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It's not crazy por RoronoaD-Grace

[Reviews - 236]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Hey, Hola.


¿Qué tal, pastelitos de limón? ¿Cómo les va?


Wujuuu… hahaha, esta vez actualice más rápido. Están felices, lo sé… y me alegro por ustedes.


A las personas que leyeron el capitulo anterior, infinitas gracias, y a quienes me dejaron su hermoso y sensual review: Renard, yamiCHE, Itery, love sasunaru, ana, Small Lady, HiroDUzumaki y sukisasunaru50.  Otros infinitos gracias, me hizo muy feliz saber que les gusto el capitulo. Los amo a todos bellos lectores.


Los personajes no me pertenecen, son del increíble Masashi Kishimoto-sama. Por los posibles horrores ortográficos, dos mil disculpas. Lo reviso siempre, pero ya saben que se me va la onda, y es seguro que más de un par se me fue.


Sin más que decir, excepto que, espero por el ángel que el capitulo sea de su agrado, los dejo leer.

 


GOTAS DE CRISTAL


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Itachi estaba de buen humor.


Había decidido que iría a contarle las buenas nuevas a su madre. Así que, con una bonita sonrisa en sus labios, iba de camino a la floristería. Fue muy agradable para él cuando observo a la persona detrás del mostrador, aun sin ingresar al lugar, y percatarse de que se trataba de cierto rubio. Sonrió de medio lado y se preparo para las palabras cortantes y los «!Hmph¡». Pero lo cierto era que no le molestaba, le indignaba y quizá le gustaba un poco, pero no le molestaba. Era, en cierta forma, agradable observar el rostro molesto de Deidara.


—Hola — saludo, yendo directo al mostrador. Deidara estaba de espaldas, al escuchar el saludo del oji-negro giro sobre sus tobillos rápidamente.


Sus azules ojos lo observaron con seriedad durante unos segundos y luego, para su sorpresa, Deidara sonrió de medio lado. Itachi alzo las cejas notoriamente sorprendido, agradablemente sorprendido, pero entonces frunció el entrecejo, y giro medio cuerpo hacia atrás esperando encontrarse con alguna otra persona, a quien el rubio le hubiera estado sonriendo. Pero no había nadie.


—Hola — correspondió el saludo el oji-azul.


Deidara le estaba sonriendo a él.


—Estas sonriendo — remarco Itachi. El rubio rodo los ojos.


—Que observador — dijo con sarcasmo y volvió a sonreír.


Itachi se pellizco el brazo un par de veces. Dolió, así que no se trataba de un sueño, uno nunca sabia, quizá y se hubiera quedado dormido en el sofá de la sala y no se hubiera dado cuenta. Pero no se había dormido, no era un sueño. El rubio en verdad estaba sonriéndole. Itachi comenzó a observar en todas direcciones: las esquinas, entre las flores y masetas, y hacia el techo.


—¿Qué estás haciendo? — cuestiono Deidara, con una ceja alzada.


—Buscando la cámara oculta.


A Deidara le dio un tic en el ojo izquierdo.


—Te lo propuso Shisui, ¿verdad?


—¿Qué cosa? — el rubio sentía que en cualquier momento le daría un buen zape.


—Ya sabes… que me tomaran el pelo, siendo tu amable.


Deidara puso los ojos en blanco. Luego se llevo una mano a la sien y se masajeo el puente de la nariz.


—Que idiota — susurro, pero Itachi lo escucho y sonrió de medio lado, ¿se consideraba extraño que le gustara que el oji-azul lo insultara?, Itachi pensaba que tal vez si, un poco. El rubio se descubrió el rostro y clavo su mirada en los negros ojos del de coleta baja —. No es ninguna broma, ¿está bien? Solo estoy tratando, en verdad, de ser amable contigo. ¿Es tan difícil de procesar?


Itachi se encogió de hombros.


—Un poco, si.


El rubio Inhalo hondamente.


—Supongo que tienes razón — suspiro resignado —. Entonces, ¿Te llevaras algún ramo, o quizá un arreglo, tal vez una maseta?


Itachi recordó entonces a que había ido en primer lugar.


—emmm, si. Un ramo de rosas blancas.


Deidara asintió, salió de detrás del mostrador, paso junto al oji-negro y fue directo hacia los ramos de rosas que estaban en el lado derecho del lugar, al otro lado habían masetas con flores de distintas clases y colores. A propósito, el rubio tomo el ramo de rosas blancas más bonito, luego fue hacia Itachi quien ya tenía el efectivo en sus manos.


Le extendió el dinero y Deidara lo tomo, pero no le entrego las rosas. Se quedo observándolas durante unos segundos. Itachi lo contemplo a él en silencio.


—Son para tu madre, ¿verdad? — su prima le había hablado acerca de ello. Sus azules ojos se clavaron en Itachi, este asintió.


—Eran sus favoritas.


—El gusto en color de rosas dice mucho de la personalidad de una persona. Estoy seguro que tu madre fue una gran mujer, y una madre dulce y tierna. Maravillosa contigo y con Sasuke y amorosa con tu padre.


Deidara no tenía idea de cuánto le habían llegado sus palabras al pecho, a Itachi. En ese momento el rubio le agrado incluso más de lo que le agradaba ya antes.


—Lo fue — sonrió, y en esa expresión había dolor, pero también había amor y orgullo de hijo —. Lo fue.


El oji-azul sonrió de medio lado. Con esas simples palabras, podía ver cuánto Itachi amo… cuanto Itachi amaba aun a su madre.


—¿Te importa si voy contigo a visitarla?


Itachi se mostro notablemente sorprendido por la petición tan repentina de Deidara. Abrió los labios para decir algo, pero luego los cerro, y desvió la vista. Deidara comprendió ese gesto.


—Disculpa…


—No es que me desagrade la idea — se apresuro a decir —. Es solo que me gustaría estar a solas con ella… hoy.


—Y entiendo, no te preocupes — le sonrió, y se veía muy lindo, pensó Itachi.


—Quizá podemos ir a comer algo después — sugirió —. Claro, si quieres.


Deidara asintió.


—Seria grandioso.


Entonces se observaron a los ojos en silencio. Azul contra negro. Itachi pensó, más que en otras ocasiones, que Deidara enserio era atractivo. Sus cabellos dorados como rayos de sol, entibiaban su pecho. Sus azules ojos como la superficie del océano, lo invitaban a hundirse en ellos. Sus mejillas como frutas prohibidas, le provocaban ganas de acariciarlas. Sus perfectos labios se le antojaron como si se tratara del manjar más delicioso del universo.


Itachi sonrió.


—Entonces — dijo —. Creo que me voy. ¿Está bien si paso por ti a las cuatro?


—Me parece perfecto.


El oji-noche se marcho, no sin antes despedirse. Deidara contemplo su silueta alejarse, hasta que ya no pudo verlo más.


 


Sasuke corrió a través del bosque, directo hacia el claro donde se encontraría con Naruto y estaría Anhelo. Tenía que reconocer, otra vez, que su condición física era un verdadero asco. Cuando llego al claro se detuvo entre los árboles y poyo sus manos en sus rodillas. Jadeaba por la carrera y su pecho se hinchaba una y otra vez.


Ya más calmado, levanto la vista y ahí lo vio. Sonrió sin poder evitarlo, y su pecho se acelero de sobre manera, más que por la carrera.


Naruto estaba sentado en la hierba y su espalda recostada contra el tronque del árbol de hojas violetas. Sonrió cuando sus miradas se encontraron. Sasuke se apresuro a llegar junto a él, el corazón le latía más rápido con cada paso que se acercaba. Hasta que al fin estuvo frente a él. Naruto se puso de pie y se observaron a los ojos. El oji-azul sonrió.


—Hola — saludo Sasuke. Se odio a sí mismo por su tonto y original saludo.


«¿Tres días sin verlo y eso es lo mejor que se ocurrió decir? — se cuestiono a sí mismo —. Menudo idiota».


Naruto no respondió, pero su sonrisa se amplio, mostrando sus blancos dientes y encías. Levanto la mano derecha y la agito en el aire de un lado a otro.


Con sorpresa, Sasuke se dio cuenta que quien estaba frente a él no era Naruto, sino que era Anhelo.


—¿De verdad deseo tanto verlo? — le cuestiono a Anhelo, quien aun tenia la forma de Naruto.


Anhelo se encogió de hombros sin dejar de sonreír, y luego asintió con la cabeza.


Sasuke no pudo hacer más que sonreír.


Entonces abrió los ojos, sorprendido, cuando la imagen de Naruto fue cambiando: sus azules ojos se volvieron negros y sus rubios cabellos azabaches, las marquitas en sus mejillas se esfumaron y el tono de piel pasó de un sutil bronceado, a un tono casi lechoso, y creció varios centímetros. Para Sasuke, fue como si se encontraba en frente de un espejo. Pero sabía que no lo era. Solo era Anhelo transformada en él.


—Esto es extraño — escucho decir a Naruto, tras él.


Sasuke se giro, pensando en responderle que, definitivamente, era extraño observarse a sí mismo. Pero en el momento en el que observo el rostro de Naruto, las palabras se negaron a salir de sus labios, y Anhelo quedo completamente de lado.


Naruto tenía las mejillas sonrojadas, y sus azules ojos brillaban, el cabello dorado se le mecía al chocar el vientre contra este. Parecía brillar.


El rubio aun se encontraba en su hogar cuando vio pasar corriendo a Sasuke. En ese momento el corazón le había dando un brinco en el pecho, y había sonreído de una forma tan hermosa que Sasuke se lamentaría, si se enteraba, por no haberla visto. Rápidamente lo había seguido, llegando un par de minutos después. La sorpresa que experimento cuando vio a Anhelo y observo la forma que tenia, él, se transformo en una sensación cálida en su pecho y en un alocado revoloteo en su estomago. Y sus mejillas se enrojecieron cual luces de neón al comprender que la persona que Sasuke más deseaba ver, era él.


Comenzó a caminar hacia el centro del claro, justo debajo del árbol de hojas violeta y florecillas rosa. No fue tan sorpréndete para el rubio, como lo fue para Sasuke, el momento en el que Anhelo cambio y adquirió la forma del azabache, pues Naruto ya sabía cuánto deseaba ver al oji-negro, y también conocía el porqué de ello.


Lo que le resulto extraño fue verlos. Eran idénticos. Resultaba raro ver rostros tan similares. Aunque también se le acelero el corazón por la doble y atractiva visión.


 El rubio pensó que Anhelo era una criatura muy traviesa. A su modo, estaba dándoles un empujoncito.


«Aquí esta — pensaba Sasuke —. Es él, es él».


No podía quitarle la vista de encima. Se veía tan lindo con sus mejillas sonrojadas y el brillo singular en sus azules ojos. Sasuke sentía ese revoloteo en su interior. Al fin, después de tres días, Naruto estaba ahí, de pie frente a él. Y Sasuke quería abrazarlo contra su pecho y  no volver a soltarlo jamás. Quería monopolizarlo, tenerlo siempre junto a él. Porque era una tortura cuando no podía ver su preciosa sonrisa y escuchar su linda voz.


—Hola — Naruto sonrió.


Y al contrario de lo que había pensado Sasuke de sí mismo, por su tonto saludo a Anhelo creyendo que era el rubio, el saludo de Naruto le pareció de lo más adorable.


—Hola… — le sonrió —. Emm… ¿Cómo has estado?


—Un poco… ansioso — se atrevió a admitir. Le dio a Sasuke una mirada un poco tímida.


—Yo también — se sincero.


El azabache sabía, sin necesidad de que Naruto se lo dijera, que lo había extrañado tanto como Sasuke lo había extrañado a él. Se lo había confirmado el momento en el que Anhelo cambio de Naruto a él. Ambos habían deseado tanto verse. Y lo más importante, Sasuke comprendió que sus sentimientos no eran unilaterales, sino que absoluta y complemente mutuos.


Y eso, eso le lleno el pecho de una sensación de lo más increíble, que si le pidieran que lo explicara, no podría. Pues era demasiado para ser expresado en palabras.


—Lo siento — dijo Naruto. Sasuke se mostro confundido —. Ya sabes, por las cosas que te dije y la forma en la que te saque de mi casa.


—No te preocupes. Lo merecía, estaba siendo un completo idiota.


—Si — Naruto rio —. Pero, ¿Ahora ya no? ¿Ya tomaste una decisión?


—Lo hice.


Naruto inhalo con fuerza, y se tomo unos segundos antes de hablar.


—¿Estudiaras Medicina?


Sasuke sonrió, y el rubio pensó que era una de las sonrisas más bonitas que le había visto. Se veían tan apuesto.


—Sí, estudiare Medicina.


La reacción de Naruto, no fue lo que Sasuke se había esperado.


Creyó que sonreiría y lo felicitaría. Quizá le diera un abrazo o tal vez diera brinquitos por la emoción… pero no fue así.


Sasuke observo cómo, luego de sus palabras, los ojos de Naruto adquirieron cierto brillo cristalino, unos segundos después, una pequeña lagrima le resbalo por mejilla, y luego otra y otra y otra y otra. Las mejillas se le pusieron rojitas y comenzó a sollozar. Su cuerpo se contraía con suaves espasmos, sus labios temblaban levemente y sus lágrimas continuaban empapando sus pómulos.


—Es… estoy m-muy feliz p-por ti, Sasuke — sollozo —. En-Enserio. No t-te preocupes p-por es-esta tonta re-reacción — limpio sus mejillas con sus manos.


A Sasuke, el corazón se le encogió.


—Estuve investigando más — dijo el azabache, sin moverse un centímetro de su lugar —. El mejor plan de estudio es el diario. De hecho, ese debería ser el único plan de estudio. Definitivamente. Pero los en la escuela saben que no todos tienen el lujo de poder estudiar todos los días, además de contar con los recursos suficientes. Por ello, crearon un plan de estudio de tres días: Viernes, Sábado y Domingo, todo el día.


Naruto sabía a donde quería llegar Sasuke. Por ello, no podía verlo a los ojos. Cerró los parpados con fuerza y bajo el rostro. Su cuerpo continuaba temblando levemente. Sus manos se volvieron puños.


—Estudiare esos tres días. Trabajare los siguientes — esta vez se movió. Camino hasta estar a centímetros del rubio, y poso sus manos en los hombros de este —. Será difícil, lo sé. Quizá no encuentre un empleo tan rápido como me gustaría, pero me esforzare, y cuando tengo uno, administrare bien mí tiempo. Voy a continuar viviendo aquí — guardo unos segundos de silencio —. Yo también lo he pensado, Naruto, y no quiero irme. No hay forma de que me vaya.


«Te irás — pensó el rubio —. Lo harás»


Naruto no se movió, no dijo nada. Sasuke comenzó a desesperarse. Quería hacerle entender que no iba a dejarlo otra vez.


Lo atrajo hacia su cuerpo y lo sostuvo entre sus brazos. Naruto recostó el rostro contra el pecho de Sasuke, Sasuke poso su barbilla en la rubia cabeza del oji-azul, y le acaricio los dorados cabellos.


—No te romperé el corazón — susurro.


Naruto apretó los ojos. Luego se relajo, y se permitió corresponder el abrazo de Sasuke. Le subió los brazos por la espalda y se aferro a la tela de su playera.


—No quiero dejarte. Ni a ti ni a este bosque. Todavía tengo mucho que conocer. Y tengo que ganarme la confianza de Kurama.


Se separo del abrazo y le busco los ojos. Naruto no quería verlo. Sus lágrimas continuaban corriendo, escapando de sus ojos cerrados y humedeciendo sus sonrosadas mejillas.


—No me hagas esto, Naruto. Por favor — le sostuvo el rostro con sus manos —. Por favor, veme a los ojos.


Naruto cedió. Lo observo a los ojos, así como le había pedido, y al contemplar esos profundos ojos negros, vio en ellos cuan desesperado estaba porque le creyera. Y Naruto quería hacerlo, quería creerle que no lo dejaría.


Pero lo haría. Sasuke iba a dejarlo.


En su momento no pensó en ello. Se alegro por Sasuke y por lo brillante que sería su futuro. Pero mientras estaba ahí, observándolo después de días de no verse, mientras le cuestionaba su decisión y lo veía sonreír y lo escuchaba hablar y confirmar que si seguiría la carrera que el quería; la realidad le dio un muy fuerte golpe.


Se sintió muy idiota por no haberse percatado de ello antes. Por no haber entendido las palabras, que fueron bastante claras en su momento.


Era inevitable.


Pero no deseaba no haber vuelto a hablar con él y ser amigos de nuevo. Pues si eso no hubiera ocurrido, estaba seguro que Sasuke continuaría con la estúpida idea de estudiar Criminología Forense. Así que no se lamentaba por ello. El tiempo que llevaba conviviendo con Sasuke, había sido maravilloso, y él se había sentido tan feliz por tenerlo otra vez en su vida.


Quería ser egoísta, y por la mirada que Sasuke le estaba dando, sabía que podía serlo. Pero no lo seria.


Sasuke se merecía un futuro brillante, y debía marcharse para ello. Naruto lo entendía, pero eso no significaba que el dolor fuera menos, eso no significaba que su pecho no se sintiera vacio por el hecho de saberlo.


Entonces se decidió.


Crearía recuerdos junto a Sasuke, y estos serian imposibles de borrar de su memoria. Disfrutaría ese tiempo junto al azabache, y no se lamentaría cuando llegara el momento. Incluso si el corazón se le rompía en mil pedazos, estaría feliz por Sasuke.


Sasuke observo su expresión, lo vio relajarse y luego sonreírle. Y sintió que un peso se le cayó de encima. Ahí estaba, ahí estaba esa sonrisa que tanto amaba.


—No me iré — le aseguro. Naruto asintió.


Volvieron a abrazarse. Y fue como si todo el sonido a su alrededor desapareciera. Excepto por los latidos del corazón del contrario. En ese momento solo existían ellos, ellos y nadie más. Solo ellos y sus sentimientos.


Cuando se separaron, se observaron a los ojos durante unos segundos. Ninguno de los dos podía decir con exactitud quien se movió primero. Probablemente ambos al mismo tiempo.


Sus labios se encontraron en un suave y tímido rose. Pero ese pequeño contacto envió descargas que les bajaron por el cuello y recorrieron cada parte de sus cuerpos y almas. Esa era la magia del primer beso.  Y no solo el primer beso entre ellos, sino el primer beso de ambos.


Comenzó siendo solo ese suave contacto. Luego, Sasuke movió lentamente los labios y los separo y acaricio el inferior de Naruto. Pronto, hubo más movimientos por parte del azabache, y Naruto hacia todo lo que podía para seguirle el ritmo. Humo timidez y torpeza. La sensación era algo tan nuevo, pero lo habían deseado demasiado. El pecho de ambos se sentía tibio.


Sasuke lo tomo de la cintura y el rubio enrosco los brazos alrededor del cuello del azabache. Naruto suspiro cuando Sasuke le mordió suavemente el labio inferior, y envió una agradable sensación a su vientre. El oji-azul jugueteo con los azabaches cabellos de Sasuke, y continuo besándolo y disfrutando del precioso momento, de la sensación. De Sasuke.


El oji-negro se aferro a la cintura del rubio y la estrujo. Aumento un poco el ritmo del beso. Los labios de Naruto eran suaves y deliciosos, tan magníficos como creyó que serian. Incluso más. Quizá era demasiado pronto para decirlo, pero ya estaba volviéndose adicto a ellos. Adicto a Naruto.


Cuando se separaron, minutos después, fue a regañadientes, ya que el oxigeno estaba faltándole a ambos.


Sus ojos se encontraron. Noche sin luna ni estrellas, contra cielo completamente despejado.


Sasuke pensó que Naruto era hermoso. Se supone que un hombre no es hermoso, pero Naruto lo era. A Sasuke le encantaba la combinación de cabello dorado, ojos azules y ese sutil bronceado en su piel, era simplemente perfecto. Se pregunto cómo era posible que no haya estado segundo de lo que eran sus sentimientos.


Naruto pensaba que Sasuke era guapísimo. Sus cabellos azabaches y piel pálida hacían un magnifico contraste. Y esos ojos tan negros, como la noche más oscura, eran simplemente cautivadores; te invitaban a perderte en ellos. Y Naruto ya se había perdido desde hacía mucho tiempo en su profundidad.


Ellos se sonrieron, y luego juntaron sus frentes. Sasuke levemente inclinado. Se quedaron así, sin moverse y con los ojos cerrados, solo escuchando sus respiraciones acompasadas.


—Te quiero — susurro Sasuke.


Naruto sonrió. Fue más que hermoso escucharlo de sus labios.


—Y yo te quiero a ti, Sasuke.


Y Sasuke no se había sentido tan feliz desde hacía mucho tiempo.


«Son tan lindos». Dijo alguien. La voz resonó en medio del silencio mental.


«Son perfectos». Dijo alguien más.


«Aqua se va a retorcer del coraje cuando se entere». Aseguro alguien diferente.


«Corrección: se está retorciendo del coraje, justo ahora». Se burlo una cuarta voz.


«Creo que me voy a desmayar de la emoción». Una quinta voz suspiro.


«Yo creo que voy a arrancarle la cabeza de un mordisco a cierto Mocoso». Un gruñido un tanto cariñoso.


Sasuke abrió los ojos ante tanto cuchicheo en su mente. Observo a su alrededor y lo que vio, era algo que no se esperaba que sucediera ese día.


Abrió mucho los ojos por la impresión, y cuando la sorpresa paso, una gran sonrisa se instalo en sus labios.


Cinco pares de ojos estaban puestos en él y en Naruto. Cinco chicas de una belleza impresionante, con piel clara y cabellos largos y ondulantes de diferentes tonos de colores: verde, azul, lila, blanco y rojo.  Sus ojos también eran de diferentes colores: gris, violeta, verde, azul y dorado. Todas tenían la misma estatura, 1: 50 cm. quizá, eran delgas y usaban un vestido color blanco de tirantes muy sencillo, y este les llegaba solo por debajo de las rodillas. Sasuke tono que iban descalzas.


Las cinco chicas le sonrieron a Naruto y a Sasuke. Una de ellas, la de cabello blanco y ojos azules, en verdad se desmayo. La chica de cabello verde y ojos grises, junto con la chica de cabello azul y ojos violeta, la ayudaron a no caer. Mientras que la chica de cabello lila y ojos verdes, continuaba sonriéndoles al rubio y azabache. Por último, la chica de cabello rojo y ojos dorados, negó con la cabeza observando a su amiga peli-blanca.


Naruto sonrió por toda la escena montada, y Sasuke lo observo mientras lo hacía. Jamás dejaría de amar esa sonrisa.


Sasuke sonrió. Sonrió por Naruto y porque esas chicas estaban confiando en él. Sonrió porque estaba feliz. Sonrió porque estaba obteniendo más de lo que había espero. Sonrió porque su vida estaba siendo grandiosa.


«Y tú, ¿Por qué no te dejas ver aun?». Cuestiono Sasuke a la sexta voz.


«Paciencia, mocoso. Confórmate con que no te arranque la cabeza por quitarle la inocencia a Naruto».


«Solo fue un beso. Además, te recuerdo que tú me alentaste a hacer algo respecto a mis sentimientos por él, porque sabias que nuestros sentimientos eran mutuos. Ahora no te andes quejando». Sasuke escucho un bufido. «Quizá quieras hacerte el rudo, y sobreprotector pero… tu en verdad estas feliz por nosotros, ¿Verdad?».


Hubo unos segundos de silencio.


«Mocoso engreído».


En palabras de Kurama, eso fue un sí, pensó Sasuke.


Naruto fue hacia las hadas y ayudo a echarle aire al hada peli-blanca. En todo momento no dejo de sonreír, y Sasuke noto, sorprendido, que él tampoco había dejado de hacerlo. Siempre que estaba con Naruto sonreía con tanta facilidad. Con tanta sinceridad. Con tanto cariño.


Sasuke ya se había decidido. Pero en ese momento se lo prometió a sí mismo.


Nunca abandonaría esa vida, ni por todo el oro del mundo.


 

Notas finales:

Y eso fue todo.

¿Y qué tal?     

¿Qué les pareció?

¿Les gusto?

Cierta personita ya me había preguntado que pasaría si Sasuke estudiaba Medicina. Si se iría o que honda, que como estaba el asunto. Sinceramente, no lo sé, bueno, si sé, pero o les voy a decir XD… SLDFJSLD HAHA… solo diré que no se me asusten, no se enreden la cabeza pensando en cosas malas. Por ahí dije que quería hacer un fic diferente a los que había leído hasta ahora, y que también había escrito… y así lo voy a hacer. Eso quiero, y espero que les siga gustando hasta el final… solo puedo decirles que me gusta hacer sufrir a los personajes y sufrir yo con ellos, pero detesto los finales infelices. El día que escriba un final así, estaré o drogada, o mi otra personalidad que solo desea el mal habrá ganado la partida… hahah, nahh. Por ahora disfruten del momento, ya veremos cómo se soluciona todo. ¿okay?

Confíen en mí.

Por cierto. Para quienes leen también «Corriendo del pasado», mañana subiere la actualización.

Yo espero y el cap si les haya gustado, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un hermoso review, el cual responderé con mucho gusto. Si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber, yo acepto sus review de todo tipo. Solo no me insulten mucho que mi Kokoro es frágil y delicado ante estos.

Hasta la próxima, que el ángel cuide de sus preciosas almas. Besos y abrazos para todos. Se les quiere mucho.

Hasta la próxima.


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