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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

¡Hey, Hola!


¿Qué tal, pastelitos de limón? ¿Cómo les va?


Sdfas{glk{dsgkaeo como dije en la última actualización de «Corriendo del pasado», aquí estoy con esta actualización de veinte hojas de Word… ñslkdj uff.


A las personas que leyeron el capitulo anterior, infinitas gracias, y a quienes me dejaron su hermoso y sensual review: sukisasunaru50, Itery, HiroDUzumaki y love sasunaru. Otros infinitos gracias, me hizo muy feliz saber que les gusto el capitulo. Los amo a todos bellos lectores. Gracias por tenerme paciencia.


Los personajes no me pertenecen, son del increíble Masashi Kishimoto-sama. Por los posibles horrores ortográficos, dos mil disculpas. Lo reviso siempre, pero ya saben que se me va la onda, y es seguro que más de un par se me fue.


Sin más que decir, excepto que, espero por el ángel que el capitulo sea de su agrado, los dejo leer.

 

DESVANECIÉNDOSE

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Sasuke sentía que si no tomaba por lo menos una gota de agua en los siguientes segundos, se moriría de la sed.

—¿Ya casi llegamos? —cuestiono.

—Ya casi.

—Dijiste eso hace como veinte minutos.

—Lo dije hace dos minutos… no seas impaciente — Naruto se burlo.

—Es que llevamos como dos horas caminando y me estoy muriendo de sed — se defendió.

El rubio juraría que por un instante, Sasuke había hecho un puchero.

—Solo ha pasado media hora — rio —. Que pésimo aguante tienes.

El azabache desvió la vista. Naruto fue capaz de notar como sus orejas estaban rojas debido a la vergüenza.

-No te preocupes. De verdad, ya casi llegamos. Cuando estemos ahí, podrás beber toda el agua que desees.

—… Si tú lo dices.

Claramente, Sasuke nunca había estado en esa parte del Bosque, pues los únicos lugares que había visitado, era la caída de agua donde estaba Aqua; el claro donde estaba Anhelo, y el lugar donde Vivía Naruto… el camino por el que iban era completamente desconocido para él. Y sentía que en verdad nunca llegarían a su destino.

En ese lado del bosque, los arboles estaban más juntos los unos con los otros, y los follajes se volvían a cada paso más espesos, excepto por el camino en el Naruto guiaba al azabache. De hecho, Sasuke había notado hacia unos minutos, que los troncos comenzaban a formar una hilera a ambos lados de por donde caminaban, y entre mas avanzaban por dicho lugar, estos iban acercándose más y más en las copas; entrelazando sus ramas y hojas y curvando los troncos hacia adentro, formando así una especie de arco. El azabache sospechaba que el lugar al que se dirigían seria hermoso. Por supuesto, no iban a ver a otro que el Guardín del bosque. Claro que tenían que ser un lugar digno te tan impresionante criatura, aunque no tenía ni idea de cómo se veía dicho Guardián.

Naruto no quería decirle nada. El oji-azul estaba seguro que el guardián se dejaría ver por Sasuke y quería que la impresión de este fuera tal, que Sasuke se quedara sin palabras… no quería que ya tuviera de una idea de cómo se veía y que no se sorprendiera tanto.

Y sucedió que, de repente, los murmullos en su mente se silenciaron por completo, Sasuke lo noto al instante de ello. Volteo a ver a Naruto, este caminaba de lo más normal, sin dar importancia a ello.

El azabache decidió que tampoco debía de darle tanta importancia al silencio repentino, así que no dijo nada y continúo caminando.

Pero entonces, los murmullos volvieron de golpe, sobresaltándolo. Los susurros fueron subiendo de tono a cada segundos… estos se intensificaron al punto de incluso marearlo. Sasuke se soltó de la mano de Naruto, quien había estado entrelazando sus dedos con los de él, y se cubrió los canales auditivos en un intento de que el bullicio en su mente menguara un poco, por supuesto, no se trataba de un sonido que llegara a sus oídos, si no directamente a su mente.

Sasuke hizo una mueca, la cabeza estaba doliéndole. Se detuvo de su caminata y se doble un poco debido al dolor.

—¿Estás bien? — cuestiono Naruto, preocupado.

—Las voces — susurro Sasuke —, son muy fuertes.

—¿Voces?

—¿No las escuchas?

Naruto negó con la cabeza.

—No, Sasuke… justo ahora, no escucho nada. De hecho, el bosque esta en completo silencio.

Los negros ojos de Sasuke observaron al rubio. A Naruto se le encogió un poco el corazón al ver que el azabache estaba sufriendo. El azabache cerro los, y a pesar de lo mucho que estaban lastimándolo las voces, inhalo y exhalo repetidas veces.

«Está bien, están bien — se dijo a sí mismo —. No entres en pánico, concéntrate. Trata de enfocarte en un solo sonido y no todos a la vez. Tu puedes — se alentó —. Tu puedes, así no lastimara».

Entonces, repentinamente, las voces callaron.

Sasuke pareció momentáneamente perplejo. Abrió los ojos y parpadeo repetidas veces antes de erguirse. Sus irises se pasearon a ambos lados del camino. No veía nada, ninguna silueta, y como dijo Naruto, tampoco escuchaba nada ahora. Ningún murmullo o risitas. ¿Sera que se habían adelantado?

—¿Qué sucede? — la voz del rubio hizo que dirigiera la vista hacia él. No dijo nada, solo lo observo a los ojos —. Sasuke, ¿qué sucede?

—Nada — respondió al fin. Naruto lo observo dudoso.

 —¿Y las voces?

—Ya no las escucho.

Los azules ojos del rubio lo escrutaron durante unos segundos. Por su postura y expresión era obvio que, en verdad, las voces habían desaparecido. Naruto Intento no sonreír, pero se le escapo una pequeña curva en los labios. Se dio un zape mental, no debía dejar que su expresión lo delatara; comportarse como si no supiera que ocurría era parte de la visita al Guardián. Pero es que, ¡estaba feliz! Las cosas iban por buen camino.

«Lo primero ya esta». Pensó alegre.

—Si todo está bien, entonces es mejor que continuemos — dijo.

Sasuke asintió. Volvió a tomar a Naruto de la mano, y dejo que este lo guiara por el camino. Mientras continuaban caminando, Sasuke paseo la vista por los costados. Lo único que se veía ahora era troncos de árboles a centímetros del otro, y las ramas de estos ya estaban completamente formando un arco sobre sus cabezas. El camino estaba alfombrado gramilla, por hojas verdes y secas, y algunas florecillas silvestres a los costados. Además, también noto que no solo los susurros y risitas habían dejado de escucharse en su mente, sino que, de hecho, solo eran Naruto y él yendo por el camino. Nadie los seguía.

—¿Estas nervioso? — cuestiono Naruto luego de un par de minutos de continuar caminando. Notaba como la mano de Sasuke estaba húmeda.

—No — dijo el azabache de forma automática —. Es decir, tal vez un poco… si.

Naruto rio suavemente.

—No tienes porque estarlo. No va a comerte… eso creo.

—Oye… eso no es alentador para nada.

—Hehe, solo bromeo.

Sasuke lo observo con los ojos entrecerrados. Se encogió de hombros, si Naruto lo decía era porque era cierto. No tenía nada que temer.

—¿Cómo es el guardián? — Cuestiono.

—Ya te dije que no voy a decirte.

—No me refiero a físicamente… si no a su forma de ser.

Naruto sonrió ante la pregunta. Había muchas cosas que podía decir del guardián para describir lo maravilloso que era, pero todas las palabras se quedarían cortas. Busco en su mente la mejor manera de que Sasuke entendiera la clase de ser que era.

—Es… — Una imagen vino a su mente-, como un padre. Como un hermano. Como un amigo… lo es todo a la vez. Es alguien que quiere protegerlos a todos, que sonreían y sean feliz. Siempre está pendiente de todos, pero dándoles el espacio que necesitan. Y si en algún momento acude alguien a él, en busca de quien escuche lo que le atormenta, o consejos, siempre tiene tiempo para ese alguien… sin importar quien sea. Es bondadoso y su sola presencia da paz.

Sasuke observo el rostro del rubio. Sus ojos parecían iluminarse con cada palabra que salía de sus labios. El azabache no pudo evitar que una sonrisa se formara en sus labios. Se sentía feliz de que Naruto no haya estado solo luego de la muerte de sus padres.

«Tuviste tanta suerte — pensó —. Estando rodeado de seres magníficos que fueron y son tan buenos contigo».

—Suena a que es alguien grandioso — dijo. Naruto clavo sus azules ojos en el.

—Lo es — respondió, sus labios se curvaron en una sonrisa que Sasuke pensó, era de lo más hermosa.

—Quiero ser capaz de verlo. Quiero ser capaz de ver con mis propios ojos, todo lo que tú has visto. Quiero ser parte de esto. Quiero hablar con todos los que estuvieron contigo y agradecerles por haber estado ahí, por haberte cuidado… — frunció el entrecejo, molesto consigo mismo —. Quiero pedirles perdón por negarme a creer antes en su existencia.

Naruto se detuvo, sorprendiendo momentáneamente al azabache, luego de que la sorpresa pasara, el rubio dio medio giro y quedo frente a frente con el más alto. Le sonrió. Se acerco hacia él y se puso de puntillas, sus labios hicieron contacto con los de Sasuke durante unos segundos, un contacto suave y tierno.

—Lo veras — seguro el oji-azul —. Vas a verlo, vas a ser parte de esto.

—¿Cómo lo sabes? — sus negros ojos lo observaron con duda —. Yo no estoy tan seguro de que puedan creer que soy de fiar. Por mucho tiempo tuve dudas y trate de engañarme a mí mismo. Tuve miedo y por ello negué todo en lo que tú crees, los negué a ellos. Por miedo y auto-castigo… yo no confiaría en mí, si te soy sincero.

La ternura que los ojos de Naruto desbordaron hizo que Sasuke se sintiera desconcertado.

—¿Tienes miedo ahora? —su voz fue dulce, y en sus labios se dibujo una suave sonrisa que hiso que el corazón de Sasuke revoloteara en su pecho.

Sasuke se tomo unos segundos para responder, no porque dudara, sino porque ahora le parecían estúpidos sus miedos y todo el tiempo que había vivido engañándose a sí mismo como una forma de tortura.

Sonrió.

—Si tengo miedo — aseguro —. Pero no miedo a lo que los demás piensen de mí, eso ya no me importa, sino que tengo miedo a que el Guardián crea que no se puede confiar en mí. Pero entendería si no me permiten ver realmente todo lo que tu vez, ya que pensaba muchas tonterías y te deje solo por tanto tiempo. Aun así, continuare creyendo en todo lo que tú ves, porque ahora no tengo dudas. Y sé es magnífico, y que podría robarme el aliento… y tengo que confesar, si me permiten ver, quizá en verdad no sea como yo espero.

Naruto arqueo las cejas, sorprendido.

—¿Piensas que será magnifico al punto de robarte el aliento, pero lo cierto es que no crees que sea como esperas? — el rubio se cruzo de brazos, completamente indignado —. Harás que te golpee — y estaba dispuesto a cumplirlo, pero la sonrisa que se formo en los labios de Sasuke, hizo que solo fueran palabras y no hechos.

—Exactamente. Porque creo que será tan maravilloso que incluso no puedo imaginármelo, y por ello, no será como yo espero, será mil, o dos mil, o tres mil veces mejor. No tengo idea, solo sé que será… que será fantástico y fuera de mi imaginación.

El oji-azul se mordió el labio inferior. ¿Y Sasuke pensaba que el Guardián no iba a confiar en él? Si se le notaba a kilómetros lo brillante que era su aura.

—Sigamos — dijo Naruto. Sasuke le sonrió y luego asintió.

Se volvieron a tomar de la mano y continuaron su camino.

Pero ni dos pasos dieron cuando Sasuke se quedo inmóvil, dos segundos después, sus piernas se doblaron y el callo de rodillas en la gramilla.

—¡Sasuke! — le llamo Naruto —. ¿¡Que sucede!?

El azabache no pareció escucharlo, y si lo hizo, no dio señales de querer responder. Su vista parecía perdida en algún punto del infinito, observando todo y nada a la vez. Estaba inmóvil y de sus labios no salía ningún sonido.

Naruto lo observo, se había arrodillado frente al azabache. Inhalo hondamente y luego se puso de pie, dio un paso hacia atrás y espero.

«No vayas a asustarte, Sasuke… todo está bien».

Sasuke sentía todo su cuerpo pegado al suelo, su visión estaba distorsionada y sentía que los ojos le ardían al punto de que en vez de derramar lágrimas, lloraría sangre. Sentía que todo daba vueltas, pero él estaba tan unido al suelo que incluso el mundo podía ponerse de cabeza y el continuaría están en el mismo lugar. Veía siluetas hechas de luz blanca, destellos multicolores y figuras que cambian de forma y color a cada segundo, sentía que quería devolver todo lo que habían comido en el desayuno y almuerzo por lo terriblemente mareado que se sentía.

Por unos segundos sintió miedo, pero intento concentrarse, se dijo a si mismo que no tenía nada que temer.

Al enfocarse en todo al mismo tiempo, su vista lo traicionaba haciendo que se le revolviera el cerebro y le doliera la cabeza. Se fijo en un punto en específico, una silueta de luz dorada que parecía estar justo detrás de todo lo demás, sonriéndole. Se centro en ella y en la tranquilidad que transmitía.

Y entonces todo a su alrededor fue recuperando su forma original, las siluetas de luz blanca comenzaron a desvanecerse, los destellos desaparecieron y las figuras cambiantes poco a poco dejaron de ser visibles… solo algo permaneció, solo la silueta dorada que le sonreirá. El verde de las hojas de los arboles volvió, así como el de la gramilla, los troncos y todas sus ramas, también las florecillas a los costados, y las hojas secas en el suelo.

Allí estaba otra vez el camino por que el caminaba junto a Naruto. Por fin, la silueta dorada también comenzó a perder el dorado y otros colores se unieron: el sutil bronceado de una piel, el azul de un jean, el naranja de una playera, el rubio de unas hebras, el azul cielo de un par de ojos, el blanco de una sonrisa.

—Naruto — dijo Sasuke.

La sonrisa de Naruto se amplio, volvió a acercarse a Sasuke y se acuclillo para estar a su altura.

—¿Estás bien?

Sasuke asintió.

Volteo a ver a su alrededor, aun algo mareado. Luego volvió la vista hacia el rubio. Intento ponerse de pie él solo, pero necesito de la ayuda de Naruto.

—¿Puedes caminar?

—Si…

Naruto sonrió.

—Bien, entonces continuemos. Estamos por llegar.

A paso lente, Sasuke camino junto al oji-azul, nuevamente tomados de las manos. Lo observo unos segundos, y al ver la sonrisa en sus labios, supo que sabía que estaba sucediendo. Al principio pensó que lo de las voces había sido un momento extraño, o alguna broma de ciertas criaturas, pero ahora lo de las siluetas y todo lo que había visto antes ya le daba más que pensar. Algo estaba pasando allí, y Naruto sabía que era. Pero por su silencio y esa sonrisa, deducía que no era algo malo en realidad.

Decidió no cuestionar nada. Confiaba en Naruto.

—Bien, ya estamos aquí.

El rubio se detuvo. Eso y la declaración del chico, hicieron que Sasuke fijara sus ojos en lo que yacía justo frente a él.

Parecía una cortina hecha con hileras de hojas muy pequeñitas.

—¿Es aquí? —Cuestionó Sasuke clavando sus ojos en los ojos de Naruto.

—Sí, justo al otro lado.

El corazón de Sasuke golpeteo contra su pecho. Un escalofrió recorrió su espina dorsal. Sus manos comenzaron a sudar y temblar un poco.

«Esta tan nervioso». Pensó Naruto.

—¿Vamos ahora, o esperamos unos minutos?

Sasuke negó con la cabeza.

—Vamos ahora.

—Bien.

Naruto dio un apretón a sus manos entrelazadas, el azabache inhalo y exhalo hondamente.  El oji-azul hizo a un lado la cortina de hileras de hojas y entonces ambos cruzaron.

Sasuke tuvo que entrecerrar los ojos un poco para acostumbrarse a la claridad, pues en el camino que había transitado no eran tan brillante como en el lugar en el que se encontraba en ese momento. Era un claro, al igual que el de Anhelo. No, era mucho más grande, y en medio de este también se encontraba un árbol, solo que este era más común, pues sus hojas era de color verde. Era bastante alto y el tronco, a pesar de la distancia, parecía bastante grueso.

Fuera de ello, no había nada fantástico o espectacular.

Los negros ojos de Sasuke se pasearon en por los alrededores. El árbol estaba rodeado solo por una pequeña gramilla y al finalizar esta, estaban los demás arboles que rodeaban todo el lugar. Permaneció en silencio, no tenía idea de que decir en ese momento. Sasuke no estaba decepcionado, se había esperado algo como eso. Dirigió la mirada hacia Naruto quien tenía la mirada fija en el frente, observo su perfil, se veían tan lindo. Sus ojos brillaban y en sus labios había una sonrisa; el azabache sintió unas enormes ganas de robarle un beso.

Y no iba a quedarse con ellas.

—Naruto — llamo su atención.

El oji-azul volteo a verlo, y antes de que si quiera dijera algo, Sasuke poso las manos en su cintura, lo hiso dar media vuelta para que estuviera frente él, luego lo pego a su cuerpo. Subió una mano hasta posarla en sus cabellos y sin perder un solo segundo mas, unió sus labios con los del rubio.

Naruto abrió mucho los ojos debido a lo repentino de la acción, y la forma de esta, pero pronto se encontró correspondiendo. Sus labios se movieron al unísono con los de Sasuke y sus brazos rodearon el cuerpo del chico. Ambos se permitieron perderse en su burbuja individual durante un par de minutos, saborear sus labios y juguetear con sus lenguas.

En la mente de Sasuke, un grito se escucho lejano, <¡Nooooooo!>.

Debido a la sorpresa, la pareja se separo del contacto, sus respiraciones se encontraban un tanto aceleradas. Sasuke paseo nuevamente su vista en el lugar; la voz dueña del grito se le había hecho un tanto familiar, pero al observo el claro, no vio nada más que el árbol que se encontraba en el centro.

—¿Tu escuchaste un grito? — le cuestión a Naruto, volteando a verlo.

Sasuke alzo las cejas cuando observo el rostro del rubio, pues este estaba tan rojo que bien podía compararse con manzanas en su punto exacto de madures. Incluso parecía que un poco de humo se escapaba de su cabeza. El azabache no entendía el que de dicha reacción, pero Naruto le pareció muy mono en ese momento y se le antojo darle otro beso. Se acerco hacia el rubio, pero en el instante en el que se movió, Naruto reacciono. Interpuso sus manos para que el azabache no se acercara.

—¡Sasuke, no! —dijo, completamente avergonzado.

—¿Por qué no? — cuestiono confuso —. Si te encanta que te bese — Naruto enrojeció aun más, si eso era posible —. Lo sé porque a mí también me encanta besarte.

—N-No te l-lo niego pero… no es el momento, n-ni el lugar para e-estarnos besando.

—Pero, ¿porque?

Naruto se hubiera reído de los pucheros de Sasuke, de no haberse encontrado tan cohibido.

Entonces, Sasuke tuvo una revelación mental.

-¡Oh! –exclamo.

 

Sai estaba recostado boca arriba en la que sería su cama por el último mes.

No entendía que pasaba por la mente de sus padres. ¿De verdad pensaban que Sasuke podía ayudarlo? De todos modos, ¿en qué iba a ayudarlo? ¿A mejor sus cambios de humor?

¿¡Que malditos cambios de humor!? ¡Si él era de lo más tranquilo!

Dio un bufido.

Unos repentinos toques en la puerta le hicieron dar un brinco un tanto gracioso. Gracias que nadie lo vio.

-¡Sai! – Dijo Itachi al otro lado.

Al menor le dio un tic en el ojo, se levanto de un salto de la cama y a grandes zancadas se dirigió hacia la puerta. La abrió.

—¿¡Qué quieres, idiota, aparte de darme un susto de muerte!?

Itachi hizo una mueca. ¿Podía enojarse incluso con algo como tocar su puerta y asustarlo sin saberlo? Ese chico estaba mal. Reconocía que antes se le hacía muy gracioso verlo explotar, pero ahora que iba a convivir con él y en el primer día ya se habían agarrado a golpes con Sasuke; Wow, divertirse a su costa no debía si quiera pasar por su mente. De verdad que tenían que tener paciencia con él. ¿Cómo sus padres lo habían aguantando todo este tiempo?

Itachi suspiro.

—Lo siento, primo. No fue mi intención asustarte — se disculpo con sinceridad.

Sai alzo las cejas.

—Oh, bueno… no te preocupes — se encogió de hombros restándole importancia al asunto y luego sonrió. El enojo desapareció tan rápido como llego. Ahora fue el turno de que a Itachi le diera un tic en el ojo.

«Es tan fácil de tranquilizar que siento pena de mi mismo por no haberme dado cuenta antes». Itachi se dio un zape mental. Ese chico no era tan complicado de entender. Cierto era que se enojaba por cosas absurdas y sin importancia, o cosas por las que ni siquiera debía de ser él el que estuviera molesto; pero ahora veía que así como se molestaba, también se relajaba en un instante si se sabía como calmarlo. Y por lo visto, calmarlo era muy fácil.

—Entonces, ¿Qué se te ofrece, Itachi?

Itachi parpadeo varias veces. ¡Oh, Joder! calmado hasta podía ser amable y un poco mono. No sabía que podía serlo. Antes, cuando se veían en fechas especiales cada año, aunque no un largo tiempo, siempre estaba molesto. Algunas veces lo había visto sonreír, como cuando lo tiro a la piscina, pero también era raro.

Bueno, ahora que estaba comenzando a comprenderlo sería más fácil el tratarlo.

—Oh. Veras, voy a salir y me preguntaba…

—¿Si quería ir contigo? — A Itachi le dio la impresión que los negros ojos de Sai brillaban.

—Por supuesto que no — la repentina alegraría del menor se esfumo, sus ojos observaron a Itachi con frialdad —. ¡Es decir! Me encantaría que vinieras conmigo, primo, es solo que… quería salir a solas con alguien — se rasco la nuca, esperaba que Sai comprendiera, y no que aumentara su molestia.

—¿A solas con alguien? — más que enojado, Sai ahora parecía curioso —. ¿Con el rubio que vino ayer?

—¡Si, él! ¿Cómo supiste?

—No soy Idiota… te lo estabas comiendo con los ojos — sonrió ante la repentina vergüenza que azoto el rostro de Itachi —. Está bien, entiendo. Ve y… comételo como es debido.

Itachi sonrió. Sai era un buen chico, y además con la mente amplia que era grandioso para el ojeroso. Solo debía mejorar su carácter y ya.

—Pero no vas a decirle a papá ¿cierto? — quiso cerciorarse—. Pegaría el grito en el cielo y luego me castraría.

—¿Te parece que soy un maldito soplón? — Itachi suspiro, otra vez estaba molesto.

—Lo siento, no quise decir eso. Eres completamente confiable — Sai sonrió creído por las palabras de su primo —. De todos modos, solo venía a decirte que si querías que te trajera algo, o si quieres salir tú a dar una vuelta y necesitas dinero, puedo dártelo.

—No había pensado en salir, pero ya que lo mencionas, si. Quizá lo haga.

—Okay — saco su billetera del la bolsa trasera de su pantalón, tomo algunos billetes y se los entrego a su primo —. ¿Está bien así o quieres más?

Sai tomo el dinero con las cejas alzadas, incrédulo.  No creyó que hablara en serio acerca de darle dinero. Sonrió ampliamente.

—¡Esta bien así, gracias! — Itachi era un buen primo. No como el idiota de Sasuke.

El mayor no pudo evitar hacer una mueca.

«Okaaay, esto es nuevo y extraño para mí. Definitivamente no estoy acostumbrado a que me agradezca algo — pensó, aunque no pudo evitar sonreír ante la sonrisa que continuaba dibujada en los labios de su primo —. Tiene una mente muy simple».

Itachi salió de casa no antes de darle un juego de llaves a Sai, luego se marcho pensando en que se sentía mejor hacer sonreír a su primo de ese modo, que hacerlo explotar de cólera. Pensó en él durante todo el camino hacia su destino, en lo extraño que era todo él, y lo alto que estaba para tener apenas quince años, casi era de su altura. Y aunque era preocupante la forma en la que cambiaba de humor, había que admitir que también era gracioso… aunque, claro, ya no iba a molestarlo más.

Pero sus pensamientos sobre su extraño y gracioso primo desaparecieron cuando diviso la «Floristería Yamanaka». Itachi sonrió al recordar lo que había ocurrido el día anterior, cuando había ido a buscar a Deidara después de que termino la reunión de celebración en su honor.

La imágenes se vislumbraron en su mente; ambos sentados sobre la gramilla frente a la lapida de su madre, Deidara sonriéndole, Itachi acariciando la piel de la mejilla del rubio y este cerrando los ojos para disfrutar de la caricia, un abrazo y un beso. La sensación de los labios del oji-azul continuaba sintiéndose sobre los suyos, eran suaves y tenían un sabor delicioso.

Itachi quería volver a besarlo.

—Ahora entiendo mejor el término: «Con cara de idiota enamorado» — a un costado del ojeroso, Sai se burlo.

Itachi dio un brinco junto con un grito muy agudo.

—¿¡Sai, que haces aquí!? — Se llevo una mano al pecho, por un momento sintió que el corazón se le saldría de la caja torácica.

El chico reía.

—Salí a dar una vuelta.

—¡Si, ya me di cuenta! ¿¡Acaso estabas siguiéndome!? — la sonrisa de Sai desapareció.

—¿Y que si lo hacía? ¿Algún problema con eso, imbécil?

Itachi suspiro una vez más.  Y pensó que así como era gracioso, también podía ser jodidamente irritante.

—Ningún problema, primo… solo preguntaba por curiosidad.

—Ah, ya veo — el mayor sonrió de medio lado. Bueno, Sai era un chico bastante entretenido si lo pensaba. ¡Por supuesto, obvio ya no iba a divertirse a su costa! —. Solo para que sepas, no te estaba siguiendo. Cuando salí de tu casa, me encontré con una criatura que nunca había visto, así que intente agarrarla, pero salió corriendo. A quien seguía era a esa criatura no a t… ¡Oh, mira! ¡Allá esta! —Señalo —. ¡No huyas de mí, no quiero hacerte daño!

Itachi lo vio salir corriendo y alejarse más y más ganándose la extraña mirada de quienes se cruzaban en su camino. Curiosamente, el ojeroso no vio ninguna criatura extraña. Es más, no vio ninguna criatura en la dirección que su primo había señalado. Sacudió la cabeza, era mejor no darle muchas vueltas al asunto. Recordó entonces a lo que había ido a dicho lugar, la floristería estaba al otro lado de la calle… «Él» estaba al otro lado de la calle.

Cuando lo vio entrar, a Deidara le fue imposible disimilar la sonrisa que se dibujo en su rostro. Ino no había visto quien había ingresado en el lugar, pero solo con verle la cara a su primo, ya sabía perfectamente de quien se trataba.

—Hola — saludo el rubio. Sus mejillas se habían teñido de un bonito carmín.

—Hola —saludo Itachi, embobado por lo lindo que se veía Dei.

Ino los observo entrar en su burbuja individual, llena de corazones, flores y brillitos rosas que flotaban alrededor de ellos.

—Puaj, vomitare si los sigo viendo — dijo ella e hizo una mueca con su dado, enfatizando en que quería vomitar —. Lárguense de una buena vez.

Deidara le sonrió de forma tímida a su prima, luego se quito el delantal que tenia puesto, salto sobre el mostrador y pronto estuvo frente a Itachi sin nada que se interpusiera en su camino. Pareció dudar durante unos segundos, finalmente se decidió y abrazo al ojeroso. Itachi gustoso correspondió y estrecho fuertemente la cintura del rubio contra su cuerpo.

Hundió su rostro en el cuello del rubio, disfrutando del momento y el aroma del chico. Se moría por besarlo. Se separaron solo lo suficiente para observarse a los ojos; Deidara le sonrió de forma tímida y se mordió levemente el labio inferior, dicho acto volvió loco a Itachi.

Sin perder un segundo más, acerco sus labios a los del rubio y los unió. Deidara cerró los ojos y correspondió inmediatamente, pues él también había estado deseando volver a besarlo. Sus manos alrededor del cuello de Itachi, juguetearon con los cabellos de este. Itachi introdujo su lengua y saboreo la del rubio, quien encantado de la vida continuaba enredando sus dedos en los cabellos del moreno.

Las manos del ojeroso estrecharon y pegaron aun más el cuerpo de Deidara al suyo.

—mm… ¡ah! — lo recién hecho Itachi a Deidara le encanto, tanto que se olvido del lugar en el que se encontraba, así que no reprimió su voz.

—¡Ay, por favor! –Ino estaba indignada —. ¡Búsquense un hotel!

Los chicos se separaron. El rostro de Deidara enrojeció, lo que le pareció adorable a Itachi. El oji-azul se negó rotundamente a girarse y darle la cara a su prima.

—Perdón, Ino — dijo Itachi.

—¿Que parte de «Lárguense de una buena vez», no entendieron?

—Lo siento, lo siento… ya nos vamos.

Tomo a Dei de la mano y luego lo arrastro fuera del lugar. Ino rio mientras los veía marchar.

—Esos idiotas calenturientos.

Ella tenía unas ojeras feas en los ojos, pues la noche anterior no había podido dormir bien, gracias a su primo. Quien había pasado toda la noche parloteando de lo que había ocurrido después de que Itachi pasara por él el día anterior. Por supuesto, Ino también había aprovechado para reírse en su cara de que, por supuesto, Sakura y ella siempre habían tenido razón de que ambos querían comerse desde hacía un tiempo.

Avergonzado, Deidara lo había aceptado, aunque claro, incluso si lo hubiera negado, era obvio que era cierto.

La rubia tuvo un flashazo en ese momento, recordó que no le había dicho nada aun a su querida y hermosa novia. Saco su celular de la bolsa de su delantal y tecleo:

«Tenemos una fiesta que organizar».

La respuesta fue casi inmediata.

«¡Ha, lo sabia! ¿Dónde la hacemos?».

Ino medito en ello.

«Debido al tema de la fiesta, ni en tu casa ni en la mía, amor. Pero ya que el señor Fugaku siempre está trabajando, seria genial aprovechar eso y hacerlo en su casa».

Al leer la respuesta, Sakura sonrió.

«Me parece genial. ¿Nos vemos mas tarde en mi casa para planearlo mejor?».

Ino estaba feliz de que lo sugiriera, quería verla.

«Me encanto que lo propusieras, ya te extrañaba. Pero debido al trabajo en la floristería no puedo salir por hoy, así que tendrás que venir tú. ¿Te parece bien a las cuatro?».

A Sakura no le importaba ser ella la que fuera a verla.

«Me parece perfecto, amor. Te veré allá entonces. Te amo <3».

Ino sonrió al leer el mensaje, incluso si Sakura no estaba frente a ella diciéndolo con sus propias labios, sabía cuanta sinceridad había en esas palabras, así que por ello sus mejillas se tiñeron de carmín.

«Yo también te amo <3».

 

Sasuke enrojeció tanto, que Naruto se olvido de cómo de cohibido se sentía, e hizo una mueca de asombro por la reacción del azabache. Nunca, ni en sus sueños más pervertidos, y vaya que los había tenido pues era joven y nadie podía culparlo, había visto a Sasuke tan sonrojado.

Sasuke pensaba que no estaría mal ser tragado por la tierra en ese momento y escupido al otro lado del mundo. Pero incluso si eso sucedía, estaba seguro que la vergüenza continuaría atormentándolo por el resto de sus días.

«Todo es culpa de Naruto — pensó —. ¿Quién lo manda a ser tan mono?».

La reacción de Sasuke se debía a que, incluso si no podía verlos, sabía que no estaban solos en ese claro.  El asunto era, que si solo se trata de las criaturas que lo habían seguido al ingresar al bosque, no sería tan malo; pero se suponía que habían ido a ver al Guardián del bosque.

¡Al Guardián!

—Ay — se lamento. No del beso por supuesto, sino de ser tan tanto en un momento como ese —. Espero que no piense mal de mí — llevo las manos a sus sienes, se veía tan afligido.

Naruto no pudo más. Estallo en una sonora carcajada que parecía hacer eco en todo el lugar, curioso, ya que el sonido no hacia contacto con nada más que arboles, y estos estaban a muchos metros de distancia.  Se doble sobre si mismo sosteniendo su estomago. Incluso lágrimas asomaron por sus ojos.

Sasuke lo fulmino con la mirada.

—¡No es tiempo para carcajearse! ¿¡Te das cuenta de lo que hicimos!?

El rubio trato de tranquilizarse. Inhalo y exhalo varias veces hasta que sintió que estaba más calmado. Luego fijo sus ojos en Sasuke.

—De lo único que me doy cuenta en este momento, es de lo de adorable que puedes ser a veces.

Sasuke sintió una flecha clavarse en su orgullo de hombre.

¡Él no era adorable! Naruto era adorable; con esos ojitos azules que eran su perdición, y esas marquitas en sus mejillas que lo invitaban a morderlas, con esos labios tan apetecibles. Sasuke se mordió el labio inferior. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo y pensando, sacudió la cabeza para despejarse.

—No soy adorable — sentencio.

Naruto rio suavemente.

—En todo caso, si a eso vamos — continúo el azabache-, tú eres el adorable.

—No es cierto — hizo un puchero. Oh, sí. Definitivamente era adorable pensó Sasuke.

«Ustedes dos hacen que sienta vergüenza de conocerlos». Kurama sonó divertido más que nada.

Sasuke dio un brinquito en su lugar, ni si quiera se esforzó en buscar al zorro con la mirada, pues ese rastrero, estaba seguro, tampoco iba a estar visible en ese momento. Como sea, había confirmado que después de todo, al parecer todas las criaturas que los seguían si se habían adelantado a ellos.

—Lo siento, Kurama — dijo apenado Naruto.

«Como sea, ¿Ya terminaron de avergonzarme? Porque si van a seguir flirteando sin descaro alguno, ni hubiéramos venido».

Rubio y azabache se sonrojaron.

—Ya terminamos — dijeron al unísono.

«Lo peor es que no niegan ni lo uno ni lo otro». Sasuke lo escucho dar un bufido mental. «Ya que… Naruto, explica».

—Si… Sasuke — el aludido fijo sus negros ojos en los azules del rubio. Naruto le extendió la mano y el chico la tomo —. Ven conmigo.

Comenzó a caminar con Sasuke a su lado, ambos dirigiéndose hacia el árbol en el centro del claro.

—Se que piensas que sé lo que te sucedió de camino hacia aquí — el azabache asintió —. Bien, si lo sé. Fue el encantamiento desvaneciéndose — Sasuke alzo las cejas, sorprendido.

Naruto se detuvo de su caminata, y el azabache con él. Se quedaron de pie aproximadamente quince metros antes de llegar al árbol de imponente porte.

—¿No se suponía que iba a venir aquí para ver si podían confiar en mi antes de desvanecerlo?

—Veras, Sasuke… ¿Recuerdas el camino por el que vinimos? — el aludido asintió —. ¿Recuerdas también cuando comenzaste a escuchar las voces? — Sasuke volvió a asentir -. Bueno, resulta que unos antes de que sucediera eso, cruzaste por una barrera, y en ese instante, el proceso para desvanecer el encantamiento, comenzó — el azabache estaba desconcertado por las palabras del rubio —. Ese camino no puede encontrarlo nadie que no sepa que existe. En otras palabras, solo quienes tengan la confianza para ser llamados, cruzaran por el… ¿No lo ves, Sasuke? El Guardián ya confiaba en ti, por eso te llamo, para que tú lo supieras. Para que supieras que todos quieren que seas parte de esto.

Sasuke tardo varios segundo en procesar la información. Cuando comprendió las palabras de Naruto, llevo ambas manos hacia sus cabellos.

Era increíble.

Lo que Naruto acaba de decirle era increíble.

Sus ojos color noche se clavaron en los ojos color cielo despejado del rubio. Naruto asintió y luego sonrió. Ante ese gesto, Sasuke no pudo hacer mas que también sonreír. Primero fue una sonrisita tímida, y en poco tiempo se volvió una bastante amplia. Sus manos bajaron de sus cabellos y se posaron sobre sus labios, cubriéndolos… fue en ese momento que Naruto lo noto.

Noto como los ojos de Sasuke se volvían cada vez más brillosos.

—Pero… ¿cómo? — Descubrió sus labios y sus ojos interrogantes se ensancharon una vez más en el rostro del rubio —. N-No me conoce. ¿Por qué confiar en m-mi cuando nunca antes a tra-tratado conmigo?

Naruto sonrió, se moría por explicar esa parte. Puede que a Sasuke le molestara tal vez un poco, pero debía saberlo, así entendería mejor.

—Resulta, Sasuke, que desde la primera vez que cruzaste por la barrera, el Guardián ha estado observándote cada que vienes.

Sasuke abrió los ojos, completamente sorprendido.

—¿Quieres decir que…?

El rubio asintió.

—En el caída de agua donde vive Aqua. En el claro con Anhelo la primera vez que fuiste. En mi casa — Naruto esperaba que Sasuke no fuera a molestarse mucho, después de todo se suponía que todo lo que le había dicho cuando estaban juntos, se lo había dicho porque había confiado en él; pero en cambio, tanto Kurama como el Guardián lo habían escuchado esa vez donde Aqua. Ojala y no se sintiera traicionado —. Su presencia estuvo con nosotras esas veces… aunque no cuando nos besamos — susurro lo ultimo para sí mismo.

La expresión de Sasuke habían cambiado completamente, su entrecejo estaba fruncido y sus labios muy apretados. Otra vez llevo sus manos hacia sus sienes y guardo silencio durante unos segundos.

—Maldita sea — susurro. Naruto tuvo miedo de su reacción —. Siempre estuvo ahí… — levanto la vista, pues la tenia puesta en el suelo, sus ojos buscaron los de Naruto —. Siempre estuvo ahí y yo diciéndote tantas cosas doble sentido.

—¿Ah?

—¡Ah, Rayos! — Se revolvió los cabellos y luego restregó sus manos en su rostro —. Qué vergüenza. Seguro piensa que soy un pervertido… ¡Por favor, no piense que soy un pervertido! — grito viendo en dirección hacia el árbol en el centro del claro, supuso que si el Guardián se encontraba en un sitio, seria ese —. ¡Porque no lo soy!

Naruto cubrió sus labios con ambas manos y cerró los ojos con fuerza.

¿¡Eso era lo que le preocupaba a Sasuke!?

El rubio se encontró una vez más riéndose a carcajadas y doblándose por el dolor en su vientre. Sus ojos pronto se encontraron lagrimeando.

—¡Ay, no puedo con esto! —las carcajadas no se detenían.

Sasuke lo observo, sus mejillas poco a poco fueron subiendo de tono de rojo suave a un tono intenso. ¿¡Y ahora porque se reía!? Se mordió el labio inferior. Ni siquiera se atrevía preguntar por la vergüenza que sentía en ese momento. A Naruto solo le faltaba tirarse sobre la gramilla y rodar de un lado hacia el otro.

—¡Perdón, Sasuke! ¡Es que esto es demasiado! — el azabache hizo una mueca.

—Oh, por favor, ríete todo lo que quieras… por mí no hay problema — dijo molesto.

Las carcajadas continuaron durante unos minutos más.

«¿No se suponía que ya habían terminado de avergonzarme?». La voz de Kurama volvió a resonar en sus mentes.

—Él es el escandaloso, no yo — Sasuke se defendió.

Kurama bufo, el azabache estaba seguro que al zorro le había dado un tic en el ojo, lo cual era curioso, pues no podía verlo.

Repentinamente, pareció que a Naruto le dieron un empujo en el hombro, el cual lo hizo casi enterrar el rostro en el pasto.

—¡Kurama! — grito el chico, molesto.

Sasuke rio. Se lo merecía por reírse de que sabe que cosa. Él lo mas seguro.

«Recuérdenme, ¿a que se supone que veníamos?». El zorro cuestiono.

Ambos chicos se sintieron completamente avergonzados, ellos se quedaron de pie uno junto al otro.

—Lo siento — dijeron, su vista estaba clavada en el árbol.

Sasuke aun continuaba sin ver, pero sabía que en ese lugar estaba el ser con el que debía disculparse por su comportamiento desde que había llegado al claro, y el comportamiento que había tenido antes también. En ese momento el azabache sintió como algo se poso justo detrás de él, entonces ese algo lo empujo hacia el frente, el chico trastabillo pero se mantuvo en pie.

«Quédate justo ahí», le dijo Kurama.

El oji-noche volteo a verlo y asintió. Regreso la vista al frente.

—Cierra los ojos, Sasuke — Naruto hablo. Sasuke hizo lo que le dijo —. Concéntrate… hay mucho mas aquí de lo que puedes ver — aseguro —. Poner el encantamiento en tus ojos fue fácil, pero desvanecerlo es más difícil. Que desaparezca completamente ahora solo depende de ti, y lo mucho que deseas ver todo lo que yo veo. Así que concéntrate. Enfócate primeramente en escuchar… escucha.

Sasuke trataba de concentrarse lo más que podía. Ayudaba mucho el hecho de que todo ahora estuviera silencioso.

«Tu puedes, Sasuke — se dijo así mismo —. Escucha… pero, ¿Qué se supone que debo escuchar?».

No importaba el que. Sereno su mente e inhalo y exhalo. En el silencio que lo rodeaba, busco algún sonido que no correspondiera al paisaje que sus ojos habían observado en primer plano.

Durante unos minutos, nada llego a sus oídos.

Pero entonces, ahí estaba. Ahí estaba un sonido que definitivamente estaba fuera de lugar en el claro, al menos eso creía con la primera visión que tenia del lugar.

Agua.

Escucho agua caer a unos metros detrás de su persona, y por debajo de él.

Recordó que mientras iba a ese lugar, se suponía que había estado muriéndose de la sed. Pero después de lo que había pasado hasta ese momento, eso se le había olvidado. Pero ahora sentía la garganta seca otra vez. Se le antojo beber un poco.

«Cuando estemos ahí, podrás beber toda el agua que desees», recordó que Naruto le dijo.

—¿Escuchas algo? — cuestiono el rubio unos metros detrás de él.

Sasuke sonrió.

—Si… Escucho agua caer.

La felicidad inundo el rostro de Naruto.

—También escucho murmullos y pisadas — dijo Sasuke —. Chapoteos, aleteos — con cada segundos que transcurría, otros sonidos se unía, y la sonrisa de Sasuke se ampliaba más y más. Movía la cabeza de un lado hacia otro cuando escuchaba algo nuevo.

«Ve con él», dijo Kurama en la mente del rubio. Naruto asintió y camino hasta estar junto a Sasuke. Poso una mano sobre el hombro izquierdo del azabache.

—Voy a contar hasta tres, y vas a abrir los ojos — le dijo el oji-azul.

El más alto asintió.

—Uno.

Comenzó.

—Dos.

El azabache Inhalo hondamente.

—Tres.

Entonces, Sasuke abrió los ojos.

 

Notas finales:

¡¡¡¡WAHAHAHAHAHAHAH!!!!

 

Y eso fue todo.

¿Y qué tal?

¿Qué les pareció?

¿Les gusto?

Hhehehe ¿Me odian por dejarlo ahí o ya sospechaban que lo haría? Créanme, ni yo sabía que ahí iba a acabar, ahaha

La verdad es que no se cómo es que termine escribiendo así el capitulo, pues me la pase haciéndome mierda psicológicamente. Estuve escuchando la misma canción una y otra y otra y otra y otra y otra y otra… y la escucho ahora. Si la conocen entenderán porque me estaba haciendo mierda completamente. Se llama: «Los malaventurados no lloran», de Pxndx. Irónico, pues no dejaba de llorar. Si saben cual es y saben porque lloro, si piensan que tengo la mente un poco retorcida, pues si pero… ese es mi mayor tormento ahora.

Pregunto,

¿Qué piensan que era lo que Sai estaba correteando? Lo pregunto porque ni yo tengo idea hahaha. ¿Por qué Itachi no lo vio? Sdlfa{sñ… Sai es un desmadre.

Por cierto ¿Qué onda con Itachi y Deidara? Haha… manoseándose frente a la lapida de Mikoto, oshe 7u7. Y pobre Ino. Esos pervertidos 7u7

A QUIENES LEEN «Corriendo del pasado». Les aviso que subiré la siguiente actualización ya sea mañana viernes (aquí es jueves), o ya sea el Sábado. Pero ya que vean que cumplo, dije tardaría una semana esta vez, y ahí vas.

ñsldkfjañl

Yo espero y el cap. si les haya gustado, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un hermoso review, el cual responderé con mucho gusto. Si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber, yo acepto sus review de todo tipo. Solo no me insulten mucho que mi Kokoro es frágil y delicado ante estos.

Hasta la próxima, que el ángel cuide de sus preciosas almas. Besos y abrazos para todos. Se les quiere mucho.

Hasta la próxima.

 

 

Pd: respecto a la canción, pienso tal vez algún día tenga la oportunidad.


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