparecieron en otro lugar.

-¿eh?- Olivia soltó la mano de Ishtar con sorpresa. -¿nos teletransportamos?- preguntó sorprendida.

Una enorme puerta de oro se levantaba brillante y majestuosa donde miles y miles de personas hacían fila, esperando a entrar.

-ahí pasarán lista, si tu nombre no esta anotado te iras al inframundo, o en palabras humanas, irás al infierno.-

Un calambre se esparció por la espalda de la chica. -¿eh?-

-pero tranquila, si fuiste alguien bueno es más probable que estés anotada en la lista.- dijo Ishtar para tratar de animarla.

"Pues por eso me preocupa..." Se dijo mentalmente.

-ven, acerquémonos.- el albino metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y comenzó a caminar hacia donde estaba la gente reunida, Olivia estaba a punto de seguirlo de no haber sido por un fuerte golpe en la espalda que la hizo caer de cara al suelo.

-¡ah, lo siento muchísimo.-

Olivia se acarició la nariz a tiempo que un quejido largo salía de su garganta, unas suaves manos rodearon su brazo y la ayudaron a ponerse de pie. -auch...p-pero qué...- la chica estaba a punto de quejarse, pero entonces vio a la persona que la había empujado y sus palabras quedaron atascadas en su garganta (otra vez).

Sólo existía una palabra para calificar al chico que estaba de pie junto a ella: Hermoso.

Todo de él era en extremo perfecto, sus grandes y afilados ojos azules, el cabello rubio y desaliñado, la blanca y cremosa piel libre de imperfecciones, la brillante aura de inocencia que le rodeaba, el pequeño y menudo cuerpecito cubierto por el uniforme de alguna escuela prestigiosa, en pocas palabras el uke perfecto.

Olivia estaba babeando (literalmente) ante semejante aparición, pero entonces reaccionó y se dio una fuerte cachetada para así sacar esos pensamientos impuros de su mente ante un extrañado chico rubio.

-emm...¿te encuentras bien?- preguntó el rubio con preocupación.

-si...- fue la vaga respuesta de la chica, quién internamente estaba gritando "¡¡¡DIOS...SU VOZ...SU SENSUAL VOCECITA DE UKE KAWAII!!! ¡¡¡SI YO FUERA HOMBRE ME LO COJO AQUÍ MISMO!!!" Y "¡splash!" hemorragia nasal masiva.

-¡estas sangrando!- el rubio comenzó a ponerse nervioso, provocando que la chica sangrara aún más. -ay no, tuviste que golpearte muy fuerte...- el chico tomó a Olivia del brazo y la condujo a unos bancos, en donde ambos se sentaron. -fue por mi culpa, lo siento mucho...- el chico sacó del bolsillo de su pantalón un pañuelo impecablemente limpio y lo pasó por la nariz sangrante de la chica.

Así de cerca Olivia percibía con mayor claridad el finísimo rostro del chico. "Q-Que lindo..." Pensó la castaña.

-dime, ¿cual es tu nombre?- preguntó el rubio con dulzura.

-¿ah? Um...Olivia...-contestó la chica con voz gangosa a causa de la presión que hacia el rubio en su nariz.

-¿Olivia?- el chico pareció maravillado ante eso, provocando que la castaña levantara una ceja. -mi nombre es Oliver.-

La chica dejó escapar un "ohh..." de sorpresa, ahora entendía la felicidad del rubio, ambos nombres tenían una gran similitud.

-¿y tu...ya te moriste?- preguntó Olivia. El chico bajó la cabeza con cierta tristeza provocando que ella sintiera remordimientos y maldijera su gran bocota, pero la respuesta la dejó sorprendida.

-no...estoy en coma.-

-...en...coma.- Oliver asintió. -y entonces...¿por qué tan triste?-

-porque yo ya quiero morir...n-no soy feliz así como vivo, tengo tanto dinero que mi vida se a vuelto una estúpida rutina, mi padre nunca está en casa y cada que salgo a la calle tiene que ir un séquito de guardias si no quiero que alguna organización me secuestre...de verdad que eso no es disfrutar la vida...tu eres muy suertuda al venir aquí...-

-¡¡¡NO DIGAS ESOOOOO!!!- Olivia se levantó de un salto de su asiento para patea un poste de luz que ahí se encontraba con tanta fuerza qu el pobre asta terminó rompiendose y colapsado en el suelo. Oliver se agarró fuertemente del banco, viéndola con los ojos completamente abiertos. -¡¡¡SE SUPONE QUE ESTE AÑO SERÍA GENIAL!!! Enamoraría al chico que me a gustado desde secundaria, iría a Chernobyl con Gloria, comería langosta al fin, vería una Aurora boreal, me casaría y tendría muchos hijos, envejecería junto a la persona que amo y mi muerte sería diferente...- las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas. -...muy...diferente...tranquila y feliz de haber echo todo lo que me proponía en la vida, tal vez no todo...pero al menos una, al menos una de ellas...- Olivia se giró hacia Oliver, encontrándolo con una sonrisa de oreja a oreja y un brillo angelical en los ojos.

-...Olivia...- el rubio se levantó de golpe y corrió hacia la chica, entrelazando sus dedos con los de ella. -¡Olivia! Cambiemos de lugar.-

La chica abrió los ojos con asombro. -¿cambiar...?-

Oliver asintió frenéticamente. -tu tomaras mi cuerpo y yo me quedaré aquí en el Entre.-

Los ojos de Olivia se iluminaron. -esa es una brillante idea.- susurró. -p-pero...¿cómo cambiaremos de lugar?-

-es fácil, sólo dame tu brazalete y yo te daré el mío.-

-¿brazalete? ¿Qué brazale...?- Olivia miró su muñeca, encontrando una pulsera de goma blanca que decía "Dead" con letras rojas. -ah...este...- la chica lo retiró de su muñeca a tiempo que Oliver hacia lo mismo con el suyo. -¿y ahora qué?- preguntó Olivia cuando ambos intercambiaron de posesiones.

-cierra los ojos y cuenta hasta tres.- contestó Oliver mientras tomaba las manos de la chica.

-bueno...- la castaña cerró los ojos, sintiendo la suave piel del chico sobre sus manos. -uno...-

-un poco más lento...- Oliver junto su frente con la de Olivia, quién logró percibir el delicioso aroma del rubio.

-...dos....-

-nos veremos algún día...Olivia...-

 


-...tres...-

Olivia abrió los ojos de golpe cuando un fuerte olor a hospital y medicamentos inundó sus fosas nasales. El sonido constante de los aparatos lograron despertarle del todo. -¿estoy...en un hospital?-

-¡Oliver!- Olivia giró el rostro levemente, encontrando a una hermosa mujer rubia que la veía con lágrimas en los ojos y una sonrisa consoladora. -Oliver...hijo mío...bienvenido a casa...-

"Así que funcionó...ya no soy más Olivia, sino Oliver...un chico perfecto..."

Sus ojos azules se posaron en la mujer y, con un cosquilleo en el estómago a causa de la felicidad, curveó los labios en una cálida sonrisa.

-hola...mamá...-

 

 

 

 

Notas finales:


¿Y que tal? ¿Os gustó o no?

Se que esta algo drogada la trama pero bueno...todos mis trabajos son así XD y si está muy corto recuerden que esto es sólo la introducción, pronto se vendrá lo bueno y los capítulos estarán más largos ;D

Les aviso que yo soy conocido por tardar medio milenio para actualizar así que estén preparados (no vaya a ser que piensen que me secuestraron o algo así)

Y bueno...nos vemos en el próximo capítulo. ¿Qué pasara con "Olivia" de ahora en adelante? Lo descubriremos después...

Se despide Panda Teme...cambio y fuera.


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