Nuevamente sus ojos se posaban sobre el techo, recién despertaba y se volvía a sentir el mismo, como siempre, nada nuevo, nada especial. YunHyeong se cubría con las sábanas de su cama, era inicios de otoño y la temperatura en las mañanas no eran las más cálidas, extrañamente sonrió al sentir el frío recorrer su cuerpo, desde sus pies cubiertos por sus calcetines hasta sus orejas y la punta de su nariz, amaba tanto el frío como las galletas con leche o café frío.
Nadie entendía muy bien su personalidad, él solía catalogarse como una paradoja viviente; siempre dos universos distintos chocando el uno contra el otro, a veces creía que esas cosas de media naranja o manzana no se aplicaban en él, se sentía raramente completo, pero con la necesidad de compartirlo con alguien.
Pasó a un lado de su viejo uniforme de escuela media, añoraba aquellos momentos en donde todo era relativamente normal, pero nada sería así. Consiguió un trabajo mientras terminaba de decidir qué hacer con su vida, todo era una simple mierda.
Pasó una bufanda alrededor de su cuello, aquella que estaba sobre su oso de peluche blanco, olía a él, a uno de sus amigos, ChanWoo. La prenda le rodeaba su cuello dos veces y cada extremo caía hasta la altura de sus rodillas, amaba esa bufanda, pero aún no sabía si era por el hecho de ser de él o porque siempre había querido tener una igual.
***FlashBack***
—¿Para qué quieres saber cómo me siento? Eso no va a evitar que te vayas, que me dejes…como todos. —ChanWoo le miraba con enojo.
—Pero no quiero que nos alejemos…Además tú siempre. —El más alto le cubrió la boca con dos de sus dedos.
—No sigas, al final te irás y no te quedarías conmigo. —Murmuró con una fuerte mirada.
—Vámonos juntos, entonces. —Susurró, sintiéndose un tonto al escuchar el tono de su voz, tan lleno de esperanza. Una esperanza ya muerta.
—No, yo ya tengo una vida aquí. —Desvió ligeramente su mirada.
YunHyeong se dio la vuelta, tratando de aguantar las ganas de llorar en ese momento ¿Por qué tenía que ser egoísta su amigo de la infancia? aquel que había conocido hace ya una década, le decía adiós para siempre, no era la forma en la que quería que todo terminara. Pero, un jalón en su brazo le hizo girar con brusquedad, y cuando pudo reaccionar estaba ya entre los brazos de ChanWoo mientras éste le besaba, le besaba con desesperación, con necesidad.
Mantenía los labios inmóviles, a sus 21 años era su primer beso de verdad, pensar en ello le hizo sonrojarse y abriendo leve sus labios la lengua del más alto se introdujo, los brazos de ChanWoo rodeaban su cuerpo mientras una fuerte brisa de otoño les soplaba. El más alto abrió la puerta de su casa, estaba vacía como siempre, como siempre la había recordado. Acarició sus muslos y alzó los mismos para que rodearan su cintura, le había cargado sin deshacerse del beso; Cargándole, lo llevo hasta su habitación, en el fondo YunHyeong sabía que no era un error y pudiera ser que para ChanWoo no significara nada, y que nunca lo recordaría o mencionaría, pero para él lo era todo, sería la primera vez que le entregaría todo a alguien, después de todo a alguien que siempre se lo quiso dar.
Puso al más bajito sobre el borde de la cama, quitándole su ropa llenando de besos su piel que era descubierta. YunHyeong no podía sonreía a pesar de querer hacerlo, está era una despedida, sujeto los pantalones del más alto y los bajó, engullendo su miembro con su boca mientras lágrimas caían de sus orbes, no era exactamente lo que esperaba de una situación así, pero no podía evitar sentirse de esa manera. ChanWoo se quitaba el resto de su ropa mientras YunHyeong se quedaba solo con su blanca camisa abierta.
ChanWoo acariciaba su cuerpo con delicadeza, aunque sus instintos le decían que debería salir corriendo de ahí no lo hizo, y se sorprendió ver lo bien que trataba a su amigo, pensó que sería brusco, pero algo lo hacía relajarse, algo que nunca más volvería a sentir.
YunHyeong ahora gemía el nombre de quién fuera su amigo de la infancia, aferrándose a él mientras éste le embestía con fuerza y lentitud, YunHyeong lloraba, sabía que lo hacía porque su corazón se rompía poco a poco, cada vez que se acercaba a su clímax, ChanWoo lo sabía también y sus ojos se cristalizaron viendo de frente a YunHyeong, se veían el uno al otro, gimiendo ante el placer que los envolvía ya no como amigos, sino como amantes.
Las palabras que YunHyeong no se atrevió a decir las guardó al ser besado con suavidad por su amigo, y tal vez nunca las pudiera decir. ChanWoo terminó en su interior y YunHyeong entre sus cuerpos. La tarde había pasado rápido y el sol triste de las tardes de otoño ya no los espiaba, ahora era la luna fría y brillante quien les guardaba su secreto.
Y no sólo fue suficiente una vez para que dejaran de despedirse, tratando de postergar el futuro de ese momento. Los gemidos de ambos se escucharon por cada rincón de la solitaria y fría casa. La cama de ChanWoo se volvió pronto un iceberg mientras otras partes de la casa se derretían; el sofá, el comedor, la cocina o el suelo del pasillo, ambos se habían entregado, ChanWoo había entregado su roto corazón para que lo volvieran a romper y YunHyeong entregaba su todo, sintiéndose más vacío que nunca.
Nuevamente el Sol iluminaba la habitación de ChanWoo, YunHyeong se destapó de las sábanas y se vistió, llorando en silencio mientras agarraba la bufanda de su amigo y la envolvía alrededor de su cuello. ChanWoo le daba la espalda, fingiendo estar dormido mientras la almohada absorbía sus lágrimas. No hizo nada por detenerlo, no hizo nada para evitarlo.
***End FlasBack***
Había pasado ya un mes desde aquel encuentro, ChanWoo nunca más volvió a contactar a YunHyeong y éste dejó de insistir, al final de cuentas pensó que su amigo tenía razón, nada iba a cambiar. Aunque en el fondo sabía que quien decía aquello era ChanWoo y no él.
Tomó las maletas de su madre y de su hermana y se las dio al chofer del autobús, sus padres se habían separado y habían decidido irse los tres a la ciudad natal de su madre, al otro lado del país, aquello no se lo dijo a nadie, sólo a sus amigas más cercanas, las cuales el siguiente mes se iban a ir del país. Empezar desde cero tal vez ya estaba decidido.
Suspirando subió al autobús, poniéndose sus auriculares perdiéndose en un mundo diferente, un mundo al cual siempre podía escapar gracias a la música.
***********
En la entrada de la puerta de la casa de YunHyeong estaba ChanWoo, despeinándose sus cabellos mientras sus lágrimas caían en el asfalto. Había sido muy tarde, y como un tonto no pudo evitarlo. Tiró la rosa blanca a un lado de la puerta, suspirando mientras se quitaba las lágrimas de sus mejillas.