VINCULO DE SANGRE
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Sasuke estaba en su habitación.
En su cama, había varios libros regados aquí y allí. Todos con temas relacionados a la carrera de Medicina. El azabache estaba con la espalda contra el colchón y con uno de esos libros en la mano. Leía con suma atención, comprendiendo las palabras, los temas, y guardándolos en su memoria en un lugar donde no pudiera olvidarlos. En ese cofrecito con información valiosa y muy útil.
Estaba muy concentrado, pero un segundo basto para que esa concentración se viera completamente interrumpida.
Una sonrisa.
Un beso.
Sasuke sonrió sin poder evitarlo.
El libro cayo de sus manos e impacto contra su rostro, pero Sasuke en vez de parecer molesto consigo mismo por tal descuido, no le dio gran importancia. Con el libro cubriéndole los ojos y mejillas, y sin hacer ningún intento por quitarlo, el azabache continuaba sonriendo.
No podía creer que apenas y solo un día había pasado desde que había besado, desde que había probado y saboreado los deliciosos y suaves labios de Naruto… se sentía como si ya hubiera pasado una eternidad.
Si seguía así, no iba a poder estudiar y memorizar bien.
Era simplemente que no podía sacarse de la mente a su rubio por tanto tiempo. Trataba de concentrarse tanto como pudiera, pero esa concentración no duraba demasiado. No podía quitarse la sensación en sus labios, de los labios de Naruto. Y tampoco su rostro luego del beso. Sasuke no lo había visto así antes. Tan lindo. Tan deslumbrante. A Sasuke, el corazón se le había acelerado tanto que creyó se le saldría del pecho.
Habían pasado el resto de la mañana hablando con las hadas, ellas parecían muy emocionadas con su relación. Eran tan pequeñas y bonitas, fácilmente podían confundirse con niñas, y de hecho, Sasuke así lo hizo. Hasta que Naruto le aclaro que eran adultas. Hasta cierto punto, pues parecían más unas niñas traviesas y muy curiosas. Le habían hecho todo tipo de preguntas al azabache, avergonzándolo incluso por algunas un tanto subiditas de tono. La idea que Sasuke había tenido de las hadas se había ido por el retrete. No eran para nada seres dulces o amables. Les gustaba hablar y hablar y saber todo y hacer saber a todos de todo. Hacían bromas pesadas y eran escandalosas.
Pero a pesar de ello. Sasuke no había dejado de sonreír ante sus ocurrencias. Se la había pasado muy bien esas horas en el bosque junto a las Hadas y Naruto. Y por supuesto, también con Kurama. Porque si incluso aun no podía ver su aspecto, el Zorro mágico había estado riéndose en su mente y burlándose de él por las preguntas vergonzosas que le hacían las hadas. Pero Sasuke prefería eso a que le arrancara la cabeza de un por disco por besar a Naruto.
De todos modos, el sacrificio hubiera valido completamente la pena.
Y luego, solo después de un merecido y delicioso almuerzo en casa de Naruto, quien sería una espectacular esposa había pensado Sasuke, este se deleito viéndolo cocinar estaba demás decir; habían ido al centro de la ciudad. A la biblioteca. Y juntos habían buscado los libros que Sasuke necesitaba para estudiar para su examen, el cual estaba a tan solo unos doce días.
Sasuke había investigado los temas a evaluar, pero Naruto no tenía ni idea, así que, en la Sección de Medicina, había estado tomando libro tras libro y se los había mostrado y cuestionado con un carita inocente, si ese libro le era útil.
—No, para nada — le había dicho el azabache, con una sonrisa en los labios.
Claro que Sasuke sabia cuales tomar, pero era divertido ver a Naruto impaciente por encontrar los correctos. Desesperado por ayudarlo. Además de que su expresión era sumamente tierna cada vez que le cuestionaba acerca de un libro. Y el azabache había sentido unas ganas enormes, gigantes, por volver a besarlo. Y lo único que lo impidió fue su celular sonando, en la pantalla se había mostrado el nombre de su padre.
Naruto lo había visto ponerse pálido de un momento a otro. Y le cuestiono cual era el problema.
—Mi padre — fue su respuesta.
El rubio supuso que no era nada común que Fugaku llamara a su hijo. Y cuando lo hacía, no podía ser por nada bueno. Lo vio responder la llamada y luego exhalar con notable alivio, lo observo y escucho sin decir una sola palabra. Después, cuando la llamada finalizo, Sasuke dijo:
—Solo quería saber donde estaba. Salió luego del trabajo y cuando llego a casa no me encontró. Mencionar la biblioteca sin duda me ahorro el interrogatorio del policía malo — y había reído, y Naruto rio con él, porque era hermoso ver a Sasuke reír.
Habían pasado un largo tiempo buscando, bueno, Naruto buscando los libros que le serian de utilidad a Sasuke. Y luego habían vuelto al bosque. En el transcurso del camino, el rubio había sonreído mientras observaba a Sasuke, pues este caminaba a su lado con total normalidad, no intentaba ocultarse o algo similar. Eso hacía que el pecho de Naruto se sintiera muy tibio.
En la mente de Sasuke no había más que pensamientos de su rubio, y su sonrisa. Si estaba junto a él nada más importaba en ese momento. Bueno, eso era algo que no le había dicho al oji-azul, pues estaba seguro que lo golpearía y diría que por ahora lo más importante era estudiar para el examen y luego lo más importante seria los estudios. El asunto, para Sasuke ya no importaba tanto el que su padre descubriera que estaba nuevamente hablando con Naruto, importaba, pero no tanto como al principio, pues ahora estaba completamente seguro de lo que quería y lucharía por ello.
En su habitación, Sasuke quito el libro de su rostro y se incorporo en la cama. Observo los demás libros en el mullido colchón y lo único que abarco su mente fue el recuerdo de cómo habían llegado a sus manos. Naruto.
Una linda sonrisa se formo en sus labios y suspiro.
—¿Es que al fin te pico el bichito del amor?
Sasuke dio un brinco en su cama, por un momento sintió que el corazón se le iba a salir del pecho. Luego de la sorpresa, le dirigió una mirada fulminante a su hermano, este se encontraba recostado contra el marco de la puerta y con los brazos cruzados sobre su pecho.
—¿Es que acaso no vas a dejar la maña de entrar sin tocar la puerta? — reclamo el menor.
—Llevo como media hora tocando la puerta, y como no respondiste, entre para ver si estabas. Y puf, sorpresa, si estabas, entonces te hable, pero no respondías por más que dijera cualquier tontería. Y puf, más sorpresa, solo reaccionaste por la reciente pregunta. Lo cual me hace tener muchas sospechas, y por ello — Itachi sonrió —, repito mi pregunta: ¿Al fin te pico el bichito del amor?
Sasuke se sonrojo levemente. Seguramente Itachi estaba exagerando. No podía creer que no hubiera escuchado la puerta sonando ni a su hermano llamándolo. Aun que, tal vez si haya estado tan sumido en sus pensamientos como para no percatarse de la presencia de su hermano. Ciertamente pensar en Naruto tenía ese efecto.
Ah, Naruto.
—Eeeh… ¿es un sonrojo lo que veo en tus mejillas? — el ojeroso rio pícaro —. Estoy en lo cierto, ¿verdad?
—Cállate, idiota.
Itachi se carcajeo suavemente.
—Como sea. La cena ya esta lista, quiero decir, ya la enviaron del restaurante chino. Padre dice que te apresures a bajar.
—Voy enseguida.
Entonces el mayor se marcho. Y en el instante en el que Sasuke volvió la atención hacia su cama, se percato que no había escondido los libros que había estado leyendo.
Así que era por ello que su hermano había desviado la vista hacia la cama y arqueado una ceja, antes de volver a verlo a los ojos.
¡Rayos!
Se levanto a toda prisa de la cama y tomo los libros en sus manos, los apilo y luego los guardo en una caja en su armario. Fue hacia el cuarto de baño y se remojo el rostro un par de veces. Esperaba que incluso si había intentado ver el titulo de los libros, su hermano no lo hubiera hecho. Aunque, ¡Joder! ¿Cómo no poder leer un titulo cuando estaba con letras mayúsculas y con tamaño de letra número veinte?
Esos últimos días, su hermano se había estado portando bien con él, desagradable en un buen sentido de la palabra. Pero de ahí a quedarse callado y no contarle a su padre que en vez de estar estudiando para su admisión en la carrera de Criminología Forense, estaba estudiando con libros de Medicina, lo dudaba mucho. Se apresuro a bajar hacia el comedor, cuando llego, había varias cajitas aquí y allí con los alimentos que habían ordenado, así como unas sodas, que supuso Sasuke, habían sacado del frigo.
—Buenas noches, padre — saludo el menor, pues solo lo había escuchado llegar una media hora antes, más no lo había visto hasta ese momento. Tomo asiento y mientras lo hacía, dirigió la mirada hacia su hermano, quien torció los ojos hacia adentro, en una especie de burla hacia Sasuke —. Idiota — susurro el azabache, con una sonrisita en sus labios.
Los tres Uchiha comenzaron a devorar los alimentos.
—Por cierto, padre — hablo el ojeroso —, Sasuke estaba estudiando para su examen de la universidad. Es muy aplicado. Tenía unos seis libros regados por toda su cama — en sus labios había un sonrisita.
Fugaku arqueo las cejas, y desvió la mirada hacia su hijo menor.
—¿Por eso fuiste ayer a la biblioteca?
Sasuke apretó los dientes. Lo sabía, ¡Lo sabía!... ese maldito de Itachi si que había leído los títulos. Ese estúpido no podía quedarse callado, siempre tenía que estar buscando la forma en la que su padre se molestara y le riñera. ¡Maldita sea, maldita sea! Pero bueno… ya se había decidido, no iba a echarse para atrás por una pelea con su padre. Nada iba a hacer que volviera atrás. Iba a luchar por lo que quería.
Le dirigió una mirada fulminante a su hermano.
Sabía y entendía que en algún momento tendría que decirle todo a su padre, pero esperaba que ese momento llegara cuando ya tuviera todo solucionado: hubiera hecho el examen, y hubiera consigo empleo y un lugar donde vivir, ahora era demasiado pronto para una pelea con su padre y marcharse de casa. Pero bueno, no podía hacer nada. Quizá era mejor así.
—Sí, fui por ello — respondió al fin —. Yo quiero en verdad estudiar Me…
—Criminología Forense es una muy buena opción, hermanito. Pero si me permites decirlo, creo que sería más provechoso para ti, estudiar Criminalística.
—¿Criminalística? — Fugaku se mostro pensativo —. Ciertamente es una mejor opción, además de que siempre puede haber un puesto disponible para ti. Serias de mucha más ayuda buscando pistas de quien es el ignoto que pasando las horas comprendiendo el motivo para cometer el crimen. No digo que no sea importante, es importante comprender que fue lo que lo llevo a comer un crimen y saber la forma en la que piensa, pero es más importante encontrar al culpable. De nada nos sirve saber que pasa por su mente si no podemos descubrir quién es y detenerlo.
Había estado hablando con Itachi, e Itachi asentía con cada palabra que salía de los labios de su padre.
—¿Qué dices, Sasuke? — cuestiono el de coleta baja —. Aun estas a tiempo de cambiar de carrera.
La mente de Sasuke se había quedado en blanco completamente.
—¿Qué? — respondió. Itachi le sonrió de una forma un tanto vaga. Luego su sonrisa cambio a una un poco ¿tierna? puf, seguro estaba viendo mal. Pero entonces su hermano le guiño un ojo, Sasuke recordó que ese gesto lo hacía cuando ambos sabían algo pero ninguno iba a decir nada.
Ese era su gesto de complicidad.
—Aun estas a tiempo de estudiar Criminalística. Es una mejor opción. Y padre está de acuerdo.
—Criminalística — susurro Sasuke con la vista hacia la mesa. Dirigió la mirada hacia su hermano.
«Tenerlo contento te ahorra un interrogatorio». Estuvo seguro de escucharlo pensar.
—Si — dijo —. Es una mejor opción.
Más tarde, Sasuke ingreso en la habitación de su hermano sin siquiera tocar la puerta.
—Luego no te quejes de que yo haga lo mismo — le dijo Itachi divertido, este estaba recostado en la cama y con el celular en la mano.
—¿Podrías explicarme que es lo que planeas?
Itachi desvió la vista de su celular y clavo sus ojos en su hermano. Sasuke tenía el entrecejo fruncido y se encontraba cruzado de brazos.
—¿A qué te refieres?
—Se que leíste los títulos de los libros, Itachi.
—¿Y que con eso?
—Has estado comportándote muy extraño estos días — más que molesto, en ese momento parecía confundido —. Y en vez de carcomerme la mente pensando en el porqué de ello, decidí aprovechar que volvía a tener un buen hermano. Pero luego de lo de hoy… ¿Qué estas planeando contra mí? ¿Por qué haces esto? ¿Es que piensas que puedes chantajearme y utilizarme a tu antojo? Te lo digo desde ya, no vas a lograr nada, ya decidí que me enfrentara a mi padre, y no me voy a intimidar por hacerlo antes de lo previsto — caminaba de un lado hacia otro en la habitación, haciendo ademanes —. Yo entiendo que me detestas, se que lo merezco. Pero ya estoy cansado de esto, Itachi. No pienses solo en lo que tu estas sufriendo, piensa en lo que yo estoy pasando, piensa en cómo me siento y no solo en ti… esto es tan difícil para ti como para mí.
Itachi se levanto de la cama y fue hacia su hermano. Se quedo de pie frente a él, impidiéndole seguir moviéndose de un extremo a otro.
—No solo era tu madre, Itachi, también era la mía. Y la amaba tanto como tú —. Itachi tenía los ojos fijos en su hermano. Sasuke se veía tan frágil en ese momento, como si estuviera a punto de llorar.
El de coleta poso su mano sobre los cabellos de cacatúa de Sasuke.
—Lo sé, Sasuke. Créeme que pienso en ti, y por eso hago lo que hago. Y si, leí los títulos, por eso no le dije a nuestro padre. Todo este tiempo he pensado en ti. Pero ahora sé, gracias a cierto «ángel», que he hecho la cosa mal, terriblemente mal. Y por ello te pido perdón… perdón hermano, por como he sido todos estos años, por cómo te he trato. Pero te prometo que ahora será diferente, y cuentas con todo mi apoyo para la carrera que quieres estudiar, por ahora hay que tener a nuestro padre contento, así no te molestara, te permitirá arreglar todo hasta el momento de enfrentarlo, y también te prometo que yo estaré ahí contigo, apoyándote.
Acaricio los cabellos de su hermano y le sonrió. Sasuke no podía quitarle la vista de encima. Era tan increíble lo que acaba escuchar decir a Itachi.
—¿Me crees?
Pero a pesar de ser increíble, Sasuke le creía.
—Te creo.
Itachi atrajo a su hermano y lo acuno en sus brazos. ¡Vaya! Era magnifica la sensación de tener a su hermano completamente de vuelta. No solo para Sasuke, sino también para Itachi. Al fin eran otra vez los unidos hermanos Uchiha. Sasuke sonrió. Luego de unos segundos, se alejaron.
—Solo te pido algo — dijo Itachi y parecía un poco nervioso.
—¿El qué? — cuestiono con seriedad.
—amm… ya no… ya no me condenes con tus amigo. Sé que hablas con ellos de todo lo que yo te he hecho y está bien, son tus amigos, pero ya no me crucifiquen en sus mentes.
Sasuke se carcajeo levemente.
—No preguntare como supiste, pero ¿no me digas que los coqueteos con Sakura iban en serio? Porque déjame decirte desde ya, que eso jamás va a pasar. Podre de ti, que te ha picado el bichito del amor y no puedes ser correspondido — se burlo.
Itachi puso los ojos en blanco.
—Claro que no, se le ve lo lesbiana a Kilómetros de distancia — Sasuke abrió los ojos por la sorpresa e incredulidad de que su hermano supiera lo que se supone, era un secreto. Itachi rio —. Soy bueno observando y atando cabos, hermanito. Y molestaba solo por eso, molestar — respondió a la pregunta silenciosa que le hizo su hermano.
—Entonces ¿Quién es? ¿Ino? Si es ella entonces sabes que ella y Sakura so…
—Son pareja, si.
Sasuke entrecerró los ojos y observo la expresión en el rostro de su hermano. Estuvo pensativo durante un par de minutos. Entonces, algo hizo «Click». Alzo las cejas y luego una carcajada se escapo de sus labios. Itachi frunció el entrecejo.
—¿¡Es por eso que hablabas con él!? — cuestiono Sasuke entre risas —. ¡Hermano, estas jodido! — se doblo por la risa mientras se sostenía el estomago —. Muy tarde me dices que no le hable mal de ti, ya lo hice y te detesta… ¡Que lo siento!... te odia enserio, quiere verte sufrir por cómo has sido conmigo, jamás te hará caso, nunca, ni por nada del mundo — echándole más leña al fuego —. Nop, jamás, jamás… jamás…
Itachi estaba mordiéndose el interior de ambas mejillas. En parte porque le molestaba que Sasuke se riera de su desgracia y en parte porque era agradable ver a su hermano reír de esa forma.
—Me ha contado que ha hablado contigo y te ha tratado mal — continúo Sasuke —. ¿Es que acaso eres masoquista? — Más que pregunta, era una afirmación —. Nunca me espere eso de ti, ¿eh? Quien lo iba decir, mi hermano el masoquista. No creí que te gustara que te trataran rudo, Itachi. La imagen que tenia de ti se desquebrajo y se fue por el retrete. Que decepción, que decepción — negó con la cabeza.
El ojeroso trabo los ojos.
—No es lo que estas pensando. Ayer fuimos a dar una vuelta y a comer algo. Yo solo quiero que seamos amigos.
—Sí, aja… y a mí no me gusta Naruto.
Lo dijo sin pensarlo, y al instaste de que salieron las palabras de sus labios, se puso pálido.
Itachi alzo las cejas con una sonrisa burlona en su rostro.
—Vaya, vaya… ¿Es acaso el mismo Naruto que yo estoy pensando? — por supuesto, Itachi sabia de sobra que era el mismo Naruto. Pero su hermanito no tenía idea que habían estado hablando. Y por ahora no quiera comentar nada acerca de ello —. Has estado viéndolo de nuevo, ¿Verdad? — su burlo.
Sasuke se mordió el labio inferior. Joder, ya la veía, Una semana completa de burlas. Y percatarse de ello fue gratificante, pues significaba que su hermano en verdad estaba de vuelta.
—Si tú no mencionas nada de Naruto, yo no menciono nada de Deidara — su hermano lo pensó unos segundos.
—Hecho.
En casa de Ino, Sakura dio un gritito.
—¡Hasta mucho te habías tardado! — dijo Ino.
Sasuke había estado leyendo un par de horas la noche anterior, y todo la mañana siguiente, así que, después de medio día, decidió ir a visitar a sus amigos.
Cabe decir que iba con expresión soñadora de un idiota enamorado, y por supuesto, eso no paso desapercibido para ninguna de las chicas y Deidara. Lo interrogaron, y este se negó a hablar. Entonces en un momento confuso, Sasuke llamo a Deidara, «Naruto». Y los chicos supieron que, si se confundiera de nombre era algo, uf, serio. Como el azabache se negó a hablar, ellos comenzaron a crear una historia de lo que pudo haber ocurrido, y cuando las cosas se pasaron completamente de tono, Sasuke no tuvo más opción que contar lo que en verdad había sucedió.
—¿Y cómo estuvo? — quiso saber la peli-rosa —. ¿Hubo lengua? ¿Manoseo suave? ¿O un full pack manoseo súper extremo?
Sasuke puso los ojos en blanco.
—Por supuesto que hubo — aseguro la rubia —. Ahí donde se ve, te aseguro que Sasuke es bastante lujurioso y atrevido.
—mmm, no lo sé — hablo Deidara —. Me parece más del tipo coqueto pero tierno, y eso lo vuelve más atractivo… así como a su hermano.
Tres pares de ojos se posaron en él.
«Mierda — pensó Deidara —. Me eche la cuerda al cuello yo solo». Él y su bocota que pronuncia palabras sin siquiera pensarlas antes. Y entonces sucedió algo sorprendente…
Sasuke sonrió burlón.
—Es curioso, ¿Sabes? — Dijo el azabache —, que pienses que mi hermano es atractivo, cuando hace unos días lo detestabas — y fue su turno de vengarse por las historias que le estaban inventando —. Anoche estaba hablando con él, y me dijo algo muy interesante, pero no me dio detalles, así que tuve que usar mi intelecto y recrear la historia con tan pocas pistas — hizo un gesto de superioridad, fingida claro —. Me sorprendió bastante, ¿Sabes? Por lo que pude conectar, le gusta que lo traten rudo… no creí que tuviera ese tipo de fetiches, y mucho menos tu, Deidara. Y claro que me sorprendió que se tratara de ti de quien hablaba, pero oye, ¿Quién soy yo para juzgar? Solo digo que, no pensé que fueran ese tipo de personas en la cama. Pensé que mi hermano era como tú dices, coqueto pero tierno. Me parece que toda la culpa es tuya, tu lo llevaste al mundo del amo y sumiso con tu forma de tratarlo. Esta completamente ensanchado en ese mundo, hasta se sonrojo cuando me hablo de lo que sucedió entre ustedes, bueno, los vagos detalles que me dio… y parecía tanto desear que volvieron a salir.
Sakura tenía la mandíbula dislocada por la sorpresa de ver a Sasuke reír de esa forma, y por la información rebelada. Ino tenía los ojos abierto como platos y ambas manos cubriendo sus labios completamente abiertos, por los mismos motivos que Sakura.
Y Deidara, él estaba rojo, aunque no se sabía si era por la vergüenza de imaginar lo que Sasuke, obviamente se estaba inventando, o por la cólera, de que se inventara toda una historia de fetiches locos de él con Itachi.
—¡Eres un idiota, Sasuke! ¡Nunca ha pasado nada entre nosotros! — volteo a ver a su prima y novia de esta —. ¡Es mentira! ¡Se está inventando todo! ¡Es un idiota que solo está intentando desviar la vista de lo que sucedió entre él y Naruto, y me la quiere enviar a mí! — Dijo solo palabras al azar, pero luego de pronunciarlas tuvieron mucho sentido para él —. ¡Eso es! ¡Maldito bastardo, solo quieres desviar la atención de ti!
Estaban en la habitación de Ino, las chicas en la cama de la rubia, Sasuke sentado en el suelo y Deidara en una silla. En ese momento, el rubio de media coleta se lanzo sobre Sasuke y lo acribillo con una almohada. Por supuesto, esto no le hacía nada a Sasuke, más que provocarle risa y por tanto, dejar aun mas impresionadas a Ino y a Sakura.
Luego de unos minutos de golpes sin efectos, Deidara se rindió y se quito de encima de Sasuke, el continuaba burlándose, y las chicas, los observaban con una sonrisa un tanto dulce, algo ya de por sí muy extraño.
Deidara estaba sonrojado. Y Sasuke al ver en el estado en el que se encontraba, dejo de sonreír y se disculpo.
—Ustedes empezaron — se defendió el azabache. Y con esas palabras, la rubia y peli-rosa supusieron que todo era mentira, sin saber que no era del todo una invención.
—Sí, lo siento — dijo el rubio.
Ino y Sakura querían hablar, interrogar el porqué del cambio en Sasuke. Jo, nunca lo habían visto sonreír de esa forma y parecer tan feliz, era obvio suponer que Naruto tenía algo ver pero, ¿en verdad le hacía tan feliz haber besado al loquito? ¿No había algún otro suceso que había ocurrido?
—Me doy cuenta — hablo la peli-rosa —, que cuando mencionaste a tu hermano no lo hiciste con reconocer, sino con mucho aprecio.
Sasuke sonrió de medio lado.
—Si bueno… tuvimos una charla — y procedió a contarles todo lo que había sucedido la noche anterior. Así como su decisión de estudiar Medicina, de lo cual sus amigos, no tenían ni idea. Bueno, al menos las chicas. Después del relato, Deidara sonrió.
—Ya veo — dijo.
—Todo lo cuentas es tan repentino — comento Ino y Sakura la secundo.
—Pero me alegro por ti, Sasuke — hablo la peli-rosa —. Sabemos cuánto quieres a tu hermano. A pesar de lo idiota que se comportaba.
—Si — sonrió de medio lado.
Luego de ello continuaron conversando de tonterías. La tarde transcurrió de prisa y cuando menos se dieron cuenta, ya era de noche. Sasuke se marcho y al llegar a casa, saludo a su hermano y luego fue a su habitación a continuar estudiando hasta que fuera hora de cenar y luego continuar estudiando antes de dormir.
—Tengo que concentrarme — se dijo a sí mismo, y uso todo de él para no pensar en Naruto.
Lo cual no funciono, claro.
Más tarde esa misma noche.
—Por primera vez en todos estos años — dijo Naruto, se encontraba desparramado en su cama, había llegado hacia unos quince minutos del trabajo —, odio no tener un celular.
«Pues compra uno».
Naruto tenía la mirada fija en el apenas visible techo de su habitación, ya que esta estaba en penumbras, pero sabía que el zorro estaba desparramado en el suelo de madera de esta misma.
—Pero, es un desperdicio de dinero. No lo usaría para nada.
«Entonces, ¿Por qué te quejas?»
—Bueno… porque me gustaría poder hablar con Sasuke por algún medio. Es tan tortuoso solo vernos de vez en cuando — Sasuke le había dado la solución. Que él lo iría a traer todas las noches a su trabajo y luego lo acompañaría a su hogar. Incluso si eran solo unos cuantos minutos, podrían hablar. Pero Naruto se había negado, había ocasiones en las que salía muy noche, y además, por ahora quería que Sasuke se concentrara en estudiar para el examen de la próxima semana.
Acordaron verse en los días de descanso de Naruto, y cuando solo tuviera medio turno en el trabajo, o cuando algún compañero pidiera cambio de turno.
«Pues compra un celular y ya».
—mmmm — Naruto hizo un puchero —. No quiero.
«Entonces no te quejes».
Naruto volvió a hacer otro puchero.
—Es que… un celular es tan común. Pensar en la posibilidad de conversar con Sasuke por medio de uno, me emociona y baja la moral. Hacer algo tan común como hablar por celular con Sasuke es… no sé. Quiero pero no.
Suspiro hondamente. Kurama se sintió capaz de golpear a Naruto en ese momento. Entendía a que era lo que se refería pero, ¿Enserio? Debería ser capaz de conformarse con hablar con él y no andarse con lujos. Ese mocoso.
—Quiero Hablar con Sasuke con algo que sea único y especial… solo de nosotros dos. Pero también siento que es una tontería y que tan solo con hablar con él ya debería ser algo único y especial, sin importar el medio. Aun así… aahh. ¿Entiendes?
Vaya que Kurama sí que lo entendía.
«Quizá y pueda tener la solución a ese dilema tuyo».
Naruto se incorporo de golpe en la cama. La habitación estaba a oscuras, así que solo fue capaz de distinguir la gran y esponjosa silueta de Kurama.
—¿¡Lo dices enserio!? — se mostro más que emocionado —. ¿Harás tu magia de Zorro mágico? — sonrió.
«No, para nada. Para lo que quieres necesitamos a alguien más, con otro tipo de magia. No mi magia, ni la de la de las Hadas o de las ninfas. Ya que esta magia es suave y un poco débil».
El rubio alzo las cejas en un gesto inocente.
—¿Y qué tipo de magia seria esa?
«Vinculo de sangre».
—Oh… entiendo — esa alegría de hacia unos minutos desapareció completamente. Su expresión se entristeció —. Supongo que es imposible.
«Por supuesto que no lo es».
—La magia de tipo Vínculo de Sangre, crea una conexión entre dos personas. Es como el matrimonio… para toda la vida, ¿No?
«Si».
—Entonces sí que es imposible. Sasuke, él… llegara un momento en el que tendrá que Marcharse.
Su voz sonó tan triste, que Kurama quiso golpear a Sasuke por ser el culpable de dicha tristeza. Pero, en realidad, Sasuke aun no había hecho nada para merecer se golpeado. Aun no se había ido y abandonado a Naruto. Lo que significaba que existía la posibilidad de que esto no sucediera.
Kurama no dijo nada. Sabía que en ese momento no había nada que pudiera decir que pudiera calmar el dolor en el pecho del rubio. Pero sin duda, si que podía hacer algo para que sus temores no se volviera realidad. Kurama sabía que si Sasuke se marchaba no solo Naruto sufriría, sino también Sasuke mismo.
Y Kurama no iba a permitir que ellos sufrieran.